García Moreno (XV) e historia (XXIV) Se que vienen a matarme

EL ERROR ES DOBLE IGNORANCIA,

PUES EL QUE SE ENGAÑA IGNORA LA

VERDAD, LO CUAL NO PUEDE DUDARSE;

Y ADEMÁS, IGNORA QUE IGNORA.

______

SE QUE VIENEN A MATARME

O

LOS CAMPEONES DE LOS ERRORES


Hace poco se retransmitió por tercera vez, para ser exactos el viernes 10 de Octubre del año en curso, y a pesar de las protestas a Ecuavisa esta inmundicia:


Para que no te sorprendan, la hemos desmentido.

A continuación exponemos los errores que hacen de “Se que vienen a matarme” una pieza de “arte” completamente anti-histórica, y por lo tanto falsa, tendenciosa y que no se presta para referencia alguna, por adolecer de un completo marco y sustento histórico que sirve como medio de injurias y de desmemoria colectiva, manchando y afectando al pasado patrio y a la figura de uno de sus hijos más ilustres; enunciamos las razones, o mejor, los errores menores y graves que se muestran en la mencionada pieza de cine:

A) Errores menores de “Se que vienen a matarme”:

La película adolece de errores mínimos, o menores que hacen notar la falta total de cuidado o hasta de interés en esta “gran producción” ecuatoriana. El montaje y la puesta en escena del ambiente histórico adolece de las más elementales falencias, a continuación detallamos algunas de estas:

1. Falta de fidelidad física y de carácter entre los actores y los personajes que interpretaban; en algunos ni siquiera existe semejanza alguna. Ejemplo: Gral. Francisco Javier Salazar: el actor que lo interpreta no pasa de los 30 y pico años de edad, es calvo y no posee bigote, además de ser muy delgado y nada parecido; cuando el verdadero Gral. Salazar se encontraba en la época por sus 50 años, no era calvo en su totalidad y poseía sus característico y prominente bigote (fotos y cuadros del mismo existen los suficientes como para guiarse), además de su conocida corpulencia. Abelardo Moncayo Jijón –uno de los asesinos-: el verdadero Moncayo tenía por apodo “el colorado” debido a que era muy blanco, poseía cabello claro y barba pelirroja, el actor que lo interpreta ni siquiera es blanco, es como si Arnold Schwarzenegger representara a Martin Luther King Jr. (descripciones, fotos y cuadros existen varios de igual forma). Lo mismo sucede con el resto de los complotados, los actores no se parecen en nada. El mismo Faustino Lemus Rayo es interpretado por un actor que no se parece más que en su corta estatura, Rayo era según el historiador Rodolfo Pérez Pimentel (por cierto, opositor férreo a G.M.): “Racialmente era blanco como su padre, tenía la cara agraciada y varonil, estatura pequeña, bien formado el cráneo, las facciones correctas, cuerpo musculado, los ojos garzos o verdes, ancha la frente, rasgos pronunciados, el pelo rubio, la barba casi imberbe, la boca regular, los dientes parejos y se hacían visibles por cualquier movimiento de los labios, el pecho saliente, pero, tras esa aparente agraciada fisonomía, se ocultaba un hombre feroz y despiadado”, nuevamente, fotos y varias descripciones más son harto disponibles. Hasta García Moreno en su madurez, no tiene nada que ver con el representado en la película, basta ver sus fotos de la época para darse cuenta de esto.

2. Descuido de la utilería y del vestuario de los actores, que usan trajes muy grandes, o modelos mal adaptados de trajes actuales a los de la época, se aprecian cuadros, utensilios, muebles etc. inexistentes en la época.

3. Utilización de armas inexistentes en la época. Por ejemplo, la guardia presidencial utiliza rifles de acción con perno lateral semi-automáticos para la recarga de municiones, que al parecer, al menos por la bayoneta que ostentan pudieran ser rifles Remington (estadounidenses) modelo Springfield M1905, recién puesto en producción en 1905, o en su defecto rifles Mauser (alemanes), que comenzaron a ser producidos en 1894, mas recién el Modelo Gewehr 1898 o G98 poseía bayoneta –como está en la película-, o bien un rifle Krag-Jorgensen (Escandinavo)1886, que sin embargo no poseía bayoneta, o en el peor de los casos un rifle Winchester Modelo 70 que es de los primeros de acción de perno lateral con bayoneta en los EE.UU. que data de 1936. En todo caso, este tipo de arma recién se empezó a comercializar y ser usada por los ejércitos de forma masiva en 1880 y el ejército ecuatoriano jamás la uso en la época de García Moreno, los primeros con estas características y de este tipo fueron introducidos en el gobierno de Ignacio de Ventimilla en 1876, un año después de la muerte del mentado líder.

4. Se notan cables eléctricos (está de más, mencionar que los mismos eran inexistentes en la época) en algunas escenas; por ejemplo en la escena del fusilamiento abortado del Gral. Ayarza.

5. Se divisa lámparas de pleno Siglo XXI en el escenario del supuesto siglo XIX. Esto sucede repetidas veces en la escalinata que supone es parte del palacio de gobierno, que en realidad es el edificio del actual Centro Cultural Metropolitano, y el antiguo edificio de la Universidad Central.

6. Se nota una placa histórica descriptiva del Siglo XXI en el escenario del supuesto siglo XIX. Esto sucede repetidas veces en la escalinata que supone es parte del palacio de gobierno, que en realidad es el edificio del actual Centro Cultural Metropolitano, y el antiguo edificio de la Universidad Central.

7. Se puede ver claramente tubos y cañerías plásticas de agua (está de más, mencionar que el plástico era inexistente en la época), en varias escenas de la película. Un ejemplo es la escena dónde el Gral. Maldonado es arrestado en su casa.

8. Se utiliza la Iglesia de la Merced de Quito como escenario de la Catedral.

9. Se aprecian andamios modernos de construcción en la Iglesia de Guápulo.

10. Uso de locaciones inexistentes en la época. Gran ejemplo de esto son los repetidos banquetes que se muestran en la película que se emplazan en la original quinta de los Jijón, “La Circasiana”, actual edifico del Patrimonio Histórico del Municipio, en la Av. Colón y 10 de Agosto esquina, que fue construido a principios del Siglo XX.

B) Errores mayores o graves de “Se que vienen a matarme”:

La película muestra errores mayores o graves intencionados a la usanza de los viejos adversarios del potente Caudillo con el objetivo de desfigurar la personalidad y la obra del Ilustre Jefe de Estado. Podemos con el argentino Gálvez sintetizar el juicio mundial sobre García Moreno para poder entender el porque de la distorsión histórica que se ha cometido en este filme: “En los últimos años del siglo XIX, dos corrientes de opinión se formaron sobre García Moreno; la primera, cuyo vocero principal es Roberto Andrade y en al que están la masonería y el sectarismo anticatólico, le considera asesino, tirano, uxoricida, degenerado, mentiroso, farsante, ateo y traidor; la otra, en la que están los liberales auténticos, los católicos y muchos serenos espíritus que no son ni lo uno ni lo otro, exaltan su obra y genio. Un biógrafo ecuatoriano que es liberal, dice: “A los ojos de las generaciones futuras tiene que aparecer como una figura inmensa”. El español Marcelino Menéndez y Pelayo transcribe versos suyos en su antología de poetas americanos y termina su juicio así: “La República que produjo tal hombre puede ser pobre, oscura y olvidada, pero con él tiene bastante para vivir honradamente en la historia”. Uno de los más grandes prosistas franceses Luis Veuillot, escribe a raíz de su muerte: “Fue el más antiguo de los modernos; un hombre que hacía honor al hombre”; agrega que solo fue un héroe de Plutarco, que esto no bastaría, sino un hombre de Jesucristo en la vida pública, un hombre de Dios. Otro francés interesante, historiador y pensador que ha estudiado a Bolívar, Marius André, dice de García Moreno: “Figura la más admirable de toda la América y una de las mayores de la historia”. Para el argentino Carlos O. Bunge, como puede leerse en su libro “Nuestra América”, García Moreno es uno de los más conspicuos gobernantes criollos”; su gobierno le parece el único en la historia contemporánea, pues no existe otro en que la acción se haya amoldado tan estrictamente a los principios de la Iglesia Católica; cree que si Godofredo de Bouillon resucitase, gobernaría como García Moreno y lo presenta como un fantasma de los viejos tiempos llevando en una mando la espada del Cid y en la otra la cruz de Gregorio VII y además en la oreja la pluma de Santo Tomás. Y un peruano eminente, Francisco García Calderón, para quien es García Moreno una de las más grandes individualidades americanas, asegura que representa grandes principios civilizadores en la democracia ecuatoriana y que Carlyle le habría clasificado en su galería de héroes” (Vida de Don Gabriel García Moreno, Manuel Gálvez, Buenos Aires 1942)

Así, podemos ver, o mejor, señalar que la película no solo que no es histórica, sino que de hecho es anti-histórica; entendemos que García Moreno tuvo errores, y que su figura integra debe ser entendida con estos, pero los mismos no opacan sus virtudes y aciertos, y peor todavía deforman su persona y su obra como se pretende “Se que vienen a matarme”. Mostramos uno por uno los errores graves que hacen que esta “pieza de arte” no pueda ser más que una simple novela incendiaria de ficción diseñada por una mente alucinante, por decir lo menos:

1. Fusilamientos arbitrario de personas, y lo peor, de niños (!)…. Nunca en todas las diatribas maquiavélicamente inspiradas contra García Moreno se había utilizado este último argumento, que solo nos recuerda similar falacias vertidas contra el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas en Argentina.


2. Se muestra al niño García Moreno como fruto de un hogar conflictivo y pobre, a sus padres como unos desgraciados decadentes, manteniendo este pésimas relaciones con los mismos; cuando por medio de acreditados y reconocidos historiadores no sectarios nacionales y extranjeros, se sabe que la infancia de G.M. fue “candorosa” y “llena de afecto”, al punto de que G.M. “adoraba” a sus padres. Bien es cierto que fue criado estrictamente, como era propio de la época. Sus progenitores fueron “severos” y hasta “adustos”, pero no por eso lo trataron con menor afecto y cariño; a su padre Gálvez lo califica de la siguiente forma: “Don Gabriel García Gómez era amable y de algún talento. Pero faltóle suerte y se arruinó en Guayaquil. Enemigos de su hijo dirán que, en su extrema pobreza, llegó a pedir cigarrillos por favor, en las puertas de los hoteles. Cuesta creerlo en hombre tan digno como era y de tan rígidas costumbres. Era también Valeroso, como quedó comprobado en el bombardeo de Guayaquil, en 1833…”, por su parte Luis Robalino Dávila destaca de García Gómez su “gallardía, hermosura varonil… y los dotes del espíritu de empresa…”; su madre, Doña Mercedes, por su parte era una mujer de “tremendo carácter como su marido”, de “vigoroso temple y muy inteligente…” “…muy piadosa, de costumbres austeras… y que superaba a su marido en energías de voluntad” “… muy atenta en el cuidado de sus ocho vástagos”, siendo su primera maestra. En cuanto a la pretendida miseria del hogar que fue en primer lugar fuera publicitada por el panegirista garciano Padre Berthé y que después la recogieran “el campeón de los errores” Benjamín Carrión entre otros, podemos decir junto a César Pérez Moscoso que: “El padre Berthé fue inducido al error por una carta de la nieta –de Mercedes Moreno- María Rosa García, hija de José, que confundió una relativa estrechez económica con la mendicidad. Reincide en el error Carrión al asegurar en la página 41 que García Gómez se había ‘convertido en pordiosero’.” “Pero el ilustre historiador doctor Wilfrido Loor ha probado con documentos que tanto García Gómez como su mujer poseían bienes suficientes. En los empréstitos para el Fisco figuran con cuotas relativamente altas. Cuando se enferma Manuel en Jipijapa, por dos ocasiones, le llevan al mejor médico de Guayaquil… la fábula de la mendicidad, del Padre Berthé, la han copiados muchos… mas, suponiendo fuese cierto lo de la pobreza suma en la familia de García Moreno, ¿Constituiría acaso un deshonor?”. (VER: Orígenes del Ecuador de hoy, de Luis Robalino Dávila, tomo IV – García Moreno, Editorial José M. Cajica Jr. S.A., Puebla 1967, y “Vida de Don Gabriel García Moreno” de Manuel Gálvez, 3 ediciones, 1ra Buenos Aires 1942. “El campeón de los errores”, de César Pérez Moscoso, 3ª Edición del Instituto Nacional Garciano del Ecuador, Guayaquil 1960)

3. Se califica a G.M. de pésimo poeta, con el fin de menoscabar sus cualidades. Aún cuando ha sido autorizado por críticos nacionales, entre ellos Víctor León Vivar, -periodista de origen liberal, que fuera asesinado por órdenes de Alfaro-, Juan León Mera –el autor del Himno Nacional del Ecuador- y Francisco Vásconez, entre otros; e internacionalmente es reconocido como uno de los mayores poetas de su época en América, a este respecto dice Alfredo Sáenz: “Se ha dicho que si se hubiera dedicado a las letras, hubiera sido un notable poeta místico”. El español Marcelino Menéndez y Pelayo transcribe versos suyos, junto a vates de la talla de Jacinto de Evia en su “Antología de poetas americanos”, quién según Rodolfo Pérez Pimentel (historiador guayaquileño de cuño liberal y opositor a G.M.) tuvo una “influencia sobre los escritores latinoamericanos que fue innegable al punto que se ha dicho que con Menéndez y Pelayo se inicia la crítica literaria en idioma español”. Llegando hasta influir al “Obispo Liberal” Federico González Suárez, sin duda siendo un calificado referente y autorizada figura para validar la poesía de García Moreno, este se refiere así del “adalid y mártir” ecuatoriano, “si no cultivó la poesía como vocación predilecta, mostró en la ‘Epístola a Fabio’ grandes dotes para la alta poesía satírica; y en otras composiciones suyas, desgraciadamente escasas, ya originales, ya traducciones de salmos, tampoco encontró difícil ni reacio el idioma de las Musas… hubiera podido ser eminente en el arte de la palabra, si no hubiese preferido el arte soberano de la vida y de la acción.” Por su parte Juan León Mera dice que “digno era, de mover el incensario ante el altar de las Musas… Supo amoldar sus ideas y sentimientos al metro, y lo hizo con maestría. Tengo para mi que si se hubiese dedicado con devoción al cultivo de la gaya ciencia, habría llegado a ser un gran poeta, y quizás émulo de su célebre paisano Olmedo: pero hizo versos solo por pasatiempo o por cambiar armas, cuando quería atacar a sus enemigos.” (VER: Biografía de Gabriel García Moreno, del argentino Alfredo Sáenz, 1ra Ed. Ecuatoriana de la Fundación Jesús de la Misericordia, 2007. Antología de poetas hispano-americanos, Tomo III (1893–1895), de Marcelino Menéndez y Pelayo. Edición 1944 del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Diccionario Biográfico del Ecuador de Rodolfo Pérez Pimentel, el artículo de Menéndez y Pelayo. “Un gran Americano – García Moreno” de José María Le Gouhir, 2ª Edición, Prensa Católica, Quito 1923)

4. Montalvo es retratado como un ángel y un ser lleno de virtudes, que sería todo lo contrario a García Moreno: Juan Montalvo como literato es un personaje indiscutible, su brillantez y sagacidad lo han hecho referente de autores y filósofos de la talla de Miguel de Unamuno, y José Enrique Rodó entre varios más; pero esto no es sino solo una parte de su labor, enfrentado a García Moreno este se reduce y hasta se ensombrece por sus falencias y menoscabos de toda índole. Recordemos que entre varias de sus “hazañas” –asuntos todos que al fin de cuentas no deberían importarnos, pero los mencionamos ya que a G.M. se lo ha acusado y personificado como su adversario fue en “similares” situaciones personales-, podemos hacer recuento de sus varios hijos fuera de matrimonio, de sus infinitos amores escandalosos, tanto en Ecuador como en Francia, de su fama de “vividor”, como nos señala uno de sus biógrafos más entusiastas … pasaba ” las horas vagando en los bosques… y en espera de ayudas económicas extrañas”. “Inadaptado a la existencia de hogar”, fue mal marido y peor padre. Nunca mostró cariño por su hijita –la que sobrevivió-, después lejos de Ambato, mandará regalitos a sus hermanas, y hasta se acuerda de sus sobrinos, “pero nada de su hijita”, “hasta las bestias cuidan de sus hijos”. Este “prosista maravilloso –Montalvo-, el último de los clásicos de la lengua española, el político y el genio de garra” según Gálvez, fue sin duda “humano, demasiado humano” y llevó su vida como tal. Su fanatismo por la “Libertad” como el la entendía puede resumirse así: “No puede decirse con Lenin, que la libertad sea un prejuicio burgués; pero si que es un lujo burgués”, y este lujo poco estoico lo llevo al punto de auto-exiliarse en repetidas ocasiones, ya que todas las veces que se ausento del país fue por voluntad propia. G.M. nunca lo desterró.

Necesitaba hablar mal de los gobiernos, en particular del de G.M., necesitaba exponer su teorías muy personales de la cosa pública, y al no serle posible nada de esto, hizo oposición. “No se levantará con las armas en la mano, porque es, generalmente, cobarde. Combatirá con la pluma, en el propio país, o mejor, en el (auto)destierro. Animará a otros a que tomen las armas. Aconsejará el asesinato y buscará por todas partes enemigos a su enemigo”. Loor nos pinta un pequeño retrato escrito de él: “¡Qué conciencia! –la de Montalvo- Hijos legítimos, ilegítimos y adulterinos sin protección alguna del padre. La mujer propia abandonada. Otra seducida. Calumnias infames contra García Moreno. Calumnias horribles contra el Arzobispo de Quito. Insultos a sus más caros amigos. Dineros saqueados de los bolsillos del prójimo a título de préstamo ¡Y tan tranquilo! –antes de su muerte, se refiere- Dios estaba obligado a premiarle ¡Cómo sería esa conciencia!… “. Aún así, este reconoce los méritos del Jefe del Estado, como se indica en el filme. Los insultos de este contra G.M. están de más en ser publicados, pues son hartos conocidos todos ellos. “Juan Montalvo vivirá en la historia por su enemistad contra García Moreno”. Y a pesar de todo esto, sentenció lo siguiente del “loco”; en su  “Ensayo Joya Literaria” esta afirmación: “Para lo que ha sucedido en el Ecuador después de la muerte de García Moreno, yo de buena gana le hubiera dejado la vida al gran tirano… de buena gana”. En el “Desperezo del Regenerador” se encuentra: “¡García Moreno! ¡Qué hombre!. Este sí: ¡que Hombre! ¡Nacido para grande hombre, sujeto de grande inteligencia, tirano sabio, jayán de valor y arrojo increíbles, invencionero, ardidoso, rico en arbitrios y expedientes, imaginación socorrida, voluntad fuerte, ímpetu vencedor”. Finalmente dirá: “tirano excelso, con toda la excelsitud de su grandeza. Talento, saber, honradez, valor, energía inquebrantable de carácter, suyos son. No tuvo precedente en América”.

(VER: “Vida de Don Gabriel García Moreno” de Manuel Gálvez, 3 ediciones, 1ra Buenos Aires 1942. “Montalvo y García Moreno” de Roberto Andrade, uno de los asesinos de García Moreno. “Montalvo” por Oscar Efrén Reyes. “García Moreno y sus asesinos”, de Wilfrido Loor, 2ª Edición, Edit. Ecuatoriana, Quito 1966)

5. Amoríos con Virginia Klinger: “Entre las ominosas acusaciones con que la demagogia ha pretendido infamar en América a estadistas eminentes, una de las más graves y repetidas es la referente a supuestos amoríos del Presidente ecuatoriano, doctor Gabriel García Moreno, con una egregia dama quiteña y a innobles celos, que originaron en 1862 la infortunada guerra entre esta República y el Caudillo legitimista de Nueva Granada”; inicia así el Dr. Julio Tobar Donoso su estudio “El fin de una fábula” sobre este tan discutido tema, indica a continuación en el primer punto lo siguiente: “La acusación tiene, in limine, ese indicio, casi siempre decisivo, de falsedad que es su tardía formulación.” “Ningún escritor del primer período de García Moreno se dignó de esbozarla, a pesar de la violencia de las pasiones de esa época”, en ninguno de los escritos, panfletos y pasquines, muchas veces con un subidísimo tono contra G.M. (cabe destacar los del liberal Pedro Moncayo y el de “Los liberales del Guayas”) en vida de él, se arguyó a estos supuestos amoríos; ni en los de los liberales, ni en los de los de los católicos opuestos a García Moreno. Estas acusaciones son parte de las órdenes que siguieron “nuestros rojos” “que no tienen más habilidad que para jugar con las palabras pueblo y libertad, tirano y tiranía”. De hecho en este sentido las acusaciones contra G.M. en la época fueron bastante “moderadas” en relación a lo que se muestra en la película. El primero en sostener esta calumnia, es Roberto Andrade (uno de sus asesinos, y que por lo mismo esta exento de objetividad) y recién a comienzos del Siglo XX; a este respecto dice el cubano Roberto Agramonte (enconado detractor de G.M.), quien fuera el primero, o de los primeros extranjeros en sostener los amoríos de G.M. con Virginia Klinger, allá por la tardía fecha de 1935, que su obra “Biografía del dictador García Moreno” se basó en la “fontana de genuina información” de las obras de Andrade. Lo mejor es poner un ejemplo al momento: Perico de los palotes se baso en la genuina información que le suministró Martín Lutero sobre la Iglesia Católica para componer sus “objetivas e históricas” obras, o mejor… Fulanito de Tal se basó en lo suministrado por Lenin para escribir una biografía de Nicolás II de Todas las Rusias. Un sinnúmero más de detalles podrían ser mencionados, pero creemos que el principal ayuda a verificar la no veracidad de la acusación.

Con este sencilla fábula, y con el otro cuento de los amoríos de García Moreno con la esposa de Rayo, nos dice César Pérez Moscoco “no solo se acusa al Grande Hombre del delito de falta a la fidelidad a su mujer, y a su ser propio (importante notar esto, pues sobre la moralina judeo-cristiana, García Moreno tenía una moral de Señor), por medio del adulterio, sino también de fariseísmo, al violar en su vida privada las normas de moral cristiana que tanto se afanaba por implantar en la República; de cobardía, al conseguir con engaño el “alejamiento” de Rayo, nombrándolo “Gobernador de Archidona”; y de tiranía, al impedirle “salir del Oriente” abusando siniestramente del poder político. De esta manera, se desvirtuaría por completo la tesis del verdadero martirio sufrido por el Grande Hombre a causa de sus convicciones religiosas y políticas. Y se rehabilitaría, en cambio, la personalidad de (los) asesinos, justificando y aún ensalzando su funesta obra”. (Ver punto 14)

(VER: para una completa refutación de este punto: “El Fin de una Fabula” del Dr. Julio Tobar Donoso, Quito 1951, Ed. “La prensa católica”. Obras referidas: “La República y García Moreno, de los “Liberales del Guayas” de 1867. “Biografía del dictador García Moreno”, Dr. Roberto Agramonte, La Habana 1935)

6. García Moreno es mostrado como soberbio y resentido:

6.1 La soberbia es más bien una característica propia de sus detractores liberales que de él, recordemos lo que dijo Montalvo “Mi pluma lo mató”, autoproclamándose tiranicida. Entre el sinnúmero de testimonios que nos hablan de su serenidad y carácter firme y hasta violento muchas veces, destaca el suyo propio: “Si he cometido faltas, os pido perdón mil y mil veces, y lo pido con lágrimas sincerísimas a todos mis compatriotas, seguro de que mi voluntad no ha tenido parte en ellas. Si al contrario creéis que en algo he acertado, atribuidlo primero a Dios y a la Inmaculada Dispensador de los tesoros inagotables de su misericordia, y después a vosotros, al pueblo, al ejército y a todos los que, en los diferentes ramos de la administración , me han secundado con inteligencia y lealtad a cumplir mis difíciles deberes”. De esto dice Gálvez: “¿Cuándo se ha visto a un gobernante de las edades modernas pedir perdón por sus faltas? El gesto cristiano de García Moreno evoca los tiempos medievales”. ¿Soberbia? , de ser así la soberbia es digna de ser imitada…. A esto agrega el mismo Gálvez “…reza por la Patria, por los suyos, por la Iglesia, por todos, por esos mismos que, en un cuarto de la ciudad, preparan su muerte y le llaman ‘tirano’ y ‘monstruo’”. Cabe indicar que García Moreno antes de morir perdonó a sus asesinos. (VER: Mensaje a la Nación preparado para el 10 de Agosto de 1875 y que no pudo ser leído por G.M. por obvias razones, reproducido en parte en Ob. Cit. Gálvez y en “Encuentro con la historia” de Francisco Salazar Alvarado, Edit. Margarita Borja y Yanko Molina, Quito 2005)

6.2 En torno al resentimiento:

Esta es a parecer una de las principales causas de la actuación “diabólica” de G.M., se resiente con Ayarza por un suceso de su juventud y por eso lo fusila ya en la presidencia; se resiente con el Gral. Maldonado por otro incidente personal ya en la presidencia y también lo manda a fusilar; se resiente con Juan Borja por otro suceso (que por cierto es falso, ya que nunca ocurrió tal como se detalla más adelante en el punto 16), y por esto lo persigue hasta ocasionarle la muerte… en fin toda la actuación negativa (falsa en su mayoría) que muestra la película sería producto de su resentimiento personal y social, porque odio a todos; odio a los ricos, a los pobres, a los aristócratas, a los indios, a las mujeres, en fin nunca tuvo “el loco” ninguna motivación superior, ya sea el Orden, la Tradición, la Justicia, la Paz, la Patria o la Religión; siempre fue su resentimiento; G.M. más bien y al menos por la “psicología progresista” de los autores de la “obra” debería más bien haber sido visto como una víctima de las circunstancias y de la sociedad, y es más, hasta tenido como ejemplo. Pero en fin… todo esto no fue así. La postura de García Moreno hacia el resto como la podemos apreciar, en el punto anterior siempre fue de una “elevada posición”, es decir sin necesitar nada de nadie, concedía y hasta pedía perdón a los demás, a pesar de que sus potentes cualidades le hubieran bastado para menospreciar a cualquiera, después de todo como indica Jorge Luna Yépes “…después de su hogar, primero a Quito y después a Francia; sin que por esto queramos olvidar que el genio se deba principalmente a la potencia de su espíritu que muchas veces no solo hace caso omiso del medio sino que lo modifica o lo destruye”; además de contar con sus cualidades y capacidades desbordantes; su ilustre origen , y su aventajada belleza física le hubieran sido suficiente para ser todo lo contrario de un resentido. Nuevamente quién mejor para desmentir su resentimiento que él mismo: “Mi juramento (al tomar posesión de la Presidencia en 1869) me obliga a sacrificarme por la Religión y por la Patria; y en ese sacrificio de todos los momentos, no debo reservar ni mi vida, sin aspirar en la tierra a ninguna recompensa, si no es la satisfacción de haberlo cumplido”… ¿Un resentido estaría dispuesto a sacrificar –como de hecho lo hizo- su vida por la Religión y la Patria? De ser así, insistimos, el resentimiento sería una digna virtud a imitar.

(VER: Ob. Cit. Francisco Salazar Alvarado y “Síntesis histórica y geográfica del Ecuador”, de Jorge Luna Yépes primera edición, Quito 1944. Libro adaptado al estudio del programa oficial de Geografía e Historia críticas del Ecuador, en los 5º y 6º de segunda enseñanza)

7. Relación de García Moreno con Juan José Flores: Es ampliamente conocido que el joven y liberal García Moreno, fue un fuerte detractor del Gral. Juan José Flores en su segunda presidencia, “desde la oposición fue violentísimo” nos indica uno de sus biógrafos, revolucionario desde el poder y fuera de él. Por la misma fuerza creadora que lo impulsaría en su gobierno se vio en la casi necesidad de verse enfrentado a Flores, incluso segándose ante los grandes logros –que por cierto la historia oficial no le reconoce- que pudo desplegar en la naciente República, cabe mencionar que el mismo gran Vicente Rocafuerte –otro verdadero Padre de la Patria- no fue sino una extensión del poder de Flores. Flores deberá ser revisado y entendido como uno de los verdaderos padres y fundadores de la Patria verdadera, y no como un mero instrumento del “militarismo extranjero”, pues al fin de cuentas el plan político floresano y el plan político garciano fueron muy parecidos; ambos deseaban un Estado y un gobierno fuerte y vigoroso –cómo lo planearon muchos otros hombre de la época, como Santa Cruz en Bolivia, Rosas en Argentina, Portales en Chile o hasta el mismo Miranda-, ambos veían la necesidad de controlar los excesos democráticos y demagógicos del naciente Ecuador, así ambos idearon un plan Imperial para nuestra Nación, el primero con un monarca de origen hispano y el segundo coaligado al Imperio francés. Hasta se puede anotar como curiosidad que ambos idearon planes de inmigración de origen europea al Ecuador. Mas en la película que estamos desmenuzando, se muestra solo una escena donde Flores echa a García Moreno de su casa (por cierto la misma es “La Circasiana” inexistente en la época), por razones pueriles, como es la de los líos juveniles que habría tenido G.M. –detalle que se ampliará más adelante-, además de constatar que la escena si no es inventada, al menos lo es exagerada. Pues dudamos que alguien con la sagacidad y el tino de Flores (recordemos que su apodo era “El Rey de la noche”) hubiera realizado un actuación de este tipo, tan grotesca y desatinada. Así, se da a entender que Flores y García Moreno serían enemigos irreconciliables, y este se habría resentido como con muchos otros, que después mandaría a fusilar, según el filme, por este mal sano resentimiento (Ejm.: Gral. Ayarza y Gral. Maldonado). Sin embargo la realidad es otra, repetimos, es verdad que en la juventud de García Moreno, este y Flores fueron polos casi opuestos, pero debemos recordar por fidelidad histórica y por el bien nacional, que García Moreno en su juventud era de orientación liberal y su oposición a Flores iba en esa tónica, gracias al Cielo después la iría componiendo, y que el Gral. Flores acabaría convirtiéndose en garciano,; es decir, sirviendo a García Moreno como militar y amigo, y si que lo hizo bien, ofreciendo sus servicios a G.M. para luchar contra Franco, y venció junto a su “mortal enemigo” en la histórica Batalla de Guayaquil, que salvó al Ecuador de la desaparición. Además sometió a Urvina, quién sostenía que junto a tropas colombianas que le prestaban apoyo “haría triunfar en Ecuador el principio republicano sobre la opresión teocrática”, a más de de sofocar varias otras revueltas contra el gobierno de G.M. Don Gabriel, al enterarse de la muerte de Flores expresó: “Nada encuentro en el mundo que reemplace al amigo fiel”. (VER: Ob. Cit. Manuel Gálvez; Ob. Cit. Jorge Luna Yépes; Presidentes del Ecuador, por Simón Espinosa Cordero, Editores Nacionales, Quito 1995. Una tentativa monárquica en América – El caso ecuatoriano, Ana Gimeno, Edit. Por el Banco Central del Ecuador, Quito 1988)

8. La madre de G.M. es expuesta como lavandera: Esta aseveración pudiera ser cierta, sin por esto menoscabar el origen estamentario de la madre de García Moreno, todo lo contrario la dignificaría aún más; debido a que casos similares han existido a lo largo de la historia; uno muy puntual es el de la emperatriz Zita de Austria-Hungría, que al ser desterrada de su Patria hacia las islas Madeiras, posesiones de Portugal en el Atlántico, tuvo que dedicarse justamente al oficio de lavandera para poder mantener a su marido el Emperador destronado Carlos y a sus hijos los príncipes, sin por esto restarse el valor de su origen. Lo que si no deja de sorprender es como esto se toma como detrimento para la personalidad y la disposición de la sociedad de la época con G.M. –incluso se podría pensar que sería una de las causas mayores de su supuesto resentimiento-, cuando lo racional sería y más aún en una mente “progresista” como la de los autores del libro en que se basa el filme y en los guionistas de la misma matriz, que deberían resaltar este hecho como el de una madre abnegada que ha dado todo por sus hijos. Mas el argumento clasista que muestra la película es más propio de una mentalidad acomplejada y rencorosa por lo que le podría haber tocado vivir en un caso personal. Aclarado esa situación, ahora debemos mostrar los verdaderos orígenes de la madre de García Moreno. Doña Mercedes Moreno poseía uno los más destacados orígenes del Ecuador; Don Manuel Ignacio su padre, de “alta alcurnia” en términos de Luis Robalino Dávila fue Regidor Perpetuo del Cabildo de Guayaquil, Caballero de la Orden de Carlos III, su hermano Don José Ignacio era Arcediano de Lima. Su hijo, un hermano de Doña Mercedes, el Dr. Miguel Juan –también guayaquileño-, sería el futuro Fiscal de la Audicencia de Quito, y más tarde Oidor de la Audiencia de Guatemala, cuando Iturbide proclamó el Imperio Mexicano, el Dr. Moreno fue nombrado Ministro del Tribunal Supremo del Nuevo Imperio, “cuyo destinó renunció porque las banderas españolas debían devolverse a la Metrópoli”. Ya radicado en España, en 1828 sería nombrado Oidor de la Audiencia de Valencia, siendo después promovido a la de Madrid. Uno de sus hijos, es decir sobrino de Doña Mercedes y primo de García Moreno, Juan Ignacio Moreno nacido en Guatemala, será el futuro Cardenal Arzobispo de Toledo, Primado de España. Otro de sus sobrinos, Manuel Ignacio Moreno caballero profeso del hábito de Montesa, daría origen a la Casa de los Condes de Moreno, quién por cierto se gloriaba de ser familiar de Don Gabriel de esta forma “El Mártir es nuestro primo carnal D. Gabriel García Moreno, Presidente de la República del Ecuador, cuyos hechos extraordinarios, conocidos del mundo entero, y que cual aureola refulgente circunda á esa gran figura del siglo XIX…”. Todo esto es más que indicador de la destacada posición social que ostentaban los Moreno de Guayaquil, por lo mismo, es muy difícil creer que pudieran ser menospreciados por las “buenas familias” del Ecuador que se indican en la película, que por cierto mucha de ellas de “buenas” no tenían ni tienen nada, como es el caso de muchos comerciantes advenedizos que lograron que sus apellidos sean hoy por hoy ejemplo y sinónimo de ilustre origen, cuando en verdad no son más que gente con “suerte” para los negocios y nada más, entronizados por la barbarie liberal-masónica de 1895. No mencionamos al padre de igual ilustre e “hidalgo” origen, debido a que no viene al caso. (VER: Ob. Cit. de Luis Robalino Dávila, y “Biografía del Emmo. Sr. Cardenal, Arzobispo de Toledo” de Manuel Ignacio Moreno, Imprenta de la viuda e hijos de Eusebio Aguado, Madrid 1879).

9. ¿Tirano García Moreno?… “Río de sangre” según Virginia Klinger, como se muestra en toda la película; una “época negra” como se anunciaba en la publicidad anterior a la exposición de la misma: Esta es una de la más publicitadas falacias contra el Gran Caudillo, que sus enemigos la han esgrimido desde cuando este aún vivía, ejemplo de esto es “La Dictadura Perpetua” de Montalvo, dónde G.M. hasta freía y comía jóvenes inocentes (!)… sin comentarios. Primero; para descalificar de plano el título de “tirano” que se lo ha dado, debemos aclarar lo siguiente: Según el concepto jurídico de este término; tirano es quién ha usurpado el poder, manteniéndole a base de la fuerza o el terror; según el concepto tradicional del término, tirano es quién a pesar de poder tener legalidad en su mando, sin embargo no posee legitimad ni autoridad espiritual, por mucho que haya documentos o poderes fácticos (el pueblo, el dinero, la fuerza) que lo respalden, el tirano verdadero es alguien que se ha atribuido poderes y facultades superiores a su ser y a su capacidad por tanto (Ejemplo: los “revolucionarios” franceses de 1789, los subversivos rusos de 1917, y en el caso particular del Ecuador Eloy Alfaro y los liberales a partir de 1895). En ninguno de los dos casos fue García Moreno tirano, en el primero a G.M. y según el régimen vigente republicano fue elegido por el país entero en 1861 y el pueblo después acepta su sistema de gobierno, al punto que para 1869 somete su proyecto de Constitución, también conocida por sus detractores como “La Carta Negra” a un referéndum dónde es aprobado con amplia mayoría (caso casi único en la historia del país, solo el caso del actual referéndum aprobatorio se le equipara), no mantuvo su régimen bajo el terror, como se pretende, y más bien sus detractores tendrían que mantener así el suyo (más adelante se detalla este tema). En el segundo, desde la Tradición, G.M. no solo que no fue tirano, sino que era “digno de ceñir la corona y el cetro de un grande Imperio”, las capacidades y el ser de García Moreno, no necesitaban más aprobación y refrendación para ejercer el poder que las dadas y ungidas por la misma Divinidad. “Si damos a las cosas el nombre que legítimamente les corresponde, lo que se llama tiranía en la Dictadura Perpetua no era sino e catolicismo integral aplicado a los individuos y a los pueblos, sin los subterfugios indecorosos de los que pretendían ser católicos en la vida privada y ateos en la vida pública”… “Y esto era un crimen bautizado por el liberalismo con el nombre de tiranía. Y por este crimen de predicó y se ejecutó el asesinato de García Moreno”… podemos así concluir esto con Loor.

Lo lamentable de las acusaciones de las “masacres” y “ríos de sangre” que supuestamente se vertieron en su época, es que no tienen ninguna base o fundamento real alguno. García Moreno en todo el tiempo que ejerció el poder o influyó en él, fue responsable directo de la muerte de medio centenar de personas, fueron fusilados SOLAMENTE –comparado con otros gobiernos ecuatorianos que detallamos más adelante- en total cuarenta (40) personas –la mayoría de ellas, exceptuando a Maldonado y a Viola, por ordenes y medios legales y judiciales, muchos en medio de la rígida ley marcial y que en su mayoría estaban sindicados por atentados subversivos contra el orden, NO por caprichos personales de G.M.-; y murieron a causa de encierro, azotes o persecución otras diez (10) más. En un simple análisis comparativo podemos ver la falsedad del asunto, es decir del “río de sangre” que corrió en época garciana:

El Gran Vicente Rocafuerte –que solo gobernó menos de la mitad del tiempo que G.M.- mandó a fusilar –muchas veces por estricta y personal decisión suya, de manera “dictatorial”- por lo menos a sesenta y dos (62) personas; y no se lo caracteriza como tirano, ni su época como “negra” o llena de “ríos de sangre”, por el simple hecho que es tenido por liberal; si, tenido, pues si bien fue liberal por doctrina y convencimiento antes de llegar al poder, después de estar ya en él no solo que dejó de ser liberal, sino que se convirtió hasta en reaccionario; “Rocafuerte y García Moreno, después de haber figurado ellos también al frente de la oposición cual furibundos tribunos, abiertos ya los ojos ante el abismo, no vacilaron en reparar honrosamente sus violencias declarándose campeones de la reacción antirevolucionaria”, indica Le Gouhir a este respecto. También vale citar al mismo Rocafuerte para caracterizar a su gobierno: “Palo y más palo, es el único modo de gobernar a estos países plagados de inmoralidad, de vicios y de toda lepra social: lo demás es bufonada…” “… en este país de insensatos, solo se gobierna a latigazos…” “…”A mí, no me arredra el título de tirano; lo que me horroriza es la idea cruel, de que por falta de valor y firmeza en el gobierno, diez o doce anarquistas trastornen el orden o interrumpan el curso pacífico de nuestra prosperidad”. “Portales, en Chile, ha fijado la paz y el orden a punta de látigo y de rigor: ese es el medio más positivo de organizar estas atrasadas regiones… en América sólo un Gobierno enérgico como el de Prieto o de Rosas, que raye en despotismo o en feroz tiranía, podía sostener y conservar el don precioso de la paz”.

Bolívar “El Libertador”, mataba a sus adversarios “a troche y moche” fuera del campo de batalla; ejemplos: en un solo día ordenó fusilar a seiscientos (600) de sus opositores del sur de Colombia y el Norte del Ecuador, otro caso similar es el de los pastusos de Mira (Provincia del Carchi), veinte (20) fueron fusilados en una sola mañana por órdenes de Bolívar, hasta ahora existe en Mira “la Quebrada de los pastusos” dónde sus cuerpos fueron echados . Pero todo esto es casi un cuento de niños, y Bolívar y Rocafuerte son casi “Hadas Madrinas”, al lado de lo que vendría después con los liberales en serio…

Según varios y reconocidos historiadores, etnógrafos y sociólogos muy bien documentados (Alfredo Costales Samaniego, González Páez, Le Gouhir y Rodas), el proceso “revolucionario”-subversivo en verdad- liberal, desde su inicio con el Gral. Urbina (quién en tiempos de su gobierno era llamado como “el tirano” donde “muchos enemigos y ciudadanos independientes padecieron, en sus personas y en sus bienes, por la tiranía de los tauras, aquel regimiento de negros semibárbaros, colombianos en su mayoría, que formaban algo así como una escolta de Urbina y a los que llamaba ’mis canónigos’, autorizando así sus tropelías”), pasando por el “tiranuelo” Veintimilla (que se encargó de “faenar” a varios garcianos, como Vicente Piedrahita y Mons. Checa y Barba), y terminando con “el mejor ecuatoriano” Alfaro (en cuyo gobierno los asesinatos se contabilizan por miles, y este SI fue tirano en todo el sentido de la palabra). Así, todo el proceso “revolucionario” liberal (golpes de estado, guerrillas subversivas, guerras civiles, etc. que en su mayoría fueron financiados desde el extranjero) le costó al Ecuador entre el 35% y el 40% de su población masculina de la época (entre ellos, buena parte de los mejores elementos que poseía); solo hagamos cálculos para entender la magnitud de esta tragedia. Si lo mismo sucediera hoy, solo contabilizando la población ecuatoriana que reside en el Ecuador; cerca de tres millones (3,000,000) de personas serían exterminadas en poco más de tres décadas, es decir un millón por década aproximadamente. Y el panorama no mejoró cuando el liberalismo llegó al poder; su sostenimiento fue a base del terror, de la “fuerza de las armas y del dinero”, como nos indica Jorge Luna Yépes: “La dominación liberal radical tuvo todos los caracteres de un régimen totalitario: se vivió prácticamente el absolutismo del Estado al servicio de una oligarquía doctrinaria de tipo masónica, anticlerical y anticatólica, copia del viejo jacobinismo francés. La oligarquía creo una fuerza pública del mismo espíritu que impedía de hecho y con medidas frecuentemente sangrientas toda reacción, no solo de los elementos no liberales, sino aún de los liberales que no estaban con la línea de la camarilla dominante. Las elecciones eran un mito; los electores eran disueltos con cargas de caballería o con la intervención de garroteros más o menos remunerados; quienes votaban eran los policías y soldados, multiplicando el sufragio hasta el número ordenado y colaboraban con los miembros de las juntas electorales, designadas por el Ejecutivo, para destruir u ocultar los votos que ingenuos ciudadanos, irreductibles al desaliento, depositaban, desafiando el fraude o la violencia. Las reuniones de carácter político eran perseguidas como si se tratara de delitos de conspiración y la prensa no podía vivir sino cuando seguí las directivas del régimen imperante. Era una verdadera dictadura de partido, sostenida por la fuerza de las armas y del dinero”.

Solo basta recordar tres hechos puntuales de la historia nacional, para entender la crueldad y fiereza del Estado y el gobierno liberal: el primero; el último intento revolucionario de Alfaro en enero de 1912, qué después de haber dado su palabra de honor de nunca más intervenir en asuntos públicos del Ecuador, abandonado en Agosto de 1911 el país; pero como era de esperarse incumple con su palabra y vuelve a querer retomar el poder con el amparo de dos levantamientos de acólitos suyos en Guayaquil y Esmeraldas, ante esto el gobierno liberal de Freile nombra a Leónidas Plaza como “Director de la guerra” y ordena el aplastamiento de las rebeliones contra un gobierno liberal y de derecho, basado en el “orden constitucional”, este guerra civil entre liberales provoca tres mil (3000) muertos en menos de diez (10) días a comienzos de enero de 1912, y finalmente provoca la muerte y el arrastre del mismo Alfaro; el segundo, la masacre de los obreros del 15 de noviembre de 1922, por órdenes de la cúpula mayor liberal radical se asesinó a por los menos doscientos (200, según cifras oficiales que suelen por lo general ser menores a las reales) de ellos en Guayaquil, cuando protestaban por mejoras sociales. El tercer caso es la guerra de los cuatros días en 1932, que fue provocada también por la cúpula liberal-radical, para no permitir tomar el poder a Bonifaz, quién era legítimamente y legalmente el presidente del Ecuador, este trágico y heroico episodio histórico, contabilizó según cifras oficiales de la época (volvamos a recordar que las cifras oficiales son menores casi siempre a las reales, y más en este caso, que los cadáveres fueron enterrados en fosas comunes a dónde eran llevados en camiones durante varios días) cuatro mil (4000) muertos en ambos bandos, en cuatro días de luchas en Quito. Recordemos que en el primer caso mencionado en tan solo diez días mueren 3000 “ciudadanos” en menos de 10 días, en la masacre de 1922, el total de muertos (200) fueron en un solo día, y en el tercero en tan solo cuatro días: cuatro mil personas. Más de 7000 personas en solo tres sucesos del liberalismo-radical y en menos de quince (15) días todos estos. García Moreno en 12 años de gobierno propio y en 4 de influencia externa, repetimos, ocasionó la muerte de MEDIO CENTENAR DE PERSONAS, cuarenta y dos fusiladas y otras tantas perseguidas, azotadas, etc. García Moreno no solo que no protagonizó una “era negra” ni mucho menos “ríos de sangre” en sus gobiernos, pues su tiempo se caracterizó por la paz y el orden reinantes en la Nación; sino que además comparado con todo lo que detallamos más arriba, es un “cándido” e “inocente” gobernante. No está de más anotar que los liberales si que nos regalaron “ríos de sangre”, y al parecer quieren “cargarle el muerto” o mejor, los muertos a Don Gabriel en la película. Método que al parecer aprendieron de sus “gran maestres” ingleses, que les encanta achacar los muertos propios a todo el mundo… solo recordemos que ellos fueron quienes inventaron los “campos de concentración” en la guerra contra los Boers.

(VER: Ob. Cit. de Gálvez, Ob. Cit. de Luis Robalino Dávila, Ob. Cit. de Jorge Luna Yépes. “Odio y Sangre” “La Batalla de los cuatro días”. Julio C. Troncoso. Editorial “Fray Jodoco Ricke”, Quito, 1958. “Un gran Americano – García Moreno” de José María Le Gouhir, 2ª Edición, Prensa Católica, Quito 1923. “Historia de la República”, de Alfredo Pareja Diezcanseco. “El Telégrafo” Martes 30 de Agosto de 1932 y días posteriores. Historia y Geografía del Cantón Mira, de Francisco Ulloa, 1ª Ed. 1995. LA GUERRILLA AZUL, LOS CARAJOS DE LA CURUCHUPADA, de Alfredo Costales Samaniego, Editorial Abya-Yala. “García Moreno y sus asesinos”, de Wilfrido Loor, 2ª Edición, Editorial Ecuatoriana, Quito 1966. “Memorias Históricas- Génesis del liberalismo su triunfo y sus obras en Ecuador” de Miguel Ángel González Páez, Editorial Ecuatoriana, Quito 1934)

10. ¿Despilfarro?

Según el Montalvo de la película, el gobierno garciano se dedicó a despilfarrar dinero mientras “el pueblo se moría de hambre” y el Ecuador seguía “con tantas cosas por hacer”; entre otros “proyectos ilusos” dónde el despilfarro se hacía efectivo, nombra el Observatorio Astronómico que fuera instalado en la época. Nos extrañaría que Juan Montalvo le haya preocupado los “despilfarros” en la cultura, que él en lo personal tan fanático era, y que de hecho cuando reconoce lo positivo del gobierno de G.M. es justamente por esta razón; además que raro que Montalvo se preocupe del pueblo ecuatoriano que no se cansa de tratarlo como un “esqueleto rechinante” (Prólogo a las Catilinarias, edición de París de 1925). Parece que al guionista del filme le parecen despilfarros las preocupaciones y adelantos en el arte, la ciencia y la cultura que llevó adelante el gobierno mencionado. A pesar de esto, en el supuesto no consentido, que Montalvo hubiera expresado tal juicio, habría y hay que aclarar la política económica de G.M.

Cuando llegó al poder, el erario público prácticamente estaba quebrado, pero García Moreno no solo que encaminó la “Hacienda Pública sobre la triple base de la probidad, la economía y él crédito nacional”, sino que convirtió a las cajas fiscales en fuentes “mágicas” de recursos para el sinnúmero de obras que partidarios y detractores le reconocen. Hecho que nuestros economistas teóricos no le perdonan. Le Gouhir se pregunta: “Si el reinado de la libertad democrática, del “taurismo” y de la ineptitud traía el erario tan exhausto de recursos como repleto de deudas, ¿cuál no sería la situación económica a los dos años de intervención extranjera, de anarquía y de guerra civil?”… De esto deberíamos esperar que la situación no le permitiera a García Moreno despilfarrar demasiado dinero, pues no tenía de dónde… Empero del sombrío panorama económico, G.M. logró entre otras cosas en su primer gobierno solamente, pagar la deuda nacida de empréstitos voluntarios, necesarios para la guerra contra Urvina, Castilla y Franco; invirtió los gastos para la reorganización de la Administración y habilitación de locales; alzó los sueldos y los pagaba siempre puntualmente; recordemos aquí que el suyo lo donó por completo al Estado; costeó empedrados, construcciones varias y adornos de la capital; pagó las gestiones del Concordato, contratos con docentes religiosos y de beneficencia, con el correspondiente viaje e instalación; multiplicó los colegios, escuelas primarias y especiales; construyó edificios sagrados, instituciones benéficas y fiscales, carreteras nacionales; financió el vestuario y el equipamiento moderno y necesario para el Ejército de la época, fortificó Guayaquil, además de mantener varias guerras con un ejército de 10.000 hombres, que debían ser pagados puntualmente, contra Mosquera y Arboleda, si a eso le agregamos que tuvo que suprimir varias revoluciones, dos formidables invasiones de Urvina, etc., etc… Todo esto sin haber endeudado al Estado… Belisario Quevedo, de doctrinas opuestas a García Moreno, nos puede agregar que “Bajo el mandato organizador, activo y perentorio de este célebre gobernante se construyeron la carretera nacional y el ferrocarril central en la sección de la costa. En ésta demás, se limpiaron y canalizaron los ríos navegables, se iniciaron vías como las de Pailón y Santo Domingo de los Colorados (después olvidadas), se inició la explotación del petróleo por cuenta del Estado; se edificaron se instalaron en el país escuelas, colegios, universidades, cuarteles, casas de beneficencia; en la capital de la República una escuela politécnica con maestros europeos y jóvenes becados de todas las provincias; casa de artes y oficios, de Bellas Artes y un bien montado observatorio astronómico”. “Su administración desde el punto de vista financiero y fiscal es el ejemplo más acabado de rectitud, cumplimiento y honradez…”

En cuanto “al pueblo muerto de hambre” que habla la película, Wilfrido Loor nos dice lo siguiente: “El pueblo tiene hambre. ¡Qué horrible Calumnia! Desde la época de la fundación de la nacionalidad el pueblo nunca estuvo en situación tan próspera situación en los tiempos garcianos. La multitud de obras públicas que se construían daban trabajo a miles de obreros; el jornal había subido al doble, los empleados subalternos gozaban de mejor sueldo y en los artículos de primera necesidad, carne, queso, leche, la mano férrea de García Moreno (controlaba los precios), su protección a la agricultura, la persecución a ladrones, la severa moral de los recaudadores de impuestos y el control para que nadie eludiese el pago de las contribuciones mantuvieron el precio al nivel de los precios antiguos, y no bajó el valor de la moneda. No era García Moreno del número de esos magistrados que por demagogia o ignorancia suben los sueldos al doble para que los víveres suban al décuplo. Naturalmente los usureros, los explotadores de los indios y de los pobres, los que antes ejercían el monopolio de ciertos oficios como el talabartero Rayo y sobre todo los liberales, que eran los explotadores de los pueblos por medio de la plutocracia internacional en manos de masones y judíos, no podían estar contentos, pero esto era un bien y no un mal para la República.”

“La honradez pulcra tocante a los dineros de la Nación –dice a este propósito Carlos R. Tobar-, la organización de la Hacienda, la observancia estricta de su inmaculado manejo en orden a los empleados fiscales, la exquisita economía en el gasto de los míseros ingresos del Erario, le permitieron invertirlos como centuplicados en infinidad de escuelas, de colegios, de hospitales, de puentes, de caminos, excediendo como obrero a todos los Presidentes juntos que ha tenido la República ecuatoriana.”

García Moreno sin duda fue un economista mágico, basado en los pilares de la religión; su semejanza con los nobles medievales se refleja hasta en esto, la economía del Ecuador en su época, como lo era en el Medioevo la de los Señores Feudales, era autárquica, supeditada a la Política y no viceversa –aquí vale mencionar que en relación a la soberanía económica, G.M. NUNCA aceptó deudas usurarias mal contraídas por anteriores gobernantes, cuando era así, el simplemente no las reconocía y no las pagaba, un caso a citar es el de la Deuda Colombiana contraída por Urvina, a esta la calificaba de “Convenio inicuo, fraudulento y abrumador de 1854”-, ; su objetivo no era como la del hombre y el Estado moderno y burgués, la acumulación de riquezas en metálico o moneda, sino mas bien todo lo contrario, la riqueza se la entendía como todo lo desplegado para el bien funcionamiento de la sociedad y el bien común, su economía no veía como obtener el dinero para todo esto, su economía buscaba como gastar todo su dinero para la salus publica. El mismo García Moreno nos lo confirma; al ser preguntado por Tomás Vergara de cómo podía llevar al frente esta poco menos que milagrosa organización económica, este contestó: “No es asunto tan complejo. Yo firmo los vales y Dios los paga”.

Para finalizar este punto mostramos algunas cifras y datos: En el bienio 1871-1873, gracias a la ventajosa situación del Erario público, el Estado ecuatoriano pudo amortizar su deuda interna con 1,712,000 pesos, dedicando medio millón a la Instrucción Pública y Beneficencia, gastándose otro 1,208,000 en Obras Públicas. En el sexenio presidencial de 1869-1875, según consta en el último mensaje de García Moreno, se había finiquitado la deuda externa o McKIntosh contraída por gobiernos anteriores al suyo por valor de 525,379 pesos, se canceló por completo la deuda contraída por el Presidente Espinoza para la reconstrucción de Ibarra, al igual que la de “Manumisión de Esclavos” que databa de la época de Urvina. Se invirtió 1,386,759 pesos en obras de Beneficencia e Instrucción Pública, y 3,715,732 en Obras Públicas. El total rondaba los diez (10) millones; todo esto cuando García Moreno había recibido el Erario prácticamente quebrado “sin un peso encima” en 1859.

Como dato final y sin duda de interés, el peso ecuatoriano, la moneda de entoces, llega a estar a la par del dólar (un peso ecuatoriano = un dólar), hecho más que fantástico, solo recordemos que para cuando el fenecido sucre dejó de existir se cotizaba a 25,000 sucres por cada dólar.

Nos preguntamos, así y con todo lo que tuvo que costear… ¿tendría los medios para poder despilfarrar algo de dinero? De ser así, ¡su obra económica sería más admirable todavía!

(VER: Ob. Cit. de Le Gouhir y Rodas. Ob. Cit. de Wilfrido Loor. Ob. Citada de Gálvez)

11. Relación de García Moreno con los indios

En el filme, se muestra la represión contra la revuelta que protagonizó “Daquilema Rex”, por cuestiones “étnicas” y hasta tradicionales, pues vemos que la denominación que se le dio al líder de la rebelión fue de “REX”, no de “presidente del consejo” o parecidos, más que económicas, como se da a entender en la película al decir que la rebelión se debe a que piden la supresión de los “huasipungos” (siempre el hombre moderno no ve más allá de la crasa materia, y de su manejo, y lo interpreta todo de esta forma); a la vez se da a entender que la represión la habría ordenado García Moreno para no afectar los intereses económicos de los hacendados serranos, nada más lejano de la realidad. La represión se debió sobre todo al control del orden dentro de la Nación, García Moreno no toleraba la insurrección de nadie, ni de los liberales guayaquileños, ni la de los indios serranos… pero esto NO significó para nada que su relación y sus políticas hacia esta raza hayan sido hostiles, los hechos demuestran todo lo contrario.

Efrén Avilés Pino hace esta audaz afirmación, considerando que como según indica Gálvez, en la época “los indios han sido considerados como bestias”, en su artículo sobre García Moreno en su monumental “Enciclopedia del Ecuador”: “Fueron notables sus afanes renovadores y apreció los problemas sociales y culturales del indigenismo”, y de hecho fue así, si entendemos el indigenismo como una vía para rehabilitar a la raza india, y no como una forma de subversión cultural neo-marxista que no tiene nada que ver con las tradiciones e historia de esta raza.

Francisco Salazar Alvarado, dedica un cabal capítulo en su obra “Encuentro con la historia” a este tema, creemos que debemos reproducir la opinión de este al respecto: “El impulso legal de García Moreno de la obligatoriedad de la instrucción primaria y la decisión de mantener establecimientos educativos para los indígenas, afanes que se topaban con las tareas e trabajo del campesino, a cualquier edad, lo llevarán a la creación de un Normal –el primero en la historia republicana- específico para la formación de maestros indígenas, lo que empezó a ser realidad desde 1871 –fecha que coincide con el levantamiento de Daquilema-. Los indígenas que iniciaron sus estudios en este Normal vinieron de las provincias de Loja, Imbabura, León (hoy Cotopaxi) y Pichincha. El Gobierno costeaba la alimentación, el vestido y los útiles escolares. En 1875 salieron graduados en el Colegio Normal los primeros docentes indígenas, para servir a los niños y jóvenes de sus comunidades. En nuestro territorio amazónico, las misiones de los jesuitas cumplieron una sobresaliente tarea evangelizadora y cultural… Todos los analistas serios de la obra garciana juzgan que si se hubiera mantenido unos cuantos años más el Normal Indígena –que fue cerrado después de la muerte de G.M. en el gobierno del “tiranuelo” Veintimilla- se habría producido un profundo cambio social, a todo nivel.”

El comunista –fundador del Partido Comunista del Ecuador en 1926 delegado por Pichincha- Emilio Uzcátegui, nos aporta su testimonio: “El Visitador de los Hermanos Cristianos, Don José, quiso formar maestros indígenas y con este objetivo trajo a Quito cinco indiecitos de Loja. El Presidente se interesó por el aumento de este número y ordenó al Hermano que viajara también a buscar nuevos alumnos en Otavalo, Cotacachi y San Pablo. De los doce indígenas que se preparaban para el magisterio en 1875, cinco fueron a ejercerlo en Imbabura y Loja. Quedaron otros diez a los que el Gobierno costeaba alimentación, vestuario y útiles de enseñanza. Además en algunas poblaciones de la Región Oriental los Jesuitas mantuvieron escuelas para los indios, con una población total de quinientos escolares”.

Además de todo esto, García Moreno, puso al alcance de estos Hospitales, centros de aprendizaje musical y de tecnificación agraria, a cargo de las Escuelas Cristianas.

(VER: “Enciclopedia del Ecuador” de Efrén Avilés Pino. Ob. Cit. de Francisco Salazar, Ob. Cit. de Gálvez. Historia de la educación en Hispanoamérica, 2ª Edición, Editorial Universitaria, Quito 1975)

12. Se observa desde la primera presidencia de G.M. sobre su escritorio el cuadro de la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, que no existió sino hasta 1873, el mismo fue mandado a pintar en el exterior y apenas llego al país a finales del año mencionado, y recién en Marzo de 1874 el mismo fue “entronizado en la casa presidencial”. Hay dos cuadros alegóricos de la época, el original que se conserva en la catedral y uno de Rafael Salas que se conserva en la Basílica del Voto Nacional. No está de más señalar que si bien la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús fue por decisión del Presidente y la anuencia del Congreso, la idea y quién la propulsó desde la década de 1860, y finalmente logró que el Presidente accediera a esto fue el Padre Manuel Proaño S.J. Este tipo de errores podrían parecer menores, pero no lo son, ya que demuestran la falta total de historicidad del filme y del libro en el que se basó, por lo tanto siendo para nada referencia historiográfica valida. (VER: “La Consagración”, 2ª Edición, por Severo Gomezjurado S.J., Quito 1984)

13. Cuestión del cónsul de Colombia Arcesio Escobar:

El Cónsul Escobar de Colombia, natural de Medellín, llegó a Quito en 1860 enviado del Gobierno de Arboleda (más cercano a García Moreno por ser católico y líder de la resistencia contra los “rojos”; en cambio Mosquera, quién asumiría el mando granadino por medio de la guerra contra los legitimistas, era considerado como el “diablo liberal” jefe de los rojos); al iniciarse la guerra civil entre Arboleda y Mosquera, se empiezan a dar una serie de repetidas solicitudes de apoyo al gobierno de García Moreno a favor de su co-ideario Arboleda; pero García Moreno en una situación aún de Guerra Interna, controlando los desmanes que había provocado la invasión peruana y la traición de Franco, no solo que se niega a prestar apoyo a Arboleda, sino que rompe con este y le presta atención a Mosquera, con quién mantiene “buenas relaciones” sobre todo por el proyecto geopolítico de este de restaurar la Gran Colombia, plan que es compartido por García Moreno; después será descartado por los excesos de Mosquera contra la Religión Católica y porque se pretendía dividir al Ecuador en cinco pequeños estados, y no uno solo como lo fue en la original Gran Colombia. Ante esto, Escobar (a pesar de ser admirador de la política de García Moreno, por ser este católico comprometido) no tiene más opción que protestar enérgicamente contra el gobierno y las decisiones de García Moreno. Y debido a esto G.M., primero por considerar que Arboleda no representaba al gobierno legítimo de Colombia y segundo por inmiscuirse en política nacional, es mandado a arrestar. No como se muestra en la película, dónde supuestamente se lo encarcela por criticar de manera informal los planes geopolíticos de García Moreno en relación a Francia (Nuevamente se muestra G.M. como un resentido de primera, que por cualquier cosa que le afecte el orgullo propio realiza desmanes, nunca hay interés Patrio, Religiosos o ninguno superior, solo su vanagloria… ¡cuantas mentiras!). Por cierto el arresto no se cumple, y Escobar nunca es encerrado en el Ecuador, pues como bien representa el filme, Virginia Klinger lo protege y ayuda a regresar a Colombia, mas no por cuestiones amorosas como se pretende, sino por lealtad con un amigo. Para ver el tamaño y la mala intención de este asunto, debemos mencionar, que se atribuye la posterior guerra de Ecuador contra Colombia a este motivo, debido a que “los celos” de Don Gabriel, lo habrían llevado a declarar la guerra a Arboleda en 1862, para luchar contra Escobar… Guerra que por cierto la pierde el país, y García Moreno es aprisionado por Arboleda, dónde este último actúa magnánimamente firmando un el “Pacto de Tulcán” de 1872 “con hombres de punto y valor como el señor García Moreno”. Al poco tiempo de esto, Arboleda es asesinado por los liberales de Mosquera (con quién García Moreno mantenía pésimas relaciones ya en ese momento), y Escobar siendo parte del ejército derrotado en la Guerra Civil granadina, no tiene otra opción que exiliarse; se le ofrece como opciones Chile o Perú dónde podría ocupar una secretaria de un consulado y vivir tranquilamente, pero este no acepta y viene a vivir al Ecuador al amparo del gobierno “despótico” que había ordenado su arresto solamente dos años antes. Escobar es recibido calurosamente en Quito y mantiene una vida sin más sobresaltos que las noticias de su patria; García Moreno nunca le pone un dedo encima… muy rara la decisión de Escobar, volver al país dónde fue humillado y perseguido, dónde gobierna su “enemigo” García Moreno… y lo más raro todavía, es que viene al Ecuador para vivir en la limitación económica, ya que el Gobierno de Colombia no le ofrece ningún otro cargo; pero aún más raro no parece que el resentido García Moreno no le moleste durante sus cuatros años de estadía en Quito… bien pudo haberlo fusilado… Finalmente el Señor Escobar muere de fiebre amarilla junto a un gran amigo suyo, Carlos Klinger.

(VER: Ob. Cit. de Julio Tobar Donoso. Ob. Cit. de Manuel Gálvez. Ob. Cit. de Luis Robalino Dávila)

14. Faustino Lemus Rayo, uno de los asesinos de García Moreno, que supuestamente fue enviado al oriente, y publicitado este como un hombre íntegro:

Faustino Lemus Rayo, jamás fue confinado al Oriente ecuatoriano por órdenes de García Moreno, cuando ejerció algún cargo político en Napo fue en el Gobierno de Javier Espinosa, entre 1866 y 1869. Mucho menos se lo enviaría a este por razones pasionales en relación a la mujer de este con el Caudillo. Este punto bien ha sido calificado como un CRÍMEN CONTRA LA HISTORIA. Faustino Rayo, a contrario de como se indica en la película, fue PROHIBIDO por García Moreno a partir de 1871, de realizar viajes al Oriente por petición del Vicario Apostólico de esas provincias, Vicente Daniel Pástor, que desde el gobierno de Espinoza lo venía solicitando en estos términos: “Por todo lo expuesto debo asegurar a V.E. que es de todo punto imposible continuar la misión si el señor Rayo va a la provincia investido de alguna autoridad. Como negociante particular no hay obstáculos para que haga sus negocios, porque entonces no podrá cometer los abusos ni causar los trastornos en que ha envuelto la Provincia hasta ponerla en estado de que los indios me aseguran que si el señor Rayo vuelve como autoridad se ausentarán en los bosques y no concurrirán a los pueblos” -Carta del Vicario Apostólico Vicente Daniel Pástor al Ministro del interior, fechada el 3 de Diciembre de 1907, y que reposa en el Archivo del Ministerio de Gobierno. A causa de esto a Rayo, se le prohíbe viajar al oriente en el segundo gobierno de García Moreno, otros documentos reveladores en cuanto a este tema, son las repetidas solicitudes de Faustino Rayo a García Moreno para que se le permitiera regresar al Oriente, y que fueron negadas por el Ministerio de Interior, en al menos tres ocasiones, el 20 de diciembre de 1871, el 8 de enero de 1872 y el 8 de marzo del mismo año, documentos todos que reposan en el Archivo del Ministerio de Gobierno. También la carta del vicario apostólico no sirve para denotar la calidad moral de Rayo.

Pero el Vicario Apostólico no fue el único religioso que se oponía a la presencia de Rayo en el Oriente, hecho que nos detalla Rodolfo Pérez Pimentel: “Rayo gozaba de todas la confianza de García Moreno y aún del Superior de la Comunidad Jesuita del Napo, Padre Ambrosio Fonseca, de nacionalidad colombiana, a quien servía en diferentes oficios como Jefe de la escolta; pero como el Padre Guzmán insistiera contra Rayo, el Padre Fonseca lo mandó a llamar y en Marzo de 1871 logró que renunciara a la Jefatura de la Escolta. Nunca se ha sabido cómo pudo el padre Fonseca conseguirlo; en Octubre Rayo salió para Quito a ver de arreglar su situación personal con García Moreno, pensando que el asunto con el Padre Guzmán estaba olvidado y le permitiría regresar al Oriente. En Noviembre ocurrió la entreviste entre ambos personajes. García Moreno estaba furioso y Rayo le presentó una lista de acusaciones contra el Padre Guzmán. García Moreno le preguntó ¿por qué no ha firmado Ud.? Rayo contestó: Firmare aunque sea cuatro veces. García Moreno, muy molesto, le replicó: Cincuenta veces firmará Ud. y Ud. no volverá más allá y todos los blancos saldrán, dando por terminada la reunión a capazos… Dichas dificultades y la mala situación económica que le sobrevino a consecuencia de la prohibición de continuar sus negocios en el Oriente y desde 1872 una numerosa competencia profesional, pues Francisco Flores y Zenón Salazar también instalaron talabarterías, le provocó rencores e insatisfacciones y usualmente exclamaba; “Día a de llegar que asesine a este bandido por quien he sufrido tanto”. “Maldita sea esta tierra, aquí no se puede hacer dinero como en Colombia”. “Compañero, vámonos de aquí, porque este tirano ha metido a tantos extranjeros que ya no podemos vivir”. Rayo estaba en la plenitud de su fortaleza física, tenía 39 años de edad y un aspecto de campesino sano y delgado, lo que unido a sus ideas obsesivas, a un temperamento religioso hasta el fanatismo, le tornaba asaz peligroso. Comulgaba todos los días y hasta se ha dicho que era miembro de la Conferencia de San Vicente de Paúl y como alguien le oyó y fuera a denunciarlo a la Policía, García Moreno dijo: “Este hombre es de los que comulga y por lo tanto no ha de ser verdad ni es peligroso”, acordándose que días atrás le había visto comulgar en Santo Domingo.”

Además de estas importantes e irrefutables fuentes documentales, debemos mencionar el valioso testimonio de Faustino Rayo Carpio, hijo de Lemus Rayo, quién desmiente que Rayo haya sido enviado al Oriente entre 1871 y 1875, señala que su padre desde 1871 “no fue ni al Ejido” y califica de “criminal” a la supuesta carta que le dio aviso a su padre de los amoríos de su madre con García Moreno, y por la cual habría regresado a perpetrar el asesinato, cuando de hecho siempre estuvo en Quito en todos esos años. Rayo Carpio también desmiente los amoríos supuestos de su madre con G.M., y los califica de “falsedad”.

La película incurre en este grave error histórico, al punto, que por solo este hecho debe ser descartada en su totalidad. Otro error que se muestra en la misma es la de una hija de la Sra. Carpio que al parecer tendría unos 5 años en la época de los sucesos, hecho también completamente falso, debido a que tuvo “dos Rosas muertas en la infancia”, sus únicos hijos varones que sobrevivieron fueron Faustino Rayo Carpio nacido en 1874 y José María Lemus.

Finalmente hay que indicar que Rayo poseía una situación económica muy cómoda por muchos años, de hecho poseía el monopolio de las Talabarterías de Quito, y bajo su cargo se encontraba varios empleados; situación que mejoraba con sus negocios en el Oriente, pero que se vino a pique a partir del segundo gobierno de G.M., cuando este prohibió los monopolios y dio el paso a la diversificación económica, abriéndose varias talabarterías más en Quito, y ya Rayo sin poder viajar al Oriente, vio sus caudales reducidos, siendo esta una de las causas de su resentimiento con el Presidente que finalmente lo llevarían al asesinato, y no los supuestos y falsos amoríos del “tirano” con su mujer. Con el otro cuento de los amoríos de García Moreno con la esposa de Rayo, vale volver a citar a César Pérez Moscoco quien nos dice que “no solo se acusa al Grande Hombre del delito de falta a la fidelidad a su mujer, y a su ser propio, por medio del adulterio, sino también de fariseísmo, al violar en su vida privada las normas de moral cristiana que tanto se afanaba por implantar en la República; de cobardía, al conseguir con engaño el “alejamiento” de Rayo, nombrándolo “Gobernador de Archidona”; y de tiranía, al impedirle “salir del Oriente” abusando siniestramente del poder político. De esta manera, se desvirtuaría por completo la tesis del verdadero martirio sufrido por el Grande Hombre a causa de sus convicciones religiosas y políticas. Y se rehabilitaría, en cambio, la personalidad de (los) asesinos, justificando y aún ensalzando su funesta obra”.

[VER: Ob. Cit. de Wilfrido Loor. Archivos del Ministerio de Gobierno. “En defensa de la verdad” de César Pérez Moscoso, Ed. Del Instituto Nacional Garciano del Ecuador, Guayaquil 1958. Entrevista a Faustino Rayo Carpio publicada en “El Telégrafo” de Guayaquil el 20 de Abril de 1958. Ob. Cit. de Rodolfo Pérez Pimentel, artículo de Faustino Rayo-TIRANICIDA (sic.) ]

15. Flagelación de Ayarza; Encuentro falso entre Juan Borja y G.M.; fusilamiento del Gral. Maldonado.

15.1 La flagelación del Gral. Ayarza es, según la película, producto… nuevamente, del resentimiento de García Moreno por un incidente de su juventud, dónde este le habría corregido una impetuosidad violenta muy característica de él. Pero la verdad… así es… adivinaron… es otra.

El Gral. Ayarza, granadino, como en anteriores ocasiones ha ayudado en un plan conspiratorio contra el entonces gobierno del Triunvirato, junto a Urbina y a Robles que han pretendido sublevar al ejército a favor de Franco (para quienes no lo sepan, Franco quería entregar el Ecuador al Perú, sin duda crimen de alta traición de este y de sus acólitos). Recordemos que Ayarza apoyó el levantamiento de Urvina, y estuvo abiertamente de parte de Franco, además de haber dirigido a los tristemente célebres tauras, en combates contra el gobierno de Quito. Ante esto, y por necesidad de disciplinar al ejército y a la ciudadanía por una falta tan grave como querer entregar el país a los extranjeros, no por resentimientos inexistentes; García Moreno, con la anuencia del resto de los triunviros ordena en Abril de 1860, la flagelación de Ayarza. La misma se lleva a cabo el 21 de ese mes y de ese año, y en cuanto a los detalles ningún historiador está de acuerdo… por lo mismo cualquier representación del hecho es solamente una suposición.

15.2 Se da un encuentro falso, en el filme, entre Juan Borja y Gabriel García Moreno en las gradas a la salida de una Iglesia, que en realidad fue entre G.M. y Montalvo en la entonces Calle de la Universidad, o de las Siete Cruces actual García Moreno, y fue Montalvo quién dijo a G.M. –y no G.M. a Juan Borja- “No cedo el paso a los perros” y García Moreno respondió –no Juan Borja a G.M.- “Pero yo si” haciéndose a un lado y dejándolo con la cara larga al citado ambateño. Este tipo de errores podrían parecer menores, pero no lo son, ya que demuestran la falta total de historicidad del filme y del libro en el que se basó, por lo tanto siendo para nada referencia historiográfica valida, y en este caso en particular, debido a que se da a entender que por esta razón, por venganza y resentimiento, Juan Borja fue perseguido y muerto. Cuando la realidad es que fue encerrado por haber tenido participación en un complot revolucionario contra el gobierno.

15.3 Nuevamente, como en el caso del Gral. Ayarza, se atribuye el fusilamiento del Gral. Maldonado a un simple capricho producto del… ¡resentimiento! del “loco”, por otro episodio de ridícula importancia. La realidad… es la siguiente; Maldonado, forma parte de una conspiración auspiciada otra vez, por Urbina, recordemos que Maldonado en Cuaspud llamó a Mosquera para ayudarlo a vencer al Ecuador y hacerlo entrar en Ibarra… esto se llama en lenguaje común: Traición a la Patria. Sin embargo esa vez lo perdonó García Moreno. Pero advirtiéndole lo siguiente; “… le dije a usted que si volvía a conspirar sería fusilado en la plaza…”, y al cumplirse esto, García Moreno no tuvo más opción que hacer cumplir lo dicho; el castigo era duro, pero necesario… ya no estaban en 1860, era 1865 cuando el Ecuador ya se había estabilizado y no podía soportar más sublevaciones y revueltas que impidieran su avance, Gálvez señala en torno a esto “Por un lado, su piedad religiosa le inclina al perdón. Por otro, la necesidad de acabar con las revoluciones y de salvar a la patria le inducen a la inflexibilidad”. El 30 de agosto es fusilado Maldonado, y este se atrevió a pronunciar el día de su arresto: “A fe de Maldonado, aunque yo conspire cien veces, tendrá que perdonarme el loco del presidente”.

Para finalizar el punto, hay que destacar que los autores de la obra en que se basa la película y el guión de la misma, no tienen noción de absolutamente ningún suceso como fue en verdad, prueba de esto, el mismo caso del Gral. Maldonado, en la obra cinematográfica es arrestado en su casa de Quito, en presencia de su esposa, y el soldado que lo arresta se niega a engrillarlo… la realidad histórica es otra, el Gral. Maldonado se encontraba ya por dos meses huyendo de los oficiales que le perseguían, se encontraba al momento de ser capturado en la hacienda Hacho en la Provincia de Bolívar en camino a Manabí para seguramente salir del país; quién procederá con el arresto es el Gral. Veintimilla, que por petición de García Moreno le insta a Maldonado a que se esconda o fugue “porque si ahora cae preso, sin remedio será fusilado”, y este se niega porque cree que no será fusilado por el “loco”; nuevamente y durante todo el trayecto hasta Quito y por insistencia de García Moreno que quiere que se salve, no solo que le insisten que huya, sino que hasta lo dejan solo… en Ambato hasta la mujer de Urbina le suplica de rodillas y llorando que huya… pero este no lo hace… para “que sepa el loco que no puede fusilarme nunca”.

Solo cabe concluir que ante esto, García Moreno, resolvió la suerte del reo por razones de justicia y de disciplina, no por odio, ni por venganza.

(VER: Ob. Cit. de Robalino Dávila. Ob. Cit. de Gálvez)

16. ¿Uso de aparatos de tortura?

Otra falsedad absolutamente infundada: la reinstauración de métodos inquisitoriales, que solo cabe en la mente de los más férreos detractores de García Moreno. La acusación ni siquiera es digna de ser rebatida… pues el gobierno de García Moreno se mantuvo firme por el absoluto convencimiento y apoyo de la aristocracia, del ejército y del pueblo, muestra de esto fue que al morir, la tan esperada revolución y levantamiento total no se produjo y el duelo en el Ecuador por us muerte duró 20 años. Nuevamente, los tan obedientes “progresistas” locales, parece que siguen los mandatos de sus “gran maestres” ingleses, pues vuelven a inculpar a García Moreno de crímenes perpetrados por ellos. Así debemos mencionar que la primera policía secreta que funcionó en el país, fue creada en el primer gobierno de Alfaro, la misma era dirigida por Abelardo Moncayo (uno de los asesinos de García Moreno), que junto a varios otros “librepensadores” recomendaban “un sano terror”. Es aquí dónde se implementan los primeros salones de tortura de la historia republicana del Ecuador. Contaban con métodos avanzadísimos para la época, por ejemplo; “shocks” eléctricos que eran aplicados a las víctimas opositoras al gobierno; además de un sinnúmero de aparatos y técnicas tradicionales, como el cepo, los grilletes, las pinzas destroza dedos, las cuerdas para estirar el cuerpo (al parecer les fascinaba a los torturadores aplicar esto en los órganos masculinos de reproducción), etc. etc. Parece que la inquisición tuvo sus más devotos seguidores en el bando liberal. Y si lo habrá sabido, Victor León Vivar, un ex – liberal torturado casi hasta la muerte y finalmente fusilado “como a un perro” en el cementerio de San Diego.

(VER: Ob. Cit. de González Páez)

17. Supuesto envenenamiento de Rosa Ascásubi por García Moreno.

“No sabe uno de qué asombrarse más, si de la imaginación y de la maldad monstruosa de quien inventó la historieta, o e la estupidez patológica de quine hoy la repite”, señala Gálvez al específico del supuesto asesinato de la primera esposa de García Moreno.

Una prueba de ello, contrario a lo que se muestra en la película, es la actitud de los familiares de Rosa Ascásubi para con García Moreno, sus hermanos Roberto y Manuel no dejan ni por un instante de ser grandes amigos y admiradores de su cuñado. Manuel hasta le renta la famosa hacienda Guachalá de su propiedad, delatando las buenas relaciones de estos después de muerta Rosa. Su futura suegra, la madre de Mariana del Alcázar, lo adora, al punto que el 6 de Agosto le ruega que no concurra a la calle para evitar su asesinato, cuando en la película la muestran como una enemiga mortal de García Moreno.

Finalmente y para no extendernos innecesariamente en este punto que no lo merece, apelamos a la seriedad y objetividad del lector en apreciar estas palabras del propio García Moreno al referirse a la pérdida de su “adorada Rosita, de mi alma”, sin ningún tipo de sarcasmo como muestra el filme; en carta su amigo Carlos Ordoñez, cuarenta días después de la muerte de Rosa (la detestada Rosa según el guionista) expresa: “La postración de ánimo en que he quedado desde el día de mi inesperada desgracia, me ha impedido contestar antes a los amigos que, como usted, me han acompañado en mi pesar”. Sin duda revela un dolor sincero.

(VER: Ob. Cit. de Gálvez. Ob. Cit. de Robalino Dávila)

18. Asunto del muerto en la niñez de García Moreno, no se lo obligó a besarlo sino a quedarse con este toda una noche. Como era casi usual en la época que se desarrolló la infancia de García Moreno y más en los rígidos padres que poseía, hubo varias formas de educarlo para formar su carácter. Se sabe que de niño G.M. era débil y temeroso y tenía un temor particular por la muerte, y para corregir esto, su padre –no su madre- decidió encerrarlo una noche en un cuarto con un muerto para que pusiera superar sus miedos…. Método que resulto efectivo y que le permitió a García Moreno de allí en más sobreponerse a todos los inconvenientes y problemas que tuvo. En todo caso, hoy incluso podría parecer “bárbaro” esta forma de educarlo, pero no olvidemos que en la época situaciones similares eran muy comunes; en el Ecuador se puede citar el caso del Gral. Víctor Proaño, quién de niño era temeroso de la guerra, y ante esto su padre, para corregir ese defecto, lo envío a los trece (13) años a su primera batalla, de allí en más Víctor descolló como militar y explorador, llegando al grado de General. Y en el extranjero se puede citar el caso de Juan Manuel de Rosas, como nos indica Luis Robalino Dávila en analogía con García Moreno: “Para acostumbrarle al valor, y dado que el niño Gabriel sentía miedo ante los cadáveres, el padre le encerró cierta noche en una habitación oscura donde se hallaba un muerto. Siendo casi una criatura, Juan Manuel fue encarcelado en un cuarto; pero el muchacho se vengó del castigo levantando las baldosas del piso. La madre de Rosas es mujer de carácter y energía. Todos convienen en que la madre de García Moreno lo fue igualmente.”

(VER: Ob. Cit. de Robalino Dávila y “Testimonio de los tiempos” del mismo autor)

19. Se presenta como efectivamente García Moreno tuvo una importantísima y destacada labor en imponer el orden y en la reconstrucción de Ibarra después del terremoto que la afectara en 1868; pero se cae en el casi despistado, mas no por eso menos grave error de mostrar a García Moreno en ese momento ejerciendo la presidencia, cuando en realidad en ese momento el Primer Magistrado de la Nación era Javier Espinoza, y G.M. fue como delegado especial de este a resolver los asuntos en la destrozada Ibarra, con el título de “Jefe Civil y Militar de Imbabura”. Este tipo de errores podrían parecer menores, pero no lo son, ya que demuestran la falta total de historicidad del filme y del libro en el que se basó, por lo tanto siendo para nada referencia historiográfica valida.

(VER: Cualquier obra seria de historia nacional, ejemplo: Ob. Cit. de Simón Espinosa)

20. Cronológicamente se comete el error de mostrar la rebelión de “Daquilema Rex” de 1871 , como anterior al ya mencionado terremoto de Ibarra de 1868, y a la vez se da a entender que G.M. habría estado en el poder continuamente entre 1865 y 1869, época que no ocupo el solio presidencial.

(VER: Cualquier obra seria de historia nacional, ejemplo: Ob. Cit. de Simón Espinosa)

21. Uso exagerado de la frases afectivas del interprete de García Moreno hacia Rosa Ascásubi, como “Adorada, Rosita de mi alma”, para aumentar el dramatismo, la hipocresía y el sentido total de figura despiadada de García Moreno, pues al final termina asesinando a su “Adorada, Rosita de mi alma”.

22. Matrimonio con Mariana del Alcázar

Lo mejor es transcribir la opinión de Gálvez, uno de los mejores biógrafos de García Moreno, en este tema, para entender los errores mal intencionados que se muestran en la película:

“Casamiento con Mariana del Alcázar”

Apenas enterrada Rosa, García Moreno se prenda de una sobrina de la muerta, Mariana del Alcázar, Es una chiquilla de quince años. Enemigos del ex presidente aseguran que el mutuo sentimiento ha nacido antes, o en los mismos días de la muerte de la esposa. Es muy posible, porque es perfectamente humano, sin que haya en ello nada vituperable para García Moreno. La necesidad vital de reaccionar contra el dolor le lleva al hombre más recto, sin darse cabal cuenta algunas veces, al consuelo de la amistad sentimental con una mujer. Y como bien sabemos, sin necesidad de, aceptar las doctrinas de Freud, en toda relación sentimental entre un hombre y una mujer hay siempre un fondo amoroso.”

“García Moreno se casa el primer día de abril, justamente a los cinco meses y dos semanas de la muerte de Rosa. Dicen algunos de sus enemigos que el padre de Marianita le niega la mano de su hija, lo que no cuesta creer, dada la poca edad de la niña; y entonces él la rapta. Aunque los procederes violentos no repugnan a García Moreno, cuesta creer en un verdadero rapto. Lo que ha ocurrido es, seguramente, que los novios, sin que los padres de la niña lo sepan, han ido a la Parroquia del Sagrario recibir la bendición. Los casa el gobernador del arzobispado, y son padrinos Juan Aguirre, grande amigo de García Moreno, y su esposa doña Leonor. Un periodicucho de Quito, EL MARCELINO refiere el “abordaje matrimonial” con palabras malignas y sin nombrar a García Moreno; y termina con esta exclamación: “¡Así se casan los hombres que comulgan con frecuencia, los que no respetan el santuario de la familia, los rígidos partidarios de la moral!” Como si fuese un pecado, o poco menos, el haberse casado sin consentimiento de los padres de la novia… En realidad, García Moreno ha apresurado el casamiento por razones de estricta moral. Su temperamento apasionado le impide la absoluta castidad, y entonces, para no caer en pecado, adelanta el matrimonio con la mujer que ama. No ha faltado a ninguna ley moral, sino, a lo sumo, a las conveniencias sociales. Y nadie en la familia de Rosa ni en la de Marianita corta relaciones con él por causa del casamiento. En una carta que le escribirá a su mujer, desde La Ciénega, el año siguiente, el 13 de diciembre, le manda “mil finezas” a varias personas, entre las cuales don Manuel Ascásubi, hermano de Rosa y tio de Marianita; a Ignacio del Alcázar, hermano de ella; a las hermanas de Rosa y a las de su segunda mujer.”

“Apenas recibida la bendición sacerdotal, los recién casados parten a Rumipamba, cerca de la Carolina, al norte de Quito, donde pasarán la luna de miel. Pero no tarda en volver a la Capital García Moreno, en donde van a darle una misión de importancia.”

(VER: Ob. Cit. de Gálvez)

23. Complot de asesinato de García Moreno.

En el tan mentado filme, que estamos destrozando sin piedad; se hiere al indicar que el complot contra García Moreno, por una parte se dividiría en dos grupos; el uno de “jóvenes idealistas” –que de jóvenes la mayoría no tenía nada-, Manuel Cornejo Astorga, Abelardo Moncayo, Francisco Sánchez, Gregorio Campuzano, el Dr. Manuel Polanco, Roberto Andrade, Juan Elías Borja, hijo del Borja “martirizado”, Rafael Portilla, y dos sobrinos de Montalvo Teodoro y Adriano que luchaban por la libertad contra la tiranía, la opresión y el oscurantismo garciano, y que habrían llegado a la fatal decisión de cometer el “tiranicidio” sobre todo por el opúsculo de Montalvo “La Dictadura Perpetua”; la otra parte del complot habría estado dirigida por el Gral. Salazar y algunos otros militares en colaboración con Rayo que guiado por su sed de venganza por las “felonías” de García Moreno con su mujer, habría estado dispuesto al magnicidio con desinterés absoluto, tan solo para vengar su honor y salvar al Ecuador. No habría intervenido nadie más y todo sería de hecho un mero acto de patriotismo fervoroso.

Evidentemente nada de esto es cierto. El complot para ocasionar la muerte del “Coloso” ecuatoriano, tan solo fue ejecutado por los anteriores mencionados, exceptuando al Gral. Salazar que no tuvo nada que ver con el complot, el plan, los medios económicos y la decisión para esto vino y las directrices fueron dadas directamente por la masonería apátrida, desde Alemania y el Perú. Todos, absolutamente todos los complotados estuvieron relacionados entre si, el complot fue uno solo, el conocido historiador oficial-liberal Alfredo Pareja Diezcanseco afirma esto, y dice que Rayo se unió al resto a última hora; Rayo fue convencido de cometer el crimen por el Dr. Polanco por medio del dinero y aprovechándose de sus resentimientos con García Moreno por haberle impedido seguir con sus fechorías en el Oriente (cuando fue muerto, se encontraron en su chaqueta notas de crédito del Banco de Lima), esto nos lo confirma el anti-garciano Pérez Pimentel: “A principios de 1875 el Dr. Manuel Polanco puso en marcha una conspiración contra García Moreno y creyendo que Rayo era el hombre apropiado por la dureza de su carácter para cometer un crimen, le llevó al grupo de jóvenes liberales y soñadores que después de haber leído la Dictadura Perpetua de Juan Montalvo, creían que el único camino posible para salir de la dictadura, justamente era matándolo. Así pues, con la complicidad del joven Manuel Cornejo y de Juana Terrazas, que era requerida en amores por Francisco Sánchez, Sargento del Cuartel de Artillería y de Gregorio Campuzano que tenía mando militar, los complotados prepararon el golpe de estado”; recibiendo asistencia del extranjero para lograr su cometido.

La masonería de Alemania firmó el decreto del asesinato, en enero de 1874, y encomendó a las logias de Lima el cuidado de libertar al mundo, de este importuno censor de sus grandes obras, se sabe que estas enviaron mucho dinero a los conjurados para que por todos los medios posibles, se procure el asesinato de García Moreno. El masón peruano Antonio Urízar, anuncia el Lima la próxima e irreparable caída de García Moreno, la noticia se esparce como enfermedad contagiosa y llega a todas partes del Continente; García Moreno es avisado por medio de su amigo Vicente Piedrahita que en ese momento reside en Lima. Desde allí envían al guatemalteco Cortés a Quito algunas las órdenes finales a Polanco para que ejecute el brutal crimen. Pero también se valen del Cardenal Serafín Vannutelli, como el mismo explica: “Yo tuve en mis manos la sentencia de muerte de García Moreno, dictada por la masonería de Lima. Pues de mi valija postal, se valieron los masones; para enviar sus postreros dictámenes al Dr. Manuel Polanco, principal cabecilla de la conjuración”.

¿Pruebas de todo esto? Innumerable correspondencia; notas bancarias de Lima encontradas en el cuerpo de Rayo; la publicación de la muerte de García Moreno en varios diarios extranjeros, “La Estrella” y el “Star and Herald” de la ciudad de Panamá, “Le Monde” de París, “La Gaceta Internacional” de Bruselas, “Keelnisch” de Alemania, “La Reforma” de Bolivia, “La Patria” de Colombia, “El Comercio” del Perú mucho antes de que ocurriera; la confesión de uno de los relacionados al Padre Moner.

Testimonios irrefutables.

Pío IX, Papa de Roma:

“… conciliábulos tenebrosos (la masonería) organizados en a República vecina (Perú), decretan la muerte del ilustre Presidente, quien ha caído bajo el hierro de un asesino, víctima de su Fe, y de su caridad cristiana con su Patria” Mensaje a los peregrinos de Laval, en septiembre de 1875.

Wilfrido Loor, reconocido historiador manabita:

“El hecho de que los cómplices no se entendiesen los unos a los otros, está mostrando que una mano de control remoto, dirigía el asesinato. El crimen estaba planeado y dirigido por la masonería, con toda astucia y diligencia de que esta secta es capaz; consiguió la muerte de García Moreno, en odio de la Fe”.

El mismo García Moreno, en carta a Juan Aguirre Montúfar, fechada el 16 de junio de 1875 y parte de la colección de Luis Clemente Ponce:

“Han escrito de Alemania a un Padre Redentorista que las logias de allá han ordenado a las de América todo lo posible para derribar al Gobierno del Ecuador: pudiera ser que el gran maestro Bismarck tuviera parte en esto…”

Los mismos masones, no solo que reconocen el crimen sino que hasta se glorían del mismo, mandan a pintar un cuadro en recuerdo del crimen; el 6 de Agosto de todos los años realizan una ceremonia especial en memoria de Faustino Rayo, y a Roberto Andrade en 1886 le coronan en Lima como uno de sus héroes.

Finalmente, Montalvo, con su característica soberbia dijo “Mi pluma lo mató”, solo baste decir que los mismos asesinos Polanco y Moncayo con una mayor soberbia “jesuítica” por su educación en esa orden, le hicieron saber que no fue así.

(VER: Ob. Cit. de Loor, Ob. Cit. de Gálvez. Ob. Cit. de Tobar Donoso. Ob. Cit. de Le Gouhir. Ob. Cit. de González Páez. Ob. Cit. de Espinoza. “El Martirio de García Moreno” de Carlos Ribadeneira, Editorial Ecuatoriana, Quito 1973)

24. Se muestran obras artísticas inexistentes en la época. Un ejemplo es un cuadro de Mideros del Corazón de Jesús (Mideros para los que no lo sepan nació en 1888, y por cierto como buen tradicionalista era garciano). Este tipo de errores podrían parecer menores, pero no lo son, ya que demuestran la falta total de historicidad del filme y del libro en el que se basó, por lo tanto siendo para nada referencia historiográfica valida.

25. Relación del Gral. Salazar con el asesinato. Fue nula. Siempre se ha especulado sobre la supuesta relación de Salazar y de Francisco Javier León con el asesinato, pero justamente esto nunca ha pasado de la especulación. No existe prueba alguna que lo muestre.

En el supuesto no consentido que hubiera sido así, cabría preguntar entonces, el Jefe de Estado estaba rodeado de traidores entre sus amigos y colaboradores, y por para-asesinos en sus detractores y enemigos. Es decir la casi totalidad del Ecuador, moralmente sería más que deplorable, además… el Gral. Salazar que habría de ganar con todo esto, absolutamente nada, se supone que de haber tomado parte en el magnicidio habría de esperar alguna recompensa, si era un traidor, también sería ambicioso como de hecho se lo muestra en la película, nunca ejerció el poder como Jefe de Estado, por ejemplo, y cuando en 1883 se le ofreció el poder, este lo rechazó. Erróneamente se dice en el filme, que después de la muerte de García Moreno, este emprendió una campaña de terror, cosa imposible…. Porque el estaba bajo el mando de Francisco Javier León, no tomaba decisiones autónomas. Y en menos de dos meses del magnicidio estos ya no tenían participación en el poder del Estado. Además es de suponer que los enemigos de García Moreno, tratarían de cualquier forma de mostrar a este como lleno de contrarios dentro de su propio círculo. Como quisieron hacer creer a los propios asesinos que el ejército les prestaría apoyo y que el pueblo se rebelaría a partir de la desaparición del Líder, cosa que no sucedió.

(VER: cualquier obra seria de Historia Nacional. Ob. Cit. de Robalino Dávila, Enciclopedia del Ecuador de Efrén Avilés Pino. Ob. Cit. de Espinoza)

26. Locación del pretil donde sucedió del asesinato que se utiliza en la película no es Carondelet, dónde en verdad pasó. Este tipo de errores podrían parecer menores, pero no lo son, ya que demuestran la falta total de historicidad del filme y del libro en el que se basó, por lo tanto siendo para nada referencia historiográfica valida.

27. Relación de Faustino Rayo con el resto de complotados. Al parecer y según la película, este habría estado enfervorecido contra G.M. por celos, que ya se ha aclarado en puntos anteriores (ver puntos 14 y 23) que no fue así. Reconocidos historiadores liberales como Rodolfo Pérez Pimentel corroboran que Rayo no fue enviado al oriente –para que G.M. pueda “gozar” con su esposa, como burdamente muestra la “obra maestra”- por órdenes de García Moreno, de hecho todo lo contrario:

Se indica allí, que Rayo es atraído al complot de este por las razones pasionales detalladas por el Gral. Salazar, cundo como ya se ha señalado este no tiene nada que ver aquí, y el que en realidad lo atrae al único complot es Manuel Polanco, por medio del dinero, pues Rayo se encontraba en una comprometida situación económica, además la ambición que siempre centellaba en sus ojos lo sedujo necesariamente a aceptar la oferta. Es decir la relación fue directa con el grupo con el que protagonizaría los fatídicos hechos del 6 de Agosto, y no casual como se pretende. Pareja Diezcanseco, otro historiador liberal también lo sostiene así, y Espinoza Cordero lo corrobora.

(VER: Ob. Cit. de Loor. Ob Cit. de Rodolfo Pérez Pimentel, el artículo de Faustino Rayo. Ob. Cit. de Espinoza)

28. Errores graves en la muerte de García Moreno:

Tanto historiadores liberales, como conservadores y nacional-revolucionarios han dado versiones del crimen; los más objetivos coinciden en la mayoría de los puntos. Pero sin duda que se presta más a la veracidad el testimonio de un historiador liberal, y más si es opositor de García Moreno, pues no creemos que tenga motivos para mentir a favor de García Moreno, antes de citarlo señalamos que en la película Rayo no grita “Muere tirano” antes de ultimar a G.M., a lo que este respondió “Dios No Muere”, frase que tampoco reproduce la obra cinematográfica, como lo han atestiguado tanto historiadores liberales como conservadores y de tercera posición, y solo hubo un disparo contra G.M. en la película, cuando en realidad fueron varios, no se sabe cuantos, pero se conoce a ciencia cierta que seis hirieron el cuerpo de García Moreno, según la autopsia de los legistas de la época, al día siguiente de la muerte del mencionado.

Entonces lo mejor es transcribir el relato de Pérez Pimentel: “El viernes 6 de Agosto fue la fecha señalada para la ejecución del crimen y la revolución. Rayo tenía afilado por ambos lados un machete marca Collins de su propiedad y muy por la mañana se levantó y fue al templo de Santo Domingo, donde García Moreno acostumbraba oír misa por estar muy cerca de su casa.

“Se encontraron a la salida del templo y como seguían de buenos amigos (García Moreno creería que con el cobro de sus acreencias Rayo se había dado por bien servido) se saludaron amablemente.”

“García Moreno le había mandado a confeccionar días antes una pequeña silla de montar para uso de su hijito y con tal motivo le dijo: “Vamos a casa, tengo un magnífico Galápago inglés que quiero mostrárselo, porque le puede servir de modelo para que se perfeccione en su oficio”. Rayo aceptó la invitación, en la casa dialogaron sobre la hermosura y bondades de la silla de montar y luego se despidieron. ¿Porqué Rayo no cometió allí mismo su crimen? posiblemente, porque quería hacerlo en la Plaza principal para que se produzca el alzamiento armado convenido con los militares Gregorio Campusano y Francisco Sánchez (como vemos, esto dista mucho de lo protagonizado en el filme, y además confirma que Rayo anduvo en Quito muchísimo antes del “tiranicidio”).”

“El resto de la mañana García Moreno permaneció encerrado en su gabinete escribiendo la segunda parte del Mensaje que leería al Congreso el 10 de Agosto y a eso de las doce del día comió, se aseó, cambió de ropas y salió a casa de su suegra donde estaban esperándole su mujer y su hijito. Allí tomó un vaso de chicha, permaneció departiendo alegremente una hora y siguió al Palacio con su edecán el Coronel Manuel Pallares y un sirviente joven y mulato llamado Rafael Nogales, que siempre le seguía, pero desarmado.”

“Tenía mucha prisa y por eso no visitó al Santísimo como era su costumbre. Apuró el paso, subió las gradas del pretil mientras Pallares y el sirviente le seguían a cierta distancia. Rayo se apuró en subir también por la izquierda, mientras los jóvenes Abelardo Moncayo y Roberto Andrade, avanzando a largos pasos, se adelantaban a García Moreno, cerrándole el camino. Entonces Rayo sacó su machete y retrocediendo para darle vuelo a su brazo, lo descargó sobre el ala del sombrero de García Moreno, que se partió y cayó al suelo, logrando herirle en la nuca, al mismo tiempo que gritaba: “Muere tirano”. Entonces García Moreno se volteó sorprendido y exclamó: “¿Qué hay?”, “¿Qué hay?” (Aunque es sabido que desde un primer momento gritó ¡Dios no muere!) y quiso correr a la Tesorería, pero un hombre alto y vestido de negro se plantó en la puerta impidiéndole el paso. En ese momento Cornejo y Andrade dispararon con tanta inexperiencia y nerviosidad que no le atinaron al cuerpo y las balas se perdieron en la distancia(La autopsia desmiente esto, pues se confirmaron al menos seis impactos de bala). García Moreno ya se había dado cuenta de la situación y enfrentándose a Rayo con su bastón le gritó. “Canallas”, mientras su Edecán, que había sido desarmado por Moncayo, solo atinaba a dar gritos pidiendo auxilio.”

“De allí en adelante comenzó la carnicería pues como García Moreno no pudo avanzar a la puerta de la Tesorería de Hacienda, tuvo que arrimarse a una pared para defender su espalda, mientras gritaba: “A mí, asesinos, canallas”, e intentaba sacar un revólver que llevaba en el chaleco, que no pudo usar por tener la levita abrochada.”

“Rayo empezó a descargarle machetazos, unos al brazo para obligarle a arrojar el bastón, otro a la cabeza para inferirle heridas mortales. En fin, le atacó varias veces con furia satánica (nótese que quien escribe esto es un liberal) mientras Pallares intentaba intervenir, pero un golpe de machete le hizo comprender que era por demás peligroso, así fue como prefirió correr hacia la Tesorería de Hacienda donde pidió auxilio, mientras el sirviente se hacía humo.”

“En cambio, Daniel Cortés, negro joven, zapatero de profesión, que usaba poncho y era lazarillo del ciego José María Pareja, al presenciar el alevoso ataque, atinó a coger por atrás a Rayo, imposibilitándole que siguiera hiriendo a su víctima; pero los jóvenes liberales se le lanzaron y en el forcejeo le rompieron la ruana y una manga y Rayo logró herirle dos dedos con el filo del machete.”(Nada de esto se muestra en la película)

“Liberado Rayo del abrazo de Cortés, volvió contra García Moreno con nuevos insultos y golpes. Todos gritaban los nombres de sus víctimas: “Ayarza”, “Maldonado”, “Borja”, “Rosa Ascázubi”, “las víctimas de Jambelí”, “Tulcán”, “Cuaspud”, Rayo, más preciso solo repetía “Muere Tirano”, “Muere Jesuita con casaca” y este respondía “Dios no se muere” posiblemente refiriéndose a él mismo. En esos momentos ya eran cuatro los que atacaban a García Moreno. (Rayo, Moncayo, Andrade y Cornejo).”

Entre todos habían conseguido hacerlo retroceder y que en un supremo esfuerzo se apoye en la cuarta columna del pretil (notable la fuerza sobre-humana de García Moreno, que tampoco es mostrada en el filme), ensangretado, sin sombrero, con los papeles del Mensaje desparramados en el suelo y como ya no podía sostenerse, estando entre la cuarta y quinta columna se fue a la calle porque entonces aún no se había colocado la baranda protectora, Andrade gritó “Viva la República”, “Hemos matado al tirano” pero éste aún no había muerto, pues se sostenía en el piso, con la cara hacia la pared, junto a una tienda o chichería de Margarita Carrera, que en la ofuscación del momento aún no se había percatado de la tragedia.”

Algunos peatones corrieron a ayudarle (García Moreno recibió ayuda de la gente, hecho importante que no se ve en el filme), mientras arriba, en el pretil. Pallares enrostraba a los asesinos ” ¡Qué han hecho, por Dios, qué han hecho!”, siendo respondido por Andrade: “Libertar a la Patria don Manuel, está Ud. libre!”

“Enseguida todos bajaron las gradas y mientras los jóvenes discutían acerca de la posibilidad de ir al Cuartel, Rayo volvió a fijar su atención en el cuerpo agonizante de García Moreno. Entonces se le enfrentó el sirviente Nogales, pero ante la mirada y el gesto amenazador de Rayo le dejó seguir actuando. Y allí vino la etapa final porque Rayo siguió casi montado sobre García Moreno, dándole de machetazos en la cabeza y gritando: “Fascineroso, bandido, ladronazo”. ” ¡Fascineroso, bandido, todavía quieres vivir”! ¡”Muere!”, ” ¡Muere de una vez!”. ¡”Muere hipócrita!”. ” ¡Muere Jesuita!”.”

“Cornejo y Andrade, en el nuevo sitio de la tragedia le daban taconazos y puntapiés, siempre insultándole (nuevamente, nada de esto se da a conocer por el guionista). Luego Cornejo exclamó. ¡”Revolución muchachos!” y Andrade: “¡Viva la República!”. ¡”Hemos muerto al bandido!”, y cansados de tantos golpes se fueron hacia la plaza a ver si los militares salían del cuartel a apoyarles como habrán convenido, y desconcertados por que nadie aparecía, decidieron retirarse, mientras Rayo seguía en el sitio unos cuantos minutos más, contemplando a su víctima exánime, pues no pronunciaba frase alguna. (Lo contempló algunos minutos, y no salió corriendo enseguida como lo hace su personaje en la película)”.

(VER: Ob. Cit. de Pérez Pimentel, artículo de Faustino Rayo-TIRANICIDA (sic.). Ob. Cit. de Loor. Ob. Cit. de Gálvez)

29. Errores graves en la muerte de Lemus Rayo.

Aquí no solo que se incurre en el error histórico de la falta de fidelidad de los hechos con lo representado, sino que además se falsea de forma alevosa un importante suceso que se pretende como cierto y que no lo es, nos referimos a la salida del Gral. Salazar desde al Arco de la Catedral con dos soldados que ultiman a Rayo allí mismo, cuando nada de esto es cierto; el Gral. Salazar nunca salió a la plaza en el momento del asesinato y menos con soldados para matar a Rayo… como nos indica Pérez Pimentel, Rayo contempló unos minutos a su victima y de allí “…emprendió la fuga por la pila central (no por el graderío central de la Catedral), ligeramente cojo porque ha sido casualmente herido por una bala de sus cómplices; pero, le dio alcance el Teniente Darío Buitrón, quien le arrojó su espada de punta, en la espalda. También le atacaron el Sargento Mariano Carrión y el Cabo José Antonio Rodríguez, Rayo cayó de bruces, fue desarmado. Buitrón lo hizo levantar y tomó del lado izquierdo mientras el Capitán Blas Barragán, que acababa de llegar, lo hizo del derecho, y entre los dos lo conducían al Cuartel, pero al llegar al sitio donde estaba el General Julio Sáenz (el Gral. Sáenz, NO el Gral. Salazar) y el Edecán Pallares, éste último, sin poderse contener, exclamó: “¡Ese es el asesino!”. “¡Lo deben matar!” “¡Maten a ese asesino!”

“El Corneta Manuel López alto, fornido, de raza negra, oyendo tales exclamaciones dijo: “Ábranse” y ante las miradas atónitas de los presentes descargó un disparo sobre Rayo, a boca de jarro, que le entró por el ojo derecho y le hizo volar la tapa de los sesos, matándole de contado (un solo soldado lo mata, diríamos con justicia, y por motu propio, no por órdenes de ningún superior y menos del Gral. Salazar que ni siquiera se encontraba allí como lo indica la película, por cierto esto ocurre en la esquina de las actuales calles “García Moreno” y “Espejo” y no en las gradas de la Catedral como también se indica en el filme). Serían como las dos y cuarto.”

(VER: Ob. Cit. de Pérez Pimentel, artículo de Faustino Rayo-TIRANICIDA (sic.). Ob. Cit. de Loor. Ob. Cit. de Gálvez)

30. Régimen de terror después de la Muerte de Gabriel García Moreno.

En la ya incalificable obra de cine se dice que “el General Salazar implantó un régimen de terror” después de la muerte de García Moreno, afirmación que indudablemente es falsa por no ser fundamentada en nada…. Nuevamente nos preguntamos que beneficios le traería esto a él…. tal vez el placer sádico que tanto les gusta a la autora de la obra en que se basa el guión, además y repitiendo, el Gral. Salazar no se hizo con el poder al morir G.M., quien sucedió acorde a la constitución vigente fue Francisco Javier León Ministro del Interior, y después de este vino Eguiguren, Borrero y finalmente Veintimilla, nunca ocupó el poder Salazar, de hecho y a partir de Octubre de 1875 este ya no tiene ningún cargo en el gobierno y al poco de eso se ausenta a Lima.

Ahora, el supuesto “terror” que vino después del asesinato no fue tal… León en las facultades que le concedía la constitución declaró el estado de sitio e inició las causas judiciales contra los tres únicos sindicados del crimen que fueron arrestados, Polanco, Campuzano y Cornejo –el resto huyeron-, estos juzgados sumariamente por la ley de sitio que preveía esto, fueron encontrados culpables por todas las pruebas existentes contra ellos, además de su propia confesión del crimen, Polanco fue sentenciado a diez años –por la astucia y las influencias familiares y sectarias, a pesar de haber merecido ser fusilado por ser el cabecilla del complot-, siendo sentenciados a muerte lo dos restantes; ambos fueron fusilados en el mismo sitio dónde victimaron a García Moreno. Estas fueron las dos únicas muertes, legales por cierto, que se dieron entre el magnicidio y la asunción del liberal-católico Borrero. También se realizaron muchísimas investigaciones, y detenciones en torno al crimen, pero sin duda esto no puede ser calificado de terror, a menos que hacer justicia e investigar a los sospechosos de un asesinato lo sea.

(VER: Ob. Cit. de Loor, Ob. Cit. de Avilés Pino, Ob. Cit. de Espinoza)

NOTA FINAL Y CONCLUSIÓN:

Para concluir esta refutación solo queda mencionar esto; evidentemente la obra en que se basa la película, así como el guión de la misma, han sido escritos con una sola finalidad, la de desfigurar la imagen de Gabriel García Moreno y de tergiversar la verdad y la realidad histórica, que al fin de cuentas somos todos nosotros. Los enemigos del Gran Caudillo, no necesitaban de esto, pues a ellos les basta y les sobra su acendrado odio hacia la Causa de la Patria y de la Religión para denostar a García Moreno, además en sus inventos se ha basado esta infamante “obra de arte”. A los admiradores de García Moreno tampoco nos hacía falta otra de las tantas vilezas que se han escrito o dicho contra él, y ahora representado en la pantalla chica como lo que no es… a nosotros nunca nos harán dudar de la figura colosal del padre de nuestra patria, o deberíamos decir de nuestra otra Patria, pues nos sostenemos en la verdad, que como el fuego a donde llega alumbra y quema, en todo caso lo hemos tomado como un ejercicio de agilidad mental para servicio de la verdad y de la realidad, cosa que siempre es positiva.

Entonces, el libro y la película “Se que vienen a matarme”, ¿para quiénes han sido escritos y representados?, justamente para los que SI necesitan una fuente de guía histórica e identitaria, que tanta falta nos hace en este empobrecido y triste país; para quiénes buscan referentes y ejemplos, para quiénes están hartos de la falsedad en la que viven y ansían volver a su ser verdadero, ansían volver a la trascendencia garciana, para estos ha sido hecha esta enorme mentira, para confundirlos, para despistarlos y finalmente perderlos en una maraña de odio, acomplejamiento y resentimiento… Porque después de todo y acorde a esa película y a esas “historias” en la que se basan para hacerla, nosotros, todos los ecuatorianos; ¿no seríamos más que hijos de la brutalidad, del palo, del látigo, del garrote, de la violencia insana, de la violación, la lujuria, la envidia, el resentimiento y la muerte, en fin de todo lo bajo y deplorable que pueda producir la raza del hombre? Nada elevado habría en nuestro pasado, nada superior en nuestras venas… todos seres grises seriamos entonces… nuestra única esperanza… la redención de los que no son como nosotros, y según la loca ideología de los mentores de esta brutalidad, por tanto mejores que nosotros.

Parafraseando a Jorge Salvador Lara, al referirse a esa otra infausta obra de Benjamín Carrión “El Santo del Patíbulo”, debemos decir que la auto-calificada “novela histórica” por la autora y su cohorte de seguidores “Se que vienen a matarme”, de biografía no tiene nada, de hecho es enherbolada fabulación, no historia novelada sino novela aparentemente histórica a base de reproducir (o representar) documentos seleccionados ad-hoc para denostar al grande hombre, presentarle como un monstruo abominable, ridiculizarle con el sutil manejo de la ironía en la que los autores son diestros - ¿o siniestros?- y acumular contra él tal cantidad de epítetos denigrantes –por centenares- que convirtieron a sus autores en los mayores insultadores de todos los tiempos… un libro y un guión que se basa en odio violento y que utiliza solo textos y frases peyorativas deliberadamente, que fabula en contra, siempre que le es necesario, sin reconocer al así caricaturizado ningún mérito, ningún acierto, ninguna obra buena, puede ser todo lo que se quiera menos historia.

La saña con la que se presenta el libro y la película, son sin duda intencionadas, no son producto de un despiste o de la ignorancia… prueba de ello… las críticas mordaces contra el supuesto García Moreno parecen escritas por beatas escrupulosas que todo consideran “pecado”, así el Coloso es reprobable por sus amoríos, y sus aventuras sexuales, por sus excesos y sus crueldades, por sus orgullos y por sus soberbias…en fin por todo lo que la moral judeo-cristiana condena… no parecen escritas estas obras por mujeres y hombres “avanzados” , “progresistas”, “revolucionarios” que han superado la moral –cualquier moral- hace mucho tiempo, más bien parecen escritas por los directores del Index Vaticano. Acaso, ¿les importa a ellas y ellos esta moral? Evidentemente no (y a nosotros tampoco, la moral que nos importa es la Moral de Señores y Gabriel García Moreno fue la cúspide de esta en el país); sin embargo la usan a su beneficio, pues con esta distraen, confunden y desvían a las mentes y conciencias que aún pudieran reaccionar en medio de este mundo caótico y en conflicto, en trances de ser aniquilado, queriendo impedir que esto suceda, para que no resurja la potencia del Espíritu, de quien fuera adalid García Moreno. Es la multisecular batalla de la materia contra el espíritu. El único fin de la sarta de mentiras develadas por nosotros, es la de destruir el espíritu o sus restos en quienes aun lo poseen, el fin último de tergiversar la verdad, es el de destruir a la divinidad. Pero no lo lograrán, pues como decía Don Gabriel, si ellos mueren y así también su obra… ¡Dios no Muere!… ni morirá nunca. Nosotros somos el mejor reflejo y la mejor prueba de que es así.

Kitohispánico II

There are no comments on this post

Leave a Reply