Es el arte de descender con cuerdas. Se vive intensamente, desafiando
la gravedad nos enfrentamos a nosotros mismos. En momentos como estos
nos olvidamos de todo los paradigmas implantados por la sociedad, solo
existe la determinación, el carácter, el compañerismo.
El rappel, es quizás una de las técnicas más
importantes, que deberían aprender todos los amantes de la aventura
extrema, montañeros, excursionistas, naturalistas, y todo aquel
que de una manera, más o menos habitual, pasa parte de su tiempo
en la montaña.
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El montañero, por razones obvias. En toda actividad
en la montaña, podemos necesitar descender rápidamente:
de un pico, cortado rocoso
o terraplén muy inclinado, tareas de evacuación y auxilio
de un accidentado, etc.
El excursionista, en un momento dado,
puede tener las mismas necesidades de descenso que un montañero.
El naturalista, puede necesitar descender
por un cortado rocoso, para recoger las muestras de la naturaleza que
se encuentran en los lugares de difícil acceso.
El caso, es que la técnica del rappel, puede sernos de utilidad
en muchas ocasiones, y si se realiza adecuadamente, es una técnica
sencilla y segura.
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Primero
conoceremos los materiales que se necesitan para rappelar, y comenzaremos
por el principal, que es
la cuerda. La cuerda utilizada, es
la misma que usan los escaladores, para ascender por vertiginosas paredes.
Este tipo e cuerda esta formada por miles de fibras de nilón entrelazadas,
y se compone de dos partes; la parte interna o "alma", y la
parte externa de vivos colores y que en algunas marcas, suele llevar un
tratamiento contra la abrasión, y contra los cortes, lo que nos
permite rappelar sobre cantos muy vivos de la roca - no recomendable -.
Los grosores más habituales utilizados en el rappel, son los de
7mm. y 9mm. De los cuales, el grosor ideal para llevar en la mochila constantemente,
es el de 7mm. Y una longitud de 20 ó 30 mts. lo que nos permitirá
descender por paredes de 10 a 15 mts. al rappelar en doble.
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El
siguiente elemento necesario para el rappel es
el arnés, al cual y mediante
un mosquetón de seguro, enganchamos el descendedor.
Existen multitud de modelos de arneses:
De cuerpo completo, que nos sujeta la cintura, piernas, espalda y hombros.
Utilizado mayormente por espeleólogos y grupos de rescate, por
ser el más útil al la hora de ascender por una cuerda fija.El
arnés de cintura, el cual sujeta la cintura y las piernas, este
es modelo más utilizado mayoritariamente. De este tipo de arnés,
se fabrican infinidad de modelos, dependiendo del fabricante y del uso,
para escalada deportiva, para descenso de cañones, para trabajos
verticales, etc. Para un usa esporádico del mismo, recomiendo una
arnés de cintura económico.
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El
eslabón que une nuestro arnés con el descendedor, es
el mosquetón de seguro. Llamado
así , por poseer una rosca que cierra su sistema de apertura, impidiendo
que se abra descuidadamente. Se fabrican en duraluminio o alguna aleación
de muy alta resistencia y bajo peso.
Por último, el aparato que nos permite rappelar sin peligro y controladamente,
es el descendedor. Se pueden encontrar distintos tipos descendedores,
pero nos vamos a centrar en el que habitualmente se conoce con el nombre
de 8 por su forma.
El ocho, es un descendedor muy sencillo, muy ligero, económico
y mundialmente utilizado. Lo podemos ver en cualquier escuela de escalada,
o en cualquier barranco.
Para hacer nuestros primeros pinitos en la apasionante técnica
del rappel, elegiremos una pendiente no muy pronunciada, que incluso,
seamos capaces de bajar caminando. Pasaremos la cuerda por un árbol,
roca, clavijas, etc. hasta que la mitad de la cuerda - que habremos marcado
- se encuentre en el punto de anclaje. Plegaremos los dos cabos de la
cuerda formando anillos, y la lanzaremos con fuerza al vacío.
Nos
colocamos de espaldas al vacío, mirando hacia nuestro anclaje,pasamos
los dedos pulgar e índice por el mayor de los agujeros del ocho,
cogiendo una lazada de las cuerdas Con la cual cogemos la parte exterior
del agujero del ocho, le ponemos el mosquetón al agujero pequeño
y nos lo enganchamos a nuestro arnés. Cerramos la rosca del mosquetón.
Ya estamos preparados para comenzar nuestro primer rappel, sujetamos con
nuestra mano derecha las cuerdas que bajan, y con la izquierda, las que
nos vienen del anclaje, y echando el cuerpo hacia atrás como si
nos fuésemos a dejar caer de espaldas, comprobamos que si no dejamos
deslizar la cuerda entreabriendo las manos, no descendemos.
Ahora simplemente tenemos que dejar deslizar la cuerda entre nuestras
manos y caminar medio de espaldas medio de lado para descender y comprobar
que si cerramos ligeramente la mano derecha se controla la velocidad de
descenso y si la cerramos completamente nos detenemos.
Consejos para la práctica volver
· No llevar las piernas muy
juntas porque podemos caer de lado.
· La mano de derecha controla
la velocidad del descenso, la izquierda la estabilidad lateral.
· El anclaje es preferible
hacerlo a la altura del pecho o de la cara, con un anclaje mas bajo la
salida del rappel es más comprometida.
· Comprobar antes de bajar,
que la cuerda se desliza bien al tirar de uno de sus cabos, de lo contrario,
puede sernos muy difícil recuperar la cuerda desde abajo.
· Al rappelar por una pared
vertical, hay que echar el cuerpo muy atrás como si nos fuéramos
a sentar o a tumbar.
La inteligencia vence a la fuerza... desciende por medio de tus sentidos
y conoce la grandeza de la naturaleza, no hay nada igual que vivir esta
aventura extrema. Colócate el arnés y desciende por una
empinada barranca, por el medio de un salto de agua, por un puente, por
un edificio o simplemente en donde encuentres una pendiente digna de vencer.
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