Iba camino a mi casa, desde la Lagunilla, contenta por haber hecho grandes economías y tener otro vestidito de coctel (aunque nunca voy a lugares que exijan más que unos tenis y ropa mínimamente decorosa). Saqué monedas pa'l pesero, y se me cayó un peso. Un muchacho se adelantó a mí para recoger la moneda, muy amable. Extendí la mano sonriente pa' que me la diera, y entonces:
-Dame todo tu dinero.
-¿Eh?
-Sí, sí, rápido, todo tu dinero, y no grites.
El tipo tenía menos dotes intimidatorias que Woody Allen en Take the money and run. Era un güey de gorrita, como cualquier tonto de mi facultad, de esos que estudian para ser cronistas deportivos. No traía pistola, cuchillo, tenedor. No armas de destrucción masiva. Nomás él y su gorrita.
Pero bueno, bueno, recordé mi condición de indefensa muchachita en medio de la desolación dominguera de Tlatelolco. Tons saqué mis cien pesos y se los di. "Sí, bueno, ya, ahí está".
-A ver, a ver, ¿qué más? ¿qué traes ahí? Dame el celular.
-No, 'ira, eso ni es, ¿qué pedo?
-No, sí, dámelo, que ahí me están cubriendo.
Y ni vi si traía amigos con bomba-ántrax y cuchillo-tenedor . Pero ahí tienen a la tontísima de mí dándole el celular. Al cual, ley de morfi, justamente ayer le había cambiado la carátula por una color rosa pastel (ni siquiera había pasado la etapa de sacar el aparatejo para verlo y pensar "ayquébonito".)
Y ya, puse cara de "ahí muere" y ps me fui, y él se fue, y nos fuimos.
Caminé unos pasos, y volteé: ps sí llevaba a otros dos cuates. También de gorrita. Hugo, Paco y Luis. Los tres se alejaban corriendo pa' meterse en las entrañas tlatelolcas.
Me sentí TAN tonta. ¿De qué me ha servido desarrollar tres pesos de confianza en mí misma, haber aprendido a ganarme a la gente, si no soy capaz de pensar rápido y sonreírle seductoramente a un raterillo de fin de semana? Así, a lo mejor no conseguía conservar mi celular (del que de todos modos ya me quería deshacer), pero el acontecimiento hubiera sido más chistosón. ¿A QUIÉN se le ocurre NO hacerle una bromita simpática al "asaltante"? A muchos, claro, a casi todos, ¡pero no a mí! "Sentido del humor ante todo", y yo reaccionando como cualquier clasemediara, con cara de enojo-tristeza-miedito. Bah.
Fui tan no-yo.