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Nazismo y judíos

1. Testimonios publicados de personas que no pertenecen al Opus Dei.

a) Testimonio de Domingo Díaz Ambrona, ingeniero de Caminos y abogado (9-I-1992), publicado en "Entrevista sobre el fundador del Opus Dei". Álvaro del Portillo. Madrid, 1993, pp. 34-37:

"Con fecha 9 de enero de 1992, Domingo Díaz-Ambrona me escribía desde Madrid: "Conocí al futuro beato en el transcurso de la guerra civil española. Durante ese periodo, me encontraba que refugiado, junto con mi mujer, en la embajada de Cuba, y estando allí se cumplió el tiempo del parto de nuestra hija Guadalupe, que nació el 3 de septiembre de 1937 en el Sanatorio Riesgo, ahora inexistente, que estaba entonces bajo protección de la bandera inglesa. Por las circunstancias que atravesaba el país no la podíamos bautizar, y así se lo comuniqué a un buen amigo mío, José María Albareda.

"Pocos días más tarde, José María Albareda me dijo que un sacerdote amigo suyo vendría en una determinada fecha a administrarle el bautismo. Confiado en la protección que nos ofrecía la bandera inglesa del sanatorio, invité al acto a los padrinos y a varios amigos más. El sacerdote se presentó a las cinco de la tarde, dos horas antes de la hora prevista, y estuvo el tiempo justo para bautizarla. Fue todo tan rápido, que ni siquiera le preguntamos el nombre. Más tarde supe que se trataba de Mons. Escrivá. Su comportamiento fue una lección de prudencia para todos en aquellos momentos difíciles. Yo intenté que se quedara, pero me comentó: 'Me necesitan muchas almas'.

"Durante ese periodo, por lo que he sabido después, aunque no contaba más que con una precaria documentación y el clima social y político era muy peligroso para un sacerdote, desarrollaba una intensa labor apostólica: confesaba a muchas personas -con peligro de su vida muchas veces-, daba cursos de retiros cambiando constantemente de sede y atendía a un grupo de religiosas que sufrían los efectos de la persecución.

"Pero en aquel entonces yo no sabía, por las circunstancias citadas, de quién se trataba. Lo supe más tarde, durante un encuentro casual en el tren, en la línea Madrid-Avila, en el mes de agosto de 1941. Viajaba con mi mujer y mi hija de cuatro años cuando don Josemaría, al vernos, nos reconoció, entró en nuestro departamento y nos dijo: 'A esa niña la he bautizado yo'. Nos saludamos, me dijo su nombre y estuvimos hablando de la situación histórica que atravesábamos. Nos encontrábamos en un momento decisivo de la historia de Europa: recuerdo que yo tenía un gran deseo de llegar cuanto antes a las Navas del Marqués, para saber por la radio como iba el avance de las tropas alemanas en territorio ruso.

"Yo le comenté que acababa de regresar de un viaje a Alemania y había podido captar el miedo de los católicos a manifestar sus convicciones religiosas. Esto me había llevado a recelar del nazismo; pero, como a muchos españoles, se me ocultaban los aspectos negativos del sistema y de la filosofía nazi, deslumbrados por la propaganda de una Alemania que se presentaba como la fuerza que iba a aniquilar por fin al comunismo. Y quise saber su opinión.

"Por todas esas razones que acabo de exponer me sorprendió profundamente, en aquellos momentos, la respuesta tajante de aquel sacerdote, que tenía una información muy certera de la situación de la Iglesia y de los católicos bajo el régimen de Hitler. Mons. Escrivá me habló, con mucha fuerza, en contra de ese régimen anticristiano, con un vigor que ponía de manifiesto su gran amor a la libertad. Hay que hacer notar que no era fácil encontrar en España, por aquel entonces, a personas que condenasen con tanta contundencia el sistema nazi y que denunciasen con tanta claridad su raíz anticristiana. Por eso, esa conversación, en aquel preciso momento histórico, en el que no se conocían aún todos los crímenes del nazismo, se me quedó profundamente grabada.

"Tiempo más tarde le comenté a mi amigo José María Albareda este encuentro y supe que había estado conversando con el Fundador del Opus Dei.

"Yo no soy del Opus Dei, pero mi experiencia personal me permite afirmar que quien sostenga una opinión contraria sobre el pensamiento en este sentido de Josemaría Escrivá de Balaguer no busca más que empañar inútilmente la vida santa de este futuro beato, que era un gran enamorado de la libertad".

b) Testimonio de Francesco Cossiga, presidente de Italia, difundido por el Ufficio Informazioni della Prelatura dell'Opus Dei en Roma (9-I-92):

"Es ridículo e históricamente falso atribuir al fundador del Opus Dei sentimientos antisemitas. Mons. Escrivá tuvo particular aprecio al pueblo hebreo y era proverbial su amor y defensa de la libertad y su rechazo de cualquier forma de totalitarismo".

2. Testimonios de fieles del Opus Dei publicados

a) Testimonios de D. Álvaro del Portillo.
-"Entrevista sobre el Fundador del Opus Dei", Ed. Rialp, Madrid, 1993, pp. 34-37:

-A propósito de los derechos del ciudadano, la enseñanza del Fundador es muy clara también en lo que se refiere al ejercicio de las actividades políticas. Los miembros del Opus Dei, en política como en otras actividades temporales, tienen la misma libertad, los mismos derechos y deberes que los demás ciudadanos católicos. Es un aspecto que no fue a veces bien entendido, especialmente a causa de la situación española. ¿Podría recordar algunos sucesos, comenzando por la postura del Fundador ante el comunismo y el nazismo?
-Por lo que se refiere al comunismo y al marxismo, el Padre fue siempre fiel a las clarísimas enseñanzas del Magisterio eclesiástico sobre estas ideologías. Y expresó en público su postura, cuando lo exigieron las circunstancias; su oposición no era fruto de las dificultades que sufrió personalmente bajo la dictadura comunista en España -había perdonado desde el primer momento-, sino que se fundamentaba en el ateísmo y en el carácter inhumano y antirreligioso de esta doctrina (...).
Al final de los años treinta, después de haber vivido la triste experiencia de la guerra civil, la mayor parte de los españoles alimentaba una fundada prevención contra el comunismo. No sucedía lo mismo con el nazismo: es más, la propaganda oficial, por un motivo o por otro, no sólo silenció los crímenes del nacionalsocialismo, sino que prohibió en España la publicación del documento pontificio que lo condenaba. Por esto, nuestro Fundador tuvo que pronunciarse más de una vez contra el nazismo en su ministerio sacerdotal. Precisamente porque en algunos ambientes oficiales españoles se miraba con simpatía al régimen alemán, se sintió en el deber de poner en guardia a los que se olvidaban de las aberraciones de aquella ideología: no sólo criticaba su totalitarismo, sino también la persecución y las discriminaciones a los católicos, a los hebreos, etc., y el tono de paganismo que caracterizaba el racismo nazi. Se prodigó en dar a conocer el contenido del documento pontificio de condena, y en difundirlo privadamente.
-Sin embargo, algunos periódicos, hace poco, aunque se desmintió inmediatamente, hablaron de una "simpatía" del Fundador hacia el nazismo.
-Es una aberración que se descalifica por sí sola (...). Un inciso: cuando suceden cosas de este tipo, seguimos viviendo el criterio que nos dejó el Padre: perdonar desde el primer momento, rezar por los calumniadores, reafirmar la verdad, y, siempre, "ahogar el mal en abundancia de bien", persuadidos además de que la verdad acaba siempre abriéndose paso. (...)
-Es un testimonio incontrovertible que confirma los dictados del sentido común...
-Lógicamente, el Padre distinguía entre el nazismo y el pueblo alemán. Precisamente porque sentía un particular cariño hacia aquella nación -era un sentimiento heredado de su padre-, le dolía muchísimo verla sometida a aquella dictadura aberrante. Su pena se acrecentaría al estallar la Segunda Guerra mundial.

b) Testimonio de Mario Lantini, uno de los primeros italianos del Opus Dei, publicado en el libro de Pilar Urbano "El hombre de Villa Tevere", Planeta, 1995, pag. 118:
"Per lui non era concepibile il partito único (...) era quindi contra ogni
totalitarismo, razzismo, nazionalismo, ecc."

c) Testimonio de Pedro Casciaro, uno de los primeros del Opus Dei, publicado en el libro de Pilar Urbano "El hombre de Villa Tevere", Planeta, 1995, pag. 118:
"Respecto al fascismo y al nazismo, no hubo caso de enfrentamientos, ya que el Opus Dei comenzó su labor estable en Italia y Alemania cuando esos regímenes ya no gobernaban. En una ocasión le oí hablar [a Josemaría Escrivá] con admiración del cardenal Faulhaber, que había tenido la valentía de publicar unas conferencias de adviento en la catedral de Munich, durante el nazismo".

d) Testimonio de Amadeo de Fuenmayor, catedrático de Derecho Civil y Derecho Canónico, publicado en el libro de Pilar Urbano "El hombre de Villa Tevere", Planeta, 1995, pag. 119:
Amadeo de Fuenmayor, después de afirmar que la actitud de Escrivá, "condenatoria del nazismo, fue terminante", aporta una extensa relación de "expresiones referidas a Hitler y a su sistema racista, que le hemos escuchado en múltiples ocasiones". Entre otras, las siguientes:
-Abomino de todos los totalitarismos
-El nazismo es una herejía, aparte de ser una aberración política.
-Me dio alegría cuando la Iglesia lo condenó: es lo que todos los católicos llevábamos en el alma.
-Todo lo que es racismo es algo opuesto a la ley de Dios, al derecho natural.
-Sé que han sido muchas la víctimas del nazismo, y lo lamento. Me bastaba que hubiera sido una sola -por motivo de fe y, además, de pueblo- para condenar ese sistema.
-Siempre me ha parecido Hitler un obseso, un desgraciado, un tirano.

e) Testimonio de Henk Wolzak, publicado en el diario Trouw, de Amsterdam (16-I-2002)
Seis Millones

Del retrato que se hace del reaccionario fundador del Opus Dei, Josemaría Escrivá, no se puede deducir que fuese antisemita, aunque diga que el exmiembro Vladimir Feltzman, que Escrivá hasta su muerte mantuviese que, bajo Hitler, no se mataron seis sino "sólo" cuatro millones de judíos (Religión y filosofía, 9 de enero). Escrivá murió en 1975.

El número de seis millones de víctimas del holocausto ha sido siempre un número simbólico. En 1979 publicó Wermer Rings un estudio 'Leben mit dem Feind, Anpassung und Widerstand in Hitlers Europa 1939-1945'. En él habla sobre 4.238.770 judíos asesinados. En 1980 Martin Gilbert, en su 'Atlas of the Holocaust', hace una estimación de 5.750.000 muertos. En mayo de 1991 publicó el Institut für Zeitgeschichte de Munich una investigación, sobre la persecución de los judíos, de un grupo internacional de catorce historiadores. En él se calcula que hubo 5,8 millones de víctimas. El número usado de seis millones es, pues, bastante exacto. Se podrán decir muchas cosas sobre Escrivá como autoritario, pero no se le puede imputar de antisemita con base en la afirmación de Feltzman.

3. Testimonios publicados de judíos

a) Rabino Prof. Angel Kreiman Brill, Presidente de la Confraternidad Judeo-Cristiana de Chile y delegado para Hispanoamérica del International Council of Christian and Jews.

-Noticia de ZENIT (ZS02011305): Un rabino explica las enseñanzas del beato Escrivá
Intervención de Ángel Kreiman, del Consejo Mundial de las Sinagogas

ROMA, 13 enero 2002.- ¿Qué tiene que decir un gran rabino sobre Josemaría Escrivá? Esta es la pregunta que se hicieron los participantes en el congreso internacional celebrado en Roma con motivo del centenario del fundador del Opus Dei.

Ángel Kreiman, vicepresidente internacional del Consejo Mundial de las Sinagogas, tomó la palabra en el encuentro, que se celebró del 8 al 12 de enero en Roma, para relacionar el concepto de trabajo en la tradición Talmúdica y en la predicación del beato Escrivá.

Kreiman explicó que un punto central de la religión judía es "que el trabajo no es un castigo, sino un deber del hombre, una bendición de Dios, que le permite gozar del Shabat y ser imagen y semejanza Divina".

Para el Rabino, la misma centralidad del trabajo se encuentra en las enseñanzas del beato Escrivá, "que vio desde los inicios el trabajo como la vocación inicial del hombre y una bendición de Dios".

En opinión de Kreiman, "una de las principales batallas de paz que hay que vencer es encontrar a Dios en la ocupación normal y servir con el trabajo a los demás".

El Rabino comentó que en hebreo "la palabra trabajo se aplica también para el culto religioso, de tal manera, que entendemos la adoración como trabajo santo y al trabajo mismo como santa adoración". Algo similar a lo que sucede en las enseñanzas de Escrivá, "que no se cansaba de repetir la necesidad de convertir cualquier trabajo en oración".

Rabino Jefe de Chile desde 1970 hasta 1990, Ángel Kreiman es miembro del Comité Ejecutivo de la "International Council of Christians and Jews", y desde 1994 preside una fundación educativa para la promoción del diálogo interreligioso y para el estudio conjunto judeo-cristiano.

La fundación tiene el nombre de su mujer, Susy Kreiman, asesinada en el atentado terrorista de julio de 1994 en Buenos Aires, contra la oficina central para el trabajo y el desempleo de la comunidad judía, que ella misma dirigía.

El pasado mes de agosto, Kreiman fue elegido en Alemania miembro del Ejecutivo de la Confraternidad Judeo-Cristiana Internacional, y es el único latinoamericano en este organismo.

El Gran Rabino, que es cooperador del Opus Dei, quiso manifestar su especial afecto por la institución fundada por Josemaría Escrivá diciendo en el Congreso: "personas del Opus Dei me han ayudado, desde los inicios de mis estudios en el seminario, a ir adelante con mi vocación, y así he visto hacerlo con otros rabinos y estoy profundamente agradecido".

En su opinión "son muchos los conceptos del beato Josemaría que evocan la tradición Talmúdica, que muestran su profundo conocimiento judío y su amor apasionado, como él decía, por Jesús y María", pero lo que más acerca indudablemente sus enseñanzas con el Judaísmo religioso "es la vocación de servir a Dios por medio del trabajo creativo y perfeccionar cada día la Obra del Creador a través del perfeccionamiento del hombre en su trabajo".

El Rabino manifestó su especial alegría por el encuentro interreligioso de oración por la paz del próximo 24 de enero en Asís, añadiendo que "todo momento de oración conjunta y de diálogo interreligioso es siempre necesario". Encuentros como éste --añadió-- "nos ayudan a recordar frecuentemente que el Padre es común".

Al final de su intervención llamó la atención sobre la necesidad de que cristianos y hebreos "trabajemos juntos en favor de las principales causas de la humanidad: orden social, pobreza y desocupación, droga, hambre, lucha al consumismo vacío de espiritualidad" y deseó que "trabajando juntos y orando cada uno según su tradición lleguemos unidos a la mesa del Padre".

b) Simón Hassán Benasayag (presidente de la Comunidad Israelita de Sevilla en 1992), palabras publicadas en el ABC de Sevilla, el 12 de enero de 1992, pag. 40, en un artículo que llevaba como título "Respeto a la verdad":

"Parecía que ya no se podría decir nada nuevo sobre el Opus Dei y la invención del nazismo o antisemitismo del fundador alcanza las cumbres más altas de la fantasía. Por lo que me consta, el fundador del Opus Dei no habló nunca mal de los judíos; está claro que a monseñor Escrivá se le quiere identificar, aprovechando la noticia de su beatificación, con el nazismo y posturas ideológicas de este signo".
c) Ben Haneman es médico y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad de New South Wales. Actualmente, vive en Sidney, Australia. (publicado en el folleto "Los cooperadores del Opus Dei")

"Por ser judío, creo en Dios y, por tanto, en el hombre y su espiritualidad. Cualquier iniciativa guiada por motivos espirituales más que materiales, tiene automáticamente mi ayuda. En las labores educativas promovidas por personas del Opus Dei encontré hombres y mujeres preparados que desempeñan su trabajo con este fin: inyectar vida espiritual a este mundo nuestro. Congenio muy bien con este ideal. Ser cooperador ha sido para mí una gran ayuda, mi vida se ha enriquecido y no me ha supuesto ningún problema con respecto a mi condición de judío".
d) Ana Schuster, en una carta remitida al diario La Nación, de Buenos Aires (14 enero 1992)
"Con referencia a la relación de monseñor Escrivá de Balaguer con los judíos, mencionada en una nota aparecida en La Nación el 9 de enero, querría aportar mi testimonio personal.

En 1970 viajé a Israel para visitar y pasar una temporada con mi familia. Mi madre y una hermana vivían en Tel Aviv. En Jerusalén tenía a mi hija, su marido y dos nietas, una hermana y varias sobrinas.

Me detuve unos días en Roma para asistir a una audiencia con monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, pues deseaba editar su libro 'Camino' en hebreo; estaba trabajando sobre una traducción anterior, con bastantes imperfecciones, para poder editarlo.

No bien nos sentamos, me preguntó con sumo interés por mi familia, si se encontraban todos bien y contentos. Luego me dijo: 'Yo quiero mucho a los judíos; mis tres grandes amores son judíos: Jesús, María y José. Tengo varios amigos judíos, que practican su religión, a quienes quiero muchísimo y lo mismo ellos sienten eso por mí; sé que no se convertirán'.

Elogió mucho las virtudes de mi pueblo y me repitió varias veces que debía querer mucho a los míos. Al final, me dijo que bendeciría la obra que estaba realizando".

4. Testimonios públicos del Fundador del Opus Dei sobre los judíos.

a) Mgr Richard Stork, "The saint who loved England", Westminster Catholic Record, November 2002

We had rented a house in the Westminster diocese so that he could work well and be close to us. This was Woodlands in Courtney Avenue, Hampstead. The house belonged to a Jewish couple, Mr and Mrs Joseph Vegoda. There he did a great deal of writing and used it as a base to visit all parts of the country.

The day after his arrival, Tuesday, 5 August [1958], St Josemaria said Mass for the first time in England in an oratory that had been set up in the house. The Blessed Sacrament was reserved in the oratory. Each day he set aside half an hour in the morning and half an hour in the afternoon or evening for prayer. There was a fine painting of the Immaculate Conception above the altar.

I remember Ron Winstanley (who now lives in Manchester), telling me that St Josemaria said to him during a visit he paid to Woodlands, probably the following year in September 1959, that Jesus must feel very much at home in this house, because it was a Jewish home. He stayed there also in 1960. In 1961 and 1962 he stayed at another house in West Heath Road, Hampstead. As it happens, the owner of this house, Mrs Soskins, was also Jewish. She was the sister of Max and Morah Beloff.
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