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PIERRE DE COUBERTIN -
EL BARON DEL DEPORTE

El Directorio del Comité Olímpico de Chile ha dispuesto entregar a sus 49 Federaciones, la historia de Pierre de Coubertin, para que sus bases conozcan a este hombre que supo sembrar una idea sencilla, pero que con el tiempo se ha mostrado de gran eficacia y amplitud.... los Juegos Olímpicos.

Consideramos que la dirigencia del deporte nacional debe conocer a fondo al Barón Pierre de Coubertin. El Olímpismo es una filosofía de la vida que utiliza al deporte como correa trasmisora de sus ideales enriquecedores, formativos, pacifistas, democráticos y humanitarios.

Hemos buscado la mejor manera que entre el conjunto de reglas y disposiciones, porque se rigen nuestras disciplinas, se conozca a fondo la historia de este hombre que nos enseñó los principios filosóficos que el olimpismo encierra.


PIERRE DE FREDY, BARÓN DE COUBERTIN, nació en paris el 1 de enero de 1863, dentro del seno de una familia acomodada y noble de ascendencia italiana, cuyos antepasados se remontan a un primer Fredy conocido, que sirvió al Rey francés Luis XI, quien le otorgó título nobiliario en 1471. Uno de los Fredy adquirirá en 1567 el Señorío de Coubertin cerca de Paris, adoptando el nombre que con posterioridad conservará la familia. Pierre de Coubertin estudiará en París, en la Escuela Primaria, y ulteriormente en la Universidad de Ciencias Políticas. Vivirá en el castillo de Mirville en Normandía, propiedad de su familia y en París en la calle Oudinot N°20, la casa en donde nació y que será inicialmente el centro operativo del C.O.I.

Coubertin será el alma motora, ideólogo, ejecutor y proyectista de la gran aventura olímpica moderna, a la que estuvo estrechamente vinculado y llevó personalmente desde sus inicios, desempeñando la presidencia del C.O.I. entre 1896 y 1925.

Usando los primitivos medios de la época, dirigió y atendió personalmente el olimpismo restaurado, recibiendo y escribiendo a mano la abundante correspondencia olímpica en progresivo aumento, en titánica tarea personal a la que dedicó todos los momentos de su vida y también la totalidad de su saneada y considerable fortuna, soportando por ello una aguda y difícil situación económica al final de su vida.

La incomprensión de un sector de sus paisanos al sentido de su obra y las tensiones políticas del momento, motivaron el traslado y ubicación del C.O.I. a la ciudad suiza de Lausana, a donde llevó también los archivos del mismo, en virtud de un acuerdo firmado en el Ayuntamiento de la ciudad el 10 de abril de 1915, viviendo en este país hasta su muerte ocurrida de forma repentina el 2 de Septiembre de 1937, cuando, meditando, paseaba por el parque de la Grange en Ginebra.

En su testamento, dejó establecido que su cuerpo fuera enterrado en Suiza, nación que le dio cobijo, comprensión y abrigo a él y a su obra, y que su corazón fuera llevado al mítico santuario de Olimpia, el motor de su ilusionado y fecundo que hacer olimpico.


Allí reposa depositado en una estela de mármol desde el mes de marzo de 1938.El estudio de los Juegos Olímpicos antiguos y una visita que realizó a los templos y al estadio de Olimpia, en Grecia, hizo nacer en el Barón de Coubertin la feliz idea de iniciar las Olimpiadas de la edad moderna. Pierre de Coubertin comprendió que el deporte era capaz de despertar el entusiasmo y la noble emulación tanto de los jóvenes como de quienes ya no lo eran tanto. Advirtió también que el deporte podía proporcionar salud y virilidad a sus cuerpos, así como nobles ideales a sus almas.

Se dio cuenta, además, de que en la segunda mitad del siglo XIX la ciencia y la tecnología habían acabado con las barreras del tiempo y el espacio, de que los trenes, los buques de vapor y el telégrafo habían convertido a las naciones en miembros de una sociedad mundial, en la cual podría florecer el deporte internacional. Presintió que este último, se extendía y arraigaba, llegaría a convertirse en un poderoso factor de transformación de la sociedad, que ayudaría a nivelar las desigualdades sociales, a contrarrestar el agesivo militarismo de la época y a fomentar la amistad y el mutuo entendimiento entre los pueblos del mundo.

Tal vez el segundo de los objetivos que tenía el Barón de Coubertin fuera la supresión de las diferencias de clase, de los sistemas, casi de castas, que existían en la época en que nació. Pertenecía a una familia aristocrática y estaba acostumbrada al lujo y los privilegios. Sus padres deseaban que siguiera la carrera de las armas, pero él rechazó la idea. Al final, y para contentarlos, aceptó estudiar Leyes, no obstante, ya había decidido consagrar su vida a la educación, ser maestro, profesión que, en opinión de su familia, no era digna de un caballero. A medida que el Barón de Coubertin comprendía el vacío y la frivolidad en que se desenvolvía la vida de tantos hombres y mujeres de su “clase”, se iba volviendo cada vez más apasionadamente igualitario.

Soñaba con llegar a ver la verdadera liberación de las masas trabajadoras. “Pan, dignidad y educación” era su programa liberador. Le disgustaba sobremanera, y condenaba sin contemplaciones, el concepto de aficionado tal como se concebía por aquel entonces en Gran Bretaña; consideraba que dicho concepto hacía del deporte aficionado y del deporte en general, el privilegio exclusivo de las clases sociales ociosas y adineradas. Quería que todo hombre tuviera las mismas oportunidades para tomar parte en competiciones deportivas.

Creía que si esto llegaba a ocurrir, buena parte de los atletas más destacados, de las “estrellas”, serían inevitablemente hombres de distintas procedencias sociales, el “esnobismo” y las “castas” sociales, que él rechazaba, desaparecerían despacio pero con toda seguridad. En el 2002 este ambicioso objetivo social del Movimiento Olímpico de Coubertin se ha logrado en gran parte. En muchos países el esnobismo y las castas han desaparecido por completo, y ello se debe, en buena medida, a Pierre de Coubertin. En 1912, los concursos artísticos y literarios cuyos principios había formulado Pierre de Coubertin seis años antes durante la Conferencia Consultiva de París (en la Comédie Francaise), pero que los organizadores de los Juegos de 1908 en Londres no habían tenido tiempo de preparar, pasaron a ocupar un lugar en el programa olímpico, junto a las competiciones deportivas.

El jurado de Estocolmo tenía ante sí la difícil tarea de calificar y premiar las obras literarias que les habían sido enviadas, pero una entre todas atrajo particularmente su atención.

Era breve. Se trataba de un poema o prosa, o más exactamente de una Oda al Deporte en nueve estrofas, curiosamente presentada en versión doble y bilingüe; primero la versión alemana, en tres páginas, y a continuación la versión francesa, con una paginación estrictamente idéntica. Las nueve breves estrofas exaltaban las virtudes del deporte: “placer de los dioses, esencia de la vida, ¡eres la Belleza, la Justicia, la Audacia, el Honor, la Alegría, la Fecundidad, el progreso¡, ¡eres la Paz¡ A través de ti, la juventud del mundo aprende a respetarse y, de este mod, la diversidad de las virtudes nacionales se convierte en fuente de una emulación generosa y pacífica”.

Ante la elevada espiritualidad de aquel texto que intentaba expresar lo esencial-aunque en términos muy alejados de lo que algún día sería la literatura de vanguardia-, y probablemente impresionados por el esfuerzo común de un alemán y un francés, esfuerzo que parecía encarnar e fraterno espíritu olímpico en un momento en que la tensión internacional entre los dos países era la nota dominante del panorama mundial, los miembros del jurado no lo dudaron y concedieron al doble autor la medalla de oro.

Fue entonces, cuando se supo que Hohrod y Eschbach eran una sola y única persona...¡y que esa persona no era otro que el mismísimo Pierre de Coubertin¡ En efecto, durante los Juegos de 1912-cuyo desarrollo superó todas las expectativas y cuyo éxito supuso el triunfo definitivo de a aventurada empresa anunciada la noche del 25 de Noviembre de 1892, apenas veinte años antes-, Pierre de Coubertin tuvo la alegría de figurar entre los laureados en los Juegos Olímpicos y de verse coronado por sus pares, tras intervenir anónimamente y en condiciones de total igualdad en un concurso en el que sólo contaban los méritos de los participantes.

Aunque el secreto se mantuvo celosamente-ante todo por el propio autor del poema-, no era completamente imposible desentrañar el significado de uno de los dos seudónimos utilizados.



El ideario de Pierre de Coubertin

El espíritu de lucha como constancia vital.

* Lo importante en la vida no es el triunfo sino la lucha. Lo esencial no es haber vencido, sino haber luchado bien (1908).

* La vida es simple porque la lucha es simple. El buen luchador retrocede pero no abandona. Se doblega pero no renuncia. Si lo imposible se levanta ante él, lo sortea y va más lejos. Si le falta el aliento, descansa y espera. Si es puesto fuera de combate, anima a sus hermanos con palabras y su presencia. Y hasta cuando todo parece derrumbarse ante él, la desesperación nunca le afectará.

La vida es solidaria, porque la lucha es solidaria. De mi victoria dependen otras victorias, cuyos tiempos y circunstancias no conoceré nunca, y mi derrota provoca otras, cuyas consecuencias van a perderse en el abismo de las responsabilidades ocultas. El hombre que estaba delante de mí, alcanzó al atardecer, el lugar desde donde yo partí esta mañana, y el que viene detrás de mí, se beneficiará de los peligros que aparto y de las trampas que señalo.

La vida es bella porque la lucha es bella: no la lucha sangrienta, fruto de la tiranía y de las malas pasiones, las que fomentan la ignorancia y la rutina, sino la santa lucha de las almas, en busca de la verdad, la luz y la justicia (1902).

Todo ello le ganó un lugar no sólo en la historia del deporte sino en la del mundo entero que ha ido abrazando su causa al extremo de convertir a la actividad en la de mayor convocatoria en la sociedad moderna. Pierre de Coubertin fue profético al sostener “si Alemania redescubrió Olimpia, ¿por qué Francia no podría encargarse de restablecer su espíritu?” Así lo hizo y los resultados están a la vista. Por eso, siempre será interesante escudriñar en la historia del restaurador del olimpismo y asumir su ejemplo como fundamento de toda gestión deportiva. Es también, una tarea para todos los involucrados en su desarrollo y en su cada vez más amplio futuro.

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ATENAS 2004

LA CORONA DE OLIVO DE ATENAS

Símbolo que pertenece no sólo a los griegos de la antigüedad sino también a la tradición griega actual, la corona de olivo inspira el nuevo emblema de los Juegos de la XXVIII Olimpiada de 2004 en Atenas. La corona de olivo constituye una imagen relacionada con la ciudad de Atenas, con la paz, con el ciclo de la vida, con el cielo y con el mar de Grecia. Es resultado de una colaboración entre dos estudios de artes gráficas, la empresa griega Desing Consultans y la británica Wolf Olins. La selección del nuevo logo resultó compleja teniendo en cuentas los 242 modelos presentados en el concurso internacional convocado al respecto. Todos ellos fueron evaluados por un jurado que seleccionó finalmente tres. El consejo de administración del ATHOC escogió por unanimidad uno de ellos, antes de recibir el aval del Comité Olímipico Internacional. El logo, que circulará por el mundo entero, resume y simboliza la ilusión, esfuerzo y misión de Grecia cuando le ha correspondido organizar los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas. Por ello, el Comité Organizador controlará y protegerá su utilización, que generará importantes ingresos necesarios para la celebración de los Juegos. El logo se ha registrado a nivel internacional y sólo podrá reproducirse con autorización del ATHOC. Las razones de selección de este emblema de los Juegos Olímpicos de 2004 has sido:

1.- Porque respeta los criterios elementales de reproducción sin requerir automáticamente que ésta sea electrónica.

2.- Porque se diferencia de los emblemas precedentes de los Juegos y transmite una amplia gama de mensajes, a pesar de su modesta apariencia.

3.- Porque su tema principal- una corona de ramas de olivo- constituye un símbolo de paz que recuerda el conjunto de valores relacionados con el árbol sagrado de Atenas y con la democracia y civilización griegas.

4.- Porque, como símbolo histórico de la antigua Atenas, expresa el sentido particular inherente al desarrollo de estos primeros Juegos Olímpicos del nuevo milenio en la ciudad que ya los renovó hace más de cien años.

5.- Porque, además de la connotación griega del olivo, la forma circular del símbolo le da un sentido todavía más universal: la unidad del mundo y el lazo de unión entre los tiempos modernos y antiguos.

6.- Porque el lenguaje visual del motivo evoca la honestidad y la nobleza de las formas diseñadas, calurosas y familiares con los símbolos originales.

7.- Porque la gama de colores, con sus fuertes referencias al azul y blanco griegos, sugiere la transparencia y fluidez, evocando el azul del cielo y el blanco del mar de Grecia, que marcan con tanta fuerza su paisaje.


EL DIRECTORIO DEL COMITÉ OLÍMPICO DE CHILE, SE PERMITE ENTREGAR A LAS NUEVAS GENERACIONES ESTE MANUAL QUE REFLEJA LAS ACTUACIONES DE LOS DEPORTISTAS CHILENOS QUE HAN OBTENIDO MEDALLAS OLÍMPICAS.

AUNQUE ESCASOS, HEMOS CONSIDERADO UNA OBLIGACIÓN PLASMAR ESTOS HECHOS EN ESTE DOCUMENTO QUE PERMANECERÁ EN NUESTRA BIBLIOTECA PARA USO DE LOS DEPORTISTAS Y ESTUDIANTES QUE LO DESEEN.

QUEREMOS RECORDAR CON ESTOS ATLETAS, LOS HISTÓRICOS RESULTADOS CUANDO SE SITUARON ENTRE LOS MEJORES DEL MUNDO.

DESPUÉS DE LOS ÉXITOS DE MANUEL PLAZA EN 1928, DE LOS EQUITADORES EN 1952, DE MARLENE AHRENS Y LOS BOXEADORES EN 1956, PASARON 32 AÑOS PARA QUE DE IRUARRIZAGA TERMINARA CON ESTA LARGA “SEQUÍA OLÍMPICA”, EN SEÚL’88, Y FELIZMENTE, EN EL 2000, EN SYDNEY, OTRA VEZ EL DEPORTE CHILENO OBTUVO UNA DISTINCIÓN OLÍMPICA, ESTA VEZ EN LOS PIES DEL FÚTBOL.

ES ESTA HISTORIA LA QUE QUEREMOS COMPARTIR UNA VEZ MÁS.

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LA PRESENCIA DE CHILE EN LOS JUEGOS OLIMPICOS.


Nuestro país estuvo presente en la génesis de los Juegos Olímpicos de la Era moderna.
Sí, Chile quedo inscrito en los anales de la historia. Fue parte de las trece naciones participantes en Atenas 1896. Se midió con deportistas de Australia, Austria, Bulgaria, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Hungría, Suecia, Suiza y Grecia.
Aquella cita tan relevante para el movimiento olímpico agrupó en la ocasión, a doscientos ochenta y cinco competidores. En esos primeros balbuceos están los registros de un compatriota: Luis Subercaseaux, en 100, 400 y 800 metros planos.
Así, Chile comenzó tímidamente a formar parte de esta empresa, que no ha cesado de crecer. Sólo ha estado ausente en cuatro oportunidades. En París (1900), San Luis (1904), Londres (1908) y Moscú (1980).
En esta carrera por las medallas nuestra nación también, ha estado en el podium de los mejores del mundo.

AÑO
SEDE ATLETA ESPECIALIDAD MEDALLA
1928
AMSTERDAM MANUEL PLAZA MARATÓN PLATA
1952
HELSINKI OSCAR CRISTI ECUESTRE INDIVIDUAL PLATA
1952
HELSINKI OSCAR CRISTI
CESAR MENDOZA
RICARDO ECHEVERRIA
ECUESTRE POR EQUIPO PLATA
1956
MELBOURE MARLENE AHRENS LANZAMIENTO DE LA JABALINA PLATA
1956
MELBOURE RAMÓN TAPIA BOXEO (MEDIANO) PLATA
1956
MELBOURE CLAUDIO BARRIENTOS BOXEO (GALLO) BRONCE
1956 MELBOURE CARLOS LUCAS BOXEO (MEDIO PESADO) BRONCE
1988 SEÚL ALFONSO DE IRUARRIZAGA TIRO SKEET PLATA
2000 SYDNEY SELECCIÓN CHILENA FÚTBOL BRONCE
2004 ATENAS NICOLÁS MASSÚ TENIS (SINGLE) ORO
2004 ATENAS N. MASSÚ / F. GONZÁLEZ TENIS DOBLE ORO
2004 ATENAS FERNANDO GONZÁLEZ TENIS (SINGLE) BRONCE

 

A M S T E R D A M 1928
Manuel Plaza: La primera medalla.

Este atleta de firme físico, de 1,85 metro de estatura, fue protagonista de una historia poco común. Dominó en el atletismo sudamericano entre 1922 y 1927 en todas las pruebas de fondo: desde los 3 mil metros hasta el maratón, pasando incluso por la prueba de cross country, los 5 mil y 10 mil metros.
Aunque exitoso en cada una de esas carreras, Manuel Plaza debe su fama a los 42,195 kilómetros. En esa distancia, accedió a la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928, siendo así el primer chileno en conseguir una figuración de esa magnitud.
Cubrió el trazado en 2 horas 33 minutos y 23 segundo (su mejor tiempo en la prueba). Lo superó el argelino El Ouafi, que corría por Francia, al cruzar la meta 26 segundo antes.
Al largar la “travesía”, a las 10.00 horas de Holanda, era uno más entre 79 corredores de 24 países. Poco a poco avanzaba el desarrollo de la competencia, emergió hacia los primeros lugares.
En el comienzo, un dolor de rodilla lo retrasó…Ya a los 28 kilómetros aparecía en el puesto doce; a los 36, sexto; quinto a los 38. Y desde ese punto hasta la meta, sólo dos fondistas apuntaban hacia el triunfo: él y El Ouafi. Esos minutos finales resultaron eternos…El suplementero de San Bernardo dio lo que tenía y escoltó al vencedor.
En Colombes, en los Juegos Olímpicos de París en 1924, había sido sexto. Una olimpíada más tarde aparecía segundo.
A su regreso, más de 30 mil personas le esperaban en la estación Mapocho. El Presidente de la República, Carlos Ibáñez del Campo, también sintió esa victoria como un logro país y le dio otra dimensión a la medalla, condecorándolo.
Dicen que era resistente y veloz. Que su tranco era largo. El mayor elogio que de él se ha dicho es cuando le comparan con el múltiple campeón olímpico Emile Zatopek, la “locomotora humana” checoeslovaca.



H E L S I N K I 1952
Oscar Cristi: doble éxito.

Nadie como el equitador Oscar Cristi. Hasta la fecha, es el único deportista chileno con dos medallas olímpicas. Ambas de plata y en los mismos Juegos: Helsinki 1952.
Ese 3 de agosto, sus saltos en “Bambi” para ser vicecampeón individual y segundo en equipo son el testimonio de una actuación con ribetes de leyenda. Los relatos de la competencia en el último día de pruebas hablan de temperamento, temple, garra. Se refieren al binomio jinete-caballo. Sólo así se explica que esa diminuta cabalgadura pudiera “volar” sobre el jardín de saltos.
Pudo el capitán de Carabineros, Cristi, conquistar el oro olímpico, pero un derribo en el noveno obstáculo obligó al desempate con lo más granado de la equitación mundial de aquel entonces.
El centauro porteño – había nacido en Valparaíso en 1916 – tuvo actitud para intentar lo máximo con la presión de saber ya que el francés Jacques D’Oriola en “Alí Babá” registraba una pasada perfecta de la cancha con cero falta.
Le correspondió el turno a Cristi en “Bambi”. Galoparon cuidadosamente. El público – más de 60 mil espectadores permanecían atentos – admiraba el recorrido…Cae un obstáculo y termina la ilusión dorada… El alemán Thiedeman, el brasileño Meneses, el inglés White finalizan con 8 faltas cada uno, dejando el segundo lugar para Chile.



Cristi, Mendoza y Echeverría: sentido de equipo.

Así como el atleta Manuel Plaza fue el primer deportista en dar una medalla olímpica a Chile, la equitación en la modalidad de saltos se registró como el primer deporte en conquistar para el país dos preseas y en la misma competencia.
Ese resultado, en la disputa del Gran Premio de Naciones en el marco de Helsinki 1952, no tiene igual en el recorrido olímpico del deporte chileno.
Cristi hizo su propia historia en la prueba individual. Sin embargo, su rendimiento también era parte de la competición por equipo. Junto al teniente de Carabineros, César Mendoza, y el capitán de Ejército, Ricardo Echeverría, se las arreglaron para sumar otro vicecampeonato. Fueron horas y horas de análisis; días y días de entrenamiento.
Eduardo Yáñez, jefe técnico del grupo, había logrado que cada uno trabajara para el resto y que el resto lo hiciera para uno. Después de un período de marcadas diferencias, la equitación armonizó. El resultado se notó un año antes, en los Panamericanos de Buenos Aires’51, oportunidad en que los diversos binomios nacionales conformados conquistaron 6 títulos.
Con ese mismo espíritu, la selección partió a los Juegos Olímpicos. Sólo la falta de buenos caballos inquietaba. Varios ejemplares titulares habían sido descartados por lesión.
Pero, el destino es así…Cristi en “Bambi”, Mendoza en “Pillán” y Echeverría en “Lindo Peal” llegaron al compromiso. En la mañana del 2 de agosto, sólo Cristi clasificó para el torneo individual. El antofagastino Echeverría – había nacido en 1918 – sumó 17,75 faltas. A Mendoza tampoco le fue bien.
A la definición, por la tarde, el trío de centauros asomó con el ánimo de cambiar la historia… Echeverría, en su turno, mejoró ostensiblemente, llegando a escasos dos derribos en la cancha a 1,60 metro; Cristi hizo uno y Mendoza pasó con cero falta. Ese resultado bastó para clasificar a Chile en segundo lugar, superado por el equipo de Inglaterra por leve margen.




M E L B O U R N E 1956
Marlene Ahrens: la única.

Desde 1896, fecha de inicio de los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, Chile ha tenido presencia en la mayoría de ellos. Sin embargo, la suma de medallas es escasa. Del total de 9, aparecen 3 de bronce y 6 de plata. Una de estas pertenece a la jabalinista Marlene Ahrens con su lanzamiento de 50,38 metros el 28 de noviembre de 1956 para clasificarse vicecampeona olímpica.
Fue el mejor intento de su vida. Récord chileno de la prueba, maximarca sudamericana, que se mantuvieron por décadas en la lista de rendimientos técnicos. Recién el 1 de octubre de 1983, a nivel local, terminó el reinado de su excepcional cometido en la pista australiana. Pasaron 27 años antes que Carolina Weil, prematuramente retirada de la actividad, superara la impronta vigente con un jabalinazo de 50, 68 metros.
Sin embargo, Marlene Ahrens sigue en el recuerdo colectivo. Y la razón es simple: hasta la fecha, es la única mujer chilena que ha accedido a una medalla olímpica.
Entonces, cómo no recordar ese éxito en la quinta tentativa, en una lejana tarde de Australia.
Los medios de comunicación presentes la identificaron primero por su condición de abanderada de Chile en el desfile inaugural (en total, desfilaron 371 mujeres). Después la conocieron por su calidad.
Ya en el plano anecdótico se cuenta que la espigada atleta nacional alcanzó la medalla plateada con el implemento que le facilitó la participante que ocuparía el primer lugar.
Con los años, Marlene Ahrens pasó del atletismo al tenis y al adiestramiento y de ahí al campo dirigencial. Pero, continúa siendo evocada por su hazaña en Melbourne.
Reviviendo su participación, a la luz de un pensamiento que repite un canal del cable, queda más que reflejado el valor de lo que obtuvo: “alguien dijo una vez que no se gana una plata, sino que se pierde un oro…Quién lo dijo, con toda seguridad nunca ha ganado una plata…”.



Claudio Barrientos: guantes de bronce.

Otro caso único en el deporte chileno. El boxeo viajó a los Juegos de Melbourne 1956 con tres representantes y los tres con medallas. Uno de ellos fue el peso gallo Claudio Barrientos, un osornino de manos rápidas y de gran habilidad.
Debutó con una victoria por puntos sobre Stepaniuk, de Polonia. Repitió ante el brasileño Eder Jofré que después, en el campo profesional, llegaría a ser campeón mundial.
Barrientos terminó su campaña, a comienzos de diciembre, midiéndose con el coreano Song. Por las características de los rivales y por la forma en que habían llegado a esa disputa, el chileno era favorito…
Lo cierto es que el oriental fue declarado vencedor. Así lo señalaron las tarjetas de los jueces. Sin embargo, en la delegación chilena y en periodistas que asistieron a esa velada, quedó la sensación que “ese bronce debió ser oro” porque Claudio Barrientos fue el mejor de los 54 kilos.



Ramón Tapia: a punta de KO.

Vino desde el norte. Tosco, fuerte, demoledor. Así era le mediano Ramón Tapia. Para él no existían los rounds de estudio. Justo con la campana inicial, sus derechazos comenzaban a dañar.
Lo incluyeron en la selección olímpica no sin antes plantear reparos a su estilo. Algunos afirmaban que en Melbourne nada podría hacer. Que no tenía boxeo…Para salir de dudas sobre su capacidad lo enviaron a un torneo internacional a Montevideo con la obligación de titularse campeón para ganarse la nominación.
Fue y ganó. Y ya en Melbourne, el nortino mostró su valía…El polaco Pyorkovski se quedó “dormido” a la primera derecha que recibió cuando la pelea recién se iniciaba.
En la segunda presentación, frente al checoeslovaco Torna, el camino fue el mismo, pero en el segundo round. Luego de una primera vuelta equilibrada, en la reanudación sucedió lo que Tapia prometía…Pasando a las cuerdas bajo ataque del adversario, sacó su poderoso golpe diestro que dio en pleno mentón de Torna. Nuevo KO para el nortino.
El soviético Chatkov, rudo como el chileno, fue el contrincante de la final. Ganaría el que pegara primero…Chatkov embocó antes, anticipó, y se quedó con el oro, provocando de paso el primer KO en la carrera de Ramón Tapia, que se quedó con la distinción de plata.



Carlos Lucas: siempre amateur.

Carlos Lucas tenía 26 años cuando partió rumbo a Melbourne en calidad e integrante del equipo olímpico de Chile. Era campeón nacional de los medio pesados y en un Latinoamericano de Boxeo, en Lima, había conquistado el segundo lugar.
Con esos antecedentes llegó al megaevento. Fue medalla de bronce. Tres años más tarde repitió esa ubicación en los Panamericanos de Chicago’59.
Nació en Villarrica, en 1930. Hoy sigue allá, en el sur, pero siempre interiorizado en el deporte del que formó parte. Fue un amateur de corazón y por una cuestión de principios, nunca se quiso profesionalizar


S E U L 1988
Alfonso de Iruarrizaga: pulso de plata

El 24 de septiembre de 1988, en los Juegos de Seúl, el deporte chileno volvió al podio olímpico después de una ausencia de 32 años. Y lo hizo en las manos seguras de Alfonso de Iruarrizaga, en el tiro al vuelo, modalidad skeet.
Durante los días de competencia, el representante nacional rozó la perfección. En la primera jornada se puso al frente de la clasificación con 75 impactos en 75 platillos, superando al alemán Alex Wegner que pegó 73. Se invirtieron los papeles en la segunda vuelta: 75 para el germano y 74 para De Iruarrizaga, que seguía puntero en la clasificación general con 149 contra 148 del europeo.
Los 50 implementos finales dejaron la situación igualada: Wegner hizo el ciento por ciento de efectividad y De Iruarrizaga se quedó en 49. Para la definición clasificaron ambos con 198 en 200, seguidos de Danny Carlisle, de Estados Unidos, 197; Jorge Guardiola, de España; Juergen Raabe, de Alemania Oriental, y Weizang Shang, de República Popular China, con 196.
A la misma hora que en el Estadio Olímpico de Seúl se disputaba la “batalla de los 100 metros planos” con el canadiense Ben Johnson y el norteamericano Carl Lewis como protagonistas, se definía el tiro skeet en las afueras de la capital coreana. Allí, el tirador chileno sólo pudo celebrar la medalla de plata. Falló dos platillos en los puestos uno y seis, sumando 23 blancos perfectos, mientras que Wegner acertó 24 (también erró en el uno).
Antes de ese logro olímpico, De Iruarrizaga había sido dos veces medallista panamericano en la especialidad por equipos, en Puerto Rico’79 (plata) y Caracas’83 (bronce).



S Y D N E Y 2000
Nuestro fútbol entre los “Top3”

Una de las últimas medallas en disputa en el marco de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, viajó hacia el extremo sur del mundo. La obtuvo la Selección Chilena de Fútbol, capitaneada por Iván Luis Zamorano. El 29 de septiembre de ese año, con dos goles de “bam bam”, la “Roja” aventajó a Estados Unidos y obtuvo el bronce.
Fue el último capítulo de una historia que había comenzado quince días antes cuando el “equipo de todos”, en el Grupo B de Melbourne, debutó con un 4 – 1 sobre Marruecos con tres anotaciones del capitán Zamorano y la restante de Navia.
En ese mismo escenario, el 17 de septiembre, Chile sacudió al mundo futbolístico con el 3 – 1 sobre España. Olarra conquistó el tanto de apertura y después Navia sumó dos. El elenco del técnico Nelsón Acosta cerró su serie con una derrota frente a Corea del Sur 0 – 1, en Adelaida.
En cuartos de final, el día 23 contra Nigeria, otra vez apareció el once goleador de los dos encuentros iniciales: 4 – 1. Cifras de Contreras, Zamorano, Navia y Tello. Gran actuación y boletos para semifinales.
El partido del paso a la final se jugó en Melbourne, el 26. Camerún fue el rival. El representativo africano se impuso 2 – 1 con goles de Abanda y Etame y autogol de M’boma.
El encuentro con Estados Unidos por el tercer puesto resultó un consuelo para una escuadra que, según la crítica mundial, merecía un sitio para luchar por el oro. Por eso, el “top3” no se discutió. Resultó merecido con un rendimiento tremendamente positivo: 4 triunfos y 2 caídas; 14 goles a favor y 6 en contra; Zamorano goleador con 6 conquistas.
El plantel lo integraron: Nelsón Tapia, Cristián Alvarez, Claudio Maldonado, Pablo Contreras, Pedro reyes, David Pizarro, Iván Zamorano, Reinaldo Navia, Rodrigo Tello, Rafael Olarra, Patricio Ormazábal David Henríquez, Sebastián González, Francisco Arrué, Rodrigo Núñez, Manuel Ibarra, Javier di Gregorio y Mauricio Rojas. DT: Nelsón Acosta.

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DECALOGO DEL ESPIRITU DEPORTIVO.

Los educadores del país, los entrenadores, los atletas, todos los que practican deporte, son invitados a mostrar que poseen ESPIRITU DEPORTIVO, cumpliendo con los diez artículos del Decálogo del Espíritu Deportivo.

A cada uno, le compete procurar promover una práctica del deporte más humana y formativa.

ARTICULO 1
Mostrar espíritu deportivo y antes de todo respetar escrupulosamente todos los reglamentos; significa nunca buscar deliberadamente cometer una infracción anti reglamentaria.

ARTICULO 2
Respetar a los árbitros de juego. La presencia de árbitros es absolutamente indispensable en una competición. Ellos tienen un papel difícil e ingrato de desempañar. Ellos merecen el respeto de todos.

ARTICULO 3
Aceptar todas las decisiones del árbitro, sin desconfiar de su honestidad.

ARTICULO 4
Reconocer con dignidad, una situación de vencidos y superioridad del adversario.

ARTICULO 5
Aceptar la victoria con modestia y sin ridiculizar o disminuir al adversario.

ARTICULO 6
Saber reconocer los buenos resultados del adversario.

ARTICULO 7
Querer competir en igualdad de condiciones con el adversario. Y contar con su talento y su capacidad para alcanzar la victoria.

ARTICULO 8
Rehusar para ganar por medios ilegales y/o fraudulentos.

ARTICULO 9
Mostrar espíritu deportivo significa para los árbitros conocer todas las reglas y aplicarlas con imparcialidad.

ARTICULO 10
Ser digno en todas las circunstancias y demostrar control propio. Y rehusar utilizar en cualquier situación la violencia física o verbal.

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Ver Biblioteca

Museo Olímpico

Para el Comité Olímpico de Chile resulta muy grato recibirlos en nuestro Museo del Deporte, donde se conservan varios testimonios que reflejan las grandes hazañas de nuestros deportistas.

En el tercer piso de nuestro moderno edificio, encontrarán la auténtica historia del deporte chileno, partiendo por los juegos Olímpicos de la Era Moderna. En 1896 en Atenas (Grecia), el deporte chileno estuvo presente con la participación del deportista diplomático Luis Subercaseaux, quien participó en 100, 400 y 800 metros planos, cuya imagen encontrarán a la entrada de nuestro museo.

COMIENZO DEL RECORRIDO.

La equitación en Chile ha cumplido un papel preponderante en materia de hazañas deportivas.
Lo primero que encontrarán será la vitrina que contiene la montura, espuelines, guantes y fusta que usó el Capitán Alberto Larraguibel al saltar 2 metros 47 centímetros, conquistando el récord mundial de salto alto a caballo, un día 5 de febrero de 1949, en el Regimiento Coraceros de Viña del Mar. Esta es una marca mundial que aún se mantiene vigente, pese a los intentos de equitadores militares y civiles de todo el orbe. El libro “Guinness” lo mantiene como la hazaña deportiva del siglo.


En dicha vitrina apreciarán el Salto en imágenes repetidas y el momento en que el Capitán Larraguibel en 1961 asistió al entierro de su caballo “Huaso”.

En este rincón ecuestre encontrarán las fotos de de Oscar Cristi, Vice Campeón Olímpico individual en los Juegos Helsinki 1952 y la foto del equipo integrado por Cristi, Mendoza y Echeverría, ganadores de medalla de plata.

Frente a la vitrina que recuerda el record mundial de Alberto Larraguibel se encontrarán con un gran retrato, que evoca al gran equitador Eduardo Yañez, quien triunfó en los grandes eventos mundiales de Italia,

Rincón del Boxeo.

Francia, Alemania, Inglaterra y los Estados Unidos, lo que bien vale la pena leer su extenso curiculo.

La segunda vitrina con que nuestros visitantes se encontrarán es la que contiene el buzo-antiflama que uso Eliseo Salazar cuando debutó en Formula Uno y el casco y overol utilizado por el piloto de Turismo Carretera, Raúl, (Papín) Jaras en las décadas 1950 y 1980.

Al centro, nuestro(a) visitante se encontrará con una gran vitrina de fina madera, que por un lado contiene obsequios olímpicos recibidos a través del mundo por nuestro Comité Olímpico y por el otro lado, las copas que conquistó en su larga y triunfal carrera, el piloto Bartolomé Ortiz y las fotografias de otros astros del automovilismo de la época.

La cuarta vitrina tiene tres pisos, el primero está dedicado al tenista Marcelo “Chino” Ríos.

Allí está la raqueta, su polera y zapatillas que utilizó en su triunfo en Key Biscayne (Miami) ante André Agassi y donde logró el N° 1 del mundo.
Copas ganadores por Bartolomé Ortíz.

Natacha Méndez, Reina de la Primavera y Campeona Sudamericana de básquebol.
Tres fotos gigantes celebrando este acontecimiento adornan este apisodio del tenis chileno.

Más abajo están las camisetas que Iván Zamorano y Marcelo Salas regalaron al Museo y la pelota con que se jugó el Mundial de Fútbol Francia 98, firmada por todos los jugadores que actuaron en este Campeonato FIFA, donde Chile por primera vez pasó a la segunda ronda.

También hay entradas que se usaron en dicho mundial de fútbol. Más abajo encontrarán dos camisetas y una medalla del levantador de pesas, Cristián Escalante, actual Vice campeón Panamericano.

A continuación, observarán una vitrina con recuerdos de Juegos Olímpicos, colección de medallas adosadas a la pared y una muestra de Filatelia Olímpica que será muy apreciada por la gran falange de “Numismáticos” que existe en el país.

En las paredes de los extremos Sur y Norte el visitante del museo en contrará un conjunto de fotografías que le recordarán a las grandes figuras del deporte chileno y se encontrará con todos los símbolos de los Juegos Olímpicos.

En otras vitrinas, encontrará la escopeta con que Alfonso de Iruarrizaga obtuvo medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl el año 1988 (Tiro Skeet). También se encontrará con Armas cortas, de las modalidades de pistola libre, con que los hermanos Cisternas, conquistaron títulos sudamericanos y panamericanos. Al costado se encuentra la vitrina con las Antorchas Olímpicas que se usaron en los Juegos Olímpicos de Los Angeles(1984) y en Seúl (1988).

Junto al rincón del Boxeo, nuestras visitas podrán apreciar los guantes que usó el Tani Loayza, quien disputó el título mundial de la categoría liviano, el 13 de Julio de 1925 en el Madison Square Garden de Nueva York; los guantes de Luis Vicentini; el pantalón con que Arturo Godoy disputó dos veces (1940), el título
mundial de todos los pesos con Joe Louis; y la bata, pantalón y guantes con los cuales Martín Vargas disputó los títulos mundiales con Miguel Canto. Además existen fotos gigantes de Arturo Godoy y Quintín Romero; una pesa y saco de arena (pushing ball) de la época.
Marlene Ahrens

El "Chino" Ríos N°1 del Mundo

En la vitrina del básketbol, figura la jugadora Natacha Méndez quien regaló al Museo del Deporte, su corona de Plata, como Reina de la Primavera de Santiago el año 1950. También existe un Collage con su actuación como seleccionada chilena y campeona sudamericana. Por su parte María Clavería, otra brillante seleccionada chilena, también regaló todas sus medallas al Museo.

En varones dos grandes fotos recuerdan a don Benedicto Kocián, padre del básketbol chileno, quien formó el primer equipo chileno de este deporte en 1922.


Al centro, las visitas al Museo del Deporte se encontrarán con el módulo donde se exhiben, el traje térmico y los elementos para la encordada que utilizó Rodrigo Jordán en la ascensión al Monte Everest en 1992.

La última vitrina contiene varios recuerdos deportivos entre los que destacan las raquetas de Jaime Fillol , Patricio Cornejo y Hans Gildemeister que tantos triunfos le proporcionaron a Chile en el campo internacional y la gran foto de Anita Lizana, campeona de Forest Hill.

Finalmente, el fútbol muestra desde el primer equipo que existió en Chile, fundado en 1883 en Valparaíso, hasta la foto color gigante del cuadro de Colo Colo, que ganó en 1991 la Copa Libertadores de América.

Campeón del Mundo en salto 2.47 m. Alberto Larraguibel

Además existe una vitrina que recuerda el Tercer Lugar en el Mundial de Fútbol de 1962. El Ciclismo con los hermanos Torres y la Fuerza Aérea de Chile, cierra el circuito que pueden hacer los interesados, visitando nuestro Museo Olímpico en Vicuña Mackenna 44, donde podrán realizar un recorrido con la historia del Deporte Chileno.

Obsequios Olímpicos

MEDALLISTAS OLIMPICOS.

Nueve medallas han conquistado nuestros deportistas en Juegos Olímpicos.

En 1928, el atleta Manuel Plaza en los Juegos Olímpicos en Amsterdam, logró ganar medalla de plata en la Maratón. En 1952 en Helsinki, Oscar Cristi en individual y por equipos junto a Cesar Mendoza y Ricardo Echeverría lograron medallas de plata en Equitación.

En 1956 en los Juegos Olímpicos de Melbourne, Marlene Ahrens en Jabalina ganó medalla de Plata. En Boxeo, Ramón Tapia logró medalla de Plata y los pugilistas Claudio Barrientos y Carlos Lucas, bronce.

En 1988, en Tiro al Vuelo, Alfonso de Irarruizaga obtuvo Plata. La última presea olímpica la conquistó el fútbol el año 2000 en Sydney (Medalla de Bronce).

   
 
Museo Olímpico
Vicuña mackena 42






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