PIERRE DE COUBERTIN - EL
BARON DEL DEPORTE
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El
Directorio del Comité Olímpico
de Chile ha dispuesto entregar a sus 49 Federaciones,
la historia de Pierre de Coubertin, para que
sus bases conozcan a este hombre que supo sembrar
una idea sencilla, pero que con el tiempo se
ha mostrado de gran eficacia y amplitud....
los Juegos Olímpicos.
Consideramos que la dirigencia
del deporte nacional debe conocer a fondo al
Barón Pierre de Coubertin. El Olímpismo
es una filosofía de la vida que utiliza
al deporte como correa trasmisora de sus ideales
enriquecedores, formativos, pacifistas, democráticos
y humanitarios.
Hemos buscado la mejor manera
que entre el conjunto de reglas y disposiciones,
porque se rigen nuestras disciplinas, se conozca
a fondo la historia de este hombre que nos enseñó
los principios filosóficos que el olimpismo
encierra.
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PIERRE
DE FREDY, BARÓN DE COUBERTIN, nació
en paris el 1 de enero de 1863, dentro del seno
de una familia acomodada y noble de ascendencia
italiana, cuyos antepasados se remontan a un
primer Fredy conocido, que sirvió al
Rey francés Luis XI, quien le otorgó
título nobiliario en 1471. Uno de los
Fredy adquirirá en 1567 el Señorío
de Coubertin cerca de Paris, adoptando el nombre
que con posterioridad conservará la familia.
Pierre de Coubertin estudiará en París,
en la Escuela Primaria, y ulteriormente en la
Universidad de Ciencias Políticas. Vivirá
en el castillo de Mirville en Normandía,
propiedad de su familia y en París en
la calle Oudinot N°20, la casa en donde
nació y que será inicialmente
el centro operativo del C.O.I.
Coubertin será el alma motora, ideólogo,
ejecutor y proyectista de la gran aventura olímpica
moderna, a la que estuvo estrechamente vinculado
y llevó personalmente desde sus inicios,
desempeñando la presidencia del C.O.I.
entre 1896 y 1925.
Usando los primitivos medios de la época,
dirigió y atendió personalmente
el olimpismo restaurado, recibiendo y escribiendo
a mano la abundante correspondencia olímpica
en progresivo aumento, en titánica tarea
personal a la que dedicó todos los momentos
de su vida y también la totalidad de
su saneada y considerable fortuna, soportando
por ello una aguda y difícil situación
económica al final de su vida. |
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La
incomprensión de un sector de sus paisanos
al sentido de su obra y las tensiones políticas
del momento, motivaron el traslado y ubicación
del C.O.I. a la ciudad suiza de Lausana, a donde
llevó también los archivos del
mismo, en virtud de un acuerdo firmado en el
Ayuntamiento de la ciudad el 10 de abril de
1915, viviendo en este país hasta su
muerte ocurrida de forma repentina el 2 de Septiembre
de 1937, cuando, meditando, paseaba por el parque
de la Grange en Ginebra.
En su testamento, dejó
establecido que su cuerpo fuera enterrado en
Suiza, nación que le dio cobijo, comprensión
y abrigo a él y a su obra, y que su corazón
fuera llevado al mítico santuario de
Olimpia, el motor de su ilusionado y fecundo
que hacer olimpico.
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Allí reposa depositado en una estela de mármol
desde el mes de marzo de 1938.El estudio de
los Juegos Olímpicos antiguos y una visita
que realizó a los templos y al estadio
de Olimpia, en Grecia, hizo nacer en el Barón
de Coubertin la feliz idea de iniciar las Olimpiadas
de la edad moderna. Pierre de Coubertin comprendió
que el deporte era capaz de despertar el entusiasmo
y la noble emulación tanto de los jóvenes
como de quienes ya no lo eran tanto. Advirtió
también que el deporte podía proporcionar
salud y virilidad a sus cuerpos, así
como nobles ideales a sus almas. |
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Se
dio cuenta, además, de que en la segunda
mitad del siglo XIX la ciencia y la tecnología
habían acabado con las barreras del tiempo
y el espacio, de que los trenes, los buques
de vapor y el telégrafo habían
convertido a las naciones en miembros de una
sociedad mundial, en la cual podría florecer
el deporte internacional. Presintió que
este último, se extendía y arraigaba,
llegaría a convertirse en un poderoso
factor de transformación de la sociedad,
que ayudaría a nivelar las desigualdades
sociales, a contrarrestar el agesivo militarismo
de la época y a fomentar la amistad y
el mutuo entendimiento entre los pueblos del
mundo. |
Tal vez el
segundo de los objetivos que tenía el
Barón de Coubertin fuera la supresión
de las diferencias de clase, de los sistemas,
casi de castas, que existían en la época
en que nació. Pertenecía a una
familia aristocrática y estaba acostumbrada
al lujo y los privilegios. Sus padres deseaban
que siguiera la carrera de las armas, pero él
rechazó la idea. Al final, y para contentarlos,
aceptó estudiar Leyes, no obstante, ya
había decidido consagrar su vida a la
educación, ser maestro, profesión
que, en opinión de su familia, no era
digna de un caballero. A medida que el Barón
de Coubertin comprendía el vacío
y la frivolidad en que se desenvolvía
la vida de tantos hombres y mujeres de su “clase”,
se iba volviendo cada vez más apasionadamente
igualitario. |
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Soñaba con llegar a ver la verdadera liberación
de las masas trabajadoras. “Pan, dignidad
y educación” era su programa liberador.
Le disgustaba sobremanera, y condenaba sin contemplaciones,
el concepto de aficionado tal como se concebía
por aquel entonces en Gran Bretaña; consideraba
que dicho concepto hacía del deporte
aficionado y del deporte en general, el privilegio
exclusivo de las clases sociales ociosas y adineradas.
Quería que todo hombre tuviera las mismas
oportunidades para tomar parte en competiciones
deportivas. |
Creía
que si esto llegaba a ocurrir, buena parte de
los atletas más destacados, de las “estrellas”,
serían inevitablemente hombres de distintas
procedencias sociales, el “esnobismo”
y las “castas” sociales, que él
rechazaba, desaparecerían despacio pero
con toda seguridad. En el 2002 este ambicioso
objetivo social del Movimiento Olímpico
de Coubertin se ha logrado en gran parte. En
muchos países el esnobismo y las castas
han desaparecido por completo, y ello se debe,
en buena medida, a Pierre de Coubertin. En 1912,
los concursos artísticos y literarios
cuyos principios había formulado Pierre
de Coubertin seis años antes durante
la Conferencia Consultiva de París (en
la Comédie Francaise), pero que los organizadores
de los Juegos de 1908 en Londres no habían
tenido tiempo de preparar, pasaron a ocupar
un lugar en el programa olímpico, junto
a las competiciones deportivas. |
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El jurado de Estocolmo tenía ante sí
la difícil tarea de calificar y premiar las
obras literarias que les habían sido enviadas,
pero una entre todas atrajo particularmente su atención.
Era breve. Se trataba de un poema o prosa, o más
exactamente de una Oda al Deporte en nueve estrofas,
curiosamente presentada en versión doble y
bilingüe; primero la versión alemana,
en tres páginas, y a continuación la
versión francesa, con una paginación
estrictamente idéntica. Las nueve breves estrofas
exaltaban las virtudes del deporte: “placer
de los dioses, esencia de la vida, ¡eres la
Belleza, la Justicia, la Audacia, el Honor, la Alegría,
la Fecundidad, el progreso¡, ¡eres la
Paz¡ A través de ti, la juventud del
mundo aprende a respetarse y, de este mod, la diversidad
de las virtudes nacionales se convierte en fuente
de una emulación generosa y pacífica”.
Ante la elevada espiritualidad de aquel texto que
intentaba expresar lo esencial-aunque en términos
muy alejados de lo que algún día sería
la literatura de vanguardia-, y probablemente impresionados
por el esfuerzo común de un alemán y
un francés, esfuerzo que parecía encarnar
e fraterno espíritu olímpico en un momento
en que la tensión internacional entre los dos
países era la nota dominante del panorama mundial,
los miembros del jurado no lo dudaron y concedieron
al doble autor la medalla de oro.
Fue entonces, cuando se supo que Hohrod y Eschbach
eran una sola y única persona...¡y que
esa persona no era otro que el mismísimo Pierre
de Coubertin¡ En efecto, durante los Juegos
de 1912-cuyo desarrollo superó todas las expectativas
y cuyo éxito supuso el triunfo definitivo de
a aventurada empresa anunciada la noche del 25 de
Noviembre de 1892, apenas veinte años antes-,
Pierre de Coubertin tuvo la alegría de figurar
entre los laureados en los Juegos Olímpicos
y de verse coronado por sus pares, tras intervenir
anónimamente y en condiciones de total igualdad
en un concurso en el que sólo contaban los
méritos de los participantes.
Aunque el secreto se mantuvo celosamente-ante todo
por el propio autor del poema-, no era completamente
imposible desentrañar el significado de uno
de los dos seudónimos utilizados.
El ideario de Pierre de Coubertin
El espíritu de lucha como constancia
vital.
* Lo importante en la vida no es
el triunfo sino la lucha. Lo esencial no es haber
vencido, sino haber luchado bien (1908).
* La vida es simple porque la lucha
es simple. El buen luchador retrocede pero no abandona.
Se doblega pero no renuncia. Si lo imposible se levanta
ante él, lo sortea y va más lejos. Si
le falta el aliento, descansa y espera. Si es puesto
fuera de combate, anima a sus hermanos con palabras
y su presencia. Y hasta cuando todo parece derrumbarse
ante él, la desesperación nunca le afectará.
La vida es solidaria, porque la lucha es solidaria.
De mi victoria dependen otras victorias, cuyos tiempos
y circunstancias no conoceré nunca, y mi derrota
provoca otras, cuyas consecuencias van a perderse
en el abismo de las responsabilidades ocultas. El
hombre que estaba delante de mí, alcanzó
al atardecer, el lugar desde donde yo partí
esta mañana, y el que viene detrás de
mí, se beneficiará de los peligros que
aparto y de las trampas que señalo.
La vida es bella porque la lucha es bella: no la
lucha sangrienta, fruto de la tiranía y de
las malas pasiones, las que fomentan la ignorancia
y la rutina, sino la santa lucha de las almas, en
busca de la verdad, la luz y la justicia (1902).
Todo ello le ganó un lugar no sólo
en la historia del deporte sino en la del mundo entero
que ha ido abrazando su causa al extremo de convertir
a la actividad en la de mayor convocatoria en la sociedad
moderna. Pierre de Coubertin fue profético
al sostener “si Alemania redescubrió
Olimpia, ¿por qué Francia no podría
encargarse de restablecer su espíritu?”
Así lo hizo y los resultados están a
la vista. Por eso, siempre será interesante
escudriñar en la historia del restaurador del
olimpismo y asumir su ejemplo como fundamento de toda
gestión deportiva. Es también, una tarea
para todos los involucrados en su desarrollo y en
su cada vez más amplio futuro.
ATENAS 2004 |
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LA CORONA DE OLIVO DE ATENAS
Símbolo que pertenece no sólo a los
griegos de la antigüedad sino también
a la tradición griega actual, la corona de
olivo inspira el nuevo emblema de los Juegos de la
XXVIII Olimpiada de 2004 en Atenas. La corona de olivo
constituye una imagen relacionada con la ciudad de
Atenas, con la paz, con el ciclo de la vida, con el
cielo y con el mar de Grecia. Es resultado de una
colaboración entre dos estudios de artes gráficas,
la empresa griega Desing Consultans y la británica
Wolf Olins. La selección del nuevo logo resultó
compleja teniendo en cuentas los 242 modelos presentados
en el concurso internacional convocado al respecto.
Todos ellos fueron evaluados por un jurado que seleccionó
finalmente tres. El consejo de administración
del ATHOC escogió por unanimidad uno de ellos,
antes de recibir el aval del Comité Olímipico
Internacional. El logo, que circulará por el
mundo entero, resume y simboliza la ilusión,
esfuerzo y misión de Grecia cuando le ha correspondido
organizar los Juegos Olímpicos de 2004 en Atenas.
Por ello, el Comité Organizador controlará
y protegerá su utilización, que generará
importantes ingresos necesarios para la celebración
de los Juegos. El logo se ha registrado a nivel internacional
y sólo podrá reproducirse con autorización
del ATHOC. Las razones de selección de este
emblema de los Juegos Olímpicos de 2004 has
sido:
1.- Porque respeta los criterios elementales de reproducción
sin requerir automáticamente que ésta
sea electrónica.
2.- Porque se diferencia de los emblemas precedentes
de los Juegos y transmite una amplia gama de mensajes,
a pesar de su modesta apariencia.
3.- Porque su tema principal- una corona de ramas
de olivo- constituye un símbolo de paz que
recuerda el conjunto de valores relacionados con el
árbol sagrado de Atenas y con la democracia
y civilización griegas.
4.- Porque, como símbolo histórico
de la antigua Atenas, expresa el sentido particular
inherente al desarrollo de estos primeros Juegos Olímpicos
del nuevo milenio en la ciudad que ya los renovó
hace más de cien años.
5.- Porque, además de la connotación
griega del olivo, la forma circular del símbolo
le da un sentido todavía más universal:
la unidad del mundo y el lazo de unión entre
los tiempos modernos y antiguos.
6.- Porque el lenguaje visual del motivo evoca la
honestidad y la nobleza de las formas diseñadas,
calurosas y familiares con los símbolos originales.
7.- Porque la gama de colores, con sus fuertes referencias
al azul y blanco griegos, sugiere la transparencia
y fluidez, evocando el azul del cielo y el blanco
del mar de Grecia, que marcan con tanta fuerza su
paisaje.
EL DIRECTORIO DEL COMITÉ OLÍMPICO DE
CHILE, SE PERMITE ENTREGAR A LAS NUEVAS GENERACIONES
ESTE MANUAL QUE REFLEJA LAS ACTUACIONES DE LOS DEPORTISTAS
CHILENOS QUE HAN OBTENIDO MEDALLAS OLÍMPICAS.
AUNQUE ESCASOS, HEMOS CONSIDERADO UNA OBLIGACIÓN
PLASMAR ESTOS HECHOS EN ESTE DOCUMENTO QUE PERMANECERÁ
EN NUESTRA BIBLIOTECA PARA USO DE LOS DEPORTISTAS
Y ESTUDIANTES QUE LO DESEEN.
QUEREMOS RECORDAR CON ESTOS ATLETAS, LOS HISTÓRICOS
RESULTADOS CUANDO SE SITUARON ENTRE LOS MEJORES DEL
MUNDO.
DESPUÉS DE LOS ÉXITOS DE MANUEL PLAZA
EN 1928, DE LOS EQUITADORES EN 1952, DE MARLENE AHRENS
Y LOS BOXEADORES EN 1956, PASARON 32 AÑOS PARA
QUE DE IRUARRIZAGA TERMINARA CON ESTA LARGA “SEQUÍA
OLÍMPICA”, EN SEÚL’88, Y
FELIZMENTE, EN EL 2000, EN SYDNEY, OTRA VEZ EL DEPORTE
CHILENO OBTUVO UNA DISTINCIÓN OLÍMPICA,
ESTA VEZ EN LOS PIES DEL FÚTBOL.
ES ESTA HISTORIA LA QUE QUEREMOS COMPARTIR UNA VEZ
MÁS.
LA PRESENCIA DE CHILE EN LOS
JUEGOS OLIMPICOS.
Nuestro país estuvo presente en la génesis
de los Juegos Olímpicos de la Era moderna.
Sí, Chile quedo inscrito en los anales de la
historia. Fue parte de las trece naciones participantes
en Atenas 1896. Se midió con deportistas de
Australia, Austria, Bulgaria, Dinamarca, Estados Unidos,
Francia, Gran Bretaña, Hungría, Suecia,
Suiza y Grecia.
Aquella cita tan relevante para el movimiento olímpico
agrupó en la ocasión, a doscientos ochenta
y cinco competidores. En esos primeros balbuceos están
los registros de un compatriota: Luis Subercaseaux,
en 100, 400 y 800 metros planos.
Así, Chile comenzó tímidamente
a formar parte de esta empresa, que no ha cesado de
crecer. Sólo ha estado ausente en cuatro oportunidades.
En París (1900), San Luis (1904), Londres (1908)
y Moscú (1980).
En esta carrera por las medallas nuestra nación
también, ha estado en el podium de los mejores
del mundo.
AÑO
|
SEDE |
ATLETA |
ESPECIALIDAD |
MEDALLA |
1928
|
AMSTERDAM |
MANUEL PLAZA |
MARATÓN |
PLATA |
1952
|
HELSINKI |
OSCAR CRISTI |
ECUESTRE INDIVIDUAL |
PLATA |
1952
|
HELSINKI |
OSCAR CRISTI
CESAR MENDOZA
RICARDO ECHEVERRIA |
ECUESTRE POR EQUIPO |
PLATA |
1956
|
MELBOURE |
MARLENE AHRENS |
LANZAMIENTO DE LA JABALINA |
PLATA |
1956
|
MELBOURE |
RAMÓN TAPIA |
BOXEO (MEDIANO) |
PLATA |
1956
|
MELBOURE |
CLAUDIO BARRIENTOS |
BOXEO (GALLO) |
BRONCE |
1956 |
MELBOURE |
CARLOS LUCAS |
BOXEO (MEDIO PESADO) |
BRONCE |
1988 |
SEÚL |
ALFONSO DE IRUARRIZAGA |
TIRO SKEET |
PLATA |
2000 |
SYDNEY |
SELECCIÓN CHILENA |
FÚTBOL |
BRONCE |
2004 |
ATENAS |
NICOLÁS MASSÚ |
TENIS (SINGLE) |
ORO |
2004 |
ATENAS |
N. MASSÚ / F. GONZÁLEZ |
TENIS DOBLE |
ORO |
2004 |
ATENAS |
FERNANDO GONZÁLEZ |
TENIS (SINGLE) |
BRONCE |
A M S T E R D A M 1928
Manuel Plaza:
La primera medalla.
Este atleta de firme físico, de 1,85 metro
de estatura, fue protagonista de una historia poco
común. Dominó en el atletismo sudamericano
entre 1922 y 1927 en todas las pruebas de fondo: desde
los 3 mil metros hasta el maratón, pasando
incluso por la prueba de cross country, los 5 mil
y 10 mil metros.
Aunque exitoso en cada una de esas carreras, Manuel
Plaza debe su fama a los 42,195 kilómetros.
En esa distancia, accedió a la medalla de plata
en los Juegos Olímpicos de Amsterdam de 1928,
siendo así el primer chileno en conseguir una
figuración de esa magnitud.
Cubrió el trazado en 2 horas 33 minutos y 23
segundo (su mejor tiempo en la prueba). Lo superó
el argelino El Ouafi, que corría por Francia,
al cruzar la meta 26 segundo antes.
Al largar la “travesía”, a las
10.00 horas de Holanda, era uno más entre 79
corredores de 24 países. Poco a poco avanzaba
el desarrollo de la competencia, emergió hacia
los primeros lugares.
En el comienzo, un dolor de rodilla lo retrasó…Ya
a los 28 kilómetros aparecía en el puesto
doce; a los 36, sexto; quinto a los 38. Y desde ese
punto hasta la meta, sólo dos fondistas apuntaban
hacia el triunfo: él y El Ouafi. Esos minutos
finales resultaron eternos…El suplementero de
San Bernardo dio lo que tenía y escoltó
al vencedor.
En Colombes, en los Juegos Olímpicos de París
en 1924, había sido sexto. Una olimpíada
más tarde aparecía segundo.
A su regreso, más de 30 mil personas le esperaban
en la estación Mapocho. El Presidente de la
República, Carlos Ibáñez del
Campo, también sintió esa victoria como
un logro país y le dio otra dimensión
a la medalla, condecorándolo.
Dicen que era resistente y veloz. Que su tranco era
largo. El mayor elogio que de él se ha dicho
es cuando le comparan con el múltiple campeón
olímpico Emile Zatopek, la “locomotora
humana” checoeslovaca.
H E L S I N K I 1952
Oscar Cristi:
doble éxito.
Nadie como el equitador Oscar Cristi. Hasta la fecha,
es el único deportista chileno con dos medallas
olímpicas. Ambas de plata y en los mismos Juegos:
Helsinki 1952.
Ese 3 de agosto, sus saltos en “Bambi”
para ser vicecampeón individual y segundo en
equipo son el testimonio de una actuación con
ribetes de leyenda. Los relatos de la competencia
en el último día de pruebas hablan de
temperamento, temple, garra. Se refieren al binomio
jinete-caballo. Sólo así se explica
que esa diminuta cabalgadura pudiera “volar”
sobre el jardín de saltos.
Pudo el capitán de Carabineros, Cristi, conquistar
el oro olímpico, pero un derribo en el noveno
obstáculo obligó al desempate con lo
más granado de la equitación mundial
de aquel entonces.
El centauro porteño – había nacido
en Valparaíso en 1916 – tuvo actitud
para intentar lo máximo con la presión
de saber ya que el francés Jacques D’Oriola
en “Alí Babá” registraba
una pasada perfecta de la cancha con cero falta.
Le correspondió el turno a Cristi en “Bambi”.
Galoparon cuidadosamente. El público –
más de 60 mil espectadores permanecían
atentos – admiraba el recorrido…Cae un
obstáculo y termina la ilusión dorada…
El alemán Thiedeman, el brasileño Meneses,
el inglés White finalizan con 8 faltas cada
uno, dejando el segundo lugar para Chile.
Cristi, Mendoza y Echeverría:
sentido de equipo.
Así como el atleta Manuel Plaza fue el primer
deportista en dar una medalla olímpica a Chile,
la equitación en la modalidad de saltos se
registró como el primer deporte en conquistar
para el país dos preseas y en la misma competencia.
Ese resultado, en la disputa del Gran Premio de Naciones
en el marco de Helsinki 1952, no tiene igual en el
recorrido olímpico del deporte chileno.
Cristi hizo su propia historia en la prueba individual.
Sin embargo, su rendimiento también era parte
de la competición por equipo. Junto al teniente
de Carabineros, César Mendoza, y el capitán
de Ejército, Ricardo Echeverría, se
las arreglaron para sumar otro vicecampeonato. Fueron
horas y horas de análisis; días y días
de entrenamiento.
Eduardo Yáñez, jefe técnico del
grupo, había logrado que cada uno trabajara
para el resto y que el resto lo hiciera para uno.
Después de un período de marcadas diferencias,
la equitación armonizó. El resultado
se notó un año antes, en los Panamericanos
de Buenos Aires’51, oportunidad en que los diversos
binomios nacionales conformados conquistaron 6 títulos.
Con ese mismo espíritu, la selección
partió a los Juegos Olímpicos. Sólo
la falta de buenos caballos inquietaba. Varios ejemplares
titulares habían sido descartados por lesión.
Pero, el destino es así…Cristi en “Bambi”,
Mendoza en “Pillán” y Echeverría
en “Lindo Peal” llegaron al compromiso.
En la mañana del 2 de agosto, sólo Cristi
clasificó para el torneo individual. El antofagastino
Echeverría – había nacido en 1918
– sumó 17,75 faltas. A Mendoza tampoco
le fue bien.
A la definición, por la tarde, el trío
de centauros asomó con el ánimo de cambiar
la historia… Echeverría, en su turno,
mejoró ostensiblemente, llegando a escasos
dos derribos en la cancha a 1,60 metro; Cristi hizo
uno y Mendoza pasó con cero falta. Ese resultado
bastó para clasificar a Chile en segundo lugar,
superado por el equipo de Inglaterra por leve margen.
M E L B O U R N E 1956
Marlene Ahrens:
la única.
Desde 1896, fecha de inicio de los Juegos Olímpicos
de la Era Moderna, Chile ha tenido presencia en la
mayoría de ellos. Sin embargo, la suma de medallas
es escasa. Del total de 9, aparecen 3 de bronce y
6 de plata. Una de estas pertenece a la jabalinista
Marlene Ahrens con su lanzamiento de 50,38 metros
el 28 de noviembre de 1956 para clasificarse vicecampeona
olímpica.
Fue el mejor intento de su vida. Récord chileno
de la prueba, maximarca sudamericana, que se mantuvieron
por décadas en la lista de rendimientos técnicos.
Recién el 1 de octubre de 1983, a nivel local,
terminó el reinado de su excepcional cometido
en la pista australiana. Pasaron 27 años antes
que Carolina Weil, prematuramente retirada de la actividad,
superara la impronta vigente con un jabalinazo de
50, 68 metros.
Sin embargo, Marlene Ahrens sigue en el recuerdo colectivo.
Y la razón es simple: hasta la fecha, es la
única mujer chilena que ha accedido a una medalla
olímpica.
Entonces, cómo no recordar ese éxito
en la quinta tentativa, en una lejana tarde de Australia.
Los medios de comunicación presentes la identificaron
primero por su condición de abanderada de Chile
en el desfile inaugural (en total, desfilaron 371
mujeres). Después la conocieron por su calidad.
Ya en el plano anecdótico se cuenta que la
espigada atleta nacional alcanzó la medalla
plateada con el implemento que le facilitó
la participante que ocuparía el primer lugar.
Con los años, Marlene Ahrens pasó del
atletismo al tenis y al adiestramiento y de ahí
al campo dirigencial. Pero, continúa siendo
evocada por su hazaña en Melbourne.
Reviviendo su participación, a la luz de un
pensamiento que repite un canal del cable, queda más
que reflejado el valor de lo que obtuvo: “alguien
dijo una vez que no se gana una plata, sino que se
pierde un oro…Quién lo dijo, con toda
seguridad nunca ha ganado una plata…”.
Claudio Barrientos: guantes
de bronce.
Otro caso único en el deporte chileno. El
boxeo viajó a los Juegos de Melbourne 1956
con tres representantes y los tres con medallas. Uno
de ellos fue el peso gallo Claudio Barrientos, un
osornino de manos rápidas y de gran habilidad.
Debutó con una victoria por puntos sobre Stepaniuk,
de Polonia. Repitió ante el brasileño
Eder Jofré que después, en el campo
profesional, llegaría a ser campeón
mundial.
Barrientos terminó su campaña, a comienzos
de diciembre, midiéndose con el coreano Song.
Por las características de los rivales y por
la forma en que habían llegado a esa disputa,
el chileno era favorito…
Lo cierto es que el oriental fue declarado vencedor.
Así lo señalaron las tarjetas de los
jueces. Sin embargo, en la delegación chilena
y en periodistas que asistieron a esa velada, quedó
la sensación que “ese bronce debió
ser oro” porque Claudio Barrientos fue el mejor
de los 54 kilos.
Ramón Tapia: a punta
de KO.
Vino desde el norte. Tosco, fuerte, demoledor. Así
era le mediano Ramón Tapia. Para él
no existían los rounds de estudio. Justo con
la campana inicial, sus derechazos comenzaban a dañar.
Lo incluyeron en la selección olímpica
no sin antes plantear reparos a su estilo. Algunos
afirmaban que en Melbourne nada podría hacer.
Que no tenía boxeo…Para salir de dudas
sobre su capacidad lo enviaron a un torneo internacional
a Montevideo con la obligación de titularse
campeón para ganarse la nominación.
Fue y ganó. Y ya en Melbourne, el nortino mostró
su valía…El polaco Pyorkovski se quedó
“dormido” a la primera derecha que recibió
cuando la pelea recién se iniciaba.
En la segunda presentación, frente al checoeslovaco
Torna, el camino fue el mismo, pero en el segundo
round. Luego de una primera vuelta equilibrada, en
la reanudación sucedió lo que Tapia
prometía…Pasando a las cuerdas bajo ataque
del adversario, sacó su poderoso golpe diestro
que dio en pleno mentón de Torna. Nuevo KO
para el nortino.
El soviético Chatkov, rudo como el chileno,
fue el contrincante de la final. Ganaría el
que pegara primero…Chatkov embocó antes,
anticipó, y se quedó con el oro, provocando
de paso el primer KO en la carrera de Ramón
Tapia, que se quedó con la distinción
de plata.
Carlos Lucas: siempre amateur.
Carlos Lucas tenía 26 años cuando
partió rumbo a Melbourne en calidad e integrante
del equipo olímpico de Chile. Era campeón
nacional de los medio pesados y en un Latinoamericano
de Boxeo, en Lima, había conquistado el segundo
lugar.
Con esos antecedentes llegó al megaevento.
Fue medalla de bronce. Tres años más
tarde repitió esa ubicación en los Panamericanos
de Chicago’59.
Nació en Villarrica, en 1930. Hoy sigue allá,
en el sur, pero siempre interiorizado en el deporte
del que formó parte. Fue un amateur de corazón
y por una cuestión de principios, nunca se
quiso profesionalizar
S E U L 1988
Alfonso de
Iruarrizaga: pulso de plata
El 24 de septiembre de 1988, en los Juegos de Seúl,
el deporte chileno volvió al podio olímpico
después de una ausencia de 32 años.
Y lo hizo en las manos seguras de Alfonso de Iruarrizaga,
en el tiro al vuelo, modalidad skeet.
Durante los días de competencia, el representante
nacional rozó la perfección. En la primera
jornada se puso al frente de la clasificación
con 75 impactos en 75 platillos, superando al alemán
Alex Wegner que pegó 73. Se invirtieron los
papeles en la segunda vuelta: 75 para el germano y
74 para De Iruarrizaga, que seguía puntero
en la clasificación general con 149 contra
148 del europeo.
Los 50 implementos finales dejaron la situación
igualada: Wegner hizo el ciento por ciento de efectividad
y De Iruarrizaga se quedó en 49. Para la definición
clasificaron ambos con 198 en 200, seguidos de Danny
Carlisle, de Estados Unidos, 197; Jorge Guardiola,
de España; Juergen Raabe, de Alemania Oriental,
y Weizang Shang, de República Popular China,
con 196.
A la misma hora que en el Estadio Olímpico
de Seúl se disputaba la “batalla de los
100 metros planos” con el canadiense Ben Johnson
y el norteamericano Carl Lewis como protagonistas,
se definía el tiro skeet en las afueras de
la capital coreana. Allí, el tirador chileno
sólo pudo celebrar la medalla de plata. Falló
dos platillos en los puestos uno y seis, sumando 23
blancos perfectos, mientras que Wegner acertó
24 (también erró en el uno).
Antes de ese logro olímpico, De Iruarrizaga
había sido dos veces medallista panamericano
en la especialidad por equipos, en Puerto Rico’79
(plata) y Caracas’83 (bronce).
S Y D N E Y 2000
Nuestro fútbol
entre los “Top3”
Una de las últimas medallas en disputa en
el marco de los Juegos Olímpicos de Sydney
2000, viajó hacia el extremo sur del mundo.
La obtuvo la Selección Chilena de Fútbol,
capitaneada por Iván Luis Zamorano. El 29 de
septiembre de ese año, con dos goles de “bam
bam”, la “Roja” aventajó
a Estados Unidos y obtuvo el bronce.
Fue el último capítulo de una historia
que había comenzado quince días antes
cuando el “equipo de todos”, en el Grupo
B de Melbourne, debutó con un 4 – 1 sobre
Marruecos con tres anotaciones del capitán
Zamorano y la restante de Navia.
En ese mismo escenario, el 17 de septiembre, Chile
sacudió al mundo futbolístico con el
3 – 1 sobre España. Olarra conquistó
el tanto de apertura y después Navia sumó
dos. El elenco del técnico Nelsón Acosta
cerró su serie con una derrota frente a Corea
del Sur 0 – 1, en Adelaida.
En cuartos de final, el día 23 contra Nigeria,
otra vez apareció el once goleador de los dos
encuentros iniciales: 4 – 1. Cifras de Contreras,
Zamorano, Navia y Tello. Gran actuación y boletos
para semifinales.
El partido del paso a la final se jugó en Melbourne,
el 26. Camerún fue el rival. El representativo
africano se impuso 2 – 1 con goles de Abanda
y Etame y autogol de M’boma.
El encuentro con Estados Unidos por el tercer puesto
resultó un consuelo para una escuadra que,
según la crítica mundial, merecía
un sitio para luchar por el oro. Por eso, el “top3”
no se discutió. Resultó merecido con
un rendimiento tremendamente positivo: 4 triunfos
y 2 caídas; 14 goles a favor y 6 en contra;
Zamorano goleador con 6 conquistas.
El plantel lo integraron: Nelsón Tapia, Cristián
Alvarez, Claudio Maldonado, Pablo Contreras, Pedro
reyes, David Pizarro, Iván Zamorano, Reinaldo
Navia, Rodrigo Tello, Rafael Olarra, Patricio Ormazábal
David Henríquez, Sebastián González,
Francisco Arrué, Rodrigo Núñez,
Manuel Ibarra, Javier di Gregorio y Mauricio Rojas.
DT: Nelsón Acosta.
DECALOGO DEL ESPIRITU DEPORTIVO.
Los educadores del país, los entrenadores,
los atletas, todos los que practican deporte, son
invitados a mostrar que poseen ESPIRITU DEPORTIVO,
cumpliendo con los diez artículos del Decálogo
del Espíritu Deportivo.
A cada uno, le compete procurar promover una práctica
del deporte más humana y formativa.
ARTICULO 1
Mostrar espíritu deportivo y antes
de todo respetar escrupulosamente todos los reglamentos;
significa nunca buscar deliberadamente cometer una
infracción anti reglamentaria.
ARTICULO 2
Respetar a los árbitros de juego.
La presencia de árbitros es absolutamente indispensable
en una competición. Ellos tienen un papel difícil
e ingrato de desempañar. Ellos merecen el respeto
de todos.
ARTICULO 3
Aceptar todas las decisiones del árbitro,
sin desconfiar de su honestidad.
ARTICULO 4
Reconocer con dignidad, una situación
de vencidos y superioridad del adversario.
ARTICULO 5
Aceptar la victoria con modestia y sin ridiculizar
o disminuir al adversario.
ARTICULO 6
Saber reconocer los buenos resultados del
adversario.
ARTICULO 7
Querer competir en igualdad de condiciones
con el adversario. Y contar con su talento y su capacidad
para alcanzar la victoria.
ARTICULO 8
Rehusar para ganar por medios ilegales y/o
fraudulentos.
ARTICULO 9
Mostrar espíritu deportivo significa para los
árbitros conocer todas las reglas y aplicarlas
con imparcialidad.
ARTICULO 10
Ser digno en todas las circunstancias y demostrar
control propio. Y rehusar utilizar en cualquier situación
la violencia física o verbal.
Además existe una vitrina que
recuerda el Tercer Lugar en el Mundial de Fútbol
de 1962. El Ciclismo con los hermanos Torres y la Fuerza
Aérea de Chile, cierra el circuito que pueden
hacer los interesados, visitando nuestro Museo Olímpico
en Vicuña Mackenna 44, donde podrán realizar
un recorrido con la historia del Deporte Chileno.