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Mercurio Radiante

Hermetismo y Alquimia desde la Tradición

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LA TABLA ESMERALDA (HERMES TRISMEGISTO)

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Nota de Sergio Fritz Roa:

La Tabla Esmeralda es un breve tratado atribuido al misterioso Hermes Trismegisto. Para quienes comienzan a estudiar la Alquimia, sin duda, les será algo compleja su lectura. Sin embargo, la intelección vendrá con el tiempo, si son pacientes y perseverantes en el Arte. Respecto a este texto, podemos decir que es una de las joyas de la Sabiduría, pues resume la Verdad en pocas líneas, a la vez que inspira al estudiante a seguir en la búsqueda de la concreción de la hermosa Piedra Filosofal.

Hemos elegido de las varias traducciones realizadas a este documento, la del esoterista chileno Mario Antonioletti, en la década de 1950, en su trascendental tratado: "Espiritualidad en el conocimiento y en la acción", y que constituye para nosotros uno de los mayores Adeptos surgidos en los tiempos modernos. Como puede apreciarse, la traducción es cuidadosa, excluye lo accesorio, a la vez que es sumamente poética y precisa desde una óptica metafísica. De allí nuestra preferencia por la traducción de este, nuestro venerado Adepto.


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El texto de la Tabla de Esmeralda.


1.-Es verdadero, verídico y real:

2.- Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para hacer los milagros de la Cosa Única.

3.- Y así como todas las cosas han salido de una cosa por el pensamiento del Uno, así también todas las cosas han nacido de esta cosa única por adaptación.

4.- El Sol es el padre, la Luna es la madre, el Viento lo ha llevado en su vientre y la Tierra es su nodriza.

5.- El padre de todo, de cada cosa - el Telesma- está aquí: su fuerza es entera si es convertida en tierra.

6.- Tú separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo denso, dulcemente, con gran arte.

7.- Sube de la tierra al cielo y luego desciende a la tierra, y reabsorbe la potencia de todas las cosas superiores e inferiores.

8.-Tú obtendrás por este medio toda la gloria del mundo, y toda oscuridad se alejará de ti.

9.-Es la fuerza fuerte de toda fuerza, ya que vence toda cosa sutil, y penetra todo lo denso.

10.- De este modo ha sido creado el Universo.

11.- De aquí saldrán innumerables adaptaciones de las cuales el medio es éste.

12.- Por todo esto he sido llamado Hermes Trimegisto, por poseer las tres partes de la filosofía del mundo.

Lo que he dicho de la operación del Sol, es completa y perfecta.

RESEÑA AL "TRATADO DEL AZOTH" DE BASILIO VALENTÍN (Anónimo)

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Esta extraordinaria obra está en la sección de libros raros de la Biblioteca Nacional de Madrid. La edición que actualmente se conoce es la segunda; la primera aun no se encuentra. Traducciones la castellano sólo existen dos: la primera de ellas está adornada con hermosos dibujos artísticamente elaborados por C. Perellón, además de los que trae el texto original, en edición de bibliófilos, actualmente agotada, y que costaba 20.000 pesetas la unidad cuando se editó hace ya varios años; está tomada de la segunda edición, y no es completa.

La versión completa, traducida por José Antonio Puhce Riart, no ha sido publicada todavía. La primera parte consta de un diálogo entre "Adolfo", joven que pretende alcanzar el copnocimiento de la Piedra Filosofal y "el Anciano", sabio alquimista que le aconseja en lo relativo a este tema. La segunda parte trata de temas relativos al proceso psico-químico del laboratorio, en el que se produce el desarrollo químico de la piedra, y a la vez el psíquico dle alquimista, que poco a poco va entrando en una mayor comunicación con la Naturaleza y con Dios. En esta segunda parte Adolfo llega a obtener la Piedra Filosofal.



NOTA DE SERGIO FRITZ: Esta reseña bibliográfica es de autor anónimo y apareció en la revista "Química e Industria", volumen 33, Enero de 1987, España. La reseña nos dice que la traducción íntegra al "Tratado del Azoth" de Basilio Valentín realizada por J.A.Puche Riart aun no ha sido publicada; sin embargo, esto se realizaría posteriormente, y la incluiremos en esta página.

La Piedra Obsidiana de los Mayas (Sergio Fritz Roa)

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Los mayas fueron una civilización que alcanzó elevados niveles de conocimiento acerca de su entorno o naturaleza. En el terreno de las ciencias fueron experimentados como pocos; muy especialmente en las matemáticas y astronomía. Sin embargo, su mitología no fue menos fecunda, lo cual da prueba el célebre Popol Vuh. La llamada Piedra Obsidiana ocupa un lugar importante en la génesis del mundo.

El Memorial de Solola (Anales de los Cakchiqueles. Traducción de Adrián Recinos), dice:

" Entonces fue creada la Piedra de Obsidiana por el hermoso Xibalbay, por el precioso Xibalbay-. Entonces fue hecho el hombre por el Creador y el Formador, y rindió culto a la Piedra de Obsidiana."

Y en otra parte:

"En seguida hablaron, anduvieron, tenían sangre, tenían carne (Nota SFR: se refiere el texto a la creación del hombre). Se casaron y se multiplicaron. A uno le tocaron dos mujeres. Así se unieron las gentes, según contaban los antiguos ¡oh hijos nuestro! Tuvieron hijos aquellos primeros hombres. Así fue la creación del hombre, así fue la hechura de la piedra de obsidiana ."

El culto a la Piedra Obsidiana puede relacionarse perfectamente con el de la Piedra Esmeralda, del cual ya hemos tratado en otro trabajo: http://www.angelfire.com/zine/cas/esmeralda.html

Por último conviene recordar que la obsidiana es un mineral de color oscuro. El Diccionario de la Real Academia indica: "Mineral volcánico vítreo, de color negro o verde muy oscuro. Es un feldespato fundido naturalmente, y los indios americanos hacían de él armas cortantes, flechas y espejos".

¿Fue la obsidiana la materia prima de los Mayas?...

©2003. Sergio Fritz

BIOGRAFÍA - BIBLIOGRAFÍA DE RENÉ SCHWALLER DE LUBICZ (Rebis. Traducción: Sergio Fritz)

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BIOGRAFIA-BIBLIOGRAFIA

René Adolphe Schwaller, conocido como de Lubicz-Schwaller, y Aor, su nombre iniciático.

Nace el 30 de diciembre de 1887 en Aisnieres (Francia), viviendo su juventud en Strasbourg, donde su padre ejercía como farmacéutico.

Estudió química. Sirvió a la Sociedad Teosófica durante dos años.

1887: Nacimiento de Jeanne Germain. Su primera boda será con Jeanne Lamy y la segunda con Isha Schwaller de Lubicz.

Tres niños nacerán del primer matrimonio: Jean (muerto en 1982), Lucie (nacida en 1908; muerta en 1984) y Jeanne.

1914: Es reclutado a un laboratorio de la Armada, donde realizará análisis químicos de víveres.

1917: La "Libraire de l`Art Independant" (Librería del Arte Independinte) publica "Etude sur les nombres" (últimamente traducido al inglés como "A Study of Numbers"), por Aor, París, 1914.

1918: Crea el grupo llamado "Les Veilleurs" (The Watchmen, en inglés; Los Que Vigilan, en traducción castellana) con el fin de despertar la conciencia al verdadero propósito de la existencia humana. Las ideas de esta agrupación son propagadas por medio de dos revistas: "L´Affranchi" (The Free Man; El Hombre Libre) y Le Veilleur" (The Watchmen; El Que Vigila). Varios famosos escritores y artistas franceses participan en el grupo Los Que Vigilan. Entre otros se encuentran: Fernand Leger, Paul Fort, Andre Spire, Pierre Loti, Henri Barbusse, Fernand Divoire, y Albert Gleizes. Se publica el libro "Necessite" (Necesidad), firmado por Aor Mahomt Ahliah, en Paris. Edición privada. Publica numerosos artículos en la revista mensual: "L´Affranchi".

1919: El 10 de enero, el poeta lituano Oscar Wladislas de Lubicz-Milosz (1877-1939) otorga el derecho a soportar su cuota de armas, con la variante "Bozawola" o "God´s Will", en reconocimiento por su apoyo en obtener de los Aliados la independencia de los estados Bálticos, liberándolos del yugo alemán como de la amenaza rusa. Aor recibe además el título de "Knight de Lubicz" ("Cuchillo Lubicz"). Crea, en febrero, un grupo de trabajo denominado "Centre Apostolique" para invitar a todas las personas de bien a hacer de sus vidas un camino de devoción y práctica. "Reintegrar desde las fuentes más puras de la iniciación en orden a extender la luz benigna; para proclamar la supremacía del espíritu y la necesidad social de que exista una jerarquía hermanable". Declaración de principios y leyes escritas con O.W, Milosz, Gaston revel, Allainguillaume y Henri Alvart, entre otros.

1920: "Le Veillieur" ("El observador"), Revista de Filosofía, Sociología, Ciencias, Arte, Teatro y Literatura, es publicada en Buologne-sur-Seine (Francia).

1921: Gracias a R. A. Schwaller la casa del escritor francés Honore de Balzac se libra de la demolición. Boda de Aor e Isha.

1922-1930: Con un grupo de amigos, crea "Suhalia", Centro de Ciencias, en Saint-Moritz (Suiza).

1925: Aor construye los vitrales titulados " Lotus blossom and Flames", con el uso exclusivo de arenas, y sin pigmentos químicos de color. Posteriormente hará varios vitrales usando la misma técnica.

1926: Suhalia publica un Tarot de 25 cartas, diseñado por R. A. Schwaller. Los libros "L´Appel de Feu" ("El Llamado de Fuego") y "Adam L´Homme Rouge" (Adán, el Hombre Rojo) son publicados por Ediciones Montalia, Saint-Mortiz, Engandine ( Suiza ).

1927: "La Doctrine" ("La Doctrina") es publicada en octubre. (Se trata de la transcripción de tres lecturas dadas por Aor, en Suhalia, durante la Navidad de 1926). Edición privada, Oficina Montalia, Saint-Moritz.

"Le Livre de Vivants" ("El libro de los vivos") (Ensayo sobre la Ley), escrito por Aor, es publicado en Saint-Moritz, Montalia. Edición privada.

1930: Aor e Isha se trasladan a Plant-de-Grasse (Sur d efrancia). El nombre de su casa es "Lou Mas de Coucagnu" (Provensal de Le Mas de Cocagne -Juego de palabras, El polo grasiento y La casa de la plenitud). Durante febrero, Aor toma un lápiz de dibujo de J. Julien Champagne. Sobre la parte posterior del grabado escribe "Fulcanelli". Julien Champagne hará los dibujos usados como ilustraciones en los dos libros de Fulcanelli ("El misterio de las catedrales" y "Las moradas filosofales")

1932: El 26 de agosto muere Julien Champagne. Aor paga la lápida de Champagne y los grabados. Sobre el mármol, uno puede leer: "Aquí yace un Apóstol de la ciencia Hermética. 1877-1932".

1936: Durante la que fue la mayor conmoción de los trabajadores en Francia, debido al movimiento político llamado "Frente Popular", los Schwaller se trasladan desde Francia a España (a Palma de Mallorca, en las Islas Baleares), donde son invitados. Ellos estarán en Palma de Mallorca en el viejo hospicio de Raimundo Lulio, y posteriormente viajarán en forma extensa, particularmente en el Norte de Africa, con un marcado interés por Egipto. En el mismo sentido, Isha estudia la Egiptología tradicional durante seis años. Ella después recibe la revelación de la verdad de los ideogramas egipcios que forman el "alfabeto" y claves para la lectura secreta de los jeroglíficos. Estas impresiones la llevarán a descubrir el sentido sagrado de los textos.

1938: Después de la Guerra Civil Española, ellos se trasladan a Luxor, Egipto, donde estarán quince años. Son asistidos en su trabajo de búsqueda por el arqueólogo y arquitecto Clement Robichon y el egiptólogo Alexandre Varille quien trabajó para el Instituto Francés de Arqueología del Oriente. Ellos fueron también ayudados por el ilustrador Alexandre Stoppelaere y Lucie Lamy: " Ellos intentaron mostrar que la mentalidad egipcia, construida en una realidad natural, es lo opuesto a nosotros. Esta postura creó controversia, y condujo a la famosa "Riña de los Egiptólogos" " ("Le Mercure de France", Paris, Octubre de 1915).

1949: "Le Temple de l ´Homme" (traducida como "The Temple of Man"; en castellano como "El Templo del Hombre") escrito por Aor es publicado por Edition R. Schindler, El Cairo (Egipto).

1950: "Notes sur les points de vue" (Notas sobre los puntos de vista) extractos de "Contribution a l´egyptologie" (Una contribución a la egiptología) escrita por Isha es publicada por Edition Schindler. "Her-Back Pos Chiche" (traducida como Her-Bak, El rostro vivo del antiguo Egipto) escrita por Isha es publicada por Edition Schindler, El Cairo. Es la Primera Parte de una novela iniciática narrada por un joven fellah egipcio en el Egipto de los Faraones. "Her-Bak" Volumen I y II (traducida como Her-Bak, Iniciada Egipcia) escrita por Isha es publicada por Edition Schindler, El Cairo. Es la Segunda Parte de una novela de iniciación.

1951: "Du Symbole et de la Symbolique" (traducido como El símbolo y lo simbólico: Antiguo Egipto, ciencia y evolución de la consciencia) escrito por Aor es publicado por Edition Schindler en el Cairo.

1952: Después de la revolución de Nasser, ellos vuelven al sur de Francia, a "Le Mas de Cogagne", donde ahora son los huéspedes de el hijo de Isha, Juan Lamy, un físico.

1956: En mayo, René Schwaller de Lubicz da una lectura en Paris para la Convención sobre el Simbolismo, intitulada "La Symbolique son caractere hieratique" (Las características heréticas de los símbolos).

1957: "Le Temple de l´Homme, Apet du sud a Louqsor" (traducida como El templo en el hombre: Arquitectura sagrada y el hombre perfecto), tres volúmenes escritos por Aor son publicados por Edition Caracteres en Paris. "L´Ouverture du Chemin" (La Apertura del camino) por Isha Schwaller de Luvicz, es publicada en Paris por Edition Caracteres. En junio, Aor da otra lectura en París en la Convención sobre Simbolismo, titulada "Donner la maison à son maitre" (Dar la casa a su Maestro), lectura publicada en la revista "Atlier de la Rose", Volumen 26, 8 páginas.

1958: "Le Roi de la Theocratie pharaonique" (traducida al inglés como La ciencia sagrada: El rey de la teocracia faraónica) escrito por Aor, es publicado por Edition Flammarion en Paris.

1960: "Propos sur Esoterisme et Symbole" (traducido como Esoterismo y símbolo) escrito por Aor, es publicado en París por Edition La Colombe. "La Lumière du chemin" (traducida como Viaje dentro de la luz: Los tres principios del despertar del hombre), escrita por Isha es publicada en Paris por Edition La Colombe. Es una continuación de "La apertura del camino".

1963: "Aor, sa Vie, son Oeuvre" (Aor, su vida y su trabajo) escrita por Isha es publicada por Edition La Colombe, París (Francia). "Le Miracle Egyptien" (traducida como El milagro egipcio: la sabiduría del templo) - series de notas escritas por René Schwaller de Lubicz y compiladas por Isha- es publicado por Edition Flammarion, en París (Francia).

1981: "Egyptian Mysteries", escrito por Lucie Lamy, es publicado en Londres (Inglaterra).

1982: "Les Temples de Karnak, contribution a l` etude de la pensee pharaonique" (Los templos en Karnak. Una contribución al pensamiento faraónico); escrito en dos volúmenes por Lucie Lamy, son publicados por Dervy-Livres, Paris, (Francia).

07-12-1961: Aor muere en Plan-de-Grasse (sur de Francia), y es sepultado en el cementerio de la ciudad.

25-12-1961: Isha fallece y es enterrada en el mismo cementerio que su marido.

07-12-1982: Jean Lamy fallece.

07-12-1982: Lucie Lamy, a los 78 años, fallece. Es enterrada en Le Thoronet (sur de Francia)

NOTA: Agradecemos a nuestro gran amigo, Rebis, quien autorizó la inclusión de este trabajo - que hemos traducido con mucho cariño- en nuestro sitio.

© Rebis
© Copyright de la Traducción: Sergio Fritz Roa

ENTREVISTA A LUCIUS PAPIRUS (Raúl Stöwhas y Sergio Fritz)

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NOTA DEL AÑO 2006: Muchas veces se nos ha preguntado sobre L.P. Desde que lo conocimos, allá por el año 2001, hemos mantenido contacto con él, y de sus trabajos en esta ciencia sagrada. Aun cuando nuestra vía y métodos no son los mismos que los de L.P., gracias a él hemos apredido la misteriosa relación que existe entre la Gran Obra y la geometría y magia, cuestiones que a veces son pasadas por alto en los más importantes tratados. Especialmente el tema de la geometría es fundamental, por lo que hemos ido investigando, pues la forma de materia prima no podía ser casual... Por algo L.P nos hablaba ya hace cinco años de que existe "otra Obra", la cual llama "Gran Obra física o de Dios", y en la cual los clásicos y tediosos procesos son abreviados a un método muy sencillo, pero con implicaciones energéticas impresionantes.

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LA ENTREVISTA


El 9 de abril de 2001, realizamos un viaje a la parcela de Lucius Papirus, alquimista chileno, con quien habíamos hablado sólo telefónicamente hacía pocos días. El entrevistado dice llevar más de treinta años en la vía hermética, y, en verdad, su conocimiento demuestra mucho estudio.

La entrevista duró cerca de tres horas. Quisimos extraer de tal mágica experiencia lo que nos ha parecido más útil para comprender lo que es verdaderamente esta Ciencia de Dios. Desde aquí agradecemos a este Adepto, su gentileza para contestar todas nuestras preguntas, por básicas que fueran. Sin duda, sus palabras han sido capitales en nuestra búsqueda.

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¿Qué es para Ud. la Alquimia?

Es la ciencia más enigmática que nos ha legado la antigüedad. Proviene de la Atlántida, pasó por Egipto, luego a los hebreos y de ellos a los árabes y europeos. Aunque posiblemente tuvo una germinación simultánea, dado que en China también se conoce desde hace muchos siglos.



¿Cómo llegó a ella?

Desde muy pequeño. A los diez años me preguntaba porqué valía tanto el oro. Luego pensé que uno podía hacerlo. Para esto investigué; todo ello sin saber que existía una ciencia llamada Alquimia.



A los doce o más, mientras andaba en una feria de "cachureos", hallé un texto alquimista, y con esto me decidí dedicarme por entero a este Arte.



¿Cuál es la función de la Alquimia?

Llegar a evolucionar, ir a la cúspide del ser humano. Ser de verdad hecho a semejanza de Dios.

La Alquimia es algo tangible, concreto, real. Y sólo ella nos lleva a la cúspide del hombre. Para mí es la vía más válida.

Al operar, el alquimista se va haciendo consciente y al ser consciente se hace bueno. Entiende la ciencia del bien y del mal.



¿Qué ayuda puede darle este Arte a las personas modernas?


Ser más conscientes.



¿Qué relación tienen los colores con la Alquimia?

Una muy importante, porque representan las etapas de la Obra. Hay tres colores clásicos; pero entre ellos hay variaciones. Está primero el negro (pues todo viene de la putrefacción); luego el blanco; y finalmente el rojo. Pero antes del rojo está el amarillo.



¿Una vez hecho el Elixir...qué viene, qué es lo que debe hacerse con él?

Puede hacerse lo que uno quiera. Es un secreto que se ha mantenido por siglos, puesto que es un poder que en malas manos produciría desastres.



¿La búsqueda de oro, de la inmortalidad, nos recuerda al Grial?


Sí, es lo mismo. La Iglesia Católica guarda muchos símbolos. El Grial es el Oro.



¿En un sentido esotérico, qué es el oro? ¿Qué representa?

El metal más noble. El Sol. Es representado a través del círculo, que es el símbolo más antiguo de Dios. Y lo es porque el centro está en todos partes y cuya circunferencia en ninguna.



¿Cómo surge el Hermetismo en la historia?
Por un lado de la inspiración de Dios, y por otro de la observación a la Naturaleza.



Hay quienes relacionan brujería y satanismo con Alquimia. Por ejemplo, Peter Kolosimo, en su libro "Polvo del Infierno", parece creerlo.

Eso es falso. Fíjate que todos los alquimistas grandes fueron sacerdotes, y en todo caso siempre eran hombres muy bondadosos



¿La tradición maestro - discípulo es imprescindible en la A?
Es ideal; pero no imprescindible. Por supuesto que es más seguro y rápido...sin embargo, si no hay Maestro no hay otra alternativa que la vía solitaria



¿Es necesario realizar esta búsqueda a través del laboratorio?; ¿no basta la contemplación a la Naturaleza?
En esta época, creo, es recomendable el laboratorio.



¿Cuál es el significado de la Gran Obra?

Trascender. Estamos presos en este planeta. Hay una historia que nos puede ilustrar esto. Dos tortugas estaban encerradas en una caja. Luego de mucho tiempo una se atrevió a salir. La otra observó sin entender. La primera descubrió que afuera había un mundo por conocer. La otra murió dentro de la caja, sin saber lo que había más allá. Así se grafica la búsqueda del alquimista. Desarrollar las potencialidades. Hallar la Verdad.

¡Ni siquiera sabemos qué es el hombre! Menos conocemos sus capacidades....

La Gran Obra es la coronación de esta búsqueda.



¿Hay factores personales que hacen que unos lleguen más lejos y otros no en la vía alquimista?

Por supuesto. Hay capacidades o dones que no todos tienen



Me he dado cuenta de que hay una estrecha relación entre la Alquimia y la Astrología. ¿Qué puede decir?

Son parte de una misma ciencia. Como todo es simbólico, se ocupan los símbolos de la astrología. Además todos los planetas influyen en el ser humano.



Armand Barbault recogía el rocío de Mayo, hasta lograr el oro potable. Decía este autor que había una relación con la astrología. ¿Cuál es su opinión?
Así es. No todos los días son iguales para la obra.



¿Cuántas clases de oro hay?

Hay tres tipos: potable, físico y el de los filósofos.



¿Da lo mismo alcanzar cualquier oro?
No, no da lo mismo.



¿Y luego de conseguir el oro, qué viene?

Que uno se transforme en oro



¿Y después?


Es un misterio.



¿Para seguir este camino qué debe hacerse?


Tener mucha paciencia, leer, estudiar.



¿Qué libros recomienda para empezar?


Sin duda "El Retorno de los Brujos" (Pauwels y Bergier). Abre mucho la mente; destruye prejuicios e ideas preconcebidas en torno al universo. Es importante también saber algo de química y física (pues la luz es clave; nuestro trabajo se hace a oscuras); pero sólo lo básico. Luego se podrá leer los textos alquimistas clásicos. Se debe tener cuidado con estos, pues algunos lo llevan a uno a un sitio del que no se sale fácilmente.



¿Ud. nos dijo que fue a Europa a investigar la Alquimia? ¿Contactó con alquimistas?

Sí. En Francia. Conocí a un hombre de aspecto joven., quien me llevó a su laboratorio. Transformó un pedazo de plomo en oro líquido, que después se solidificó. Luego él desapareció; pero antes me dio un trozo, que me permitió por más de un año seguir viajando por Europa, consiguiendo tratados y libros antiguos.



Afuera, el frío comienza a ser aun más inclemente. Pero no nos importa: hemos recibido un calor único, un fuego cristalino, para nosotros antes desconocido...Es la voz de Sophia, que ha cantado una vez más al hombre.

LAS ACUSACIONES DE EUGENE CANSELIET A RENE GUENON

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NOTA: ESTE ARTÍCULO HA SIDO MODIFICADO BREVEMENTE. VÉASE TAMBIÉN EN ESTE SITIO NUESTRA RESEÑA AL LIBRO "LOS ALQUIMISTAS DEL SIGLO XX".

Podemos decir que las críticas a un autor, pueden clasificarse de internas y externas, y, por otra parte, de fundadas e infundadas.

Respecto a la última categoría digamos que la mayoría de las críticas hechas al corpus guénoniano, si se las estudia con detención, no tienen mayor solidez. La coherencia interna de la idea de Tradición como la fortaleza de sus acusaciones al mundo moderno parecen tener asideros sólidos, por lo cual parte de los "enemigos" de Guénon han debido recurrir al siempre poco filosófico argumento ad hominem; y así, para cuestionar la obra del metafísico francés, han atacado sus ambivalencias, v.g., como la de ser masón y escribir en una publicación que ya desde su nombre es antagónica a tal esoterismo. Ciertamente nos estamos refiriendo a "La Francia Antimasónica".

Críticas posiblemente fundadas las hay, pues errar es humano, y por mucha que sea nuestra admiración por el metafísico francés nos parece gravísimo hablar de la "infalibilidad" de Guénon como algunos lo han hecho. Entre ellas está la que ahora abordaremos, y la cual en su momento hizo Ananda Coomaraswamy, seguido por Marco Pallis, para quienes los juicios de Guénon sobre el Buddhismo eran más bien débiles e incorrectos. Sin embargo, nosotros al no ser grandes conocedores de la Tradición Budhista no podemos pronunciarnos sobre la efectividad de dichas críticas.

Respecto a la primera distinción - es decir, entre críticas internas y críticas externas- fácil es deducir que definimos por internas las manifestadas dentro de la escuela guénoniana. Allí encontramos los juicios efectuados por los citados Pallis, Hani, Borella y Coomaraswamy, y, en cierta forma, por autores que se han nutrido de las fuentes guénonianas para después crecer por sí mismos con cierta notoriedad, como lo son Julius Evola y Frithjof Schuon.

Las externas provienen de una pléyade de personalidades tan distintas, que no pretendemos aquí abarcar, pero que van desde católicos tradicionalistas, neo-derechistas, paganos, hasta teosofistas, izquierdistas, psicologistas (como Ken Wilber, quien, sin embargo, hace suyos varios planteamientos de RG) o New-Age.

Aquí vamos a tratar una - o, en verdad, varias acusaciones - del todo sólida hecha por un autor no guénoniano ni guénonizante, tan conocido como el autor de la muy certera "Crisis del mundo moderno", y poseedor de una cultura envidiable (aunque, hay que decirlo, reducida al espectro occidental).

Nos referimos a Eugène Cansèliet, discípulo del misterioso Fulcanelli y uno de los renovadores de la Alquimia durante el siglo XX.

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Eugène Cansèliet (1899-1982), amigo de André Breton, Anatole France, Paul Le Cour, y en su momento de los guénonianos hermanos Chacornac, hará de su vida un Magisterio dedicado por entero al Arte Real o Alquimia. Si bien es cierto que su nombre siempre aparece ligado al de su Maestro, Fulcanelli, Cansèliet tiene la cualidad de brillar por su propia luz. Libros como L´Alchimie et son livre Muet; Deux Logis Alchimiques en marge de la science et de l´Historie; y el fundamental L´Alchimie expliquée sur ses textes classiques (trad.cast: La Alquimia explicada sobre sus textos clásicos, Luis Cárcamo editor, Madrid. 1981), son obras que demuestran el gran saber en torno al Hermetismo alquimista que manejaba su emisor, como a la vez son recipientes del fino gusto literario, profundamente antiguo y despierto, de Eugène Canseliet.

En el último de los citados textos, encontramos un Capítulo Tercero, intitulado "Solicitaciones engañosas o insensatas", con unas interesantes reflexiones en torno a lo que precisamente no es Alquimia. En pocas - pero profundas - palabras, se cuestiona a Gaston Bachelard, René Guénon, Julius Evola y Carl Gustav Jung.

Leamos lo que el discípulo de Fulcanelli dice: "Si, con Gaston Bachelard, se está sumamente alejado de la alquimia real, se permanece a la misma distancia astronómica, con René Guénon, quien no vio nunca la antigua ciencia de Hermes, sino a través del deformante espejo de su híbrida obsesión hinduista y próximo oriental" (La Alquimia explicada sobre sus textos clásicos, op.cit., p.70).

Católico tradicional; anglófobo; hombre para el cual latín y griego no son simples elementos decorativos, propios de burgueses cultos, sino, por el contrario, sustentos sólidos del Espíritu; amante del viejo Canto Gregoriano; y contrario a las modas orientalistas como la cremación ( la cual ha ido suplantando la sacra inhumación, ¡incluso en los ambientes supuestamente católicos!); Cansèliet no podía comprender cómo un francés, originalmente cristiano, y estudioso de la Tradición, como lo fuera René Guénon, se hiciera musulmán y olvidara su Fe y cultura, aparentemente (pues el acercamiento de RG al Islam es muy anterior a su traslado a Egipto), de un día para otro. Sin embargo, esto es prueba que Cansèliet no sabía nada de Islam, ni del papel de esta religión en cuanto arca de las tradiciones al final de los tiempos. Pero este es otro tema...

Para Cansèliet, y parece diferenciarse en esto a su Maestro Fulcanelli - más "tolerante"; incluso, más "pagano"- , no hay en la actualidad otra Tradición que la Cristiana y Católica; la cual si bien incorpora algunos elementos tomados de Oriente, como podrían ser ciertas ideas y ritos egipcios - pues como decía San Agustín, el Cristianismo es anterior a Cristo- éstos, un buen estudioso del esoterismo lo descubrirá sin sonrojarse, en nada contradicen los Evangelios, y por el contrario sirven como Claves a la interpretación de esta religión.

Luego la dura mano del alquimista de Savignies cae contra la clásica distinción guénoniana de las dos iniciaciones: la sacerdotal (más perfecta, según RG) y la heroica (la de los Kshatriyas). La primera se quiere de Oriente, la segunda de Occidente. Esto para Cansèliet no es correcto. Tal distingo es inevitablemente peligroso, pues degenera en conceptualizaciones en las que no cabe matices. El alquimista no es ni lo uno ni lo otro: ni sacerdote ni rey. ¡Es ambas cosas! Además: ¿por qué buscar en Oriente lo que se encuentra aquí, en Occidente, a través de la Alquimia, Ciencia o Arte seguido por cristianos como Santo Tomás, Basilio Valentín, Alberto Magno, Nicolás Flamel, Dom Pernety, Raimundo Lulio, y poseedora de un conocimiento más valioso que las especulaciones extremo-orientales?, nos parece decir el ferviente impulsor del resurgimiento de la Alquimia en el pasado siglo.

Ésta es la crítica que también alcanza a Julius Evola y su Tradición Hermética.



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Guénon y Evola, nos señala Cansèliet, se han acercado a la Alquimia sólo desde un punto de vista libresco, literario y especulativo; pero jamás han pisado el templo del Artista, que es su Laboratorio, y menos aun contemplado las etapas que se hacen explícitas con el cambio de los colores en el matraz, y que los Filósofos llaman "Regímenes". Tales autores - sentencia el amigo del surrealista Breton - difícilmente podrían haber entendido lo que realmente es Alquimia, y conocer sus efectos tan verídicos.

Interroga Cansèliet: "Más ¿quién pues podría bien comprender, por la lectura sin parcialidad ni partido tomado, que un tratado clásico de alquimia no apunta, de lejos o de cerca, al laboratorio y sus positivas experiencias?" (La Alquimia explicada sobre sus textos clásicos, op.cit., p.71).





En efecto, si la Alquimia sólo fuera mental o espiritual, ¿por qué los alquimistas crearon matraces, laboratorios, crisoles? ¿Por qué los tratados de los Sabios nos hablan de la estibina, el antimonio, el cinabrio, a los cuales ocultan con nombres alegóricos o simplemente sin escondite alguno? ¿Y por qué las condiciones exigidas como ciertos pesos, ciertas medidas, o ciertos días en los cuales se ha de trabajar? Por último: ¿Cuál es el operar de esa alquimia interna, que parece ser la defendida por Guénon y Evola, y...¡oh, contradicción!, también por los ocultistas y best-selleristas de los últimos años?

Quien quiera verificar la fortaleza de los fundamentos de Cansèliet, que revise uno de los más clásicos tratados de Alquimia: El compuesto de los compuestos, de Alberto Magno, del cual hay edición castellana en Siete Textos de Alquimia (Anónimo, Editorial Kier, Buenos Aires, 1978), y ¡busque donde se encuentra ese operar especulativo!

Pero que no se nos mal interprete: no estamos arguyendo que la Alquimia nada tenga que ver con procesos mentales o con algo espiritual. ¡Todo lo contrario! Somos enfáticos en decir que el Arte de los Filósofos no hace distinción y requiere tanto de oración como de laboratorio. Lo dicen los Sabios; a nosotros, más humildes en nuestros propósitos, basta con mostrar este enunciado a quienes tengan alma sincera y deseen conocer la Verdad respecto a la Ciencia de Hermes.

Pero continuemos.

Otra crítica hecha por Canséliet, es el rechazo de Guénon hacia "la Cábala, en único provecho de la Kábbala". Nos explicamos. Para los seguidores de Fulcanelli existe un lenguaje providencial, que es el conocido como "lengua de los pájaros" (Guénon también habla de este tema; quizás Cansèliet no lo supo. Recordemos el breve y sólido artículo del metafísico francés que devino musulmán, denominado precisamente "El lenguaje de los pájaros", y que los lectores castellanos podemos encontrar en ese maravilloso libro Símbolos fundamentales de la ciencia sagrada, que publicara la Editorial Universitaria de Buenos Aires en los años 80). La Cábala, o Gaya Ciencia, es la interpretación de dicho lenguaje oculto y velado para la mayoría. Nos permite entender esotéricamente las cosas. ¡Pocos son los que han recibido el Don que implica poseer tan glorioso conocimiento! Entre ellos, Fulcanelli, y su predecesor, Grasset d´Orcet, el célebre criptógrafo que habría rescatado esta "lengua perdida" para los tiempos modernos.

Escritores como Jonathan Swift, Miguel de Cervantes, Rabelais o Bergerac, dominaban la Gaya Ciencia, de lo cual dan prueba sus escritos.

Una acotación, obvia pero necesaria: Esta Cábala no debe confundirse con la Kábbala, la cual es propia de los judíos, y por tanto no universal.

Sin embargo, la crítica de Cansèliet a Guénon que maneja mayores fundamentos es otra: el desprecio de Guénon por el Hermetismo, al cual no lo reconoce como una "doctrina tradicional completa", lo que parece llevarlo a deducir que "el hermetismo, que fue la vida misma de la humanidad occidental, no hubiese sido nunca la tradición de ella".

Aquí reside una de las fallas de la arquitectura guénoniana. ¿Por qué negar el valor del Hermetismo? ¿Por qué relegarlo a la esfera de las ciencias cosmológicas, cuando Alquimia es ante todo una ciencia integral?

Tal ataque de Guénon hacia el Hermetismo, muy semejante a su desprecio por el misticismo cristiano, demuestra su mala comprensión frente a conocimientos y experiencias que le eran ajenas, dada su rigidez mental, y que sin embargo tuvo la osadía de tratar.

El Hermetismo - que por cierto, nada tiene que ver con esa triste creación de aquel chileno que huyó de su nombre real para cubrirlo con el "mejor" de John Baines (sí, ¡un caso de esa anglofilia que a Cansèliet tanto disgustaba!) -, es un saber que incluye herramientas (símbolos, rituales, experiencias, energías) y ciertamente una Doctrina, que representa uno de los esoterismos aun vivos, más nutrido y dotado de fuentes simbólicas insospechadas. (El solo Mutus Liber es materia suficiente para dedicar toda la vida a su estudio).



Quien quiera entender lo que verídicamente es el Hermetismo que lea, lea y relea la Tabla Esmeraldina - tan breve como perfecta - o que se apoye de la magistral obra de uno de los más serios candidatos a ser Fulcanelli: el estudioso del viejo Egipto, Schwaller de Lubicz, de quien en próximos estudios hablaremos, cuya obra The Temple of Man, otorga pautas sobre este importante asunto, que es del todo serio, y que por lo mismo no puede guardar relación con las imposturas cimentadas por la New-Age.

Ni tampoco con los juicios, en este caso particular, poco consistentes de la escuela de Guénon...

©Sergio Fritz Roa


(Santiago de Chile, Enero de 2002)

Reseña al libro: "Los alquimistas del siglo XX". Antología a cargo de Geneviève Dubois. Sergio Fritz Roa

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El siglo XX no fue un tiempo perdido para la historia del Hermetismo. Es más, puede estimarse como un apasionante periodo donde se combinó el respeto por la Tradición con el deseo de difundir un Arte que era visto hace no mucho como simple brujería, cuando en realidad nada hay más alejado de ello que Alquimia. Esto no implica que durante el siglo XX no hayan existido visiones erradas sobre esta ciencia; pues las hubo, y muchas. Pero, a pesar de ello, pudieron brillar luces que la historia del Arte Sacerdotal deberá consignar; luces, decimos, que resplandecen con energía propia. El caso Fulcanelli es el más evidente y reconocido; pero, ¿se puede olvidar acaso al gran hermetista Louis Cattiaux, quien - a pesar de los que se afanan en ver en él un simple escritor "espiritualista" - realizaba la Gran Obra física, y no sólo la interna; es decir no rehuía el empleo del Lab-Oratorio, reconociendo de esta manera aquella verdad por la cual el trabajo hermético comprende una dimensión interior como otra exterior, y, que, por tanto, el empleo de sustancias minerales como los procesos ígneos y disolutivos no son simple alegoría? Véase, por ejemplo, su crítica a la simplista idea según la cual la Alquimia es la "Yoga de Occidente", error en el cual incluso algunos autores tradicionalistas han caído. O este párrafo, conciso y seguro: " Tomáis la Alquimia como algo desencarnado, espiritual, evanescente, y no sé cuantas cosas más. No deja de ser extraño que todos los que se han interesado por los libros de falso ocultismo lo desencarnan todo de vez, y lo interpretan todo en este sentido. En tal caso, las mariposas que han salido de larvas y de gusanos deberían ser <<astrales>> [...] y sin embargo son de carne y hueso querido amigo".

Otro ejemplo memorable y que se consigna en este texto es Coton-Alvart, quien sin duda es de los alquimistas más profundos y desconocidos del siglo que acaba de pasar, poseedor privilegiado de un conocimiento que iba desde el persa al latín, de la astrología a la física moderna, de los cultos mistéricos griegos a la Heráldica.

"Los alquimistas del siglo XX" es un compendio extraño; pero no por ello menos fascinante. Combina biografías con artículos, incluso un tratado de Filaleteo (que, por cierto, al no ser del s. XX solo puede generar extrañeza y confusión el descubrirlo en una obra que trata sobre autores de dicho periodo. No nos parece que el simple hecho que el traductor haya sido Henry Coton-Alvart, es decir un hombre del s. XX, sea motivo suficiente para que se haya incluido en este libro) y una carta ("Respuesta a René Guénon sobre la Alquimia", cuya lectura puede unirse a nuestro artículo "Las acusaciones de Eugène Canseliet a René Guénon", escritos que ayudarán a demostrar que la visión sobre la Alquimia que tenía uno de los hombres más lúcidos de los últimos tiempos, como fuera el metafísico francés, era equívoca, lo cual no nos debe impedir reconocer la importante labor de Guénon efectuada en la casi totalidad de materias que trató).

De allí que una investigación dedicada a rastrear a aquellos solitarios que emprendieron los "Trabajos de Hércules" en Occidente (sigue pendiente un estudio sobre la Alquimia islámica e hindú durante dicho tiempo) no sólo posea mérito histórico, sino que es además útil para dar un testimonio de la presencia espiritual en nuestros sombríos días.

Hubiéramos deseado la omisión de algunos artículos que en verdad poco aportan al libro, como la agregación de algún trabajo sobre autores que no aparecen y que, sin embargo, no son menos importantes que los que en definitiva se encuentran en las páginas del texto en comento. Y así, por solo dar algunos ejemplos, hubiera sido interesante que se hubiesen escrito algunos párrafos sobre Savoret, Schwaller de Lubicz (célebre egiptólogo, que conocía muy bien la Alquimia como el simbolismo), Simón H. y Archibald Cokren, autores ciertamente muy diferentes, pero que pueden mostrar otras facetas y colores de la Obra Alquímica.

Lo anterior no disminuye el valor del trabajo de Dubois, a quien uno sólo puede reconocer su mérito y agradecer su esfuerzo, que ayudará especialmente a los jóvenes a internarse en la riqueza del camino hermético y conocer a quienes con espíritu, alma, y cuerpo intentaron re-inventar en el Lab-Oratorio el Mercurio Filosofal, agua de vida universal.


Sergio Fritz Roa (2006)
Publicado originalmente en: http://www.bajoloshielos.cl/17fritzalqui.htm

FULCANELLI: LA PIEDRA FILOSOFAL, GÉNESIS Y VÍAS (segunda parte) J.A.Puche Riart

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NTRODUCCIÓN

El objeto de este trabajo es continuar con la exposición de las teorías expuestas por el alquimista Fulcanelli en sus dos tratados, publicados en español por Plaza y Janés. La primera parte desarrolla la entrada a la Gran Obra, conla obtención del primer mercurio, también denominado Pájaro de Hermes. Dicho Mercurio es sólido, con aspecto salino y consistencia dura. Es necesario en la práctica extraer el mercurio del libro cerrado (nuestro mineral secreto), para obtenerlo vivo y abierto, si queremos que a su vez pueda abrir el metal y convertir en vivo el azufre inerte que encierra. La apertura del primer libro prepara la del segundo, pues hay ocultos en el mismo emblema dos libros cerrados, el del sujeto hermético y el del metal (el hierro), y dos libros abiertos, el mercurio y el azufre. Por otro lado hay que señalar que el metal proviene de la materia inicial y el azufre tiene su origen en el Mercurio. En esta parte trataremos de la obtención del Azufre Filosófico y del Mercurio Filosófico.

LAS PALOMAS DE DIANA Y EL ESPÍRITU UNIVERSAL

El GRIFO (Mercurio hermético, que hemos explicado en la primera parte), lleva en lugar de una melena de león o un collar de escamas, una cresta de aletas de pez. El detalle tiene su importancia, pues se trata de provocar el encuentro y dominar el combate. Es preciso aún descubrir el medio de captar la parte pura, esencial del cuerpo producido de nuevo, es decir, el MERCURIO DE LOS SABIOS.

Los poetas nos cuentan que Vulcano, al sorprender en adulterio a Marte (el metal) y a Venus, se apresuró a rodearlos con una red, para que no pudiesen escapar a su venganza. Por otra parte los maestros recomiendan captar el producto a medida que va apareciendo. El artista pesca metafóricamente el PEZ místico, y deja el agua vacía, sin alma. El hombre en esta operación debe matar al GRIFO (primer mercurio).

Este es el enigma hermético mas ingrato de descifrar, el del MERCURIO FILOSOFAL, cuya sustancia, profundamente escondida en el cuerpo, se coge como el pez en el agua, con ayuda de una red apropiada.

Para obtener este segundo mercurio filosofal, que Basilio Valentín denomina Hiperión, es preciso que mortifiquemos y descompongamos esta "tierra", lo que equivale a matar el grifo, y pescar el pez, separando lo sutil de lo espeso, suavemente y con gran prudencia. Hiperión en griego es la contracción de U p e r (encima) y de e r i o n (sepulcro, tumba), por lo que significa aquello que está encima de la tierra, del sepulcro de la materia. Por otra parte U p e r e i o n (violeta) encima del violeta, variante con perfecta concordancia hermética.

Esta AGUA, que tiene por símbolo el cuervo, no puede ser lavada por medio del fuego, deberá de ser lavada mediante la técnica de las abluciones ígneas, en las que abandonará el color negro y tomará el color blanco

No cabe alcanzar el Mercurio Filosófico en la primera conjunción, nuestra piedra negra tiene tantas impurezas que resulta en extremo difícil desembarazarla de ellas. Se la debe de someter a numerosas lixiviaciones para limpiarla de sus impurezas y de las escorias tenaces que la envuelven, y de verla tomar en cada en cada una de estas operaciones más esplendor, limpieza y brillo. Todos estos lavados son ígneos, se hacen por el fuego, con el fuego y por el fuego, reciben el nombre de ÁGUILAS.

Del combate del Caballero, nuestro Azufre secreto, con el Dragón, nuestra virgen sin mácula, nace la PIEDRA ASTRAL, blanca y firmada con el sello de Hermes.

Vamos a intentar explicar las Palomas de Diana de una manera un poco más asequible para todos. El MERCURIO inicial, del que hemos hablado en las páginas precedentes, es el hijo de un ANCIANO (metal caduco) y de una joven VIRGEN (nuestro mineral secreto). Una vez concluida su misión el anciano cederá el sitio a otro más joven que él. Filaleteo nos ha enseñado que una VIRGEN puede estar casada dos veces, sin perder su virginidad, este es el secreto fundamental en el que basaremos nuestra operación.

Nuestro joven representa el SUJETO hermético, materia prima de la obra, de la que hemos hablado en el capítulo precedente. La VIRGEN es nuestro mineral bruto, que contiene en si el ESPÍRITU activo, el único capaz de realizar por estas cosas los milagros de una sola cosa.

La siguiente adquisición del alquimista a partir del MERCURIO inicial, es el Mercurio de los Filósofos y el ESPÍRITU UNIVERSAL, que se obtienen conjuntamente mediante una serie de operaciones denominadas SUBLIMACIONES, por las que nuestro MERCURIO debe elevarse progresivamente al grado de pureza requerido, estas reacciones necesitan la ayuda de una sustancia especial, nuestro indispensable mediador, el fuego secreto. Las sublimaciones se conocen por el nombre de PALOMAS DE DIANA, o ÁGUILAS. La impronta significativa del Mercurio Filosófico no se puede obtener mas que tras una serie de operaciones largas, ingratas y repulsivas. No debe ahorrarse tiempo ni esfuerzo, ni temer la fatiga si se quiere estar seguro del éxito. El ESPÍRITU no permanecerá estable en un cuerpo inmundo o insuficientemente purificado. Las sublimaciones tienen su correspondencia en el trabajo de Hércules de la limpieza de los establos de Augías hay que hacer pasar sobre nuestra tierra todas las aguas del mundo, pues nuestro Mercurio dice que prefiere antes la muerte que la mancha

Por otro lado cabe señalar que no podremos extraer el AZUFRE de nuestro MERCURIO, en tanto no se haya purificado éste convenientemente, pues como ya hemos indicado en otra parte, es en extremo dificultoso purificarlo de sus impurezas.

Por la conjunción de estos dos cuerpos ha lugar el nacimiento de un agua, capaz de penetrar los cuerpos, agua metálica que es de oro, o al menos dorada, nuestro DISOLVENTE hermético, el DON DE DIOS, y el secreto mas guardado de la Obra, que Fulcanelli explica en la fábula de la unión de Zeus y Danae. El ESPÍRITU se va recogiendo a lo largo de la operación, mientras que el MERCURIO, solidificado, se recoge al final del proceso. El ESPÍRITU es el resultado de un trabajo de la Naturaleza, mientras que el MERCURIO obtenido es una producción del Arte

Las fases operativas de la operación se pueden dirigir a gusto del alquimista, su técnica, si bien requiere cierto tiempo, es de una extremada simplicidad, solo requiere el conocimiento de un curioso artificio que jamás ha sido revelado, y que probablemente no lo será jamás, cualquier profano la ejecutará tan bien como el mas experto alquimista. Este artificio, o técnica, que desde el punto de vista químico se puede calificar de absurdo, ridículo o paradójico, porque su acción inexplicable desafía toda regla científica, marca la encrucijada en que la Ciencia Alquímica se aparta de la Ciencia Química.

El Mercurio segundo, es el resultado de las reacciones de dos cuerpos, el ORO filosófico, de carácter fijo y de otro volátil, el MERCURIO común del que hemos hablado en el capítulo precedente. Esta solución ejecutada según las reglas del Arte, con todas las disposiciones y condiciones requeridas, está muy alejada de las operaciones químicas análogas. Además de la longitud del tiempo y el conocimiento del medio idóneo, obliga a numerosas y penosas reiteraciones. Es un trabajo verdaderamente largo y fastidioso. Unicamente OMAR EXOSLIUS menciona un procedimiento que ha desarrollado él mismo por el que se pueden obviar estas repeticiones en una sola operación, pero se requiere una amplia experiencia para saber llevarlo a cabo.

Siguiendo el consejo del autor del TRIUNFO HERMÉTICO, hay que abrevar a menudo la tierra con su agua y secarla otras tantas veces. Por estas lixiviaciones sucesivas, se extrae progresivamente la humedad viscosa, oleaginosa y pura del metal, en la cual reside la energía, y la gran eficacia del mercurio filosófico.

El agua viva, actuando sobre la materia pesada, rompe su cohesión, la ablanda, la hace soluble poco a poco, afecta solo a las partes puras de la materia disgregada, abandona las otras, y asciende a la superficie, arrastrando lo que ha podido tomar conforme a su naturaleza espiritual. Nuestro disolvente, todo espíritu, desempeña en ella el papel del águila arrebatando su presa. Es necesario hacerlo volar, el espíritu se eleva y la materia se precipita

El ESPÍRITU UNIVERSAL, es el que produce el movimiento, mantiene la vida, provoca su destrucción y su muerte, hace evolucionar la sustancia y se afirma como animador de cuanto es. Es un agua que su fuente fluye hacia el mar hermético Cada una de las águilas no suministra más que una pequeña cantidad de este ESPÍRITU del que tenemos necesidad.

La determinación (y la obtención del ESPÍRITU) es el secreto mejor guardado por los alquimistas, pues su conocimiento garantiza el éxito pleno en las operaciones iniciales de la Obra, se aplica en la preparación del Mercurio Filosófico animado. La energía del Espíritu Universal tiene su correspondencia en el Sol, en tanto que es el animador y modificador perpetuo de todas las sustancias corporales. Es el único agente de las metamorfosis de la materia, por él el Mercurio se transforma en Azufre, el Azufre en Elixir y el Elixir en Medicina

Con el ÁGUILA se produce la volatilización de las partes puras del cuerpo fijo por el mercurio, obteniéndose el MERCURIO FILOSÓFICO, que se recoge encima del "agua". Debajo queda el CAPUT MORTUUM, inmundo, grosero, tierra condenada del cuerpo, impura, inerte y estéril, que la acción del disolvente rechaza y precipita como un residuo inútil y sin valor.

El espíritu metálico es la parte mas pura y mas clara del cuerpo, su naturaleza lo hace brillar a partir del momento en que se encuentra separado de la opacidad grosera y corporal que lo arropa. Este espíritu metálico no puede, sin embargo abandonar por completo el cuerpo, pero se hace de una vestidura mas próxima a su naturaleza, y mas flexible, con las partículas mondas y limpias que puede recoger a su alrededor, como vehículo nuevo.

Alcanza entonces la superficie externa de la sustancia agitada, y continúa moviéndose sobre las aguas, hasta que la LUZ aparece, entonces toma al coagularse un color blanco brillante, y su separación de la masa es muy fácil, se ha colocado por si misma sobre el celemín, dejando al artista únicamente el cuidado de recogerla, una vez concluida la operación y enfriado el vaso. Esta separación se hace progresivamente y se repite cuantas veces sea necesario.

Legítimamente este MERCURIO es llamado DIANA, LUZ, y la LLAVE, es el agua divina que aclara la oscuridad de la noche, es la ÚNICA entrada a la Obra, en todas las vías explicadas por Fulcanelli, y la LUZ que ilumina a todo hombre

La fórmula magistral que propone el Maestro es la habitual de las composiciones alquímicas, una del cuerpo (nuestro SUJETO, que contiene el Espíritu), por dos del dragón (nuestra VIRGEN mineral). Sin embargo no comenta la cantidad de ORO hermético se debe emplear, pues en ello se cifra buena parte del secreto del artificio, que no se revela) y que acompaña todas las operaciones realizadas con nuestra SALAMANDRA.

El MERCURIO FILOSÓFICO es importante para producir la piedra, porque él está solo, sin embargo desempeña el trabajo el papel de hembra, debe de estar unida a un segundo MACHO, si se desea obtener el REBIS, materia prima del Magisterio. Cabe señalar que el MERCURIO FILOSÓFICO se caracteriza porque es inconstante y volátil, tiene una naturaleza femenina y una gran virtud generadora en el sentido de que es la madre y la nodriza de nuestro Rey.

El MERCURIO FILOSÓFICO (sublimado) manifiesta su parte fija, y esta base sulfurosa marcará el primer estadio de la coagulación, con la extracción de su seno del AZUFRE, agente esencial, que permanecerá exaltado bajo el nombre de ELIXIR, o multiplicado bajo el nombre de PIEDRA FILOSOFAL en el producto final de la Obra

El MERCURIO FILOSÓFICO está sometido al AZUFRE, del que es su servidor y su esclavo. En el curso de las operaciones el MERCURIO desaparece y queda confundido con su dueño.

EL AZUFRE

Introducción

Todos los metales llevan en sí la facultad de multiplicar su especie. La filosofía enseña que los metales, gracias a su propia simiente, pueden ser reproducidos y desarrollados en cantidad. Esta semilla es el Azufre de los metales.

La obtención del Azufre metálico se hace a partir del MERCURIO FILOSÓFICO del que ya hemos hablado, que se mutará parcialmente en AZUFRE fijo. El eje del Arte es precisamente el saber extraer esta semilla o AZUFRE, y arrojarla en su tierra específica o MERCURIO, cuya operación se buscará en vano entre los más célebres autores.

El CISNE, es decir el MERCURIO FILOSÓFICO, muere por sus propias plumas, él nos proporciona una de las materias que servirá para matarle, es decir, el AZUFRE salido de su propia sustancia, y que servirá para obtener ese MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, en parte fijo y en parte volátil, que la subsiguiente maduración elevará al grado de perfección del GRAN ELIXIR.

Estudio inicial


Todos los artistas coinciden en sacrificar al AVE de HERMES y en provocar la mutación de sus propiedades mercuriales en propiedades sulfurosas, ya que toda transformación permanece sometida a la descomposición previa y no se puede realizar sin ella.

El procedimiento de obtención del AZUFRE lo explica Basilio Valentín con la frase: <<Se debe dar de comer un cisne blanco al hombre doble ígneo>>, y añade <<EL Cisne asado será para la mesa del Rey>>.

Entendemos que Basilio con la expresión <<Hombre doble ígneo>> hace referencia a un principio segundo, que resulta de la combinación de dos agentes de complexión cálida y ardiente de la naturaleza de los azufres metálicos Se trata de la combinación de dos cuerpos de propiedades semejantes y de especificaciones diferentes A saber:


El AGENTE posee un azufre magnífico, tan puro y resplandeciente como el del ORO, pero sin su fijeza.


El HIERRO, por el contrario, tiene mucho azufre fijo, de un tono rojo, sombrío, apagado, inmundo y tan defectuoso que, pese a su cualidad refractaria, no sabría para que utilizarlo, y sin embargo, exceptuando se buscará en vano un mercurio mas luminoso, más penetrante y mas manejable.


En cuanto a la lasciva VENUS está bien coloreada, todo su cuerpo no es mas que TINTURA y de color semejante al Sol, y a causa de su abundancia, tira hacia el rojo, pero su cuerpo está leproso y enfermo, la tintura fija no puede permanecer en él, y al perecer el cuerpo, perece con él, a menos que no sea acompañada de un cuerpo fijo en el que pueda establecer su morada de manera fija y estable.

NOTA: Me permito aclarar en este lugar que el buen Basilio Valentín, al tratar de VENUS, no se refiere al metal en este jeroglífico, sino a cierto mineral secreto, pobre pariente de los metales, que como bien señala esta leproso, disimula así con una técnica PARTICULAR, lo que toca muy de cerca uno de los secretos mas importantes en la ejecución de la Gran Obra. Por lo tanto hay que darle el sentido anfibólico (o segundo sentido) que le corresponde, y no el sentido que a primera vista aparenta.

Estos datos proporcionados por FULCANELLI son, en mi opinion, mas que suficientes para poder descifrar el enigma del AZUFRE DOBLE sin mas quebraderos de cabeza.

Para extraer el AZUFRE del MERCURIO FILOSÓFICO es necesario despertar a ese PEZ escondido que el mercurio ha captado y que retiene entre las mallas de su RED. El Azufre es el embrión del Mercurio y marca el punto a partir del cual efectúa su rotación, trazando así el signo gráfico del SOL, padre de la LUZ y del espíritu del Oro, dispensador de todos los bienes terrestres.

La serpiente, desprovista de alas, sigue siendo el jeroglífico del MERCURIO común, puro y limpio, extraído del cuerpo de la Magnesia, nuestra materia prima. Ciertas estatuas alegóricas de la Prudencia tienen como atributo una serpiente fijada en un espejo, suministrado por la Naturaleza, al manifestar su vitalidad en la serpiente, oculta bajo su grosero envoltorio.

Así gracias a este primitivo agente, resulta posible devolver la vida al AZUFRE de los metales muertos. Al ejecutar la operación el Mercurio, disolviendo el metal, se apodera del azufre, cediéndole la vitalidad que le es propia.

Esto es lo que los Maestros quieren explicar cuando ordenan matar al vivo para resucitar al muerto, corporeizar los espíritus y reanimar las corporeizaciones.

Poseyendo este AZUFRE VIVO y activo, clasificado de FILOSÓFICO, bastará unirlo en proporción justa al MERCURIO VIVO, para obtener el MERCURIO FILOSÓFICO o ANIMADO, materia única de la PIEDRA FILOSOFAL.

Todo el ARTE se reduce pues a la DISOLUCIÓN, y dependiendo de la manera de ejecutarla, es la clave del MAGISTERIO, el SOLVE ET COAGULA, disuelve el cuerpo y coagula el espíritu.

En este caso el objeto de la disolución es la obtención del Azufre. Se basa en la propiedad de que toda materia seca bebe con avidez su húmedo. Este Azufre , despojado del Mercurio metálico es el que constituye el núcleo central, o semilla. No es mas que la proporción más pura y más volátil del metal disuelto.

Por tanto, concluiremos que la disolución filosófica realiza la purificación absoluta y radical de los metales imperfectos.

Cualquiera que sea la vía empleada, húmeda o seca, la disolución es absolutamente indispensable. Lo que distingue a la disolución filosófica de todas las demás es que el disolvente no se asimila al metal básico que se ofrece, rechaza sus moléculas, por ruptura de la cohesión, se apodera de los fragmentos de azufre puro que se puedan obtener, y dejan el residuo, formado por la mayor parte del cuerpo, inerte, disgregado, estéril y completamente irreductible.

El disolvente filosófico, conocido desde la mas remota antigüedad, no se ha utilizado más que en ALQUIMIA, por manipuladores expertos en la práctica del truco especial que exige su empleo, y del que ya hemos hablado anteriormente.

Estos elementos se someterán al fuego según el Régimen de las cuatro estaciones, que llevarán a la mortificación y descomposición de nuestra semilla natural, del REBIS filosofal, el espíritu aguarda la descomposición del cuerpo y la dislocación de sus partes para trabajar en la depuración y después en la refección de la sustancia modificada y clarificada con la ayuda del fuego. El Mercurio filosófico, de materia aún grosera, muere, y obtiene una envoltura corporal mucho más noble que la primera, que le procura una ENERGÍA VITAL que no poseía y la FACULTAD GENERADORA de la que una mala constitución le había privado hasta entonces.

Nuestro mercurio dispone en si mismo el principio sulfuroso que producirá su coagulación posterior, y aunque es lamentable la extremada lentitud de este agente, porque no permite al observador observar reacción alguna en los primeros día de la Obra.

Vía SECA del Azufre

El AZUFRE se puede obtener por la vía seca directamente en lugar de hacerse por la vía húmeda, pero su operación apenas es factible de encontrarla en los autores.

La representación del combate de la Rémora y de la Salamandra de Cirano de Bergerac, a mi parecer, nos describe perfectamente el procedimiento de obtención del AZUFRE por la VÍA SECA. Partimos, al igual que en la vía húmeda, con el Azufre inicial y el Mercurio Filosófico.

El MERCURIO debe absorber el Fuego Secreto, la energía ígnea de la Salamandra, mantenerse estable, siempre victorioso, bajo la protección del Maestro. El combate, sin tregua ni cuartel, no cesa sino por la muerte de uno de los combatientes, pero aquí no lo hemos reproducido por considerarlo demasiado extenso para la longitud de este trabajo

El empleo de los materiales debidos, canónicamente preparados, es fundamental, el progreso de la operación es muy lento, su desarrollo es contrario a las leyes químicas, y tiene un oscuro mecanismo, es un misterio real que la Naturaleza, en su simplicidad parece proponernos, el enigma ante el que la lógica retrocede, la razón se turba y el juicio se extravía.

El ESPÍRITU METÁLICO, es la fuerza que mueve en masas compactas y nuevas los cuerpos disueltos, las moléculas del sólido mercurial se agregan progresiva y lentamente bajo su secreta acción como un saco comprimido por ligaduras entrecruzadas, la PIEDRA se corporeiza por el trabajo en el CRISOL, impulsada bajo la acción de la llama. La fase más delicada es cuando la primera coagulación de la Piedra aparece sobre las aguas. Es preciso entonces redoblar la precaución y la prudencia en la aplicación del fuego, si no se quiere enrojecerla antes de tiempo y precipitarla.

Al comienzo se manifiesta por una película delgada que muy pronto se rompe, cuyos fragmentos desprendidos de los bordes se apartan y luego se sueldan y adquieren la forma de un islote llano, la isla del Cosmopolita, y tierra mítica de Delos, animada de movimientos giratorios y sometida a continuas translaciones.

Esta isla no es mas que otra figura del PEZ HERMÉTICO nacido del Mar de los sabios, primer estado embrionario de nuestra PIEDRA.

Cabe destacar que una vez terminado el combate, Fulcanelli recomienda la retirada del cadáver de la Salamandra, llamando la atención acerca de los "ojos de la Salamandra", que retira y guarda cuidadosamente para su aplicación en la vía seca.

Para terminar con este punto, comentaremos que el AZUFRE no tomará mas MERCURIO del que puede retener, la proporción de materia asimilable depende directamente de la energía metálica propia, que siempre es variable, por lo que toda la obra estará sujeta a las cualidades, naturales o adquiridas tanto del agente, como del sujeto inicial. En consecuencia ocurre igual con el poder transmutatorio de la PIEDRA, que jamás deja un producto de potencia igual y semejante a ella misma, a pesar de un trabajo regular.

Vía HÚMEDA del Azufre

El ORO FILOSÓFICO no es la PIEDRA, solo se trata de la primera materia con la que se elabora, y requiere una labor ininterrumpida de alrededor de 150 días

La vía húmeda requiere el empleo de nuestro azufre blanco, el Mercurio Filosófico y el mediador indispensable (nuestro fuego secreto). La travesía se hace por mar, en el mar de los Filósofos. El agua que nos da el AZUFRE filosófico, no puede servirle después a esta simiente solar como alimento, lo que consideramos oportuno de señalar.

El cuerpo reducido a fino polvo, y puesto en digestión con una pequeña cantidad de agua, es a continuación irrigado poco a poco, (técnica que los sabios llaman imbibición), se obtiene así una pasta cada vez mas blanda, después un jarabe, luego un aceite y por fin queda fluida y limpia. Sometida entonces, en ciertas condiciones, a la acción del fuego, el licor se condensa en una masa que cae al fondo, y que se recoge con cuidado. Este es nuestro AZUFRE precioso, el reyecito, pez simbólico, llamado también ECHENEIS., RÉMORA o DELFÍN, Perseo, o pez del mar ROJO

Este azufre extraído por el disolvente, constituye el AZUFRE principio, es la verdadera semilla del metal, es el AZUFRE VIVO, agente principal de la Piedra, y de las transformaciones que se pueden esperar de ella. Puede generar a continuación un ser nuevo, semejante a él y de esencia superior , sin embargo, y capaz de obedecer a las leyes del dinamismo evolutivo.

Aunque sea preferible la vía seca en la obtención del AZUFRE, los autores describen la vía húmeda por DEBER.

La totalidad de los materiales preparados y reunidos bajo el nombre de COMPUESTO, REBIS, AMALGAMA, etc., constituyen el principio de la vida , o ARCHÉ, la materia ígnea, base de la PIEDRA FILOSOFAL. Arché, (el Arqueo) significa en griego comienzo, origen, principio y fuente.

Bajo la acción del fuego exterior, que excita el fuego interino del arqueo, el compuesto entero se licúa y reviste el aspecto del agua, y de esta sustancia líquida que la fermentación agita e hincha, toma el carácter de inundación diluvial.

Al principio, amarillenta y fangosa, se le da el nombre de LATÓN, que no es otro que APOLO y DIANA, Latona. En griego, LETO significa bien común, y representa la doble envoltura común al doble embrión.

Los cabalistas indican que la fermentación se debe de hacer en un tonel cortado en dos, denominado recipiente de encina,. por lo que Latona se convierte en el lenguaje de los adeptos en la tonelada, o el tonel, lo que explica la dificultad en conocer la VASIJA secreta en que fermentan las materias.

Al cabo del tiempo requerido se ve ascender a la superficie, flotar y trasladarse sin cesar, bajo los efectos de la ebullición, una delgadísima película en forma de menisco, que los sabios han llamado la ISLA FILOSÓFICA, primera manifestación del espesamiento y coagulación.

Muchos navegantes, poco experimentados naufragaron en esta primera travesía, debe velarse por la orientación del NAVÍO, maniobrar con prudencia, temer los saltos del viento, estar alerta, evitar la Cueva de Caribdis y el escollo de Escila, luchar sin pausa, día y noche, contra la violencia de las olas. No es fácil dirigir la nave hermética, nuestro azufre, que sufre enérgicamente a los asaltos, a la influencia detersiva de la humedad mercurial, pero acaba por ser vencido y morir bajo los golpes de la mar, víctima de los grandes vómitos que sufre en el agua.

Los vómitos del azufre son los mejores indicios de su disolución y mortificación, la Obra toma en esta fase el aspecto de un pisto graso y salpimentado, a partir de este momento, el Mercurio, se ennegrece cada vez más, su consistencia se hace como de jarabe, y luego pastosa. Cuando el negro alcanza la máxima intensidad, la putrefacción de los elementos se consuma y se realiza, todo aparece firme en el vaso hasta que la masa sólida se resquebraja, se agrieta, y por fin cae en forma de un polvo amorfo como el carbón.

Filaleteo escribe: verás entonces un color negro notable y toda la tierra será desecada, la muerte del compuesto ha llegado, los vientos cesan y las cosas entran en reposo. Es el gran Eclipse del Sol y de la Luna. Ninguna luminaria hay ya sobre la tierra y el mar desaparece.

La larga operación que permite el empaste progresivo y la fijación final del Mercurio tiene gran analogía con las travesías marítimas y las tempestades que las acogen. El compuesto hermético hierve constante y regularmente, representa una mar agitada y encrespada, las burbujas se rompen en la superficie y se suceden sin cesar. Pesados vapores cargan la atmósfera del recipiente y las nubes inquietas, opacas y lívidas oscurecen las paredes y se condensan en gotas que fluyen por la masa efervescente.

Todo contribuye a la sensación de un temporal a tamaño reducido. Levantada por los lados el Arca flota, sin embargo, bajo la lluvia diluviana, Asteria se dispone a formar Delos, tierra hospitalaria y salvadora de las hijas de Latona.

El delfín nada en la superficie de las olas impetuosas, y esta agitación dura hasta que la rémora, huésped invisible de las aguas profundas, detenga al delfín, con un ancla poderosa, el navío que va a la deriva. Progresivamente, bajo la acción continua del fuego interno, la isla moviente queda entonces fijada, y este espectáculo da entonces al alquimista la seguridad de que el tiempo del parto de Latona ha llegado. En este momento el misterio vuelve. Una nube pesada, oscura y lívida asciende y se exhala de esta isla caliente y estabilizada, cubre de tinieblas esta tierra parturienta, envuelve y disimula las cosas en su opacidad, llena el cielo filosófico de SOMBRAS CIMERIAS, y en el gran Eclipse del SOL y de la LUNA, oculta a los ojos el nacimiento de los gemelos herméticos, futuros progenitores de la PIEDRA.

La tradición mosaica narra que Dios, hacia el final del diluvio hace soplar sobre las aguas un viento cálido que las evapora, y hace descender de nivel. Las cúspides de las montañas emergen del inmenso manto líquido, y el arca va a posarse en Armenia,. Noé abre la ventana y sujeta al cuervo, que es la réplica para el alquimista de las sombras CIMERIAS.

Entonces renace la calma, y los vapores se reabsorben. Una película embebe toda la superficie y espesándose y afirmándose cada día, marca el fin del diluvio, el nacimiento de Diana y de Apolo, el del triunfo de la tierra sobre el agua, de lo seco sobre lo húmedo, y la época del Fénix.

Una vez terminado el Diluvio, Noé soltó una paloma, que regresó llevando una rama verde de olivo. Este es el signo por excelencia de la verdadera vía y de la marcha regular de las operaciones, es el síntoma del desecamiento de la tierra y de la vegetación del nuevo cuerpo formado.

Solo entonces se puede estar seguro de poseer aquella luz admirable, don del ESPÍRITU SANTO, que Jesús envió al quincuagésimo día (PENTECOSTÉS).

LA AMALGAMA

El MERCURIO, sublimado, manifiesta en su parte fija; esta base sulfurosa marca el primer estado de la coagulación. El intermediario es abandonado, o desaparece, y ya no intervendrá más.

El AZUFRE (o el ORO filosófico) y el MERCURIO realizan lo que se ha convenido en llamar la AMALGAMA FILOSÓFICA, simple combinación aún no radical. La cocción del compuesto provocará la unión indisoluble e irreductible de sus elementos y su transformación completa en azufre rojo fijo, o medicina de primer orden.

El AZUFRE y el MERCURIO de los metales se han extraído y aislado con ayuda de nuestro primer agente, o disolvente secreto, se reducen por si mismos, por simple contacto, en forma de aceite viscoso, untuosidad grasa, que los antiguos llamaron "aceite radical metálico", y Mercurio de los Sabios. Este licor está compuesto por los elementos fundamentales, el AZUFRE y el MERCURIO, y es el representante de un metal licuado y reincrudado. En estado de simple mezcla, el mercurio filosófico conserva el equilibrio, la estabilidad y la energía de sus constituyentes, aunque estos se vean empujados a la mortificación y a la descomposición que preparan y realizan su interpenetración mutua y perfecta.

Mientras el MERCURIO no ha experimentado el abrazo del mediador ígneo se puede conservar indefinidamente, siempre que se tenga el cuidado de sustraerlo a la acción combinada del aire y de la luz.

Las dos vías de la obra requieren dos maneras diferentes de operar la animación del mercurio inicial, dado que el AZUFRE es capaz de absorber hasta 12 veces su peso de agua.

Animación del mercurio para la vía seca

La primera pertenece a la VÍA CORTA, e implica una sola técnica por la cual se humedece poco a poco el fijo, pues toda materia seca bebe con avidez su propio húmedo, hasta que la afusión reiterada del volátil sobre el cuerpo, haga hinchar el compuesto y lo convierta en una masa pastosa, o con aspecto de jarabe (sirope), según el caso. El procedimiento se realiza por la técnica de las Imbibiciones

Animación del mercurio para la vía húmeda
El segundo método consiste en digerir el azufre en tres o cuatro veces su peso de agua, decantar a continuación la solución, desecar el residuo, y tomarlo de nuevo con una cantidad proporcional de nuevo mercurio. El procedimiento se realiza por la técnica de las Reiteraciones.

Cuando la disolución está terminada, se separan las heces, si las hay, y los licores, mezclados, se someten a una lenta destilación al baño. La humedad superficial queda así desprendida, dejando el mercurio en la consistencia requerida para sufrir la cocción hermética.

La estrella, manifestación exterior del Sol interno, se presenta cada vez que una porción nueva de Mercurio viene a bañar el Azufre no disuelto.

El artificio de la solución del azufre por el mercurio conduce a la obtención del Mercurio Filosófico, obtenido del azufre puro unido radicalmente al agua primitiva y celeste.

La identificación de esta agua es una figura estrellada e irradiante que la coagulación hace aparecer en la superficie. La signatura astral del mercurio se afirma con mayor nitidez y vigor, cuanto mas progresa la animación y se revela mas completa.

LA VÍA SECA

La Vasija de la Naturaleza está hecha de la misma arcilla roja de la que se sirvió Dios para hacer el cuerpo de Adán. Representa un cuerpo que contiene los espíritus metálicos, agentes únicos de lo que necesitamos.

Requiere el concurso de una tierra vil, comúnmente extendida, de tan bajo precio que en nuestra época, una cantidad insignificante de dinero, basta para adquirir una cantidad superior a las necesidades, se encuentra en las casas de todas las gentes, pero que nadie puede conocer sin revelación.

De una facilidad extrema, la vía seca no requiere mas que la presencia del artista, pues la misteriosa labor se realiza por si misma, todo lo más.

Se elabora en un crisol de tierra refractaria, y requiere la aplicación de un fuego muy enérgico, que es el truco en cuestión de la operación. El AGENTE encargado de ejecutar la voluntad del artista es también el FUEGO. ¿Cual es ese fuego natural y desconocido que el artista debe saber introducir en su sujeto?. Naturalmente, nuestro FUEGO secreto, que no tiene necesidad mas que de ser excitado por el fuego ordinario para operar las mas sorprendentes manifestaciones.

Quien quiera que ignorando el truco de la operación se arriesgue a emprenderla, deberá temerlo todo del fuego. Corre un peligro real, y difícilmente puede escapar a las consecuencias de un acto irreflexivo y temerario. Hay que tomar las oportunas precauciones y redoblar la prudencia, la experiencia termina lo mas a menudo con la explosión del horno. Existe un medio de poder evitarla, y un truco para la operación regular.

La palmera datilera, la palmera y la higuera, representan al FÉNIX hermético en los dos magisterios, y su resultado, las piedras blanca y roja. La higuera representa la sustancia mineral de la que los filósofos extraen los elementos del renacimiento milagroso del Fénix. La VIRGEN madre lleva al NIÑO en su seno, es el emblema de la sustancia pasiva, caótica, acuosa y fría, matriz y vehículo del ESPÍRITU encarnado.

El artista quita al monstruo vencido sus dos ojos en el combate de la Rémora y de la Salamandra, y se debe aplicar a continuación a reunirlos en uno solo, operación misteriosa, fácil de ejecutar a quien sabe usar el cadáver de la Salamandra. ¿Se SIEMBRA en vuestro país grano de Halalidge y de mirobálano?.

Tendréis dificultades en concebir esta producción milagrosa, el Fénix es hermafrodita, y el milagro de la naturaleza, lleva el CRECIENTE de PLATA, o una ESTRELLA dorada en la testa, su cuello es un ARCO DEL FÉNIX. Es el único testigo de todas las edades del mundo, el único que juega con la muerte, y la convierte en su nodriza y su madre haciéndole parir la vida. tiene el privilegio de renovarse por un fallecimiento milagroso, se prepara en un montón, en el que deja la vida, de manera que no es otro Fénix inanimado, y allí en los brazos temblorosos de una PALMA, encomendándose al Sol, su matador y su padre, se posa en la pira. Entonces la naturaleza cae en trance, la primavera reina mientras la ceniza está inanimada, calentada la naturaleza por los rayos del Sol, se convierte en un gusanillo, luego en un huevo, y finalmente en un AVE, diez veces más hermosa que la otra. Los cuatro elementos, sin pronunciar palabra, cantan un motete a cuatro en alabanza a la Naturaleza para conmemorar la repetición del milagro de los pájaros y del mundo.

La vía seca se basa en el empleo de materiales sólidos y cristalizados, solo exige el concurso del CRISOL, y aplicar temperaturas elevadas, manteniendo largo tiempo las materias en estado de fluidez.

La vía seca no esclarece al operador en un momento dado cualquiera del trabajo, todo acontece en el más profundo misterio en el interior del crisol, cuidadosamente cerrado. Importa ser pues muy experimentado, y conocer bien el comportamiento del FUEGO, pues desde el principio al fin, no se puede descubrir en él la menor indicación.

Al final del trabajo, se advierte un signo, el único, cuya aparición confirma la perfección del AZUFRE por el MERCURIO. Este signo es la rotura espontanea de la VASIJA, por una acción química, por desgracia imposible de concebir y de explicar.

LA MULTIPLICACIÓN

El procedimiento para la realización de la multiplicación de la PIEDRA FILOSOFAL es el clásico SOLVE ET COAGULA.

La Piedra, fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, para disolverse en él, nutrirse con él de nuevo y aumentar en él, no solo de peso y volumen, sino también en energía. Volverá a su estado, color y aspecto primitivos mediante la cocción, al que su escamoso pericarpio le ha valido el nombre de ERIZO, de aspecto parecido al de las castañas o de las nueces; y su núcleo, cristalino y translúcido, casi esférico, tiene un color semejante al del BALAJ.

Sería imprudente, en lo concerniente a la TRANSMUTACIÓN y la MEDICINA, sobrepasar la séptima reiteración, redisolviendo la piedra en el MERCURIO.

Cuanto más progresa la PIEDRA, mas penetrante resulta, y es más rápida su elaboración, que exige para cada grado de aumento, la octava parte del tiempo requerido para la operación precedente. La cuarta reiteración apenas lleva dos horas, la quinta se resuelve en 90 segundos, y en teoría, la sexta requeriría tan solo doce segundos, por lo que lo instantáneo de la operación la convertiría en impracticable.

Por otro lado, la intervención del peso y del volumen, acrecentados sin cesar, obligarían a reservar una parte de la producción, a falta de una cantidad proporcional de nuevo mercurio, siempre largo y costoso de preparar.

La piedra, multiplicada a los grados 5º y 6º, exigiría, dado su alto poder ígneo, una masa importante de oro puro, para orientarla al metal, pues de lo contrario se arriesgaría a perderla por entero.

LA VÍA HÚMEDA

introducción a la vía húmeda

Durante la evolución del REBIS, se manifiestan cuatro flores o colores, revelando al alquimista las fases sucesivas del trabajo interno, estas fases diversamente coloreadas, llevan el nombre de REGÍMENES, o REINOS. Ordinariamente se cuentan siete, y vienen a formar la llamada Semana de las semanas, o también Gran semana:


MERCURIO (HERMES) = Base, fundamento


SATURNO (CRONOS) = El anciano, el loco


JÚPITER (ZEUS, IOVE) = Unión, matrimonio


LUNA (DIANA, ARTEMISA) = Vestidura brillante, cabellos blancos como la nieve


VENUS ( AFRODITA) = Belleza, gracia


MARTE (ARES) = Adaptado, fijo. Príncipe de atavío teñido en sangre coagulada


SOL (APOLO) = El Triunfador, emperador teñido de brillante escarlata.

Los maestros se han limitado a señalar cuatro colores esenciales y preponderantes, a saber, negro, blanco, citrino y rojo. Estas cuatro flores deben de ser cortadas sucesivamente, según el orden de su floración.

También los autores aconsejan prudencia, tratando de alcanzar antes la meta no conseguirían mas que quemar las flores del compuesto, y arruinarían por completo la Obra.

El fuego en la vía húmeda

La vía húmeda recibe el nombre de FUEGO DE RUEDA, que so pena de detenerse implicando la pérdida consecutiva de las materias, sería incapaz de cesar un solo instante de su acción.

Una disminución de su energía, o el descenso de la temperatura, son accidentes perjudiciales para la marcha regular de la operación, pues si nada se pierde, el tiempo, ya considerable, se ve todavía aumentado.

Un exceso de fuego lo estropea todo, pero si la amalgama filosófica simplemente ha enrojecido, pero todavía no se ha calcinado, es posible regenerarla, disolviéndola de nuevo, según el consejo del COSMOPOLITA, y reemprender la cocción con más prudencia.

La extinción completa del hogar causa irremediablemente la ruina del contenido, aunque éste al análisis, no parezca haber sufrido modificación: El ORO, una vez resuelto en ESPÍRITU, si siente el frío se pierde con toda la Obra.

No activéis demasiado la llama en el interior de vuestra linterna, y velad para no dejarla apagarse, significaría que salís de CARIBDIS, para caer en ESCILA.

Composición del VASO y duración de la vía húmeda

La vía larga, la que emplea el vaso del Arte, es larga, laboriosa, ingrata y accesible a las personas afortunadas, pero de gran honor, por el esfuerzo que exige. Precisa un trabajo ininterrumpido de 12 a 18 meses.

Se parte del "ORO" natural canónicamente preparado, disuelto en el MERCURIO FILOSÓFICO, se cuece en un matraz de cristal. El compuesto, formado por cuerpos vitalizados, comienza su evolución, el misterio más impenetrable cubre con su velo el orden, la medida, el ritmo, la armonía y el progreso de esta admirable metamorfosis, que el hombre no tiene en absoluto la facultad de comprender ni de explicar.

Los cuatro grados del fuego

Los alquimistas que sometan la amalgama a las temperaturas crecientes de los cuatro regímenes del fuego, se verán frustrados a causa del resultado inesperado.

No se trata del fuego de las cocinas, de nuestras chimeneas, ni de los Altos Hornos, el fuego ordinario de la Obra no sirve mas que para alejar el frío y los accidentes que este pudiese causar.

Filaleteo comenta que la cocción es lineal, es decir, igual y constante de un extremo a otro de la obra, el fuego es uniforme y permanente.

Hay una correlación entre el fuego y el azufre, de manera que los cuatro grados del fuego se corresponden con los cuatro del otro.

La operación no es directa, implica el empleo de muchas fases o regímenes, simples reiteraciones de una sola y misma técnica, que el artista avispado sabrá encontrar.

El pequeño Magisterio

La LUNA marca el final de la OBRA AL BLANCO, y el período de transición para la OBRA AL ROJO. El REBIS ofrece el aspecto de hilos finos y sedosos, de cabellos extendidos, que progresan de la periferia hasta el centro, de ahí el nombre de blancura capilar que sirve para designar esta elaboración. Es la LUNA en su primer cuarto.

Después progresa a toda la masa, y cambia al amarillo limón, es la LUNA llena, el creciente se ha ampliado hasta llenar el disco lunar perfecto, ha llenado todo el ORBE.

Si el artista no desea llegar más lejos, o no sabe como conducir la Obra hasta el rojo, no le quedará mas solución que multiplicar esta PIEDRA, reiniciando las operaciones para aumentar su potencia y su virtud.

Mas allá del punto de saturación, demasiado sutil, ya no se puede coagular, queda así en aceite espeso, luminoso en la oscuridad, y sin acción sobre los seres vivos y los metales.

El gran Magisterio

Lo que se ha dicho para el pequeño Magisterio. Basta aumentar la temperatura a partir del momento en que se ha obtenido la blancura cetrina, no obstante sin tocar ni abrir la vasija, y a condición de que se haya sustituido al comienzo, el fermento rojo por azufre blanco (según Filaleteo, pero no según Flamel), lo que se explica con facilidad si se conocen las directrices de las vías y de las operaciones.

Sea como fuere, prosiguiendo la acción del cuarto grado de fuego, el compuesto se disolverá por si mismo, se sucederán colores nuevos, hasta que un débil rojo, denominado flor de melocotonero, que se vuelve poco a poco más intenso a medida que se extiende la sequedad, anuncia el éxito y la perfección de la Obra.

Enfriada la materia ofrece una textura cristalina, hecha de pequeños rubíes aglomerados, raras veces libres, de elevada densidad, y fuerte brillo, arropados frecuentemente en una masa opaca y roja denominada por los antiguos tierra condenada de la Piedra.

El residuo, fácil de separar, no es de utilidad, y debe de ser desechado.

La piedra Filosofal se nos presenta, pues baja la forma de un cuerpo cristalino, diáfano de masa roja, y amarilla después de su trituración, es muy densa, fusible y fija a cualquier temperatura, que la hacen incalcinable, incisiva, ardiente, penetrante e irreductible, es soluble en vidrio en fusión, y se volatiliza instantáneamente si se proyecta en metal fundido.

La Piedra transmutatoria, obtenida por vía húmeda

Si se fermenta la MEDICINA UNIVERSAL sólida con ORO o PLATA muy puros, por fusión directa se obtiene el llamado POLVO DE PROYECCIÓN, tercera forma de la PIEDRA FILOSOFAL

Se trata de una masa translúcida, roja o blanca, según el metal escogido, pulverizable, apta tan solo para la transmutación de los metales, y no es aplicable a los demás reinos.

La PIEDRA TRANSMUTATORIA jamás ha estado dotada del mismo poder, este es función de la propia Piedra y del metal sobre el que se la emplea, usualmente se toma como referencia la potencia transmutatoria sobre el mercurio metálico. Sírvase como referencia una PIEDRA roja de potencia 1000, que transmutará en oro:


1000 partes de mercurio


100 partes de plata


50 partes de cobre


30 partes de estaño


20 partes de plomo

La PIEDRA al blanco tendría la mitad de potencia que la piedra al rojo.

La Medicina Universal

Las propiedades medicinales del ELIXIR, colocan a su feliz poseedor al abrigo de las taras y miserias fisiológicas, heridas y muchas afecciones, disuelto en un licor espiritoso transparente, recibe el nombre de ORO POTABLE, porque toma un hermoso color amarillo, aunque no contenga el menor átomo de oro.

El elixir no sirve para la transmutación. Hay algún autor que llega a afirmar que la piedra fermentada con oro puede ser empleada como medicina (Bastford), disolviendo 24 granos en 2 onzas de alcohol, y empleando entre 1 y 4 gotas, según la exigencia de la enfermedad. Muchos filósofos difieren de esta opinión.

Las multiplicaciones en la vía húmeda
Dios lo hace todo a partir de la nada, crea. El hombre toma una parcela de ese todo y la multiplica, prolonga y continúa. De ese modo el MICROCOSMOS amplia el MACROCOSMOS.

Las tres piedras o medicinas de JABIR, reciben el nombre de AZUFRE filosófico, ELIXIR u oro potable, y la PIEDRA FILOSOFAL o MEDICINA UNIVERSAL. Cada una de estas PIEDRAS ha tenido que sufrir la cocción en el ATANOR, prisión de la Gran Obra.

Para estar regularmente conseguida, la Piedra ha tenido que sufrir 3 repeticiones sucesivas de una misma serie de 7 operaciones, lo que totaliza 21. En la práctica hay que redisolver tres veces la PIEDRA en el Mercurio Filosófico, para obtenerla con todas sus cualidades.

La técnica de la multiplicación y del acrecentamiento está fundada en que el AZUFRE nuevo siempre permanece disponible de absorber una cantidad determinada y proporcional de MERCURIO.

La PIEDRA fija y perfecta es afectada por el MERCURIO, a fin de disolverse en él de nuevo y aumentar en él, no solo de peso y de volumen, sino también en ENERGÍA




FULCANELLI: LA PIEDRA FILOSOFAL, GÉNESIS Y VÍAS (primera parte). J.A.Puche Riart

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INTRODUCCIÓN

El objeto de la realización de este trabajo es la documentación de las investigaciones relativas a la Piedra Filosofal, de acuerdo con las exposiciones del alquimista francés Fulcanelli. La difusión de este escrito por cualquier medio de comunicación, red de usuarios de informática, impresión o fotocopia, cinta grabada, u otro sistema de trasvase de datos o de información, queda absolutamente prohibido por cualquier persona o entidad, sin expreso permiso del autor de este estudio.

Los libros de Alquimia han sido, y siguen siendo a causa de su carácter hermético, la causa eficiente y genuina del grosero menosprecio de esta antigua Ciencia. Los textos escritos por los grandes Maestros están reservados a los iniciados, para comprenderlos bien es necesario tener las CLAVES secretas, a saber, las sustancias que se emplean en la elaboración de la Piedra Filosofal, y las nueve operaciones consecutivas que permiten obtenerla con todas sus características, y que vienen a constituir la llamada Escalera de los Sabios. En lo que se debe trabajar primero es en descubrir esas claves, es decir, en conocer la doctrina, la teoría de la posibilidad, los principios materiales que deben emplearse para la realización de los trabajos y las formas de operar, en lugar de emplear tontamente el dinero y los bienes en trabajos de dudosa utilidad. Los alquimistas de todos los tiempos pregonan que la Ciencia de la Alquimia se puede adquirir, aunque con grandísimas dificultades en los libros, alguno de los grandes Maestros así lo ha conseguido, normalmente no es posible adquirirla mas que por REVELACIÓN divina, o porque un buen y fiel Maestro tenga la bondad de enseñarla, pero como hay muy pocos a quienes Dios ha hecho el don de esa Gracia, hay muy pocos que la puedan enseñar, por lo general se alcanza por voluntad divina.

Por otra parte, los filósofos (alquimistas que conocen la Piedra Filosofal) se negaron siempre a enseñar con claridad las verdades que habían recibido de la Antigüedad, pues consideraban que solo debían de revelarse a las gentes de bien, con el fin de evitar el reproche, que no hubiera dejado de dirigírseles de pervertir a los pueblos, pues ellos habían observado ya en los tiempos en que vivían que la mayor parte de los descubrimientos, orientados al acrecentamiento del bienestar humano, se desvían rápidamente de su meta y se aplican de modo especial a la destrucción. En la actualidad sigue vigente esta característica del ser humano, de criminales intenciones, y es de sobras conocido el papel preponderante de las Ciencias en las conflagraciones modernas y sus aplicaciones armamentísticas, que no precisan mayor aclaración. No se puede invocar por parte del hombre la justicia divina sin verse necesariamente condenado por ella, y en tanto el hombre no cambie, difícilmente será claramente explicada la Alquimia por los filósofos modernos, al igual que ocurrió en el pasado.

Fulcanelli explica en sus libros, avalados por su propia experiencia, que la Alquimia es una Ciencia tan positiva, tan exacta y tan real como la óptica, la mecánica, o la geometría, y sus resultados tan tangibles como los de la Química. Deberíamos estudiarla con el entusiasmo y la fe intima convenientes, pero evitar sus desviaciones, sometiéndolas a la lógica, al razonamiento y a la experiencia. En su opinión, que compartimos, la Alquimia requiere una depuración, hay que librarla de las máculas con las que hasta sus partidarios la han ensuciado, después será mas sana y robusta, sin perder ni un ápice de su encanto y de su misteriosa atracción.

Con el estudio de los textos, y el trato con personas entendidas en esta disciplina, a lo largo del tiempo hemos aprehendido muchas de las claves necesarias para poder interpretar correctamente a los Maestros antiguos y modernos. La PIEDRA FILOSOFAL es la piedra de toque con la que se han tropezado nuestros químicos, y si los investigadores que nos precedieron hubiesen comprendido el lenguaje de los alquimistas, las prácticas de HERMES les serían conocidas, y la PIEDRA FILOSOFAL habría cesado hace mucho tiempo de ser considerada como quimérica.

Para alcanzar el conocimiento mínimo necesario, y llevar a cabo la puesta en práctica de la GRAN OBRA alquímica dice Fulcanelli que hace falta aplicar una voluntad obstinada de la que son incapaces los mediocres: Resulta muy difícil cambiar los diplomas, los títulos académicos, los sellos y los pergaminos por el humilde manto del Filósofo; las dificultades de descifrar esta otra Ciencia en los bancos de otra escuela, en la que hay que volver a apurar ese cáliz de brebaje amargo, humildemente confesar nuestros errores y tener el coraje de olvidarlo todo, así como centrar nuestra atención en aquellos puntos mas importantes. Por otra arte la Alquimia exige del operador que acompase su ritmo de vida, su comportamiento y sus mas íntimas emociones al ritmo de las investigaciones emprendidas, si no quiere verse abocado al mas estrepitoso de los fracasos, es de sobras conocida la influencia mutua entre la Piedra Filosofal y el alquimista que con ella trabaja, al contrario que en la Química, uno de cuyos postulados indica que las reacciones químicas son independientes del operador. No obstante hemos de señalar que esta influencia no se aprecia en las primeras fases de la elaboración de la Piedra, en la que cualquier profano que conozca el procedimiento puede llegar a conseguir los mismos resultados que un experto alquimista, pero que son muy notables en las obras avanzadas, como las de las quintaesencias, u otras obras superiores.

Para terminar este preámbulo me remito de nuevo a Fulcanelli, recordando de nuevo que nada hay en el mundo mas útil que la Sal de Sapiencia (en este caso se refieren al fuego secreto) y el Sol, a saber, las materias empleadas por los alquimistas en la elaboración de la Piedra Filosofal, (en su denominación alquímica), y que serán objeto de estudio en este artículo.

ASPECTOS FILOSÓFICOS RELATIVOS A LOS ESPÍRITUS METÁLICOS

En Alquimia, todos los procedimientos están basados en la DISOLUCIÓN, tanto en la vía seca como en la húmeda. Solo a través de la disolución se consigue hacer efectivo el principio general de la Alquimia "Los cuerpos no tienen acción sobre los cuerpos, solo los espíritus son activos y penetrantes".

Los espíritus son los agentes naturales que provocan las transformaciones en el seno de la materia. Son los únicos capaces de vencer la estrecha cohesión que liga entre sí los denominados azufre y el mercurio metálicos, de ahí la importancia que adquieren en el trabajo práctico del laboratorio del alquimista. En la Espagiria y la antigua Alquimia se considera que los metales están compuestos por sal, azufre y mercurio, que según las teorías de los espagiristas, no coinciden con los conocidos por la química, al tener cada metal los suyos propios y específicos que lo componen.

Tan solo los denominados espíritus metálicos tienen el privilegio de alterar, modificar y desnaturalizar los cuerpos metálicos. Los alquimistas entienden que los espíritus son influencias reales, aunque físicamente casi inmateriales como imponderables, por ejemplo, la radiación lunar (luz polarizada), la radiación solar, el fuego, etc. Lo que determina la aplicación de los espíritus es la afinidad que muestran los cuerpos entre sí, así como la que estos muestran por determinado espíritu.

Los espíritus metálicos, en particular, son demasiado volátiles y en extremo sutiles, por lo que tienen necesidad de un envoltorio que sea capaz de retenerlos, su materia debe de ser extremadamente pura (para permitir al espíritu metálico residir en ella), de ahí la necesidad de las purificaciones previas y muy "fija" (para impedir su volatilización), por otro lado se le debe exigir a esta materia la máxima fusibilidad (para favorecer el "ingreso"), y también debe ser absolutamente resistente a los agentes reductores. Dicha materia no se puede buscar tan solo en la categoría de los metales, se debe tomar el espíritu metálico (soporte químico de la Piedra Filosofal) en la raíz metálica (entiéndase el metal, del que mas adelante hablaremos) que lo contiene.

El objetivo de los trabajos que realiza el alquimista es la condensación, la aglomeración de ese espíritu en un envoltorio coherente, tenaz y refractario, capaz de arroparlo, de impregnar todas sus partes y de asegurarle una protección eficaz. Esta alma o fuego reunido, concentrado y coagulado en la más pura, más resistente y más perfecta materia terrestre es la llamada PIEDRA FILOSOFAL. Toda empresa que no tenga por guía a este espíritu y a esta materia mineral por base no podrá llevar a ninguna parte en lo que se refiere a la Alquimia.

En cuanto a los ESPÍRITUS VEGETALES, que tan ampliamente estudia la Espagiria, prácticamente no tienen aplicación en la Gran Obra, y son también muy volátiles, su empleo en la Alquimia se restringe a ciertos trabajos realizados por Ramón Lull, y en la disolución de la Medicina Universal en espíritu de vino (alcohol), o en aceite de oliva virgen (extraído en frío), para algunas de sus aplicaciones.

En los puntos posteriores hablaremos de las materias y técnicas empleadas por los alquimistas, explicadas en su propio lenguaje, comentando aquellos puntos de dicho léxico que consideremos precisen la traducción a nuestro lenguaje actual, situándolos entre paréntesis intercalados en las frases.

EL FUEGO SECRETO

El mineral que contiene el fuego secreto es aquel en el que se fundamenta el Arte de la Alquimia, los alquimistas lo conocen también la Salamandra (por ser el impulsor de las metamorfosis del compuesto filosofal), es la única materia con la que debemos de trabajar al principio. Contiene la mas pura semilla (de la Piedra Filosofal) y la sustancias mas próximas a la Gran Obra que existen entre los metales y los minerales.

La Piedra filosofal es de origen mineral y metálico, y por lo tanto no hay mas que buscarla en la raíz mineral y metálica, (el mineral del que tratamos y por otra parte el metal base) que fue reservada por el Creador y prometida a la generación sola de los metales. La Naturaleza actúa solamente en la especie que le es propia, no se desarrolla ni se perfecciona sino en ella y por ella, sin que ninguna cosa heterogénea venga a estorbar su marcha, o a contrariar su poder generador.

El mineral que contiene el fuego secreto es la base de la Alquimia, porque de él se extraen todos los elementos que el alquimista necesita, y por él se efectúa la Obra entera:


El fuego secreto presenta una intensa actividad, una vitalidad perpetua y permanente. Es el único dispensador del agua celeste, primer mercurio disolvente, que se presenta bajo una forma salina y con una consistencia dura, se extrae del fuego por reiterada destrucción, resolviendo y sublimando.


Provoca todas las metamorfosis (cambios visibles en el estado físico, coloración etc.) en el seno del compuesto, y no se puede prescindir de él, como hemos indicado, cataliza las reacciones y se incorpora a la fórmula.


Fuera de el no se puede descubrir ni producir nada, porque es el único cuerpo capaz en toda la naturaleza de procurarle al alquimista los elementos indispensables, es el guardián y único dispensador de los frutos herméticos, a saber, la Piedra Filosofal y todos sus derivados.


Es la vasija (contiene todo lo necesario para la Obra) indispensable a la que no es preciso añadir nada extraño. Son precisos pocos días y poco trabajo para extraer de él la LUNA y el SOL herméticos. Es todo cuanto precisamos para la OBRA. De este apartado hablaremos mas adelante, desarrollándolo al hablar de los diferentes Mercurios empleados en la Obra.

El triple empleo del Fuego Secreto

El empleo del fuego secreto es triple, es el EJE del arte de la Alquimia, provoca todas las metamorfosis (cambios físicos y químicos) en el seno del compuesto vía disolución (por fusión en la vía seca , o por disolución en el espíritu en la vía húmeda). Se emplea:


En la elaboración del primer mercurio (denominación que dan los alquimistas al primer compuesto obtenido en la Obra), nada es capaz de sustituirlo, una vez preparado, lo exalta, lo anima, y forma cuerpo con el después de extraerlo de la materia inmunda. Hace destilar de la esta planta (alusión a la coloración verde) árida y seca en apariencia un agua que no moja las manos que se obtiene en forma salina, señalada por el sello hermético, astro de seis rayos, es el licor metálico (materia muy fusible) fertilizado por el fuego mineral. Sin el fuego secreto la materia preparada no podría ser forzada ni cumplir sus funciones de madre (de ella nace la Piedra Filosofal), quedando la labor de los alquimistas como quimérica y vana.


Toda generación (paso a la siguiente fase en la elaboración de la Piedra Filosofal, con obtención de un producto completamente terminado) requiere la ayuda de un agente propio y determinado en el Reino en que la Naturaleza lo ha colocado, y toda cosa lleva su semilla. Los minerales tienen por semilla un licor metálico (no debe confundirse con el metal mercurio) fertilizado por el fuego mineral, pues este es el AGENTE ACTIVO introducido por el Arte en la semilla mineral, es lo que hace mover el eje y girar la rueda (provoca las reacciones químicas del compuesto, actuando como catalizador de las mismas e integrándose en la propia fórmula).


Este FUEGO espiritual (volátil), informado y corporeizado en sal es el AZUFRE escondido (nombre que se le da por su aspecto externo, lo que da lugar a grandes confusiones, pues también se le denomina mercurio, como hemos visto anteriormente), de la misma esencia que el azufre del oro (término de Espagiria mineral, como hemos indicado anteriormente para los alquimistas los metales están compuestos de sal, azufre y mercurio), pero menos digerido (evolucionado en lenguaje moderno), se une con facilidad al mercurio de los minerales y de los metales imperfectos, se encuentra en el Vientre de ARIES (alusión al hierro), que esconde en si el acero mágico, y lleva en su escudo el sello hermético, astro de seis puntas. Sin esta materia nada se puede hacer, y nada la puede sustituir.


Cada uno de los frutos del Jardín de Hesperia (productos obtenidos en la elaboración de la Piedra Filosofal) es el resultado de una condensación progresiva del FUEGO SOLAR (alusión a la materia que se emplea siempre con el fuego secreto) por el FUEGO SECRETO , y son los rayos juntados de este DOBLE FUEGO (doble debido a que siempre se emplean conjuntamente) los que colorean (dan las especiales características de color, transmutativas y curativas) la PIEDRA FILOSOFAL.

Lo que dicen los alquimistas acerca del fuego secreto

· Basilio Valentín, Senior Zadhit, Mynsicht, y otros filósofos denominan tierra romana y Vitriolo romano a la sustancia terrestre que proporciona nuestro disolvente. Lo describen como una "sal" de olor fuerte y desagradable, que cuando se machacaba se volvía negra, adquiría una consistencia esponjosa y un aspecto graso.

· En el Testamento de Basilio Valentín se señalan las excelentes propiedades y virtudes del Vitriolo, pero no se reconocerá la veracidad de sus palabras si no se sabe de que mineral se está hablando: "El Vitriolo es preferible a los otros minerales, y debe de concedérsele el primer lugar después de los metales. Pues aunque todos los metales y minerales estén dotados de grandes virtudes, este, el Vitriolo, es el único suficiente para obtener de él y hacer la bendita piedra, lo que ningún otro en el mundo podría conseguir por si solo y a imitación suya".

· El Vitriolo filosófico tiene propiedades "magnéticas" y de "atracción" del azufre, (capacidad de extracción del llamado azufre metálico, pero no es atraído por el campo magnético), calidad de fusible y fácil licuefacción.

· El Vitriolo filosófico es el objeto inicial y primer ser de la Piedra Filosofal. Al fuego se funde en su propia agua de cristalización, como ocurre con los demás vitriolos, y adquiere el aspecto del aceite o del mercurio, tiene un aspecto vítreo, una coloración verdosa y una fluidez grasienta al fuego.

· Saturno, por lo demás, entra fácilmente en solución y se coagula del mismo modo, se presta de buen grado a dejarse extraer su mercurio, que es tan puro como el del Oro.

· La mayúscula M sirve para identificar este mineral que denominamos nuestra Magnesia, del que por otra parte es su inicial.

Preparación canónica del fuego secreto

Entendemos como preparación canónica de una materia aquellos trabajos físicos y químicos previos de laboratorio para conseguir que resulte adecuada para su empleo en los diferentes trabajos de la Gran Obra. El objeto de estos trabajos es alcanzar el grado de pureza suficiente de la correspondiente materia, para su posterior utilización sin los problemas que originaría la contaminación del mineral o sustancia en la elaboración de la Piedra Filosofal, tal como lo proporciona la Naturaleza. Se emplea el mas que conocido procedimiento químico de las recristalizaciones sucesivas para obtenerlo en las condiciones requeridas.

La preparación canónica del fuego secreto consiste en disolver el mineral, tal como sale de la mina, en agua hirviente, dejarlo decantar y separarle las heces, a razón de 1 kilogramo de mineral por cada 4 litros de agua. Se recristaliza y se retiran los cristales. Se reitera el proceso hasta que no se produzcan mas heces en la disolución y posterior recristalización en las aguas madre. Una vez completadas las recristalizaciones se procede a su secado al Sol hasta el color de las cenizas, un exceso de insolación lo inhabilita para su empleo en la Obra, lo que es notorio al variar la coloración notablemente a tonos oscuros, cuando esto sucede se realiza una posterior recristalización y secado.

Se emplea molido finamente, y se almacena en recipientes de cristal, al abrigo de la luz y de la humedad, ya listo para su utilización. Su empleo debe realizarse a los pocos meses pues pierde actividad quimica, en caso de que se pase de tiempo, siempre es posible recuperarlo recristalizándolo de nuevo.

EL SOL (ORO HERMÉTICO)

El oro hermético es el astro dispensador de la luz, es el vehículo de elección del espíritu de nuestra Corona Radiada, la LUZ mineral, su función es servir de intermediario entre el cielo y la tierra.

La Vara de Hermes (otra denominación del Sol, u oro Hermético), es en verdad el Cetro de nuestro Arte, vil abyecto y despreciable, es mas buscado por el filósofo que el oro natural (oro metálico), y es un precioso don que ha hecho Dios a los hombres. Aarón golpeó la roca de Horeb con esta vara, haciendo brotar el agua que esconde en su seno (alusión a la primera operación de la Gran Obra).

El Sol es la sustancia que provoca todas las reacciones (agente), en el seno del fuego secreto (paciente), rompiendo su equilibrio químico, y haciendo que este actúe como motor de todas las reacciones en el seno del compuesto. Sin el Sol no resultaría posible la Alquimia, pues este actúa siempre conjuntamente con el fuego secreto, como se ha señalado en los párrafos previos al hablar de éste.

Lo que los alquimistas dicen del Sol u Oro hermético

· Los únicos alquimistas que Fulcanelli conoce que han declarado explícitamente el epíteto verbal del Sol, u oro hermético han sido Quercetano y Nicolas de Valois. Al igual que ocurre con el mineral del Fuego Secreto, muchos alquimistas lo nombran e incluso lo clasifican entre las materias inútiles para los trabajos de la Alquimia.

· Se le puede encontrar en los tres Reinos de la Naturaleza (mineral, animal y vegetal), pero se puede obtener directamente en uno de ellos. Ejemplos de sustancias que se encuentran en los tres Reinos de la Naturaleza son el agua, algunas sales, el carbono, etc.

· En Espagiria está representado por un círculo coronado por una cruz, símbolo del globo terrestre, y signatura de nuestro pequeño mundo, es una sustancia común que está a nuestro alcance, su materia nos resulta familiar y es la llave que proporciona el agua misteriosa, buscada en vano en otra parte, el húmedo radical, o mercurio.

· Los antiguos lo representaban mediante la letra H, que designa el espíritu universal, alma universal de las cosas, el principio activo y todopoderoso que se reconoce en la Naturaleza en perpetuo movimiento. Es nuestro Sol, astro dispensador de la luz (Elios, Hl u w s ). Es la indicación del primer peldaño de la escalera de los sabios, del conocimiento adquirido del AGENTE hermético, promotor misterioso de las transformaciones en el reino mineral. Su función es la de servir de intermediario entre el cielo y la tierra (une lo fijo con lo volátil).

· La letra G, séptima letra del alfabeto es la inicial del nombre vulgar del TEMA DE LOS SABIOS, sustancia extraída de la mina, que no es propiamente mineral y menos aún metálica, como enseña Filaleteo en el Introitus (al no ser ni propiamente mineral, ni metálica, parece lógico buscar este TEMA entre las diferentes sales que nos proporciona la Naturaleza).

Preparación canónica del Sol

Se emplea el procedimiento de las recristalizaciones sucesivas para obtenerlo en el grado de pureza requerido, como hemos realizado con el fuego secreto.

Se introduce en un horno bien molido y se calcina, tal como nos lo entrega nuestra madre naturaleza, a continuación se disuelve y recristaliza en agua, y se vuelven a calcinar los cristales. Esta operación se realiza varias veces al objeto de aumentar en lo posible su causticidad y eliminar por completo la humedad residual, que inhibiría en gran parte su actividad química sobre el fuego secreto, con el que actúa conjuntamente. Fulcanelli aclara que debe ser muchas veces lavado y recristalizado, obteniéndose en forma de una sal blanca, pura y brillante.

Se conserva en frascos herméticos, generalmente de cristal, finamente molido, cerrados herméticamente para impedir el paso del aire y de la humedad hasta su posterior empleo en la Gran Obra.

LA MATERIA VIRGEN O DRAGÓN ESCAMOSO

La operativa de Fulcanelli se basa completamente en el conocimiento de esta materia, de la que a lo largo de la operativa separaremos su ganga arsenical. La descripción que se nos da es muy esclarecedora de sus características. Los alquimistas la denominan Dragón (por su repulsivo aspecto, su olor infecto, y su coloración:

· Este cuerpo, con que debemos trabajar al principio, primitivo y volátil, está representado como un dragón negro y recubierto de escamas, es la serpiente venenosa hija de Saturno y la mas querida de sus criaturas. En contra de la opinión general, que pretende que jamás ha sido designado, muchas obras lo nombran, e incluso lo clasifican entre los cuerpos impropios para la Obra. Este mineral, toma el aspecto de una masa sólida, negruzca, densa, friable, quebradiza, cuya escasa utilidad lo convierte en vil, abyecto y despreciable a los ojos de los hombres.

· Hay que dirigirse a la piedra bruta y vil, sin repugnancia por su aspecto miserable, su olor infecto, su coloración negruzca, y sus sórdidos jirones. Precisamente son estos caracteres poco seductores los que permiten reconocerla.

· El diablo es el jeroglífico de la primera sustancia mercurial, su aspecto negruzco, cubierto de láminas escamosas a menudo revestidos de puntos rojos, o de envoltura amarilla, friable y deslucida, de olor fuerte y nauseabundo, mancha los dedos cuando se toca, y parece reunir todo cuanto puede desagradar, es la única materia dispensadora del "agua celeste", primer mercurio y gran Alkaest.

· Es el caos de los sabios, en el cual los cuatro elementos encerrados, pero confusos y desordenados, es nuestro Anciano y el Padre de los metales. Aún se le llama Dragón Negro cubierto de escamas, serpiente venenosa, hija de Saturno y la mas amada de sus criaturas. Esta sustancia primaria ha visto interrumpida su evolución por la interposición y penetración de un azufre infecto y combustible que empasta el Mercurio puro, lo retiene y lo coagula. Y aunque sea enteramente volátil, este mercurio primitivo, corporeizado bajo la acción secativa del azufre arsenical, toma el aspecto de una masa sólida, negra, densa, friable, cuya escasa utilidad la convierte en vil, abyecta y despreciable a los ojos de los hombres. En este tema, pariente pobre de la familia de los metales, el artista esclarecido encuentra , sin embargo, todo cuanto necesita para comenzar y perfeccionar su gran Obra, pues interviene, según los autores, al principio, en medio y al final de la Obra.

Preparación canónica del Dragón

Como desconozco en la actualidad cual es su exacta preparación canónica, no se explica en este trabajo.

NOTAS

Las llamadas preparaciones canónicas permiten que las materias primas se puedan llevar al grado de pureza requerido, generalmente empleamos el procedmiento de recristalización. Si no se realizan estas operaciones, es fácil comprobar que las producciones pueden a llegar a ser muy inferiores debido a la contaminación química y a las impurezas, que las hacen inapropiadas para su empleo. Este punto ha sido tocado mas de cerca por los químicos que por los alquimistas, salvo algunos entre ellos, que lo señalan.

Es necesario saber que la introducción de sustancias ajenas a la Obra, puede afectar en gran modo la calidad de la Piedra Filosofal, y a la de la Medicina obtenida al final de la misma, así como a la potencia transmutativa de la Piedra, al modificar la estructura cristalina del compuesto filosofal.

Por otra parte el comportamiento del compuesto filosofal es muy diferente, por contaminación química, a los ojos del observador, si no se emplea el material canónicamente preparado, por lo que las purificaciones del material evitan unos inconvenientes muy importantes a la hora de llevar a la práctica la realización de una Obra.

LA PRIMERA CONJUNCIÓN, EL MERCURIO DE LOS FILÓSOFOS

Es el primer producto que debe obtener el alquimista a partir de las materias, canónicamente preparadas (lo que ha sido objeto puntos anteriores), de las que se extrae en el crisol.

El autor del Triunfo Hermético (Limojon de Saint Didier, suyo anagrama es DIVENS SICUT ARDENS), explica que "Nuestra piedra nace de la destrucción de dos cuerpos". Fulcanelli añade que uno es metálico y el otro mineral, crecen ambos en la misma tierra. La oposición tiránica de su comportamiento contrario les impide conformarse el uno con el otro, salvo cuando la voluntad del artista les obliga a ello, sometiendo a la acción violenta del fuego a cada uno de ambos antagonistas. Tras un largo y duro combate (reacción química), de su descomposición se engendra un tercer cuerpo, heredero de la energía vital y de las cualidades mezcladas de sus progenitores difuntos. Tal es el origen de nuestra PIEDRA, provista desde su nacimiento de la doble disposición metálica, que es seca e ígnea, y de la doble virtud mineral, fría y húmeda.

La reacción mutua de las dos materias, una activa y la otra pasiva, suministra al final del combate filosófico la primera sustancia de la Obra. Nicolás Flamel y Basilio Valentín han dado a estos elementos el epíteto de dragones, el dragón celeste, que representan alado, caracteriza el principio volátil, mientras que el dragón terrestre, áptero, designa el cuerpo fijo (el metal).

Generalmente los filósofos, al hablar del dragón, se refieren sólo al cuerpo volátil. Recomiendan darle muerte atravesándolo de un lanzazo. El AGENTE está velado tras los nombres de Marte, Marthe, Marcelo, Miguel, Jorge, etc. (aludiendo directamente al hierro, cuya denominación en la antigua espagírica es MARTE). Este Caballero abre una ancha herida en el costado de la serpiente mítica, de la que sale una sangre espesa, negra y viscosa.

Entre los cuerpos metálicos, el que encierra mayor proporción de "fuego", o de "luz latente" es el hierro. Este fuego activo es lo que importa comunicar al sujeto pasivo, al que los sabios llaman León Verde, solo él tiene poder para modificar su complexión fría y estéril, volviéndola prolífica y ardiente. Si el lector ha comprendido, sabrá cuales son los materiales cuya reciproca destrucción abre la puerta de la Primera Obra.

La combinación de ambas materias iniciales, una volátil y una fija da un tercer cuerpo mezclado, que marca el estado de la Piedra de los filósofos, mitad águila, mitad León, símbolo que se corresponde con el Cisto de Baco, y el Pez de la iconografía cristiana. Los dos materiales juntos, retenidos por el Oro de los Sabios, deben emplearse en la proporción requerida. Acerca de lo cual Fulcanelli expone:

Si deseáis poseer el GRIFO (nuestro primer mercurio), tomad dos partes de tierra virgen, nuestro dragón escamoso, y una del agente ígneo, el cual es ese valiente Caballero armado con la lanza y el escudo. ARES (el hierro), mas vigoroso que ARIES, debe de estar en menor cantidad. Pulverizad y añadid la quinceava parte del total de esa SAL blanca, muchas veces lavada y recristalizada, que necesariamente debéis de conocer (el Oro de los Sabios, canónicamente preparado).

Mezclad íntimamente, y tomando ejemplo de la dolorosa Pasión de Nuestro Señor, crucificad (pasada por el crisol) con tres puntas de hierro, para que el cuerpo muera y pueda resucitar otra vez. La lucha de nuestro Caballero con nuestro dragón no cesa sino con la muerte de ambos campeones. Estas tres PUNTAS DE HIERRO, son las que cambian la naturaleza íntima de nuestra MAGNESIA, que se separa, ordena y purifica los elementos del caos mineral (la materia prima preparada, el fuego secreto). Es el instrumento con el que se da muerte al Dragón y con el que se le resucita de nuevo. Hecho esto (una vez enfriado el crisol), apartad del cadáver (debido a su coloración oscura) los sedimentos mas groseros, machacad y triturad sus huesos, y amasad el total en el fuego con una varilla de acero,. Echad en esta mezcla la mitad de la segunda sal, extraída del rocío que en el mes de mayo fertiliza la tierra (nuestro primer producto), y obtendréis un cuerpo mas claro que el precedente.

Nuestro Dragón libra en primer lugar una oleada oscura, maloliente y venenosa, cuya humareda, espesa y volátil es tóxica en extremo La materia sometida largo tiempo a la acción de la llama cede sus partes impuras y combustibles. El fuego, por su acción reiterada y frecuente sobre el agua (primer mercurio alquímico) obliga a esta a defender sus cualidades específicas, abandonando sus superfluidades. El agua se repliega y se contrae para resistir la tiránica influencia de VULCANO. Se nutre del fuego, que le agrega las moléculas puras y homogéneas, y al fin se coagula en una masa corporal densa y ardiente, hasta el punto en que la llama no puede exaltarla más. El cuervo, así decapitado, expirará y perderá sus plumas.

Esta segunda solución del cuerpo coagulado tiene por objeto aumentarlo y fortificarlo, alimentándolo con la leche mercurial a la que debe el ser, la vida y el poder vegetativo. Se convierte por segunda vez en volátil, para tomar, al contacto con el fuego la consistencia seca y dura que había adquirido precedentemente. Llegado a este punto, una tercera solución, semejante a las dos primeras, nos conducirá, siempre por el camino del Régimen y la vía lineal del fuego al astro segundo, emblema de la materia perfecta y coagulada, que bastará cocer, continuando con los grados requeridos, siguiendo aquella vía lineal (proceso de obtención de la Piedra filosofal) que constituye la base del espíritu, fuego o azufre incombustible

Para realizar correctamente este trabajo es necesario conocer cuales son las influencias exteriores para poderla realizar con éxito, (momento propicio, hora, lugar, estación, etc.), que Fulcanelli detalla como nocturnidad, dado que la luz del sol es enemiga de toda generación, y recomienda la estación primaveral para el inicio de los trabajos (Aries, Tauro), el cielo debe estar despejado y el aire tranquilo. El rocío de mayo (primer mercurio obtenido por el alquimista) se extrae fácilmente de un cuerpo particular, abyecto despreciable....

Esta manipulación es en extremo delicada, implica un peligro real, el artista debe provocar al viejo dragón, guardián del Vergel de las espérides, obligarlo a combatir y matarlo sin piedad, si no quiere convertirse en su víctima. Por ello se debe obrar con la mayor prudencia. Si basta con conocer la sustancia secreta figurada por el dragón para descubrir su antagonista, es indispensable conocer que MEDIO emplean los sabios para atemperar el ardor excesivo de los dos beligerantes, sin este MEDIADOR indispensable, (el Oro de los sabios), el experimentador, ignorante se expondría a graves peligros. El experimentador, ignorante se expondría a graves peligros. Espectador angustiado del drama, que imprudentemente, habría desencadenado, no sería capaz de dirigir sus fases, ni de regular sus furor. Proyecciones ígneas, incluso la explosión brutal del horno serían las tristes consecuencias de su temeridad. Por ello, conscientes de nuestra responsabilidad, rogamos con insistencia a aquellos que no posean este secreto que se abstengan hasta aquí. .... Cuando oigáis en el recipiente un ruido análogo al del agua en ebullición, fragor sordo de la tierra cuyas entrañas desgarra el fuego, disponéos a luchar, y conservad vuestra sangre fría.. Advertiréis humaredas, llamas azules y verdes, y violetas, que acompañan una serie de detonaciones precipitadas...... Una vez pasada la efervescencia podréis gozar de un magnífico espectáculo. En un mar de fuego se forman islotes sólidos que sobrenadan, animados con movimientos lentos y toman infinidad de colores, Su superficie se hincha, revienta por el centro y los hace semejantes a minúsculos volcanes. Desaparecen a continuación para dejar sitio a hermosas bolitas verdes, transparentes, que giran sobre si mismas, ruedan, se tropiezan y parecen perseguirse en medio de las llamas multicolores y reflejos iridiscentes. Repetid tres veces la misma técnica y habréis llegado a la MINA de nuestro MERCURIO, y habréis ascendido el primer peldaño de la escalera de los sabios.

La operación se realiza por la vía SECA, es decir, en el crisol, está terminada cuando aparece en la superficie una estrella formada por rayos que emanan de un centro único, prototipo de las grandes rosas (rosetones) de nuestras catedrales góticas. El emblema distintivo del Mercurio es el signo de la buena nueva, sello de Salomón que confirma la unión del Cielo y de la Tierra, del fuego s y del agua t , signos que unidos forman la estrella A , marca segura de procreación, lo que significa fijación del sol. La estrella no se muestra sino después del combate, cuando todo se ha calmado y las primeras efervescencias han cesado. Nuestros propios trabajos nos garantizan una signatura efectiva que presenta todos los caracteres geométricos y regulares de un astro perfectamente dibujado, hecho de líneas entrecruzadas, marca maravillosa del Todopoderoso, polo central, y Estrella del Norte, que nuestro Imán hace aparecer ante ti. El cinturón de Offerus, (léase la Leyenda de S. Cristóbal), aparece pespunteado a rayas entrecruzadas, semejantes a las que presenta la superficie del disolvente cuando ha sido canónicamente preparado, tal es el Signo que todos los filósofos advierten para señalar la virtud, la perfección y la extraordinaria pureza intrínsecas a su sustancia.

En la primera conjunción se produce la primera mortificación (caracterizada por el color negruzco). La disolución, o muerte alquímica, es el hecho capital objeto de las preocupaciones esenciales del verdadero hijo de Hermes, la muerte de la que nace la vida, puede revelárnoslo todo, Ella detenta las llaves del laboratorio de la Naturaleza, ella sola libera el espíritu, encarcelado en el centro del cuerpo material. La muerte es útil y necesaria, hemos recibido licencia del Eterno para provocar la muerte en la materia grave, sometida, según las órdenes de Dios a la voluntad del hombre. Por ella, el espíritu, imperecedero y siempre actuante, resuelve, criba, separa, limpia y purifica el cuerpo, y tiene posibilidad de reunir las partes limpias y construir con ellas su nuevo domicilio, y de transmitir, en fin, a la forma regenerada una ENERGÍA que no poseía. La muerte está caracterizada por la disolución íntima profunda y radical de los cuerpos. Por ello la DISOLUCIÓN fue llamada MUERTE por los antiguos autores, es la primera y mas importante LLAVE de la OBRA. Quien descubra el artificio de la verdadera DISOLUCIÓN y vea consumarse la putrefacción consecutiva (caracterizada por el color negruzco) tendrá en su poder el mayor secreto del mundo.

Para completar lo expuesto por Fulcanelli, citaremos al filósofo moderno OMAR EXOSLIUS, la activación del mercurio alquímico probablemente se deba a la resonancia vibracional de la estructura cristalina de los átomos del compuesto mineral proporcionado por la naturaleza, y que esta resonancia constituye, per se, la VIDA del mismo, vida que hay que saber conservar a lo largo de todo el proceso, lo que constituye la esencia de los trabajos de la Gran Obra (véase "Materia Viva (3), INTERNET, forumalq@altavista.net).

Entre las principales características del MERCURIO de los sabios cabe destacar que su naturaleza es doble, en parte fija y material, en parte volátil y espiritual, y que basta para comenzar, acabar y multiplicar la Obra. Es la única materia de la que tenemos necesidad, es la MINA Y RAÍZ DEL ORO, que se encierra en un aceite transparente que se coagula con facilidad, es la sal de los metales, y la sal de nuestra PIEDRA, tiene estructura cristalina, un parecido físico con la SAL fundida, y transparencia.

Esta es la verdadera entrada al Palacio del Rey, según Irineo Filaleteo, la primera puerta de Ripley y de Basilio Valentín, puerta que es preciso saber abrir para poder obtener la GEMA hermética, o PIEDRA FILOSOFAL.


ESQUEMA DE LA PREPARACIÓN DEL MERCURIO


HIERRO
CRISOL

TAPADO




FUEGO SECRETO
HUMOS




DRAGÓN ESCAMOSO
ROCÍO DE MAYO




SOL




ROCÍO DE MAYO



MERCURIO DE LOS FILÓSOFOS

Y

PRIMER AZUFRE






UN ERROR DE CALCULO DE FULCANELLI (A.Santiago)

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Los textos alquímicos clásicos siempre son susceptibles de múltiples interpretaciones. Si Fulcanelli es importante para la Historia de la Alquimia y para la propia Alquimia en sí, es sobre todo por la razón de su método. Apoyándose en el estudio de los clásicos avanza hasta un lenguaje que nos resulta más cercano en el tiempo y en la forma, ya que no solo no desdeña la comparación con el lenguaje científico ortodoxo u oficial, si no que lo utiliza como un instrumento más para la búsqueda y la investigación alquímica.

Con Fulcanelli parece que se levantan las primeras piedras de un nuevo Paradigma para la Alquimia, llevándola más allá de su matriz aristotélica. Aporta una abundante información que es susceptible de estudio con métodos objetivos, propios de la ciencia actual. En ocasiones parece apuntar a una convergencia entre los saberes clásicos de la tradición alquímica y los conocimientos de la ciencia moderna.

El estudio del "Maravilloso Grimorio del Castillo de Dampierre" incluido en su obra "Las Moradas Filosofales" es casi una obra con sentido y unidad propia, susceptible de extraerse del conjunto de sus trabajos sin muchas pérdidas de coherencia. Bien, pues si os situáis en la sexta serie de artesones, el primero de ellos que lleva por divisa ".CONCVSSVS.SURGO." está dedicado a las multiplicaciones que sufre la Piedra a fin de dotarla de una creciente potencia. Por cada multiplicación la potencia de la Piedra queda multiplicada por 10. Alerta Fulcanelli sobre los autores que afirman el carácter ilimitado de esta multiplicación, ya que en el ámbito práctico...

"Cuanto más progresa la piedra, más penetrante resulta y más rápida es su elaboración: no exige para cada grado de aumento , más que la octava parte del tiempo requerido por la operación precedente. Por regla general -y consideramos aquí la vía larga-, es raro que la cuarta reiteración reclame más de dos horas; la quinta se resuelve en un minuto y medio, mientras que doce segundos bastarían para consumar la sexta: lo instantáneo de semejante operación la convertiría en impracticable...."

(La cita es de "Las Moradas Filosofales"; publicado por Editorial Plaza y Janés)

Datos numéricos tan concretos me llevaron a revisarlos y rehacerlos y comprobé que Fulcanelli comete un error de cálculo, nada trascendente, pero sí curioso.

Fulcanelli ha calculado los tiempos de las Reiteraciones, como afirma, dividiendo el tiempo de la anterior reiteración entre 8, es decir, una Reiteración dura la octava parte de la anterior.

Afirma que la 4ª (cuarta) Reiteración es de 2 horas que al dividir entre 8 nos daría el tiempo de la 5ª (quinta) Reiteración , es decir 0,25 horas. Pasando estas horas a minutos son 0,25 x 60 = 15 minutos y no como el afirma 1,5 minutos. La coma le bailó. Me di cuenta porque cometí el mismo error, hice la multiplicación a mano (Fulcanelli no tenía calculadora) y corrí la coma un lugar menos, como le pasó sin duda a Fulcanelli.

Claro, como cada nueva reiteración la calcula dividiendo el tiempo de la anterior entre 8, este error lo arrastra a la siguiente; en efecto el dividir 1,5 minutos, que son 90 segundos, entre 8 obtiene los 12 segundos (11,25 segundos que redondea a 12 segundos) de la 6ª (sexta) Reiteración.

Pero como no eran 1,5 minutos, si no 15 minutos, al dividir entre 8, el verdadero tiempo de la 6ª (sexta) reiteración es de 112,5 segundos, casi dos minutos.

Recapitulando. La siguiente tabla incluye los cálculos de Fulcanelli y los correctos para que los verdaderos valores de las Reiteraciones queden restituidos. Como veis las multiplicaciones con decimales a todos nos juegan malas pasadas.. sobre todo si las hacemos a la manera clásica... con papel y lápiz.


Reiteración
Cálculo de Fulcanelli
Cálculo real corregido

4ª (cuarta)
2 horas (120 minutos)
2 horas (120 minutos)

5ª (quinta)
0,25 horas (1,5 minutos)
0,25 horas (15 minutos)

6ª (sexta)
12 segundos (11,25s. )
112,5 segundos (1,875 minutos)


(NOTA: He resaltado en rojo las cifras erróneas)


Este error no altera en nada el argumento principal de Fulcanelli sobre la imposibilidad material de la 6ª (sexta) Reiteración, pues, sean 12 segundos o el tiempo real (112,5 segundos) menos de 2 minutos, lo instantáneo de la operación la hace poco o nada práctica.

Los cálculos son fáciles, basta multiplicar por 8 para conocer el tiempo de la Reiteración inmediatamente anterior o dividir entre 8 para conocer el tiempo de la Reiteración siguiente.

La tabla completa de los tiempos requeridos por las Reiteraciones, según la regla de la octava parte y una vez corregido el error, queda como sigue:




Reiteraciones
Duración (regla de las octavas)

1ª (primera)
1024 horas (42,6 días)

2ª (segunda)
128 horas (5,3 días)

3ª (tercera)
16 horas

4ª (cuarta)
2 horas

5ª (quinta)
15 minutos

6ª (sexta)
1,8 minutos (112,5 segundos)


No olvidemos que todos estos cálculos son, y así lo advierte Fulcanelli expresamente, para la vía larga. El tiempo de la primera Reiteración, unos 42 días, coincide en todo con lo que advierten hasta la "reiteración" todos los textos clásicos.



©Antonio Santiago

Abmartin@arrakis.es

31 de agosto de 2002

LA ALQUIMIA, CIENCIA ESPIRITUAL (J.A. Puche Riart)

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INTRODUCCIÓN.-

Los Hijos de la Ciencia a los cuales alude con reiteración necesaria el autor de este maravilloso texto, sabrán agradecer el increíble esfuerzo que significa decir en un lenguaje directo, ausente del revestimiento simbólico de los clásicos tratados, lo que constituye efectivamente la preocupación primera del Alquimista; tema, digámoslo aquí, que ha sido tan debatido por los sofistas de siempre.

En los textos de José Antonio Puche Riart habita el fuego que enciende el amor por el Arte, expresado con una simpleza prodigiosa que hará más clara la interpretación de los manuscritos legados por los Sabios de la antigüedad. Esto, porque como dice el Libro de nuestra Fe, llegará un día en que todo ha de ser revelado. Y así, el verdadero Artista - como lo es José Antonio Puche Riart - será alguien generoso, que sólo usará la complejidad en el lenguaje cuando el mismo Secreto lo exija, y no para dar muestras de una erudición que en algunas ocasiones no es más que un ropaje artificial, sin alma, y que nada tiene que ver con la Gnosis, que es captación de la luz divina en el corazón, sede según los Padres de la Iglesia, del Intelecto.

Por otra parte, en los párrafos siguientes se da una visión apropiada de las relaciones de la Alquimia con la ciencia química, vínculo polémico que ha llevado a muchos a caer en uno o en ambos de los siguientes errores: Primero, que nuestro Arte es una prequímica, lo cual ya ha sido suficiente y definitivamente desmentido por Fulcanelli en sus Moradas; y segundo, la existencia de dos alquimias (una interna y una externa; una espiritual y la otra operativa), descabellada conclusión surgida posiblemente del desprecio de algunos hacia la materia.

Quien olvida que la materia es en el fondo santa, nunca podrá comprender el trabajo del Alquimista, labor que se asemeja mucho a la del agricultor, por lo que en muchas ocasiones se la denomina "Agricultura Celeste".

Que el lector medite acerca de lo que es Alquimia. Y que no olvide que en este terreno - el del Arte Regio -, más que en otros, nada podrá hacer si no se le ha concedido el Donum Dei.

Pues la Gran Obra requiere del maravilloso Rocío Celeste, que es la expresión del Espíritu del Mundo, actuando por igual hacia todos los seres; pero percibido sólo por aquellos que han orado y trabajado las 25 horas del día.

LAUS DEO

Sergio Fritz Roa

Santiago de Chile, 24 de Abril de 2002.




LA ALQUIMIA, CIENCIA ESPIRITUAL
José Antonio Puche Riart






INDICE

Introducción


Los Hijos de la Ciencia


La búsqueda


La inteligencia mineral


El proceso químico


El proceso físico


Las energías sutiles


La materia ¿a qué es sensible?


La energía espiritual


El laboratorio y las energías sutiles


La evolución del alquimista









1 – INTRODUCCION

Saludos cordiales.

Este texto lo redactamos a primeros de abril de 2.002. El motivo de su redacción es una petición particular para exposición de este conocimiento.

El texto lo dedicamos a nuestra hija Silvia, y nuestros amigos alquimistas Omar Exoslius, Flordete, Leo Rubens y Sergio Fritz

El autor de esta composición,

J. A. Puche Riart

2.-LOS HIJOS DE LA CIENCIA

En los textos alquímicos suele aparecer una referencia permanente: "Los hijos de la Ciencia". Muchos nos hemos preguntado con frecuencia a quienes se referían los antiguos Filósofos cuando hablaban de ellos, e incluso muchas veces nos sentimos identificados con ellos al proceder a la lectura del texto. Pero, ¿quiénes son estos hijos de la Ciencia? ¿Para quién escriben los alquimistas? Preguntas de difícil contestación. No escribieron para ellos mismos, para vanagloriarse de haber alcanzado el Precioso Don de Dios. Tampoco para el común de los mortales, incapaz de percibir la realidad expresada en sus líneas. Buenos textos, mucho trabajo, un solo objeto: Transmitir la verdadera Ciencia con Conciencia, la Alquimia, a aquellos que puedan comprenderla.

Los textos están dirigidos solamente a aquellos hombres que han alcanzado el nivel de conciencia requerido por la Alquimia. Su misión es introducirlos en la práctica, y sólo aquellos que superen este nivel tendrán la posibilidad de acceder al conocimiento y practicar con éxito el verdadero Arte de la Alquimia.

Sabiendo claramente para quiénes escribieron los Filósofos, nos queda averiguar qué requisitos cumplen los hijos de la Ciencia y comenzar a penetrar un poco más en los misteriosos arcanos de esta Filosofía Natural. Los autores no son muy explícitos al respecto y mucho hay que rebuscar en la literatura alquímica, entre cientos de polvorientos legajos y olvidados manuscritos de las más nutridas bibliotecas. Por suerte ahora existen abundantes reproducciones en Internet de los manuales más conocidos de nuestro Arte, antiguos y modernos.

El perfil del buscador del Arte es el clásico, igual que en el pasado, una constante universal, independiente del nivel de estudios de la persona. El Trevisano, Pontano, Cyliani, y muchos otros pasaron un duro calvario buscando. Investigando. Una gran fuerza atractiva producida por la Alquimia les supera y les arrastra haciéndoles luchar contra viento y marea. Consume sus existencias en la búsqueda de una Ciencia que acaba conviertiéndose en realidad en sus manos, tras años de duras y penosos recorridos.

Muchos de los buscadores fracasan, y no llegan a buen puerto, al no ser capaces de realizar una correcta interpretación de los textos. Otros mueren atacados por los ácidos, los vapores mercuriales, las explosiones y los incendios en los laboratorios, otros son asesinados por sus contemporáneos en busca del vil metal, y los hay de los que terceros se benefician de sus descubrimientos, tal es el caso de Cyliani, al que su patrón intentó asesinar, sobreviviendo a duras penas.

En la actualidad los aficionados a la Alquimia son mucho más numerosos de lo que cabría suponer en un mundo tan masificado, globalizado, comercializado, y dominado por las ateas leyes del comercio. Las ediciones de las obras de Alquimia son más abundantes que nunca, y denotan el resurgir de una Ciencia, muchas veces declarada extinguida por aquellos que no han sido capaces de comprenderla en su más completa amplitud: La Vanidad.

No hace falta retrotraernos en el tiempo para estudiar el prototipo del Filósofo y del hijo de la Ciencia para llegar a conocer su personalidad y saber que es lo que los distingue de los demás. Los tenemos entre nuestros contemporáneos y viven con nosotros. Son personas como nosotros, con sus defectos, sus problemas y sus historias.

3 LA BUSQUEDA

A lo largo de nuestra existencia nos dedicamos, además de los estudios oficiales, a estudiar e investigar muchas cosas relativas a las ciencias llamadas esotéricas: A nuestros diecisiete años uno de los profesores de Preuniversitario (que es médico) nos recomendó la lectura de un conocido libro de Lobsang Rampa, el Tercer Ojo (publicado por Ediciones Troquel, de Buenos Aires, Argentina). Como estudiantes díscolos, como éramos, no hicimos caso durante varios años, cayendo al final en nuestras manos. La lectura del libro nos hizo comprar todos los libros que podíamos encontrar del autor, conforme se iban publicando y nos aficionó a conocer otros aspectos del ser humano, pensamos que podrían llegar a estar a nuestro alcance.

Pero las lecturas de autores como Annie Besant, Helena Petrovna Blatvaski, Dion Fortune, Silo, y muchos otros nos dejaban completamente insatisfechos. Apenas cubrían las necesidades espirituales que sentíamos en aquellas épocas.

Cuando cayó en nuestras manos el primer libro de Fulcanelli, "El misterio de las Catedrales" (publicado por Plaza y Janés, Madrid, España), nos sobrecogió la cantidad de secretos que encerraba, la amplia cultura del alquimista, que en un ambiente centrado en la Edad Media definía los misterios de la Alquimia, tan oscuramente que a duras penas entendíamos la verdad en sus palabras.

Verdaderamente, aún faltaban muchos años para que pudiésemos ser capaces de comprenderlo. Las enseñanzas de Eugène Canseliet nos parecieron tan buenas cómo las de Fulcanelli, y tras arduos años de estudio nos permitieron ver las líneas generales de la vía del antimonio, la que el Sr. Canseliet enseña en sus libros.

Pasaron los años, y nace la época dorada de la Alquimia, se publican muchísimos libros hasta entonces inencontrables, y después se fueron incorporando a Internet, de modo que la información corre fluida clara y cristalina.

Una extraña serie de circunstancias nos hicieron conocer al alquimista español Simón H. y conocer su Obra, llegando a ser uno de sus alumnos, de ese modo pudimos saber el verdadero principio de las vías húmedas, especialmente el de la Universal, y gracias a él conocimos a los más interesantes alquimistas del mundo contemporáneo, procedentes de diversos países.

Conviene aclarar que la vía de Simón H. no coincide con las de Ireneo Filaleteo, Nicolás Flamel, ni con ninguna otra, no obstante las líneas generales de su operativa son extraordinariamente similares a las de las vías húmedas, a pesar de que esa vía es una de las más secas del Arte. En la actualidad no continuamos con Simón H. aunque lo consideremos un buen amigo, al no coincidir con sus puntos de vista particulares sobre la Alquimia. Reconocemos que nadie cómo él puede enseñar la parte filosófica, la más difícil de enseñar, y rige los patrones de conducta e inspiración de los verdaderos alquimistas.

Nuestras ideas se han asentado, y poco a poco se han ido deslindando los distintos procedimientos que siguen los alquimistas para conseguir la Piedra Filosofal. El contacto con otros alquimistas, y el trabajo personal nos han llevado a una visión de la Alquimia más clara y objetiva que hace unos pocos años.

También debemos agradecer a nuestro buen amigo Omar Exoslius el grado de conocimientos que hemos alcanzado. Es uno de los alquimistas que más lejos han llegado en el conocimiento de este viejo Arte y retomado la llama de la antigua Sabiduría legada por los antiguos Maestros.



4.- LA INTELIGENCIA MINERAL

"Inteligencia mineral": Sorprendente nombre para un hecho natural. Los minerales no piensan, ni son inteligentes, pero obedecen las Leyes dispuestas por el Supremo Creador conformes a su naturaleza. Para poder introducirnos en el concepto físico de la inteligencia mineral conviene mirar las cosas desde un punto de vista histórico y tratar de llegar filosóficamente a la base fenomenológica que rige la Alquimia.

Numerosos son los testigos de transmutaciones a lo largo de la Historia. Muchos de ellos insignes científicos de cuya reputación es imposible dudar. Por eso si admitimos cómo ciertos los testimonios de las transmutaciones cómo certeros, concluiremos que éstas obedecen a leyes físicas determinadas.

Todas las transmutaciones tienen un factor común, la Piedra Filosofal, tanto las producidas por la misma piedra, como las producidas por la mayoría de los particulares, que se basan en el conocimiento incompleto de la materia de la Piedra.

En la actualidad, las Ciencias conocen las transmutaciones producidas por las cuatro series de elementos radiactivos, una serie es natural y tres son artificiales. La naturaleza física de las transmutaciones alquímicas no se puede escapar al ojo de águila del científico, no son transformaciones químicas, por mucho que se empeñen los espagiristas de tres al cuarto. El estudio técnico ha comenzado a conocerse a finales del siglo XIX con las investigaciones de los esposos Curie, y se han comenzado a conocer por la Física del siglo XX, especialmente la nuclear y la mecánica cuántica.

Fulcanelli nos da una explicación (en términos alquímicos) del proceso energético que rodea la misteriosa Piedra Filosofal. Se trata de un producto capaz de acumular cada vez más energía a lo largo de un proceso reiterativo. A cada repetición del proceso, o Rueda, la energía "ígnea" que posee la Piedra se multiplica por diez, también la capacidad multiplicativa de la Piedra y la potencia transmutatoria.

Si vamos un poco más hacia el interior trataremos de ver qué ocurre a escala microscópica y macroscópica, nos interesa saber cómo una sustancia puede activarse y almacenar una gran cantidad de energía. La mejor forma de llegar a conclusiones correctas es la interpretación de los textos de los antiguos autores seleccionados entre aquellos considerados buenos y fidedignos desde el punto de vista de nuestra experiencia, y desechando los textos de los que han oscurecido el Arte de la Alquimia.

Hay una general coincidencia entre los autores en considerar que los metales una vez se han fundido, están "muertos", es decir, que han perdido su capacidad de activación en el proceso de la Alquimia: Antes de la fusión estaban vivos, una vez se funden y solidifican de nuevo, "mueren". Por tanto, la vida se debe buscar en el Reino Mineral, en tanto no se hayan manipulado los minerales.

La vida mineral se explica por la existencia de una red energética a nivel subnuclear (que por excitación térmica se rompería), y que es la responsable de los curiosos fenómenos energéticos que tienen lugar en la Piedra Filosofal. Siempre y cuando los productos relativos a la Piedra Filosofal se extraigan con una energía menor a la que destruye la citada subestructura subnuclear, esta tendría la capacidad de ser activada y producir los fenómenos descritos en los textos clásicos.

La inteligencia mineral es la capacidad de ordenación que presenta la materia viva, que siempre se realiza de idéntica forma, como consecuencia de la actividad de la red energética a lo largo del proceso filosofal. Es un fenómeno con una gran entropía negativa, propia de todos los fenómenos producidos por la materia viva, y la máxima expresión posible dentro del Reino Mineral.

Esta capacidad de ordenación también tiene sus efectos sobre el operador, cómo veremos en los siguientes capítulos.

5 EL PROCESO QUIMICO

Todas las vías de la Alquimia describen una serie de procesos químicos. Aparentemente son diferentes entre sí, y resulta extremadamente difícil encontrar los nexos de unión que identifican unos con otros.

El conocimiento de los procesos químicos que tienen lugar en la materia alquímica es fundamental para identificar que procedimientos son viables y cuales no, a priori. Muchas veces los alquimistas trabajaron en vano al emplear materias que la acción del fuego había destruido por completo en lo referente al substrato energético. No obstante lo dicho, esto no quiere decir que no se puedan emplear en los procesos intermedios, o al final se hagan acompañar de otra materia susceptible de activación en el momento adecuado.

Por otra parte, la pureza de las sustancias que intervienen en los procesos químicos de la Obra debe ser cuidada en extremo, para impedir la contaminación con materias ajenas o impropias para los trabajos. No obstante la pureza de los materiales no debe de ser llevada más allá de lo los límites que convengan para cada una de las fases intermedias. Lo perfecto es enemigo de lo práctico.

Los métodos científicos no son enemigos de la Alquimia, más bien al contrario. El conocimiento exacto de los procesos químicos y de los productos permite realizar muchas simplificaciones válidas desde el punto de vista energético y ahorrar mucho trabajo, especialmente en los procesos para la obtención de las sustancias que componen el huevo filosófico.

Las técnicas modernas, basadas en el conocimiento de los reactivos y de los productos comerciales que se emplean en los laboratorios permite al alquimista ahorrarse muchos de los trabajos que eran absolutamente necesarios en la antigüedad, especialmente porque los productos son de pureza garantizada. Una vez conocidos los procesos y las técnicas, las simplificaciones inherentes a los procesos permiten la fabricación del huevo filosófico en breve plazo, en el caso de la vía más sencilla.

En otras vías el proceso es más lento, porque no ha sido posible hacer muchas simplificaciones, y porque los tiempos de reacción son a diferentes velocidades. Hay procesos que requieren bastante tiempo para su realización porque hacen falta materiales preparados y muchas reiteraciones del mismo procedimiento. Por ejemplo tal es el caso de las famosas "águilas" que enseña el maestro de Alquimia Simón H.

La frase clásica "La piedra no admite nada extraño a su naturaleza" es completamente cierta. Una vez se conocen los productos que componen la piedra filosofal, sabremos que se puede emplear para su confección, qué contamina y qué no, las sustancias que forman el huevo filosófico. Por eso el conocimiento científico es fundamental para saber "cocinar" y trabajar con productos garantizados que aseguren el éxito con los productos filosóficos. Solo se pueden emplear sustancias afines a la Piedra Filosofal, es decir de su misma naturaleza.

La Piedra Filosofal es el resultado de la conjunción del Azufre Filosófico y del Mercurio Filosófico, sea cual sea la Obra. Los antiguos hablan del Mercurio Doble o Rebis, y también del Mercurio Triple, en función de la vía seguida, ya que en algunos casos se incorpora una tercera materia en el Huevo.

El Azufre Filosófico y el Mercurio Filosófico son sustancias determinadas y concretas, que se deben de obtener de modo que no se pierda la subestructura energética del mineral. La química moderna ayuda a la elaboración de estos productos facilitando enormemente la labor del alquimista, que a su vez debe velar por la "canonicidad" del proceso, para no desvirtuar las propiedades requeridas.

El conocimiento técnico es bueno para el alquimista, a despecho de la opinión de algunos alquimistas que no admiten más posibilidades que aquellas que se ven capaces de intuir. El respeto y la aceptación del conocimiento simplifican los trabajos, mejoran la calidad de los productos obtenidos y facilitan enormemente las labores propias del alquimista, descargándolo de trabajos inútiles.

El apoyo de unos medios técnicos adecuados permite mejorar el control del proceso, y evita accidentes que podrían destruir su obra con facilidad por errores, sin duda, involuntarios .

6.- EL PROCESO FISICO

Una vez obtenidos el Azufre y el Mercurio Filosóficos conviene proceder a la inmediata preparación del huevo filosófico. Los productos alquímicos mantienen de una manera metaestable la subestructura energética del mineral, como no es posible la duración indefinida de dicho estado, lo más recomendable es proceder a la conjunción y preparar el huevo filosófico de inmediato en cuanto se han obtenido. Si no se realizase se produciría la pasivación alquímica de los materiales, que ya no servirían para la Obra.

El huevo se fabrica de cristal, y generalmente se emplean los de borosilicato comerciales, y una vez introducidos el Azufre y Mercurio filosóficos se hace el vacío, y se cierra, como describe el Mutus Liber en la lámina en la que el operador sorbe el aire con una cañita de su interior.

Una vez cerrado se introduce en el horno filosófico, el Athanor , y se procede a una cocción dentro del estrecho margen térmico de tolerancias, iniciándose de este modo el curioso proceso físico que produce la Piedra Filosofal, y que hasta la fecha la Ciencia oficial no ha sido capaz de desvelar.

Para introducirnos en el meollo de la cuestión energética tendremos que enfocarlo desde el punto de vista histórico, y paso a paso centrarnos en lo que nos interesa: Hay infinidad de testimonios de personas que han realizado o visto transmutaciones metálicas. Los testigos han sido científicos de gran valía, y no se puede dudar de la veracidad de su testimonio, por lo que aceptamos que estos dijeron la verdad.

Las transmutaciones sabemos que requieren una gran energía, y que es de extrema dificultad su realización: Las centrales nucleares requieren unas grandes vasijas que impiden la salida de la radiación y de los productos radiactivos hacia el exterior, además sólo tienen lugar dentro de las cuatro series radiactivas, tres artificiales y una natural. Las transmutaciones siguen unas reglas establecidas por la naturaleza, y no resulta nada fácil, por no decir imposible salirse del orden establecido.

Los medios empleados son muy costosos, ciclotrones tal como el del C.E.R.N. en Suiza, que se mantiene por varias naciones de la Unión Europea, permiten acelerar partículas casi a la velocidad de la luz, y hacerlas impactar contra la materia, siempre reacia a dejarse modificar.

Sorprendentemente los alquimistas han sido capaces de transmutar los metales en oro o plata, y según unas reglas de proporcionalidad determinada, en función de la "potencia" acumulada en la Piedra Filosofal. Estas relaciones de proporcionalidad son siempre las mismas, lo que nos hace pensar que obedecen a un fenómeno físico que la ciencia oficial no ha estudiado todavía.

¿Cómo y qué clase de energías maneja la Alquimia?.

Entrar en este campo no estudiado siempre genera polémicas, a lo largo de la historia científica se han generado grandes debates y posturas que algunas personas han mantenido durante años y se han disuelto cómo el azúcar en el agua, a lo largo del tiempo. Después ha quedado el conocimiento puro y llano que los científicos vamos aceptando poco a poco, y que es la base de toda la sabiduría actual.

El estudio de los campos de energías debemos hacerlo considerando la viabilidad técnica de la Alquimia, considerado desde el punto de vista de los alquimistas, que son los que han experimentado en este campo desde hace muchos siglos. El problema más difícil es la adecuada traducción e interpretación de sus expresiones (aparentemente esotéricas) al lenguaje técnico moderno, mucho mas inteligible para el investigador de nuestros días.

Los trabajos de la Alquimia, excepto en las vías secas, se realizan a temperaturas relativamente bajas, distintas según la vía seguida, y dentro de una estrecha banda de temperaturas, que varía con el Régimen de la Piedra.

En la actualidad estamos investigando para que todo el proceso se controle automáticamente a lo largo de toda la cocción de la Piedra Filosofal, sin la intervención física del Alquimista. De este modo sólo se requeriría la presencia del operador, para permitir la continuidad del proceso de intercambio energético entre el alquimista y su huevo.


Este es el sueño de los alquimistas de todos los tiempos, que siempre se vieron obligados a realizar penosas tareas que, hoy por hoy, las técnicas están en condiciones de solucionar.

7.- LAS ENERGIAS SUTILES

La activación de la materia filosofal está relacionada con las energías sutiles. Todos los alquimistas reconocidos como Adeptos (poseedores de los secretos de la Piedra Filosofal) declaran que existe una relación espiritual entre la Piedra que elaboran y ellos mismos, al contrario de lo que ocurre con los fenómenos químicos, que son independientes del lugar, y del operador, y siempre suceden de la misma manera, lo que es un hecho científico de por si.

Naturalmente que las Leyes de la Alquimia son diferentes de las de la Química (excepto en las primeras fases en que son tangentes). La Química y en si mismos todos los procesos puramente químicos son incapaces de realizar transmutación alguna. Incluso los procesos que describe Fulcanelli como capaces de generar "oro naciente" por disolución de plata en ácidos han resultado ser completamente falsos al ser investigados por científicos contemporáneos: Donde no hay oro, no se puede sacar oro. Una verdad química que se aplica a todo proceso químico o espagírico.

Para poder estudiar la Alquimia con detenimiento, pacientemente y en profundidad, la química debe de ser dejada completamente de lado, y no tocarla más allá de lo necesario, sólo en lo referente a la sistemática de producción de los componentes del Huevo Filosófico. Las razones son evidentes: Las experiencias transcendentes de la Alquimia nada tienen que ver con la Química.

Las energías que se acumulan en el huevo filosofal son muy potentes. Los Filósofos por el fuego (o alquimistas conocedores del secreto), recomiendan no pasar de cierta cantidad de materia en su huevo, el incumplimiento de estos condicionantes puede dar lugar a graves accidentes: En la Edad Media varias ciudades europeas desaparecieron en medio de pavorosos incendios cuyo origen permanece en la más tenebrosa oscuridad y que atribuimos a explosiones de huevos alquímicos demasiado grandes. Viene a ser equivalente a la superación de la masa crítica de un producto radioactivo a la que sigue su desintegración, aunque en la Alquimia el proceso se desencadena de manera completamente diferente.

Recordemos la gran cantidad de energía que se requiere para realizar transmutaciones, si esta se liberase de golpe sería terrible el efecto sobre su entorno. No es imposible la hipótesis sustentada a la vista de los hechos citados. Una explosión de estas características es parecida a una explosión nuclear: Una liberación súbita de una enorme energía, muy capaz de producir una terrible destrucción en poco tiempo.

Los alquimistas siempre guardaron su secreto, incluso algunos de ellos fueron torturados hasta la muerte sin que lo revelasen, tal es el caso del Cosmopolita.

La Ciencia Oficial no se ha visto con fuerzas para afrontar este reto, y sistemáticamente se niega a estudiar aquello que se ve sin capacidad de comprender. Así ha sido con las diferentes barreras que el hombre ha sobrepasado paso a paso, sírvase por ejemplo saber que se pensaba que el aire mataría a las personas que sobrepasasen la velocidad de un caballo. Otro mito superado es la suposición de no poder sobrepasar la velocidad del sonido. Y muchos otros mitos. Retos actuales son las telecomunicaciones más rápidas que la luz, la teletransportación, las naves FTL (mas rápidas que la luz), y muchas otras cosas aparentemente imposibles hoy.

El secreto hermético que guardan los alquimistas, y que refuerzan haciendo un Juramento de silencio, es una necesidad muy relacionada con el fluir de las energías sutiles, y también con la actitud del alquimista, que a nivel interno es quien las controla. Ningún alquimista ha llegado a obtener la Piedra Filosofal sin haber adoptado esta actitud, la más correcta posible cara a favorecer el flujo de intercambio de las misteriosas energías que fluyen entre él y a su huevo filosófico.

Curiosamente tampoco se sabe de la existencia de ningún alquimista ateo, la disciplina de la oración y la meditación es una importante llave para la Gran Obra: Todas las fuerzas tienen un único origen, el Gran Arquitecto del Universo. Esta es una de las razones que los hacen ver como místicos, y extremadamente piadosos, así se refleja en sus escritos, que a menudo parecen una oración.

8.- LA MATERIA ¿A QUE ES SENSIBLE?

La materia filosofal es capaz de almacenar unas energías descomunales, a lo largo de su cocción en el huevo. Alquimistas hay que han llegado al exacto conocimiento del Huevo Filosofal. Solo unos pocos han sido capaces de hacerlo madurar y conseguir la Piedra Filosofal.

La Alquimia contiene importantes secretos que sacar a la luz, para conocer su intima naturaleza y saber las condiciones que la hacen posible. En definitiva, se trata de saber cómo, a qué y porqué la materia es sensible, y la mejor manera de activar todo el proceso filosofal: Éste es el secreto mejor guardado de los todos los tiempos. Está muy relacionado con las energías sutiles, algo que los científicos modernos estamos empezando a conocer poco a poco.

Los alquimistas han ido dejando una serie de hitos o pistas que los hijos de la Ciencia pueden llegar a interpretar, no sin gran pena y sacrificio, una información no procesada que requiere el apoyo de ciencias tan dispares como la metafísica, la mecánica cuántica, y la física nuclear moderna, dejando de lado la química una vez llegados al secreto compuesto del huevo filosofal.

La literatura al respecto es muy reducida, pocos han llegado al huevo, y menos disponen de la base física, matemática y filosófica para determinar los porqués de lo que verdaderamente ocurre en el interior del huevo filosofal cuando se producen los fenómenos descritos en la literatura alquímica.

Veamos el punto de vista de los autores al respecto: Los metales fundidos y resolidificados están muertos, no tienen valor alguno para la Obra, es decir si se introducen en el huevo filosófico este no reacciona, y no se puede obtener la Piedra Filosofal a partir de ellos. Por otra parte la Alquimia se dice que está centrada en el Reino Mineral. Para los alquimistas los minerales están vivos, es decir, conservar la actividad que la Naturaleza les dio en su nacimiento, y que los alquimistas saben mantener hasta la introducción de su compuesto en el huevo.

Los procesos químicos que conducen a los componentes del huevo para que sean útiles a la Alquimia deben, por tanto, mantener esa vida natural, los tratamientos deben de ser cuidadosos, y con unas temperaturas lo suficientemente bajas para no perturbarla.

La vida mineral es un concepto técnico de muy difícil explicación. Hasta la fecha nadie ha intentado expresarla con ecuaciones matemáticas, aunque sea susceptible de modelización. Solo el alquimista español Omar Exoslius ha sido capaz de intuir la íntima naturaleza de la misma. Este alquimista es un ilustre científico, cuyo nombre reservamos, y que trabaja como ingeniero en los laboratorios de una gran compañía.

En definitiva, la materia original dispone de una red energética a nivel subatómico que es la responsable de las orientaciones a nivel atómico y subatómico que permiten los fenómenos energéticos observados por los alquimistas. Esta red energética la denominaremos red sutil y su explicación en términos técnicos modernos está muy próxima a los fenómenos de superconductividad eléctrica, con los que comparte algunos de sus efectos físicos.

La temperatura de fusión del metal, los ataques con ácidos o bases fuertes muy concentrados, la tostación, e incluso un machaqueo demasiado enérgico, pueden producir la rotura de los enlaces de esta red sutil, debido a las cantidades de energía presentes, superior a la delicada energía que deshace estos puentes energéticos de manera irreversible. Una vez rotos los enlaces de la red sutil, el material está "muerto", y no reaccionará jamás en el huevo, aunque tenga las mismas propiedades químicas que el material "vivo". No se ha descubierto en la actualidad todavía técnica alguna para poder reconstruir esta red energética sutil tal como la suministra la naturaleza, lo que obliga a trabajar cuidadosamente con todos los productos para mantenerla a lo largo del proceso químico de elaboración y durante la cocción en el huevo alquímico.

La sensibilidad de los productos alquímicos es extrema, la simple exposición a la luz del sol los destruye a nivel alquímico. El fenómeno de la vida mineral es metaestable y resulta posible perderla con gran facilidad. Los alquimistas toman grandes precauciones a lo largo de todo el proceso, para asegurar que todo funcione correctamente hasta la conclusión de los trabajos. Todos los alquimistas están de acuerdo en la extrema sensibilidad de su materia ante los estímulos externos.

9.- LA ENERGÍA ESPIRITUAL

La extrema sensibilidad de la red energética sutil de la materia filosofal del huevo la hace influenciable por energías no tenidas en cuenta por la ciencia ordinaria: En concreto a la energía espiritual del alquimista. De sobras es sabido que el alquimista nace, no se hace, esto encierra una gran verdad: El alquimista es el único ser que es capaz de activar esta red sutil y provocar la iniciación del proceso alquímico en el huevo. Nadie que no sea alquimista nato podrá conseguir que el huevo se active. Esta es una barrera natural de imposible traspaso para personas ajenas al Arte.

Esta interacción entre el alquimista y su Piedra es motivo de irrisión por parte de los químicos, porque entra en contradicción con los más elementales principios de la Química. Esto ha provocado el continuo desdén de la Alquimia por parte del colectivo desde los tiempos de Lavoisier. Pero no hablamos de química, sino de otra fenomenología bien diferente, de carácter puramente físico, en el que la Química nada debería decir, o si lo hace, que sea con gran prudencia.

La naturaleza exacta de estas energías podrá ser estudiada por la física, y alcanzar a saber el cómo y el porqué. Es de gran interés saber cómo se activan los nódulos energéticos en el material alquímico y este se acaba transformando en la medicina universal o en el polvo transmutatorio. Es decir en la verdadera y genuina Piedra Filosofal.

La única fuente de la que podemos beber para conocer la naturaleza energética de las fuerzas que afectan al huevo son los propios alquimistas. Invariablemente aparecen correspondencias de tipo espiritual muy determinado, el perfil casi místico de los antiguos alquimistas, la profundidad de su pensamiento, las inquietudes y su pasión por la Alquimia. El análisis psicológico de estas personas se nos escapa debido a nuestra especial formación en el ramo de las ingenierías, y más pobre en el campo de las ciencias humanas.

No obstante lo anterior, hemos encontrado una terminología adecuada para mostrar la verdadera dimensión de la Ciencia Alquímica, y procuraremos perfilar una idea general de su funcionamiento a nivel divulgativo, haciendo hincapié en aquellos aspectos que destacaron los alquimistas, como es nuestro más vivo deseo.

Todas las cosas tienen su explicación, si se sabe encontrar el por qué y el cómo podremos entender a los grandes Maestros en su verdadera dimensión. Ellos trabajaron siempre solos, con absoluta independencia y discreción, y salvo Flamel, que todo compartía con su amable esposa, en sus laboratorios jamás pasaba persona ajena a los mismos. También llevaron a efecto el secreto alquímico a ultranza.

El motivo de este secretismo está muy claro ahora, la naturaleza peculiar de la materia alquímica realiza un intercambio energético con el alquimista. Cualquier perturbación ajena podría perturbar el normal desenvolvimiento del proceso. La materia es sensible al estado espiritual que el alquimista tiene, y su energía cataliza y coadyuva al proceso de elaboración de la Piedra Filosofal.

El alquimista principiante no es todavía consciente de este intercambio energético que se viene produciendo desde la primera manipulación del mineral, en la obtención de los diferentes productos que conforman los pasos para la elaboración de su primer huevo, y especialmente durante la cocción del mismo en el Athanor.

Los Filósofos siempre recomendaron que sea el alquimista el que realice todos los trabajos, desde la primera molienda, hasta la terminación de la última quintaesencia. La falta del alquimista es un grave inconveniente para el huevo, ya que modifica el natural intercambio energético espiritual entre las dos partes, y puede acabar en una desorganización completa del contenido filosofal.

Solamente Filaleteo dice que algunos trabajos preliminares se pueden encargar a un químico. Pero siempre bajo la supervisión del alquimista, y esto es debido a la gran dureza de los trabajos de Hércules: Los preparativos para empezar la Gran Obra.



10.- EL LABORATORIO Y LAS ENERGÍAS SUTILES

El laboratorio adecuado es la primera premisa para empezar una obra alquímica. Si no se dispone de un buen laboratorio, es mejor no comenzar.

Entendemos cómo buen laboratorio el que cumple con unos requisitos mínimos de ventilación, y superficie, adecuados para la especial naturaleza de nuestros trabajos. Hace falta poder trabajar en la oscuridad o con una luz tenue para realizar algunos de los trabajos. Tampoco ha de haber vecinos situados a más altura de los puntos de ventilación porque se emiten gases tóxicos en algunas fases del proceso. Ha de disponer de chimenea para evacuación de los gases y ventilación forzada. También armarios suficientes para almacenamiento de lo necesario para los trabajos, un frigorífico, y gas natural o embotellado, luz eléctrica, y agua en sus proximidades, para limpiar los cacharros necesarios. Las necesidades de superficie son reducidas, unos pocos metros cuadrados. Es fundamental que se pueda cerrar con llave en las ausencias del alquimista.

Si se dispone del laboratorio, habrá que adecuarlo a los trabajos, de acuerdo con las especiales características del material filosofal. La divulgación de estas cosas no forma parte del secreto alquímico, y es necesario al alquimista moderno, que debe saber con qué tipo de materias trabaja y que puede producir la ruina de su trabajo.

La extraordinaria sensibilidad de las materias ante las influencias externas hace necesario tenerlas en cuenta, en especial la situación de las líneas de la red Hartzmann del campo electromagnético terrestre. Ni se deben guardar las materias, ni instalar el Athanor sobre los puntos de cruce de estas líneas. También hay que tener en cuenta la posible existencia de geopatías, considerándolas como anomalías puntuales en el campo magnético, que pueden ser generadas por corrientes de agua subterránea, o por otras razones que no vamos a explicar en estas líneas.

La red electromagnética del campo magnético terrestre no es uniforme, como puede aparentar al profano, se concentra en unas bandas situadas en forma de cuadrícula a unos dos metros unas de otras, orientadas más o menos de norte a sur y de esta a oeste. Estas bandas son de unos 20 cm de ancho, en ellas la energía electromagnética se difunde peor que en las zonas en las que no existen, por lo que su detección es muy sencilla, sin necesidad de sofisticados equipos: Basta disponer de un radio portátil a baterías, y se van dibujando en el suelo, con ayuda de una simple tiza los puntos en los que la intensidad de recepción es mínima. Poco a poco se podrán obtener las líneas de campo que atraviesan el laboratorio, o la vivienda que se estudie, y una vez dibujadas, estarán perfectamente localizados los puntos de cruce, que son potencialmente peligrosos para la salud y también para el huevo filosófico. El personal más interesado puede consultar los textos de Geobiología y de Feng Shui, que se empiezan a encontrar en las librerías.

Las geopatías son anomalías puntuales del campo magnético, y una persona sensible las nota por la sensación de frío o calor que recibe al poner las manos o pies sobre ellas. Son frecuentes, y su localización puede variar lentamente en el tiempo. La clasificación de las geopatías es tan "sui generis" como la de la sensación que se recibe: frías o calientes. Algunas veces, bastantes, están localizadas en los cruces de las líneas de campo.

Otro tipo de campos electromagnéticos a tener muy en cuenta es el de los conductores de corriente eléctrica, al pasar la corriente engendran un campo cilíndrico, que varía en función de la intensidad de corriente. La cercanía de conductores con intensidad suficiente podría ser un inconveniente, no así los detectores o reguladores térmicos, que apenas producen campo magnético. Por esta razón jamás se ha usado un Athanor alimentado por electricidad. Los hornos de carbón usados en la antigüedad son muy engorrosos y se han desplazado por otros de gas.

Para terminar explicaremos por qué los alquimistas siempre mantuvieron sus laboratorios cerrados, lejos del acceso a terceras personas, y con llave. Siempre ha existido el temor de que otros pudieran afectar negativamente el proceso, circunstancia que se ha confirmado experimentalmente en un laboratorio al que se acercó cierta persona, y se llegó a producir la rotura de un huevo sin otra posibilidad de justificación. La rotura del huevo supone la pérdida completa de todo el trabajo, sin posibilidad de recuperación.

Por otro lado desconocemos todos los parámetros que pueden afectar al huevo o extinguir su vitalidad, lo que se traduce en fallos operativos a los que no encontramos justificación.

11.- LA EVOLUCION DEL ALQUIMISTA

Este apartado final es el más polémico, recoge la experiencia personal de otras personas y recoge lo más sorprendente de la Alquimia, la parte espiritual del proceso.

El espíritu del alquimista es la parte divina del hombre, esa chispa que el Creador puso en él, y es el responsable de todos los fenómenos místicos y misteriosos que no se pueden explicar de otra manera hoy por hoy. La activación de la materia filosofal en el seno del Athanor se debe a una interacción directa entre el espíritu del alquimista y la materia aparentemente inerte. El alquimista debe saber mantener la estructura de la red sutil en los procesos alquímicos, mediante un proceso de elaboración extremadamente cuidadoso, y ya en esta fase comienza el intercambio energético, que se traduce en una serie de sensaciones para el operador, que no describiremos, por ser de naturaleza diferente en cada persona.

La confirmación de que el proceso se ha realizado correctamente y de la activación del huevo se confirma con la iniciación del Régimen de Saturno, en el que la materia adquiere una característica coloración negra, el siguiente al Régimen de Mercurio que Filaleteo describe tan bien en su tratado "La entrada abierta al Palacio cerrado del Rey", (Publicado por Muñoz Moya), y que ya se puede bajar gratuitamente en la página web de "Elías el inmortal" (comunidades de MSN).

Una vez iniciada la reacción de activación del huevo, este ennegrece rápidamente, en unas pocas horas, y al color negro los alquimistas lo representan por el jeroglífico del cuervo, y también por la muerte. A partir de este momento se hace más necesaria la presencia del alquimista en el laboratorio, pues se intensifica el intercambio energético huevo – alquimista, este último debe ceder amorosamente buena parte de su energía espiritual a la sustancia, que la absorbe con gran intensidad.

Muchas veces la fuerza de esta cesión de energía vital es tan intensa que el alquimista se siente débil y enfermo ante la vampirización energética de la materia, que le chupa todas las energías que puede para sí. Esta absorción energética es temporal y sirve para sincronizar por completo la vibración de la Piedra Filosofal con la del alquimista, durante este período se dice que el alquimista pasa su propio Saturno. Una vez pasado el Régimen de Saturno comienza el Régimen de Júpiter, y cesa la absorción de energía vital del alquimista, la materia le devuelve con creces lo que le ha sacado, y tira de su espíritu, le transforma, y le suministra vitalidad y nuevas energías de tipo espiritual.

Esta positiva irradiación se incrementa a cada paso, o Régimen y transforma el espíritu del operador, llevándolo a alturas ignotas. La radiación es tan intensa que se llega a notar en forma de presión alrededor de las manos si se ponen alrededor del huevo durante la cocción.

Según algunos ocultistas actuales, las personas que trabajan con la Alquimia se cargan de Luz Espiritual. Esta es la experiencia personal de algunos alquimistas que se han cruzado con videntes y así nos lo han contado. En cada rotación de la Piedra, esta incrementa su energía y también la del alquimista, que así va teniendo experiencias cada vez más transcendentales.

Para terminar este texto diremos que el objeto de los alquimistas no ha sido la transmutación de los metales en oro, sino la de ellos mismos. Grandes alquimistas cómo Flamel la emplearon no en su provecho, sino en el de terceras personas, pobres y necesitadas, creando hospitales y ayudando a las pobres viudas y los huérfanos.

También en contadas ocasiones los alquimistas recurrieron a las transmutaciones para sobrevivir, tal es el caso de Filaleteo, pero les ocasionó graves problemas en el pasado. La utilidad verdadera de las transmutaciones es la verificación de que se posee la Piedra Filosofal.

En la actualidad las transmutaciones de metales se han vuelto más peligrosas que nunca si se pretende colocar el vil metal, especialmente desde que el once de septiembre de 2001 los terroristas echasen abajo las Torres Gemelas en New York (USA): Los servicios secretos han descubierto que las mafias terroristas lo usan como valor seguro y lo emplean como sistema de financiación seguro y tan válido como el dinero en efectivo, además de saber apreciarlo en su justo peso. Los canales de distribución son las sociedades de metales, que discretamente colocan en cualquier parte del mundo un quintal de oro.

Por otra parte las sociedades de joyeros y una parte del mundo mercantil lo usa como medio de vida y no tiene interés en que baje de precio, por lo que difícilmente aceptarían una bajada del precio del oro. Meterse en el mercado sin buenas agarraderas puede resultar excesivamente peligroso.


© J.A.Puche Riart, 2002.

RENÉ SCHWALLER DE LUBICZ: TRADICIÓN HERMÉTICA Y EPISTEMOLOGÍA DEL SIMBOLISMO. Primera parte. (Sergio Fritz).

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(Artículo publicado inicialmente en: http://www.angelfire.com/zine/BLH/12schwaller.html)

"Me reverencio ante la familia de Lubicz"

(Jean Cocteau)



1.-

Si tiene validez calificar al escritor de terror H.P.Lovecraft de "Copérnico literario" (Fritz Leiber), al estudioso de las tradiciones René Guénon de "Descartes de la metafísica", al psicólogo Ken Wilber de "Einstein de la consciencia", no parece pretencioso decir que René Schwaller de Lubicz es el "Champollion del hermetismo".

Y ello porque su obra traduce, comprende y sitúa el lenguaje simbólico arcaico, especialmente de Egipto, de tal forma que podemos decir que sólo el hermetismo luego de los libros de Lubicz es plenamente entendible en su real ( ocupamos esta palabra en sus sentidos de veraz y de regio, tal como se hace con la Alquimia cuando se la llama Ars Regia) dimensión.

En efecto, la titánica contribución a la ciencia de Hermes hecha por Schwaller de Lubicz es de tal significado y extensión que marca un antes y un después en dichos estudios.

Y así, si mientras con Champollion los jeroglíficos son traducibles, con Lubicz son entendibles en su precisa magnitud.


2.-

René Adolphe Schwaller nació el día treinta de diciembre de 1887. Para quienes gusten estudiar lo que algunos califican como "raras coincidencias", anotemos de paso que este mes será un signo revelador en la vida de la familia Lubicz, pues semejanza "curiosa" que nadie ha reparado, ¡tanto René, su mujer y las dos hijas de ésta, fallecen en el décimo segundo mes del año! Y así, René fallece el 07-12-1961, Isha Schwaller de Lubicz el 24-12-1962, Jean Lamy el 07-12-1982 y Lucie Lamy el 07-12-1984.

El número doce será fundamental para nuestro escritor. Incluso el texto alquímico favorito de Lubicz será "Las doce claves" del monje benedictino Basilio Valentin.

Alsaciano de nacimiento, en un periodo en que pertenecía dicha provincia a Alemania, es, sin embargo, el francés el idioma en que se expresará nuestro autor.

Frecuentador de la bohemia parisina, será discípulo del célebre pintor Matisse; director y miembro de la sociedad teosófica francesa, de la cual se alejará rápidamente; contertulio con derecho propio del círculo francés de alquimistas integrado por Pierre Dujols (autor de un excelente trabajo introductorio al "Mutus Liber", como de un manuscrito acerca de la Caballería), Eugéne Canseliet (discípulo de Fulcanelli y autor de "La alquimia explicada sobre sus textos clásicos"), Julien Champagne (el ilustrador de "El misterio de las catedrales" de Fulcanelli) y Henri Coton -Alvart (en nuestro juicio uno de los mejores estudiosos de las ciencias herméticas, comparable en erudición a Dujols y a Lubicz, que no publicara en vida libro alguno, y que sólo recién ahora empieza a darse a conocer en el mundo, gracias a la compilación de algunos de sus escritos, en el libro "Las dos luces").

Autor de una basta obra, René Adolphe Schwaller edita su primer libro ("Estudio sobre los números") en 1917. Al año siguiente crea el grupo esotérico "Les Veilleurs" (Los que vigilan), que tendrá gran aceptación en la intelectualidad ávida de saberes ignorados por el vulgo, y así participan activamente en él, Pierre Loti (autor de hermosos libros de viajes al Oriente), Paul Fort, Fernand Leger, Henri Barbuse y Andre Spire. En aquella fecha editan dos revistas: "L ´Affranchi" (El hombre libre) y "Le Veilleur" (El vigía). Esta organización, según Rebis (Véase: http://www.angelfire.com/zine/cas/schwaller.html), tendrá por objeto despertar la consciencia humana al propósito real de la existencia humana".

En 1919 fundará junto al notable poeta O.W. Lubicz - Milosz (Véase: http://www.angelfire.com/zine/cas/milosz.html), quien le otorgará a nuestro autor por su ayuda en la independencia de los países bálticos el privilegio de llevar su apellido (Lubicz), Henri Coton-Alvart, Allainguillaume y Gaston Revel, entre otros, el "Centro Apostólico". Dicha agrupación pretenderá defender la supremacía del espíritu sobre la materia, la idea de orden y la jerarquía. Los estudios tratados por sus miembros incluirán poesía, alquimia, esoterismo cristiano, kabbalah, y ciencia moderna.

Es útil aquí indicar cómo las ideas de Saint - Yves d´Alveydre - de quien incluso un autor tan exigente como René Guénon admirará -, especialmente el Sinarquismo, impregnan el ambiente que frecuenta y dirige Schwaller.

Estas organizaciones tuvieron una vida breve, debido a las diferencias existentes entre dos de sus miembros principales: el poeta lituano y el matemático alsaciano. Mientras que el primero sentía gran respeto y atracción por el cristianismo y el judaísmo, el segundo era bastante crítico de ambos, sintiendo por las culturas "paganas" una admiración que lo acompañará durante toda su vida.

Si bien es cierto que no fueron muchos los años de Schwaller en París, su influencia aunque sutil en muchos casos, fue notable entre los estudiosos de las ciencias tradicionales, e incluso más allá, extendiéndose a los círculos de poetas. En efecto, el surrealismo de André Bretón conoció muy bien el pensar del hermetista, especialmente su obra "Adam, l ´homme rouge" (Adán, el hombre rojo). Así las artes escritas reivindicaban el viejo lenguaje alquímico, y asumían una visión del todo diferente a los estereotipados cánones burgueses.

INSTRUCCIONES FIDEDIGNAS SOBRE EL ARTE REAL (Sergio Fritz Roa)

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"En definitiva, ¿qué fin tiene ese vaso?"
(San Juan Crisóstomo)



Con gran atención hemos oído y leído las distintas definiciones que se han dado acerca de nuestro Arte, de sus métodos y objetivos.

Una primera observación nos demuestra que tales posturas jamás se habían polarizado tanto como en la actualidad, lo cual es indudable, un signo más de los tiempos, y por tanto tal hecho no nos extraña del todo, si sabemos que tal discordia se produce en la edad contemporánea, la cual simbólicamente corresponde a la Edad de Hierro.

Ya habíamos leído del viejo debate entre "sopleurs" y verdaderos alquimistas. Sofistas siempre han existido; pero, jamás se había manifestado tanta incomprensión en torno a lo qué es la Alquimia, como en los días actuales. Son tan variadas las teorías y sus exponentes, que ya es bueno que se reflexione seriamente sobre lo que está ocurriendo en torno a esta Ciencia Sacra.

Con la ayuda de Dios, a quien agradecemos el hecho de que nos haya permitido tener contacto con verdaderos Sabios, empezaremos a descifrar lo que en verdad significa Alquimia.



2.-

Cuando se quiere hablar de nuestra Agricultura Celeste, menester es remontarse en el tiempo a los días previos a la construcción de la Esfinge y las pirámides, a las jornadas homéricas, a Caldea, a la India antigua...Y también, según los más osados, a la misma Atlántida, cuna de conocimientos, pero por igual de excesos...

Sin embargo, si dejamos de lado el continente atlante, todos están contestes en que los primeros textos provienen especialmente de Egipto, China y Grecia, documentos en los cuales se nos muestra un arte que compilaba saberes religiosos, de astrología, y mineralógicos. Con ello queda claro que mal podía ser nuestro Arte una especie de psicología, como muchos errados modernos suelen creer. La búsqueda del oro o de la inmortalidad, pensaban los antiguos, no podía realizarse sólo con procesos mentales, por muy bien dirigidos que estuvieren.

Sin embargo, y como queda de manifiesto en las anteriores líneas, tampoco nuestro Arte era una pre-química, como los ilusos sostienen. En efecto, la Gran Obra sólo puede darse con ayuda de las divinidades, los astros y ciertas condiciones espirituales muy especiales del operador

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3.-

El arte de los Sabios, durante la Edad Media es un extraordinario cúmulo de conocimientos, cuyas fuentes principales o troncos, son: la Biblia, la Kabbalah, las doctrinas de Platón y Aristóteles, la mitología griega, el Corán, la Astrología y, por supuesto, la mineralogía. Este ecumenismo era real y hermoso, y nada tiene que ver con los lineamientos actuales en que ha caído la Iglesia Católica, aliándose con toda clase de liberales y ateos...y dejando de lado, luego del nefasto Concilio Vaticano II, los símbolos y ritos que la caracterizaban, y donde se ocultaban todos los pasos y emblemas de nuestro Arte.

¡Esplendorosa Edad Media, que los hombres actuales te repelen, pues saben que su forma de vida es lo más contrapuesto a ti, virgen llena de fuego, de ideales, de espiritualidad, y de Sabios! ¡Oh, belleza arquitectónica única, que construiste no sólo templos de piedra majestuosos, sino almas puras y elevadas!

No dejaremos de preferir y reverenciar a este mundo medioeval, sacro y violento, frente al mundo moderno, ateo, sin forma, e hipócritamente pacifista...

Pareciera que con la Edad Media los Sabios se alejaron del mundo; sin embargo, Dios es grande, y éstos aun siguen entre nosotros.

4.-

Y entonces, mis Hermanos, ¿qué busca la Alquimia?

Digamos que no el oro vulgar - por muy bello que éste sea-...Digamos que no la riqueza física -por muchos beneficios que puede traer a su poseedor y a sus semejantes, si es caritativo-La Alquimia busca, en pocas palabras, una Medicina, la cual aumentará nuestra salud, física y espiritual, retornando así el Artista al Paraíso.

Pero si esto busca el Arte Real, ¿por qué los textos narran procesos tan complejos y difíciles de entender para el profano - el Solve et Coagula- que parecen más propios de la química actual que de la Alquimia? Muy simple: pues en los minerales y plantas se encuentra un espíritu que el artista debe conocer y manejar. Y la forma de encontrar estos espíritus sólo puede realizarse por medios físicos y químicos. Tales esencias deben extraerse de los clásicos cuatro elementos -aire, tierra, fuego y agua- como, ¡oh, gran misterio! del mismo operador...



5.-

En la actualidad muchos son quienes se pretenden alquimistas. Especialmente aquellos que nos dicen que el Arte es ajeno a laboratorios y matraces, y por tanto sólo es una psicología. Pero, cuidado, pues ¡qué gran absurdo es éste que pretende ignorar los procesos químicos necesarios para el logro del Elixir! Estos sofistas demuestran saber sólo una parte; pues la Alquimia es Una, que incluye un lado en que se actúa por medios espirituales y otro por medios químicos. Basilio Valentín, nos indica la urgencia de utilizar ambas herramientas, cuando nos recuerda que primero debemos orar y agradecer al buen Dios, y luego trabajar en el laboratorio. ¡Es el clásico Ora et Labora!)

¡Desconfiad, Hermanos de ellos, pues se han quedado extasiados mirando las estrellas y no han reparado jamás en el suelo que los sostiene y acoge!

Por otro lado, hay quienes ven en nuestro Arte una etapa previa a la química actual. Es aquel un camino vano y absurdo; pues, la Alquimia tiene sus propios medios y fines. Así, el químico emplea metales muertos, y el Alquimista metales vivos.

Indudablemente ambas ciencias, emplean ciertas herramientas comunes; ¡pero no todas son las mismas! De hecho, y dando un solo ejemplo: el fuego de los Filósofos nada tiene que ver con el fuego vulgar (lo cual por otra parte no significa que este último no se utilice en la Obra).

En cuanto a sus fines, son aun más contrapuestos. Baste decir que la Alquimia intenta lograr la Piedra Filosofal, verdadera Medicina para el hombre.

Que los que tengan discernimiento, atiendan con gran atención las palabras anteriores, pues si no las comprenden, nunca podrán cruzar la barrera que distingue a una ciencia tradicional de una ciencia moderna.



6.-

La operación propia de la Alquimia es explicada de manera incompleta por los Filósofos. Esto para respetar el secreto propio de nuestra ciencia, llamada por algo Hermetismo. Tal manera de actuar se fundamenta en una sencilla razón, fácilmente entendible: que la Obra no pueda ser usada por aquellos que la utilizarían para el mal.

La Piedra de los Filósofos es el logro de una vida entera de meditación, estudio y ardua práctica, cuyos arcanos no pueden entregarse a cualquiera. Por esto, huíd de quienes dicen que pueden otorgar los grandes misterios en poco tiempo. Incluso, quienes utilizan la Vía Seca, sabrán que para poder descifrarla se requieren de muchos años.

No tomes el camino sencillo, y no temas ensuciar tus manos con carbón para obtener este Don de Dios.

7.-

Con este trabajo, hemos querido guiar en el camino a la Alquimia a nuestros semejantes; en especial a aquellos que son sinceros y buscan la Luz, para lo cual no utilizamos una amplia bibliografía ni notas al pie de página, las que pueden llevar más a un camino de erudición que a la Sabiduría.

Finalmente, si queréis profundizar en nuestro Arte, observad y aprended de la Naturaleza. En ella está la clave que nos abrirá la puerta del salón de los Filósofos. Quien desprecie la tierra, quien no encuentre sabiduría en las palomas o en la lluvia, quien no ame a los árboles y a los metales, que son nuestros hermanos, no podrá jamás lograr el amado Elixir Rojo.

Sólo entonces, cuando podáis amar con reverencia sincera a los seres y a todo lo creado, prended el fuego de tu laboratorio. Lo demás lo hará el buen Dios.


(Santiago de Chile, 14 de julio de 2001)



ALQUIMIA CABALÍSTICA (J.A.Puche Riart)

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El estudio de la Kábala hebraica, ha tenido desde la antigüedad una relación directa con la Alquimia, aunque sus conexiones no han sido muy divulgadas, en especial desde la instauración de la Inquisición por los Reyes Católicos, ante el lógico temor de los practicantes de este Arte de ser acusados de judaizantes al publicar sus escritos.

Alquimistas como Nicolás Flamel, tan claros y explícitos al tratar de temas relativos a los judíos hay pocos. Cabe tener en cuenta su avanzada edad al terminar sus libros (era octogenario en una época en que la media de vida no llegaba a cuarenta años). Flamel nos habla del libro de Abraham el Judío, cuyo destino se ignoraba hasta hace pocas fechas.

La tradición ocultista confirma que Kábala o KAB.BALAH fue recibida por Moisés en el Monte Sinaí al recibir las Tablas de la Ley de manos de Dios. Luego fue transmitida a Esdrás. Los estudiosos de la Kábala son semitas en occidente (Kábala occidental), y asiáticos (Kábala oriental). La Kábala está en relación con el Antiguo Testamento, que los judíos denominan TORAH o Ley.

Por otro lado, desde los siglos XII al XVII se utilizó como una experiencia espiritual en la teosofía judía, a la que denominaron Kábala Magna. En ella se recogen dos escalas de perfección: Del hombre hacia Dios y del hombre hacia las plantas y piedras. La Kábala tiene una lectura oculta o misteriosa de la Torah, de la que está prohibido variar hasta una coma, para que no se pierda su significado secreto. Todos sus textos han sido escritos en hebreo y arameo.

La TORAH consta de una parte escrita, que se denomina TORAH visible, y de una tradición oral, que se denomina TORAH invisible. Sin un buen conocimiento de ambas no hay comprensión de la Kábala.

La manera cristiana de entender la Kábala es considerarla como una palestra entre Dios y el hombre. Considerada como la esencia del texto bíblico, existen misterios a los que no puede acceder el hombre. La manera secreta de entender la Kábala es accesible al que conoce la TORAH, lo que exige conocer y amar a Dios, sin lo cual no será revelada. No se debe confundir con el misticismo. Consiste en la búsqueda de misterios y revelaciones sobre la vida oculta, incognoscible y abismal de Dios para conocerle íntimamente.

El cabalista logra su finalidad al entrar en el orden perdido que existió antes de que el hombre fuese carnal, y sólo se puede aprender por un Maestro, o por revelación directa de Dios.

Los cabalistas, al igual que los alquimistas, usan el lenguaje de los símbolos, para guardar el secreto y conservar la tradición. Suelen ser también hermetistas. La correlación Cabalismo-Alquimia está en la unión de lo CELESTE y lo TERRESTRE. De Dios y el hombre.

Los libros más importantes de la Kábala son el Sepher Yetzipah (o Libro de la Creación), el Sepher Abahir y el Sepher Zohar.

La Alquimia, para los que tienen formación cabalística, entronca directamente con la Kábala. El principal secreto, el conocimiento de las materias y las proporciones de la Amalgama, se puede deducir directamente a partir del nombre de Dios IEWE (Yod-eh-vau-he, en hebreo).

Para quien no tenga conocimientos cabalísticos, se explican a continuación algunas particularidades del alfabeto.



Iod. Es la décima letra del alfabeto sagrado cabalístico. Representa por lo tanto a la cifra 10, y a las letras I.Y y J de nuestro alfabeto. Indica principio masculino, fecundidad viril. Es la vara de Hermes escondida bajo el signo de la fortuna y en el TAROT se representa por la Rueda de la Fortuna, signo alquímico de la materia solar, que aporta el "Cuerpo" a la Gran Obra.

He. Es la quinta letra del alfabeto sagrado cabalístico. Corresponde al número 5. Equivale a las letras E y H. Su figura es un pentagrama. Esconde el secreto del mercurio alquímico y del "Alma" de la Obra.

Vau. Es la sexta letra del alfabeto sagrado cabalístico. Equivale a las letras F,V y U. Representa al número 6. Está relacionado con la belleza, el planeta VENUS. Su símbolo es el hexagrama, sello de Salomón. Contiene los 4 elementos. Esconde el secreto del "Espíritu" de la Obra.



(Texto enviado por nuestro amigo, José Antonio Puche Riart, y publicado originalmente en la revista "Química e industria", Junio de 1997, España, página 449 y 450.)

LAS HIPÓTESIS DE HECTOR MOREL EN TORNO A FULCANELLI (Sergio Fritz Roa)

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(Este artículo será modificado pronto)
Héctor Morel es un traductor argentino, y gran amante del esoterismo. Ignoro si aún vive. Dirigió (¿dirige?) el Anuario de la Editorial Kier. En el correspondiente al año 1977 publicó un interesante artículo, "El caso Fulcanelli. Las incógnitas de un nombre", donde analiza el significado del nombre Fulcanelli, y sobre quién era aquel que se ocultó bajo este bello pseudónimo.



Según el autor las hipótesis que se han dado sobre el verdadero Fulcanelli girarían en torno a los siguientes personajes:



1.-Pierre Dujols;

2.-Jaubert, personaje por determinar;

3.-Un hermano de Dujols;

4.-Un desconocido;

5.-El escritor J.H.Rosny (aclaremos que este pseudónimo comprende a dos personas):;

6.-E. Canseliet;

7.-Auriger, un hermetista;

8.-J.J.Champagne;

9.-Sauvage;

10.-Un pseudónimo colectivo;

11.-R. Steiner;

12.-Max Roset; y

13.- Un tal Faugeron



En el parecer de Morel ninguna de estas hipótesis tiene bases serias, salvo las implícitas en los números 4 y 10.



Nosotros pensamos que lo más posible es que se trate de un nombre colectivo (cuestión muy usual, por lo demás, en la Antigüedad); pero que, obviamente, era dirigido por un Superior, quien habría impreso "personalidad" a los escritos del pseudónimo "Fulcanelli". Esto lo decimos, porque es evidente que quien escribió finalmente "Las moradas filosofales" como "El misterio de las catedrales" son la misma persona; lo cual se aprecia en el exquisito estilo del lenguaje. ¿Acaso el nombre Fulcanelli no era un hierónimo? Es decir, un nombre relacionado con una determinada función esotérica. Este es nuestro criterio. Nos apoyamos en lo estudiado por Jean Reyor (que cosa curiosa, es criticado por Canseliet, el discípulo de Fulcanelli, en el prólogo a la tercera edición de "El misterio de las catedrales") y por Jean Robin; los cuales, me parece, han tomado la idea de René Guénon. Así, Reyor dice que el nombre Malaquías no era el de un individuo, sino el de una función espiritual. Robin expresa que "en la historia del esoterismo cristiano, y principalmente en el Hermetismo, existen muchos otros nombres que no son nombres individuales y tampoco "seudónimos literarios": Basile Valentín (<<Rey poderoso>>), el Filaleteo (el Amigo de la Verdad), el Cosmopolita, etc." (citado en Robin, Jean, "Operación Orth". Ediciones Heptada. Madrid . 1990. Nota al pie de la página 179).



Pero esta tarea de saber quién era en verdad Fulcanelli, nos parece un tanto ociosa y poco productiva. El hecho es que nos ha legado dos maravillosos libros y esto es lo importante.



Sin embargo, los aportes de Morel van por otro camino, y esta es sin duda la razón del presente trabajo.



Luego de plantear las posibilidades de que Fulcanelli sea uno de los personajes arriba aludidos, analiza etimológicamente, y no sólo etimológicamente, la palabra elegida por el autor de "El misterio de las catedrales".



Veamos. La palabra deriva de "Fulciu, fulcis, fultum". Esta palabra significaría en el latín de Cicerón algo como "apoyo". Y a esta palabra se sumaría "anellus, anelli"; o sea, anillo, círculo.

Así obtenemos Fulc (iu) anelli, que significa "anillos que se sostienen" o " que se apoyan entre sí". ¿Y qué idea da esta frase? Morel dice que la de una cadena... Lo que para nosotros no es más que Tradición, en el sentido otorgado por René Guénon. Y esto sí que es coherente y más importante que saber la persona ocupó el pseudónimo analizado. Pues aquí ya entramos en un terreno profundamente espiritual. Cadena o Tradición... Cabe hacer notar algo importante: Fulcanelli continuamente nos recuerda que debemos leer a los clásicos. Es obvio: la Alquimia ante todo es una cadena -discípulo y Maestro- que nace desde los primeros tiempos y que se prolonga hasta hoy día.



Descomponiendo la palabra, Morel, descubre ciertas posibilidades que no debemos dejar de lado.

Por ejemplo,

FULCANELLI

LECUFIN AL



Lo que da L¨ECU FINAL, es decir el escudo final. Morel dice "el Escudo Final, según la clara referencia al escudo que aparece al terminar la obra, en su original francés, donde se lee el lema UBER CAMPA AGNA ya citado". Morel se refiere al escudo que se halla en las últimas páginas de la edición original francesa de "El misterio de las catedrales".





Las ideas expuestas por Morel nos parecen bastante serias y dignas de ser consideradas.

Es claro que quien se escondía en el pseudónimo Fulcanelli, había elegido ese nombre por alguna razón muy específica. Esto ya sea si él se dio ese nombre, o, caso más posible, que una determinada sociedad -¿Los Hermanos de Heliópolis?- se lo haya otorgado.



El lector atento sabrá a qué nos estamos refiriendo. Esta Ciencia es real, muy seria y precisa. En ella nada "anda flotando". Es sumamente lógica, y, por tanto, perfecta. Nada es casual, y todo guarda relación.



Es obvio: el nombre Fulcanelli no podía ser antojadizo. Alguna función integra dentro de la Obra.



Tal vez con estos datos, más la lectura atenta de las dos obras del Gran Adepto, el estudioso pueda internarse en la solución del enigma Fulcanelli, misterio, que, como hemos dicho, sólo interesa desde un aspecto esotérico y no detectivesco (es decir determinar quien era la persona que se ocultó bajo ese nombre; ya sea Champagne, Canseliet u otro), afán este último muy moderno, y contrario a la idea tradicional de respetar el secreto... Nosotros sólo aportamos claves o direcciones para que el interesado serio pueda entender un poco más sobre ALQUIMIA, sin por cierto eludir la regla anterior. Pues la tarea del escritor es insinuar, no desvelar. Quien en definitiva debe descubrir el velo es el lector.

SERGIO FRITZ.

(27 de abril de 2001)


LOS AUTORES Y LIBROS QUE RECOMENDAMOS

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Creemos que los mejores textos son aquellos que provienen de autores que tuvieron una experiencia real -y utilizamos esta palabra en sus dos sentidos: como sinónimo de verdad, y como sinónimo de trabajo regio o alquímico- con los Trabajos de Hércules. Es decir, quienes se hallaron en un acercamiento directo con la operativa del laboratorio. Así, por ejemplo, los 12 autores que proponemos, y que pueden servir como maestros para iniciar esta senda llamada Alquimia:

1.- Roger Bacon. Suyo es el" Espejo de la Alquimia";

2.- Basilio Valentín. Autor de muchos buenos tratados, entre ellos el "Carro Triunfal del Antimonio; y el "Tratado del Azoth" ;

3.-George Ripley. Varios manuscritos llevan su firma. Su "Visión" sería de los más importantes.

4.- Alberto Magno. Su "Compuesto de los compuestos" es fundamental para los trabajos de Laboratorio;

5.- Ireneo Filaleteo. "La Entrada Abierta al Palacio Cerrado del Rey" es una obra clásica, que contiene pasajes muy explícitos acerca de la operatoria alquímica.

6.- Nicolás Flamel. Recomendamos leer " Las Figuras Jeroglíficas" ;

7.- Raimundo Lullio ( o al el seudo- Lullio; padre del texto " La Clavícula" y de un Testamento, bastante útiles para profundizar en la Opus Alchymica);

8.- Eugène Canseliet, (quien aparte de difundir a Fulcanelli, escribió magnas obras, como "Deux Logis Alchimiques", "ALCHIMIE. Études diverses de Symbolisme hermétique et de Pratique Philosophale) -aun no traducidas al castellano-, una interpretación del Mutus Liber, y un generoso "La Alquimia explicada sobre sus textos clásicos", que recomendamos vivamente.

9.- Fulcanelli. Sus dos maravillosos libros : Las Moradas Filosofales, y El Misterio de las Catedrales.

10.- Athòrene. Su libro "El laboratorio alquímico" es fundamental para las operaciones de la Vía Seca; aunque otorga además unos datos de valor acerca del concepto e instrumentos alquímicos.

11.- Séverin Batfroi. Gracias a un amigo español pudimos leer el libro " Alchimie et Révélation Chrétienne", que nos parece el mejor escrito acerca de la Alquimia Cristiana. Batfroi, como Athòrene, fue discípulo de Canseliet.

Otros grandes Filósofos por el Fuego , tan notables como los anteriores, son: Paracelso, Alexander von Bernus, Archibald Cokren, Alexander Sethon, Solazaref, Henry Coton-Alvart, Geber, Altus (autor del Mutus Liber), Cyliani, Yabir Abu Omar (a nuestro juicio uno de los grandes alquimistas y espagiristas vivos), José Puche Riart, por mencionar algunos.

A Schwaller de Lubicz, aun cuando no haya sido alquimista, se lo menciona como gran hermetista.

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LA MATERIA PRIMA

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Fulcanelli es muy explícito al respecto: "La materia filosofal, es pues, de origen mineral y metálico. Por tanto, no hay más que buscarla que en la raíz mineral y metálica"... (Moradas Filosofales, Plaza y Janes, Quinta edición, 1977, Barcelona, pág. 150. Subrayado y negritas nuestras).

Aquellos que creen que Alquimia no es más que una Yoga cristiana - falacia en la que varios han caído -, se alejan del objeto de los Sabios. Además pretenden "orientalizar" una ciencia que es universal y milenaria. El hecho que se trabaje con materias aparentemente inertes no implica que la Alquimia no sea una vía espiritual, pues precisamente su función es vivificar.

Tampoco el Gran Arte tiene que ver con las interpretaciones de Carl Gustav Jung, quien quiso "psicologizar" un dominio sagrado, y por ello ajeno al terreno de las meras especulaciones conductuales.

El alquimista francés Jean-Pascal Percheron ha indicado en una entrevista contenida en el sitio http://www.france-spiritualites.com/index.html que el objeto mismo de la Alquimia es la transformación a partir de una Sal divina y vivificante, que se inicia desde lo más tosco y aparentemente contrapuesto al espíritu, cual es el reino mineral, para ascender por el reino vegetal, mineral y humano:

"Pour l'alchimiste, lors de la création de la matière, Dieu a projeté son sel vivifiant dans toute la création. D'un point de vue plus rationnel, on sait que le règne minéral a engendré les règnes végétal et animal. Comment un règne mort peut-il engendrer le vivant?".

Por tanto, ubicada en el reino mineral nuestra materia, no implica que no tenga características de otros reinos, como son el vegetal y animal. Por algo, los Sabios de todos los tiempos han resaltado el hecho que su naturaleza es triple: mineral, vegetal y animal.

NUESTRO CONCEPTO DE ALQUIMIA

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Arcana entre las Ciencias, la Alquimia se presenta a nuestro entendimiento como la Llave que abre la Naturaleza, la Clave Secreta que permite la Unidad Macro- Microcósmica; es decir del Cosmos con el Hombre y viceversa. El retorno del hombre a su lugar o morada celestial. En pocas palabras: implica la reconstitución del Ser Primordial, el ADAM KADMON de los Hebreos, o REBIS de los Filósofos Químicos, como también se les denomina a los alquimistas. Al comprender la Realidad Última (la Haqiqa islámica), Natura es un libro abierto para el operador, quien desde ahora y en adelante actuará conforme a los dictados de Dios.

En un sentido más íntimo, Alquimia es el Arte que intenta obtener la Redención a través de un continuo comercio entre el espíritu y la materia. Más allá de los trabajos de laboratorio - imprescindibles, por cierto -, y más allá de toda simbología que expone los pasos necesarios que el operador debe dar para lograr la depuración interior, el Arte Real es una Ciencia que busca la Unidad Microcosmos - Macrocosmos, perdida o rota desde la Caída. Por ello es que aquí hablamos simplemente de Alquimia, y no de los equívocos conceptos de alquimia interna - alquimia externa; o espiritual y operativa.

La Alquimia es una sola, e implica una totalidad, que incluye oración, estudio, conocimientos variados (química; manejar algunos idiomas, como, por ejemplo, francés y latín; mitología griega y egipcia; nociones de astrología; teología cristiana; algo de Kabbala hebrea; magia; Cábala fonética; etc.).; mucho trabajo en el Laboratorio - el cual es nuestro Templo-; continuidad; y ante todo fe y devoción. Esto ha llevado a muchos a decir que la Alquimia es un Arte Sacerdotal, una Teurgia, y a la vez un saber aristocrático. Entendiendo por aristocracia la del espíritu, la única válida, por cierto.

Desde China, Asiria, Persia, India y el Egipto, y muy posiblemente desde la Atlántida, la Alquimia, ha recorrido el mundo, adentrándose en prácticamente todas las religiones. Por ello, aquí solemos hablar de Tradición, es decir de una línea de saber ininterrumpido, que no mira razas, culturas, ni nacionalidades. Los árabes y persas alcanzaron grandes conocimientos alquímicos, como lo hicieron los hindúes y los taoístas chinos. El cristianismo legó hijos ilustres a este saber arcano: Roger Bacon, Basilio Valentín (cuyo Tratado del Azoth se encuentra en nuestro sitio traducido al castellano, al parecer por primera vez), George Ripley, Santo Tomás de Aquino, su maestro Alberto Magno, Ireneo Filaleteo, Nicolás Flamel, Raimundo Lullio ( o al menos el seudo- Lullio), y los más modernos Eugène Canseliet, André Savoret, Solazaref (aunque este autor en la actualidad esté más cerca de una concepción de tipo neopagana, que en años anteriores) y, Séverin Batfroi. Lo anterior es prueba que la Alquimia nada tiene que ver con supercherías ni con nigromancia ni tampoco con la moda de la New- Age; sino por el contrario, es para Occidente, el esoterismo que contiene la Llave del Cristianismo.

La poesía también fue penetrada por esta Ciencia, y es así que los surrealistas, como André Breton, percibieron desde la prosa el incienso de las enseñanzas de Hermes. También fue gran conocedor de este Arte el gran poeta lituano Oscar de Lubicz Milosz - de quien se dice habría sido amigo del enigmático Fulcanelli
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