Aunque ninguna crÃtica es objetiva, esta lo será menos porque durante buena parte de mi niñez y juventud estuve coleccionando cómics, y probablemente los que más me gustaban eran los de la Patrulla-X. Asà que la llegada de las pelÃculas de este grupo de superhéroes, como en el resto de personajes de Marvel, me dio mucha vidilla.
Su paso por la gran pantalla ha sido dispar en las dos primeras entregas, con una primera parte que a mi parecer fue escasa en personajes, y con algunos errores graves en la fidelidad al cómic que luego se han ido arrastrando en las posteriores entregas. Después de ver las tres realizadas hasta el momento tengo claro que la segunda es, en mi opinión, la mejor. Tremendamente entretenida, muy lograda a nivel técnico y con esas historias de fondo que persiguen a todos los mutantes de los cómics y que precisamente le daban ese toque a los cómics de Marvel. Un amigo me comentaba hace tiempo que prefiere las pelÃculas de Spiderman, en las que se puede desarrollar tanto la faceta de héroe del personaje como la de su vida privada, algo que evidentemente es cierto puesto que no es posible hacer lo mismo si hay cerca de 10 protagonistas en las pelis de la Patrulla.
Aún asÃ, la tercera entrega no defrauda. Enlaza muy bien con la segunda parte, y además trata uno de esos grandes momentos históricos de la saga en cómic. Los que los hayan leÃdo ya sabrán a qué me refiero, y probablemente se vean algo sorprendidos por las consecuencias de ese hecho, que yo, desde luego, no esperaba. Esos flecos que por fin se resuelven en la tercera parte de los patrullosos dan pie para un argumento interesante, pero que creo que al final ha sido demasiado complejo de llevar a cabo. La confrontación masiva entre decenas (y cientos) de mutantes ha puesto a prueba tanto la dirección como la realización técnica, que salvo en ese apartado es impecable. Los efectos especiales son todo lo buenos que cabrÃa esperar, pero no dan a basto cuando de repente te encuentras con que la Patrulla-X se las tiene que ver con decenas de superpoderosos que, a simple vista, se quedan en super y ya. Las batallas masivas quedan algo ridÃculas por algo evidente: dotar a cada muñequito de poderes y conjugar todos ellos para hacer una batalla “coherente” entre mutantes es impensable hoy en dÃa a pesar de los recursos técnicos de los que se dispone. De modo que el director sabiamente mezclaba planos generales en los que se ve a los mutantes corriendo y saltando (lo cual no los diferencia de cualquier batalla de BraveHeart) con los más especÃficos en los que Lobezno, la Bestia o Tormenta se las ven con algunos malos que sà tienen protagonismo.
Todos los acontecimientos anteriores llevan a esos espectaculares (aunque algo incoherentes) minutos finales, y evidentemente lo suyo es que veáis la peli, asà que me ahorraré los detalles de una historia que se adivina viendo el tráiler. Por fin aparecen muchos miembros de la Patrulla-X que echábamos en falta, pero no entiendo porqué los guionistas siguen con esas “infidelidades” al cómic. Y los que no quieran spoilers, que dejen de leer ya.
El personaje de PÃcara, por ejemplo, que no me convencÃa desde el principio, se convierte en la Bridget Jones del equipo, una personaja que en el cómic tiene un carácter impresionante (aunque evidentemente esté preocupada por su problema a la hora de mantener relaciones “personales”) y que en la peli no pasa de ser una niñata que en todas las confrontaciones no tiene protagonismo alguno. Desparece inexplicablemente Rondador Nocturno, un personaje que trasladaron perfectamente en la segunda parte y que han “sustituido” por la Bestia, al que lo han caracterizado genial, eso sÃ. Aparece Angel, pero como si no lo hiciese, y Coloso, uno de los más esperados, apenas aparece aunque por fin le vemos un poquito en su papel. También sale Kitty Pride, bien resuelta en casi todo excepto en con quién deberÃa haber tirada de trastos, y en los malos destaca Juggernaut (que apareció más en otras series, sobre todo contra Spiderman). Pyros, por ejemplo, tiene una importancia que nunca tuvo en el cómic, y de hecho el actor tampoco me convence demasiado, parece demasiado joven en una especie de obsesión de los guionistas (o el director, o quién sabe) por que hubiera duelos entre homólogos: en este caso, obviamente, con el Hombre de hielo (o más bien, el chico de hielo). Menos mal que para salvar a los mediocres está el genial Magneto que tiene momentos brillantes, incluida la referencia a su relación con Charles Xavier. Es curioso como en algunas cosas han respetado el cómic perfectamente, y en otras la han cagado tan brutalmente. Pero como suele decirse, nunca llueve a gusto de todos…