Mi ocasional amante inglesa llega cada día más linda. Ataviada cada día para la ocasión. Trata de sorprenderme y eso me gusta. Hacemos el amor, de mi biblioteca al pasadizo. Llegamos hasta la puerta de calle, luego volvemos. Siempre incrustados. Arrastrándonos. Llegamos a la cama y todo finaliza una hora después. Michael, su marido, tiene un buen gusto exquisito. Yo lo alabo. Ayer mi amante ocasional inglesa lucía una prenda interior que Michael había adquirido en Victoria's Secret, me contó que le costó 195 dólares, a Michael. Michael tiene buen gusto y eso me gusta.
miércoles 26 de julio de 2006
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Hugo Vera Miranda
sábado 22 de julio de 2006
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"Yo a ti te conozco" |
La madre de mi hijo, de la cual estoy felizmente separado -ella de seguro pensará lo mismo -. Toda mujer que estuvo conmigo está felizmente separada de mí. Bueno... prosigamos; ella obtuvo una beca de especialización en Madrid. Un fin de semana, al igual que yo viajo al centro del pueblo, ella viajo a Italia, a Roma, Llegó al aeropuerto Fiumicino y cansada de los ajetreos aeropuertícolas, se sentó en un sillón esperando su equipaje. Al lado suyo se acomodó un tipo de jeans y gorra gris. Ella lo miró y le dijo: "Yo a ti te conozco". Él sonrío. Ella pensó que era alguien de Puerto Natales, evidentemente era un rostro conocido, o tal vez de Chillán de donde era oriunda, o de Puerto Montt en donde había estudiado. El tipo vuelve a sonreír, y al instante un griterío de chicas insomnes se abalanzan hacía "Yo a ti te conozco", que estaba al lado de la madre de mi hijo. Entonces; cuando las púberes histéricas comienzan la brutal labor del lápiz y el autógrafo, ella se da cuenta. Ella se da cuenta que: "Yo a ti te conozco", era el hijo de Julio Iglesias. Enrique. El tipo que podría ser de Puerto Natales, Chillán o Puerto Montt. El de jeans y gorra gris.
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Hugo Vera Miranda
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Poesía en Magallanes |
A toda hora y a cada instante la Patagonia nos brinda su cuota de surrealismo instantáneo. Si metemos en una coctelera un encuentro de poetas en Puerto Natales, una rubia argentina, 3 medidas de Raúl Zurita, una pizca de maletín, un árbol torcido, un gringo slowly y a Madonna cantando "la isla bonita", obtendremos un post redondito.
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Hugo Vera Miranda
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Poesía
domingo 16 de julio de 2006
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Se le murió el amante |
Mi hijo me dice que no piensa acompañarme al funeral del abuelo de Yerko. Que debe pasar una nueva etapa de Pokemón zafiro y que los funerales lo ponen muy triste. Yo estoy de acuerdo con él, y le digo que a mí también los funerales me inundan de tristeza, pero le digo que no me gusta andar solo por las calles de Puerto Natales, menos en un funeral. Le digo que muchas veces en los funerales se viven momentos insospechados, que ocurren cosas imprevistas, y que surgen relatos alrededor de la muerte que debería aprovechar. Insisto. Al final decide acompañarme al funeral del abuelo de Yerko. Una vez en la iglesia nos sentamos cerca de un candelabro y de una familia que es familia del abuelo de Yerko. Con recaudo a la circunstancia le dijo a mi hijo: ¿Ves a aquella señora viejita de chaleco azul que está sentada a la izquierda de la niña de moño gris? Mi hijo asiente y le comento; resulta que esa señora, cuando joven, tenía un amante, su esposo trabajaba en el campo, un día el amante llega a su casa cuando el marido no estaba, a todo esto, todo el pueblo sabía que ella tenía un amante, que Julián era su amante, bueno… ella recibe a Julián y se van al dormitorio, hacen el amor y Julián se muere de un ataque al corazón -todo esto se lo cuento a mi hijo en voz muy bajita, cosa que nadie pueda escuchar- se muere mientras hacen el amor en el dormitorio, ella enloquece y pronto toma la fría determinación de trasladar el cuerpo hacía el baño, Julián era un hombre robusto y muerto era más robusto aún. El pueblo comentaba que le tuvo que costar mucho trabajo trasladar el cuerpo del amante al baño. Ella, frágil, menuda y enloquecida logró hacerlo. Lo sentó en la taza del baño, rehizo su cama alborotada, se retocó el rimel y se secó las lágrimas. Fue a la policía y contó lo que había pasado. Que un hombre pidió hacer uso del baño, que ella se lo permitió. Que aquel hombre demoraba mucho en el baño y que cuando fue a ver qué pasaba, lo encontró muerto. Que nunca lo había visto antes y que no era la primera vez que gente desconocida del pueblo le pedía permiso para ocupar su baño.
Mi hijo me dice que no me cree, agrega que la señora es muy viejita. Yo le digo que sí, que ahora era muy viejita pero que antes era muy linda y jovencita.
Mi hijo me dice: "Papá, ¿cuándo hay otro funeral para que te acompañe?".
Mi hijo me dice que no me cree, agrega que la señora es muy viejita. Yo le digo que sí, que ahora era muy viejita pero que antes era muy linda y jovencita.
Mi hijo me dice: "Papá, ¿cuándo hay otro funeral para que te acompañe?".
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Hugo Vera Miranda
viernes 14 de julio de 2006
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La camioneta entró al lado |
Eran las cinco de la mañana y con mi compadre brindábamos una vez más con sidra Real. De repente escuchamos un golpe seco. Mi compadre dice: "Parece que cayó un gato del segundo piso". Yo le digo entonces que brindáramos por el gato que acababa de caer del segundo piso. Luego escuchamos algunas voces en la calle y salgo a ver qué pasa. Vuelvo y le digo a mi compadre que acaba de entrar una camioneta en la casa de al lado.
La camioneta entra a una velocidad de fórmula uno, derriba un árbol, ingresa por el dormitorio de mi vecino, atraviesa el living, también la cocina, mata a un gato y finalmente choca con un bus que estaba en el patio. Sorprendentemente salvan ilesos los tres ocupantes de la camioneta y los cuatro moradores de la vivienda.
Al día siguiente hablo con mi vecina y me dice: "yo grito desesperadamente por mi papá que estaba en el dormitorio en donde entró la camioneta, entonces… no me vas a creer Hugo... que sale de la camioneta, una pendeja, completamente curá, que me dice: "cállate vieja huevona que tanto cahuín armai si no pasó na", eso sí que no se lo voy a permitir, ¿tratarme de vieja a mí?, tú que opinai Hugo". Le digo que yo -que no soy ninguna vieja como ella- tampoco lo permitiría.
La camioneta entra a una velocidad de fórmula uno, derriba un árbol, ingresa por el dormitorio de mi vecino, atraviesa el living, también la cocina, mata a un gato y finalmente choca con un bus que estaba en el patio. Sorprendentemente salvan ilesos los tres ocupantes de la camioneta y los cuatro moradores de la vivienda.
Al día siguiente hablo con mi vecina y me dice: "yo grito desesperadamente por mi papá que estaba en el dormitorio en donde entró la camioneta, entonces… no me vas a creer Hugo... que sale de la camioneta, una pendeja, completamente curá, que me dice: "cállate vieja huevona que tanto cahuín armai si no pasó na", eso sí que no se lo voy a permitir, ¿tratarme de vieja a mí?, tú que opinai Hugo". Le digo que yo -que no soy ninguna vieja como ella- tampoco lo permitiría.
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Hugo Vera Miranda
jueves 13 de julio de 2006
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El carancho |
Se apersona subrepticiamente sobre el cielo del despojo del amor. Revolotea luciendo una amplia sonrisa dorada dando palmaditas en la espalda. Posee la firme intención de ser el confesor perfecto del alma desnuda de la amiga inconsolable. A pesar de ser amigo de ambos; el carancho ve la clara posibilidad de engullir lo que quede de la presa para después partir. Muchas veces avizora con mirada zahorí desde la altura, a la pareja que dando tumbos marcha desencajada. Con el fino olfato que lo caracteriza, sabe con certeza que algo huele mal a su alrededor, fija la mirada en los labios, los senos y las piernas de su presa. Ya tiene el cuadro de situación casi completa. Solo falta el final de la película del amor, para que el carancho se presente, ahíto de remilgos, para acompañar en el dolor inconmensurable de su presa. El carancho, ave rapaz y carroñera, batiendo sus alas y dando pasitos de saltimbanqui, consuela a su presa, le habla de una mañana mejor, le dice que: el corazón tiene razones que la razón no entiende, facilita pañuelos y gomas de mascar, un día aparece con una flor, otro, con un verso de su autoría. Se pone histrión, cuenta sus mejores chistes, invita un almuerzo, su cuerpo se tensa y estremece. A él -a pesar de ser carancho- también le gusta Artaud; los helados con crema y ha visto toda la filmografía de Buñuel. El carancho tiene un enorme respeto por la ex pareja de su presa, pero firmemente le dice que era un tipo que en realidad no le convenía. Que él sufría tanto como ella cuando ella sufría. Le dice que vendrán tiempos de alabanza y que él está allí para caminar juntos por ese ríspido trayecto de la desesperanza. Muchas veces logra su objetivo y otras veces debe seguir buscando y volando. Es su misión.
Yo he conocido tres o cuatro de estos caranchos. Uno de ellos se batió en retirada con las alas quebradas y el pico roto. Ahora revolotea por cielos más benignos, en donde no existan karatecas implacables.
Yo he conocido tres o cuatro de estos caranchos. Uno de ellos se batió en retirada con las alas quebradas y el pico roto. Ahora revolotea por cielos más benignos, en donde no existan karatecas implacables.
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Hugo Vera Miranda
lunes 10 de julio de 2006
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Truco |
Este último sábado estuve en Punta Arenas. Un amigo me invitó a jugar al Truco en el Colegio Alemán. Era una competencia de Truco. La música era cubana, el colegio era alemán y nuestros contrincantes eran croatas. Nos embriagamos con la cerveza Austral y casi al término; nos indigestamos con las empanadas chilenas. Fue una buena noche, al final terminé durmiendo en un somier bengalí.
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Hugo Vera Miranda
domingo 2 de julio de 2006
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Se le murió su marido en la pesca |
Marzo, 25 del 2006, tres de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No, no me las has contado.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Abril, 14 del 2006, dos y media de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: Creo que no.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Junio 3 del 2006, cuatro y cuarto de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Junio 20 del 2006, tres veinte de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No, ¿Qué pasó?
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No, no me las has contado.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Abril, 14 del 2006, dos y media de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: Creo que no.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Junio 3 del 2006, cuatro y cuarto de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No.
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
Junio 20 del 2006, tres veinte de la mañana.
Ella: ¿Oye Hugo yo te conté la historia de mi amiga Marta?
Yo: No, ¿Qué pasó?
Ella: Resulta que mi amiga Marta se le murió su marido en la pesca, el tipo salió de pesca y se fue a pique, estaba borracho y se murió. Ella sufrió mucho en esos días, vio todo, el cuerpo hinchado en la morgue y todo eso, pero resulta que mi amiga pronto se recuperó. Ya a los dos meses tenía un tipo, empezó a salir, a bailes, tomaba y todo eso. Ella tiene dos cabros chicos Hugo, y los deja solos y la muy fresca de carrete en carrete, mira tú Hugo si le pasa algo a los dos cabros chicos, si se les quema la casa y todo eso. Yo le digo: "Marta, tranquila mujer, compórtate, mira que tú tienes dos cabros chicos, preocúpate de ellos mujer". Pero no, ella no entiende, imagínate lo que pensará todo el pueblo de Natales y todo eso. Porque una como mujer debe comportarse ¿o no? Y ella sale y hace su vida como mejor se parezca y todo eso. Dime Hugo ¿tú qué opinas?
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