La discusión del borrador del Código Civil continuó ayer con un debate centrado en el matrimonio tradicional, las uniones de hecho y las parejas del mismo sexo. Durante la audiencia pública, los cuatro deponentes defendieron la familia tradicional compuesta por un hombre y una mujer y rechazaron propuestas que otorguen a las uniones de hecho derechos que las igualen a la institución del matrimonio.
“Una pretendida equiparación entre familia y uniones de hecho por parte de la sociedad y de la ley civil debe definirse falsa y falsificadora, porque va contra la verdad de las cosas, anulando diferencias sustanciales e introduciendo 'modelos' de familia que de ningún modo pueden compararse entre si”, afirmó Carmen Álvarez, de Familia Hoy, ante la Comisión Conjunta de Revisión del Código Civil.
También rechazó las uniones entre personas del mismo sexo. Otra miembro del grupo, Aida Martínez, apoyó este planteamiento con datos del Censo federal del 2000, que contó 1,271,325 hogares de familias y uniones de hecho y sólo 6,818 familias homosexuales.
Martínez insistió en que no se deben realizar cambios para satisfacer a un grupo que presenta una minoría.
A preguntas del presidente de la Comisión, Jorge de Castro Font, respondió que favorecía conceder derechos a las parejas de hecho heterosexuales.
El profesor universitario y pastor de la Iglesia Alianza Cristiana y Misionera, Ricardo Molina Castrillón, ofreció su testimonio como ex homosexual que construyó su nueva identidad y orientación sexual en Jesucristo. “Es Dios mismo el que hace sentir al ex gay esa inclinación a reconocer la heterosexualidad como la opción que hereda salvación”, agregó Molina, quien dijo que los matrimonios entre parejas del mismo sexo no deben legalizarse.
Además el salubrista Emid Núñez Conde rechazó los cambios a la familia tradicional y argumentó que cambios a favor de “conductas de alto riesgo” como la gay crearán una crisis en la prestación de servicios de salud.
El terapeuta de familias y parejas, Peter Burgos, también rechazó legitimar las parejas homosexuales y afirmó que la homosexualidad es “reversible”.
Por su parte, las senadora María de Lourdes Santiago y la representante Albita Rivera indicaron a El Nuevo Día que las vistas deben convertirse en un espacio de diálogo para buscar una propuesta de consenso como la que presentó el monseñor Roberto González a favor de las uniones compartidas.