Cuatro Caminos, objetivo de enlace de la Compañía Metropolitano con el centro de la ciudad y marco de origen de futuras actividades inmobiliarias, comenzaba a desarrollar un protagonismo social basado en un asentamiento de población que se incrementaba y exigía mejores condiciones de vida.

   En ese ambiente de conflictividad vigente en todo el país, los trabajadores del Metro, mientras, avanzaban las obras «Las obras siguen su curso con regularidad, confiándose en inaugurar el servicio de la línea Puerta del Sol a Cuatro Caminos en octubre de 1919. Para conseguirlo, se está activando en lo posible la tramitación oficial de los expedientes que, a pesar del buen deseo y la laboriosidad del personal técnico de los centros oficiales que intervienen en su tramitación, son estos en tan gran número, que marcha con lentitud», explicó Otamendi ante la junta de accionistas a principios del año.

   «Se está auxiliando al contratista en sus gestiones para obtener nuevos pozos de ataque que intensifiquen el trabajo, autorizándole el empleo de diversos materiales de construcción, que al ser así de distintas procedencias, le facilitan su acopio; se han abierto los concursos para la adquisición de la energía eléctrica, material móvil, construcción de cocheras y talleres, habiéndose ultimado el de suministro de energía con la Unión Eléctrica Madrileña a principios de 1918. Por último se ha adquirido un solar de 6.260 metros cuadrados junto a la glorieta de los Cuatro Caminos para cocheras y talleres.»

   Esa compra se había realizado en abril de 1917, y según relata la memoria del Consejo de Administración, supuso una inversión de doscientas veintiuna mil setecientas treinta y ocho pesetas que con los gastos anejos de escritura y cercado alcanzó las doscientas treinta y ocho mil seiscientas sesenta y cinco pesetas En los gastos generales reseñados en los balances de la Compañía figuran cantidades tales como ciento noventa mil cuatrocientas diecisiete pesetas en cementos y calas desde abril a noviembre de 1917; o la indemnización a un peluquero de Augusto Figueroa - doscientas pesetas -.

   En 1918, el 3 de agosto, se construyen las vallas de la Puerta del Sol - mil quinientas cuarenta pesetas - y la de la red de San Luis, trescientas treinta y seis pesetas En marzo de ese año se abonan cuatro mil quinientas pesetas a Manuel Veglison -ingeniero- por el estudio de los coches.

   EL ARTE DE CONSTRUIR EL METRO

   Tramo Puerta del Sol a Glorieta de Bilbao .- La intensa circulación de las calles de Montera y Fuencarral y la estrechez de las mismas, impedía construir a cielo abierto. Se tuvo que profundizar la traza situándola debajo de la zona ocupada por los servicios de alcantarillas, agua y luz.

   Las obras comenzaron por cinco pozos de ataque provistos de grúas o montacargas eléctricos situados en la Pueda del Sol, Red de San Luis, Augusto Figueroa, Hospicio y Glorieta de Bilbao. Otros dos pozos se abrieron después, en San Alberto y jardines del Hospicio.

   Estaban provistos de aparatos mecánicos de elevación. Tres pozos más, con sencillos tornos, se situaron en las calles de Santa Bárbara, Velarde y Divino Pastor

   Túnel corriente. - Se construyó por anillos de 2,50 metros a 5 metros de longitud, según la naturaleza del terreno. Se utilizó el sistema belga, consistente en:

   1 : Abrir una galería de avance en calota de 3 metros de alto y 1,60 metros de ancho, perfectamente entibada.

   2 : Para construir el anillo se ensancha a uno y otro lado la galería, recortando en el terreno la curva de trasdós de la bóveda, sujetando las tierras con una entibación en forma de abanico e intercalando las cimbras, espaciadas entre sí 1,25 metros.

   3 : Comienza la construcción de la bóveda de ladrillo subiendo desde ambos arranques hasta terminar, o cerrar, en la clave.
Según avanza la fábrica, se retira la entibación.

 

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