Ante el creciente aumento de las violaciones de los derechos humanos en China, y la evidente falta de libertad en el país, nos sumamos a la propuesta de Reporteros sin Fronteras de pedir a los jefes de Estado, jefes de gobierno y miembros de familias reales que, el próximo 8 de agosto, boicoteen la ceremonia de apertura de Pekín 2008.

China no ha cumplido ninguna de las promesas que hizo en 2001 cuando fue elegida para organizar las próximas olimpiadas. Por el contrario, el gobierno reprime brutalmente las manifestaciones tibetanas e impone un black-out total de la información. Los responsables políticos del mundo entero no pueden permanecer silenciosos ante tal situación. Les llamamos a manifestar su desaprobación de la política china anunciando que no van a asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

Pedir el boicot total de los Juegos Olímpicos no es una buena solución. El objetivo no es privar a los atletas de la mayor competición deportiva mundial, ni al público de un espectáculo de esas dimensiones. En cambio, resultaría escandaloso no manifestar con firmeza el desacuerdo con la política gubernamental china, y no apoyar a los miles de víctimas de ese régimen autoritario.