cuaderno de trabajo

Regularmente puede verse en el canal de cable Volver la película Pajarito Gómez. Fue dirigida por Rodolfo Kuhn, quien compartió el libro junto a Francisco Urondo y Carlos del Peral, y estrenada en 1965. Tiene la virtud de haber sabido capturar en el momento el “clima” de la histeria juvenil alimentada por la industria cultural a partir de cantantes prefabricados; una nueva fauna que, por ese entonces, la Argentina comenzaba a importar y “traducir” de sus arquetipos anglosajones originales, y que con las transformaciones del caso se continúa hasta hoy.

Más allá de algunas cuestiones críticas que seguramente pueden anotarse, Pajarito Gómez ha sabido aguantar bastante bien el paso de los años. Puede quizás resultar en la actualidad algo pegajosa la escena del “abuso” gratuito y a desgano de la joven, inocente y humilde premiada para pasar un día con su ídolo, cuadro que intenta sintetiar todas las características para ser identificada como una suerte de alegoría del tratamiento que en definitiva los medios imponen sobre una desprevenida, ansiosa y desamparada audiencia de millones, pero el bache no opaca la fluidez y la frescura de la narración e incluso los toques de humor negro -se puede suponer inspirados en el cine italiano de la época- como el “twist del velorio” final.

Sigue valiendo más que la pena, aunque el blanco y negro desteñido de la copia una vez más juega en contra.

Imperdible la frase-síntesis con que Direct TV “informa” sobre la película. Agárrense que ahí va: “Inteligente reflexión sobre los argentinos, con un cantante que no sabe amar”.