LENCINAS, Dr. José Néstor (1859-1920) Militante radical de gran relevancia en el radicalismo mendocino.
Nació en la localidad mendocina de San Carlos el 26 de febrero de 1859. Años después inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, siendo su tutor el Dr. Carlos Tejedor, que le aconsejó, que los terminase en la Universidad de Córdoba, de la que egresó con una tesis sobre derecho constitucional.
Nació en la localidad mendocina de San Carlos el 26 de febrero de 1859. Años después inició sus estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, siendo su tutor el Dr. Carlos Tejedor, que le aconsejó, que los terminase en la Universidad de Córdoba, de la que egresó con una tesis sobre derecho constitucional.
Se incorpora a la vida cívica y participó en un intento de derrocamiento del gobernador de Córdoba, Del Viso.
Retorna a Mendoza y al poco tiempo es diputado provincial. En 1887 realizó un viaje a los Estados Unidos, por razones de su profesión, y posteriormente a Europa. Se cuenta, como prueba de su valentía, que durante la travesía por el océano, durante una terrible tormenta, ante la falta de carácter de capitán y los oficiales para dominar a la tripulación, con un arma en sus manos frenó la revuelta, hasta que retornó la calma...
Se inclinó hacia una especie de mística tesofía, el espiritismo y las ciencias ocultas, viviendo austeramente de acuerdo a las normas de tales extrañas entidades.
En París dió alguna conferencia, inscribió su título de abogado en la oficina pertinente, visitando cuanto museo y biblioteca encontró.
En 1888 se integra a la Legislatura, siendo a poco designado ministro de Hacienda por el gobernador Guiñazú. Luego es nombrado interventor de la municipalidad de Mendoza, entrando en conflicto con el gobierno provincial y específicamente con el poderoso Emilio Civit. Las crónicas de ese tiempo, señalan que se hace dueño de la situación. Mendoza es intervenida en 1892. Su diario “La Reforma”, es clausurado y Lencinas encarcelado.
Con claridad el Dr. Cútolo señala que “el periodo que se extendió desde 1890 en adelante, resultó una lucha entre Emilio Civil, gobernante, y Lencinas, en el llano, representante uno de la oligarquía conservadora, y el otro de la democracia radical revolucionaria”(1)
Esa lucha, porfiada continuó sin tregua por parte de Lencinas, que difundió por todo el ámbito provincial el ideario radical.
Fue uno de los jefes indiscutidos de la Revolución radical de febrero de 1905 en Mendoza, donde el movimiento triunfó y se hizo cargo del gobierno provincial. El fracaso en el resto del país.
Los responsables de la revolución debieron exiliarse en Chile, ante la posibilidad de ser fusilados, regresando al paìs al año siguiente, una vez dictada la ley de amnistía.
Lencinas había ingresado a la UCR atraido por la figura de Alem, trabajando, tras la muerte del Fundador junto a Yrigoyen, que triunfó en la elección presidencial en Mendoza.
Es elegido diputado nacional en 1916, renunciando en de marzo de 1918 al haber sido elegido gobernador de Mendoza.
Por entonces mantiene una muy dura polémica con ese sombrió personaje que nadó en aguas radicales, el doctor Leopoldo Melo, a quien lanzó la celebre acusación de ser “un radical de la mesa servida y la gloria barata, radical de las horas felices, de las horas del triundo…”, de la que se da cuenta en la entrada correspondiente al aludido Melo.
El”Gaucho” Lencinas, gozaba de una enorme popularidad al asumir el gobierno el 6 de marzo de 1918. inició una serie de cambios verdaderamente radicales en la situación de los ciudadanos hasta entonces postergados por una oligarquía insensible, que solamente bregaba por su propio enriquecimiento.
Entre las conquistas logradas en esos meses deben mencionarse desde la fijación de la jornada de trabajo, salarios mínimos, normas de previsión social…
El Gobernador se enferma gravemente, afectado por pulmonía. Debiendo ser llevado a Buenos Aires y al Paraguay para su curación y, a su retorno al poder debió soportar la lucha que poderosos viñateros libraron en su contra, para defender sus privilegios.
En medio de esa lucha por la dignificación del ciudadano, Lencinas y el vicegobernador, Delfín Alvarez, entran en un enredado conflicto, que culminó con un juicio pollítico al vicegobernador, quien fue separada de su cargo alegándose para ello que Alvarez estaba loco.
Las dificultades del gobierno de Lencinas se extienden al Poder Judicial y a un serio conflicto con el magisterio.
Todo ese desorden, que tomó dimensiones nacionales, provocaron la intervención federal, decretada por Yrigoyen en diciembre de 1918, asumiendo como Comisionado el Dr. Tomás de Veyga en febrero de 1919. El interventor repuso al vicegobernador y a varios jueces separados de sus funciones. A poco, renunció De Veyga y fue reemplazado por el conocido dirigente radical Dr. Perfecto Araya, que dispuso la disolución de ambas cámaras legislativas, convocó a elecciones y entregó el poder al gobernador Lencinas.
Pese a esa solución, pareció que todo volvía a comenzar. Nuevamente se le inició juicio político a Delfín Alvarez, a quien se volvió a destituir, ratificándose, por vía legislativa, no científica, que el hombre estaba loco. Simultáneamente se iniciaron acciones en la Legislatura para destituir a varios jueces.
En medio de esa alocada situación, el gobernador falleció el 20 de enero de 1920.
La vida y la obra del Dr. Lencinas deben medirse, sin duda, en un contexto, como el mendocino, en el cual las notables diferencias sociales, la insensibilidad que por décadas se prolongaba, no invitaba al dialogo fecundo ni a la cordura como método político, sino que se fomentaba literalmente el odio, los rencores perdurables y los fastidios inextinguibles.
Fue, y lo reconocieron sus adversarios, un defensor sincero de los humildes, a los que quiso dotar del bienestar a que tenían derecho, a la educación superior, de la que estaban segregados. Tuvo, con sus apasionamientos y hasta exageraciones, un enorme corazón radical y estuvo, hasta el fin de sus días, enamorado de las ideas que, desde siempre, sostuvo su admirado Leandro N. Alem.
(1) S/ José Néstor Lencinas: Cfr. Cútolo, op. cit.
La caricatura del Dr. José Néstor lencinas es obra del dibujante Cao y se publicó en una edición de 1918 de la revista "Fray Mocho". Una fotocopia a color de la misma fue facilitada por el inolvidable correligionarioo Dr. Carlos Giacobone.