sábado 11 de octubre de 2008

ROJAS, RICARDO, compilado por Enrique Pereira

En una de sus visitas a Paraná, durante la primera etapa del peroismo, el maestro Rojas, como siempre lo haía, visita "EL DIARIO". En el grabado (extrañído de El Diasrio", del 15 de mayop de 2001, aparecen el doctor Arturo Julio Etechevehere, director del matutino y el célebre escritor y eminante dirigente partidario. Los dos preclaros correligionarios paren miorar con preocupación el futuro






ROJAS, Ricardo (1882-1957) Las semblanzas de este ilustre correligionario están insertas con la expresa autorización de su autor. Ricardo Rojas. Promotor de la ciencia y la cultura, y educador

“Nació en Tucumán el 16 de septiembre de 1882.Murió en Buenos Aires el 29 de julio de 1957.

Ricardo Rojas nació en el seno de una de las familias más tradicionales de Tucumán. Su padre, Absalón Rojas, había sido diputado en el Colegio Nacional, Senador y Gobernador de la Provincia de Santiago del Estero.
Fue precisamente en Santiago del Estero donde Ricardo Rojas comenzó sus estudios preparatorios. Cuando su padre falleció, en 1893, la familia se trasladó a Buenos Aires.
Allí residiría Rojas el resto de su vida, excepto por algunos viajes circunstanciales. En esta ciudad, además, se casó en 1913 con Julieta Quinteros, la hija del Gobernador de Tucumán.
Desde muy joven Rojas comenzó a demostrar una excepcional vocación por la literatura: a la edad de 15 años empezó a publicar artículos y poemas en los periódicos locales de Santiago, y recién llegado a Buenos Aires comenzó se expresó a través de la revista Ideas, fundada en 1903 por Manuel Gálvez, y se inició como periodista en el staff de El País, periódico que respondía a Carlos Pellegrini. Más tarde, fue también un asiduo colaborador de Caras y Caretas, desde 1900, y de La Nación desde 1904. Sus artículos y poemas fueron recogidos, posteriormente, en los más importantes diarios y antologías de España y Sudamérica.
Sus estudios se interrumpieron en Santiago del Estero, y nunca obtuvo ningún grado universitario, si bien comenzó a estudiar Leyes, carrera que abandonó a favor de sus trabajos literarios. Más tarde, su prestigio le brindaría dos cargos universitarios y la membresía en varias sociedades científicas, incluso de la Academia Real de Letras de Madrid, de la Sociedad de Historia y Numismática de Buenos Aires, y del Consejo Académico de la Universidad de La Plata. Su educación fue el resultado de sus propios esfuerzos: fue un verdadero autodidacta, disciplinado y constante con sus estudios particulares. Fue un gran lector, además. Así, con sólo 37 años de edad ya era el autor de 20 obras y un referente en el panorama literario nacional.
Su primer libro fue una colección de versos titulado La victoria del hombre, que apareció en 1903, y fue prologado por Guido y Spano en Argentina y don Miguel de Unamuno en España.
Mientras tanto, había cultivado con pasión sus estudios históricos y críticos, y había realizado numerosos viajes. Producto de esta experiencia fueron El país de la selva, una colección de personajes, paisajes y leyendas típicas del interior de la Argentina que publicó en 1907, y El Ucumar, una novela corta sobre la vida del país.
Entre 1907 y 1908 fue a estudiar a Europa, y visitó España, Inglaterra, Italia y Francia. En el Viejo Mundo publicó varias obras, como El alma española, de crítica literaria. A su regreso, presentó sus memorias de viaje en La Nación de Buenos Aires con el título de Cartas de Europa. Entonces, también apareció su libro más controversial, La restauración nacionalista, en el que marcaba la necesidad de reforma de la educación argentina, de acuerdo con sus ideales de nacionalidad y de civilización.
En 1909, la Universidad de La Plata lo invitó a ocupar el cargo de Literatura Española y tres años después la Universidad de Buenos Aires lo propuso como el primer profesor de Literatura Argentina. Bajo estas influencias académicas escribió Bibliografía de Sarmiento, Poesías de Cervantes e Historia de la Literatura Argentina, una obra que repasa el pensamiento argentino hasta 1917.
Junto a Manuel Gálvez y otros importantes pensadores, Rojas integró la "generación del Centenario", un grupo de jóvenes intelectuales nacidos entre 1876 y 1886, que admiraban la obra de la generación que los había antecedido, pero eran críticos de las consecuencias que esa labor había traído al país. Atacaban el materialismo dominante y la falta de ideales, el cosmopolitismo del ´900 y la pérdida de la identidad. Por eso, sus escritos se orientaron principalmente al estudio de los orígenes y la formación de la nacionalidad argentina.
Cuando estalló la Primer Guerra Mundial, el conflicto internacional lo incentivó a escribir artículos y pronunciar conferencias en las que promovía el más ferviente pacifismo. El Gobierno de Francia le reconoció esta labor, en 1922, cuando le otorgó la Cruz de la Legión de Honor.
Ese año, Rojas creó el Instituto de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que con el tiempo se convertiría en el centro de investigaciones folklóricas y de musicología indígena más importante del país. También sería el fundador del Instituto de Filología, del Gabinete de Historia de la Civilización, y de la Escuela de Archivistas, Bibliotecarios y Técnicos para el servicio de Museos.
Por unanimidad de votos, fue elegido Rector de la Universidad de Buenos Aires en marzo de 1926, y permaneció al frente de esa casa de estudios hasta 1930.
En 1934, por su destacada militancia en el radicalismo, fue confinado por algunos meses en el penal de Ushuaia, junto a otros muchos dirigentes radicales. En la arena política, como en los claustros, fue un orador elocuente, que sabía cautivar a la audiencia.
Pasó los últimos años de su vida rodeado por el reconocimiento más generalizado. En 1953, por ejemplo, el Centro de Derecho y Ciencias Sociales lo propuso como candidato al Premio Nobel de Letras, solicitud a la que adhirieron distintas universidades de América.
Rojas falleció en Buenos Aires el 29 de Julio de 1957. En 1982, un decreto presidencial consagró ese día como el "Día de la Cultura Nacional".



Ricardo Rojas, literatura y política.Por Diego A. Barovero*

Ricardo Rojas nace en Tucumán el 16 de setiembre de 1882, hijo de un caracterizado caudillo santiagueño, Absalón Rojas. Desde pequeño debió enfrentar la adversidad al fallecer su padre y quedar a su cuidado sus hermanos menores.
Autodidacta, en 1899 llega a Buenos Aires. En 1903 escribe y publica su primer obra, titulada "La victoria del Hombre".
En 1904 es designado Profesor de Psicología Infantil y de Legislación Escolar en la Escuela Normal de Profesores, por disposición del Ministro de Instrucción Pública Dr. Joaquín V. González. Luego pasa a desempeñarse como Profesor de Historia. En 1906 Cubre la vacante dejada por su hermano Julio asumiendo la cátedra de Castellano en el Colegio Industrial de la Nación.
En 1907 aparece "El país de la Selva", donde relata hechos y fábulas recuerdos de su niñez en la selva santiagueña.
En 1908 se publican tres obras de su autoría: "Cartas de Europa", "El Alma Española" y "Cosmópolis".
Por disposición del Ministro González, en 1909 es designado para organizar la Facultad de Humanidades de la Universidad de LaPlata. En ella se desempeña como Profesor de Literatura, cátedra que ocupa hasta 1920. Publica por entonces "La Restauración Nacionalista".
Hacia 1911 aparecen "Bibliografía de Sarmiento" y "Los lises del blasón". En 1912 gana por concurso el cargo de Profesor suplente de la cátedra de Literatura Argentina de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En las elecciones legislativas de abril es candidato independiente a Diputado Nacional por las agrupaciones "Círculo Universitario Alberdi" y "El Día del Civismo". Se publica su obra "Blasón de Plata".
Para 1913 es elegido Profesor titular de la cátedra de Literatura Argentina; dictándola hasta 1946. Publica "Archivo Capitular de Jujuy". Se funda el Colegio Nacional Manuel Belgrano, y le son ofrecidas las cátedras de Castellano y Literatura, las que dicta hasta su jubilación. Ese año se casa con Julieta Quinteros.
En 1915 se publica su libro "La Universidad de Tucumán" y un año después se publican "Poesías de Cervantes" y "La Argentinidad".
Para 1917 publica lo que sería considerado su más grande y original obra: "Historia de la Literatura Argentina"
Con motivo de la Reforma Universitaria de 1918 redacta la "Profesión de Fe de la Alianza de la Nueva Generación", apoyando a la juventud de Córdoba.
Es elegido Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en 1922; en ella funda el Instituto de Literatura Argentina, del que sería su Director hasta 1946. Publica "Los Arquetipos".
Hacia 1923 se publica su libro "Poesías"; y en 1924 aparecen "Eurindia"; "La Guerra de las Naciones", "Facultad de Filosofía y Letras" y "Discursos".
En el año 1926 la Asamblea Universitaria lo elige Rector de la Universidad de Buenos Aires para el período 1926-1930. Bajo su rectorado, la Universidad de Buenos Aires y Yacimientos Petrolíferos Fiscales fundan el Instituto Argentino del Petróleo, dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
En 1927 publica "Las Provincias" y "El Cristo Invisible".En 1929 se publica su primer obra de teatro, intitulada "Elelín".
En 1930 publica "Discursos del Rector", "Silabario de la Decoración Americana", "La Historia de las Escuelas" y "Memoria del Rector".
Luego del golpe militar encabezado por el General José‚ F. Uriburu que derroca al gobierno constitucional del Presidente Hipólito Yrigoyen se afilia a la Unión Cívica Radical como gesto de valentía civil.
En las elecciones de 1931 encabeza la lista de candidatos a Diputados Nacionales de la U.C.R. por la Capital Federal. Al ser vetada la fórmula proclamada por el partido, Alvear-Güemes, propicia la abstención radical. Redacta el manifiesto de la U.C.R. "El Comicio Cerrado".
En 1932 escribe y publica "El Radicalismo de Mañana". Un año después en 1933 publica "El Santo de la Espada"(Biografía del Gral. San Martín). El 30 de diciembre, como consecuencia del estallido de revoluciones radicales en diversos puntos del país, es detenido y arrestado junto con toda la plana mayor de la U.C.R. y la mayoría de los delegados a la H. Convención Nacional reunida en la provincia de Santa Fe. Es alojado en la Isla Martín García.
El 5 de enero de 1934 es confinado, junto con otros prestigiosos dirigentes radicales en el penal de Ushuaia. Su cautiverio se prolonga durante casi todo el año. Allí escribe su ensayo "Archipiélago" y el poema "El Albatros".
En 1935 publica "Cervantes". Como consecuencia de la resolución mayoritaria de la H. Convención Nacional de la U.C.R. de levantar la abstención electoral, renuncia a su cargo de delegado al alto cuerpo y se retira de la militancia partidaria activa.
Para 1938 se publican sus obras "Retablo Español" y "La Casa Colonial" (Teatro). En 1939 publica la obra de teatro titulada "Ollantay" y "Un Titán de los Andes".
En 1941 Publica "El Pensamiento Vivo de Sarmiento" y un año más tarde se publica "Archipiélago", hasta entonces inédito. En 1943 escribe y publica otra obra de teatro, titulada "La Salamanca".
En 1945 aparece "El Profeta de la Pampa"(Biografía de Sarmiento).
De retorno a la militancia política la Unión Cívica Radical lo postula como candidato a Senador Nacional por la Capital Federal para las elecciones del 24 de febrero de 1946. En disconformidad con la política del gobierno del General Perón, renuncia a sus cátedras en la Universidad y en los Colegios Nacionales y al Instituto de Literatura Argentina.
En 1947 publica el ensayo histórico "La Entrevista de Guayaquil" acerca de la conferencia de Bolívar y San Martín en la ciudad ecuatoriana.
En 1948 es elegido por unanimidad como Presidente de la Honorable Convención Nacional de la Unión Cívica Radical.
En 1951 Reaparece "La Victoria del Hombre y Otros Cantos" y se publica su "Ensayo de críticas históricas sobre episodios de la vida internacional argentina".
Con motivo de cumplirse en 1953 el Cincuentenario de la publicación de su primer obra (el poema "La Victoria del Hombre") realiza una gira por varias provincias argentinas, dictando conferencias. Una comisión presidida por el Dr. Enrique Loudet lo postula para el Premio Nobel de Literatura.
En 1954 publica su "Oda Latina" y en 1955 escribe otra obra de teatro intitulada "El Mataquito". Ese año el gobierno provisional de la Revolución Libertadora lo designa Embajador ante la República del Perú; de la que nunca se haría cargo por la circunstancia de que esa nación se encuentra gobernada por la dictadura de Manuel Odría.
En 1957 escribe "San Martín. Hombre de Estado", que constituye un original entregado al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación y que permanece inédito. Fallece en Buenos Aires el 29 de julio y dona al Estado su biblioteca y su casa sita en la calle Charcas 2837 de la Ciudad de Buenos Aires.
Sin más título que el de bachiller fue doctor honoris causa de las universidades de Buenos Aires, de Río de Janeiro y de San Marcos de Lima, miembro de las academias y sociedades científicas de Estados Unidos, Francia, España, Méjico, Venezuela, Uruguay.
Polígrafo multifacético, intelectual orgánico, maestro de la juventud, demócrata convencido. La vida y la obra de Ricardo Rojas constituyen un ejemplo para todas las generaciones de argentinos.

Periódico Doctrina Radical Nº 4
Marzo de 1993 - Contratapa
Ricardo Rojas fue un brillantísimo intelectual que incursionó en la literatura, el periodismo y la política. Su accionar en todos estos campos fue ejemplar, recordar algunas de sus posiciones ideológicas es siempre abrevar en una fuente de patriotismo, sensibilidad y conducta fuera de lo común.


“El problema argentino de nuestro tiempo es más un problema social que un problema político”.

"Vuelven hoy a encontrarse frente a frente, como en la Colonia, y en la emancipación, la oligarquía y el pueblo, la reacción regresiva y la evolución creadora, la generosa intuición de la argentinidad y el egoísmo sensual de sus minorías alucinadas”.

“Habíamos dicho que fundábamos unas Repúblicas democráticas, pero despreciábamos al nativo, que es el pueblo, y habíamos dicho que fundábamos naciones autóctonas pero excluimos de nuestra cultura al elemento localizador que es el aborigen”.
* Abogado. Profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires y del Colegio Nacional de Buenos Aires. Secretario General del Instituto Yrigoyeneano. Autor de “Ricardo Rojas, de las letras a la política”. Ed. Lassús. 1998.



-------------------------------------





Juventud Radical de Salta

Los jóvenes somos el presente y construimos el futuro :


RICARDO ROJAS A 50 AÑOS DE SU PARTIDA: 1957 - 29 DE JULIO - 2007
Archivado dentro de (General) por MATIAS_ASSENNATO el 29-07-2007
Nacido en Tucumán el 16 de setiembre de 1882, Ricardo Rojas provenía de una familia de abolengo criollo oriunda de Santiago del Estero, su padre Absalón era conspicuo integrante de la oligarquía local y fue dos veces gobernador de la misma. En 1899 llegó a Buenos Aires para estudiar Derecho, pero pronto se dedicó a las letras.
Escribió en el diario “La Nación” y en las revistas “Caras y Caretas” y “La Novela Semanal”. Incursionó en la poesía, el teatro, la critica y el ensayo. En 1903 publicó su primer obra “La Victoria del Hombre” y en 1907 “El País de la Selva”.
Cuando la garra del nazismo asolaba el continente europeo y faltaban apenas días, para que estallara la segunda conflagración mundial, la más sangrienta e inhumana masacre de la historia universal; Ricardo Rojas habló a la juventud universitaria de Buenos Aires. El 22 de mayo de 1939 una delegación de la Federación Universitaria de Buenos Aires se acercó a su casa para recibir la bandera nacional que el maestro donaba para una manifestación pública que se realizaría dos días después. En esa oportunidad, Ricardo Rojas les brindó a esos jóvenes su interpretación sobre la gravedad del momento que atravesaba la comunidad internacional y la sociedad argentina: “Cruje otra vez el mundo, como en los tiempos de 1810, y la tempestad se anuncia de nuevo en el anubarrado horizonte. ¡Guay de los pueblos que en la nueva crisis no sepan quienes son y donde están y cual es su destino!. Los pueblos sin conciencia nacional vigorosa serán los únicos derrotados… Ha habido en la historia una revolución inglesa… y una revolución francesa… como hay actualmente una revolución rusa, una revolución italiana y una revolución alemana; pero ha habido también una revolución argentina que recobró su tierra por la emancipación y que fundó su estado por la constitución democrática, como nacimiento de un nuevo pueblo con misión histórica en esta parte del mundo… Comprendo que en la moderna comunidad planetaria de la civilización sea imposible substraerse a las influencias internacionales; pero me refiero a que cada pueblo debe enfrentarlas con la conciencia de su propio ser, sin dejarse penetrar por ellas como de la humedad la materia porosa, ni dejarse llevar por ellas como en el viento las hojas caídas. Sacuda el vendaval los ramajes, pero haya tronco firme para resistir la tormenta. Arbol nutrido en la sustancia viva de la propia tierra, eso queremos ser… Como en las generaciones de 1810, 1837, 1853, 1880, tenía una obra que realizar en la patria, exenta de sugestiones foráneas, que son intelectualmente frívolas porque no arraigan en la vida o políticamente peligrosas porque conducen a la traición. Esta enseña es de libertad, de fraternidad y de justicia. Nada hay más sagrado para nosotros que seguirla y defenderla…”. Injustamente se ha sostenido que Ricardo Rojas tuvo frente a los totalitarismos fascista y nazi una posición ambigua, algo que es desmentido por las palabras antes citadas. Además, en el tributo que permanentemente rendía en sus obras a las generaciones de 1810, 1837 y 1853, estaba la matriz de su definición ideológica por la libertad frente al autoritarismo y la tiranía. En su corajuda adhesión al Radicalismo derrocado el 6 de setiembre y su desprecio por el ensayo corporativo de Uriburu, hacía patente su compromiso con la democracia.


ALGUNOS HECHOS DE SU VIDA
*Ricardo Rojas tuvo una primitiva incursión en la lucha política en los primeros comicios realizados bajo el imperio de la Ley Sáenz Peña en abril de 1912 como candidato a Diputado Nacional por la Capital Federal, como figura independiente.
*En 1926 fue elegido rector de la Universidad de Buenos Aires bajo el imperio de los principios reformistas de autonomía y cogobierno.
*El golpe militar del 6 de setiembre de 1930 contra el gobierno constitucional del Presidente Hipólito Yrigoyen fue la causal por la que Ricardo Rojas ingresó decididamente a la militancia política desde las filas de la Unión Cívica Radical, a la que se afilió luego de resultar triunfante la revolución que derrocó el gobierno de ese partido.
*En 1934 el gobierno de facto les comunicó a vaios integrantes de la UCR que quienes antes del día 8 no hicieran opción por salir del país en virtud del estado de sitio, serian confinados en el lejano sur. Ante la estupefacción general, RICARADO OJAS EXPRESÓ : “Señor: ‚esta no es la Argentina por la que he trabajado durante treinta años, ni es la Patria donde he educado a varias generaciones de hombres libres…” . Ricardo Rojas fue confinado finalmente en el penal de Ushuaia, en ese destino lo acompañaron Honorio Pueyrredón, Adolfo Güemes, Mario Guido, José Luis Cantilo, Federico Alvarez de Toledo, Juan O’Farrell, Enrique Mosca y Víctor Juan Guillot. Este último, hombre de espíritu cultivado y afecto a las letras (Había recibido dos premios municipales por libros publicados), en su obra “Paralelo 55°- Ushuaia. Dietario de un confinado” relata con prosa agradable y en tono intimista, las características de la detención que soporta junto con sus notables camaradas de cautiverio. Destaca la infatigable laboriosidad de Don Ricardo Rojas, quien no se siente disminuido por las condiciones de detención y prosigue ininterrumpidamente su obra literaria e histórica. Durante su confinamiento en ese lejano extremo continental que duró prácticamente todo el año 1934, Rojas escribió el poema “El Albatros” y también “Archipiélago” que se publicó por entregas sucesivas en “La Nación” varios años después entre agosto de 1941 y enero de 1942, para luego compendiarse en un libro, que mereció de Alfredo Palacios el siguiente comentario: “Más que de un literato, éste es el libro de un gobernante”. *En 1948 fue elegido Presidente de la Honorable Convención Nacional del Radicalismo * Rojas dio a conocer una obra que se convirtió en cumbre de la doctrina radical: “El Radicalismo de Mañana”. En uno de sus pasajes expresó: “Esta realidad social nos impone un programa de emancipación económica, de autonomía creadora, de liberación nacional. Al integrar nuestra incipiente economía realizaríamos un mejoramiento de la patria y un mejoramiento de la vida popular. El Radicalismo entiende que su principal misión política consiste en organizar la Argentina como un pueblo de elevada civilización, y ello implica la necesidad de redimir a los trabajadores, dándoles tierra, habitación, cultura y seguridad”.
HOMENAJE A RICARDO ROJAS
Por Víctor H. Martínez
Haciendo un paréntesis al episodio del acontecer diario, nos reunimos hoy en la universalidad de la cultura para rendir merecido homenaje a un espíritu luminoso, que brilló con luz propia en el firmamento de la intelectualidad argentina.Córdoba, que lleva siempre en su alma de ciudad viva y despierta cuanto pueda significar dimensión de progreso, no olvida nunca a los hijos de provincias hermanas que en su acción trascendieron los parajes locales, para fortalecer de un modo u otro los caracteres prístinos de la argentinidad, y así llega en esta ocasión con humilde pero sentido tributo al tucumano ilustre, Ricardo Rojas, Santo de la Letra Americana.Rojas cultor del profesorado en sus cátedras de literatura española y de filosofía; Rojas Decano de Facultad, Rector de la Universidad Nacional y consejero de la Universidad de La Plata; Doctor “honoris causa” de Universidades extranjeras; Académico de Madrid, New York, Perú, Uruguay, Venezuela, México y Santo Domingo. Rojas periodista, crítico, poeta, dramaturgo, historiador y político, sirve en la augusta dignidad debida a las deidades líricas, poniendo en su cielo pinceladas recias que son amaneceres permanentes para el mundo entero.Su pluma no reconoció jamás la fatiga de sus manos, y a sus manos bajó el arte del saber decir, alimentado por la idea vigorosa y brillante, que abrevó su sed de exposición en las fuentes más diversas, pero siempre autóctonas y puras. En “La Victoria del Hombre”, “Lises del blasón”, “Canciones” y “Oilantay”, canta el poeta para enmudecer al hombre. Con riqueza descriptiva dialoga luego con el árbol, el indio y el gauchaje bravío, llevándonos, con calidad de auténtico guía, a través de “El país de la selva” penetrando también en el mundo mágico de las bambalinas con sus obras “Elelin” y “la Casa Colonial”.Rojas coloca siempre banderas de avanzada en la literatura sin abandonar un paciente retorno al pasado histórico. El literato no deja jamás al historiador y de este modo la galanura del lenguaje va nutrida por la visión de lo que fue, que nos regala sin esfuerzo en “El santo de la Espada”, “Cartas de Europa”, “Las Provincias”, “El profeta de la pampa” y en su obra cumbre “Historia de la literatura argentina”.Y aún es su personalidad más rica, pues el literato e historiador abraza la inquietud filosófica buscando la explicación de una continuidad lógica en su “Filosofía de la Nacionalidad” que integran “la restauración nacionalista”, “Blasón de Plata”, ” Argentinidad:” y “Eurindia”, donde nos es dable investigar los aportes que concurrieron a la formación de los pueblos hispanoamericanos y contemplar una incitación ferviente por la cultura autóctona.En nuestro pensamiento, no aceptamos americanismo alguno sin un espíritu absolutamente franco hacia la libertad y rebelde a las cadenas de la opresión que someten la personalidad humana. La historia de América ha identificado siempre a sus hombres en un eco libertador que no reconoció nunca obstáculos de glaciares, macizos, selvas ni cuencas oceánicas. Sólo claudicando del ideario americano, traicionando sus orígenes u oscureciendo su porvenir, es posible no participar de este concepto. Rojas, rastreador eminente del ayer y fiel a las lecciones que aprendiera y enseñara, no claudicó ni traicionó y en consecuencia, perturbadas las libertades públicas en 1930, sufrió el confinamiento en Ushuaia por defender junto a las legiones cívicas del radicalismo la restitución de los principios de libertad y democracia. En las horas aciagas que todo país es susceptible de vivir por el materialismo, la ambición, el olvido o la incomprensión de los hombres que cobija, o en las etapas donde la serenidad y la cordura comienzan a sentar su debida señoría, conceptuamos necesario hacer un alto en el camino para en breves semblanzas como ésta, rectificar los errantes derroteros o refrescar la huella fatigosa de la paz, abierta con franqueza. por espíritus como Ricardo Rojas.
(Extraído de ‘Discursos’ de Víctor Martínez, 1965, Imprenta de la Universidad Nacional de Córdoba.)


JUVENTUD RADICAL COMITÉ SALTA CAPITAL … SIGUIENDO LA LINEA INTRANSIGENTE QUE MARCARÓN ALEM E YRIGOYEN… Y SIENDO RADICALES NO SOLO POR HERENCIA SINO TAMBIÉN POR ACCIÓN .
Copyright © Juventud Radical de Salta. Derechos Reservados.


La fotografía superior, escaneada de una vieja revista muestra a Rubésn Darío y a Ricardo Rojas, en París.



ROJAS, NERIO, por Enrique Pereira

ROJAS, Dr. Nerio (1890-1971) Fue, a la vez, un científico de fama universal y un valiente militante de base radical, hombre de ciencia y de comité, intelectual y politico –que no son términos antagónicos, como creen los imbéciles, sino complementarios. Nerio Rojas, el científico, obviamente creía y amaba la ciencia, y como ser político racional, no creía en los “puntos”, negación de la política y madre de la politiquería, que es su antítesis.

Había nacido en Santiago del Estero el siete de maro de 1890, se había especializado en Psiquiatría y Medicina Legal, egresando de la Universidad Nacional de Buenos Aires en 1913, con una tesis que versó sobre “La literatura de los alienados.”. En París obtuvo en 1920 el título de Médico Legista.

Fue por largis años profesor universitario y perito legista de la Policía de Buenos Aires.

Dado que no era un olfa de los milicos, fue arrojado, por demócrata. de sus cargos, al tumbar los delincuentes actuantes el seis de setiembre de 1930, con un sujeto de apellido Uriburu al frente. En la ciudad de Buenos Aires, donde se había radicado, desempeñó numerosos cargos en las filas partidarias. Fue presidente del Comité de la Seccional 14, integrante del Comité de la Capital, delegado a la Convención Nacional de la UCR, etc.

Actuó intensamente y fue perseguido durante la década infame. Integró diversos organismos de lucha contra el fascismo y de solidaridad con la España Republicana.

Las persecuciones de que fue objeto, tanto del dictador Uriburu como del corrupto usurpador A.P. Justo no frenaron su actividad científica y, menos auun , su miulitancia radical. Era una persona incansable y generosa con su saber y un tremendo impaciente con los que, ante él, querían “mandarse la parte”.
Fue, con suprema capacidad, diputado nacional por la ciudad de Buenos Aires en los períodos 1942-1943: 1946-1950 y 1958-1962.

Al orquestar A. Frondizi la divsión de la Unión Cívica Radical, a los fiones de volcarse a la derecha, el Dr. Nerio Rojas se mantuvo, obviamente en las filas del radicalismo yrigoyenista, por el cual fue diputado en el período encionado en último tér,imo.
Cabe señalar que su paso por el ·”Bloque de los 44, lo convirtió en uno de los mas destacados legisladores del Radicalismo. No nos cansaremos de señalar que esos 44 legisladores (los entrerrianos fueron Silvano Santander, Luis R. McKay, Raúl Uranga…), y otros de la talla de Ricardo Balbín, Arturo Frondizi, Arturo Illia, Alfredo Vítolo, Atilio Cattáneo, Mauricio Yadarola, Mario Gil Flood, Tomás González Funes, Antonio Sobral, Agustín Rodríguez Araya…. y tantos mas.Cada uno era un baluarte de talento y coraje que mantuvieron por años la mística y la unidad de la UCR.

Eran los tiempos en que para elegir legisladores nacional se tenían en cuenta la trayectoria y el talento, la capacidad de representar al pueblo y el coraje real para plantear lasa denuncias mas difíciles y peligrosas… Eran los tiempos en que, al obsequierlaes el régimen imperante dos años aos de mandato a los legisladores que terminaban en 1950, de los veintidos diputados nacionales “agraciados” por el úkase, los veintidos renunciaron, satisfechos de ser buenos radicales. Ños “pre K” (Quijano, Juan I. Cooke, Tanco,) ya estaban, siguen estando en el basurero de la historia con minúscula.

En 1963 3l ulutre correligionario fue designado por el Presidente Illia Embajador ante la UNESCO, donde cumplió una tarea ejemplar. También fue Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Buenos Aires, Presidente de la Asocación de Medicina Legal , miembros de academias especializadas tanto en el paìs como en el extranjero.
Sería interminable mencionar sus obras científicas y su nómina se encuentra en cuanlquier encicolopedia o en internet, pero mencionemos”Psicología de Sarmiento”, “La psquiatría ante la legislación civil”, “El hombre”, Compendio de Mediciona Legal”, “El diablo y la locura y otros ensayos”, “Biología de la Libertad”, et.,etc..
Personalidad extarordinaria y militante incansable, su vida se extinguió en 1971, ante el dolor de sus correligionarios
De http://www.planetariogalilei.com.ar/ameghino/biografias/rojn.htm , nos hemos permitido extraer esta reseña sobre el extraordinario político y militante de la Unión Cívica radical: “Nerio Rojas fue uno de los más destacados médicos legistas que tuvo el país durante el siglo XX.
Nació en Santiago del Estero, en 1890, pero desde muy joven se trasladó a Buenos Aires. Allí estudió medicina, en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires. En 1914, su tesis doctoral, llamada La literatura de los alienados: su valor clínico y médicolegal, ganó el Premio Wilde, uno de los más destacados de su época.
Posteriormente, Rojas siguió los estudios médicos en la Universidad de París, donde obtuvo una gran experiencia, merced a su trato con los alienistas europeos más célebres. En Buenos Aires y en París, Rojas se formaría, esencialmente, como médico legista, especialmente interesado en la psiquiatría forense.
En 1924, fue designado Profesor titular de la Cátedra de Medicina Legal en la Facultad de Medicina (UBA), cátedra que había sido creada en 1875 y que por mucho tiempo fue dirigida por Eduardo Wilde. Al frente de la Cátedra, Rojas se mantendría hasta 1946.”
Posteriormente, fundó la Sociedad de Medicina Legal y los Archivos de Medicina Legal.
Fue autor de numerosas obras de su especialidad: Psicología de Sarmiento (1916); Compendio de medicina legal (1918); Lesiones. Estudio médico-legal (1926); Medicina legal (1936 y 1942), un tratado que durante mucho tiempo se usó en la enseñanza universitaria; El contagio venereo ante la medicina forense (1937); La psiquiatría ante la legislación civil (1938); Biología de la libertad (1958), entre otras.
En 1955, y por algunos meses, fue Decano de la Facultad de Medicina de la UBA, en carácter de interventor. Poco tiempo después, fue nombrado miembro de la Academia Nacional de Medicina.
Rojas fue, además de médico, un hombre público, que militó en política y participó de distintas asociaciones civiles de Buenos Aires. Entre 1858 y 1859, por ejemplo, fue Presidente del Rotary Club.
Su escritura, aun en los ensayos más técnicos, demostraba un estilo ágil y vistoso, estilo que compartía con su hermano, Ricardo Rojas.