viernes 15 de agosto de 2008

RICO, PEDRO BENIGNO, por Enrique Pereira


RICO, Dr. Pedro Benigno (1896-1977) Dirigente radical que durante mas de sesenta años actuó incansablemente en Paraná Campaña, cuyo Comité Departamental presidió. Integró, simismo, el Comité Provincial, el Congreso Provincial, etc.


Estuvo unido a Don Hipólito Yrigoyen por una estrecha amistad y una singular compenetración ideológica.


El doctor Rico nació en María Grande, Departamento Paraná, el 1 de agosto de 1896 y desde muy joven participó en las acciones cívicas que, con la implantación del sistema democrático mediante el voto libre, otorgó el triunfo a la UCR en Entre Ríos en el año 1914.


Estudio derecho en la Universidad Nacional de Córdoba y luego de recibirse de abogado, profesión que ejerció con inteligencia y espíritu solidario, se significó en la vasta zona de Paraná Campaña como uno de los dirigentes mas activos y conocedores de las necesidades populares.
Al producirse la escisión del llamado “impersonalismo”, se mantuvo en la legalidad partidaria, es decir con el Comité Nacional de la UCR.


Su trabajo partidario le valió ocupar una banca en la Cámara de Diputados de Entre Ríos en el período 1928-1931, donde se batió con singular denuedo en defensa del gobierno radical encabezado por el Dr Hipólito. Yrigoyen.


A poco de producirse el golpe profascista del ex diputado nacional conservador J.F. Uriburu, el diputado Rico fue convocado de urgencia a una reunión un tanto misteriosa en el domicilio de otro prominente dirigente radical, en la ciudad de Paraná, en las cercanías del Hipódromo, por entonces en las afueras de la capital. Según lo narrado, muchos años después por el propio doctor Rico al ex concejal radical de Paraná Escr. Moisés Benjamín Melijovich, éste nos describe así el episodio: “Llegado don Pedro Rico a la casa del dirigente que lo llamó, el doctor Basaldúa, este le dijo: ‘Vos que sos diputado y tenés fueros, debés llevar en tu auto al general Severo Toranzo hasta Rosario. Andá a buscarlo a tal sitio que allí está oculto el general esperando con otro amigo.”

“Rico marcha al lugar indicado y se encuentra con el encargado del local, obviamente un correligionario de extrema confianza, que estaba acompañado por una mujer semi cubierto el rostro con el clásico tul de la época, sentada en la penumbra, y recibe la sorpresa de su vida, cuando le presenta a la “señora” como el general Severo Toranzo, muy mal disfrazado de mujer.”
Y sigue el correligionario Melijovich con la narración del episodio: “Parte el singular dúo hacia Rosario, cruzan el Paraná por la balsa, que los deja en el puerto de la ciudad de Santa Fe y viajan largo trecho sin problemas, amparados presuntamente por los fueros, hasta que cerca de Rosario los detiene una patrulla militar. Un oficial lo saluda, don Pedro le advierte al militar sobre las patentes de legislador del coche y le muestra su carnet de tal. El oficial le expresa” Diputado, usted será legislador en Entre Ríos, pero en Santa Fe usted no tiene fueros. Muéstreme su documento y el de la señora”.


“El mío sí, sirvase, el de la señora, de ninguna manera, le contesta el doctor Rico.”
“Se sucede un tira y afloje, peligroso, ya que el general Toranzo, si era capturado por el gobierno usurpador podía ser fusilado, pues estaba condenado a muerte, por supuesta rebelíón contra la dictadura. Rico comprende que la situación no daba para mas y apela a un desesperado y pintoresco ardid: se baja del auto, lo lleva aparte al oficial y le expresa en voz muy baja: “Mire capitán, los dos somos hombres y caballeros, esta señora, es de una familia importante de Rosario, está casada y aterrada ya que si se descubre este romance conmigo, el marido es capaz de matarla.” El militar mira, desde cierta distancia, a la semicubierta “dama” y, casi compasivamente. le dice: “Vaya, diputado, vaya nomás. Está bien. Pero discúlpeme si le digo que usted, para elegir mujeres, tiene un mal gusto impresionante.”


Este episodio demuestra la enorme valentía de muchos de los radicales que durante la década infame, en la clandestinidad, debieron salvar vidas, en este caso la del corajudo correligionario general Severo Toranzo.

El doctor Rico fue uno de los dirigentes yrigoyenistas que, en permanente contacto con el presidente del Comité Nacional, doctor Marcelo T. de Alvear, mas bregó por la reunificación del Radicalismo entrerriano, hecho que .como ya se ha señalado en este trabajo, llevó mas de cuatro años de gestiones, hasta que se concretó en 1935.

Siempre vinculado al campo, don Pedro Rico, recorría incansablemente a “sus” radicales, no escapando a las largas tertulias en los que pulsaba la guitarra con singular maestría, Fue hombre de campo y hombre de leyes, culto, alegre, sencillo y generoso. Varios poetas fueron sus amigos y uno de sus preferidos fue el recordado Juan L. Ortíz, a quien le escuché decir mas de una vez “Pedro es uno de los mejores guitarristas que he escuchado.”

Fue elegido senador provincial por el departamento Paraná para el período 1943-1947, pero la anulación de la elección por los hechos de junio del 43 le impidieron ejercer su representación.
De vuelta al llano, el doctor Rico no aflojó en su militancia, junto a varios de los miembros de su familia. Era una referencia inconmovible en el radicalismo de Paraná Campaña. Ostentó, durante esos años, algunas de las candidaturas que en los tiempos duros se denominaban “líricas.”

Su lealtad y su capacidad lo llevaron, en 1957, en representación de la Unión Cívica Radical del Pueblo, a la Convención Nacional Constituyente, que se reunió en la ciudad de Santa Fe.
Tenía, como se ha dicho, un espíritu generoso y abierto, que no retaceó su apoyó a diversas expresiones de la cultura, entre ellas la Universidad Popular de Paraná, alentando junto a otros jóvenes de su tiempo la “Asociación Estudiantil Museo Popular”, que años mas tarde se plasmó en el museo de Entre Ríos, fue vocal del Automovil Club Argentino, de la Biblioteca Popular del Paraná, etc.

Su presencia en los ámbitos radicales se prodigó hasta poco antes de su muerte, ocurrida el lunes 3 de enero de 1977, recibiendo en el sepelio de sus restos en el Cementerio Municipal de Paraná, el homenaje acongojado de sus correligionarios y de sus innumerables amigos.
La fotografía del doctor Pedro B. Rico fue suministrada por su sobrino Luis Zanabria, dirugente radical de la ciudad de Paraná.