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Dios y el Diablo |
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En la Patagonia |
En la Patagonia amanece temprano y las noches son cortas. Podríamos decir también junto a Gonzalo Arango que a veces Dios está en todas partes menos en Punta Arenas. Joaquín (23) salió este domingo 25 de noviembre de su casa para divertirse. Lo hizo como muchos jóvenes de Punta Arenas y del mundo. También -como muchos jóvenes de Punta Arenas y el mundo- a llevarse el horizonte por delante. Salió con su primo Mauricio y la novia de éste, Vanesa. Primero fueron a bailar a la Disco Morena, allí bailaron hasta las tres de la mañana, luego fueron a la Disco Boriquas. Allí Joaquín se encontró con su novia, Claudia y estuvieron ahí hasta las cuatro de la mañana. La crónica dice que enfilaron por calle Nogueira, subieron por Errázuriz, doblaron al sur por Chiloé, continuaron por Avenida Independencia hasta llegar a Armando Sanhueza. Cuentan que cuando estaban en la calle Armando Sanhueza número 1454, Joaquín extrajo desde sus bolsillos un revólver calibre 22. Allí Joaquín le propuso a su primo Mauricio jugar a la ruleta rusa. Brevemente le explico a su primo en qué consistía el juego, dejar el barrilete del 22 una sola bala, girar el tambor y gatillar. Junto con explicar el procedimiento tuvo la osadía e insensatez de llevarlo a cabo. La Suerte y Dios aquella madrugada andaban de paseo en otras fronteras. Favoreciendo o no a tantos millones que habitan este pequeño y tonto mundo nuestro. En la foto podemos observar a la izquierda a Joaquín, a su lado la novia, Claudia, casi muerta de desolación y espanto. En el lado derecho a su primo Mauricio con todo el inmenso dolor del mundo, casi muerto de desolación y espanto. Al centro y de pie a la novia de Mauricio, casi muerta de desolación y espanto, dando por celular las primeras noticias del desastre a los familiares. La foto fue tomada minutos después de la tragedia. Se ve de día ya que en la Patagonia amanece temprano y las noches son cortas.
Foto de Bernardo Balbontín
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Vendo biografía |
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En la Patagonia |
Petiso, orejudo, enjuto y con traje. Era así como se presentaba cada noche en el prostíbulo de La Rucia. Pero también petiso, orejudo, enjuto y con traje era como andaba siempre por el pueblo. Crespito le decían. Tenía un sólo pelo en la cabeza. Un pelo crespo. Tenía en la mirada la determinación de conseguir aquello que otros hombres dudaban en obtener. Era implacablemente feo. Pero aquella mirada zahorí era su emblema. Era distinto. Ser distinto en el arte, en la ciencia, en el fútbol o en la vida te lleva al éxito o al fracaso. Eso bien lo sabía Crespito. O lo intuía. Fue así como conquisto a María. La mejor puta de donde La Rucia. Crespito era distinto. Y se la llevó. La sacó del ambiente. La instaló en su mediagua y la llenó de obsequios. Café, mate cocido, pollo al almuerzo y tres enaguas que brillaban al sol en el cordel. María era feliz y Crespito aún más. Los pájaros eran felices, las gallinas y el puerco que habitaban el patio al fondo de la casa eran felices. Cuando Crespito se iba a trabajar al frigorífico del pueblo María se quedaba esperándolo, cuando regresaba, los pájaros, las gallinas, el puerco, María y Crespito eran felices. Y así transcurrió una larga temporada hasta que María conoció a Empaná Ahorcá. Empaná Ahorcá era también distinto. Debía su apodo a que su abuela que hacía empanadas, promocionaba su producto de una manera bastante particular. Colgaba el amasijo de carne, cebolla, perejil y pasas de un hilo y lo ponía en su ventana. $50 la docena. Se conocieron en el grifo de la esquina cuando ambos iban a buscar el agua. Mejor dicho se reconocieron ya que ambos se habían visto ya en el prostíbulo de La Rucia. Las horas de espera son largas, más aún en la Patagonia. Y para María las horas que esperaba a que Crespito llegara a casa desde el frigorífico eran letales, eternales, ocho horas para una mujer hermosa sin recibir un piropo son un siglo. Y prontamente congeniaron. Es que como ya hemos dicho Empaná Ahorcá era distinto. Diez años más joven que Crespito y número cinco de la selección del pueblo E.A. era una maravilla de persona, amable, galante y además escribía versos. El diablo cuando no da miedo, sobrevuela las sacristías o mete la cola. En esta escena de tres metió la cola y el resto. Fue así como Crespito encontró a Maria y E.A. en la cama, felices ellos, los pájaros, las gallinas y el puerco. Crespito se había retirado tres horas antes del trabajo porque quería darle una sorpresa a María. Le habían aumentado el sueldo y le habían aumentado la categoría. Llegaba aumentado y silbando. En aquella época el silbido era tenor de buen estado de ánimo. Incluso uno sabía quién venía sin verlo sólo por el silbido. Ahora ya nadie silba. Pero no ahondaremos sobre digresiones silbísticas. No nos compete. Aboquémonos a nuestra historia. Los encontró en la cama, en su cama, y se retiró discretamente con el alma descuartizada. En cualquier lugar que no sea la Patagonia el alma está adolorida. En la Patagonia el alma, en estos casos se encuentra descuartizada. Se da unas vueltas por ahí, por el Infierno y vuelve a casa a la hora acostumbrada. María lo recibe como siempre con besos y abrazos. Él también. Pero nota que los pájaros, las gallinas, el puerco y él ya no son felices. Le dice a María que debe arreglar una rueda para el carro. El carro que utiliza para vender las entrañas de ovejas por las calles del pueblo los fines de semana. Pone a calentar un fierro en la fragua y toma a María por la cintura, la besa como siempre, más que siempre, con ardor, con vehemencia, con furor. María hierve como el fierro en la fragua. Y se van a la cama y hacen el amor. El sexo. En un momento él le dice "espera", vuelve con el fierro y se lo entierra en la vagina. La mata. Aquello pasó hace cincuenta años, en el pueblo dicen que María era muy linda pero que nunca tendría que haber engañado al pobre Crespito que era tan bueno. Yo escucho, me callo y escribo.
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Decepción |
No entro en ti a través de "comentario" porque carezco del valor necesario de pagar lo que hay que pagar porque estoy podrido de pagar y cuando en vez de pagar tengo que cobrar, la insatisfacción es más concreta y asfixiante. O sea: basta que asome mi nariz sobre una mesa para que un empleado municipal me encierre en prisión y me condene a miles de años de penuria pues a la reconstrucción del pasado es difícil ponerle mesura y la incomprensión es fácilmente jurídica.
...la palabra no es útil porque oral o escrita, desvirtúa lo que dice.
Decepción, hoy celebro tu nombre, tu nombre que se ha negado a ser "Marlene Dietrich", que se ha negado a ser "Repsol, YPF". Ciorán y Celine comentan en tu blog firmando "anónimo" "Perico de los Palotes", "etc" y alguno de esos comentarios tiene la fuerza de una bomba atómica casera capaz de lograr una reacción en cadena con este viejo planeta.
Cuando un hombre no sabe qué hacer, le pega un tiro en la cabeza a otro hombre, o descerraja un pedo y lo celebra públicamente. Sin embargo estos festejos funcionan simplemente como ansiolíticos baratos frente a la corrosión existencial, frente a la responsabilidad social, frente a la verguenza de cuando te atrapan luego de haber robado o asesinado.
Si la lucidez quema, entonces ¿los incendios se apagan para que dejen de iluminar a su alrededor?
Hay putas buenas y santas y hay putas energúmenas. O sea el coito humano debería ser eterno y ni siquiera sucede. Las pasiones humanas, incluido el fútbol, se calman con armas de exterminio masivo (productos alimenticios internacionales, granadas neutrónicas, etc). O sea, no damos soluciones, a lo sumo nos creemos machos y ofrecemos la verga a los necesitados (hace poco un alucinado mesiánico empastado de viagra, a la luz del sol, mostró la poronga a los habitantes de una villa miseria del bajo Flores y los vecinos lo empalaron en la punta de uno de los postes del sistema de la televisión por cable). O sea, cometemos errores y con su acumulación hacemos un banquete y todo esto simplemente será vanidad bajo el sol. Así, la palabra no es útil porque oral o escrita, desvirtúa lo que dice.
Entonces, lo útil es inexpresable, por eso el humor.
Robin
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Cada día los tallarines me quedan mejor |
Cada día los tallarines me quedan mejor. No me interesa que te vayas a vivir a la casa de tu madre. Es la tercera vez que veo la misma de Fassbinder. Fui claro en decirte que este año no voy a Neuquén. Si el Rey es pelotudo yo no tengo la culpa. La policía en Japón mata gusanitos. El plomero me dijo que vendría. Por hoy me niego a vender pasajes a hulla hulla. Estoy harto de maricones te ruego que no me presentes a otro. Y esa maraca de la Mona Lisa qué se cree. Yo me hago el que leí todo Bukowski pero en verdad me lo paso por las bolas. Y los cayucos siguen llegando. Fidel está enfermo y a mí qué mierda me importa. Ayer me acosté con mi cuñada. Te mandaré flores para tu tumba solamente para que veas que soy galante. La del cuarto A ama al del tercero B el del tercero B se acuesta con la pelirroja del segundo C y la pelirroja del segundo C se acuesta con Verónica mientras la del cuarto A debe tres meses de alquiler. El tipo que chocó mi auto estaba borracho, el juez, el abogado defensor y el fiscal también. Mi próximo hijo se llamara Pepinillo. El cheque no tiene fondo pero luce muy bien. No soy solamente una cara bonita mira mis pies. Estoy harto de presidentas teñiditas que sonríen. Mi dieta es estricta; jamón de jabugo y vino de La Rioja. Y Kant: ¿quién mierda es Kant, a quién le ganó? Los pendejos son los verdaderos extraterrestres. Te amo por tu lindo culo, tus tetas y tus gritos, tu romanticismo me importa cinco bledos. Amo a María Pía de Vito. El paisaje cambia constantemente, los seres humanos no. Dictadura y Democracia un solo corazón yeah yeah. Dios existe dijo el ciego. Estoy cada día más gordo. Él se enojó cuando te llamé y yo no cuando te raptó. ¿Y ahora vienes con esa de tres por cien? Me dices que Chile es una mierda y en eso diferimos, te digo una vez más que es una diarrea. Siempre pienso que voy a ganar el concurso sin presentarme. Soy un inepto total, por eso enseño matemáticas en el almacén, robo veinte gramos y hago descuentos. De mi libro se vendieron 50 ejemplares, los restantes 300 los empleo para envolver caramelos. Ya no te creo es cierto pero cuánto te creí. Esto es del gordito Neruda, entonces lo voy a borrar. Me importa un sorete la Pachamama, el Machu Pichu y Los Jaivas. Yo no nací en el barrio de La Bondiola. El Viernes Santo me acosté con Ursula jajaja. Entra a mi blog, agrégame y hazme un comentario, yo haré lo mismo contigo. Fui donde el carnicero y le dije quiero dos kilos de esa vaca muerta. Tengo cada vez menos poluciones nocturnas, ayer solamente tres. Hace cuarenta años mi amiguito Andrés me decía: "oye que buena que está tu madre". Mi teléfono a veces funciona. Fui al cementerio y vi allí a Sofía, la semana pasada estaba viva cuando le pregunté por la hora. Fui a mear al baño del restaurante y estaba todo lleno de caca. Cuando chico vendía loros. El precio de la papa sube y sube cada día. Cuando sea grande quiero ser como tú ¿te gustaría? Llevo tres semanas sin leer a Borges, toda una proeza. La luna brillará sobre tu frente. Me inyectaron la raquídea y tuve a Juan me dijo Juana. Nadie es culto hasta que demuestre lo contrario. Como queso de oveja mientras escucho a Stratovarius y Carmen me muestra una nalga. Son las tres de la mañana. ¿Cómo está el clima por allá? Yo también tengo discos de victrola. La nicotina me produce erección. Quién fue Gonzalo Arango me pregunta un colombiano. Mañana será otro día y sé , fehacientemente, que cada día los tallarines me quedan mejor.
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Mma Ramotswe, la primera detective de Botsuana |
Colección de las aventuras de la primera detective de Botsuana,
de Alexander McCall Smith.
Por: Ramón Díaz Eterovic.
Precious Ramotswe es una mujer africana de treinta y tantos años, gorda, risueña, y con una enorme voluntad para hacerse cargo de los problemas de otras personas. Su vida no ha sido fácil y entre sus tropiezos se cuenta el fallido matrimonio con un músico de jazz, violento y de mal vivir. Pero, Ramotswe no se deja ganar por la adversidad y se muestra dispuesta a ganar un espacio dentro de una sociedad que no mira con buenos ojos a las mujeres independientes. Al morir su padre, hereda un dinero que ocupa en instalar la oficina de investigaciones que la convierte en la primera detective de Botsuana.
Del oficio detectivesco no sabe mucho, pero confía en su intuición y paciencia para tratar con la gente que recurre a sus servicios. Toda la ayuda que tiene para desenvolverse como detective proviene de un manual adquirido en una librería y de su secretaria Makutsi, la viuda de un profesor con la que comparte infinitas tazas de té mientras esperan la llegada de los primeros clientes. A partir de estos elementos, y con una pluma sutil, cargada de humor y acertadas descripciones, el escritor de origen escocés, nacido en Zimbabwe, Alexander McCall Smith, construye un personaje inolvidable, tanto por su dimensión humana como por el entorno en el que se desenvuelve para llevar a buen puerto sus pesquisas.
Precious Ramotswe es hasta ahora la protagonista de cinco novelas publicadas en español por la Editorial Umbriel: La primera detective de Botsuana, Las lágrimas de la jirafa, Lecciones para chicas guapas, Escuela Kalahari y El arca de la vida. Los casos que investiga la detective africana están alejados de la rudeza que suele acompañar a sus colegas de la novela negra y se acercan, sin caer en su amaneramiento, al juego deductivo característico en la novela policial clásica. Son casos que se enmarcan en situaciones cotidianas dentro de cualquier sociedad. La desaparición de algunos esposos díscolos, el robo de automóviles, el uso indebido de seguros médicos, adulterios, presuntos secuestros, líos de herencias y otros hechos que alteran las rutinarias existencias de ciertas personas. De todo esto y mucho más se cuenta en las novelas de McCall Smith, mientras conocemos distintos pasajes de la vida de Ramotswe y también de los personajes que la rodean, como su padre, o el mecánico Matekoni, amigo de Precious Ramotswe con el que ella terminará comprometiéndose en matrimonio. Sus novelas son una suerte de sucesión de cuentos que se entrelazan y que permiten al autor dar coloridas y acertadas imágenes de la sociedad africana de hoy, en la que se expresan las contradicciones entre los valores tradicionales de su cultura y los que se imponen a través de la modernización que se abre paso.
Las historias de Ramotswe están llenas de detalles y reflexiones que van introduciendo al lector en un mundo tan desconocido como atractivo. Con el correr de los distintos episodios no se puede más que simpatizar con la singular protagonista y sus peripecias. Son también una buena manera de acercarse a la vida africana, a las costumbres de su gente y al paisaje que la rodea. En este sentido, se puede decir que las novelas de McCall Smith se sitúan en los que algunos han dado en llamar el policial etnológico, una corriente dentro del relato policial que junto con el desarrollo de algún enigma se preocupa de profundizar en factores de tipo racial y en los problemas de países que alguna vez fueron colonias de grandes potencias. Temas que están en el centro de las tramas y que dan cuentan de sociedades donde las condicionantes étnicas, religiosas y raciales tienen un peso significativo.
Leer las novelas de Precious Ramotswe es un disfrute permanente desde sus primeras líneas. Tienen colorido, humor, inteligencia y se despliegan ante el lector con facilidad y creciente interés. Alexander McCall Smith es un hallazgo que no se puede menos que comentar y compartir entre los aficionados a las buenas historias.
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En la Patagonia |
Me llamo Raquel y a los seis años fui violada por mi padre. No recuerdo bien los pormenores, pero si la sensación. Es que yo era pequeña y a esa edad los hechos no son tan importantes como las sensaciones. No diría que fue terrible el hecho en sí. La verdad que no lo recuerdo como algo terrible. Pero sí la sensación. Mi padre murió veinte años después aplastado por un camión de mudanzas. Sus piernas saltaron al lado derecho del camión, su tronco al lado izquierdo, su cabeza fue a rebotar contra un árbol. Y aquello sí que fue terrible. Terrible para el tipo del camión de mudanzas ya que meses después se suicidó, terrible para los transeúntes y también para la policía. Uno de ellos comentó que jamás vio algo tan horrible. Lo mismo dijeron en la morgue, lo mismo decían los diarios. También -obviamente- fue terrible para mi madre y mis hermanos. Para mí fue un accidente fortuito ocurrido al pasar. Es que yo no estaba enteramente viva por aquel entonces. Mi padre me violó y mi madre jamás se enteró. Mi madre era una noble mujer que nunca se enteraba de nada. Un día le dije si se acordaba cuando mi padre nos golpeaba a todos por parejo. Me contestó que yo tendría que haberlo soñado ya que eso nunca ocurrió. Mi madre murió el año pasado de una sobredosis de barbitúricos. Mi padre, el conductor del camión de mudanzas y mi madre, todos ellos murieron después que yo. Fui la más joven en partir. A los seis años.
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yoel novoa |
Todas las playas llenas de gente multicolor solar que se espía mutua rodeando orquestas de discapacitados. El pasado es el mismo médano mismo mar mismo sol. Son otros los mismos incalculables, por eso paso por delante de la misma casa que habité en 1950 aunque la hayan construido en 1980.
El poeta va a la playa y hace poemas sobre un papel amarillo con lapicera senil. La glosa desglosa vigorosa, el poeta levanta la vista para corroborar que lo observan los veraneantes poetas.
El poeta ha llegado a viejo su vida fue un escupitajo
El poeta murió y su cuerpo fue enterrado en la arena húmeda
De cabeza
Dejando los pies afuera
Para que los remoje el mar. Bipedo de la metáfora.
El hotel cuesta $180
La carpa para tener sombra en la playa por un día: $60
Una vez que estoy frente al mar
Pasa en un carrito, el vendedor de choclos
Le compro uno a $12
Le pido que no lo condimente
Y luego de remojarlo en agua de mar
me lo meto en el culo.
Es domingo
El día está espléndido y hubo afluencia de turistas peces.
Alrededor del mediodía
temiendo lo peor,
tengo la suerte de poder alquilar la última carpa.
Que por la demanda subió de precio.
Es la 105
Voy a ella
Y la encuentro ocupada por 20 personas semidesnudas que miran hacia el ojeteoleaje.
Vuelvo a la administración:
"En la 105 hay una multitud"
"No se haga problema, ocupe la 106... Venga que lo acompaño".
Y la administradora me conduce hasta la 106 que contiene cuatro sillas, una mesa y una reposera.
Me siento confortablemente acodado sobre la mesa y comienzo a descerrajar pedos:
Los retumbantes de enero del 2005.
Y van felices los rimbombantes vientos entre los vientos,
Uno tras otro.
Hasta que el vecino de al lado (107) me ofrece $50
Para que me pase (aleje) a la 101.
Acepto la oferta y aprovecho el último gran Zopardo para zambullirme en el mar.
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barón biza |
Por Christian Ferrer, Editoral Sudamericana.
Barón Biza. El inmoralista comienza con una "advertencia" de Christian Ferrer en la que presenta el libro por todo aquello que no es. No es una biografía porque el autor no se propone narrar la totalidad de una vida. Tampoco es una obra de crítica literaria ni el intento de reivindicar la figura de un escritor maldito. Es, en palabras de Ferrer, "un informe confidencial" cuyo destinatario original era Jorge, el hijo menor de Barón Biza. En realidad, podemos asegurar, se trata de un homenaje a Jorge Barón, autor de El desierto y su semilla , único y estremecedor libro con el que intentó conjurar un destino anunciado: el de ser "un resentido por herencia" o "un vulgar imitador en la copa y el balazo"; un homenaje al escritor que, al igual que su padre, su madre, Clotilde Sabattini, y su hermana, María Cristina, se suicidó en setiembre de 2001, dejando inconclusa una trilogía en la que se proponía narrar, además de la historia de sus padres, la biografía de sus abuelos y de sus hermanos. Barón Biza. El inmoralista es también la consumación de una promesa implícita: la que Ferrer le hizo, en 1995, a Jorge Barón después de que éste le entregara cartas, legajos, actas judiciales y recortes de diarios y revistas: la de escribir sobre Raúl Barón Biza, su progenitor. Barón Biza, el padre, el protagonista de este libro, nació en Córdoba en 1898. Su historia durante la década del veinte parece un argumento cinematográfico: es la del joven, apuesto y millonario sudamericano que, en el fragor de las fiestas y los bailes europeos, se enamora de una incipiente actriz de cine que, para casarse con él, abandona su carrera, se radica en una estancia argentina y comienza a dedicarse a la aviación. Myriam Stefford, la joven y audaz piloto, terminó perdiendo la vida al estrellarse su avión en San Juan, en un fracasado intento de cumplir un raid que uniera las catorce provincias. La vida de Barón Biza durante los años treinta es, en cambio, distinta. Se convirtió, por un lado, en excéntrico militante yrigoyenista, en contacto con los sectores revolucionarios del Partido Radical que conspiraban contra los gobiernos conservadores. Esto le valió una y otra vez la cárcel y el destierro. Por otro, fue el escritor que, en 1933, publicó El derecho de matar , novela de tesis que le valió la acusación de inmoralidad y la cárcel. Estas escenas se reiterarían en 1941 con la salida de Punto final . Barón Biza fue, además, el hombre enamorado de la hija del líder radical Amadeo Sabattini, de quien terminó separándose a finales de los años cincuenta, y el individuo que en 1964 se pegó un tiro tras haber arrojado una copa de ácido en la cara de su mujer. Ferrer reconstruye la figura pública y privada de Barón Biza, y también se detiene en los textos literarios de quien ha sido considerado por la crítica, a lo largo de los años, como uno de los "escritores malditos" de la literatura nacional. Lo hace sin caer en el facilismo de los rótulos llamativos ni en la complaciente reivindicación de una literatura que combina, como se desprende del fino análisis desarrollado en el libro, "un buen puñado de frases poderosas" con una prosa grandilocuente, argumentos folletinescos de sexo y miseria con la denuncia de la moral hipócrita de las clases acomodadas, la violenta incorporación de escenas eróticas con largas reflexiones metafísicas en que resuenan las lecturas de Max Stirner, Nietzsche o Schopenhauer. Contar la historia de Raúl Barón Biza implica sin dudas hacerse cargo de un legado incómodo, pesado, por momentos tortuoso. Por eso Christian Ferrer no se propuso escribir una biografía "detallada y competente", ni tampoco quiso convertirse en crítico literario. Ninguna metodología ya ensayada sirve, y por eso, Barón Biza. El inmoralista , es un libro inclasificable y perfecto, en el que la suma de fragmentos que integran cada capítulo va reconstruyendo -con la misma morosidad crispada con que Jorge Barón, en El desierto y su semilla , describe la reconstrucción de la cara de la madre desfigurada- una historia incomprensible: la de quien, en palabras de su hijo, pasó de ser aquel que "construía escuelitas y monumentos al amor de más de setenta metros de alto" al hombre que "arrojaba ácido a su amada" para después suicidarse.
Artículo publicado en La Nación por Sylvia Saítta
Varias veces intenté ir a esos médanos acumulados,al fin y al cabo están contenidos en tres habitaciones de 4 x 4, pero que por una lógica no arquitectónica, resultan inabarcables. Tal vez ese acceso denegado a tantos libros, y por ende a Baron Biza, se deba a las devastaciones que sucedieron en los últimos tiempos (zarandeos socioeconómicos locales y globales).
O sea, el que busca en "mi" biblioteca, encuentra. Encuentra lo que no busca, que es ni más ni menos el arte del Aleph del viejo Borges, aquel que lea atentamente el relato, jamás encontrará el foco buscado).
No es la primera vez que voy a las estanterías de la planta baja a buscar a Baron Biza y vuelvo con la "Guía práctica de la terapia urinaria" de Coen van der Kroon.
Ante esto, me asumo como en la escuela primaria y aprendo lo que me llega. Tampoco es que aprenda, hago lo que quiero sabiendo que no es mi voluntad la que se realiza.
Sin embargo y pese a todo, Baron Biza está a mano.
Yoel Novoa. Blog de Yoel
"Son hojas destinadas a las prostitutas sin cartilla,presidiarios que no llevan número, los jueces y quizás las colegialas.
"No te engaño, porque sií lo hiciera, pretendería engañarme a mí mismo.
"En sus páginas, como ante el calidoscopio, destilarán esperanzas muertas, girones de una vida, de un corazón y de un cerebro. Un corazón y un cerebro a semejanza del tuyo, que va a mostrarte sus lacras y sus bellezas, que desplegará ante tus ojos el abanico de sus lepras y sus virtudes...
"Alma que no busca el alma
"No te pido respeto ni mofa. No me interesa. Estoy por encima de tu admiración o de tu burla.
No espero tu aceptación ni tu rechazo. Voy hacia tí sin que me llames, seguro de mí mismo."
Raúl Baron Biza, París 1930
Blog en construcción sobre Barón Biza. (Esperábamos algo así)
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Juicio a Dashiell Hammett |
El 26 de Marzo de 1953. un subcomité del Senado, presidido por Joseph McCarthy, estaba examinando las acusaciones de qué libros pro comunistas habían conseguido infiltrarse en ciento cincuenta bibliotecas, dependientes del Departamento de Estado, en el extranjero. Había trescientos ejemplares de libros de Hammett en las estanterías de setenta y tres bibliotecas de éstas, Hammett fue interrogado a este respecto por el presidente de la subcomisión, Joseph McCarthy, por el senador John McClellan y por el asesor de la misma, Roy Cohn.
Mr. Hammett: Samuel Dashiell Hammett.
Mr. Cohn: Samuel Dashiell Hammett. ¿Correcto?
Mr. Hammett: Correcto.
Mr. Cohn: Y ¿a qué se dedica?
Mr. Hammett: Soy escritor.
Mr. Cohn: Es escritor. ¿Correcto?
Mr. Hammett: Cierto.
Mr. Cohn: Y es usted el autor de una serie de relatos de detectives bastante conocidos, ¿no es verdad?
Mr. Hammett: Sí, es verdad.
Mr. Cohn: Además de esto, creo que usted escribió, en su primera época, sobre algunos temas sociales. ¿Es efectivamente así?
Mr. Hammett: Bueno, he escrito narraciones cortas que efectivamente... sabe usted, es imposible escribir algo sin basarse, de alguna manera, en temas sociales.
Mr. Cohn: Dice usted que es imposible escribir algo sin basarse de alguna manera, en un tema social. Ahora bien, ¿es usted el autor de una narración corta titulada Nightshale (La sombra de la noche)?
Mr. Hammett: Sí.
Mr. Cohn: Debo señalar, Señor Presidente, que el Servicio de Información cuenta, hoy en día, con unos 300 libros de Mr. Hammett:, distribuidos, creo, entre unos 73 centros de información; perdón, 300 ejemplares, 18 libros.
No ha escrito usted 300 libros, ¿verdad?
Mr. Hammett: Son muchísimos libros.
Mr. Cohn: Hay en circulación 18 libros suyos, incluyendo algunas recopilaciones de narraciones cortas y otras cosas, y hay unos 300 ejemplares de esos libros localizados en unos 73 centros de información.
Bien Mr. Hammett, ¿cuándo escribió usted su primer libro publicado?
Mr. Hammett: El primer libro fue Cosecha Roja. Fue publicado en 1929. creo que lo escribí en 1927, en 1927 o 1928.
Mr. Cohn: En el momento en que escribió usted ese libro, ¿era usted miembro del Partido Comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar en base a que una respuesta podría tender a incriminarme, hago uso de mis derechos al amparo de la quinta enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.
Mr. Cohn: ¿Cuándo ha escrito usted su último libro publicado?
Mr. Hammett: Bueno, en realidad no puedo dar una respuesta a esta pregunta. Porque han sido publicadas algunas recopilaciones de narraciones cortas. Me imagino que fue allá por los años treinta, o tal vez en los cuarenta.
Mr. Cohn: en los años treinta o cuarenta. En la época en que escribió usted su último libro publicado, ¿era usted miembro del Partido Comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta, podría tender a incriminarme.
Mr. Cohn: Si le preguntara, con relación a esos libros, si era usted miembro del Partido Comunista en la época en que los escribió, ¿cuál sería su respuesta?
Mr. Hammett: La misma. Rehusaría contestar en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: Mr. Hammett, permítame que le haga la siguiente pregunta. Prescindamos por un momento de usted. ¿Es cierta la suposición de que cualquier miembro del Partido Comunista, que estuviera bajo la disciplina comunista, normalmente haría propaganda de la causa comunista, ya estuviera escribiendo novelas o bien tratados políticos?
Mr. Hammett: No puedo contestar porque, honestamente, no lo sé.
PRESIDENTE McCARTHY: Bien, prosigamos, usted nos ha manifestado que no nos va a decir si, actualmente, es usted o no miembro del Partido Comunista, en base a que si contestara, la respuesta podría incriminarle. La interpretación normal de este hecho, que pueda hacer este comité y todo el país, es que ello significa que usted es un miembro del partido, porque de lo contrario, usted diría simplemente no y ello no le incriminaría. Dése cuenta de que el único motivo por el que usted tiene derecho a negarse a contestar, es que cree que una contestación veraz puede incriminarle. Una respuesta en el sentido de que usted no es comunista, en el supuesto de que no sea usted comunista no podría incriminarle. Por consiguiente supongo que usted debe de saber mucho acerca del movimiento comunista.
Mr. Hammett: ¿Ha sido esto una pregunta señor?
PRESIDENTE McCARTHY: Es únicamente un comentario sobre su declaración.
Seños asesor, ¿tiene algo más qué decir?
Mr. Cohn: Ya lo creo.
Veamos Mr. Hammett, ¿ha tenido usted ingresos por los derechos de autor devengados por esos varios libros que usted ha escrito?
Mr. Hammett: Sí.
Mr. Cohn: Y supongo que si el Departamento de Estado adquirió 300 libros, o los que fueran, usted habrá cobrado algunos derechos de autor.
Mr. Hammett: Me imagino que sí.
Mr. Cohn: ¿Podría usted decirnos, sin violar ningún secreto comercial, cuáles son exactamente sus derechos de autor, en porcentajes?
Mr. Hammett: Bien, no constituye una violación de ningún secreto comercial. Tendría que mirar los contratos. Y, de hecho, varían. En los libros publicados por Alfred Knopf, libros de 2 dólares o 2 dólares y medio o de un precio parecido, creo que parten de un 15 por ciento. En las recopilaciones de narraciones cortas, muchas de las cuales son reimpresiones, los derechos de autor son inferiores a ese tanto por ciento.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Parte del dinero que usted recibió del Departamento de Estado fue a parar a las arcas del Partido Comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: Permita a que le formule la pregunta de otra manera. ¿Contribuyó usted con algún cobro por derechos de autor percibido a consecuencia de la adquisición de libros por parte del Departamento de Estado al Partido Comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: Está usted en su derecho a rehusar.
Mr. Cohn: Ahora bien, ¿es exacta la afirmación de que usted ha recibido sustanciosas cantidades de dinero por los derechos de autor sobre todos los libros que usted ha escrito?
Mr. Hammett: Sí. Es una afirmación exacta.
Mr. Cohn: ¿Y rehúsa decirnos si alguna vez parte de estas cantidades fueron a parar al Partido Comunista?
Mr. Hammett: Exacto.
Mr. Cohn: Mr. Hammett, es un hecho que, a menudo usted a permitido que se usara su nombre como patrocinador o miembro de directivas de organizaciones de frente comunista, ¿verdad?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
Mr. Cohn: Mr. Hammett, ¿es un hecho cierto que usted ha estado recientemente en la cárcel por desacato a los tribunales?
Mr. Hammett: Sí.
Mr. Cohn: ¿Y a qué fue debido?
Mr. Hammett: A rehusar contestar si era o no fiador de la fianza del Congreso para los Derechos Civiles.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Puedo pedir a los fotógrafos que no utilicen el flash mientras el testigo está declarando?
Mr. Cohn: Veamos, ha dicho que fue por negarse a contestar. La cuestión es la siguiente: usted era un fiador del fondo para la fianza del Congreso para los Derechos Civiles. ¿Es así?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
Mr. Cohn: Y ¿es un hecho que la Administración alegó que usted era uno de los garantes de la fianza de cuatro dirigentes comunistas prófugos, que cuando desaparecieron y se marcharon usted fuera llamado para cooperar con el tribunal a descubrir dónde estaban y que le formularon una serie de preguntas con relación a su paradero, debido a su obligación como garante, en tanto que fiador de la asociación que había depositado el dinero para la fianza, y que usted se negó a contestar?
Mr. Hammett: No recuerdo. No sé si me preguntaron sobre sus paraderos.
Mr. Cohn: Bien, ahora le pregunto: ¿Conoce usted el paradero de alguno de los dirigentes comunistas prófugos?
Mr. Hammett: No; respecto a Gus Hall he leído que está en la cárcel.
Mr. Cohn: Sabe que Gus Hall ha sido capturado. ¿Qué sabe acerca de los otros tres?
Mr. Hammett: No sé nada.
Mr. Cohn: ¿Dice que no sabe nada?
Mr. Hammett: No sé nada.
PRESIDENTE McCARTHY: Dice usted que no sabe dónde están en este momento. ¿Ha sabido usted dónde estaban, en algún momento, durante el tiempo en que la Administración ha estado, y está buscándolos?
Mr. Hammett: No.
PRESIDENTE McCARTHY: No lo ha sabido. ¿He de entender que usted dispuso la fianza para los fugitivos?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
Mr. Cohn: ¿Aportó usted alguna cantidad al fondo para la fianza, que permitió a esos dirigentes comunistas salir en libertad provisional y, posteriormente, fugarse?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Ha estado usted comprometido, alguna vez, con el espionaje contra Estados Unidos?
Mr. Hammett: No.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Ha participado usted, de alguna manera, en actos de sabotaje?
Mr. Hammett: No, señor.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Cree usted que el sistema comunista es mejor que el sistema vigente en este país?
Mr. Hammett: No puedo contestar a esta pregunta porque realmente no entiendo qué significa: ¿es mejor el sistema comunista que el sistema seguido por este país?
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Cree usted que el comunismo, tal como se lleva a la práctica hoy en día en Rusia es superior a nuestra forma de gobierno?
Mr. Hammett: Bien, al margen de lo que yo piense del comunismo en Rusia, hoy en día, cómo le diría, resulta dudoso que, cada cosa lo uno es mejor para un país y lo otro es mejor para otro país. No pienso que el comunismo ruso sea mejor para los Estados Unidos, como tampoco creo que un cierto tipo de imperialismo fuese mejor para los Estados Unidos.
PRESIDENTE McCARTHY: Parece usted hacer una distinción entre el comunismo ruso y el comunismo americano. Aceptémosla con el fin de poder seguir el interrogatorio. ¿Piensa usted que el comunismo americano sería un buen sistema para adoptar en este país?
Mr. Hammett: Tendré que rehusar contestar a esto, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme. Porque, quiero decir que a esta pregunta no se puede contestar "sí" o "no".
PRESIDENTE McCARTHY: ¿No puede contestar usted "sí" o "no", a la pregunta de si el comunismo es superior a nuestra forma de gobierno?
Mr. Hammett: Verá usted, es que no entiendo. El comunismo en su teoría, no es una forma de gobierno. Sabe usted, no hay un gobierno. Y yo realmente no sé y no podría incluso al final, dudo que pudiera dar una respuesta definitiva.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Apoyaría usted la adopción del comunismo, en este país?
Mr. Hammett: ¿Se refiere a actualmente?
PRESIDENTE McCARTHY: Sí.
Mr. Hammett: No.
PRESIDENTE McCARTHY: No lo apoyaría.
Mr. Hammett: Por una razón, me parecería impracticable, si la mayoría de la gente no lo deseara.
PRESIDENTE McCARTHY: ¿Estaba usted a favor del sistema comunista, cuando escribió esos libros?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: Senador McClellan, ¿tenía usted alguna pregunta?
SENADOR McCLELLAN: Está usted rehusando contestar muchas preguntas, refugiándose en las prerrogativas de la quinta enmienda a la Constitución, porque teme incriminarse si contesta a las preguntas. ¿Es usted sincero y honesto al hacer estas declaraciones bajo juramento?
Mr. Hammett: Muy sincero señor. Tengo realmente mucho miedo a que las respuestas me incriminen o tiendan a incriminarme.
SENADOR McCLELLAN: Dado que dice usted que tiene miedo: ¿no se da cuenta de que su negativa a contestar es un acto voluntario de autoincriminación ante los estrados de la opinión pública? En este momento, refugiándose en la quinta enmienda a la Constitución, ante los estados de la opinión pública, ¿no está usted cometiendo voluntariamente un acto de autoincriminación y no es usted consciente de ello?
Mr. Hammett: No pienso, señor, que esto sea así y si así es, desgraciadamente, o afortunadamente para mí en estas circunstancias, la opinión pública no me mandó seis meses a la cárcel.
SENADOR McCLELLAN: Violar la ley fue lo que le mandó a la cárcel; que le cogieran: ¿es esto lo que usted quiere decir? ¿la opinión pública contra el hecho de ser cogido? ¿es esto lo que usted está intentando decirnos?
Mr. Hammett: No, señor.
SENADOR McCLELLAN: No quiero interpretarle mal. Pienso que tal vez la opinión pública o, por lo menos, la opinión judicial tuvieron algo que ver con su ingreso en la cárcel. Esto ¿no fue un acto voluntario, verdad?
Mr. Hammett: ¿Ir a la cárcel?
SENADOR McCLELLAN: Sí.
Mr. Hammett: No, señor.
SENADOR McCLELLAN: Bueno, la opinión pública debió de tener algo que ver con ello, o por lo menos la opinión judicial. No quiero juzgar mal a nadie. No creo que el público quiera hacerlo. Queremos darle todas las oportunidades de ser franco con el comité, de ser franco con usted mismo, de ser sincero con su país, si usted aprecia en algo este país. Y me gustaría hacerle esta pregunta: este comité y el público en general ¿estarían equivocados sí, a partir de sus respuestas, o más bien de su falta de respuestas a preguntas importantes y a partir de su actitud, aquí, como testigo, juzgaran que es usted actualmente un comunista, que ha sido usted un comunista y que sigue usted suscribiendo la filosofía comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
PRESIDENTE McCARTHY: Por lo tanto tenemos libertad para juzgarle de acuerdo con lo que hemos podido observar y las conclusiones a que hemos llegado, basándonos en su negativa a contestar y en la actitud que ha mantenido.
Mr. Hammett: ¿Es esto una pregunta señor?
SENADOR McCLELLAN: Bueno, si quiere contestarla es una pregunta. ¿Desea, nuevamente, ampararse en la Constitución?
Mr. Hammett: Sí, señor.
PRESIDENTE McCARTHY: De acuerdo. Esto es todo...
PRESIDENTE McCARTHY: Para su información, en caso de que no lo sepa, Mr. (Louis) Budenz, el ex redactor en jefe del Communist Daily Worker, señaló que usted era una de las personas de las que se ha valido el Partido Comunista para impulsar la causa comunista, y dio su nombre y señaló que usted es un comunista bajo la disciplina del Partido Comunista. Si desea hacer algún comentario a este respecto, puede hacerlo.
Mr. Hammett: No tengo ningún comentario que hacer, señor.
PRESIDENTE McCARTHY: No tengo más preguntas.
Mr. Cohn: Me gustaría preguntar: ¿Está Mr. Budenz diciendo la verdad, cuando nos manifiesta que usted es comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, en base a que una respuesta podría tender a incriminarme.
Mr. Cohn: Cuando Mr. Budenz nos dijo eso, ¿estaba usted bajo la disciplina comunista?
Mr. Hammett: Rehúso contestar, por los mismos motivos.
PRESIDENTE McCARTHY: Permítame que le haga otra pregunta: Mr. Hammett, si usted estuviera gastando como estamos haciendo, más de cien millones de dólares al año en un programa de información que se supone tiene por objetivo luchar contra el comunismo, y si usted fuera el encargado de este programa de lucha contra el comunismo, ¿adquiriría usted las obras de unos 75 autores comunistas y las distribuiría por todo el mundo, estampando en ellas nuestro sello oficial de aprobación?
O ¿prefiere no contestar a esta pregunta?
Mr. Hammett: Bien, yo pienso por supuesto no lo sé- que si estuviera luchando contra el comunismo, creo que lo haría no dándole a la gente ninguna clase de libros.
PRESIDENTE McCARTHY: Viniendo de un autor, este comentario es poco corriente. Muchas gracias. Ha terminado el interrogatorio
Extractado del libro de Diane Johnson, Dashiell Hammett Biografía, Editorial Seix Barral, 1985.