miércoles 24 de noviembre de 2004

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NICOLAS BERDIAEV. EL ARTE Y EL PODER DE LA CREACIÓN

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1. El arte clásico y el cristiano-romántico

En la creación artística es donde se revela mejor el sentido del acto creador. El arte es por excelencia la esfera de la creación. Y este elemento creador, en el sentido artístico del término, puede hacerse sentir en todas las esferas de la actividad del espíritu. Sea en el dominio de la ciencia, de la filosofía, de la moral, de la política, todo creador es, en algún aspecto, un artista. El Creador del mundo es designado con este término. La expectación de una época creadora es, en verdad, la expectación de una época artística, de una época en la cual el arte domina la vida. El arte representa una victoria constante sobre la mediocridad de este "mundo", al que jamás se somete completamente. En todo acto creador hay una liberación. Lo esencial de este acto es superar la necesidad. Por medio de él, el hombre sale de sí mismo, se evade de la mediocridad ambiente de su existencia. El acto de la creación artística es parcialmente transfiguración de la vida. Su relación con el mundo supone ya la presencia de un mundo nuevo. Y la concepción misma de la belleza implica ruptura con la deformidad del mundo actual, un salto hacia un mundo desconocido. La obra artística es la creación de un universo, de un cosmos, la revelación de la libertad. Se diría que la lepra que cubría el rostro del universo ha desaparecido. Por ello, la creación artística es ontológica por su misma naturaleza, y no sólo psicológica.
En la creación artística se revela lo trágico de toda creación, el desequilibrio entre lo concebido y lo realizado. El objetivo de todo acto creador es crea un Ser nuevo, una vida nueva. Es un objetivo teúrgico; pero la realización de este acto no es más que una obra diferenciada, que responde a necesidades estéticas definidas, y que sitúa no en otro mundo sino entre los valores culturales de éste. La creación artística no puede lograr un resultado ontológico, crea el ideal y no la realidad, crea valores simbólicos, no el Ser. En la creación artística es donde se aprehende el carácter simbólico de toda creación cultural. La tragedia de la creación y la crisis de la creación son el problema fundamental transmitido al siglo XX por el siglo XX. En Nietzsche y en Ibsen, en Tolstoi y Dostoievski, como también en los Simbolistas, esta crisis alcanza su punto culminante de tensión. ¡Qué epílogo asombroso para toda la vida de Ibsen ese drama Cuando despertamos los muertos ! Ibsen planteó con una fuerza extraordinaria el problema de la antinomia trágica de la creación y del ser, del arte y del ser, del arte y de la vida: ¿hay que construir la propia vida o edificar una obra de arte? Toda la existencia de León Tolstoi fue una alternancia dolorosa entre la creación de obras artísticamente perfectas o que él quería perfectamente ejecutadas, y la creación de una vida. Esta tragedia del creador cobra hoy día una intensidad tal, que haría ya imposible un retorno a la concepción clásica. El arte sometido a este ideal se queda a mitad de camino entre la creación y el ser, se interponía, si así puede decirse, entre el artista y su vida. La creación se encarnaba en una obra perfecta y no en una existencia perfecta. Pero la síntesis superior entre la creación y la existencia no es algo que el creador pueda lograr mediante el arte. El arte canónico es impotente para hacer penetrar en otro mundo la energía creadora; la mantiene en "este mundo". No realiza más que los símbolos de una esencia diferente, y no la realidad de esta esencia. Como todo lo que está sometido a reglas definidas -familia, Estado, saber- el arte que obedece aún a cánones inmutables está obedeciendo, pues, a una herencia caduca; una adaptación de la energía creadora a las condiciones de un mundo no-creador. Este arte puede ser admirable, pero la belleza que él crea no es una belleza esencial, en el sentido supremo de la palabra, de la misma manera cono no llegan a la verdad esencial o a la justicia esencial una ciencia canónica o un gobierno concebido sobre bases formales.
El acto canónico es inmanente a este mundo, y no trascendente. Hace en favor de la creación de la verdad lo que la familia, en sentido riguroso, hace en favor de la creación del amor. Tal arte no será jamás creación en el sentido religioso que adquiere esta palabra; pertenece a una época pre-creadora, se encuentra aún en la regla y en la justificación. Grandes artista poseyeron en sí una energía creadora auténtica, pero ésta no pudo nunca realizarse perfectamente en sus obras. El transporte creador supone que uno penetrara en otro mundo, del cual la creación clásica se conforma con expresar los símbolos. La ley de todo arte diferenciado es una ley de obediencia. La vía por la que camina es antinómica con la audacia creativa. La crisis universal de la creación se identifica con la crisis del arte canónico, prepara la era de la religión de la creación.
Existe un antagonismo profundo entre el arte pagano y el arte cristiano, o más exactamente, el arte de la época cristiana. El arte pagano es clásico e inmanente. El arte cristiano, romántico y trascendente. La perfección hacia la que tiende el arte clásico está contenida dentro de los límites terrestres. El cielo está cerrado por encima de su ideal, ideal de aquel abajo, y no del más allá. El arte del paganismo es el único arte que haya alcanzado de una manera inmanente, en este mundo, y con las fuerzas del mundo, una realización absoluta de la belleza. Pero este fenómeno no puede renovarse. La perfección ideal del Partenón no es concebible sino en el arte pagano. Y es una perfección sin salida. A partir de la perfección de las formas clásicas, no puede darse ninguna impulsión hacia un mundo diferente, hacia el descubrimiento de otros universos. La escultura y la arquitectura antiguas se basan sobre esta creencia de que es posible abarcar la belleza de este mundo mediante la perfección de las líneas. El dionisismo antiguo era inmanente al ciclo de las fuerzas naturales. Por encima de él, el cielo del mundo antiguo permanecía cerrado, era una cúpula hermética, más allá de la cual no había nada. La perfección y la belleza eran accesibles dentro de los límites de este esfera limitada, no más allá de ella. Y esta concepción pagana, precristiana, de una belleza inmanente a la pureza de las formas dadas creó una de las tradiciones eternas del arte, que se transmitió al mundo cristiano. El arte cristiano se inspira en otro espíritu. El cielo se abre encima de él y descubre lontananzas ilimitadas. Por ella ha de reflejar una nostalgia trascendental, una impulsión hacia otro mundo, fuera de los límites de lo inmanente: eso es la tristeza romántica. Lo inacabado romántico de la forma es uno de los caracteres del arte cristiano. No cree que podrá ya lograr la belleza en este mundo. Para él, la belleza acabada, perfecta, eterna, no existe más que en el otro mundo, y aquí abajo no se puede tener de ellas más que nostalgia. Para el mundo cristiano, la belleza es aquello que le habla de un mundo diferente, es decir, el símbolo. El sentimiento cristiano de un ser trascendental creará en el arte la tradición cristiana, opuesta al ideal clásico. El arte pagano respiraba la salud, la satisfacción clásica; hay en el arte cristiano como una morbidez romántica. Su ideal está marcado por esta sed del rescate de los pecados del mundo, la sed de acceder a un mundo diferente. La comparación de la arquitectura gótica de la Edad Media con la arquitectura de la Antigüedad clásica pone de relieve esta oposición entre dos tipos de arte. En el paganismo clásico, el acto creador del artista está subordinado a las condiciones de este mundo; a la vida en la belleza circundante. Esta tradición, como vimos, creó, por consiguiente, las reglas, los cánones de una perfección adaptada al mundo en el cual ella se cumple. El arte romántico ignora los cánones. Y la concepción del mundo antiguo, al penetrar en el cristianismo, se modificó. Lo que había en él de eterno y de inmortal subsistió; pero contenía también un aspecto caduco, retardatario. Sin duda, el arte antiguo es una fuente eterna de creación y belleza. Pero los cánones que él deriva pueden transformarse en elementos de conservación y de hostilidad contra el espíritu nuevo y profético. El clasicismo de la antigüedad puede mudarse en academicismo esclerosado. La cuestión no es aquí oponer la forma al contenido, sino saber, si, en el arte, la forma misma no es un contenido. Ahora bien; esta forma-contenido puede estar terminada, detenida o bien en perpetuo devenir. Esta cuestión inaugura una crisis, que no apareció ni cobró sentido más que en nuestra época. El arte contiene a la vez la tradición pagana y la tradición cristiana, la perfección clásica y el infinito romántico. Esta complejidad en ninguna parte se puede comprender mejor que en Italia, en el país sagrado de la creación y de la belleza, y mediante la penetración profunda de la época del Renacimiento, desde el primer Renacimiento hasta sus manifestaciones más tardías.

2. La superioridad del arte simbolista

La adaptación de la creación a reglas engendró el arte clásico; su adaptación a la redención engendró el arte romántico. El acto creador de donde nace el arte no puede ser específicamente cristiano. (...) En el sentido estricto de la palabra, la creación no es ni pagana ni cristiana: está más allá. El acto creador del arte es una victoria sobre las tinieblas, una transfiguración en la belleza. Hemos dicho ya que Leonardo, mediante su acto creador, iluminó las tinieblas demoníacas y que salió de ellas victorioso, rumbo a la belleza. No es, pues, por su esencia, que sobrepasa a la vez todas estas categorías, que el arte es pagano-clásico o cristiano-romántico, sino solamente por la atmósfera del mundo donde se cumplen sus realizaciones. La viaje y eterna oposición entre el arte clásico y el arte romántico adquirió en el siglo XIX formas nuevas. Por una parte, nació el realismo, por la otra el simbolismo. El realismo en arte representa, bajo su forma extrema, la adaptación a "este mundo". No tiende, como el clasicismo, hacia los datos inmediatos de la belleza, inmanente a este mundo. No obedece, como él, a cánones, sino a la efectividad. El realismo es lo que se aleja más de la esencia de todo acto creador, hay en él un mínimo de poder artístico; en cuanto tendencia tiene que lastrar y finalmente aniquilar la potencia creadora del artista. Y si los realistas del siglo XIX fueron de hecho grandes artistas, es porque la intención, en arte, tiene escasa significación y porque bajo el revestimiento temporario del realismo brilla en ellos la eterna verdad del arte y del acto creador inmortal. Se puede, superficialmente, llamar realista a Balzac y Tolstoi. Pero con más acierto se podría decir de ellos que fueron místicos y, ante todo, artistas de genio. Todo arte realista tiene que desembocar en la decadencia del arte y en el debilitamiento de la fuerza creadora, ya que el acto creador del artista es esencialmente su negativa a aceptar "este mundo" tal cual es y en lo que tiene de deforme, es una impulsión audaz para liberarse de él. El artista cree que la belleza es más real que la fealdad del mundo. Pero la tendencia realista cree que esta fealdad es más real que la belleza. Por su docilidad en plegarse a la mediocridad ambiente, el arte realista es profundamente burgués. Y la degeneración del realismo en naturalismo marca la última etapa de esta docilidad y de este conformismo. Esta pasividad frente a la fealdad bastardea el arte. Porque el arte no puede no ser una impulsión hacia la belleza. Aquí hay que distinguir entre la aceptación del clásico que crea en su valores inmanentes y la sumisión realista que no es más que un reflejo plácido del mundo. La creación artística, como el conocimiento, no puede ser el reflejo simple de las cosas; añade siempre a lo que es algo que no es. Y en el grande y genial arte del siglo XIX, llamado realista por convención, se puede descubrir a la vez el clasicismo eterno y el eterno romanticismo. En el arte realista contemporáneo, sobre todo, se encuentran rasgos del simbolismo, que refleja en cada parte particular su naturaleza eterna. El realismo, por lo demás, ya está muerto. El arte de fines del siglo XIX o de comienzos del XX se coloca bajo el signo del simbolismo. Sólo en el simbolismo se revela la naturaleza verdadera de toda creación artística. Por eso, la tragedia de la creación alcanza su cima en el simbolismo.
La dificultad del problema del simbolismo reside en que, por una parte, todo arte presenta una faceta simbolista, y en que, por la otra, este término designa un arte nuevo, y simbolista significa entonces el nacimiento de un espíritu nuevo y de una forma creadora hasta ahora desconocidos. En cierto sentido, Dante y Goethe fueron simbolistas. El simbolismo puede escribirse en toda gran creación auténtica y en la esencia misma de ese acto creador que da nacimiento a los valores de la belleza. Lo que se crea mediante el arte no es un ser nuevo, sino el signo de un ser nuevo, su símbolo. El arte enseñó siempre que lo que transcurre no es más que el símbolo de algo diferente y que no transcurre. La realidad última no puede expresarse en el arte más que de una manera simbólica. El acto artístico es impotente para alcanzar la realidad esencial. Por ello, el simbolismo no representa solamente una fuerza sino también una debilidad. Pone el acento sobre la tragedia eterna de toda creación humana que concibe lo universal y no logra asirlo. El símbolo es un puente tendido desde el acto creador hacia una realidad última y todavía oculta, a la cual el arte no accederá ni en un sentido empírico ni en una aceptación mística. Por ello, el término del realismo aplicado al arte tiene siempre un sentido convencional. De este arte limitado, diferenciado, en cuanto valor de la cultura, sólo el realismo místico sobrepasa los límites. Un realismo místico cumplido sería para el hombre la solución de la tragedia creadora. Pero el simbolismo del arte, en su más pura acepción, resuelve en parte esta tragedia y echa un puente hacia una nueva creación del ser. En el arte de Dante, por ejemplo, la rosa mística era el símbolo de la suprema realidad del ser. Pero el arte de Dante no fue capaz de crear también este Ser supremo. No solamente toda creación, sino también toda cultura, se ha quedado en el estado de símbolo. La cultura y los valores culturales crean solamente signos, símbolos de la realidad suprema, y no esta esencia misma, esta auténtica realidad. La cultura económica, también ella, representa signos del poder del hombre sobre la naturaleza, pero no representa este poder. Porque el poder efectivo del hombre sobre la naturaleza no sería económico, sino teúrgico. Hay, por consiguiente, un simbolismo en toca creación humana: el simbolismo es la creación no cumplida, que no ha llegado a su objetivo íntimo, realizada de manera incompleta. El arte tiene que ser simbólico, y el arte más elevado será el más cargado de símbolos. Pero el simbolismo no puede ser la solución de la creación artística. Allende el simbolismo esta el realismo místico; más allá del arte está la teúrgia. El simbolismo es un camino, y no el objetivo final, un puente hacia la creación del ser nuevo, no de este ser. Sin embargo, es eterno, porque toda forma de arte auténtico es un camino hacia una esencia nueva, un puente hacia otro mundo. El simbolismo eterno del acto artístico creador se encuentra a la vez en el arte clásico y en el arte romántico. Y aún el realismo del siglo XIX se mostró incapaz de aniquilar definitivamente la naturaleza simbólica del arte.
El "simbolismo" existe además en cuanto tendencia de un arte determinado. Este simbolismo es característico de una época nueva y de un espíritu nuevo en la creación humana. El simbolismo, de Mallarmé, de Maeterlinck, de Ibsen y, en Rusia, el de Ivanov, Andres Biely y otros, aportó al mundo valores nuevos, una belleza nueva; no era ya el simbolismo de Goethe y de los grandes creadores del pasado. En este simbolismo nuevo, hasta el extremo, tenía que expresarse una extraordinaria tensión creadora del espíritu humano, al mismo tiempo que la angustia de este espíritu y la tragedia de su creación. El hombre nuevo se precipita en el abismo creador, dejando detrás de sí todas las normas del arte edificadas por este mundo de aquí. Los simbolistas renuncian a pertenecer a este mundo, a someterse a sus reglas, a beneficiarse de su ordenamiento. Su destino es ser los precursores de una vida nueva en la creación, una vida trágica y sacrificada. El simbolista goetheano era conforme a las leyes del mundo. Aún el de Dante obedecía al universo de la Edad Media. Pero el simbolismo nuevo desbordó todas las riveras, busca lo nuevo y lo nunca visto. Allende las vías medias, transitadas, ordenadas, buscan lo extremo, lo último. La creación se refunde en el nuevo simbolismo, se encamina hacia el ser nuevo y no hacia valores culturales particulares. El simbolismo es la sed de liberarse de los símbolos mediante la conciencia que el arte toma de su naturaleza ficticia. Como tal, representa la crisis del arte cultural, de la cultura media. Y en esto es donde su significación es universal. Pero "tanto los precursores prematuros como las primaveras retrasadas están destinadas a la muerte". Los primeros simbolistas tenían que ser inmolados, exactamente como lo fue Nietzsche. El profetismo del nuevo ser sale a la luz a través del simbolismo, y el simbolismo no alcanza ninguna perfección. (...) En el fondo, el simbolismo es la expresión de esta época del mundo que está situada bajo el signo de la fatalidad de la culpa y del rescate: anuncia ya la época de la creación. Precursores y anunciadores de la era creadora que está en el devenir, los simbolistas pertenecen aún a la época que los precedió.

3. Esteticismo y el secreto de la belleza

Así pues, el esteticismo nuevo no concibe un arte académico. Se esfuerza por establecer una nueva religión, una evasión que lo saque de las fealdades de este mundo y lo lleve al mundo de la belleza. El esteticismo quería abarcarlo todo, hacer del arte la transmutación suprema del ser, sacrificar toda sustancia y toda vida en el nombre sagrado de la belleza. Esta religión tuvo también su ascetismo particular y su ascesis. Tal fue el esteticismo de Huysmans, que abandonó la vida del mundo para hacerse asceta y el ermitaño del esteticismo, y tal fue el de los mejores entre los simbolistas franceses. Pero el esteticismo no cree en una encarnación real, no creen en la transmutación efectiva de este mundo en mundo verdadero de la belleza. Para él, la belleza es la antinomia de la realidad, se encuentra fuera del ser. Por ende, el esteticismo es impotente para crear la belleza como realidad suprema del mundo. El esteticismo no es la teúrgia. Y en este ficticiedad, en este irrealismo, residen su tragedia profunda y el germen de su muerte. Si mediante la creación hubiera podido acceder a la esencia de la belleza, tal vez hubiera salvado al mundo. Porque la verdad debe salvar al mundo, según la formula de Dostoievski. El esteticismo más auténtico esconde una tristeza religiosa. Pero los mejores de los esteticistas no pudieron calmar esta tristeza en su esteticismo, aún convertido en "Tebaida". Por eso lo rebasaron para plegarse a la mística católica. En este aspecto, la vida de Huysmans descubre a la vez la profundidad religiosa del esteticismo y su impotencia para colmarla. Entre el modernismo burgués y la arbitrariedad de los decadentes, muchos esteticistas franceses se encaminaron así el catolicismo. Por otra parte, el esteticismo daba nuevamente nacimiento a una suerte de modernismo burgués, a un humanismo a la Remny de Gourmont, y también a un academicismo que se difundía en los salones. En este punto, se desprende del arte mismo como un olor de descomposición. Sin embargo, en un último esfuerzo por detenerse en esta pendiente que conducía a una muerte espiritual, el arte de esta generación intentó un retorno al ideal clásico con el Parnaso y al apolinismo puro. No insistiremos en estas tendencias, porque, a nuestro juicio, la significación y el interés universal que se ligan con este período del esteticismo residen esencialmente en la parte de éste que se volcó hacia las profundidades de la religión.
El esteticismo denunció las fealdades del mundo y la imposibilidad de vivir en él. Cualquiera sea la degeneración de la que se le puede acusar en la vía del modernismo o en la de la resurrección del pasado, cambio algo, a pesar de todo, en el sentimiento de la vida, imposibilitó para siempre la aceptación completa de la fealdad de la existencia. La antinomia de la belleza, la relación particular que ella ocupa en la vida divina, fuera de toda conexión con el bien o la verdad, ha sido restaurada por mucho tiempo. En efecto; esa prosa que destila la vida cotidiana no constituye solamente la secuela y el resultado del pecado, sino que ella misma es un pecado, y si nos acomodamos a ella, perpetramos el mal. La poesía, que es como el domingo de la vida, es para el individuo una deuda en aras de la cual debe sacrificar hasta su reposo. La belleza es el fin del arte, y es también el fin de la vida. Pero este fin supremo no es la belleza como valor cultural, sino como Ser; ella es la transmutación de la fealdad caótica del mundo en la belleza del cosmos. El simbolismo y el esteticismo plantearon con una agudeza inigualada el problema de la transmutación de la vida en la belleza. Y si la transformación de la vida en arte es ilusoria, en cambio la transmutación de la vida de este mundo en una belleza efectiva, en la belleza del ser, del cosmos, es la realidad mística. El cosmos es la belleza en cuanto existencia. Y la belleza, el fin del proceso universal, es ese Ser diferente, ese Ser superior, dotado de creatividad. La naturaleza de la belleza es ontológica, y cósmica. Pero los modos como se la define son siempre formales y fragmentarios. Porque la belleza, en su esencia, es indefinible, es un secreto. Hay que estar iniciado en el secreto de la belleza, y fuera de esta iniciación es imposible comprenderla. Hay que vivir en la belleza para conocerla. Pero su realidad última no puede ser alcanzada en este mundo si no es bajo la forma de símbolo. La posesión real, inmediata, de la belleza no sería ya arte, sería el comienzo de la transfiguración de este mundo en un cielo nuevo y una tierra nueva. Para llegar a ella, habría que haber vivido, en el sentido pleno del término, la experiencia del esteticismo, haber atravesado hasta el fondo el símbolo para descubrir la realidad que éste ocultaba. Este camino hacia la belleza efectiva, hacia el cosmos, es un camino de creación religiosa. Es la accesión a una nueva vida universal. El creador espera tanto la creación mediante la belleza como la creación mediante el bien. El imperativo de construir una belleza está por todas parte y en todos y cada uno de los actos de la vida, como un camino abierto para superar la vida. El acto artístico creador es eminentemente un nuevo cosmos. En este aspecto es donde la crisis de la cultura y del arte tiene en sí misma un significado religioso. Porque una rebelión negativa, dirigida contra los antiguos valores, como el arte puro -lo mismo que contra la ciencia pura- desde un punto de vista no constructivo, no generaría más que un nihilismo bárbaro. La rebelión, entendida así, no lleva sino a la anarquía. La crisis creadora del arte tiene que serle inmanente, tiene que dominar la cultura en vez de negarla. La manera de superar el arte y la ciencia y de obligarlos a sobrepasar los antiguo valores caducos que ambos expresan todavía es desde adentro, en nombre de una cultura más completa y de un Ser más elevado, y no mediante la victoria del nihilismo. Este es un camino supracultural y no infracultural. Y esto nos lleva la problema de la teúrgia, de la creación teúrgica, problema fundamental de nuestra época.

4. El artista y la sed de la teúrgia

La teurgia no construye una cultura sino, por encima de ella, un Ser nuevo. Es el arte en trance de crear un mundo diferente, una vida distinta y la belleza en tanto que existente. La teúrgia superó la tragedia de la creación, y por medio de ella la energía creadora anima una vida nueva. La palabra se hace carne. Y el arte se erige en potencia. El alba de la teúrgia es ya el fin de la literatura, el fin de todo arte diferenciado, el fin de la cultura, pero un fin que lleva consigo el sentido universal de esta cultura y de este arte, es decir, que se coloca por encima de ellos. La teúrgia es la acción del hombre conjuntamente con la de Dios, la creación anthropo-divina. La trágica oposición entre el sujeto y el objeto, la incompatibilidad, trágica también, entre los medios de la cultura y el fin inaccesible que ella se propone, se allanan por fin. El teúrgo construye la vida en la belleza. El arte simbólico era un camino, un puente hacia el arte teúrgico, porque todo arte nuevo lleva a la teúrgia. Ella es la bandera bajo la cual debe situarse el arte de los tiempos nuevos. Quizás no lleguemos hasta allí, pero en ningún caso debemos desnaturalizar las palabras de orden sagradas mediante una aplicación falsa y mecánica. La noción de transformación ineluctable de todo arte en teúrgia constituye ya un fin. Todo artística verdad experimenta una sed de la teúrgia: ella vive en su interior como la expresión religiosa de su arte. Sin embargo, cualquier restauración de las formas antiguas del arte religioso sería mentiroso o caduca; como tendencia social o moralizante, la religión puede ser mortal para el arte. Nada más estéril, por ejemplo, que las tentativas hechas por algunos para hacer revivir el arte de la Edad Media (como lo prueba, entre otras cosas, la impresión de muerte que produce la obra del pintor Vasnetsov). El hombre no expresa su sentimiento religioso sino mediante un arte libre y luminoso. Es en este sentido como el arte de Ibsen o el de Baudelaire es un arte religioso. El defecto del ideal clásico antiguo no reside en que no haya de existir un arte puro, liberado de todo lazo moral. Por el contrario, el arte es libertad absoluta, es libertad y no necesidad. La equivocación de este arte académico-clásico es el haber sido moderado, limitado, el no haber reconocido en el arte sus profundidades últimas, que son profundidades religiosas. La religiosidad del arte está depositada en el fondo de todo acto creador, y por ello es que la creación del artista, en la medida de sus fuerzas, es una acción teúrgica. La teúrgia es la creación libre, y en el fondo de su acto reposa el sentido ontológico y religioso de la existencia. Ella es el punto extremo del esfuerzo creador del artista, de su acción, en el mundo. Por consiguiente, quien confunde la teúrgia con una tendencia religiosa en el arte ignora todo sobre aquella. La teúrgia es, en el fondo del artista, la media última de su libertad.
(...) Este camino que lleva a la creación teúrgica pasa por el sacrificio y el renunciamiento. La teúrgia inmola su vida en nombre de otro vida. Y el artista teúrgico renuncia al arte establecido, al arte formal de este mundo, en nombre del acto creador realizado en estado puro. En el extremo del arte se encuentra también el sacrificio de sí mismo, como en el extremo de la ciencia, del gobierno, de la familia o de toda cultura. El acto teúrgico no podría ser diferenciado e individual. Tiene que ser síntesis y ecumenia, una fórmula jamás revelada de arte universal. Wagner tendió a este ideal, sin poderlo realizar. Hay en su obra como un engaño, como una voluntad de reunirse con el arte sintético sobre el terreno de la vieja cultura y de los antiguos valores religiosos. La teúrgia tiene que ser universal. Y en ella realizan su encuentro todos los aspectos de la creación humana. La creación de la belleza en el arte se une a la creación de la belleza en la naturaleza. El arte tiene que transformarse en una naturaleza renovada, a la vez que la naturaleza misma se convierte en la obra del arte y de la belleza: ella encierra una creación.
En nuestra época transitoria de búsqueda y de angustia, incapaz tanto de encarnarse como de someterse, el espíritu de la música reina por sobre el espíritu de la plástica. Pocas épocas de la historia mundial han sido tan poco esculturales o arquitectónicas como la nuestra. Nuestra vida carece de forma y de nuestro espíritu no se encarna en ninguna representación de la belleza. En la pintura misma se observa una desmaterialización, una desencarnación. El siglo XIX tuvo una gran música, pero una gran plástica. El genio alemán, genio musical, venció al genio latino de la plasticidad. Y sin embargo, la encarnación de la belleza en la vida tiene que ser plástica. Toda cultura notable crea en primer lugar una arquitectura. Nuestra cultura, por lo tanto, no es admirable. Y el espíritu de la música que nació nuestra época fue un espíritu burgués. Pareciera que esta música fue creada para los ocios y el deleite burgués, y no en cuanto elemento desencadenado, ineluctable, que forja simbólicamente un pasaje hacia otro mundo. En la música tiene que existir el profetismo de la belleza. Beethoven era un profeta. Pero, en nuestro días, la música dejo de desempeñar este papel, se ha adaptado a la vida. (Scriabine es el único que anuncia un nueva época mundial). Y es que el futuro profético no pertenece ni al espíritu germánico de la música ni al espíritu latino de la plástica, sino a un arte teúrgico, que realiza no la síntesis wagneriana, que se queda dentro de la cultura, sino fuera de los límites de esa cultura, la síntesis del ser nuevo. Del renacimiento eslavo-ruso esperamos ese logro. Está anunciado por toda la gran literatura de Rusia. El problema del arte en cuanto teúrgia es, por excelencia, el problema ruso, y corresponde a la tragedia rusa de la creación. En el artista teúrgico se realiza el poderío del hombre sobre la naturaleza, ejercitado a través de la belleza. Porque la belleza es la gran fuerza, y ella es la que salvará al mundo. (*)

(*) Fuente: Nicolás Berdiaev, "Creación y belleza. El arte y la teúrgia", en El sentido de la creación, Buenos Aires, Carlos Lohlé editor, 1978.





martes 23 de noviembre de 2004

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OSVALDO WEGMANN HANSEN: EL MILODÓN Y EL LOCO

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La Prensa Austral, 7 de mayo de 1981

Alimentando sueños de utopia el quimérico Albert Conrad murió loco, pobre y solitario. Se encontró un día su cadáver, tendido sobre el piso de la cabaña que habitaba en el valle del Río de las Vueltas. Junto a su tesoro, consistente en pedazos de cuarzo, que el insano recogía en sus largas exploraciones, se hallaron las más extrañas piedras sin valor. Ahora el sitio se denomina "Valle del Milodón" y, junto al Río de las Vueltas, en territorio argentino, cerca de la vieja y derruída cabaña, se levanta la alta reja de madera de una sepultura, con una cruz y una inscripción que dice: "Alberto Conrad (Q.E.P.D.), fallecido en febrero de 1931". No se sabe el día que murió, porque al hallar el cadáver, ya estaba descompuesto.
En el año 1894, poco después de arribar a estas latitudes, en busca de campos para iniciar la ganadería en la región, el capitán de la Marina Mercante alemana Hermann Heberhard, descubrió en la ladera del cerro Benítez, a 17 kilómetros al N.N.W. de Puerto Natales, una curiosa caverna, que poco tiempo después también llevó su nombre.
El año 1895, atraídos por el interés que Última Esperanza despertaba en Magallanes, llegaron a la región en viaje de estudios, el geólogo sueco Otto Nordenksjold, el sabio inglés Dusen y el zoólogo Ohlin.
Un marinero alemán llamado Alberto Conrad, que trabajaba con el capitán Eberhard, sirvió a los cientistas como guía, para explorar la zona, en busca de motivos de estudio, como ser ejemplares de flora y fauna y gea, sobre todo piezas de orígen volcánico. Entonces Conrad los llevó a la extraña caverna, decsubierta hacía poco tiempo por Eberhard y un guardiamarina inglés y les mostró semienterrados, los restos fósiles del milodón, despejados por Conrad. El animal prehistórico sería después de estudios, un desdentado del género glossotherium, llamado milodón, idénticos a los que Darwin descubrió en su época al sur de Bahía Blanca.
Expediciones científicas posteriores, como la de Hauthal, Roth, Lehmann y Nietche, encontraron todavía restos de ese animal prehístorico lo mismo que Emperaire muchos años después. Hallaron además esqueleto de un tigre desaparecido, félix listai, el terrible "tigre dientes de sable" que atacaba a los milodones. Todos estos huesos fueron llevados al Museo de la Plata y en mayor proporción al Museo de Londres donde aún estarían encajonados, según averiguaciones hechas en los últimos años por altos funcionarios de Magallanes.
La caverna del Milodón cobró gran importancia, en especial de parte de viajeros, de periodistas y de hombres de estudio. La caverna vecina, la cueva chica, en la que correteé en la infancia, es más impresionante, porque es estrecha, oscura, penetra en el cerro como un túnel, desciende y no se le conoce fin. Sobre ella se han hecho detalladas descripciones en libros, revistas y diarios nacionales y extranjeros.
Los curiosos que han logrado llegar hasta ella han querido siempre llevar un recuerdo y es así como a martillazos han destruído las estalactitas y estalacmitas de esta caverna y de la otra, para llevárselas como trofeos. De esta manera el gran atractivo de las cuevas, sobre todo de la chica, se va perdiendo y si no se toma una determinación enérgica, se terminará con la obra de cientos de años de la naturaleza.
La gente tenía una idea errónea de lo que fue el Milodón, pues creía que se trataba de un animal de proporciones gigantescas. Era grande sí, pero no tanto. Las dimensiones reales las da la estatua confeccionada en los últimos años por el escultor natalino Harald Krusseel, la que después de ser exhibida en el Museo de la Patagonia, fue trasladada definitivamente a la entrada de la gran cueva. Allí está, erguida, natural, idéntica, tal como lo vieron los hombres primitivos hace 10 mil años, con sus garras enormes, con que cogía las hojas de los árboles.
Lo que falta, para darle más vida y animación al paísaje, es una escultura del hombre primitivo, junto a la fogata, frente al Milodón, como fue realmente la vida en Ültima Esperanza en esos tiempos.

Recopilación. Jorge Díaz Bustamante

viernes 19 de noviembre de 2004

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LICORES CHILOTES

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Licor de Oro

Ingredientes :

1 litro de leche
1 litro de alcohol
1 1/2 kilos de azúcar
8 clavos de olor
2 limones
1 cucharadita de azafrán
2 a 3 almendras amargas
2 palitos de vainilla.

Preparación :

Se corta la leche con el alcohol en una olla. Se junta todo, el limón en tajadas, por espacio de 10 días y se revuelve con una cuchara de madera todos los días y después se filtra. Ya está listo para servir.

Rompon Chilote

Ingredientes :

12 huevos (la yema)
3 1/2 litros de leche cocida
1 vainilla
canela al gusto
1/2 litro de alcohol
azúcar al gusto.

Preparación :

Se bate la yema a mano, no con juguera, hasta que quede hecha crema. Se deja enfriar la leche cocida a la que se le agrega la crema y se espesa. Se pone todo a fuego pero no dejar hervir. Una vez frío se le agrega el alcohol y está listo para servir.

Mistela de Murta

Ingredientes :

2 kilos de murta
1 litro de alcohol
2 litros de agua hervida
almíbar de pelo
2 kilo de azúcar.

Preparación :

La murta en el alcohol se deja en infusión durante 10 a 15 días. Se hace un almíbar de pelo, se deja enfriar y se le coloca alcohol al gusto, el agua hervida y el azúcar, lo que se agrega a la infusión.

jueves 11 de noviembre de 2004

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ESTEBAN BARRUEL: LOS APELLIDOS ABORÍGENES DE CALBUCO Y CHILOÉ

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Durante estos cinco capítulos he analizado los apellidos aborígenes, trabajo que significó un análisis de 430 apellidos huilliches del área cultural de Calbuco y Chiloé. Nuevamente pongo énfasis en las reivindicaciones del pueblo Mapuche, porque, reconozcámoslo o no, en nuestra sociedad chilena desde antiquísimo existe un solapado rechazo hacia las personas que llevan un apellido aborigen, e incluso en la propiedad privada, en empresas comerciales no aceptan a un gerente o ejecutivo que lleve el apellido "Wilkamán". Tampoco es concebible que en las mismas Fuerzas Armadas chilenas, en sus escuelas matrices para oficiales, no se permitan alcanzar rangos a personas que llevan el apellido Mapuche. Nunca he conocido, desde que tengo memoria, un "coronel" de apellido "Caucamán"; debe ser de origen, en lo posible, alemán, ojalá sea un Winkler, Stoecker, o de otros "nobles linajes". ¿O acaso no nos sentimos orgullosos de Lautaro, Caupolicán o Colo Colo? Que fueron tenaces soldados y estrategas de los Mapuches en la guerra de Arauco. Todo lector que tenga un apellido huilliche debe sentirse orgulloso, porque es herencia que les pertenece, no en vano recurrimos al valor que nos heredaron los verdaderos padres de la raza chilena. De allí, que cuando nos sentimos ofendidos y debemos defendernos digamos orgullosamente "no me vaya a salir el indio", apelando al coraje del pueblo Mapuche. Esta investigación también se debe a los adelantos que había hecho la Revista Cultura desde Chiloé N° 7 año 1977, trabajo que hizo el profesor Gilberto Ulloa. Todos los apellidos aborígenes con un análisis y otros aportes aparecerán en el libro que pronto estará en venta en Punta Arenas "Breve Descripción de Calbuco y apellidos aborígenes de Chiloé", allí el lector se adentrará al rico lenguaje del pueblo Mapuche.

CLASIFICACIÓN DE LOS ANTROPONOMÁSTICOS:
1.- Antropónimos relacionados con "piedra" (curra)
Canicura
Catecura
Curamilla
Huentecura
Millacura
Paillacura
Remulcura.

2.- Pedernales (llanca-licán)
Canillanca
Carrillanca
Kumillanca
Llancabure
Llancacheo
Llancán
Llancalahuén
Llancapán
Llancapani
Michillanca
Milanca
Quintullanca
Catelicán
Huentelicán
Marilicán

3.-Hidrografía
i.- Río (leufu)
Antilef
Catrileo
Catrilef
Manquilef
Huenul
Levil
Llanquilef
Paillalef

ii.- Agua (co)
Caico
Coney
Hueico
Marihueico

iii.- Nieve (pire)
Huichapirén.

iv.- Mar (lafquén)
Lauquén
Leuquén
Millaquén
Nahuelquén

4.- Elementos geológicos
i.- Greda Arauz

ii.-Oro (milla)
Caimilla
Curimilla
Curumilla
Huenchimil
Huirimilla
Huirimillán
Loncomilla
Millacahuín
Millacar
Millacari
Millacura
Millalonco
Millán
Millao
Millapel
Millaquén
Millaqueo
Urimilla

4.- Pájaros que por su color están relacionados con el vocablo "milla"
a) Zorzal (huilque) Huilquemilla
b) Picaflor (pinda) Millapinda.
c) Cóndor (mañke) Manquemilla
d) Kelén o pájaro cola de palo Millaqueleo
e) Ñandú o avestruz americano (cheuque) Millacheo Treuquemil.

i.-Animales que por su color se relacionan con "milla"
a) guanaco (luan) Millaluan Millaluante
b) zorro (ngerü) Millaneri
c) Puma o león chileno (pangui) Millapán

5.- Vegetales
i.- Antropónimos relacionados con el color verde de los bosques
Cadín
Cade
Carimonei

ii.- Plantas y sus frutos
Calbullahue
Calullahue
Colil
Chodil
Marilahuén
Meripangue
Melilahuén
Paillahue

iii.- Arbustos
Cahura
Caicumeo

iv.- Arboles con sus características
Calbucoy
Coihuín
Huichacoy
Lebicoy
Lemus
Remolcoy
Timeo
Taihuel

v.- Algunos frutos de árboles
Lleucún (uvas coloradas, árbol "lleuque", castellanizado)
Epullao (llau-llau, frutos del coihue, o roble chileno).

vi.- Relacionados con flores (rayün)
Raimilla
Raipane
Raimapo
Raín
Rainpillán
Rampillán
Reiñanco

6.- Animales mamíferos
i.- Puma o león chileno (pangui)
Ancapán
Antipani
Aucapán
Canipani
Caniupán
Caripani
Huenupán
Huichapán
Levipani
Lupán
Llancapán
Llancapani
Maripani
Millapán
Nahuelpán
Pangui
Panicheo

ii.- Tigre (nahuel)
Nahuel
Nahuelante
Nahuelcar
Nahuelanca
Nahuelhuén
Nahuelhuaique
Nahuelpán
Nahuelpichún
Nahuelquín
Rainahuel

iii.- Formas apocopadas de "nahuel"
Antinao
Calbún
Calfunao
Catín
Colbún
Colín
Collinao
Cumín
Curinao
Chodín
Hueiquín
Hueiquiao
Hueitiao
Huenchún
Huentén
Huentenao
Huinao
Huineo
Huirimillán
Inao
Levín
Melinao
Melineo
Nail
Paillán
Purán
Quelín
Raín
Runín

iv.- Antropónimos relacionados con animales como el zorro, coipo, carnero, chingue.
Millaneri
Nahuelhueri
Antiñirre
Calucoi
Maricoi
Huenquén
Panichini

7.- Pájaros

i.- Cóndor "mañke"; Aguilucho,"ñanku".
Antimán
Antiñanco
Aucamán
Caimán
Calbullanco
Calbumanque
Carimán
Carriñanca
Cayumán
Cayumanque
Chauquemán
Cheuquemán
Chodimán
Huenchumán
Huenumán
Huichamán
Leviñanco
Lincomán
Lincoyán
Manque
Manquemilla
Manquilef
Manquilepe
Marimán
Mariñanco
Naimán
Nanco
Nancuante
Nancucheo
Nancumán
Nanculepe
Nancupel
Paillamán
Pilquimán
Quilamán
Quinán
Reiñanco
Taimante
Yudumán

ii.- Antropónimos que se relacionen con "cheuque", "avestruz, ñandú".
Caicheo
Comicheo
Cheuque
Cheuquelaf
Cheuquemán
Cheuquepil
Huenchucheo
Lepicheo
Llancacheo
Pailacheo
Pichuncheo

iii.- Otros pájaros Gaviota:cau
Antecao
Caucamán
Caucau
Picaflor: pinda
Millapinda
Pinda
Jote (kanín)
Gamín
Zorzal: huilque
Quilahuilque
Tordo: quereu
Paillacar
Lechuza: Raiquen
Pato: huala
Guala
Huenchuguala
Payaguala
Tiuque: Tiucol
Bandurria: Raqui
Raquil
Churrete o piloto (tureu)
Huentureu
Lebitureu
Tereucan

iv.- Nido, casa (ruca)
Caidame
Guaquel
Huilquiruca
Quinchamán (corral)

v.- Antropónimos que se relacionan con plumas (pichuñ)
Ancapichún
Caipichún
Diugeniu
Huichapán
Lepicheo
Maricán
Melapichún
Melipichún
Pichún
Quilapichún

8.- Antropónimos relacionados con "serpiente" (caicaifilú)

i.- Caidane
Caihuán
Caimalgén
Caimilla
Cobi
Huichacay
Llambil
Velquén

ii.- Crustáceos
Antisoli
Paiñiel
Ranín

iii.- Marisco (piure) Curipío

9.- Linajes relacionados con entes superiores y del cosmos.

i.- Espíritu (pillán)
Caipillán
Capellán
Catepillán
Maripillán
Melipillán
Pillampel
Rainpillán
Rampillán

ii.- Sol (antü)
Adiamante
Annún
Antiguay
Antecao
Antinao
Antiñanco
Antiñirre
Antipani
Calbuán
Calbuante
Carihuante
Catrián
Colhuán
Cumián
Duamante
Huenchuán
Huenante
Lebién
Leviante
Loncuante
Mariante
Melián
Meliante
Millaluante
Nahuelante
Nancuante
Paineán
Quidiante

iii.- Cielo (huenu)
Colhuén
Guenupán
Huenumán
Huenumilla
Huenul

UBICACIÓN ANTROPONOMÁSTICA EN EL DEPARTAMENTO DE CALBUCO

LUGAR APELLIDO
ABTAO Ayancán, Maricahuín, Parancán, Huineo, Llaiquén, Naiquén, Naiquel, Unquén, Lleucún, Huenchur. AGUANTAO Otey, Lemus, Curiñan.
AUCHA Catecura, Colín, Nauto, Cayún.
CAICAEN Nahuelhuaique, Raipane, Talmar
COLACO Curamilla
CULLAHUE Neiquel
CHAUQUEAR Caico, Antecao, Huichacán, Colí, Paillán, Huaiquil.
CHIDHUAPI Panichini
CHOPE Calbuante, Tihuel, Teuquil, Neún.
CHULLEHUA Huinao.
DAITAO Duamante, Huirimilla.
DAO (EL) Nahuelhuén, Ralil.
HUAYUN Huirimilla, Caimilla, Nehue, Parancán, Arel, Caipichún, Ralil.
LLACO Huirimilla, Nahuelhuaique.
LLAICHA Quintullanca, Colí, Marilicán, Linco.
MACHIL-CHAUQUEAR Tihuel, Tiucol, Teuquil, Tangol, Aguilante, Linco.
PARGUA Ayancán, Maricahuín, Painel, Rampul.
PEÑASMO Quinchamán, Cobi, Huenante, Loncón, Quintuy, Caimán, Llauca, Marimán, Caipillán, Lemus.
PERHUE Quintullanca, Quinchamán, Caipillán.
POLLOLLO Caico, Marilicán, Maichil, Linco, Tihuel.
PULUQUI (estero) Caico.
PUTENIO Llanquín.
QUENU Cheuquemán, Arel.
ROSARIO (EL) Teneb
RULO Caicheo, tangol.
SAN ANTONIO Calbucura, Adío, Remolcoy, Terán, Cayumán, Remulcura, Duamante, Catecura.
SAN JOSÉ Cachi, Caimán, Taimante, Lehue, Linco, Huinao.
SAN RAFAEL Colín, Huanel, Moil, Huaiquil, Huenchucheo, Huenchur.
SAN RAMÓN (Puluqui) Teneb, Huaiquín, Ingor, Chicui.
TABON Caimalgén, Loncón, Leviante, Huinao, Teuquil.
YALE Cabero, Lafi

Los apellidos o antropónimos que no aparecen en el listado son aquellos que se han radicado en la ciudad de Calbuco; oriundos de Chiloé, de la zona cordillera de Lliguimán, El Manzano, Llanchid, Pichicolo, etc.

10.- Alianza (wichan)
Guichacoy
Guichal
Guichapay
Huichalao
Huichapán
Huichapi
Huichapo
Huichaquelén
Huichaqueleu

11.- Antropónimos que tienen directa relación con las características del terreno, su relieve o formas orográficas Ailef
Ancaguay
Caimapo
Manao
Mañao
Melihuechún
Railef
Raimapo
Teuquil
i.- Instrumento Huito

12.- Antropónimos que se relacionan con reuniones humanas
i.- Reunión, fiesta (cahuín)
Maricahuín
Millacahuín
Uricahuín

ii.- Designaciones antropomásticas de tipo impresionistas:
Respetuoso (ekun): Acún.
Nombre bonito (adüi): Adío.
Hijo bonito (ad-peñen): Adpel
Mirar al rostro (agge-quintui): Adquintuy
Juguetón (ahuúl): Ágil
Mal parecido (ainolu): Ainol.
Amigo, camarada (cachü): Cachi.
Cara colorada (colü-agge): Coloane.
Poblado joven (coña-cara): Coñuecar.
Enfermizo (chafol): Chavol.
Tenerse por gente (che-un): Cheún.
Cosquilloso (chicül): Chicui.
Neblina engañadora (chiwai): Chiguai.
Brillante como estrella (huange-len): Huanel.
El Guerrero (hueicha): Hueicha.
Causar dolor (huelen): Huelet.
Varón dorado (wentru-milla): Huenchumil.
El mensajero (werguen): Huerque.
El que repite, imita (inaye): Inae.
El que come, comedor (ingen): Irquén
Lígero, rápido (lefi): Lafi.
Cabeza de oro (lonco-milla): Loncomilla.
Carente, pobre (livio): Levío.
Revolcarse (laivun): Llaipen.
Sumergido, perdido (llankün): Llaiquén.
Veloz (lauca): Llauca.
Convidar (llauken): Llauquén.
El que está abajo (naghuln): Naguil.
El que se confunde (gñei-keña): Naiquén.
Enrojecido (gñei-kelü): Naiquel.
Sosegado (naq-duamn): Nauduán.
El que desata (neitun): Nauto.
El que ronca (neyün): Nayán.
Fuerte, gallardo (newen): Nehuel.
Levantado en guerra (nenem): Nenén.
Resollador, ronca (neyün): Neún.
Prisionero (nütun): Nitor.
Subírsele la vida (perangkan): Parancán.
Rastro, huella (penoe): Penoy.
Neblina que sube (perang-chiwai): Peranchiguay.
El entenado (pin-ñeñe): Piñen.
Flotador (quenai): Quinay.
El que mira (quintu): Quintuy.
Cuello florido (rayen-pülko): Rampul.
Ponerse vestimenta (tacuneln): Tacul.
Tendido, aplastado (trañma): Talma.
Tendido en las flores (trañma-rayen): Talmar.
Dejar pasar el tiempo (trekamn): Teca.
Mi pasar, mi tiempo (trekamn-iñche): Tecay
Quebrado (trangon (trafón)): Tangol.
Contraerse, acalambrarse (trünefn): Teneb.
Alistarse, prepararse (turun): Terán.
Aromático como el laurel (trihue): Tihuel.
Ensueño, soñador, éxtasis (uleuman): Ule.
Ser bonito (uñungen): Unquén.
Falto de esposa, solterón (filla-kure): Villancur.

13.- Antropónimos relacionados con oficios o profesiones.
a) Secadores de mariscos (ancül): Arjel.
b) Escarbador de pulpa de manzana (cavurn): Cabero.
c) Escarbador de la tierra (queypulin): Queipul- Caibul.
d) Recolector de llau-llau (pinatra) (depu-llau): Depullao.
e) El que labra madera (maimai): Maymay.
f) El que trabaja el oro (milla-n): Millán.
g) Talabartero que hace pieles para cubrirse (ñonke): Nonque.
h) El que hace platos de madera o metal (ralir): Ralil.

14.- Linajes no clasificados
a) Rebelde refugiado (auka-retru): Aude.
b) Astil, mango del cuchillo (cocheel): Coel.
c) Come el zorro (ingen-ngërü): Ingor.
d) Lanza ligera (lef-waiki): Lehuay.
e) Hacer señas, morisquetas (maichil): Maichil.
f) Diez pangues (mari-pangue): Maripangue.
g) Trigo cocido o pan chilote (mel-a): Mella.
h) Lugar de la mella (mel-a-hue): Mellao.
i) Rápido, torbellino (meul): Moil
j) Pirámide, altura (pilcún): Pilguín-Pilgún.
k) Tres zorzales (quila-huilque): Quilahuilque.
l) Mira desde las lomas (quintu-lefún): Quintul.
m) Tres estómagos (quila-pué): Quipué.
n) Caña o coliu de la colina (rengui-l): Runil.

BIBLIOGRAFÍA SUMARIA

ALONSO RETAMAL, Pedro: Epu mari quiñe Ulcatún. Editorial Sn. Francisco de Padre de las Casas, stgo. 1970.
ARMENGOL V. Pedro: Glosario de nombres de hombres, plantas, ríos, lugares y vocablos incorporados en el lenguaje aborigen de Chile y de otro país americano. Imprenta Universitaria, T. 2. Stgo. 1918
AUGUSTA, Fr. Félix José de : Diccionario Araucano- Español. Imprenta Universitaria, T. 2. Stgo. 1918.
ERIZE Esteban: Diccionario comentado Mapuche-español, Araucano, Pehuenche, Pampa, Picunche, Ranculche, Huilliche. Cuadernos del sur. Bs. Aires, 1960. Instituto de Humanidades Universidad Nacional del Sur.
LATCHAM, Ricardo: La organización social y las creencias de los antiguos Araucanos, Imprenta Cervantes, Stgo. 1905.
LENZ, Rodolfo: Diccionario Etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas americanas. Imprenta Cervantes, Santiago, 1905.
MEYER RUSCA, Walterio: Diccionario Geográfico etimológico indígena de las provincias de Valdivia, Osorno, Llanquihue. Ediciones Universitaria. Stgo. 2da. edición, 1982.
RAMIREZ SANCHEZ, Carlos: Voces Mapuches. Editorial Alborada, Valdivia, 4ta. edición, 1985.
TANGOL, Nicanor: Diccionario Etimológico chilote. Editorial Nascimento. Santiago 1era. edición 1976.
WILHEM DE MOESBACH, Ernesto: Voz de Arauco, explicación de los nombres indígenas, Imprenta San Fco. P. de las Casas, Stgo. 1era. Edición, 1959.
ZAPATER, Horacio: Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros. Edit. A. Bello, Stgo., 2da. edición 1978.
REVISTAS:
Cultura de y desde Chiloé. Ulloa Gilberto. N° 7, 1987, Castro.
LICEO Holanda de Calbuco. Nahuelhuaique Víctor. N° 2, 1980, Calbuco.

Revista Impactos. Año 3 nro. 27 Punta Arenas, 7 de diciembre de 1991


miércoles 10 de noviembre de 2004

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Apellidos Willi-ce en Magallanes

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Por el lonko Tecay Bruno Eugenio.

Numerosos son los apellidos "Willi-ce" que se han popularizado en Magallanes. Abundan los Huecha, Antimán, Cheuquemán, Calbuco y otros, sin que conozcamos sus orígenes y significados. Es por ello que en este artículo entregaremos a nuestros lectores la fonética y el significado de algunos apellidos comunes:

1. Antü-mañke: Antimán: cóndor, sol.
2. Antu-Nawel: Antinao: tigre, sol.
3. Cayu-ko: Caico: seis aguas.
4. Cayu-Picuñ: Caipichún: seis plumas.
5. Cayu-ceuke: Caicheo: seis avestruces.
6. Cayu-pillan: Caipillán: seis antepasados.
7. Cayu-nawel: Cayún: seis tigres.
8. Cari-namcu: Cariñanco: aguilucho verde.
9. Cari-manke: Carimán: cóndor verde.
10. Cayu-manke: Cayumán: seis cóndores.
11. Coli-nawel: Colin: tigre, rojo.
12. Calfu-coipu: Calbucoy: coipo azul.
13. Ceuke-mañke: Cheuquemán: cóndor, avestruz.
14. Wenu-antu: Huenante: sol, cielo.
15. Wina-nawel: Huinao: gato montés, tigre.
16. Wentru-ceike: Huenchucheo: hombre, avestruz.
17. Wentro-mañke: Huenchumán: hombre, cóndor.
18. Wentre-lican: Huentelicán: encima, cristal.
19. Wala: Haula: pato.
20. Weica: Hueicha: valiente.
21. Necul: Necul: rápido.
22. Milla-cari: Millacari: oro verde.
23. Milla-pel: Millapel: cuello, oro.
24. Mill Lonko: Millalonko: cabeza, oro.
25. Meli-pillán: Melipillán: cuatro antepasados.
26. Mari-pillán: Maripillán: diez espíritus.

Toponimia chilena Willi-ce.

Mapu-ce Español

Admapu Tradiciones de la raza

Raug-ko (Arauco) Agua de greda

Cailín Esqueleto de huesos

Calfu-ko (Calbuco) Agua azul

Carin-n-pawnw (Carampangue) Nalcas azules

Kenkán-meu (Catripulli) Terreno aislado

Keupu-lican (Caupolicán) Licán hecho de pedernal

Kencan-meu (Cochamo) Por unir

Kona-rüpü (Coñaripe) Camino de los guerreros

Calfu-rawni (Galvarino) Lanza azul

Wa-koli Guacolda) Maíz o choclo colorado

Wrea (Guar) Malo

Waci-wala (Huachipato)

Trampas para patos Wele-n

(Huelén) La izquierda, o ser izquierdista

Wille-n-ko (Huillinco) Aguas del sur

Llen-keupu (Janequeo) El mensajero

Mapu-cong (Mapocho) El que desaparece

Nien-lol (Nielol) Tener hoyos, valles más profundos

Paine Celeste Kepe (Quepe) Champa

Keule (Queule) Árbol

Ran-ko (Ranco) Lago inseguro

Rengo Harina cruda

Pani-mawida (Panimávida) Montañas del león

Rere Pajarito carpintero

Man-kuü (Macul) Mano derecha

Mallo-ko (Malleco) Agua del tío

Tralka (Talca) Trueno

Lemun-antü (Lemunantu) Luz del bosque

Revista Impactos, Año 2 - Nro. 19 Punta Arenas, 6 de abril de 1991.



martes 9 de noviembre de 2004

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ZONA AUSTRAL

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Chiloé - Aysén y Magallanes, División Política Administrativa

Por el Coronel Ramon Cañas Montalva

"CHILE es algo más que una simple capital en vías de construcción; que un reducido centro agrícola, o un conjunto de comunas que oímos nombrar por primera vez en un computo electoral". - Chile o una loca geografía - De Benjamin Subercaseaux.

Pocos aspectos como el que dice relación con la división política administrativa, han revestido en la vida nacional, un carácter más disonante, si se le relaciona a las causas fundamentales que deben servir de base a las limitaciones provinciales; como el sentido de inamovilidad, que deben caracterizarles.
Puede decirse, que sólo los intereses secundarios, y no pocas veces, de orden político - electoral, han influido en las modificaciones de la división administrativa interior, mientras otros, un tanto simplistas, de carácter meramente sentimental, han inspirado las del plano internacional.
Hoy más que ayer, en que las orientaciones políticas tienden a buscar una "economía dirigida" en manos del Estado, corresponde al problema de la subdivisión administrativa un rol, no sólo preponderante, sino fundamental al buen gobierno de cada comarca.
Nada como la situación geográfica de un país, zona o provincia, determinada por su latitud y longitud; procura mayores posibilidades a su desarrollo y progreso. De ahí, que al considerar este aspecto en íntima relación con los factores que determinan su valor intrínseco, deba, su limitación política - administrativa o internacional, ser materia de consideraciones severamente apreciadas. En ello estriba sin duda gran parte de la acertada solución a sus problemas vitales; aparejados éstos, al clima, a la producción, a las vías de comunicación, densidad e idiosincrasia de sus poblaciones, etc.
Atendiendo a las condiciones geográficas generales de cada zona, podemos diferenciarlas en regiones continentales o interiores, marítimas y mixtas; y con relación a sus límites en: naturales y convencionales.
La Zona Austral de que nos ocupamos por su extensión y excepcional configuración. Presenta características favorables, a clasificar o dividir sus territorios, en sectores: "insulares" (marítimos), como en el caso de Chiloé; y mixtos (continentales - insulares), en las zonas de Aysén y Magallanes.
Por otra parte, un sinnúmero de notables accidentes geográficos facilitan una señalización natural.
Magallanes, Aysén y Chiloé, básicos eslabones de lo que insistimos en denominar "ZONA AUSTRAL" separadamente de las regiones continentales de Llanquihue al norte no han escapado a las inconveniencias de esta política. En este mismo momento procúrase una nueva revisión, aunque afortunadamente inspirada esta vez, en propósitos severos y definidos, como los que han informado la creación por parte de S.E. el Presidente de la República de la "Comisión de Estudios de la Zona Austral" y de cuya labor pende parte de los proyectos que deben ser sometidos a la consideración del congreso. Sin embargo, y aún cuando es de esperar positivas ventajas de las disposiciones que contengan, creo del caso puntualizar algunos aspectos tendientes a generalizar un mayor interés por tan delicado problema, cuya acertada solución sólo puede ser la consecuencia de - severos estudios geográficos - en relación como hemos dicho con los recursos naturales de cada región, sus posibilidades existentes de comunicaciones interiores, como en las zonas complementarias a su progreso.
Si del estudio que nos preocupa, se desprende la influencia a que está llamada toda distribución administrativa con relación al progreso nacional, que es su principal objetivo; lógico es empezar por terminar, una acertada división de las "diferentes zonas geográficas" que caracterizan al territorio nacional; asunto que hasta ahora fluctúa sobre apreciaciones más o menos personalistas.
Con sobrada razón el profesor Mann al analizar los factores básicos que determinan "el carácter de una nación en cualquiera de sus etapas evolutivas", señala como básicos a su formación: "el espacio que forma el teatro de la vida Nacional, o sea, su escenario geográfico, y la constitución racial de la población". En síntesis, clima y suelo, determinan la base materia lo física en que sentar la grandeza de un pueblo; de ahí que no sean pocas, las intenciones, movidas a señalar divisiones que faciliten su organización y desarrollo; aspecto de muchísima mayor trascendencia y dificultad de lo que a primera vista parece.
Como el espíritu de nuestro estudio se inspira en el deseo de obtener "conclusiones lógicas" en beneficio del progreso de las zonas australes que nos ocupan, expondremos dentro del límite prudencial de un trabajo como éste, opiniones tendientes a facilitar la solución perseguida.

PRINCIPALES SECTORES (ZONAS) DEL SUELO NACIONAL

Sin remontarnos a las históricas apreciaciones de geógrafos como Pisis y Domeyko, recordaremos lo señalado por los textos de don Julio Montebruno, ya que ellos han servido fundamentalmente a la orientación de las actuales generaciones, a quienes ha correspondido en mucha parte, el estado actual del problema.
Según Montebruno, el territorio de Chile se divide:
"I. - SECCION DEL NORTE.-
a) Región de los desiertos.
b) Zona comprendida entre el río Copiapó y la Cuesta de Chacabuco.

"II.- SECCION DEL CENTRO.-
a) Zona comprendida entre la Cuesta de Chacabuco y río Aconcagua por el Norte y el Volcán Copahue y ríos Laja y Bío-Bío por el Sur.
b) Zona entre el Laja y el Bío-Bío y el Canal de Chacao.

"III.- SECCION AUSTRAL DE CHILE.-

"Generalidades.- La Sección Austral de Chile, que se extiende desde el Canal de Chacao y Golfo de Reloncaví hasta el Cabo de Hornos, a través de 14 grados de latitud, contiene una escasísima población y actualmente influye muy poco en el desarrollo económico del país. Desde el punto de vista geográfico, es una de las comarcas más notables del globo.
"El rasgo dominante de esta parte de Chile es una extrema desmembración. El territorio chileno tan cerrado y uniforme más al Norte, se quiebra y fracciona aquí como en pocas regiones de la tierra.".
Don Ismael Gajardo, por su parte, asigna en ediciones modernas de su Geografía Física, cuatro regiones o zonas, basadas en su aspecto, clima y producción:
1ª.- Zona de los desiertos o región salitrera.
2º.- Zona de los valles transversales o región minera agrícola.
3º.- Zona del valle central o región agrícola;y
4º.- Zona patagónica o región ganadera.
Expresando con respecto a la Zona Patagónica lo siguiente:
"En la Zona Patagónica el Valle Central desaparece, convirtiéndose en numerosos canales y ensenadas; la cordillera de la costa se transforma en multitud de islas, granes algunas de ellas, entre las que se cuentan los archipiélagos de Chiloé, Guaitecas y Chonos.
"En esta zona, las lluvias son muy abundantes y precipitadas, la vegetación es exuberante; casi todo el terreno está cubierto de bosques de diferentes clases de árboles útiles para construcciones y mueblería.
"Los Andes se levantan hacia el Pacífico y bajan como escalones hacia el oriente. Se cubren de nieve y en las quebradas se forman grandes ventisqueros.
"Los ríos nacen en territorio argentino, atraviesan las cadenas que forman la cordillera andina y llegan a los canales, como el Puelo, el Palena y el Aysén.
"El clima es templado y lluvioso, y, por su aspecto, la Patagonia es un campo nevado, con valles muy fértiles y cubiertos de alerces, hayas, coligües y pastos.
"Los lagos Buenos Aires, Cochrane y San Martín envían sus aguas al Pacífico.
"Esta zona se distingue por la gran producción de maderas en la parte del Norte y de lanas, en la parte del Sur; los turbérculos se desarrollan muy bien, y no faltan los cereales y ciertasespecies de legumbres y frutas en su parte Norte.
"Es rica en lavaderos de oro, en carbón y en yacimientos de mármol, en la isla Cambridge, y se tienen fundadas esperanzas de encontrar pronto los ricos veneros de petróleo, que abrirán un horizonte inmenso a las espectativas industriales y comerciales de esta próspera y laboriosa región.".
El Dr. Salvador Allende sostiene en su interesante estudio Médico - Social, desde un plano más realista de las conveniencias nacionales, cuatro zona geográfico-económicas, bien diferenciadas:
"1º.- Zona Minera, que se extiende desde el límite con el Perú por el Norte, hasta el río Copiapó, comprende en consecuencia, las Provincias de Tarapacá, Antofagasta y Atacama.
"2º.- Zona minera-agrícola, que se extiende desde el Valle de Copiapó hasta la Cuesta de Chacabuco con las Provincias de Coquimbo, Aconcagua y Valparaíso.
"3º.- Zona Agrícola, desde la Cuesta de Chacabuco hasta el Canal de Chacao, que comprende todas las provincias del valle longitudinal.
"4º.- Zona maderera ganadera, desde el Canal de Chacao hasta el Cabo de Hornos, constituída por los territorios de Aysén y Magallanes".
Por su parte el Gobierno, en abril del año 41, por Decreto Supremo y persiguiendo un fin informativo a la Presidencia de la república, estableció cuatro Zonas administrativas, organizadas con el nombre de Subsecretarías Regionales.
Dicha división establece:
REGION NORTE.- Tarapacá - Coquimbo.
REGION CENTRAL NORTE.- Aconcagua - Valparaíso.
REGION CENTRAL SUR.- Linares - Concepción.
REGION AUSTRAL.- Cautín - Magallanes.
Aun cuando las divisiones mantenidas por los autores anotados, y que hemos transcrito con el propósito de un mayor abundamiento a la división propiciada, estimo como más aproximadas a las actuales posibilidades físico - económicas del territorio la siguiente subdivisión:
ZONA NORTE.- Semidesértica - minera y fertilizante (salitre).- Tarapacá a Coquimbo.
ZONA CENTRAL.- Semihúmeda - Agrícola.- Aconcagua a Bío-Bío.
ZONA SUR.- Agrícola - Forestal y lacustre.- Arauco a Llanquihue.
ZONA AUSTRAL.- Ganadera - Forestal - Pesquera.- Chiloé Aysén y Magallanes.
Considerada la división zonal dentro del país y obtenido para la Zona Austral, su delimitación definitiva comprendiendo las provincias de Magallanes, Aysén y Chiloé, podemos repetir, conceptos sostenidos más de una vez en estudios referentes a los "problemas" que con tan sobrada razón preocupan a las poblaciones de esta zona:

División administrativa interior de la ZONA AUSTRAL

Obtenida la división zonal para el país en la forma propuesta, se entraría a determinar la división administrativa de las Provincias de la Zona Austral de acuerdo a su realidad geográfica; escaso conocimiento (terrenos inexplorados), como sus problemáticas posibilidades de comunicación, son antecedentes que obligan a considerar separadamente para cada provincia, lo siguiente:
a) Chiloé: Dejar dentro de los límites de esta Provincia, una total responsabilidad sobre la "zona insular", desde el Canal de Chacao, hasta la península de Taitao inclusive; considerando en ella el Estero de los Elefantes y el Canal de Ofqui.
b) Aysén: Concretarla en la parte continental y más inexplorada hasta ahora. Zona comprendida desde el Estero Reloncaví - Río Puelo - Lago Tagua-Tagua - Río Manso hasta el Estero Falcón - Monte Fitz Roy, altura del Lago Viedma. En consecuencia, quedaría dentro de su jurisdicción, la parte continental que a Chiloé le resulta prácticamente imposible atender (Subdelegación Yelcho del Departamento de Quinchao); y la parte inexplorada entre el Río Puelo y Vodudahue. Asimismo la región del Lago San Martín, igualmente aislada de la Provincia de Magallanes, desde donde sólo puede llegarse en la actualidad mediante un largo y penoso viaje, a través de la Patagonia Argentina (Punta Arenas - Río Gallegos - Puerto San Julián - Lago San Martín).

La incorporación de la Provincia de Aysén de sectores como el continetal inexplorado de las Provincias de Llanquihue y Chiloé, y el del Lago San Martín, actualmente parte integral de la Provincia de Magallanes, permitiría abordar de inmediato un plan de comunicaciones terrestres a base de una ruta longitudinal. Dicha ruta atravesaría toda la Provincia desde la región del río Puelo al Lago San Martín, uniendo así, por territorio nuestro, la zona de Coyhaique (Baquedano) que está llamada a ser la futura capital de la Provincia, con las zonas hasta ahora totalmente aisladas de Futaleufú - Cisnes - Chile Chico, el Baker, Mayer y Lago San Martín.
Las características de alta montaña que distinguen gran parte de los sectores señalados, harán sin duda difícil las comunicaciones terrestres, pero en ningún caso imposible. Todo indica la urgencia de abordar con preferencia el problema de las comunicaciones, fundamental a todas las realizaciones que se pretendan a favor de tan ricos y vastos territorios. En materia de comunicaciones terrestres que son las más indispensables dentro de un estricto orden de urgencia en los problemas latentes, debería irse de inmediato a la construcción de "senderos" debidamente estudiados, y trazados dentro de un "Plan Caminero General"; de modo que, junto con procurar tráfico en toda época del año, sirvan desde luego, como primera huella al camino que ha de construirse en definitiva. Este solo recurso, y por el cual claman preferentemente y sin excepción, los numerosos pobladores de estas zonas, bastaría de inmediato de primer y fundamental paso, hacia progresos insospechados. En cuanto a su costo, podría éste rebajarse al máximo, mediante el empleo de personal del Ejército (tropas de ingenieros) en combinación con los mismos pobladores, buenas gentes, en quienes he encontrado la más decidida cooperación a estas ideas. Esta posibilidad de cooperación espontánea ha inspirado al suscrito, la creación de "Brigadas de Acción Social" como parte integrante de los Comités de Extensión Cultural que se han organizado bajo la tuición del Comando Militar en Coyhaique, Chile Chico, Baker, etc.; grupos que contribuirán voluntariamente a la iniciación de estas obras.
Estimando la considerable extensión que alcanzaría esta provincia, habría que determinar en su división administrativa, por lo menos, cuatro Departamentos.
En la actualidad pende de la consideración del congreso un proyecto de Ley de División Territorial de las Provincias de Aysén y Chiloé elevado con fecha 1º de Agosto de 1940 y publicado en el Boletín Nº 554 de la Sala de Comisiones de la Cámara de Diputados.
Aún cuando dicho proyecto consulta muchas de las necesidades anotadas, diferimos en parte de sus proposiciones:
Entre otras cosas estimamos que el límite norte de la Provincia de AYSEN debe correr en las inmediaciones del paralelo 41º 40' (frente al Seno Reloncaví) con el objeto de incluir en ella toda la zona "casi inexplorada" de la región continental. El proyecto en cuestión fija el paralelo 44º hoya hidrográfica del Lago Gral. Paz como límite Norte.
En concordancia con nuestra proposición, los límites asignados a los Departamentos cambiarían de acuerdo con un estudio más detenido.
Estimamos también que el asiento de la capital de este primer Departamento llamado Bilbao, en el proyecto aludido, y para lo cual fija Puerto Cisnes, debe ser por múltiples razones que no es el caso exponer, el que ocupa la incipiente población de "Futaleufú" sobre el río de este nombre e inmediaciones del Lago Espolón. Sitio de pasada del camino en construcción Puerto Chaitén, al límite con la república Argentina, el que a su vez empalma con el que va a la floreciente ciudad cordillerana de Esquel.
Asimismo, somos contrarios a la idea de mantener la capital de la Provincia en Puerto Aysén, uno de los sitios más inadecuados para tan señalado objeto. Tanto su clima, como los graves inconvenientes que presenta como puerto fluvial sobre un río de caudal sumamente variable y peligroso, de fácil embancamiento, le señalan como uno de los sitios más inapropiados a su finalidad.
Por el contrario abundantes razones indican como centro vital, y de confluencia a las actividades de la Provincia, a la población de Coyhaique, llamada antes Baquedano, la que debería tener como puerto principal de la zona, el que necesariamente tendrá que construírse en la bahía de Chacabuco, inmediata a la desembocadura del río Aysén.

c) Magallanes: Desde los contrafuertes del planchón de "hielo continental" a la altura del Estero Falcón, inmediaciones de la región de Ultima Esperanza, hasta la Antártica Chilena.

CONCLUSIONES

Acordada la subdivisión territorial del país en las cuatro zonas propuestas, deberíase acordar:
1. Crear la Subsecretaría Regional de la Zona Austral (Magallanes - Aysén - Chiloé) con asiento en la ciudad de Punta Arenas.
2. Crear las jefaturas de los diversos servicios públicos a semejanza de lo ya acordado para el Comando de los Destacamentos Australes y Servicio de Ganadería y Veterinaria; en Punta Arenas.
3. Dar a los servicios públicos de cada provincia, una organización y medios de trabajo, de acuerdo con las características y modalidades de sus respectivas regiones. Marítima (insular) para Chiloé; continental (montañosa e inexplorada) para Aysén; mixta para Magallanes.
4. Nombrar una Comisión especial compuesta del Comando Militar de la Zona Austral, el Jefe de la Oficina de Tierras de Magallanes, y de los tres Intendentes Provinciales de esta Zona, para estudiar y proponer, la subdivisión administrativa más aconsejable a las zonas de sus juriducciones. Esta comisión se haría asesorar por Subcomisiones compuestas por personal de las Gobernaciones, Subdelegaciones, miembros de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, como personal de la Dirección de Tierras, que estudiarían en el terreno mismo, los trazados convenientes.
5. Aprovechar para efectuar una revisión de los nombres geográficos de aquellos puntos a señalar en la división, proponiendo los cambios más indispensables, por el de asuntos o personalidades, directamente ligados a la historia nacional.
6. Aprobar, en carácter de experimental por unos dos años, los límites que dicha Comisión proponga.

Recopilación: Jorge Díaz Bustamante


jueves 4 de noviembre de 2004

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NAUFRAGIO DEL "THEGUETTOF"

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Por Ignacio Garcia Henriquez



El edificio de madera del Seminario de Ancud, regentado por los padres jesuitas, crujía entero, como un barco en medio de una tormenta, aquella mañana del mes de junio de 1912. Las paredes y los techos se estremecían con los embates furibundos del viento y la lluvia.
Los alumnos del Reverendo Padre Joaquín Agnon - una autoridad en Cosmografía que andando los años llegó a Rector del colegio que los padres tienen en Buenos Aires - bien arrebujados en nuestras abrigadoras mantas isleñas, mirábamos inquietos las ventanas de la clase, cuyos vidrios empañaban el azote del agua, haciendo esfuerzos para atender a las palabras del sabio maestro. A cada momento arreciaba más el temporal afuera. Nuestro desasociego culminó cuando comenzamos a escuchar los agoreros sones de la campana ubicada en el muelle. Eso significaba que una desgracia ocurría en la abierta bahía ancuditana. El padre Joaquín impresionado como nosotros, suspendió la clase. En los puertos chilotes la solidaridad con la gente de mar es muy profunda.
Mi calidad de secretario ocasional de la Intendencia me permitió doblegar al impertérrito Hermano Lete, guardian irreductible de la puerta de salida y llegar, calado de agua hasta los huesos, hasta la Aduana.
En la galería de este establecimiento fiscal encontré ya reunidas a las autoridades de la capital de la provincia. Estaban allì el Intendente, don Oliverio Garay Enriquez, el juez don Narciso Sánchez, el jefe de la Aduana, don Daniel Sánchez, el del Resguardo, don Toribio Rogel, el Tesorero Fiscal, don Salustio Suárez, el Obispo Monseñor Augusto Klinke, el comandante del regimiento teniente coronel don Fernando Soto Cortés, el médico don Liborio Sánchez, el cura párroco don Braulio Guerrero y numerosos vecinos. Por una rara coincidencia todos los nombrados eran oriundos de la isla y si en esos días de bonanza se sentían orgullosos como todos los habitantes de Chiloé, de tener proporcionalmente la más baja cuota de analfabetos y mayor número de escuelas del país, aquella mañana mostraban acongojados ante el drama que se desarrollaba en la bahía. La barca de tres palos, la "Theguettof", mientras era remolcada por el "Intendente Rodríguez" para salir al mar abierto, había cortado sus amarras y comenzaba a garrear hacia las rocas de la isla de Cochinos, que cierra el estuario del río Pudeto.
Dada la braveza del mar no había posibilidad de que el vapor volviera a tomar nuevamente el remolque. El naufragio del gallardo velero se consideraba inevitable; y se produciría fatalmente a la vista de un pueblo que llenaba angustiado toda la playa, desde La Arena hasta el Fuerte Castillo, construído por los españoles de "cancagua", especie de ladrillo natural y de mucha consistencia y durabilidad.
La "Theguettof", impulsada por el viento y el oleaje, enfilaba en esos momentos su popa hacia los requeríos de la isla Cochinos, contra los cuales se hacían polvo de agua, al reventar, las inmensas olas. Lejos de amainar, el temporal arreciaba a cada momento y la lluvia caía en verdaderas cascadas.
Era imposible intentar un salvamento en tales condiciones. Pero el grupo de autoridades no se conformaba con lamentar la tragedia sino que hacía esfuerzos para poder salvar por lo menos al capitán de la "Theguettof", Oyarzo y sus tripulantes, todos ellos chilotes. El hecho que la esposa del capitán Oyarzo se encontrara a bordo - había sido embarcada el día anterior, después de haber permanecido varias semanas en el hospital, para ir a convalecer a Valparaíso - hacía más dolorosa la tragedia.
Algunos antiguos navegantes, ex capitanes de barcos a vela - como don Juan Banner, don Augusto Hollemberg y Yentzen, llamado paradojalmente el "capitán guagua" por su corpulencia, - después de cambiar ideas entre sí, opinaron que se podía intentar, con una arriesgada maniobra en bote, salvar a la tripulación.
Bastó la sola insinuación de este modo de salvataje para que de inmediato las autoridades resolvieran llamar a los fleteros que deseaban participar en esta hazaña que podía ser fatal para los que participaran en ella.
Para realizar la temeraria empresa se necesitaban ocho remeros y un piloto que tripularían uno de los grandes botes usados en ese mar tan abierto al implacable viento norte. Se designó para pilotear la embarcación y elegir a los remeros al "Chamaco". Era éste un mocetón de recia musculatura, aunque bajo de estatura. Se le sabía decidido y valiente, de mucho ascendiente sobre sus compañeros, y hábil hombre de mar capaz de desempeñarse audaz e inteligentemente para llevar a cabo la arriesgada maniobra.
Se trataba de conseguir que la "Theguettof" se varara de costado, en el lugar de popa como se veía que iba a suceder, sobre la implacable costa de la isla Cochinos, a fin de producir un remanso - aunque fuera por pocos minutos - el que sería aprovechado por el capitán Oyarzo y su tripulación para desembarcar.
En una tarea fatigosa y difícil. El bote tenía que acercarse lo suficiente al velero para poder coger una espía que desde él o lanzaran; aguantarse en esta posición hasta que la amarraran a la popa y luego hacer resistencia desde ese punto para que la nave se "atravesara" y se fuera de costado contra la playa
Entonces empezó la lucha titánica del bote contra el mar. Apenas abandonó la pequeña ensenada las olas comenzaron su asalto. Por un momento pareció que lo iban a azotar contra el muelle. Fue cosa de unos pocos minutos. Los audaces remeros aún no habían calentado sus músculos, pero pronto se vio como apoyando sus pies descalzos en las bancas del bote con las fuertes manos, semejantes a garras, en los remos, clavaban estos en las aguas turbulentas y salían victoriosos de ese primer encuentro con la marejada. Sus gorrras y chaquetones de hule resplandecían bajo la lluvia mientras ellos se inclinaban a compás para así tenderse luego hacía atrás en el poderoso esfuerzo de cada remada que hacía avanzar a la embarcación.
Desde la playa la multitud, con un impulso espontáneo, se había puesto a rezar en voz alta para que aquellos heroicos chilotes tuvieran la protección divina. A su vez desde la borda de la "Theguettof" la tripulación seguía ansiosa la arriesgada maniobra. Sabían bien que de su éxito dependía su salvación.
A ratos un silencio impresionante reinaba sobre la costa al ver el bote, como una cáscara de nuez, se perdía en las hondonadas de las enormes olas. Entonces la angustia hacia morir las palabras en los labios y el rezo se alzaba sólo en los corazones. Pero luego, al verlo reaparecer triunfante sobre la cresta de la nueva ola, la oración volvía a elevarse clamorosa y esperanzada sobre el rumor de la tempestad.
El suspenso de esta situación se intensificó cuando se pudo ver a través de la densa cortina de la lluvia y el chisperío de las olas, que el bote había conseguido su primer objetivo y enfilaba su proa resueltamente a la isla Sebastiana. Empezaba ahora la segunda y más difícil parte de la maniobra. Entonces todos, permanecieron en la playa en profunda y trágica expectación.
De pronto un solo grito de júbilo surgió del grupo más cercano a la isla de Cochinos al comprobar que la "Theguettof" viraba pesadamente para tomar la posición que indicara el plan de los viejos capitanes, maestros en dominar temporales. El buque seguía garreando, pero ya no en la forma peligrosa de antes. Los nueve chilotes redoblaron sus esfuerzos; y se reafirmó en la costa la esperanza de un salvamento tan pronto como la nave tocara las primeras rocas de la isla de Cochinos, donde numerosos isleños se aprestaban para cumplir la faena de salvamento asignada a ellos.
Unas últimas y poderosas remadas lograron que la "Theguettof" quedara de costado frente a la isla. En pocos minutos todos los tripulantes estuvieron a salvo, mientras la nave comenzaba a azotarse contra el roquerío. A la media hora de su encallamiento la "Theguettof" había sido destruida completamente por la furia de las olas, en tal forma que no quedaban vestigios de ella.
El salvamento de los tripulantes de la "Theguettof" había sido realizado en forma magistral y valerosa por esos lobos de mar: el "rucio", Navarro, Ojeda, Pérez, Calderón, Mansilla, Vera y Gutiérrez que dirigiera el recio "Chamaco"; y que ahora sin mayores aspavientos, como si hubieran cumplido una faena de rutina, comenzaron a remontar el río Pudeto, en unión de otros botes, conduciendo a los naúfragos de un hundimiento más en aquellas regiones.

Recopilación: Jorge Díaz Bustamante


"LA CRUZ DEL SUR", (Ancud) 12 de enero de 1957.

miércoles 3 de noviembre de 2004

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Olegario Cárdenas: Boxeo Regional en Magallanes

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Olegario Gómez Cárdenas, Premio Nacional de Periodismo Deportivo en 1978, nació el 10 de septiembre de 1915, falleciendo el 20 de junio de 1984. Cursó sus estudios primarios en el Instituto Don Bosco, secundarios en el Liceo San José e ingresó en 1934 en la Maestranza de la Armada, trabajando hasta 1963 como empleado civil, fecha en que se acogió a retiro. Desde muy joven ejerció el periodismo, básicamente deportivo. Fue arquero titular del Club Deportivo Naval e incluso logró el título oficial de entrenador de fútbol el 8 de abril de 1954, en un curso dictado por Máximo Garay, recibiendo un diploma que lo acreditaba como tal firmado por su profesor, por Carlos Dittborn y Reinerio García. Su actividad oficial como periodista comenzó en 1941, en la sección deportes del diario "La Verdad". Al cambiar de nombre la publicación, pasando a denominarse "La Prensa Austral", continuó desempeñándose en el cargo hasta agosto de 1982, fecha de su jubilación. Incursionó en la radio, haciéndose muy popular en las radionovelas como Enrique Mendoza, haciéndose muy popular en las radionovelas como Enrique Mendoza, haciendo los roles de "malo". Efectuó periodismo radial deportivo en las emisoras "La voz del sur", "Austral" y "Polar". Igualmente, fue de prensa de radio "Polar" y reportero de radio "Presidente Ibáñez". Colaboró en innumerables revistas y publicaciones, donde firmaba con varios seudónimos, siendo "Mirón" y "Contragolpe" los más destacados. Casado con doña Berta Gallardo Vidal, tuvo dos hijos: Gerardo Mauricio y Mario César. Hoy "Impactos entrega a sus lectores una trilogía de artículos boxeriles que se mantienen, como un recuerdo de este profesional que tantos miles de carillas aportó al periodismo magallánico.

Maichil: "El indio manso" Por Olegario Gómez

Uno de los boxeadores cuyo nombre tiene que ser recordado por todos aquellos que serenamente han analizado su labor, es indiscutiblemente Antonio Maichil, a quién debe Magallanes el haberle entregado la más grande satisfacción que púgil alguno de nuestra ciudad haya conseguido. Antonio Maichil recibió las primeras enseñanzas de este varonil deporte de manos de Jorge Prado, entrenador del Club Huracán, en cuya tienda deportiva se inició el popular "Indio Manso", apodo con que fue bautizado por la crítica metropolitana. Después de cumplir una campaña por demás halagadora dentro de los rings mallánicos, le cupo la honra de integrar la delegación que bajo la presidencia de don Armando Redondo (q.e.p.d.) y de la cual formaron parte también Ramón Ortega y Alfredo Medina, fue enviada a Santiago en 1933 a participar en el Campeonato Nacional. Sus colegas fueron eliminados del certamen por la mayor experiencia y capacidad de púgiles antagónicos, pero Antonio Maichil fue abriéndose paso bajo el peso firme de sus puños hasta llegar a conquistar el Campeonato Nacional en el peso mediano. Primero fue Ruiz, de Santiago, el que tuvo que rendir tributo; más tarde lo hizo Pérez, de Valparaíso, y Garrido, de Iquique, hasta que se colocó frente a frente con Oscar Giaverini, campeón del año anterior. Al presentarse en la noche del 9 de diciembre de 1933 al ring, el "Indio Manso" fue recibido con una ovación delirante. Su triunfo causó sensación. Al respecto, una noticia cablegráfica recibida por un diario local de parte de su corresponsal en la capital decía lo siguiente: "Desde el primer momento el magallánico asumió una lenta ofensiva que su contendor esquivaba, deteniendo los rectos de izquierda a la cara, recurriendo, enseguida a los clinchs. En esta condición le fue imposible evitar que Maichil lo golpeara a la cara con ganchos de ambas manos. Algo parecido ocurrió en el transcurso de las dos vueltas restantes, con lo cual Maichil dominó ampliamente. El vencedor recibió al finalizar el match una formidable salva de aplausos.

" Un catedrático del pugilismo"

Gran parte del progreso que experimentó el box magallánico en sus buenos tiempos, se debe, sin lugar a dudas a las sabias enseñanzas de ese famoso pugilista belga llamado Tato Schakels, figura descollante de los rings europeos, Norte, Centro y Sud América. En el año 1935 enfrentó en nuestra ciudad al pugilista natalino Guillermo Scholer, a quien venció ampliamente por puntos. Después de haber pasado largo tiempo como entrenador oficial de la Asociación de Box de Magallanes, se alejó de nuestra ciudad llevándose las simpatías de la afición y el agradecimiento de todos los muchachos que tuvo a su cargo y que experimentaron progreso bajo sus sabias enseñanzas.

El negro Enrique Barrington El padre del boxeo magallánico

El 20 de junio del año 1898 llegó a Punta Arenas, procedente de los Estados Unidos, su tierra natal, un negro de 21 años, poseedor de un físico extraordinario, músculos de atleta elásticos y bien templados al son de una niñez inquieta y aventurera. En su tierra había asimilado conocimientos del arte de la defensa propia y de la reglamentación. Sus primeras exhibiciones en Punta Arenas provocaron un manifiesto entusiasmo por este deporte. Innumerables peles sostuvo Barrington como profesional. La primera de ellas con el fornido escocés Bob Ferries, más tarde con John Morgan, pugilista galense; con el gigante De Felt, el inglés James Mitchels, Tomy Burns, George Booth, Manual Sarmiento, Juan Fariña, etc. Su fama y su gloria duraron hasta el año 1921, cuando empezó el descenso de su carrera, minado en su físico y agilidad bajo el peso de los años. Tenía 46 años de edad al caer arrollado bajo los puños de Ital Caorsi, cuando este último hizo su debut profesional. Un año más tarde Rafael Rosales, que a la sazón se levantaba como una amenaza de los púgiles de su categoría, en la noche del 21 de febrero de 1924, propinó otra paliza a Barrington ganando por K.O. El respetable, celoso como siempre, creyó en un "tongo" e interrumpió en manifestaciones hostiles. Barrington, perturbado en su celestial sueño por esas manifestaciones en su contra, se levantó a duras penas y afirmándose en los cordeles, con su cara frente al público, dijo estas palabras: "Esto no es un tongo, sino el lógico resultado de la juventud que se abre paso y de la vejez que aún no se decide a decirle adiós a este deporte". El público se conmovió con la palabra de Barrington y un aplauso atronador se escuchó en la sala de espectáculos. Alguien gritó: ¡Viva el padre del box magallánico! Y miles de gargantas apretujadas por la emoción, respondieron: ¡Vivaaa! Hoy Enrique Barrington yace olvidado en una tumba del cementerio de Avenida Bulnes.

Revista Impactos. Punta Arenas, 3 de febrero de 1990.


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