Colegiata

La dignidad de «colegiata» se concedia, por bula papal, a algunas iglesias no episcopales que descollaban de las simples parroquiales por diversas razones. Su culto se confiaba a un cabildo de canónigos —normalmente más reducido que el de las catedrales—, dirigido en época medieval por un prior, más adelante por un deán y, a veces, por un abad. Había colegiatas seculares y regulares, éstas así llamadas porque los canónigos hacían vida comunitaria bajo la regla agustiniana. Por esta razón muchas colegiatas tienen, o tuvieron un claustro . En una ciudad aragonesa, Calatayud , se dio la circunstancia, única en España, de la coexistencia de tres colegiatas. Casi todas las que existían en España se suprimieron por el concordato de 1851, por lo que hoy son poco más que una titulación meramente histórica. En Aragón, desde entonces, sólo ostenta oficialmente dicha dignidad la de Albarracín , como compensación a la anexión de su obispado al de Teruel. Consecuentemente, nos limitaremos a reseñar aquellas iglesias aragonesas cuya máxima titulación en alguna época ha sido la de colegiata; en total, veintidós.

—Provincia de Huesca: Aínsa (románica con claustro gótico), Alquézar (gótica tardía, claustro románico), Berbegal (románica), Bolea (gótica tardía), Boltaña (gótica tardía), El Grado (gótica tardía), Monzón (románica), Pertusa (barroca, con cripta románica, torre y claustro renacentistas), Sariñena (desaparecida, trasladada a S. Francisco, neoclásica), Tamarite de Litera (románica, con cimborrio gótico).

—Provincia de Zaragoza: Borja (mudéjar y barroca, claustro mudéjar), Calatayud (tres: Santa María la Mayor, manierista, con portada plateresca, torre y claustro mudéjares; el Santo Sepulcro, manierista, con claustro mudéjar; Santa María de la Peña, mudéjar y neoclásica), Caspe (gótica purista), Daroca (gótica y renacentista con partes románicas), Ejea de los Caballeros (El Salvador, románica, torres góticas), Uncastillo (Santa María, románica, con torre gótica, claustro gótico-renacentista).

—Provincia de Teruel: Alcañiz (barroca, con torre gótica), Montalbán (gótica y mudéjar), Mora de Rubielos (gótica purista con claustro gótico), Rubielos de Mora (manierista).

• Bibliog.:
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• Hist. Med.: Es la colegiata iglesia insigne que mantiene una comunidad de racioneros (portionarii) para solemnizar el culto divino, sin sujeción a regla, ni a la vida común, aunque ésta trató de imponérseles en algunas ocasiones. Cada racionero tenía la obligación de asistir al culto diurno y nocturno, y el derecho a recibir raciones (portiones) alimentarias en especie (victum) y una cantidad de dinero para vestuario (vestitum). El ingreso a la comunidad colegial solía reservarse a los naturales de la localidad donde ella radicaba. El número de racioneros se aumentaba o disminuía según las circunstancias económicas. En algunas colegiatas más insignes, como la de Barbastro desde 1448 hasta 1571, sus clérigos tenían categoría de canónigos seculares. Las de simples racioneros, generalmente presididas por un prior, fueron muy numerosas en la Baja Edad Media, sobre todo en los obispados de Huesca y Jaca, que contaban con veintiocho en el siglo XIV, siendo las principales las de Siresa, Echo, Ansó, Boltaña, Aínsa, Fanlo, Alquézar, Berbegal, Almudévar, Sariñena, Ayerbe y Bolea. Pertenecían a la diócesis de Lérida las de Monzón, Tamarite y Albelda; a la de Zaragoza, las de Alcañiz y Daroca; y a la de Tarazona, la de Borja. Solían tener asignada la cura de almas, que ejercía un vicario y su organización interna era parecida a la de los cabildos catedralicios .