Relaciones bilaterales

Las relaciones bilaterales entre Chile y Austria son afectuosas y cordiales lo que se refleja claramente en el contínuo intercambio de visitas a nivel político, desde el restablecimiento de la democracia en Chile. La acogida recíproca de emigrantes perseguidos en sus patrias - en el año 1938 amparados por Chile, en 1973 y años posteriores recibidos por Austria - no sólo estableció vínculos históricos, sino también relaciones familiares y emocionales que se mantienen en la actualidad.  Desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea en 2003 el intercambio de mercancías ha crecido considerablemente; hoy en día Chile es para Austria el segundo país en importancia como socio comercial y mercado de exportación en Sudamérica. En el ámbito de la cultura Austria está presente en Chile a través de exposiciones y conciertos.  Las relaciones científicas se basan principalmente en convenios entre universidades, que fomentan el intercambio estudiantil.  La distancia geográfica no es un impedimento para las relaciones bilaterales cada vez más estrechas. 

El inicio de las relaciones internacionales entre Austria y Chile datan de la primera mitad del siglo XIX.  Finalmente en un intercambio de cartas de 1846/47 entre el Presidente Manuel Bulnes y el Emperador Fernando I. de Austria, Chile fue el primer Estado de los antiguos dominios de la corona española en Sudamérica reconocido por la Monarquía de los Habsburgos. No obstante - debido a la limitada capacidad del poderío naval de la Monarquía - el interés por Chile se concentró en el intercambio económico: inspirados sobre todo por los intereses comerciales de los mercaderes triestinos,  a partir de 1847,  se crearon en ciudades chilenas nada menos que nueve Consulados Honorarios, el primero y más importante fue el Consulado General de Valparaiso.

En el año 1856 los primeros austríacos inmigraron a Chile. Se trató de austríacos procedentes del valle Zillertal que por razones religiosas tuvieron que abandonar su patria, el Tirol, en 1837, siendo recibidos por la Silesia Prusiana.  Luego en Alemania se acogieron a los ofrecimientos de inmigración chilenos, avecindándose en el sur de Chile, principalmente a orillas del lago Llanquihue.  Algunas familias siguen viviendo en las mismas tierras que les fueron asignadas y las denominaciones topográficas aún se refieren al pasado colonizador.

La localidad de Nueva Braunau cerca de Puerto Varas fue bautizada con ese nombre en 1875 por colonos austríacos procedentes de la ciudad del mismo nombre en el norte de Bohemia.
Hubo una importante inmigración de croatas y dalmatinos procedentes de la antigua Monarquía Austro-Húngara . Por su convicción política paneslava la relación que mantenían con los representantes oficiales de la Monarquía Danubiana era distante.
En el período comprendido entre las dos Guerras Mundiales no cesó la inmigración de Austria, respectivamente de los países que habían pertenecido a la corona de los Habsburgos.  Se estima que entre 4.000 y 5.000 austríacos se habrían radicado en Chile en el transcurso del siglo XX.