Batalla de Hanau. (30 - 31 October, 1813) ANTECEDENTES Durante la retirada de las tropas de Napoleón Bonaparte tras la batalla de Leipzig a Francia se unen a la Grande Armée las guarniciones procedentes de la Confederación del Rin, en pleno proceso de desintegración de la confederación creada por Napoleón tras los abandonos de Baviera y Sajonia, que se pasarán a los aliados.
Tras el paso del río Saale, Napoleón Bonaparte, tiene uno gesto más de agradecimiento hacia aquellos que lucharon junto a él; permite que se marchen miles de hombres pertenecientes a los estados alemanes que ahora tras el desastre de Rusia están contra Francia. No sólo les deja ir, sino que permite que lo hagan con sus armas y equipos, aún a sabiendo de que estas armas se empuñarán contra él cuando los soldados alcancen sus países de origen. Tras este curioso acontecimiento el ejercito de Napoleón queda reducido a aproximadamente, unos 100.000 soldados y 100 cañones.
En realidad, la Grande Armée debería contar con más efectivos, pues al principio de la campaña Napoleón ordenó reforzar las guarniciones de las ciudades y fortalezas alemanas con hasta 80.000 soldados, que sin embargo siguen een la inútil defensa que les ha sido encomendada; como los 30.000 de Davout en Hamburgo o los 25.000 de Saint Cyr en Dresde. Sin embargo Bonaparte no ordena nada al respecto, esperando que sitiar dichos lugares sea un freno, al menos en cuanto a tiempo, para los aliados. Tras acabar con la resistencia de los franceses y polacos atrapados en Leipzig tras el desastre francés en dicha batalla, los aliados comienzan a perseguir al ejercito Francés en dos grupos: por el noreste avanzan Blücher y Bernadotte con los ejércitos de Silesia y del Norte, y por el sureste Schwarzenberg, Barclay de Tolly y Beningsen formando el ejercito de Bohemia, de Reserva y de Polonia. Las potencias aliadas cuentan con unos de 300.000 soldados, más del triple de los que le quedan a Napoleón Baviera, ya en el bando aliado, moviliza a sus ciudadanos contra su antiguo aliado Napoleón, reuniendo en dos semanas al menos 17.000 soldados y 50 cañones al mando del general Wrede, al que Schwarzenberg le envía como refuerzo a las tropas austriacas que estaban al oeste de Lindenau.
MOVIMIENTOS PREVIOS El general Gyulai sale al paso a los franceses en Kosen al mando de su Cuerpo de Ejército, pero tras un corto combate es derrotado por una sola división francesa y cae prisionero. Sin embargo los 23.000 soldados y 50 cañones del general Klenau se unen a los bávaros, que sin embargo cometen el error de dejar en Wurzburg la mitad de sus piezas de artillería y la mayoría de sus municiones para agilizar su avance. Llegada a Erfurt, la Grande Armée puede restablecerse, sin embargo el mariscal Murat la abandona, argumentando que su reino de Nápoles está amenazado por los austriacos y se marcha según él para defenderlo, llevándose también a sus soldados. Lo cierto es que había mantenido correspondencia secreta con Mettertich, con el propósito de unirse a los aliados, esta traición será anímicamente demoledora para Napoleón ya que proviene del seno de su familia, recordemos que Murat era su cuñado.
LA BATALLA DE HANAU Wrede avanza en paralelo al ejercito francés durante los dos días siguientes, envía 10.000 soldados a Frankfurt y con el resto de sus hombres corta la ruta de huída de los franceses ocupando la pequeña fortaleza de Hanau, desplegando sus infantería entre la orillas noroeste y noreste del río Kinzing, enlazadas por el pequeño puente de Lamboy, y el bosque de Bruchkobeler al oeste. Al oeste de la línea se emplaza la artillería y al suroeste la caballería aliada. Cortando de este modo la retirada de los franceses. Napoleón decide continuar su camino hacia Frankfurt del Oder, al suroeste, atacando directamente a las fuerzas de Wrede, para abrirse paso entre ellas por el desfiladero de Gelhausen y llegar al Rin antes de que le alcancen los ejércitos coaligados que le persiguen y le atrapen entre dos fuegos. Wrede espera una fuerza de vanguardia de quizás 20.000 franceses, pero Bonaparte envía contra él a 60.000 soldados. A mediodía del 30 de octubre, Napoleón llega ante Hanau y estudia las posiciones austriacas y bávaras, dándose cuenta enseguida de los grandes puntos débiles del despliegue de los aliados. Los 2º, 5º y 11º Cuerpos de Ejército, 2º y 3º de Caballería y las tropas de la Guardia franceses se despliegan enfrente, al sur del bosque de Lamboy, entre la orilla noroeste del Kinzing y el pequeño bosque de Puppen. A la 1:00 del mediodia, el mariscal MacDonald dirige un asalto contra el ala izquierda bávara, haciendo avanzar a parte de sus 5º y 11º Cuerpo que se hayan ocultos tras el bosque, le sigue el 2º Cuerpo del mariscal Víctor y la batería de la Guardia Imperial, que excelentemente dirigida por el general Drouot, elimina a la artillería bávara, dejando a la caballería indefensa ante las cargas del 2º Cuerpo de caballería de Sebastiani. Después de ser aniquilada el ala izquierda bávara, el ala deracha austriaca, dirigido por Klenau, es atacado por las tropas de Vïctor, MacDonald y los Granaderos de la Vieja Guardia, que empujan a los defensores a la orilla sureste del Kinzi. Ahora también el centro se está desplomando y se intenta formar una linea defensiva con las tropas del ala derecha que siguen en la otra orilla, sufriendo muchas bajas al intentar cruzar el estrecho puente o al ahogarse en el río; los combates concluyen hacia las 21:00 horas, dejando abierto el camino hacia Frankfurt. Una vez conseguido el objetivo principal, Napoleón no inicia la persecución ya que su exigua caballería no podía ser desperdiciada.
Napoleón continúa guiando la retirada de la Grande Armée hacia el Rinh, dejando en Hanau tres divisiones para retrasar el avance aliado, integradas por infantería de linea dirigida por el mariscal Marmont y tropas de la Guardia Imperial del general Mortier, este ataca el fuerte de Hanau al día siguiente; Wrede cae herido siendo sustituido por Fresnel, que posteriormente se retira.
CONSECUENCIAS Durante dos días de combate, los franceses sufren 5000 o 6.000 bajas entre muertos y heridos, a los que habrán de sumarse otros 4.000 rezagados que serán capturados, mientras los austriacos y los bávaros tienen unas unas 10.000 bajas. El ejercito francés puede seguir su camino en dirección a su base avanzada de Mainz
Napoleón al frente de la Grande Armée cruzará el río Rinh entre los días 2 a 3 de noviembre, tras perder otros 20.000 soldados por el camino a causa de una tremenda epidemia de Tifus y de las numerosas deserciones a causa de la desesperada situación. Importantes contingentes franceses quedarán cercados, y sin posibilidad de recibir refuerzos hasta el final de la guerra, en las fortalezas de Erfurt, Hamburgo, Magdeburgo, Wittemberg y Danzig; con hombres a su mando tan importantes como Davout o Saint Cyr.
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