Pilar Bonet

De asesinos y héroes

Por: | 03 de septiembre de 2012

El teniente azerbaiyano Ramil Safárov, que en febrero 2004 en Budapest asesinó a hachazos al oficial armenio Gurguén Margaryán, su compañero en un curso del programa “Asociación por la Paz” de la OTAN “, se ha convertido en el detonante de renovadas tensiones entre Azerbaiyán y Armenia.

Condenado a cadena perpetua en Hungría en 2006, Safárov fue extraditado el pasado 31 de agosto a Azerbaiyán, donde fue indultado por el presidente Iljam Alíev y ascendido a mayor del ejército. En Bakú, el ministro de Defensa, Safar Abíyev, le felicitó por su “liberación y repatriación” y le deseó éxito en su carrera.

Azerbaiyán y Hungría son miembros de la Convención Europea de Estrasburgo, que posibilita el traslado de un preso a su país de origen para que siga cumpliendo allí su condena. Pero, cualquiera que sean las explicaciones oficiales, el acuerdo bilateral que ha propiciado la extradición de Safárov suscita numerosas sospechas. Fundamento de estas sospechas son la escasa sensibilidad democrática del presidente Iljam Alíev en Bakú y del jefe de Gobierno Víctor Orban en Budapest (cada uno a su manera) y también la “complementariedad” entre la riqueza ostentosa del Estado petrolero y la crisis económica del Estado centroeuropeo.

En Armenia citan la prensa de oposición húngara y acusan a Azerbaiyán de haber comprado la liberación de Safárov con millones de dólares, invertidos en comercio, proyectos energéticos, préstamos y obligaciones del Estado húngaras. El régimen de Azerbaiyán, que tanta magnanimidad muestra con el oficial homicida, tiene en sus cárceles a activistas de derechos humanos y periodistas como Hilal Mammádov, director de la revista Tolishi-Sado, que fue detenido en junio pasado y que ha sido torturado, según organizaciones de derechos humanos. El antecesor de Mammádov en la dirección de Tolishi-Sado, Novruzali Mammádov, murió en prisión en 2009 después de que le fueran negados los cuidados médicos.

El retorno de Safárov, por no hablar ya de su ascenso y ensalzamiento, se vive como una provocación en Armenia, que ha roto sus relaciones diplomáticas con Hungría. El caso puede influir negativamente en las negociaciones que, bajo la tutela de la OSCE, buscan una solución para el Alto Karabaj y otros territorios colindantes azerbaiyanos ocupados por Armenia. Los copresidentes del llamado “grupo de Minsk”, representantes de EEUU, Rusia, Francia y la OSCE, se han reunido el 2 y el 3 de septiembre con los ministros de Exteriores de Armenia y Azerbaiyán para tratar sobre el indulto de Safárov y han expresado su preocupación por el intento de transformar un delito en una heroicidad.

El provocativo indulto de Safárov enmascara en realidad una impotencia, ya que para el régimen de Alíev resulta más fácil acoger como héroe a un asesino que arriesgarse a reconquistar el Alto Karabaj. A medida que se enriquece y adquiere conciencia del poder del dinero, Azerbaiyán incrementa sus reproches a Occidente por no presionar a Armenia para que abandone los territorios que conquistó de 1988 a 1994.

El régimen de Bakú quisiera que Occidente, que se beneficia de sus materias primas, le resolviera el conflicto de Karabaj y está frustrado por que no lo hace. De forma reiterada, sobre todo en vísperas de elecciones, el presidente Alíev amenaza con recurrir a la fuerza para recuperar Karabaj. De momento, la violencia se limita a incidentes y tiroteos en la frontera y, en opinión de analistas en Bakú, ni las autoridades ni la sociedad de Azerbaiyán tienen ganas de luchar por Karabaj.

Entre Armenia y Azerbaiyán la atmósfera sigue envenenada por la violencia que enfrentó—y deslindó—a ambas comunidades. El ambiente en ambos países esta lleno de tabúes y de odio y parece lejano el día en que puedan abordar el pasado sin mitos, sin jactancias, sin hacer como si “el otro” (el armenio de Azerbaiyán y el azerbayano de Armenia) jamás hubiera existido.

Basta prestar atención al entorno para adivinar a ese “otro” tabuizado, a ese “ausente presente”, que está en el vacío dejado por las iglesias destruidas con minas militares en la región autónoma azerbaiyana de Najicheván y en las mezquitas convertidas en pocilgas del Alto Karabaj. fin

Deseos para una nueva diplomacia española

Por: | 30 de julio de 2012

Esperemos que el nombramiento en el último consejo de ministros de un nuevo embajador de España en Rusia ponga fin a un año de provisionalidad en la diplomacia española en este país y de parálisis institucional en otros cuatro Estados del entorno postsoviético (Bielorrusia, Armenia, Uzbekistán y Turkmenistán) asignados a la embajada de España en Moscú. Durante un año la gestión diplomática de los intereses españoles en estos cinco países ha sido rehén de intereses personales y del relevo de partidos al frente del Estado. En julio de 2011, en el ecuador del Año Dual entre Rusia y España, el embajador de nuestro país en Moscú, Juan Antonio March, fue relevado por Luís Felipe Fernández de la Peña, mientras el embajador especialmente nombrado para el Año, Juan José Herrera de la Muela, abandonaba su puesto para sorpresa de sus interlocutores rusos.

Fernández de la Peña llegó a Rusia en agosto de 2011. Sin embargo, al asumir el poder, el Partido Popular revisó los últimos nombramientos del PSOE y el pasado febrero pidió el plácet para José Ignacio Carbajal como nuevo embajador en Moscú. De este modo, el embajador Fernández de la Peña quedó en una situación de interinato ante las autoridades rusas y no llegó a presentar credenciales-- y ni siquiera copias de estilo-- en los otros Estados donde también debería haber sido embajador. Para no regresar a Madrid, Fernández de la Peña se postuló para un alto puesto en la diplomacia comunitaria en Bruselas, la dirección general para Europa del Este y Asia Central. Para apuntalar esta candidatura, el ministro de Exteriores José Manuel García-Margallo demoró incluso el relevo de Fernández de la Peña, pese a que desde febrero estaba designado su sustituto. “No es lo mismo presentar como candidato a tu embajador en Moscú que a un diplomático que hace pasillos en Madrid”, alegan fuentes diplomáticas.

Sea cual fuera la secuencia de la candidatura, el hecho es que durante un año España ha mantenido una representación permanente precaria en Rusia y prácticamente ninguna representación diplomática en países que no deberían ser descuidados, ya sea por su potencialidad como emergentes o por ser zonas delicadas de la diplomacia conjunta europea, en las que deberíamos tener nuestro propio criterio. En Uzbekistán, el único representante permanente de España es un cónsul honorario, nombramiento que recayó en el delegado de la firma de explosivos para minería Maxam, que cuenta con 11.000 empleados y factura 180 millones de euros al año. Es obvio que ante un régimen tan tenebroso como el de Islam Karímov los representantes empresariales españoles en aquel fascinante país no están en disposición para defender simultáneamente sus negocios y al mismo tiempo otros intereses del Estado, entre ellos la acreditación de corresponsales.

En Uzbekistán está INITEC, que construye una central eléctrica de ciclo combinado por más de 300 millones de Euros, y Técnicas Reunidas, que construye una planta de producción y procesamiento de gas por valor de 800 millones de dólares. Además, la empresa Talgo ha firmado un contrato con los ferrocarriles locales para el mantenimiento de los dos trenes T-250 comprados en 2009 y está negociando la venta de dos nuevos trenes del mismo modelo además de crear un taller de mantenimiento. A la vista de la crisis y de las oportunidades que existen en Asia Central, cabría esperar nuevos planteamientos diplomáticos en Madrid, que permitieran representaciones ágiles, flexibles y con costes más económicos de lo que suele ser tradicional.

En Turkmenistán, país muy rico en gas, la ausencia española frena la posibilidad de abrir mercados que podrían ser rentables, sobre todo para la industria de la construcción, como pone de manifiesto el ejemplo de Francia. La falta de presencia española nos deja fuera de la estrategia europea en países como Armenia (enfrentada con el Estado petrolero de Azerbaiyán por la región del Alto Karabaj) y Bielorrusia, con su autoritario líder Alexandr Lukashenko, enquistado en el corazón del continente.

Por si fuera poco, la práctica desaparición de los lectores de español en el entorno postsoviético ha privado a nuestro país de importantes antenas y observatorios, además de vías de penetración y de creación de lobbies en los que apoyar las futuras actividades económicas, culturales y políticas. Eliminar los lectores españoles en un país emergente y rico como Kazajistán es algo, a mi juicio, imperdonable. Una administración más sensible a los verdaderos intereses del Estado hubiera evaluado los lectorados caso por caso y hubiera debido arbitrar fórmulas individuales para salvarlos, aliándose con empresarios, instituciones y universidades concretas para mantenerlos.

La crisis obliga a ser imaginativos y a estar mejor preparados. No sería demasiado pedir que en este entorno emergente plagado de incógnitas y también de oportunidades se ejerciera una política más racional, enfocada como servicio público y apertura de nuevos horizontes.Existen posibilidades que se ignoran por inercias, rutinas, enfoques estereotipados y mentalidad burocrática. A los diplomáticos destinados a estas regiones hay que exigirles también que, por lo menos, dominen --o se esfuercen realmente por dominar-- el idioma ruso, que sigue siendo la lengua franca en el área postsoviética.fin

En busca de un adiós a las armas en el Cáucaso

Por: | 10 de julio de 2012

¿Cómo hacer para que quienes se han echado al monte en Cáucaso ruso abandonen las armas y se reintegren a la sociedad? ¿Cómo evitar que las filas de los guerrilleros sigan nutriéndose de jóvenes dispuestos a matar y a morir? ¿Cómo garantizar a quienes renuncian a la violencia que no van a ser víctimas de los abusos de los órganos de orden público o de una venganza de sus antiguos camaradas? Estas fueron algunas de las cuestiones que se plantearon el martes 10 de julio en el debate celebrado por el Consejo de Desarrollo de la Sociedad Civil y Derechos Humanos del Presidente de Rusia (CDSCDH), que dirige Mijaíl Fedótov.

El objeto del debate, arbitrado por Svetlana Gánnushkina, la presidenta de la organización Ayuda Cívica, era la propuesta de crear una “Comisión Federal para ayudar a la adaptación a la vida pacífica de las personas que decidieron abandonar las actividades terroristas y extremistas”. La iniciativa  supondría formalizar a nivel estatal las experiencias de varias regiones del Cáucaso que desde 2010 han creado sus comisiones locales para reintegrar o “adaptar” a la sociedad a quienes deciden abandonar las armas. Las comisiones en cuestión, en sus distintas variaciones, parten del reconocimiento de que  la represión y la violencia no solucionan el problema del terrorismo y ofrecen un cauce de reinserción mediante garantías de una aplicación justa de la ley, por decirlo de otra manera, garantías dadas por personas socialmente respetadas contra la tortura y la arbitrariedad de los llamados “silovikí” (cuerpos de seguridad e interior) y el aparato de Justicia. Pese a que en 2011 se logró un “significativo descenso de la actividad de los guerrilleros y menguaron las bajas entre los funcionarios de las fuerzas del orden público y la población civil”,  la clandestinidad armada conserva una “gran capacidad de combate” gracias a la “actividad de reclutamiento”, señala una nota preparada por los organizadores del debate.”Las ideas del islamismo radical cada vez tienen más partidarios entre los jóvenes”, “las mujeres son a menudo parte activa de los conflictos armados” y en la “sociedad aumenta la tensión provocada por las actividades de los guerrilleros y las burdas violaciones de los derechos humanos de las fuerzas del orden público”, sentenciaba.

Comisiones de "adaptación" se formaron en Daguestán en noviembre de 2010, en Ingushetia en 2011, y este año, en Kabardino-Balkaria y Karacháevo-Cherkessia. Los resultados, modestos, se cuentan por decenas de rescatados, pero según el CDSCDH entre ellos hay “guerrilleros reales” que están dispuestos a arrepentirse y a indicar el emplazamiento de escondrijos de armas y a denunciar delitos en preparación.

En Daguestán, donde según fuentes policiales hay 300 personas que luchan en la clandestinidad, 37 personas recurrieron a la “comisión de adaptación” en un año y medio y 32 peticiones fueron satisfechas. Los órganos del orden público parecen dispuestos a considerar las fórmulas de “soft power” sin renunciar a sus prerrogativas.  En una reciente sesión del Comité Nacional Antiterrorista (CNA) en Majachkalá, el director del Servicio Federal de Seguridad, Aleksandr Bórtnikov, dijo que “no es posible parar los procesos destructivos en el Cáucaso sólo con las instituciones de fuerza”. Esta constatación no significa que los “silovikí" se vayan a convertir en unas damas de la caridad dispuestas a guiar por el buen camino a los antiguos guerrilleros.

 

Para empezar, los “silovikí” se niegan a reconocer que ellos mismos violan la ley en su forma de combatir el extremismo y el terrorismo en el Cáucaso y es más, que incluso generan esos fenómenos, como manifestó una representante del comité de madres de Kabardino-Balkaria. “¿Por qué las madres deben dirigirse a sus hijos, a quienes los órganos de orden público forzaron a marcharse (a la guerrilla), y que ahora les disparan? ¿Por qué deben creerles, si saben y ven cómo discurre el proceso de los que están encarcelados por los acontecimientos del 13 de octubre de 2005 en una cárcel peor que Guantánamo?”, manifestó Hazifat Kansáeva,  refiriéndose a los procesados y encarcelados por la violenta incursión armada en la ciudad de Nálchik. En Kabardino-Balkaria, dijo, “no hay ninguna lucha contra el terrorismo”. “Lo que hay es una verdadera guerra civil. Por un lado los musulmanes y por otro, los órganos del orden público”. La radicalización de posiciones en Kabardino-Balkaria es una de las causas por la cual los órganos de orden público se resisten a formar parte de la comisión de adaptación en aquel territorio, lo que no ocurre en las otras regiones.

Rizván Kurbánov, presidente de la comisión de Daguestán, citó varios casos de reintegración, entre ellos un jóven refugiado en Bélgica, el hijo de un dignatario islámico de Rostov, y cuatro chicos llegados de Kazajistán para hacer la Guerra Santa en el Cáucaso. Según Kurbánov, los casos de mujeres utilizadas para el terrorismo se han hecho más frecuentes, y no sólo en las comunidades del Cáucaso, sino entre mujeres de otras zonas. “Tenemos que acabar con esos “torpedos” que vienen a matarse para ir al paraíso”, señaló. El representante de la comisión de Ingushetia, Ajmed Kotíev, calculó en 500 las personas sobre las que pesa la orden de búsqueda y captura. Las cifras de los clandestinos se mantienen estables gracias al relevo de quienes son apresados, muertos o abandonan la violencia. El periodista y experto en Cáucaso, Maksim Shevchenko, adivirtió que los que bajan del monte no son sólo jóvenes engañados y se refirió a las desigualdades que alimentan el terrorismo, como el contraste entre las clínicas desvencijadas  y sin medicamentos de Daguestán y los coches y villas de lujo que pueden verse en la ruta entre Majashkalá, la capital de aquel territorio, y la vetusta ciudad de Derbent.

Entre los datos mencionados por los asistentes: el 30% de los jóvenes menores de 30 años de Daguestán no ha acabado estudios secundarios y la universidad petrolera de Chechenia licencia cada año a 3500 jóvenes que no pueden aspirar a encontrar trabajo. Entre los modelos de integración aludidos: Irlanda del Norte y Colombia.

No encontró eco positivo el ejemplo de Chechenia, donde según Shevchenko, Ramzán Kadírov habría “salvado miles de vidas” al conseguir que los guerrilleros abandonaran el monte. Sin embargo, Kadírov rescató a los que estaban en el bosque para integrarlos en sus propias filas y ponerlos a su servicio, lo que “no fue una reconciliación”, argumentó Alexandr Cherkásov de Memorial.

Abás Kebédov, de Daguestán, compartió su temor a no poder responder del destino de quienes confíen en él para salir de la clandestinidad, contó que el policía de su barrio se había jactado de “poder encontrar un carro blindado en mi huerto, si quiere”, e insistió en que la “adaptación” es necesaria también por parte de los “silovikí”. Gadzhi Majáchev, vicepresidente del Gobierno de Daguestán, se refirió  a los abusos de los “siloviki” , tales como la costumbre de no capturar a gente viva en sus operaciones antiterroristas, criticó al ministerio de Defensa por minimizar el número de reclutas del Cáucaso y denunció la penalización del “wahabismo” en Daguestán, pese a no existir ese concepto en el Código Penal de Rusia.

En nombre del Comité Nacional Antiterrorista (CNA), Andréi Przhedomski consideró “improcedente” la creación la “comisión federal”. El funcionario subrayó que la mayoría de los que se quieren acoger hoy a la adaptación o bien fueron capturados o  bien están en la cárcel e invitó a los defensores de derechos humanos a concentrarse en la prevención del terrorismo, cuyas filas, según dijo, continúan incrementándose. 

Por su parte, Alekséi Istomin, del Comité de Investigación (CI), defendió el carácter prioritario del castigo y  se opuso a que se forme una comisión que quiera “ir por las cárceles y dictar sus reglas”. Pese a la resistencia del CNA y el CI, Gánnushkina se mostró convencida de que la integración es el único camino para la paz y anunció que crea un grupo de trabajo para analizar la legislación rusa con el fin de ver cómo puede organizarse el proceso.fin

 

Nace la "Gran Moscú"

Por: | 03 de julio de 2012

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A partir de1 de julio, la “Gran Moscú” ya es una realidad y – al menos  desde el punto de vista administrativo--, se ha cumplido la voluntad de Dmitri Medvédev, quien en junio de 2011, siendo aún presidente de Rusia, se pronunció por la ampliación de la capital a costa de parte de la provincia circundante. Según los planes, varias instituciones oficiales que se concentran en torno al Kremlin se trasladarán a los nuevos territorios, lo que en teoría contribuirá a descongestionar esta urbe vibrante, anárquica y sofocada por el tráfico.

 

Así pues, la capital de Rusia, con 107.000 hectáreas y 11,5 millones de habitantes, absorbió el pasado domingo 150.000 hectáreas suplementarias y otras 250.000 personas, que se convertirán en “moskvichi”. Esta categoría da acceso a múltiples beneficios sociales en relación a los habitantes de la provincia (pluses salariales y de pensiones y transportes gratuitos para los jubilados, entre ellos).

 

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Mundos paralelos y Borís Godunov

Por: | 27 de mayo de 2012

 

Se amplian las distancias entre Vladímir Putin y los sectores sociales que rechazan al máximo representante y artífice del régimen. El Kremlin y los espacios públicos donde se expresan los insatisfechos no son mundos paralelos, sino mundos divergentes. Por los canales de comunicación que aún existen aún entre ellos no cruzan mensajeros para dialogar, sino fuerzas antidisturbios para detener y reprimir (en dirección a la calle) y señales y gestos creativos y humorísticos (en dirección al Kremlin).

La última alusión artística hacia el Kremlin ha sido el estreno el pasado viernes en el teatro Marinsky de San Petersburgo de una nueva versión de la ópera “Boris Godunov”, de Modest Mussorgski, en una puesta en escena del director británico Grahan Vick. Mantenido en secreto hasta el último momento por sus connotaciones actuales, el espectáculo ha causado sensación entre sus primeros espectadores. Los comentaristas se preguntan cuál será la reacción del Kremlin y de la susceptible Iglesia Ortodoxa Rusa y se hacen cábalas sobre el atrevimiento del director del Marinsky, el maestro Valeri Guérguiev, que ha sido persona de confianza de Putin.

En la  opera, que inaugura el festival “Estrellas de las Noches Blancas”, el personaje de Godunov (regente de hecho de Rusia desde 1585 a 1598 y zar, hasta su muerte en 1605) se coloca los símbolos del poder, gorro y manto adornados con pedrería y ricas pieles, sobre un traje italiano de exquisito corte. El escenario representa la Duma Estatal (cámara baja del parlamento actual) y en él pueden verse el escudo soviético primero y el ruso después. Frente a los espectadores aparecen agentes antidisturbios uniformados que obligan a los súbditos mostrar su lealtad al zar. Los súbitos piden “pan” y también “cambio”. El recurso a símbolos religiosos como iconos en combinación con elementos frívolos, como un club de alterne, y otros detalles auguran escándalo.
 
Desde el 6 de mayo, vísperas de la tercera toma de posesión de Putin como presidente, la oposición ha mantenido la protesta en Moscú. A la manifestación de la plaza de Bolótnaia, que sorprendió a los organizadores por su magnitud, siguieron paseos por los bulevares y una sentada de una semana que acabó siendo disuelta por la policía junto a la estatua del poeta kazajo Abái Kunanbáyev. Después, pequeños grupos han seguido llevando el testigo ora frente a un edificio estalinista ora frente a la estatua de un bardo en el barrio del Arbat.

La protesta tiene como símbolo el color blanco y su “leit-motiv” es “reconocer” el terreno, lo que para los escritores quiere decir averiguar si pueden salir a la calle con sus libros, para los pintores, con sus lienzos, y para el ciudadano en general, si pueden pasearse por la plaza Roja vestidos de blanco como proyectan hacer esta tarde. El objetivo de la oposición es que las protestas, grandes o pequeñas, continúen de forma ininterrumpida hasta el 12 de junio, el “día de Rusia”, fecha en la que se celebra la declaración de soberanía, aprobada en 1990, cuando este Estado era todavía una de las 15 repúblicas de la URSS. El blanco se ha convertido en un color tan temible que  esta semana Serguéi Cherniajovski, doctor en politología invitado a un debate organizado por Rusia Unida (RU, el partido del Gobierno), propuso considerar las cintas blancas como símbolo de “golpe de Estado” equivalente a la “svastika” nazi.

El Kremlin quiere incrementar su capacidad de disuasión en la calle antes del 12. Por eso la Duma está tramitando de forma precipitada una ley que prevé multas de  hasta 1,5 millones de rublos para las infracciones en mítines y manifestaciones. La alta cuantía de las multas previstas incita al enfrentamiento con la policía, ya que el desacato a la autoridad se castiga con arrestos administrativos más fáciles de llevar que las penalizaciones pecuniarias, afirma la oposición. Los representantes oficiales hablan de “provocaciones” en el mitin del 6 de mayo, pero ningún “provocador” ha sido juzgado, y en cambio los funcionarios antidisturbios heridos en aquellos enfrentamientos han recibido apartamentos gratuitos, lo que puede ser motivo suplementario para que los antidisturbios no escatimen palos al enfrentarse a los manifestantes. La oposición  también ve elementos provocativos en el nombramiento por parte de Putin de Igor Jolmanskij, un ingeniero de una fábrica de tanques de los Urales, como representante presidencial en aquella región industrial. Jolmanskij se ofreció a acudir a Moscú en compañía de sus obreros para acabar con las protestas callejeras, en caso de que la policía no se bastara por si sola. El régimen presenta a Jolmanskij como el símbolo de los trabajadores con los pies en el suelo que apoyan a Putin frente a los jóvenes con ipad y tabletas que se oponen a él.
Del Kremlin no surgen signos de reforma, pero sí mensajes propagandísticos. El sábado, en un congreso de Rusia Unida, el jefe del Gobierno, Dmitri Medvédev, fue confirmado como líder de este partido, tras ingresar en él unos días antes. Medvédev, que se convirtió así formalmente en el primer jefe de Gabinete que al mismo tiempo preside un partido, abogó por estimular el debate público y la democracia interna.


El Kremlin ha presentado la remodelación del gabinete como una renovación, pero los nombramientos son más bien una redistribución de puestos en los órganos de Poder,-- administración presidencial y gobierno--. Así por ejemplo, el ministro del Interior, Rashid Nurgáliev, emergió como vicesecretario en el Consejo de Seguridad y varios viceministros se han transformado en ministros, con un par de excepciones, entre ellas un responsable para Siberia Oriental y Extremo Oriente, región que por su potencial de desintegración preocupa a las autoridades tanto como el Cáucaso. El llamado  “zar de la energía”, Igor Sechin, el vicepresidente del Gobierno con Putin, dejó el gabinete para ponerse al frente de Rosneft, la petrolera controlada por el Estado y convertida en un peso pesado del sector gracias a los activos que en el pasado pertenecieron a Yukos.

Más allá de unos lemas generales, entre ellos la lucha contra la corrupción y las elecciones limpias, la protesta callejera no tiene un programa político estructurado. Los líderes de las protestas, como Alexéi Navalni, Serguéi Udaltsov, e Iliá Yashin, van de multa en multa y de arresto en arresto. La novedad respecto a los anteriores mandatos de Putin es que una parte de la sociedad rusa ha perdido el miedo, y para ella, el Kremlin ha dejado de ser objeto de temor y se ha convertido en blanco de críticas y también de bromas y mofas.


Vick ha dicho que su versión de Boris Gudonov busca  un idioma teatral que tenga sentido en la actualidad, “un diálogo que muestre que somos al mismo tiempo iguales y diferentes a aquellos tiempos distantes”.¿Qué va a pasar ahora con el Marinsky? ¿Acaso, Guérguiev, que dirige la orquesta en la ópera, ha pasado a engrosar las filas de otros intelectuales cansados de un régimen anacrónico instalado en el siglo XXI?
fin

11Moscu puente y city al fondo
Fotos: Anatoli Morkovkin.

Moscú se prepara para una expansión sin precedentes por la cual esta urbe de 107.000 hectáreas engullirá otras 150.000 hectáreas más de la región circundante. Así, duplicando con creces su tamaño, la capital de Rusia se convertirá en la “Gran Moscú” o la “aglomeración de Moscú” con una población de 20 millones, en lugar de los 11,5 millones actuales. En los nuevos territorios, donde hay 21 municipios y 4 cementerios de residuos tóxicos, se anuncia la creación de un millón de puestos de trabajo para atraer a 2,5 millones de moscovitas.

La expansión fue anunciada por el presidente Dmitri Medvédev en junio de 2011 durante el foro económico de San Petersburgo, y se formalizará oficialmente el 1 de julio próximo, con el fin de poder incluir ya los primeros costes en el presupuesto de 2013. El proyecto, que requerirá de cuantiosas inversiones, contempla también la ampliación y modernización del metro y de la red de trenes de cercanías. Se proyectan varias nuevas estaciones de tren en la periferia de la ciudad y la conexión directa de los aeropuertos de la capital mediante una nueva línea ferroviaria circular. En 9 años, según ha dicho el alcalde Serguéi Sobianin, se construirán 145,5 kilómetros y 67 estaciones nuevas de metro.

Por su envergadura, la “aglomeración de Moscú” se encuadra en la categoría de obras gigantescas que tiene sus precedentes en la historia de la URSS (recuérdese el Palacio de los Soviets, un sueño de la arquitectura estaliniana de los años treinta, que nunca llegó a construirse). En la Rusia moderna, los grandes proyectos urbanísticos benefician a un selecto grupo político-económico, son despilfarradores y tienen escasa transparencia. El ejemplo por excelencia del género son las obras para los Juegos Olímpicos de invierno de 2014 en la localidad de Sochi, en el mar Negro.


Por de pronto, los promotores urbanísticos y particulares que compraron a tiempo terrenos al Este, Sudoeste y Sur de la capital esperan lucrarse con su venta o edificación, tanto más cuando habrá que encontrar emplazamiento para trasladar los ministerios, la administración presidencial, las dos cámaras del parlamento, la fiscalía del Estado y otras instituciones oficiales. La presidencia de Rusia, según anuncian, seguirá estando en el Kremlin.

1Moscu Teatro Fomenko y city

La filosofía del traslado es que la capital ya no da más de sí, por su concentración poblacional (11.000 personas por kilómetro cuadrado, oficialmente, superior a la de Paris, Londres o Nueva York) y por sus crónicos atascos de tráfico. La expansión permitirá dotar a Moscú de varios centros urbanos, en sustitución del centro único actual. Éste quedaría descongestionado y podría convertirse en la sede de ese centro financiero internacional que tanto ambiciona Medvédev, además de desarrollarse como zona turística y de hoteles. A estos nuevos usos se destinarán los espacios desalojados por las instituciones que emigren, lo que podría afectar a 100 instituciones de enseñanza superior. Los defensores del proyecto opinan que las universidades moscovitas pueden obtener importantes beneficios económicos, si venden sus campus y los edificios de sus facultades en el centro y se mudan a la periferia de la capital. Por cierto, que en los nuevos territorios, está situado Skólkovo, la institución de investigaciones y desarrollo tecnológico que Medvédev impulsa como versión rusa del Silicon Valley norteamericano.
Por encargo del ayuntamiento, diez equipos de arquitectos (de ellos seis extranjeros) seleccionados entre 67 concursantes iniciales han elaborado ya sus concepciones de la “aglomeración”. De los diez equipos iniciales, cuatro eran rusos y seis, extranjeros. Entre los extranjeros, figuraba un español (el estudio de Ricardo Bofill), un holandés (O.M.A. o Office for Metropolitan Architecture de Rotterdam), dos franceses (Antoine Grumbach et Associes y I´AUC, ambos de Paris), un italiano (Studio Ass Secchi-Vigano de Milan) y un estadounidense (Urban Design Associates de Pittsburg). El 23 y 24 de abril, representantes de todos estos estudios expusieron sus primeras ideas en un seminario organizado por el ayuntamiento de Moscú, donde Ricardo Bofill Maggiore bromeó diciendo que los problemas de tráfico podían solucionarse en invierno mediante el desplazamiento en esquí por la ciudad.
En septiembre, los proyectos finalistas serán expuestos al público y las autoridades los utilizarán a su antojo en los planes definitivos. Los dirigentes rusos prometen un desarrollo armónico de la gran urbe, pero hay voces críticas donde menos se esperaba. La Cámara Social, un organismo consultivo creado por el Kremlin, se ha pronunciado en contra de la gran expansión. Sus miembros alegan que , con las prisas, los dirigentes rusos se han olvidado de hacer los estudios ecológicos y de organizar los debates requeridos por la ley. El ayuntamiento parece haber olvidado que no hace tanto tiempo, en 2010, se aprobó el plan general de Moscú hasta 2025.

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fin


 

LA Iglesia Ortodoxa en la calle

Por: | 22 de abril de 2012

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Asistí como informadora al “rezo” convocado por la iglesia ortodoxa rusa el domingo 22 de abril en Moscú con el lema “en defensa de la fe, los santuarios profanados y la iglesia”. Concentraciones análogas se han dado en otros puntos del país en el día de hoy.


Frente a la catedral de Cristo Salvador, me llamó la atención la sorprendente amabilidad de los agentes de policía, que ayudaban a las ancianitas agotadas a sentarse en los desniveles de la plaza y que repartían botellas de agua mineral entre quienes llevaban varias horas de pie en una jornada más bien calurosa.

En mi punto de observación junto a una barrera metálica, conocía a Liudmila, que dijo tener 74 años y ser maestra jubilada. Vino al “rezo” en un autobús fletado por una pequeña parroquia desde las afueras de Moscú. Me contó que se había bautizado a los 70 años y que en el pasado no llegó a ingresar en el Partido Comunista, aunque sí había pertenecido a los “pioneros”, su sección infantil. A mi pregunta sobre sus razones sobre su reciente conversión, Liudmila contestó:
-“Me bauticé por si acaso”.
-“¿Por si acaso de qué?”
-“Mi abuelo y mi bisabuelo fueron sacerdotes y no vaya a ser que yo,  por no estar bautizada, no pueda encontrarme con ellos, si es que hay algo después de la muerte. Así que, por si acaso…”.
-¿No le parece contradictorio el haber simpatizado con Lenin y ahora convertirse al cristianismo?
-“Pues no, y fíjese que hoy es el día del cumpleaños de Lenin y esto tal vez no es una casualidad. Lenin decía que la libertad individual está condicionada por el entorno y yo estoy de acuerdo”.
Liudmila hubiera querido venir con su nieta, pero la nieta, de ocho años, se negó.
“Hoy en día la juventud es muy rebelde. Me ha criticado por venir yo. Ya llegará el día en que se de cuenta y lo lamente”.
-Las Pussy Riot hicieron una gamberrada, pero ¿no cree que mucho castigo que todavía las tengan en la cárcel?
“Ellas solas no pudieron hacerlo. Alguien se lo metió en la cabeza”, afirmó.

 

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También me llamaron la atención unos niños en uniforme militar con la identificación “Caballeros Ortodoxos”. Dijeron llamarse Kiril y Maxim y venir de Riazán. Kiril dijo que “Los Caballeros Ortodoxos” es una organización en la que aprenden “la religión ortodoxa y también a disparar con armas de fuego”. Kiril dijo tener “casi catorce años” y haber hecho su primer disparo “cuando tenía doce años”.

Al acabar la concentración, me cruzo con Olga Kryshtanovskaia, socióloga, en el pasado muy crítica con Putin y ahora miembro de Rusia Unida y representante de Putin en las elecciones presidenciales del pasado marzo.

 

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Olga /a la izquierda en la foto) lleva la cabeza cubierta con una gasa blanca al igual que sus acompañantes, miembros de Otlichnizi (“otlichnizi” significa excelentes), la organización femenina que ha contribuido a fundar

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El despertar del letargo

Por: | 20 de marzo de 2012

Las protestas multitudinarias tras las elecciones parlamentarias de diciembre y las presidenciales de marzo han perdido fuelle en Rusia y a la oposición al régimen le queda aún mucho trabajo por hacer si quiere convertirse en una alternativa estructurada al sistema dirigido por Vladímir Putin. Sin embargo, la relación entre las autoridades y la ciudadanía se está redefiniendo sobre unas nuevas bases. La situación se caracteriza hoy por su “carácter imprevisible”, como ha dicho en el presidente del Centro de Elaboraciones Estratégicas, Mijaíl Dmítriev, cuyos estudios sociológicos revelan un amplio descontento social, no limitado a las clases medias ni a las grandes ciudades.

En distintos ámbitos temáticos y en distintos puntos geográficos de Rusia, la sociedad reacciona (de una forma u otra, pero reacciona) ante los sucesos que percibe como abusos de poder, deficiencias de servicios o amenazas para libertades y derechos. Se trata de sucesos heterogéneos y dispersos que no pueden ser analizados conjuntamente, pero que muestran un nuevo nivel de sensibilidad ciudadana. He aquí tres de ellos:

El 9 de marzo en Kazán (la capital de la república de Tatarstán), un individuo de 53 años, fue detenido en supuesto estado de embriaguez y llevado a una comisaría. Al día siguiente, el detenido, Serguéi Nazárov, tuvo que ser ingresado en una clínica donde le fue diagnosticado un “desgarramiento del recto”. Nazárov falleció tras ser operado, pero antes pudo comunicar a sus parientes que había sido violado por los agentes de policía con una botella de champaña.

El resultado del escándalo ha sido la detención de cinco agentes y su expulsión del cuerpo. A Kazán acudió una brigada especial del ministerio del Interior de Moscú, la comisaría en cuestión ha sido disuelta y 87 funcionarios deberán pasar ante un tribunal examinador antes de volver a ejercer al servicio del orden público. Esta semana en Kazán, han sido detenidos dos agentes más, sospechosos de haber torturado a un técnico informático de 22 años, al que llamaron para arreglar los ordenadores policiales y al que obligaron a confesar un hurto no cometido.

El incidente sucede después tras la entrada en vigor de una cacareada reforma del sistema policial, una de las grandes iniciativas de la presidencia de Dmitri Medvédev. Para explicarlo se argumenta con la aparición de nuevos males (la degradación del sistema educativo) y la persistencia de antiguos, tales como los criterios de eficacia basados en las estadísticas de delincuentes capturados y delitos resueltos. Es decir, si un colectivo policial no sabe trabajar de forma profesional para capturar delincuentes auténticos y resolver delitos reales, puede experimentar la tentación de torturar a cualquier desgraciado para arrancarle una confesión y cumplir con las estadísticas. El escándalo de Kazán ha sido recogido con todo lujo de detalles en los medios de comunicación y algo más de un centenar de personas se manifestaron ante la sede del ministerio del Interior en Kazán portando botellas vacías de champaña y exigiendo el cese del jefe del ministro del Interior de Tatarstán. El 13 de abril, el ministro del Interior de Rusia, Rashid Nurgalíev tiene que comparecer ante la Duma Estatal (cámara baja del Parlamento) para explicar lo sucedido.

Un segundo caso hace referencia al canal de televisión NTV, que es propiedad del grupo de medios de comunicación de Gazprom, el monopolio de exportación de gas. El domingo pasado, cerca de mil personas se manifestaron en Moscú junto a los estudios centrales de NTV para protestar por la emisión de un “pseudodocumental” titulado “Anatomía de la Protesta” en el que se acusaba a los líderes de la oposición de ser prácticamente agentes a sueldo de EEUU. La policía detuvo a cerca de cien personas (liberadas después) y NTV respondió desafiante y volvió a pasar el “pseudodocumental” el domingo por la noche. Pero ni siquiera en una televisión tan dependiente como NTV, el Kremlin goza de la comodidad del pasado para difundir los productos propagandísticos realizados con la rancia estilística del Comité de Seguridad del Estado (KGB). La oposición ha exhortado a boicotear la cadena NTV y la presión social hace que todos tengan que reaccionar: los periodistas que trabajan profesionalmente en el canal, desmarcándose de la utilización propagandística del mismo; los grandes anunciantes (la multinacional de la limpieza Procter and Gamble), declarando que no quieren ser instrumentalizados en el problema y el director general del grupo de medios de Gazprom invocando la “libertad de expresión” para la risa de sus subordinados.

El tercer caso es una ley de carácter y ámbito local que entró en vigor el 17 de marzo en San Petersburgo. Según esta ley, la “propaganda de la homosexualidad y la pedofilia entre los menores” puede ser castigada con multas administrativas. La ley, que invoca los “derechos de la mayoría”, es confusa en sus definiciones y forma de aplicación y responde a una iniciativa del grupo parlamentario de Rusia Unida (RU) en el consistorio de la segunda ciudad del país. El documento ha sido criticado por Amnesty International, el Consejo de Europa y otras organizaciones internacionales que la consideran contraria a los derechos de los homosexuales. Colectivos rusos de defensa de derechos de gays y lesbianas han anunciado protestas, pero los responsables de la iniciativa siguen en sus trece, con el apoyo de los sectores clericales de la Iglesia Ortodoxa Rusa, y esperan que la Duma Estatal apruebe una ley semejante a escala de todo el Estado.

Y así podríamos seguir con otros ejemplos que indican el fin del letargo invernal en Rusia.

Instrucciones para no congelarse en un mitin

Por: | 04 de febrero de 2012

Nunca antes los dirigentes rusos habían mostrado tanta “preocupación” por los efectos del frío sobre la salud pública como ante el mitin convocado este sábado en Moscú por la Liga de los Electores para reclamar “elecciones limpias”. Esta semana la capital rusa siente los rigores invernales con temperaturas que por la noche descienden a cerca de 25 grados bajo cero. Para hoy, sábado, los meteorólogos anuncian entre 15 y 17 grados bajo cero durante el día, lo que no es algo excepcional a principios de febrero en un país como Rusia, por mucho que sus ciudadanos se hayan acostumbrado al calentamiento global.

Pese a la profunda y variada experiencia de los rusos en asuntos invernales, su máxima autoridad sanitaria, el médico jefe Guennadi Oníshchenko, ha recomendado no salir a la calle a sus compatriotas y los ha asustado con los peligros que los amenazan si acuden al mitin, desde agarrar una gripe hasta quedarse estériles.

El canal de televisión “Rusia 24 horas” (estatal), dedicó el viernes un amplio reportaje al frío previsto para los próximos días, con desolados paisajes, inquietante música e incluso unas desapacibles rejas cubiertas de hielo que evocaban siniestros destierros en Siberia. Por lo visto, en enero, durante los festejos de la Epifanía, que este año se celebraban desde el 18 al 20 de enero, ni las autoridades civiles ni las religiosas intervinieron para disuadir a los rusos de zambullirse, como es costumbre,en los agujeros especialmente taladrados en el hielo sobre ríos y estanques. Este año, el número de bañistas batió records y, aunque no hacía tanto frío como ahora, dicen que, tras las fiestas, las consultas de los urólogos se llenaron de osadas y doloridas “morsas”.

 Oníshchenko es el hombre imperturbable que suele intervenir para dar aspecto de medida sanitaria a decisiones políticas como fueron la importación de vinos de Georgia, de lácteos de Bielorrusia o de carne de Ucrania. Esta vez, el funcionario ha dicho a los oyentes de la emisora El Eco de Moscú que, si insisten en ir al mitin, saquen los abrigos de pieles de sus abuelas, que no se hayan apolillado. En los últimos años, los rusos urbanos descuidan su vestimenta invernal, porque caminan menos, tienen mejores medios de transporte y autos privados. Además, las modas  desfavorecen las tradicionales pieles en beneficio de los anoraks y los moscovitas se limitan a echarse encima las prendas suficientes para llegar al metro o a la estación de autobús sin congelarse. La agencia gubernamental rusa Ria-Novosti ha difundido un esquema titulado “como no congelarse en el mitin” con dibujos de las prendas a superponer sobre el cuerpo, desde la camiseta y los calzoncillos largos térmicos hasta el anorak, la bufanda, las manoplas y las plantillas termoquímicas que conservan el calor durante cuatro horas. La agencia facilita algún que otro truco, como llevarse un cartón de casa y colocarlo bajo los pies para aislarse mejor.

 Si  “Rusia 24 horas” presenta el frío desde la perspectiva de lo que aguardaba a Napoleón o a Hitler al invadir este país, el canal Dozhd, la televisión por cable de moda entre las nuevas generaciones moscovitas, aborda las bajas temperaturas en una clave más optimista. Tras permanecer en la azotea de los estudios durante media hora a 20 grados bajo cero, la presentadora del parte del tiempo, Masha, enfundada en una capucha, informaba que su anorak era demasiado corto y se le quedaban heladas las piernas a pesar de llevar medias bajo los vaqueros.  Masha había experimentado con sus propios pies y constataba que la extremidad que se había protegido con periódicos dentro de su correspondiente bota había tardado el doble en enfriarse que el otro pie, no envuelto en periódicos.

En Moscú se celebran hoy cuatro mítines. El primero es el de la oposición a Vladímir Putin, organizado por la Liga de Electores. El segundo, una concentración cismática convocada por unos sospechosos “liberales” que no quieren mezclarse con otras fuerzas politicas y que confunden a la ciudadanía con una convocatoria formalmente muy parecida a la  primera. Hay además, un mitin del populista y candidato a la presidencia Vladímir Zhirinovski, y  también una concentración apoyada por el jefe de Gobierno y candidato favorito a la presidencia, Vladímir Putin, y el partido Rusia Unida, que se anuncia como “antinaranja” y pretende luchar contra una supuesta revolución auspiciada desde el extranjero. A este mitin asistirán nacionalistas radicales de marcada y combativa tendencia antioccidental. Otro sector nacionalista, más moderado y dialogante que el anterior, participa en la manifestación de la Liga de los Electores, donde se espera la intevención de Grigori Yavlinski, el político liberal eliminado como candidato a presidente. El viernes, Yavlinski dijo a El Eco de Moscú que los acontecimientos rebasan las respuestas que pueden esperarse de un mitin y  advirtió que a Rusia le esperan “tiempos difíciles”, porque “el sistema político actual no tienen ninguna experiencia en la búsqueda de compromisos , pero sí experiencias de represión”. fin

La oposición se organiza para la próxima protesta

Por: | 18 de enero de 2012

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Vasili Maksimov/Ridus.ru

 

En vísperas de los comicios presidenciales del 4 de marzo, la oposición al régimen de Vladímir Putin se estructura para controlar las urnas y reivindicar la reforma política. El martes, los organizadores de los dos grandes mítines de diciembre constituyeron una plataforma común antes de la tercera convocatoria masiva en la calle, prevista para el 4 de febrero. La plataforma fue bautizada como “Movimiento Ciudadano” a secas, por votación de la mayoría de los reunidos, que descartaron términos como “resistencia” o “protesta”.

Los activistas, unas doscientas personas de distintas tendencias, llenaron de bote en bote un estudio con aspecto de sala de máquinas que les fue cedido por la Televisión Pública en Internet. Esta entidad, que trasmite debates y programas de educación política en la red, comenzó a existir en diciembre de 2011 bajo la dirección del ex secretario de la Unión de Periodistas, Igor Yakovenko. Se financia con contribuciones particulares y entre sus fundadores están el ajedrecista Gari Kaspárov y el escritor satírico Víctor Shenderóvich.

La reunión fundacional de “Movimiento Ciudadano”, evocaba los clubes de discusión de los años ochenta del pasado siglo, durante la Perestroika, pero, a diferencia de aquellos debates semiclandestinos para iniciados, éste era trasmitido en directo en la red. Ya antes, la Televisión Pública en Internet emitió en directo los mítines de la plaza Bolótnaya y de la avenida Sájarov, así como otros actos a favor de unas “elecciones limpias”. El proyecto de televisión pública vía Internet (a falta de un canal televisivo clásico) es uno de esos fenómenos de los nuevos tiempos en Rusia, una iniciativa de quienes se han cansado de esperar que el Estado cree, tal como ha prometido, el marco de una auténtica televisión pública y deje de emplear los canales estatales para “convertir en zombies” a los ciudadanos. Yakovénko dice haber vivido siete intentos fallidos de crear una televisión pública en Rusia.

A la reunión del martes, dirigida por el diputado Igor Ponomariov, un diputado de Rusia Justa, asistían Serguéi Udalzov, del Frente de Izquierdas, que pasó varias semanas en prisión tras ser detenido en diciembre, la ecologista Yevguenia Chírikova y también delegados del Partido Comunista, que ha superado sus prevenciones iniciales al primer mitin postelectoral, en el que los comunistas participaron como observadores, delegados o a título particular, y se ha unido a la protesta en la calle con todo su peso político.

Boris Nemtsov, el ex vicejefe de Gobierno ruso que el lunes se reunió con el ex ministro de Finanzas, Alexéi Kudrin, informó que éste había fracasado en el intento de propiciar conversaciones entre la oposición y el Kremlin. A las reivindicaciones de los mítines de diciembre (liberación presos políticos, anulación de las elecciones falsificadas, cese del jefe de la comisión electoral central y nuevas elecciones) se suman ahora otras, como el recorte de los poderes del presidente en beneficio del parlamento, el aumento de las funciones de control del Legislativo sobre el Ejecutivo, la limitación de los mandatos electorales del presidente y también más federalismo y una redistribución de impuestos más favorable a las regiones. En lugar de las propuestas de enmiendas legislativas aisladas, aumentan los rusos críticos e ilustrados que piden convocar una asamblea constituyente para reformar a fondo la carta magna rusa de 1993. A diferencia de la Liga de los Electores, formada el lunes por personalidades de la cultura, el Movimiento Cívico está integrado por activistas políticos de cinco “sectores” (liberales, de izquierda, patrióticos, demócratas en general y movimientos sociales) así como 30 personas votadas en Internet.

La oposición, escéptica ante las cámaras que el gobierno ha manado instalar en los colegios electorales, pide voluntarios para controlar las urnas y no está dispuesta a ponérselo fácil a Putin.

 

Ridus fundacion17enero2012
Vasili Maksimov/Ridus.ru

Sobre el autor

, corresponsal en Rusia y países postsoviéticos desde 2001 y testigo de la "perestroika" durante su primera estancia como corresponsal en Moscú (1984-1997). Fue corresponsal en Alemania (1997-2001). Trabajó para la agencia Efe en Viena (1980-82).

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