Thomas DiNapoli ya tiene echadas las cuentas. La remuneración media en las firmas financieras que operan en Nueva York ascendió el pasado año a unos 363.000 dólares, siete veces más que el salario medio en la ciudad de los rascacielos. Eso, echando la vista atrás dos años, representa un incremento de casi el 17%. El total bruto se acerca así a los 60.000 millones, una cantidad tan solo superada en 2007 y 2008, antes de que estallara la crisis. El último informe del supervisor de cuentas señala que esto, además, tuvo lugar mientras Bank of America, Goldman Sachs y Morgan Stanley anunciaban ajustes de plantilla para reducir costes. Solo este año, se recortaron ya 1.200 empleos.
Wall Street sigue siendo un lugar bien pagado, si consigues trabajo. Sin embargo, el informe revela que por segundo año consecutivo se redujo la cantidad que conceden en forma de primas, en un 13,5%. Es reflejo, en parte, de los cambios en la estructura de remuneraciones exigidos por Washington. Pero especialmente por el pobre rendimiento de las entidades que se dedican a la banca de inversión por la debilidad económica y de las tensiones en los mercados por la crisis de la deuda soberana en Europa. Como dice DiNapoli, la industria sigue en proceso de transición. El supervisor de cuentas del Estado de Nueva York explica en su informe que la "volatilidad" en los beneficios y los recortes de empleos muestran que el sector no volvió aún a la situación previa a la crisis.
La última en sumarse a la ola de despidos fue Credit Suisse, que hace unos días comunicó a los reguladores que tenía intención de desprenderse de 78 empleados en la región, con lo que eleva a 450 el total este año. Los organizadores del movimiento de protesta Ocupemos Wall Street no sentirán mucha pena al ver pagas. Las remuneraciones en el sector financiero son un argumento recurrente para la campaña presidencial del demócrata Barack Obama, que acaba de lanza un anuncio en la televisiones nacionales con la gallina Caponata de protagonista para atacar al republicano Mitt Romney, acusándole de poner los intereses del Wall Street por delante de Main Street.
Sin entrar en batallas políticas, como señala DiNapoli, guste o no la economía de Nueva York y sus arcas públicas depende de lo bien que le vaya a Wall Street. Los recortes en el sector de los servicios financieros está provocando que esta industria no esté siendo en este momento el principal motor del crecimiento. Los cálculos oficiales muestran, de hecho, que durante la crisis financiera se perdieron 28.100 empleos en la banca. Tan solo se recuperaron 7.900 puestos de trabajo. Más pequeña, sí, pero más rentable. Este viernes arranca la temporada de resultados entre las firmas financieras con JP Morgan Chase y Wells Fargo. En el primer semestre de 2012, la industria tuvo unos beneficios de 10.500 millones y va camino de doblar los 7.700 millones en todo 2011.