Significado y versiones del origen
Muchos las conocemos como fiestas comunitarias que se celebran con cantos y versos; frutas de temporada como cañas, tejocotes, limas, naranjas, jícamas y cacahuates; canastitas de colación (aguinaldos), ponche caliente y el rompimiento de piñatas. Según la tradición católica se trata de la representación del pedimento de posada que los peregrinos María y José hicieron en vísperas del nacimiento de su hijo Jesús.
Algunos investigadores sostienen que las posadas nacieron en San Agustín Acolman, poblado ubicado en el Estado de México, cerca de las pirámides de Teotihuacán. En este lugar sagrado de nuestros antepasados indígenas se ubica la coincidencia de la Navidad, con una celebración de los antiguos pobladores.
Estudiosos como Florentino Cruz, aseguran que los aztecas celebraban el nacimiento de Huitzilopochtli precisamente en el solsticio de invierno (época de la llamada Navidad). Simultáneamente, los comerciantes o pochtecas realizaban una gran fiesta en la que sacrificaban esclavos, mismos que eran sometidos a un “baño” o ceremonia de purificación, después de una serie de banquetes ceremoniales.
La sorprendente analogía de esta fiesta azteca con el nacimiento de Jesucristo hizo que los frailes agustinos la aprovecharan para infundir en los indígenas la nueva religión, adecuando una tradición a la otra.
Con el tiempo la gente dejó de celebrar las posadas en los atrios de los templos o en los conventos para regresar a la costumbre de hacerlo en los hogares, con vestigios tan característicos del ritual prehispánico como el obsequio de figuritas y el reparto de dulces.
Las posadas tuvieron un origen totalmente religioso pero el entusiasmo festivo y la participación de la gente se convirtieron en una mezcla de “peregrinos”, “posaderos”, piñatas, aguinaldos, cantos y baile.