Almada advierte sobre extinción de proceso contra Stroessner (h)

Fuente: EFE

Almada, descubridor de los "Archivos del Terror" de la dictadura "stronista", considera que el proceso se encamina a eso después de que la Sala Constitucional del tribunal Supremo decidiera, el pasado día 7, devolver la causa de Stroessner Mora "a un juez competente para que la misma sea nuevamente juzgada".

Stroessner Mora, ex coronel de la Fuerza Aérea, está procesado por "malversación de fondos, corrupción y venalidad" en una causa abierta hace dos décadas, tras acompañar en 1989 a su padre a su exilio en Brasilia, en donde el ex dictador murió el 16 de agosto de 2006.

Si bien uno de los ministros del Supremo, Raúl Torres, aclaró que todas las medidas cautelares de embargo y prisión preventiva contra Stroessner Mora siguen vigentes, Almada considera que la persona que les negó "el derecho a la vida y a la libertad muy pronto gozará de ellas como si nada hubiera ocurrido".

"Los nostálgicos de la dictadura, fiscales, jueces y ministros de la Corte de Justicia ya blanquearon el expediente de Gustavo Stroessner", aseveró en una carta dirigida a Lugo, en la que pidió la intervención de la Fiscalía y la Procuraduría General de la República para promover una "acción autónoma de nulidad".

Almada, preso político durante la pasada dictadura, considera a Stroessner Mora como el principal administrador de los bienes del clan familiar, a quien la justicia declaró "reo rebelde y contumaz a los mandatos de la ley" antes de tramitar en su contra una extradición que no prosperó.

Gustavo Stroessner es hermano de Alfredo, ya fallecido, y de Graciela y el hijo de ésta, Alfredo "Goli" Stroessner, ocupa una banca en el Senado por el Partido Colorado, que en los comicios del 20 de abril de 2008 perdió una hegemonía de 61 años en el poder.

La familia Stroessner está considerada como una de las más acaudaladas del país, con una fortuna calculada en 900 millones de dólares, según el libro "Dossier Paraguay/Los dueños de grandes fortunas", publicado en el 2000 por el economista e investigador Aníbal Miranda.