Dónde acecha el peligro y quiénes son los mayores asesinos
De vuelta al más oscuro pasado anticientífico
En épocas no tan lejanas la exhibición de cualquier tipo de conocimiento por parte de los “sabios” era siempre sospechoso, cuando no directamente delictivo. Y aunque en el avanzado mundo occidental parece que se habia dejado atrás la suspicacia hacia esos siempre más que dudosos científicos, parece ser que la actual geopolítica está haciendo renacer esa nunca abandonada mentalidad inquisitorial frente a la ciencia y sus profesionales.
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Food for thought (I)
“Durante muchos siglos hemos aprendido a pedirle sacrificios a la naturaleza para el beneficio de nuestra especie, creo que ya va siendo hora de nuestra especie empiece a realizar sacrificios en beneficio de los ecosistemas.”
David Attenborough
Calentamiento global: mes tras mes, record de temperatura tras record de temperatura
Darwinismo y economía: o cómo la estúpida competencia puede llevarnos al suicidio colectivo
En numerosas ocasiones la selección natural y la supervivencia del más adaptado darwinianas han servido en economía y en política de justificación de la ortodoxia del libre mercado, el individualismo a ultranza o el liberalismo en todas sus variantes. Sin embargo, dejando de lado el absurdo conceptual de que seres racionales que viven en sociedades hipertecnológicas quieran mantener como guía los patrones evolutivos que han servido a la supervivencia de gacelas, avispas o gusanos, lo que esconde esta excusa es un total desconocimiento de los mecanismos evolutivos y sus implicaciones.
El verdadero coste de no vacunar: un experimento natural
Los antivacunas, que por habitar en países desarrollados con unas potentes y efectivas condiciones higiénico-sanitarias se pueden permitir el irresponsable lujo de despreciar quizás la herramienta médica más valiosa que ha desarrollado la moderna medicina científica, argumentan ignorantemente que estos tratamiento no son necesarios, ya que con una vida sana, zumos de frutas, alineamientos de chacras y energías místicas variadas y demás, se puede llegar a disfrutar de una más que longeva vejez sin haber cogido ni un simple resfriado. Y por tanto afirman que la vacunación no sólo es superflua, sino únicamente el reflejo del inmenso poder y avaricia de las farmacéuticas. Sin embargo la realidad es tozuda, e incluso en el civilizado Primer Mundo la más mínima distracción frente a esos peligrosos y muchas veces letales patógenos (perfectamente adaptados a nuestra fisiología y siempre al acecho) tiene graves consecuencias.
Esa tan insidiosa como mortal contaminación atmosférica
¿Alguien puede imaginarse que nuestras ciudades no dispusieran de alcantarillado ni servicio de recogida de basura y, consecuentemente se siguieran tirando los residuos tanto sólidos como líquidos a la calle por la ventana como en no tan remotas épocas del pasado? Pues muy desgraciadamente eso mismo es lo que seguimos haciendo en la actualidad en el caso de la contaminación atmosférica. Y así nos luce el pelo.
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