M A G A Z I N E
OTROS ARTICULOS EN ESTE NÚMERO 9 DE JULIO 354
 
AUGUSTO CORTÉS RICO. Desertó por hambre
AUGUSTO CORTÉS RICO. Desertó por hambre

Desertores

Los apestados de la Guerra Civil


PEDRO NEGRE ESCAÑELLAS, apostó por los perdedores
PEDRO NEGRE ESCAÑELLAS, apostó por los perdedores

ALEJANDRO BLÁZQUEZ BÁRCENA, se fugó pasra reunirse con su familia
ALEJANDRO BLÁZQUEZ BÁRCENA, se fugó pasra reunirse con su familia

BALBINO COLOMA ATARÉS, un socialista huído de las filas de Franco
BALBINO COLOMA ATARÉS, un socialista huído de las filas de Franco

Por Pedro Corral. Fotografías: Chema Conesa


Franco los llamó "parásitos insensibles a la guerra". El presidente republicano Negrín los calificó de "cobardes y antipatriotas". Se ganaron el desprecio y la inquina de ambos bandos en la Guerra Civil. Perseguidos y castigados con crueldad por unos y otros, los desertores revelan, 70 años después, la historia que nunca se habían atrevido a contar.

Se dice que la Historia siempre la escriben los vencedores, nunca los vencidos. En el caso de la Guerra Civil esto es discutible, pero lo que está claro es que nunca la han escrito los desertores. Ya fueran fugitivos de la llamada a filas, huidos de los campos de batalla o escapados del bando contrario a sus ideas, los desertores se convirtieron en el enemigo común de los dos bandos de la Guerra Civil. Muchos nunca pudieron contar su historia: su destino fue morir acribillados en tierra de nadie o ante el pelotón de fusilamiento. Muchos más son los desertores que sobrevivieron, aunque la mayoría sigue prefiriendo que nadie se acuerde de ellos.

Es el caso de Víctor B., de 97 años, un veterano belga de la XIV Brigada Internacional, La Marsellaise. Un documento militar le señala como desertor en la batalla del Ebro, el 30 de julio de 1938. Le localicé en Bruselas. Al preguntarle si querría hablar de su deserción, su respuesta fue cortés pero tajante: "No me interesa, señor". Y colgó el teléfono.

El mismo eco se repitió al llamar por teléfono a Ramón C., un barcelonés que figura en una lista de desertores redactada por la Generalitat de Cataluña en octubre de 1938. Es una relación de reclusos que habían solicitado acogerse a la amnistía para el delito de deserción promulgada por Negrín ese mismo año. Miles de amnistiados nutrieron las unidades republicanas a finales de 1938: fue la llamada "Quinta del monte", porque muchos habían estado escondidos en bosques y sierras para no ir a la guerra.

Me respondió al teléfono la mujer de Ramón C., a la que comenté mi interés por hablar con su marido sobre su experiencia como desertor. La mujer tartamudeó una letanía: "No, mi marido no tiene que ver con esto". Y lo repitió una y otra vez, como un ruego de que les dejara en paz.

A Alejandro Blázquez Bárcena, en cambio, pude preguntarle a bocajarro si a sus 94 años tenía miedo de reconocer que había sido desertor. "No, porque ya no estoy ni para fusilar", me dijo con buen humor. Viudo y con dos hijas, Carmen y Luisa, era peón caminero antes de la guerra. Había visto nacer a su primera hija al poco de estallar el conflicto. Unas semanas después, le llevaron a fortificar Madrid. Su pueblo, San Martín de Valdeiglesias, no tardó en quedar en zona franquista. Separado de su mujer, Regina, y de su hija, en marzo de 1937 fue llamado a filas, con 26 años. Cayó en la XII Brigada Internacional, la Garibaldi, la mitad de cuyos efectivos eran reclutas españoles.

Un día después de llegar al frente de Villanueva del Pardillo, Alejandro se fugó a la retaguardia con un compañero , Antonio Martín Sanz de Frutos. Fue el 2 de julio de 1937, cuatro días antes de la batalla de Brunete. Caminaron un día entero hasta llegar a Gargantilla de Lozoya, en la sierra madrileña, donde vivía Antonio. Pero allí fueron detenidos y trasladados a Madrid. Estuvieron encarcelados el resto de la guerra en la iglesia de San Antón.

Allí se encontraron presos a muchos desertores extranjeros de las brigadas internacionales, que llegaron a sumar más de 5.000 a lo largo de la contienda y que, como los huidos de las fuerzas italianas y marroquíes de Franco, añadieron a su deserción los problemas de encontrarse en tierra extraña. Alejandro volvería a ver a su mujer casi tres años después de su separación forzosa, cuando regresó a su pueblo al acabar la guerra. Ella le creía muerto.

La historia de Alejandro, como la de todos los desertores, no cabe en los grandes relatos del conflicto. Por eso hay tanta gente que sigue convencida de que en 1936 fueron millones los españoles que salieron de sus casas para hacer de matadores de otros compatriotas. Y se repite incansablemente el mito de dos Españas monolíticas donde todos eran falangistas o comunistas enfervorizados. Estos relatos se compadecen mal con el hecho de que, en octubre de 1936, las milicias de ambos bandos no llegaban a los 150.000 efectivos. Lo que significa que los voluntarios de aquellas dos Españas retadas a muerte apenas superaban el 0,5% de la población española, que entonces sumaba 24,5 millones de almas.

La mejor prueba de la falta de entusiasmo bélico fue el hecho de que, a las pocas semanas del conflicto, ambos bandos tuvieran que abrir las cajas de reclutas para empujar a la guerra a una inmensa mayoría de españoles que únicamente eran partidarios de quedarse en sus casas. Así, más de dos millones de españoles se vieron arrastrados a la guerra por la sola condición de tener la edad de ser llamados a filas, aunque un número similar o mayor, desertaron de una u otra forma, ya librándose del frente o huyendo de él, o cambiando de bando.

Memoria lúcida. Muchos jóvenes fueron reclutados por el bando contrario a sus ideas, y la mayoría cumplió las órdenes sin rechistar. Pero otros se jugaron la vida para cambiar de trinchera, como Balbino Coloma Atarés, nacido hace 90 años en Almudévar (Huesca), donde hoy vive con su mujer, Pabla. No han tenido hijos. Les atiende solícitamente Keltum, una joven saharaui. Quedé por teléfono en ir a visitarle con el fotógrafo Chema Conesa y llevarle el documento franquista que le denunciaba como desertor. Antes de colgar, supe por qué relataba sus recuerdos con tanta minuciosidad, como si los viera proyectados en una gran pantalla. Y es que todo alrededor de él es una sala oscura. Hace unos años se quedó ciego a raíz de una operación de la vista.

Afiliado a las Juventudes Socialistas y a la CNT, al producirse la sublevación militar se sumó a una columna que marchaba a Huesca a armarse contra los insurrectos. La columna fue interceptada por los sublevados y Balbino, que tenía 19 años, se echó al monte para no ser apresado. Al poco tiempo, a raíz de la denuncia de un vecino, fue detenido por izquierdista. Pasó cinco meses en la cárcel de Huesca.

En diciembre de 1936, los franquistas le proponen salir de la cárcel a condición de que se aliste en la Falange. Es una fórmula habitual de los franquistas para nutrir sus filas. Balbino logra convencer a sus carceleros para esperar a ser llamado por su quinta. El 6 de enero de 1937 se convierte en soldado franquista, del Regimiento Valladolid 20, con destino en el frente de Huesca.

Tres meses después, Balbino decide desertar hacia el bando republicano. Lo hace en la madrugada del 2 de abril de 1937. "Me puse una muda limpia, para estar presentable si me mataban. Cuando una nube cubrió la Luna llena, corté las alambradas con unos alicates y me lancé a correr. Me llevé el fusil y dos granadas por si tenía que quitarme la vida. Cuando los centinelas del otro lado me dieron el alto, grité la consigna obrera UHP ("¡uníos hermanos proletarios!") y me dejaron pasar. Después me llevaron a Barcelona, donde un general me dio 500 pesetas de recompensa por haberme pasado. Una fortuna".

Balbino es destinado más tarde a Barbastro (Huesca), con la 28a División, la Francisco Ascaso. Ya tiene el grado de teniente. Los avatares de la guerra le llevan a Madrid en marzo de 1939, para proteger con una unidad especial al Consejo Nacional de Defensa, creado por Casado y Besteiro para sublevarse contra Negrín. "Nosotros éramos de confianza, por ser de una unidad anarquista, y por eso hicimos de guardaespaldas de los miembros del Consejo, que intentaron una paz honrosa con Franco, aunque salió agua de borrajas".

A los pocos meses de la deserción de Balbino se declaró en ambas zonas otra guerra, también sin cuartel, contra los desertores (la mitad de los llamados a filas evitaban su incorporación). El 18 de junio de 1937 es una fecha especial en la Guerra Civil. Las dos Españas eligen ese día para endurecer las medidas contra los desertores. A partir de entonces, el prófugo de la zona franquista será castigado a combatir en la Legión o en Regulares, mientras que al de la zona republicana le espera un destino parecido: el batallón disciplinario de combate.

Revisión de inútiles. A lo largo de la guerra se les llama repetidamente a revisión, para desenmascarar a los que simulan una enfermedad o una incapacidad. Se dictan inspecciones periódicas en las industrias, organismos y servicios de retaguardia para limpiarlos de falsos "insustituibles". Se prohíbe la salida al extranjero de los mayores de 16 años, para que los adolescentes no eviten su futura llamada a filas. Y se organizan operaciones militares en ambas zonas a la caza y captura de miles de desertores escondidos en montes y bosques.

En el frente se castiga sin piedad al que pretende escapar de su unidad. Hay una realidad brutal de la Guerra Civil que siempre se pasa por alto: el fusilamiento de los desertores provoca en algunas unidades más bajas que el fuego enemigo. Los soldados que se disparan a sí mismos para salir del frente son ejecutados en el acto, aunque también se les deja morir de gangrena en las trincheras. Antes de la batalla del Ebro, los mandos republicanos llegan a anunciar que las enfermedades venéreas serán castigadas como inutilización voluntaria. En ese mismo escenario, el propio Franco dictará que los automutilados sean destinados a los puestos de mayor peligro.

Desde los primeros meses de la guerra, y en ambas zonas, los familiares de los desertores son castigados con la cárcel por la fuga de sus maridos, hijos o hermanos. A mediados de 1938, el bando republicano llega a transmitir una orden secreta para que el puesto del desertor en las trincheras sea ocupado por su padre o un hermano.

Superviviente. Esto lo sabe muy bien el burgalés Augusto Cortés Rico, de 88 años, que hoy vive en Madrid con su mujer, Emilia, con la que ha tenido dos hijas, Blanca y Esther. Afiliado a la Juventud Socialista Unificada (JSU) de Carrillo antes de la contienda, y ahora seguidor del Atlético, Augusto trabajaba como recadero en unos ultramarinos de la madrileña calle Génova. Al estallar la guerra, se presentó voluntario en las fuerzas republicanas. Tenía 17 años. A finales de 1938 le destinaron a la 50a Brigada Mixta, en el sector de Cogolludo (Guadalajara).

La noche del 26 de octubre de 1938, Augusto se fuga al campo enemigo con su amigo José López. "Teníamos hablado lo de fugarnos para dejar de pasar hambre. Yo fui el primero en saltar de la trinchera, pero José me dijo que regresara porque venía el cabo de guardia. No le hice caso y me puse a correr. Salió tras de mí y los centinelas empezaron a dispararnos. Arrojé el fusil, pero me quedé con las bombas de mano por si me cogían, para estallarlas contra mi cuerpo. Crucé un río y me quedé a esperar el día".

Con la luz del amanecer, Augusto descubrió que estaba bajo las posiciones franquistas, porque vio boinas rojas de requetés. Dio unas voces diciendo que se iba a pasar y subió la ladera. "Allí estaba ya mi amigo José, que había llegado por la noche. Nos dieron una gaveta de alubias con chorizo y tocino y nos la comimos entera. No habíamos visto algo así en toda la guerra. Los requetés nos miraban alucinados".

Augusto y su amigo fueron conducidos a un campo de prisioneros en Soria. Allí le ofrecieron enrolarse en la Legión, pero después le metieron en una bandera de Falange, con la que le cogió el final de la guerra en Barcelona. "Cuando regresé a mi casa en Madrid, mi madre abrió la puerta y nada más verme me dijo: ‘Augusto, vete a buscar a tu padre a Guadalajara, que cuando te fugaste le llevaron a ocupar tu puesto en el frente’. Mi padre se llamaba Félix y tenía 59 años. Era un albañil más bueno que el pan, pero les dio igual: le detuvieron a los pocos días de mi deserción y le mandaron a mi unidad. Me fui a buscarlo a Cogolludo y lo encontré en un campo de prisioneros franquista, de donde pude sacarlo. Mi padre me contó que, estando en las trincheras, había noches en que algunos le decían: ‘Vamos a pasarnos a los franquistas, que allí está tu hijo esperándote’. Se lo decían para matarlo por si se le ocurría pasarse".

"A mí la guerra me jodió la vida", se lamenta Augusto. "No tuve ni oficio ni beneficio. En julio de 1942, me fui a la División Azul. No lo hice por idealismo, sino por jalar. Así estaban las cosas". El antiguo afiliado a las JSU combatió un año y medio en el frente de Leningrado, en una sección de asalto de la que llegó a ser cabo. Su paso por la División Azul lo conserva en el pecho, muy adentro, pero le suena al cruzar los detectores de metales: al lado del corazón tiene alojado aún un pedazo de metralla. Los desertores de la Guerra Civil podrán no ser considerados héroes ni leales, pero protagonizaron actos de valentía incuestionables e hicieron gala de una extrema lealtad a sí mismos. Una de las mejores pruebas de ello es la experiencia de quienes se evadieron del ejército franquista para unirse al bando republicano cuando la guerra estaba ya decantada.

Bajas y más bajas. A finales de 1938 ya se había consumado la derrota del Ejército Popular en el Ebro, luego vendrían la pérdida de Cataluña y el exilio... Y, sin embargo, el ejército franquista seguía sufriendo bajas por deserción, como la de Pedro Negre Escañellas, de 21 años, cabo del Regimiento Zaragoza 30, que se fugó a las líneas republicanas el 5 de noviembre de 1938.

A sus 88 años, Pedro conserva la reciedumbre de sus años de carbonero y leñador. Vive en Artá, al nordeste de Mallorca, con su mujer, Isabel. Tienen un hijo, Miguel, y dos nietos. Pedro trabajaba desde antes de la guerra en la carbonería de su padre, en Felanitx. Estaba afiliado a las Juventudes Socialistas. Muchos de sus amigos ya habían sido llamados a filas por los franquistas, dueños de Mallorca. Todos le habían asegurado que, al llegar a la Península, aprovecharían la primera oportunidad para pasarse a los republicanos. A Pedro le movilizaron en el verano de 1938 y empezó a rumiar la misma idea.

En otoño de 1938, le embarcan en Palma en un mercante con destino a Vinaroz. Viajan unos 500 reclutas. Van a reponer bajas. Muchos son enviados al infierno del Ebro. Pedro acaba en el frente de Levante, que lleva meses inactivo. Su destino es Peña Salada. En la noche del 5 de noviembre, deserta al bando republicano.

"Como estaba de cabo de guardia, tenía que ir colocando a los centinelas en sus puestos. Al último le dije que estuviera muy atento a su izquierda y que si oía el más mínimo ruido disparara. A la vez, le dije que si oía ruidos a su derecha, no se preocupara porque era el otro centinela. Pero no había otro centinela. Por allí era por donde pensaba escaparme yo, y eso es lo que hice. A los 10 minutos llegué a las trincheras republicanas. ‘No disparéis, que me voy con vosotros’, dije. Me dieron orden de echarme cuerpo a tierra y vinieron a por mí dos soldados".

Pedro acababa de pasarse al bando de los perdedores. Quedaban cinco meses para que terminara la guerra con el triunfo del bando del que había desertado. ¿Cómo es posible que hiciera tal cosa? "Sabía que estaban machacándonos, pero confiaba en que al final ganaría la República. Seguía creyendo en el ¡no pasarán!", explica.

El final de la contienda le sorprende a las afueras de Vinaroz, movilizado en una unidad republicana. Los de su antiguo bando le hacen prisionero. Pero unos soldados franquistas, paisanos de Felanitx, le proporcionan un uniforme de los vencedores para que pueda escapar.

Se presenta en un cuartel de Barcelona alegando que ha perdido a su unidad. Allí le dan un salvoconducto para embarcarse hacia Mallorca. "Llegué a mi casa en Felanitx y pude abrazar a mis padres, que me creían muerto. Pero al poco tiempo, unos militares se presentan en casa y me dicen que me presente en Lugo, donde está mi unidad. Voy a Lugo y allí cuento que había perdido al batallón en Zaragoza. Pero un oficial me dice: ‘No, tú desertaste en el frente de Peña Salada’. Me acababan de dar la papeleta para el paredón".

A Pedro le envían a la prisión leonesa de San Marcos. El consejo de guerra pide para él tres penas de muerte. "Por desertor, por rojo y por qué sé yo, que con una ya me habría bastado. Pero resulta que una tía de mi padre había sido ama de cría de la mujer del auditor de guerra de Palma, y gracias a ella me quedé en 30 años y un día, y luego me dejaron en 12 años. Salí en 1943. ¿Pero sabe una cosa? Nunca me he arrepentido de lo que hice. Nunca, nunca, nunca...". n



 
 LOS DESERTORES
 



AUGUSTO CORTÉS RICO

Fecha y lugar de nacimiento: 20 de noviembre de 1918, en Gumiel de Mercado (Burgos). Profesión antes de la guerra: repartidor de una tienda de ultramarinos en Madrid. Unidad a la que pertenecía: 50ª Brigada Mixta del Ejército Popular. Fecha y lugar de la deserción: 26 de octubre de 1938, en el sector de Cogolludo (Guadalajara). Armas que se llevó: fusil y dos granadas de mano Hoffman. Razones de la deserción: “En octubre de 1938 me mandaron a la 50ª Brigada Mixta. Los de aquella brigada estábamos muertos de hambre. Todos los días comíamos unas pocas lentejas y nada más. Andábamos todos estreñidos. Yo me acordaba de los milicianos que al principio de la guerra saqueaban la tienda donde trabajaba... ¡Para jugar al fútbol con los quesos de bola en la calle Génova! ¡Ay, si hubiéramos tenido aquellos quesos en el frente! Además, perdías los ideales cuando veías a los oficiales comer mejor que la tropa y a escondidas, para que no los viéramos”.

PEDRO NEGRE ESCAÑELLAS

Fecha y lugar de nacimiento: 26 de octubre de 1917, en Felanitx (Mallorca). Profesión antes de la guerra: carbonero. Unidad a la que pertenecía: 3er Batallón del Regimiento Zaragoza nº 30, de la 81ª División franquista. Fecha y lugar de la deserción: 5 de noviembre de 1938, en el sector de Peña Salada, entre Castellón y Valencia. Armas que se llevó: Ninguna. Razones de la deserción: “Los franquistas me llamaron por mi quinta, aunque militaba en las Juventudes Socialistas. Al ser trasladado a la Península desde Mallorca, sólo pensaba en pasarme a los republicanos. Los franquistas estaban a punto de ganar la batalla en el Ebro, pero nunca perdí la esperanza de que la República acabaría venciendo. Así es que, cinco meses antes de terminar la guerra, me fugué al bando republicano. La deserción me costó tres penas de muerte después de la guerra. Me libré del paredón gracias a la recomendación de una tía de mi padre, que había sido ama de cría de la mujer del auditor de guerra de Mallorca”.

ALEJANDRO BLÁZQUEZ BÁRCENA

Fecha y lugar de nacimiento: 12 de diciembre de 1910, en San Martín de Valdeiglesias (Madrid). Profesión antes de la guerra: peón caminero. Unidad a la que pertenecía: XII Brigada Internacional “Garibaldi”. Fecha y lugar de la deserción: 2 de julio de 1937, en el sector de Villanueva del Pardillo (Madrid). Armas que se llevó: Ninguna. Razones de la deserción: “A los pocos días de empezar la guerra, nació mi primera hija, Carmen. Pero muy pronto dejé de saber de mi familia porque me llevaron a fortificar Madrid. En marzo de 1937, me reclutaron por mi quinta, la del 31, y me mandaron a la Brigada Internacional “Garibaldi”. Aquello era una unidad de choque, y allí yo no quería estar de ninguna manera. Quería volverme a mi pueblo a estar con mi mujer y ver crecer a mi hija. En julio de 1937, nos llevaron al sector de Villanueva del Pardillo. Allí le pregunté a un compañero, Antonio Martín Sanz de Frutos, si se quería escapar conmigo. Sabíamos que desertar significaba el fusilamiento. Pero como allí nos iban a matar igual, lo mismo nos dio. Pero nos detuvieron y nos llevaron presos a Madrid, donde estuvimos encarcelados toda la guerra”.

BALBINO COLOMA ATARÉS

Fecha y lugar de nacimiento: 25 de septiembre de 1915, en Almudévar (Huesca). Profesión antes de la guerra: peón de obras públicas. Unidad a la que pertenecía: Regimiento Valladolid nº 20, de la 51a División franquista. Fecha y lugar de la deserción: 2 de abril de 1937, en el sector de Huesca. Armas que se llevó: fusil y dos granadas. Razones de la deserción: “Antes de la guerra estaba afiliado a las Juventudes Socialistas y a la CNT. Cuando estalló la sublevación militar, me uní a una columna que iba a Huesca a pedir armas contra los insurrectos. A la columna la detuvieron los guardias civiles. Pude escapar, pero me encarcelaron por la denuncia de un vecino. Salí de la cárcel para entrar por mi quinta en el ejército franquista. Un día me mandaron a la armería para arreglar un fusil y en una habitación del cuartel encontré muchos cadáveres. Eran soldados fusilados por ser de izquierdas. Me asusté tanto que deserté esa misma noche. Cuando me juzgaron después de la guerra, uno de los jueces me dijo que él habría hecho lo mismo. Me condenaron a 30 años y un día, pero gracias a unas tías mías, que habían dado refugio a unas monjas, salí en 1942”.

 
 
 LAS CANCIONES DE LAS DOS ESPAÑAS
 



Canciones Nacionales 1. Cara al sol. Cara al sol con la camisa nueva / que tú bordaste en rojo ayer, / me hallará la muerte si me lleva / y no te vuelvo a ver. / Formaré junto a mis compañeros / que hacen guardia sobre los luceros, /impasible el ademán, /y están presentes en nuestro afán. / Si te dicen que caí, / me fui al puesto que tengo allí. / Volverán banderas victoriosas / al paso alegre de la paz / y traerán prendidas cinco rosas: / las flechas de mi haz. / Volverá a reír la primavera, / que por cielo, tierra y mar se espera. / Arriba escuadras a vencer / que en España empieza a amanecer.

2. El camarada. Yo tenía un camarada. / ¡Nunca lo hallaré mejor! / Que en la gloriosa jornada / iba, firme la pisada, / al redoble del tambor. / ¡Una bala, compañero! / ¿Para quién de los dos es? / Era el diálogo postrero, / y bajo el plomo certero / cayó tendido a mis pies. / Hace un esfuerzo, y en vano, / quiere mi mano estrechar. / ¡Duerme en paz, querido hermano! / La patria quiere mi mano / para volver a atacar. / ¡Gloria! ¡Gloria! / ¡Gloria y victoria! / Con el cuerpo con el alma, / con las armas en la mano, / por la Patria. / Nuestros cantos, que vuelan, / el viento los lleva por ahí, / que en España, que en España, / empieza a amanecer.

3. Isabel y Fernando. En pie, camaradas, y siempre adelante / cantemos el himno de la juventud / el himno que canta la España gigante / que sacude el yugo de la esclavitud. / De Isabel y Fernando el espíritu impera / moriremos besando la sagrada bandera. / Nuestra España gloriosa / nuevamente ha de ser / la Nación poderosa / que jamás dejó de vencer. / El sol de Justicia de una nueva era / radiante aparece en nuestra Nación. / Ya ondea en los aires la pura bandera / que ha de ser el signo de la redención. / En pie, camaradas, y siempre adelante / cantemos el himno de la juventud / el himno que canta la España gigante / que sacude el yugo de la esclavitud. / De Isabel y Fernando el espíritu impera / moriremos besando la sagrada bandera / Nuestra España gloriosa / nuevamente ha de ser / la Nación poderosa / que jamás dejó de vencer. / Soy valiente y leal legionario / soy soldado de brava legión / pesa en mi alma doliente calvario / que en el fuego busca redención. / Mi divisa no conoce el miedo, / mi destino tan solo es sufrir / mi bandera lucha con denuedo / hasta conseguir / vencer o morir.

4. Oriamendi. Por Dios, por la patria y el rey / lucharon nuestros padres / Por Dios, por la patria y el rey / lucharemos nosotros también. / Lucharemos todos juntos / todos juntos en unión / defendiendo la bandera / de la santa tradición. / Cueste lo que cueste / se ha de conseguir / que los boinas rojas / entren en Madrid. / Por Dios, la Patria y el Rey / lucharon nuestros padres / por Dios, por la Patria y el Rey / lucharemos nosotros también.

5. Canción del flecha. ¡En pie, flechas de España! / Falange es victoriosa. / Dame el fusil pequeño, / que suena ya una clara voz: / Para que yo creciera / sobre una Patria hermosa, / mis hermanos mayores / cayeron cara al sol. / Un día dejaremos / los viejos camaradas; / escuelas y talleres / e iremos todos a formar / en un soto florido, / al pie de las espadas / porque la Patria joven / ha amanecido ya.

6. Himno de la Legión. Legionario, legionario / que te entregas a luchar / y al azar dejas tu suerte, / pues tu vida es sólo azar, / legionario, legionario / de bravura sin igual, / si en la guerra hallas la muerte / tendrás siempre por sudario / legionario / la bandera nacional / ¡Legionario a luchar, / legionario a morir! / Somos héroes incógnitos todos / nadie aspire a saber quién soy yo / mi tragedia es de diversos modos / que el correr de la vida formó. / Cada uno será lo que quiera / nada importa saber quién soy yo / pero juntos formamos bandera / que a Legión da el más alto honor. / Legionario, legionario / que te entregas a luchar / y al azar dejas tu suerte, / pues tu vida es sólo azar, / legionario, legionario / de bravura sin igual, / si en la guerra hallas la muerte / tendrás siempre por sudario / legionario / la bandera nacional / ¡Legionario a luchar, / legionario a morir!

Canciones Republicanas 1. Himno de Riego. Serenos y alegres / valientes y osados / cantemos soldados / el himno a la lid. / De nuestros acentos / el orbe se admire / y en nosotros mire / los hijos del Cid. / Soldados la patria / nos llama a la lid, / juremos por ella / vencer o morir. / El mundo vio nunca / más noble osadía, / ni vio nunca un día / más grande el valor, / que aquél que, inflamados, / nos vimos del fuego / excitar a Riego / de patria el amor. / Soldados la patria / nos llama a la lid, / juremos por ella / vencer o morir. / La trompa guerrera / sus ecos da al viento, / horror al sediento, / ya ruge el cañón / a Marte, sañudo, / la audacia provoca / y el ingenio invoca / de nuestra nación. / Soldados la patria / nos llama a la lid, / juremos por ella / vencer o morir.

2. Coplas de la defensa de Madrid. Puente de los Franceses (3 veces) / mamita mía nadie te pasa, nadie te pasa. / Porque los milicianos (3 veces) / mamita mía qué bien te guardan, qué bien te guardan. / Por la Casa de Campo (3 veces) / mamita mía y el Manzanares, y el Manzanares. / Quieren pasar los moros (3 veces) / mamita mía no pasa nadie, no pasa nadie. / Madrid ¡qué bien resistes! ( 3 veces) / mamita mía los bombardeos, los bombardeos / De las bombas se ríen ( 3 veces) / mamita mía los madrileños, los madrileños.

3. ¡Ay Carmela! El Ejército del Ebro, / rumba la rumba la rumba la. / El Ejército del Ebro, / rumba la rumba la rumba la / una noche el río pasó, ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / una noche el río pasó, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / Y a las tropas invasoras, / rumba la rumba la rumba la. / Y a las tropas invasoras, / rumba la rumba la rumba la / buena paliza les dio, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / buena paliza les dio, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / El furor de los traidores, / rumba la rumba la rumba la. El furor de los traidores, / rumba la rumba la rumba la / lo descarga su aviación, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / lo descarga su aviación, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / Pero nada pueden bombas, / rumba la rumba la rumba la. / Pero nada pueden bombas, / rumba la rumba la rumba la / donde sobra corazón, ¡Ay Carmela! / donde sobra corazón, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / Contraataques muy rabiosos, / rumba la rumba la rumba la. / Contraataques muy rabiosos, / rumba la rumba la rumba la / deberemos resistir, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! deberemos resistir, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / Pero igual que combatimos, / rumba la rumba la rumba la. / Pero igual que combatimos, / rumba la rumba la rumba la / prometemos combatir, / ¡Ay Carmela! ¡Ay Carmela! / prometemos combatir, / ¡Ay Carmela!

4. ¡No pasarán! ¡No pasarán! / ¡no pasarán! / los de acero firmes están! / temple duro, roca viva / que al fascismo aplastará, ¡vencerá! / bomba al cinto, bayonetas, / al combate acero va, ¡pasará! / ¡No pasarán! / ¡no pasarán! / por la tierra y por el pan / vista al frente, pulso firme, / los fusiles apuntad: ¡disparar! / salte tierra a cañonazos / nada importa, ¡acero va! ¡pasará! / !No pasarán! / ¡no pasaran! / el fascismo se detendrá / ante el muro de granito / que el acero le opondrá, ¡vencerá! / por la España antifascista, / a la guerra acero va, ¡pasará! / ¡No pasarán! / ¡no pasarán! / corte el viento el ademán, / las bayonetas de acero / al invasor detendrán, ¡clavarán! / en la tierra que es de España / y del pueblo, acero va, ¡pasará!, / Ra ra ra ra / ra ra ra ra / metalúrgicos a luchar. / Con el 5º Regimiento / los obreros del metal ¡vencerán! / Adelante, compañías / al grito de acero va / ¡pasará!

5. Si me quieres escribir. Los moros que trajo Franco / en Madrid quieren entrar / mientras queden milicianos / los moros no pasarán. / Si me quieres escribir / ya sabes mi paradero / Tercera Brigada Mixta / primera línea de fuego. / Aunque me tiren el puente / y también la pasarela / me verás pasar el Ebro / en un barquito de vela. / Diez mil veces que los tiren / diez mil veces los haremos / tenemos cabeza dura / los del Cuerpo de Ingenieros. / En el Ebro se han hundido / las banderas italianas / y en los puentes sólo quedan / las que son republicanas.

6. El Quinto Regimiento. Con el quinto, quinto, quinto / con el Quinto Regimiento. / Madre, yo me voy p’al frente / para las líneas de fuego. / Madre, yo me voy p’al frente / para las líneas de fuego. / Anda jaleo, jaleo / suena una ametralladora / y ya empieza el tiroteo / y ya empieza el tiroteo. / Anda jaleo, jaleo / suena una ametralladora / y ya empieza el tiroteo / y ya empieza el tiroteo...

 
 
 La guerra civil en 100 datos
 



[1] El alzamiento. 17 de julio de 1936, 17:00 h, Melilla. Los coroneles Seguí y Gazapo fusilan al general Romerales.

[2] Franco se moviliza. Parte hacia Tetuán el día 18 para liderar la sublevación en Marruecos. Tenía 43 años.

[3] Reparto de fuerzas. De los 210.000 efectivos de las Fuerzas Armadas, 120.000 unidades quedaron en la zona rebelde.

[4] División. 270.000 km2 son controlados por el Gobierno y 230.000 por los golpistas (14 y 10,5 mill./hab. cada parte).

[5] Pilotos. De los 240 que componen las fuerzas aéreas, unos 150 se habían declarado republicanos.

[6] Asedio al Alcázar. El 22 de julio, el coronel Moscardó y sus hombres se refugian en él. Resistirán 68 días.

[7] Armamento. La República paga con las reservas de oro (530 millones de dólares) a la URSS 648 aviones, 347 carros, 1.186 piezas de artillería y 60 blindados.

[8] Traslado. Aviones italianos y alemanes colaboran en el traslado de 12.000 hombres de Tetuán a Sevilla.

[9] El polvorín de Fanjul. El 20 de julio la República bombardea el Cuartel de la Montaña (Madrid) e incauta el armamento custodiado por el general.

[10] Brigadistas internacionales. Se estiman entre 35.000 y 59.000. Murieron 9.934.

[11] Toma de San Sebastián. El 13 de septiembre de 1936, el general Mola entra en San Sebastián al frente de las tropas rebeldes.

[12] Industria. Al inicio de la contienda, el 80% de la producción industrial correspondía a los republicanos. A mediados del 37, los nacionales contaban con el 80% de la producción de acero y el 66% de la de explosivos.

[13] Internacional. En verano de 1936 se crea el Comité de No Intervención. Participan 25 países.

[14] Paracuellos. Unos 2.000 prisioneros políticos son fusilados por la milicia republicana en este pueblo madrileño el 7 y 8 de noviembre de 1936.

[15] Adiestramiento. Durante el invierno, 56.000 soldados nacionales reciben instrucción militar de oficiales nazis.

[16] Comunismo. El PCE pasa de tener 25.000 miembros a un millón a finales de 1937.

[17] Frases. El 12 de octubre de 1936, Unamuno y el general Millán Astray intercambian sus famosas “muerte a la inteligencia” y “venceréis pero no convenceréis”. El escritor muere el último día de 1936.

[18] García Lorca. El poeta es fusilado el 17 de agosto de 1936 en Viznar (Granada).

[19] Nazis. La Legión Cóndor que apoyó a Franco tenía 19.000 efectivos. Su fuerza aérea se mantuvo constante: 140 aviones, 48 tanques y 60 cañones antiaéreos.

[20] Voluntarios. Las milicias madrileñas constituyen un ejército de 40.000 soldados inexpertos pero esenciales para la defensa de Madrid.

[21] Primo de Rivera. El 17 de noviembre de 1936 es condenado a muerte. Lo ejecutan el 20 del mismo mes.

[22] Cerco a la capital. El 1 de noviembre 25.000 hombres rodean Madrid. Se insta a los ciudadanos a ayudar a tomar la ciudad bajo la amenaza franquista de borrar la capital del mapa.

[23] El Papa. En otoño, un grupo de 500 peregrinos españoles visita a Pío XI, quien se refiere al “odio satánico hacia Dios” de los republicanos.

[24] Diplomacia. Sólo 62 diplomáticos se mantuvieron fieles a la República.

[25] Homenaje. Más de 200.000 personas acuden al entierro del anarquista José Buenaventura Durruti en Barcelona, el 21 de noviembre de 1936.

[26] Americanos. Navidad de 1936. Parte de Nueva York el Batallón Lincoln para apoyar a la República. En 1937 cuenta con 2.800 combatientes ingleses y españoles.

[27] Málaga. Febrero de 1937. Unas 100.000 personas huyen hacia Almería, ante la llegada de las tropas de Franco a Málaga.

[28] 20.000 bajas. Balance de la Batalla del Jarama (febrero de 1937). Dos tercios son republicanos.

[29] Ambulancias. Marzo del 37. En EEUU, Hemingway recauda 40.000 dólares y los dona a la República.

[30] Ejército de Euskadi. Formado por 30.000-40.000 milicianos, más varios miles de voluntarios del Frente Popular.

[31] Antonio Goicoechea. Las tropas de Franco rompen con facilidad el 12 de junio de 1937 el cinturón de Bilbao gracias a los informes del ingeniero.

[32] Batalla de Brunete. Del 6 al 25 de julio de 1937. Saldo: 20.000 republicanos y 17.000 nacionales muertos.

[33] Gernica. Durante el bombardeo –26 de abril de 1937– la alemana Legión Cóndor lanza 50.000 kilos de bombas desde 43 cazas. Mueren entre 1.000 y 1.500 personas.

[34] Fin del frente norte. El 1 de septiembre de 1937 el Consejo de Asturias, aislado, se proclama soberano. Sus 80.000 hombres resisten hasta el 21 de octubre.

[35] Paludismo. La enfermedad afecta a decenas de miles de soldados.

[36] Radio. De las 63 emisoras que había en España en 1936, sólo 16 quedan en manos de los golpistas. Dos eran de largo alcance.

[37] Curas. El 24 de noviembre de 1936, el obispo de Vitoria presenta ante Pío XI un documento sobre la ejecución de 14 sacerdotes nacionalistas vascos republicanos.

[38] Frío polar. Los últimos días de diciembre de 1937, durante la Batalla de Teruel, el termómetro registró 17 grados bajo cero.

[39] Analfabetos. El 80% de la tropa republicana era analfabeta. En 1937, las Milicias de Alfabetización enseñaron a leer a 24.204 soldados.

[40] Ayuda lusa. 10.000 efectivos, “los viriatos”, apoyan a Franco.

[41] Carlistas. En el invierno de 1936-37 el carlista Manuel Fal Conde crea una Academia Militar Carlista sin consultar con Franco.

[42] Picasso en París. Mayo de 1937. El “Guernica” triunfa en el Pabellón Español de la Exposición Universal.

[43] Aviación. El bando republicano importó 1.400 aviones (900 soviéticos). Franco 1.453 (760 italianos).

[44] Mercado. En 1935 Alemania e Italia absorbían el 13,1% y 2,4% de las exportaciones; en 1938, el 40,7% y 15,3%.

[45] Armas mexicanas. El gobierno de Lázaro Cárdenas vende 20.000 fusiles, 28 millones de cartuchos y 8 baterías a la República entre 1936 y septiembre de 1937.

[46] Federica Montseny. Primera española en el Gobierno. En el segundo mandato de Largo Caballero, como ministra de Sanidad (noviembre de 1936-mayo de 1937).

[47] La base del nuevo movimiento nacional. El 2 de diciembre de 1937, 48 consejeros forman el primer Consejo Nacional de la Falange en el monasterio burgalés de las Huelgas.

[48] Socorro Rojo Internacional. En la Navidad de 1937, repartió 12.000 “bolsas del miliciano” que contenían, entre otras cosas, tabaco, puros de a peseta, pan de higo y una botella de coñac.

[49] Muere Mola. El 3 de junio del 37 fallece en un accidente de aviación el ideólogo del golpe de estado: el general Emilio Mola, “el director”. Franco queda como líder indiscutible de la rebelión.

[50] Anarquistas contra comunistas. Los combates que protagonizaron en Barcelona entre abril y mayo de 1937 terminaron con 500 muertos y 1.500 heridos.

[51] Servicio Social de la Mujer. Creado por la Falange en octubre de 1937 “como exigencia” para defender a la patria.

[52] Antifascistas. El 4 de julio del 37, Bergamín, Hemingway, Malraux, Alberti y Miguel Hernández participan en el II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas.

[53] Destrucción. A lo largo de la guerra fueron destruidas totalmente 250.000 viviendas y parcialmente otras tantas, es decir, un 8% de las existentes.

[54] Religiosos asesinados. Más de 4.300 sacerdotes seculares, 2.500 religiosos, 280 monjas y 250 seminaristas. Total: 7.330.

[55] La mayor batalla naval. Tuvo lugar en marzo de 1938 y se saldó con victoria republicana. Una flotilla de torpederos, cruceros y destructores hundió el buque insignia franquista, el “Baleares”, en Palma de Mallorca. Murieron 786 hombres.

[56] Teruel. La única capital recuperada por la República permaneció en manos gubernamentales sólo 42 días.

[57] Ayuda soviética. En 1936 enviaron al Ejército Popular en torno a 2.000 asesores.

[58] Apoyo italiano. De los 79.000 italianos que lucharon en España con Franco, 3.819 perdieron la vida.

[59] Líder de la Falange en prisión. En agosto del 37, Manuel Hedilla, opuesto a la unificación de falangistas y carlistas, es encarcelado.

[60] Expropiaciones. Hasta 1938 habían sido expropiadas por parte de la República cinco millones y medio de hectáreas –sin contar Aragón y Cataluña–, el 40% de la superficie agrícola útil.

[61] El benefactor. Juan March donó a Franco un millón de libras al contado.

[62] Adoctrinamiento franquista. Desde Sevilla, el general franquista Queipo de Llano emite más de 500 charlas radiadas entre julio de 1936 y febrero de 1938.

[63] Guerra en el aire. García Morato, el “Barón Rojo” de la aviación rebelde, derribó 40 aviones republicanos, mientras que José María Bravo abatió 23 nacionales.

[64] Ataque al Museo del Prado. El 16 de noviembre de 1936 fue bombardeado a pesar de las bengalas que señalaban su situación.

[65] El “Ángel Rojo”. Como Director General de Prisiones, de diciembre de 1936 a marzo de 1937, el anarquista Melchor Rodríguez, “el Ángel Rojo”, evitó la ejecución de miles de prisioneros en Madrid, entre ellos Serrano Súñer y Miguel Primo de Rivera.

[66] La Sección Femenina. Liderada por Pilar Primo de Rivera, tenía 589.000 afiliadas en octubre de 1938.

[67] Deudas. Franco se endeudó en 470 millones de dólares con Alemania y 869 millones con Italia.

[68] Espías. El Servicio de Información y Policía Militar del bando nacional llegó a contar con 30.000 colaboradores involucrados en mayor o menor grado.

[69] Dionisio Ridruejo. En marzo de 1938 Serrano Súñer le colocó al frente de los Servicios de Propaganda fascista.

[70] Bombardeo de la Barcelona civil. El ataque de la aviación italiana en 1938 dejó 1.300 muertos.

[71] Economía hundida. Las producciones agrícola e industrial se redujeron un 20% y un 30%, respectivamente.

[72] Guerra de monedas. El dinero republicano no era válido en zona nacional. En 1938 Franco acuña las primeras monedas, de 25 céntimos, con símbolos fascistas.

[73] Lucha de nombres. En mayo del 38, el bando rebelde prohíbe los nombres que no figuren en el santoral.

[74] Batalla del Ebro. Del 25 de julio al 16 de noviembre del 38. Fue la más sangrienta, 50.000 nacionales y 70.000 republicanos muertos.

[75] Negrín. En abril del 38, Franco rechaza la propuesta del presidente republicano de retirar las brigadas internacionales.

[76] Cazas rusos. Los llegados en octubre del 36, los “Chatos”, fueron relevados por 300 de otro modelo –apodados “moscas” por los republicanos y “ratas” por los rebeldes–, que alcanzaban los 455 km/hora.

[77] Más hombres que armas. Tras la batalla del Ebro, el ejército republicano contaba en Cataluña con 220.000 hombres, pero apenas 100.000 fusiles.

[78] Reconocimiento internacional. A mediados de 1938, Japón, Turquía, Rumanía y Guatemala, además de Alemania e Italia, habían legitimado el Gobierno de Burgos. Francia e Inglaterra lo harían en febrero del 39.

[79] Acuerdo de Múnich. El 29 de septiembre de 1938, al zanjarse la crisis germano-checa, se frustró la última oportunidad de la República para una intervención aliada.

[80] Leyes a favor del clero. La Iglesia recuperó su fuerza en el Gobierno de Burgos gracias a cinco leyes: la vuelta de la asignatura de religión como obligatoria a las escuelas (oct-1937); la derogación del divorcio (ene-1938), regreso de la Compañía de Jesús (may-1938); la retribución a sacerdotes (ene-1939), y la exención de pago de la contribución territorial a la Iglesia (mar-1939).

[81] Crece la Falange. En julio de 1936 apenas sumaba 26.000 afiliados; al final de la guerra, cerca de un millón de miembros.

[82] Apoyo de Picasso. El 2 de diciembre de 1938 entregó a la República un cheque de 200.000 francos.

[83] Organizaciones de mujeres republicanas. Llegaron a asociar más de 60.000 afiliadas.

[84] Buque insignia de la República. El acorazado “Jaime I” desplazaba 15.700 toneladas y 850 hombres.

[85] La “quinta del biberón”. Eran jóvenes reclutados en 1938, la mayoría nacidos en 1920. Murieron casi todos.

[86] Caída de Cataluña. Ocurrió el 9 de febrero de 1939.

[87] Exilio. Tras este hecho, unos 100.000 civiles y 200.000 soldados republicanos cruzaron los Pirineos, la mayoría de ellos a pie.

[88] La República, sola. El 5 de marzo de 1939, a las 12:08 h., la flota republicana pone rumbo a Argel.

[89] Muerte en Madrid. Más de 2.000 personas fallecen entre el 6 y el 10 de marzo del 39 en combates entre comunistas y fieles del republicano Segismundo Casado.

[90] Desastre. En abril del 39, ya habían sido destruidas el 40% de las locomotoras de ferrocarril y el 70% de los coches de viajeros.

[91] Julián Besteiro. Socialista y miembro del último Gobierno republicano, fue condenado en julio del 39 a 30 años de cárcel.

[92] Recuento de tropas. El ejército franquista terminó la guerra con casi un millón de hombres a su servicio.

[93] Nuevo orden. El 8 de febrero del 39, un decreto franquista dicta el cese de 15.000 funcionarios de la Generalitat.

[94] El “grupo de Casado”. La evacuación de Segismundo Casado y el Consejo de Estado –169 hombres, 20 mujeres y 6 niños–, tuvo lugar el 29 de marzo del 39, a bordo del destructor “Galatea”.

[95] Cruzar la frontera. Cerca de 470.000 españoles pasaron a Francia a primeros de marzo de 1939.

[96] Fin de la guerra. El 1 de abril del 39, Franco lee el último parte bélico: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”.

[97] Casi tres años. La duración total de la guerra civil ascendió a 970 días.

[98] Víctimas. Su número se sitúa entre los 500.000 y los 650.000 muertos.

[99] Posguerra. En estos años se fusilaron entre 40.000 y 50.000 personas.

[100] Presos. En 1940, eran más de 200.000. n

 
 
  © Mundinteractivos, S.A. Política de privacidad