Los vientos aperturistas y liberalizadores procedentes de la Unión Soviética a través de la denominada Perestroika, llevada a cabo por Mijail Gorbachov a partir de 1985, se concretaron en el conjunto de sus países satélites con el inicio de paulatinas reformas políticas.

En el caso de Checoslovaquia hay que remontarse al año 1977, fecha en que un grupo de intelectuales, siguiendo la línea del espíritu de la Primavera de Praga, publicaban un manifiesto denominado "Carta 77", en el que expresaban su disidencia con el régimen establecido. En noviembre de 1989 se creó el Foro Cívico dirigido por el dramaturgo Vaclav Havel, y dentro del Partido Comunista Checoslovaco se evidenciaban luchas de poder entre sectores inmovilistas como Gustav Husak y reformistas como Ladislav Adamec.

El carácter cívico de los ciudadanos checoslovacos nuevamente se impuso sobre cualquier otro sentimiento. A finales de noviembre de 1989 la férrea dictadura pro soviética era derrotada por la voluntad democrática y pacífica de un pueblo ansioso de libertades a través de multitudinarias manifestaciones y protestas pacíficas que conformaran la llamada revolución de terciopelo.

Tras la huelga general del 27 de noviembre de 1989 y a falta del apoyo del aliado soviético, el Partido Comunista checoslovaco abandonó el poder. El hasta entonces valedor de la ortodoxia comunista, Gustav Husak, dimitía el 10 de diciembre como Presidente de la República. Los acontecimientos se precipitaron y antes de finalizar el año 1989 Vaclav Havel accedió a la jefatura del Estado y Alexander Dubcek a la presidencia del Parlamento. En junio de 1990 se celebraron elecciones democráticas de las que saldrían vencedores el Foro Cívico y el Foro Público Contra la Violencia, variante eslovaca del primero.

La evolución política y las escisiones posteriores de estos partidos se iban a plasmar durante los años 1991 y 1992, así como un poderoso movimiento nacionalista secesionista que se traduciría en la independencia entre la República Checa y Eslovaquia en el año 1993. Vaclav Havel se convertiría en el primer presidente de la República Checa y Vaclav Klaus en primer ministro, mientras que en Eslovaquia sería Vladimir Meciar el nuevo jefe de Estado.
LA REVOLUCIÓN DE TERCIOPELO