EL PUERTO DE LEBU

Por Patricia Espinoza Rodríguez

 
Prehistoria

 

Esta  comienza con la del pueblo mapuche y las teorías de su presencia en Chile,  de las cuales al menos dos tienen  relación con el puerto de Lebu, ya que se cree que los Maoríes del continente australiano y los Atacameños del sudamericano eran grandes navegantes de la antigüedad  y  siguiendo la corriente del Océano Pacífico efectuaban un circuito que partía en el norte de Chile o en islas como Nueva Zelanda y tocaban las  costas de nuestro país en las que habían caletas y ríos en los cuales encontraban lo necesario para reabastecerse o reparar sus frágiles embarcaciones. Es posible que el río Valdivia haya sido un lugar que prestaba ese servicio, porque  en la antigüedad se llamaba  Ainilebu ( Río de Ayuda ) y el Lebu dada su característica,  pudo haber sido usado con el mismo fin .

 Otra posibilidad esta basada en los tiempos bíblicos, cuando el rey  David  ordenó construir los  mas fastuosos templos de la antigüedad y para ello, él  primero, y su hijo Salomón después,  enviaron  sus hombres a los cuatro puntos cardinales a buscar los mas valiosos materiales del mundo para construir los templos que dedicaron a Dios. Así  llegaron a Chile, seguramente  a Lebu, ya que con el Carbono 14  los científicos actuales han  “ Río” “Rincón del mar”  “la españolización de la voz mapuche  lafquen (mar)” o  “Lebunmapu” (Gente del llano) por ser el lugar  un espacio plano cruzado por un río que permitía algunos cultivos  de subsistencia para los indios del sector.

 

Descubrimiento  

 

En 1544  don Juan Bautista Pastene descubrió el río Lebu buscando por orden del gobernador García Hurtado de Mendoza un puerto lo mas cerca posible del Fuerte de Tucapel  para abastecerlo, y al ser destruido este por los indios, los españoles abandonaron la zona hasta que otro gobernador don Rodrigo de Quiroga en 1566 se instaló en el encuentro del río Lebu y  el mar  levantando un fuerte, el que tres años después abandonaron por la presión de los indios dirigidos por un cona  nacido en las riberas del río y que al  igual que Lautaro  aprendió las costumbres españolas y  por su especial inteligencia don Rodrigo de  Quiroga lo envió a Lima  y Bravo de Saravia lo trajo de nuevo a Chile para que le sirviera de  enlace con su raza. Este guerrero araucano  conocido como don Juan de Lebu se puso  al servicio de su pueblo dando duras batallas a los hispanos en diversos lugares, hasta que fue vencido en Tabolebu (espíritu del río)  y empalado cruelmente por los conquistadores.                                                                      

 El puerto de Lebu  ubicado en una hermosa bahía  situada a 37º 37de latitud sur y 73º 40´ de longitud oeste entre Punta  Millonhue y Punta Morguilla.  ocupando la mejor bahía de la  región del Lafquenmapu (Gente del mar), uno de los  cuatro  butalmapu en que se dividía el pueblo mapuche y cuyo punto de encuentro estaba cerca de Puren, las otras regiones  eran Piremapu (Gente de la cordillera),  Inapiremapu (Gente  de la pre cordillera)  y  Lebunmapu (Gente de los llanos) “Es probable que de aquí dada la topografía plana del lugar donde se encuentra asentada la ciudad, tomó el nombre de Lebu”,  y el hecho de  estar  en el corazón del Lafquenmapu,  al estallar la guerra contra los españoles  se  convirtió en  epicentro de violentos encuentros entre  araucanos y conquistadores.

 

Conquista

 

En 1555 en la Ensenada de El Carnero se fundo el fuerte de San Felipe de Arauco en que con el paso de los años se convirtio  en el mas poderoso del nuevo mundo al ser escenario de incontables y violentos encuentros entre mapuches y españoles, los que la historia conoce con  diversos nombres.Este fuerte se traslado al sitio que hoy ocupa el pueblo de Arauco en 1595.

 Las acciones en esta zona situada un poco al norte de Lebu se  iniciaron  con la batalla de Millarapue cuando al mando del cacique Caupolican los mapuches atacan el fuerte, el que los españoles tenían poderosamente artillado para proteger por el norte la importante caleta  formada por el río Lebu  en su desembocadura en el mar,  la cual junto con ser la base de abastecimiento del  fuerte de Tucapel,  que a la vez la protegía por el sur . En esta oportunidad  su numerosa guarnición mandaba  por el propio gobernador don García Hurtado de Mendoza . En la madrugada  del 30 de noviembre  de 1557 se inicio la batalla  con una descarga de artillería causando gran mortandad  en las filas  mapuches que cargaban en cerrada formación  y  sin embargo siguieron su avance hasta  unos trescientos metro de los muros del fuerte. Se  silenciaron los cañones  y apareció la caballería hispana  la cual fue repelida  con las enseñanzas y estrategias  que les legara  el toqui Lautaro,  obligando a Hurtado de Mendoza a enviar la infantería  al ensangrentado campo de batalla, pero los indomables mapuches  seguían su avance  enceguecidos por el fragor de la refriega y obedeciendo las arengas que hacia un cona  que mostraba  los muñones aun no cicatrizados. Ese bravo no era otro que el toqui Galvarino que solo veintidós días atrás había sufrido la amputación  de ambas manos, cuando cayó prisionero en la batalla de Lagunillas. Al ver el espectáculo que brindaba Galvarino, García Hurtado de Mendoza  casi sufrió un infarto al no poder entender como ese aborigen que debiera estar convaleciente de sus graves heridas, estaba en medio de lo mas encarnizado del combate, y reflexionó ¡¡Ahora comprendo  por que a sido tan difícil para la corona conquistar para el rey estas caras e inhóspitas tierras!! y ordenó cargar  con todas las fuerzas unidas. Los  mapuches no pudieron resistir  el violento  ataque y empezaron la retirada  dejando 800 muerto y centenares de prisioneros en el campo de batalla, entre ellos Galvarino “El mártir de Lagunillas” que fue llevado a presencia  de Hurtado de Mendoza, quien impactado por el valor del toqui  araucano, casi con vergüenza  ordenó en voz baja que se le ahorcara.

Un año después el 13 de diciembre de 1558 unos 1.500 indios araucanos al mando del cacique Petegolen  se dieron a la tarea de levantar un fuerte  en los llanos de Quiapo, cerca de la Ensenada del Carnero  donde estaba  la  guarnición española. Petegolen comprendió que los  castellanos se estaban afianzando demasiado en la zona y que de seguir  sin enfrentarlos pronto. Seria imposible expulsarlos después. Por eso levanto una empalizada con troncos de grueso calibre magistralmente dispuestos. Desde aquí se divisaban  ambos contendientes. Los españoles se sentían humillados de verse con un fuerte enemigo bajo sus narices y mas todavía al ver que quienes los provocaban de esa forma eran unos  indios casi desnudos y armados solo de mazos y lanzas.

El gobernador don García Hurtado de Mendoza herido en su orgullo alistó una fuerza de 300  soldados divididos en dos grupos y antes de partir les arengó  ¡ Esos  traidores se arrepentirán de haber provocado a los hijos de España!. Las columnas atacaron de frente y retaguardia  con la artillería  e infantería derrotando completamente a los mapuches.

Hurtado de Mendoza después del triunfo inspeccionó detenidamente el fuerte levantado por los indios  y comentó a sus oficiales, entre los cuales muchos lucharon en Europa, al igual que él   ¡Ni en Flandes, ni en  Italia  he visto  fortificaciones mejor que esta, a lo sumo iguales, mejores no, concluyó diciendo, ante el gesto afirmativos  de sus hombres.

Un mes después el 15 de enero de 1559 como consecuencia directa de la derrota mapuche en la  batalla de Quiapo, estos levantaron un segundo  fuerte aplicando una técnica mas depurada aun de la que impresionó a Hurtado de Mendoza.  Petegolen  y sus cona construyeron   una doble empalizada. La primera  muy resistente pero adolece de ser demasiado baja  y cualquier caballo la puede superar sin mayores dificultades. La segunda empalizada era muy alta y conectada  por un corredor que facilitaba el desplazamiento por su interior a fin de socorrer algún punto que estuviera mas amagado si se producía un ataque  enemigo. Entre ambas empalizadas  hicieron un foso el cual llenaron de filudas picas  muy bien simuladas con pasto y ramas.

Concluidas las obras Petegolen  puso en marcha su plan. Este consistió en que un grupo de guerreros se dirigiera  al fuerte enemigo a provocar y hacer gestos soeces  que sacaran de quicio a los hispanos, quienes  planificaron un ataque demoledor  como el que  efectuaron en el fuerte  de Quiapo. Un grupo de batidores exploró la albarrada indígena y capto la deficiencia de su defensa al tener su primera línea defensiva demasiado baja. De tal forma  que un poderoso escuadrón de caballería  salió rumbo a Lincoya llevando artillería,  que con sus disparos pronto hizo arder los contornos  de la fortaleza, amen de causar muchas bajas en su interior. A una orden de don Pedro de Villagra el mozo,  se silenciaron los cañones y la caballería  rodeo el fuerte mapuche para tras recibir una segunda orden de lanzarse  dentro de la primera empalizada a  todo galope  para reprimir  a esos  alzados salvajes. Casi al mismo  tiempo saltaron la línea de troncos, cayendo sobre las picas que  traspasaron caballos y jinetes, provocando por si solas la total derrota española. Con la situación a su favor los indios iniciaron el ataque y la huida de los peninsulares sobrevivientes  que dejaron en el campo de batalla centenares de muertos, entre ellos el propio comandante don Pedro de Villagra el mozo.

Muchos encuentros mas se originaron  en los alrededores de Lebu como el ocurrido en el segundo ataque a dicho fuerte organizado por el ingenioso Petegolen y consistió en construir tres fortalezas dispuestas en tal forma que  la guarnición hispana  quedo en medio de un triangulo desde el cual se les dispensaba a diario todo tipo de insultos y amenazas  pero no se atrevían a salir a enfrentarlos  por el temor  que les dejó el fallido asalto a la empalizada  de  Lincoya . Esta indecisión española  envalentonó  a los indios que protegidos por gruesos tableros  se aproximaron a los muros  provocando incendios. Mientras un comando de  conas usando el mismo procedimiento de los anteriores  destruyó otro extremo del muro con el animo de ingresar a combatir cuerpo a cuerpo, pero  la perforación  los llevó  a una bodega donde había un cañón con apreciable numero de municiones. Sin vacilar lo sacaron  y ante el estupor de los  castellanos procedieron a disparar hacia el fuerte  hasta agotar las municiones. Pasarían dos meses de un  férreo bloqueo  que llevo a la hambruna  mas penosa a los peninsulares, quienes en el sumo de la desesperación  optaron  por parlamentar su retirada hacia Concepción, pero cual sería su sorpresa  al ver que los mapuches  por orden  de Petegolen  se marchaban a sus reductos a cosechar y así mitigar tambien su hambre, para  luego volver al ataque hasta expulsar a sus enemigos.  Este fue el gran error  de este toqui, que luego le significaría  perder el mando de sus tropas. Pues se retiró cuando tenía derrotado  a los españoles.  Un mes despues  volvió el  ejercito mapuche comandado por un nuevo toqui llamado Antuhueno  el que encontró el fuerte rodeado de un lago que hacía imposible acercarse, pero los indios se las ingeniaron para hacer acequias y secarlo  completamente  dejando la fortaleza sin agua y sometida a un feroz sitio, el que  se hizo mas dramático por la dura sequía que asolaba  al sur.  Mientras los afligidos  sitiados pedían a San Isidro que enviara la lluvia , los aborígenes rogaban a sus  dioses que esta no llegara. Mas un día  las precipitaciones  se hicieron presente  en medio del jubilo de unos y la penas de los otros. Al ver caer  las primeras gotas de  agua  Antuhueno al igual que todo su ejercito, pensó  que esas eran las lagrimas  de sus antepasados  que lloraban al verlos incapaces de derrotar a los invasores. Acto seguido dio la orden  de regresar a sus tierras de origen  perdiendo otra preciosa oportunidad de alzarse con la victoria .  Mientras los españoles no salían del asombro al ver  la inesperada  retirada  mapuche que tan mal trecho los habían tenido. Estos  cabizbajo se dirigían hacia el río Lebu donde Antuhueno dejó pasar a todos sus hombres quedándose solo  en profunda meditación   para luego tomar la decisión de reunirse con los espíritus  que lloraban y lentamente se introdujo  en las aguas  dejándose llevar por el Lebu a la muerte a causa de la impotencia  de no poder  lograr la tan anhelada victoria para su pueblo.

 

El pirata Drake en la Isla Mocha   ( febrero de 1578)

 

Francis Drake  quedó huérfanos muy niño victima de la  guerra entre católicos y protestantes que estalló una vez mas al asumir  el reinado de Inglaterra  Isabel I.

 El único horizonte del muchacho fue el mar,  se embarcó en una nave que hacia el corzo en el Atlántico atacando los galeones españoles  que se dirigían de América  a Europa.

 Como Drake tenía  un odio endémico hacia los españoles, en una ocasión desde lo alto de la montaña divisó el Océano Pacífico en el  Istmo de Panamá (prohibido a toda nave que no fuera  hispana) y juró ser él quien llegaría  hasta allí  a seguir la guerra a muerte entre católicos y protestantes, con asaltos corsarios  que hirieran el alma castellana.

El  13 de diciembre de 1577 salía de Plymouth  en su propia flotilla de cinco barco rumbo al  mar  Pacífico. En la boca Atlántica  del Estrecho de Magallanes cambio de nombre a su nave  Pelican  por el de Golden Hind. Los violentos temporales le hundieron tres  barcos un tercero al verse solo regresó a Inglaterra y el Golden Hind al mando de Drake tras cruzar el Estrecho llegó al Pacifico, enfiló  cerca de la costa rumbo al norte hasta divisar  la Isla Mocha (en la jurisdicción de Lebu).  Esbozando un audaz plan, pues se sabía en Europa  la feroz resistencia que hacían los araucanos a los españoles. Su intención fue entonces aliarse con esos indios  y enfrentar juntos al enemigo común. Sobre esa premisa envió a tierra  un bote con cinco tripulantes, quienes retornaron  con víveres cambiados a “ esos amistosos indígenas”. Al día siguiente se repitió la maniobra, pero los indios mataron a dos marineros. Furioso Drake atacó la isla siendo recibido con una lluvia de flechas, una de las cuales  hirió al  célebre pirata en el rostro, obligando a los corsarios a retirarse de la Isla Mocha, porque como lo manifestara después el propio Drake en Inglaterra, su misión al Pacífico  no estaba destinada a luchar contra los indios chilenos, si no que a hacerle el corzo bajo sus propias barbas a los odiados católicos, encarnados  en los españoles. Habría que pensar  también en honor a la verdad, que los mapuches no hacían diferencia entre  británicos y castellanos y miraban como enemigo a todo ser que se aproximara a sus costas en grandes barcos, presentándoles batalla al instante para expulsarlos de su territorio.. Drake mientras curaba su herida en el rostro ordeno el zarpe al norte, azolando Valparaíso, Coquimbo, Arica, El Callao y todo puerto importante hasta California  perseguido por la flota hispana. Huyendo por Las Molucas llegó a Plymouth el  3 de diciembre de 1580, siendo muy rico y luciendo en su rostro la cicatriz  hecha por los mapuches de la Isla Mocha  en la zona de Lebu en Chile.

 

Durante la Independencia

 

Los derrotados realista de  Chacabuco aquel 12 de febrero de 1817  huyeron al sur del  río Maule donde al mando  de los coroneles Ordóñez y Sánchez comenzaron un ataque de guerrillas a los pueblos situados mas allá de Talca empezando por ocupar San Carlos, don Ramón Freire para evitar  que los realistas se consolidaran en esa zona  envió a la milicia de don Antonio Merino que ocupó Parral, luego el propio Freire se apoderó de  Linares el  9 de marzo y el día 16  ingresaba a Chillan. El 5 de abril de 1817 caían los relistas por  sorpresa sobre el campamento de don Gregorio Las Heras en  Curapalihue, sufriendo en el intento una derrota que  obligó  al coronel Campillo, su comandante a dirigirse a Concepción para informar a Ordóñez que la columna patriota les pisaba los talones, don Juan José Ordóñez evacuó la ciudad  para atrincherarse en Talcahuano, permitiendo  a los patriotas  ingresar a Concepción sin resistencia alguna.

 Al no disponer los patriotas de naves que interceptaran los envíos de pertrechos para los realistas, obstaron por lo único posible que se podía hacer en esas cirscuntancias, el capitán Luis Cienfuegos después de breve batalla ocupó la  villa de Nacimiento y la columna de Freire cruzó el Biobio apoderándose del fuerte de San Pedro. Cumplido ese objetivo Freire y Cienfuegos se unieron en Santa Juana decidiendo atacar los fuertes de Arauco y Lebu. La marcha se efectuó bajo un violento temporal que desbordó ríos y esteros, en esas condiciones llegaron a la ribera norte del río Carampangue que se encontraba  con una fuerza  fuera de control y con el inconveniente que en la ribera sur los esperaba la guerrilla realista en sólidas posiciones. Freire en una arriesgadísima maniobra que le costó varios soldados ahogado ( el mismo fue sacado casi agónico del agua) cruzaron el río y tras reponerse cayeron por sorpresa sobre los montoneros derrotándolos completamente. Acto seguido  siguieron a Arauco bajo la torrencial lluvia. Llamado por O´Higgins Freire volvió a  Concepción dejando  Lebu y Arauco guarnecidas   por 150 soldados al mando del  capitán Cienfuegos.

 El  coronel realista  don Juan Bautista Díaz capto esta deficiencia y luego de reunir  varias partidas de indios y reagrupar a los soldados dispersos formó un poderoso escuadrón  y  se lanzó sobre Lebu el 2 de junio de 1817  ocasionando una verdadera carnicería, dejando mas de cien muertos en el campo de batalla entre ellos el valeroso capitán Cienfuegos.

El día 4 se supo de la derrota de Lebu  en Concepción  e inmediatamente Freire al mando de 300 hombres emprendió la marcha rumbo al sur para recuperar el preciado enclave afrontando las mismas dificultades de ríos desbordados por efecto de la lluvia inclemente.

Pese a los problemas la columna patriota  el día  8 de junio de 1817  caía  sobre Lebu  con impetuosas cargas de bayonetas  vengaron la muerte de Cienfuegos y sus hombres, amen de recuperar para  los patriota la importante plaza de Lebu.

 

El renegado Benavides

 

La resistencia de los realistas,  derivó hacia  montoneras salvajes que asolaron la región comandados por renegados sin Dios ni ley, entre los cuales sobresalió Vicente Benavides, un hijo del alcaide de la cárcel de Quirihue que luego de servir a la causa patriota  se paso a la del rey para convertirse en un azote satánico contra los  desdichados habitantes de la zona. Este  sujeto tenia su guarida en unas cavernas ubicadas  un poco al norte del  Puerto de Lebu y desde allí iniciaba sus sangrientas correrías en la llamada “Guerra a Muerte” .

Durante la lucha por la independencia de Chile los españoles entablaron una gran amistad con los mapuches a quienes por orden del rey  se le pagaba un sueldo a todo aquel que tuviera el rango de “cacique”  y si este dominaba el idioma español recibía  otros beneficios y se les llamaba  “ Lenguaraz”  (Interprete). Otro lazo de unión fue hacerse compadre de los indios. Estos beneficios los aborígenes los perdieron con las derrotas realistas y los patriotas sumidos en la preparación de la Escuadra Libertadora del Perú, amen de la escasez de recursos, se olvidaron  hasta de la fuerzas de Freire que combatía a las montoneras en el sur,  y  pagarles la amistad a los mapuches ni siquiera se les pasó por la mente. Este olvido hizo creer a los aborígenes que su situación al lado de los hispanos era tremendamente mejor  y por lo tanto  muchos de ellos se pusieron de su parte.

Vicente Benavides llegó a la zona de Arauco como lenguaraz recomendado por San Martín por el dominio de su lenguaje y ser gran conocedor de los aborígenes.” Seré un buen  enlace al servicio de mi patria”  dijo al coronel Balcarce antes de despedirse, convenciendo a este que la paz estaba asegurada en la región. Freire entre tanto le escribía a O´Higgins que la guerra estallaría en cualquier momento y que a él le sería imposible luchar con escasos hombres  y mal apertrechados.. Solos días después la montonera realista  unidas a las mapuches atacaban simultáneamente el  21 de febrero de 1819 los pueblos de Santa Juana y Los Ángeles, tres días después asolaban a San Pedro y a partir de entonces las montoneras realistas  brotaban desde el Itata al Cautín y de la cordillera al mar.

Los primeros días de marzo de 1819  se presento en Los Angeles  el lenguaraz Vicente Benavides ( El agente  apaciguador  que recomendó San Martín, que resultó ser el peor traidor que alguna vez pisó el suelo de América) quien tras desesperada resistencia de su población lo rechazo y en la retirada a modo de venganza degolló a cuatro ancianas que no alcanzaron a refugiarse en la población y prendió fuego a los campos vecinos.

 Ante las tropelías que causaba Benavides  y el lamentable estado de sus tropas que estaban descalzas Freire ofreció devolverle  al renegado su esposa  que estaba detenida en Concepción y el perdón a todos los insurrectos. Como prueba de su oferta envió a un emisario a quien Benavides recibió con grandes muestras de cariño y lo invitó a cenar. A medida que pasaba el tiempo el montonero bebía en abundancia hasta emborracharse y  poniéndose de pie le gritó a su invitado que sería  muerto a sablazos, el y otros soldados que había ofrecido antes liberar. Todos los patriotas fueron descuartizados a sablazos. Al día siguiente le envió una carta a Freire, en la que decía que lamentaba  que “los indios salvajes”  hubieran cometido este atroz crimen. Mas el mensajero hastiado de tanta brutalidad desertó y contó  a Freire la verdad. Este monto en cólera y cayó  sobre su guarida  aniquilando a casi todos los montoneros. A  Benavides le  salvó la velocidad de su caballo..

Una vez repuesto del susto Benavides recibió en Lebu pertrechos desde Chiloé, Valdivia y el Perú enviados por el virrey Pezuela  a fin de detener los preparativos de la Escuadra Libertadora del Perú. Con el tiempo Benavides se apoderó de Concepción el 2  de octubre de 1820  y diariamente  se dirigía a provocar a las desabastecidas fuerzas de Freire que estaban atrincherados en Talcahuano, hasta que el 25 de enero de 1820 cuando el renegado hacia su demostración de poder, Freire le lanzó la caballería derrotándolo, luego lo volvió a vencer en  los cerros de Gavilán y lo aniquiló en la Alameda de Concepción. Estas derrotas eclipsaron la mala estrella de Vicente Benavides, perdió la confianza de sus hombres, se tuvo que ocultar de su amigo el cacique Mariluan  y del comandante Carrero.

Como él se proclamó “Representante de la cuarta parte del universo”  en alusión  a su condición de defensor de la causa del Imperio Español,  huye  como fiera perseguida y su salvación fue un lanchón que mantenía oculto en las cavernas de Lebu en el cual junto a su mujer Teresa Ferrer, tres soldados, un muchacho indio y un siniestro marino italiano que fue el cerebro de los asaltos a los buques que anclaban en la  Isla Mocha, reduciendo a sus tripulantes a los que se les obligaba  a ingresar a su montonera después de desvalijar las naves. Tras días  de navegación acosados por la sed  y el hambre  atracaron en la solitaria caleta de Topocalma el 2 de febrero de 1821donde los campesinos los tomaron prisioneros y comunicaron a Santiago su detención ante las protestas de Benavides  que con un cinismo increíble, envió un manifiesto a O´Higgins  en la que le comunicaba que  viajaba para integrarse  a la lucha por “La sagrada  causa de América”.

Luego de un proceso en Santiago fue condenado a la horca. Llegado el día de cumplir la sentencia  se le vistió con un uniforme de coronel que le pertenencia y con una banda de papel en que se leía “ Yo soy el  traidor e infame Benavides, desnaturalizado americano”.

Durante el proceso abjuró a sus principios, culpó al virrey del Perú e incluso al rey de España  sin convencer a nadie. Fue ahorcado el 23 de  febrero de 1821. dejando como recuerdo en Lebu una enorme caverna donde solía tener su guarida oficial y que hoy es conocida como la Caverna de Benavides.

 
Fundación de Lebu y apaciguamiento de la Araucanía

 

En 1859 era  jefe de la  frontera de Arauco el coronel don Cornelio Saavedra, quien junto a sus sobresalientes condiciones militares, tenía también una extraordinaria capacidad  diplomática, la cual le fue de gran  utilidad, pues estudio el por qué de la rebeldía de los mapuches y la manera de tratar con ellos y así darle continuidad al país, que por este interminable conflicto estaba interrumpido allí. Su plan se lo comunicó al presidente José Joaquín Pérez, quien le respondió “que los indios no lo dejarían poner una estaca al sur del Biobio”. La respuesta del mandatario no amilanó a Saavedra  y logró que los mapuches lo dejaran ingresar hasta el río Bureo, donde levantó el fuerte de Mulchen en 1862. luego gracias a su tacto diplomático continuo su marcha hasta ocupar Angol sin resistencia alguna de los indios. De aquí le  comunicó al presidente Pérez su proyecto para seguir avanzando en los siguientes términos “La ocupación de la Araucanía  no nos costará mas que mucho mosto y mucha música” Ratificando lo dicho, el  6 de octubre de 1862  fundo Lebu y delineó sus calles.

 Simultáneamente con  ocupar el indómito Arauco y fundar ciudades en ese suelo, el coronel Saavedra tuvo que enfrentar un inesperado problema,  que no estaba en sus cálculos, pues llegó a Valdivia un extraño personaje llamado Aurelio Antonio de Tounens  que traía el ingenioso plan de convertirse en rey de la Araucanía. Para concretarlo se dirigió donde el cacique Quilapan, líder de la resistencia mapuche y le contó  su plan, el cual fascinó al indígena y el  17 de noviembre de 1860 lo proclamaron soberano con el pomposo nombre de Orelie Antoine 1º Rey  de la Araucanía y Patagonia. pero luego de no ser reconocido por el gobierno chileno, fue traicionado por los indios y entregado en el fuerte de Nacimiento, de aquí se le llevó a la Casa de Orates de Santiago acusado de loco, hasta que el cónsul de Francia lo retornó a su patria..

Entre tanto las fuerzas de don Cornelio Saavedra avanzaron hasta la línea del Malleco ganándose para la Republica a las tribus “ abajinas” y no las “arribanas” que Vivian en la cordillera. Luego Saavedra dio otro paso histórico al correr la línea defensiva hasta el curso del río Tolten usando su estrategia de hacer “regados parlamentos” en uno de los cuales se impuso que  el rey Orelie  Antoine Iº  había regresado en el buque de guerra francés “D´Entrecateaux”  trayendo cañones y fusiles para los cona indígenas y los esperaba en la  rada de Lebu para descargarlos e iniciar la guerra total. Saavedra en una audaz maniobra ofreció a los indios  dos almudes de pesos fuertes por la cabeza del Rey de La Araucania y La Patagonia, este al  saber lo que le esperaba  tomó la “soberana” decisión de marchar a Montevideo vía Buenos Aires y embarcarse allí rumbo a Francia, poniendo fin a su reinado.

La lección que nos dejan los procedimientos de don Cornelio Saavedra  para apaciguar la Araucanía son una muestra absoluta de que es  posible obtener mejores logros  en cualquier aspecto de la vida, si tratamos a nuestros semejantes en forma digna y respetuosa. Ese axioma tan simple fue el que aplicó este ilustre militar chileno y logró en dos años lo que los españoles con sus abusos y brutalidad, no consiguieron en tres siglos.

 

Las vetas de carbón, La consolidación como ciudad

 

Como consecuencia de la revolución industrial, entre cuyos logros estuvo el invento de la maquina a vapor  que usaba carbón mineral como  combustible, el cual era traído a Chile desde Inglaterra a un alto costo, para mover los trenes  y  buques. En 1850 se produjo un excepcional cambio al explotarse por primera vez  en Lota  un carbón  de igual  o mejor calidad que el europeo, ahorrando enormes divisas al país. En  1854  se descubrieron también  en Lebu  vetas de carbón que en un principio  explotó don Matías Rioseco Rivera y continuaron  a gran  escala  los señores  Maximiliano Errazuriz y José Tomas  Urmeneta . La explotación minera dio  gran impulso  a esta comunidad que hasta entonces  vivía  de la pesca, agricultura de sustento y como  guarnición militar  que  siempre alerta   vigilaba  los movimientos de los inquietos mapuche. Gracias  al carbón el  movimiento naviero se intensificó, por lo que el 9 de septiembre  de 1863  se le otorgó  la  categoría de Puerto de Cabotaje  y  el  30 de enero de 1875  se le dio el rango de Ciudad de Lebu.

Excepcionales militares, como don Cornelio Saavedra, quien era secundado por  otro brillante oficial  llamado  Gregorio Urrutia,  que lo reemplazó  cuando el primero  fue  al norte a defender la causa de Chile  en la Guerra del Pacífico. El coronel  Urrutia  usando la misma estrategia  de Saavedra, consistente en ganarse la voluntad de los indios por medio de actos de justicia, que lo hicieron respetado en  todo ese indómito territorio, como un hombre justo  y leal  que  trataba al indígena  con dignidad, lentamente  fue afianzando la ocupación de la Araucanía, teniendo como un importante punto de apoyo para su misión  el Puerto de Lebu, que en esa época también surtía de carbón a los buques  de guerra de la  Armada  Nacional, que limpiaban de enemigos  las aguas del Pacífico.

 

Sueño de grandeza

 

Las especiales condiciones estratégicas de este puerto una vez concluida la guerra  contra

Perú y Bolivia,  calmados los ímpetus guerreros de los mapuches y consolidado  el ferrocarril como el mas importante medio de transporte existente en el planeta, se planificó la construcción de una vía férrea que  uniera  los Océanos Pacífico y Atlántico. En Argentina su terminal sería  Bahía Blanca y en Chile el Puerto de Lebu. Sueño que por muchos años fue acariciado en ambos países, especialmente en el nuestro, que hizo grandes obras de ingeniería para concretarlo, como el túnel de Las Raíces  de  4.528 metros de extensión (el mas largo de Sudamérica)  situado a  mas de 1.000 metros de altura sobre el nivel del mar, el cual  tuvo un costo sideral.

En estos tiempos de globalización  e integración  que vive la humanidad  es muy factible  que ese proyecto ideado a principio del  siglo XX sea realidad. Entonces Lebu  se consolidaría como un puerto muy  activo en el futuro de Chile, tal como lo fue cuando este país se forjó como nación  soberana.

En 1895  llega a Valdivia desde Alemania  don Manfredo Landsberger, para trasladarse a Lebu  tres años después,  donde se asocio con otro ciudadano  germano llamado Armando Wuppert, ambos crean la curtiembre Wuppert Landsberger la cual alcanza un enorme desarrollo  al  curtir cueros por  medio de un revolucionario invento del señor Landsberger consistente en un sistema que se llamó (proceso de mineralización) con el cual llegaron a producir cincuenta tipos de cueros diferentes aptos para cubrir la inmensa gama de industrias que usan este material,  y su prestigio fue tal, que obtuvo primeros premios de calidad en la Exposición Internacional de Quito (Ecuador) en 1909, Centenario de Chile en 1910  y muchos otros en diversas latitudes, hasta ser considerada la industria de su tipo mas importante del país.

Este puerto a estado marcado por acontecimientos muy duros en su existencia los que con el empuje de sus habitantes a superado. Uno de ellos fue el naufragio en Punta Morguilla  del transporte Angamos de la Armada Nacional aquel trágico 7 de julio de 1928 donde de una tripulación de 298 personas que viajaban en él  compuesta por 108 marineros y 80 pasajeros entre los que habían hombres y mujeres, ancianos y niños solo salvaron con vida seis personas  y se pudieron rescatar 83 cadáveres. Tragedia esta que enlutó el alma del país. Sin embargo un poco mas de un año después de superado este terrible drama, en un acto inédito entre los pueblos de Chile, la ciudad de Lebu donó al Palacio de La Moneda de Santiago  dos cañones de cobre llamados Relámpago y Furioso,  los que el gobierno agradecido de este gesto de Lebu ordenó instalarlo en el Patio de Los Naranjos del palacio de los presidentes de Chile.

La ciudad de Lebu  por estar asentada en un lugar tan estratégico fue escenario principal de hechos bélico desde sus albores y sobreponiéndose a ellos, logró convertirse en un faro de progreso, que enorgullece a sus residentes  y  añoran sus hijos que el destino llevó  lejos por los caminos de la vida en busca de nuevos horizontes. La dejamos  tristes  al partir,  y la tenemos marcada en el corazón  recordándonos sus parajes  imborrables como la  maestranza  y  planta carbonífera  a los pies del  Bocalebu, balcón que nos permite ver desde la altura  inolvidables  paisajes  del pueblo que nos vio nacer. La panorámica perfecta de la ciudad, el puerto marítimo en el que se mecen las naves de alta mar, y el activo puerto artesanal en la ribera sur del  río donde tienen su centro de actividad los pescadores. Allá lejos al norte están las cavernas de diversas formas y dimensiones,  destacando  la Caverna de Benavides, llamada así porque en ella  el renegado Vicente Benavides tenía su guarida  durante la  llamada Guerra a Muerte.

Es latente el susto que se siente al cruzar  el  túnel  de un centenar de metros de largo, para acceder a la playa de Millaneco y su complejo turístico, la Playa Grande, donde se une el mar con el campo y la  playa  Morguilla  en la que abundan  las Machas, que son sus mayores pobladoras. Situado este centro de esparcimiento  al  sur de Lebu  es ideal para practicar el turismo aventura, ya que la alta marea  provoca  el fenómeno de convertir la  playa en isla. Todo es añoranza hacia esta generosa tierra prodiga en historia y hermosos paisajes que invitan al turista a conocerla y hacer de ella su lugar preferido para el descanso.

 

Fin