Sindicatos aconsejan a la OMC:

'Arréglelo o no lo haga'

Por Scott Marshall

SEATTLE - En el segundo día de las protestas "oídas alrededor del mundo" contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), el movimiento laboral demostró su poder. Más de 50.000 sindicalistas y sus partidarios marcharon en una protesta militante y pacífica por esta cuidad sindical. La marcha masiva desde el Estadio apareció un "Río de la Humanidad". Llegaron desde 144 países y 50 sindicatos estadounidenses - sindicalistas, ambientalistas, estudiantes, activistas del movimiento por la paz y representantes de los pueblos indígenas - marchando por todo el ancho de la calle y gritando ¡"Oigan, oigan, la OMC tiene que ir"!

Había contingentes de obreros siderúrgicos vestidos de ponchos azules, maquinistas en ponchos blancos y tronquistas en ponchos amarillos. Había miles de jóvenes y carrozas grandes incluyendo uno con un letrero que leía "La exportación más grande de la GE: Trabajos". Una carroza del grupo Greenpeace, en forma de gran condón de color verde llevaba el lema "Practique el Comercio Seguro y Libre ". Había un grupo entusiasmado de sindicalistas franceses de la CGT (su equivalente a la AFL-CIO) marchando detrás de una gran bandera de su confederación y gritando "Toutes ensemblement" ("Todos estamos juntos"). Muchos letreros proclamaban, "Cese el bloqueo de Cuba". Una contingente de alrededor de 50 marchó con las banderas del Partido Comunista EUA.

Tom Car es vice presidente de la Local 998 del sindicato unido de los obreros siderúrgicos en Ciudad de Oklahoma representante de los obreros del caucho. "Estados Unidos está llegando a ser un país del tercer mundo", informó a El Mundo. "Estamos trabajando turnos de 12 horas, tres días de la semana, y es la OMC que socava la jornada de ocho horas". El sindicato internacional de los estibadores de la Costa Occidental le brindó un toque militante al día al convocar paros en todos los puertos de la costa pacífica y detener la carga y descarga de docenas de naves a fin de honrar las protestas contra la OMC.

Típicamente los medios del gran negocio mayormente no hicieron caso de la marcha sindical y enfocó los escasos conflictos entre la policía y un puñado de manifestantes determinados a destruir varias propiedades. Muchos creen que las acciones del vandalismo constituyeron provocaciones deliberadas a fin de disminuir la importancia del movimiento masivo, serio y creciente contra la globalización, al estilo de la OMC. "Ni siquiera sabemos de donde vinieron estos tipos. Vistieron el color negro como una clase de ninjas (brujos) con las caras cubiertas", según una manifestante preocupada de nombre Jill. "Le regalaron a la policía una excusa perfecta para poder envenenarnos con gas. Vi a mucha gente con nosotros tratando de impedir que destruyeran las tiendas y rompieran los escaparates. Una amiga incluso tumbó a uno para detenerlo".

Es importante no confundir a los provocadores con los manifestantes que empleaban la desobediencia civil pacífica para poner en relieve sus puntos contra las prácticas destructivas y no democráticas de la OMC.

Por la mañana del segundo día tanto como 7.000 manifestantes no violentas se encadenaron el uno al otro en las encrucijadas claves cerca del mitin de la OMC. Lograron la cancelación de las ceremonias de apertura de la OMC. Muchos de los que marchaban ovacionaron al saber que se le impidió a la Secretaria de Estado Madeleine Albright llegar al mitin.

El presidente de la AFL-CIO John Sweeney, el presidente del sindicato unido de los obreros siderúrgicos de Norteamérica (USWA) George Becker y otros líderes altos del movimiento laboral demostraron su solidaridad con los manifestantes pacíficos cuando se unieron momentáneamente con su ocupación de la calle ("sit-in") por unos minutos al llegar la marcha de los sindicalistas al sitio del mitin de la OMC.

Consta que la semana de protestas ha incidido sobre el mitin de la OMC. El Presidente Clinton fue el único jefe de estado concurrente, puesto que los demás se alejaron antes del mitin. Parece que con sólo la amenaza de las protestas se agraviaron las tensiones entre los socios de la OMC. No se había acordado la agenda completa antes del mitin y muchas naciones querían abrir de nuevo cuestiones supuestamente arregladas ya en las negociaciones previas de la OMC.

El Director General de la OMC Michael Moore, nervioso y defensivo, anunció en el segundo día, "Esta conferencia será un éxito. Los asuntos son demasiado importantes para hacerles caso omiso". La policía de Seattle estaba bien preparada para reaccionar de modo exagerado. Empleando el gas lacrimógeno y el rocío de pimentón atacaron a los manifestantes no violentos que ocupaban las calles. La muchedumbre gritó, "¿Mundo de quienes? ¡De nosotros! ¿Calles de quienes? ¡De nosotros"!

Aunque no arrestaron a ninguno de los provocadores al estilo ninja (brujo), sí fueron detenidos 22 de los manifestantes y encarcelados en el complejo encarcelador de la Marina en Seattle. Parece que algunos fueron golpeados y lastimados. Más temprano el mismo día, según se informó, algunos manifestantes fueron heridos por balas de caucho. La cuidad negó los informes. Luego reporteros observaron a los policías al usar éstos pistolas de perdigones para disparar proyectiles plásticos. Este reportero observó varios manifestantes heridos por la cabeza y ensangrentados a raíz de las pistolas de perdigones. Por todo el día surgieron informes de policías con pistolas de perdigones tirando al azar a los manifestantes como respuesta a las provocaciones verbales. Las acciones de los policías enojaron a muchos de los espectadores que no participaban en las manifestaciones, incluyendo a algunos de los delegados de la OMC.

Después de utilizados el gas lacrimógeno y el rocío de pimentón las tensiones aumentaron. Los policías, usando porras muy largas y escudos, reunidos con varios policías a caballo, marcharon por las cuadras de la ciudad, empujando a toda persona de por medio.

A pesar del enfoque del gran negocio en las provocaciones, la semana de protestas y actividades contra la OMC en Seattle resultó ser una experiencia grande para la mayoría de los participantes. La semana presentó marchas, manifestaciones, mítines, foros, conciertos y sucesos sociales. Incluso frente a la lluvia fría y el viento, los sucesos al aire libre fueron apretados. Jim Wren, obrero de metal de Missouri, comentó, "Lo que más me impresiona es como todo el mundo se está uniendo. Algunos de mis amigos no pensaron nunca que marcharían en una manifestación, mucho menos con los que llamaban los abrazadores de arboles. Pero, oiga, todos empezamos
a ver que estamos juntos. A esos tipos [la OMC] no les importa más el medio ambiente que el pueblo obrero ordinario".