Ulibros - Estudio - L`Animita

i de buscar identidad chilena se trata, he aquí un elemento infaltable a lo largo de todo el territorio nacional: "la Animita".

A lo largo de la línea del tren, el ardor del desierto nortino, entre los amenazantes roqueríos de la costa, a un costado de la curva peligrosa en la carretera, en las calles más transitadas de las grandes urbes, entre los recovecos de nuestra escarpada cordillera...en cualquier punto donde nuestro paisaje se torna riesgoso para la vida, suele encontrase una de estas diminutas casitas que llaman la atención de quien por ahí transita sin tener conocimiento de una de las tradiciones populares más arraigada en la conciencia colectiva chilena.

Oreste Plath, en su afán por registrar los elementos que constituyen parte del folclor chileno, entrega en este libro el resultado de una contundente investigación que se adentra en estas manifestaciones rituales. "Nace una 'Animita' por misericordia del pueblo en el sitio en el que acontece una 'mala muerte'", así inicia don Oreste la Hagiografía Folclórica que hila fino en esta tradición popular destinada a honrar el alma, la 'ánima', de las personas que mueren trágicamente y a quienes se les atribuye poderes para resolver "mandas".

En el sitio donde ha ocurrido esta "mala muerte" se levanta una pequeña caseta, donde se prenden velas, se escriben notas solicitando favores, se depositan flores, se crea todo un peregrinar que el autor conoce muy bien y describe acabadamente.

En la segunda parte del libro "estampa de ánimas", tenemos acceso a la historia de más de treinta animitas repartidas a lo largo del país. Trágicas muertes, cuyos protagonistas han adquirido fama y ganado la devoción de innumerables fieles que de trasladan hasta el sitio donde acaeció esta "mala muerte" para honrar el alma de la víctima, hacer peticiones y agradecer "favores concedidos" mediante placas metálicas con mensajes y nombres grabados que de adosan a la "casita" para dar cuenta de la efectividad de estas ánimas elevadas a la calidad de "santos" por la tradición popular.