The Wayback Machine - https://web.archive.org/all/20040207053501/http://www.unfpa.org:80/spanish/issues/briefs/index.htm
Cuestiones de Población:
Prefacio
EnglishFrenchSpanish
next
La extrema pobreza priva las mujeres y a los hombres de reales opciones, oportunidades y servicios básicos para mejorar sus situaciones. Debido a la desigualdad y la discriminación, las mujeres son quienes más sufren. La cuarta parte de todas las mujeres residentes en países en desarrollo resultan perjudicadas en algún momento de su vida por la ausencia de servicios adecuados de salud materna. Cada minuto, una mujer pierde la vida durante el embarazo o el parto debido a que no recibió atención adecuada y tratamiento sin tardanza. Esto constituye un descuido letal. Al intensificar las actividades para la maternidad sin riesgo, especialmente la atención obstétrica de emergencia, cada año podríamos salvar las vidas de medio millón de mujeres y siete millones de niños menores de un año y prevenir infecciones, lesiones y discapacidades en millones de mujeres. Cuando las mujeres están educadas y gozan de buena salud, se benefician sus familias, sus comunidades y sus países.

Tal vez en ningún sector sea la necesidad de servicios de salud reproductiva más urgente que en la lucha contra el VIH/SIDA. Cada día, hay 14.000 nuevos contagios y la mitad de ellos ocurren en jóvenes de menos de 25 años de edad. Muchos de ellos saben muy poco acerca de la enfermedad y la manera en que se transmite el virus. De todos los grupos, los más vulnerables son las mujeres y los jóvenes. En algunos países africanos, las jóvenes adolescentes tienen probabilidades seis veces mayores de estar infectadas con el VIH que los varones de la misma edad. Los servicios de salud reproductiva que habilitan a las mujeres y los jóvenes comunicando mensajes que salvan vidas e impartiendo conocimientos prácticos, contribuirán a frenar la propagación del VIH/SIDA y a reducir los mayores sufrimientos y trastornos sociales y económicos.

También es preciso que intensifiquemos las actividades de planificación de la familia. En el mundo en desarrollo, actualmente las mujeres tienen la mitad del número de hijos que tenían en el decenio de 1960, pero en los países más pobres las tasas de fecundidad permanecen a niveles muy altos, debido a la falta de servicios sociales. En las dos últimas generaciones, las mujeres han optado por tener familias más pequeñas y la próxima generación hará lo propio si dispone de servicios de educación y de salud reproductiva. No obstante, hay 350 millones de parejas que carecen de acceso a una gama de servicios de planificación de la familia eficaces y de costo asequible, y se prevé que en los próximos 15 años aumentará en un 40% la demanda de esos servicios.

No podremos salir victoriosos en la guerra contra la pobreza a menos que destinemos más recursos a las mujeres y la salud reproductiva. Los países en desarrollo que han efectuado inversiones en salud y educación y así han posibilitado que las mujeres efectúen sus propias opciones en materia de fecundidad, han tenido un crecimiento económico más acelerado que los países que no han hecho lo propio. Cuando las parejas pueden escoger el número y el espaciamiento de sus hijos, así como el momento de tenerlos, están en mejores condiciones de velar por que haya suficientes recursos para que cada miembro de la familia prospere y avance. Actualmente, los mayores déficit en el acceso a servicios de salud afectan a los grupos más pobres de población. Al encauzar los recursos hacia servicios de salud reproductiva, podemos salvar vidas, estabilizar el crecimiento de la población, frenar la propagación del SIDA, reducir la pobreza y propiciar la igualdad de género. Cumplamos con lo prometido y efectuemos esas excelentes inversiones.