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Ginebra, Suiza 26 de octubre de 2005 Operaciones de socorro en las zonas afectadas por el terremoto en PakistánEMBAJADOR KEVIN E. MOLEY: Muchas gracias por su presencia. Soy el Embajador Kevin Moley de la Misión de los EE.UU. en Ginebra y es para mí un verdadero placer tener conmigo a tres distinguidos altos funcionarios estadounidenses que nos van informar de las operaciones de socorro en Pakistán. Primero hablará el Sr. Andrew Natsios, Administrador de la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional; seguidamente lo hará Kristen Silverberg, Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos de las Organizaciones Internacionales; y por último, Paul Patrick, General de División del Departamento de Defensa, en representación de los jefes de Estado Mayor. Andrew, por favor. ADMINISTRADOR NATSIOS: Muchas gracias. Quiero explicar con más detalle algunas de mis observaciones anteriores acerca de los procedimientos más innovadores que vamos a usar en esta emergencia, porque la impresión prevalente es que la respuesta a las emergencias consiste, básicamente, en trasladar artículos de un lugar a otro. El público ve barcos y aviones que llegan cargados con tiendas y ese tipo de cosas. Pero la verdad es que al responder a las emergencias, el primer principio consiste en restablecer los mecanismos que permiten a la gente atender a sus propias necesidades. Por eso, tenemos que ver las operaciones de socorro como mecanismos que facilitan ese proceso y no solamente para trasladar artículos de un sitio a otro, aunque los artículos también son muy importantes. Así, por ejemplo, en lo que se refiere a albergue, que es la crisis con la que nos enfrentamos ahora, dado que en las próximas semanas los pasos estarán bloqueados por la nieve y algunas aldeas serán inaccesibles el resto del invierno. Por eso estamos trabajando con todos los donantes, con los organismos de las Naciones Unidas y las ONG para conseguir el mayor número posible de tiendas. Unas 112.000 tiendas ya han sido distribuidas por el Gobierno de Pakistán y la comunidad internacional y otras 200.000 están encargadas y a punto de llegar. No obstante, esto todavía deja un déficit de 88.000 tiendas. La cuestión es, naturalmente, qué vamos a hacer para solucionar este problema. Permítanme que se los explique. Lo primero que hacemos es ver cuántas de las viviendas tienen, al menos, una habitación habitable. Tal vez el resto de la casa está destruido, pero muchas casas están parcialmente destruidas. Y lo que tratamos de hacer, lo hemos hecho ya en un par de emergencias y funciona, en particular en climas fríos, es asegurarnos que haya una habitación caliente en cada una de las casas parcialmente destruidas, y si eso supone arreglar el tejado de la casa para que aguante el invierno, eso es lo que hacemos. Es decir, que el primer paso es restaurar las viviendas existentes, porque la gente, según todas las pruebas que tenemos de emergencias anteriores, quiere estar cerca de su casa y de su propiedad. Las gentes de estas aldeas temen que si se van, perderán sus tierras. En Pakistán hay problemas con la tenencia de tierras. Tenemos que ser sensibles a los temores de los residentes y los valores de la comunidad. No queremos obligarlos a marcharse ni instarles a irse cuando les preocupa la tenencia de sus tierras, porque la tierra es lo más preciado para ellos. Así pues, al facilitar la reparación de edificios y hogares parcialmente destruidos, antes de que llegue el invierno, podemos dejar atendidas a algunas personas. Otro recurso que le queda a la gente para mantenerse a flote es el siguiente. La experiencia nos ha enseñado que el segundo mecanismo al que recurre la gente en casos de emergencia, en particular catástrofes naturales, es irse a vivir con sus demás familiares en viviendas que pueden estar intactas, en una aldea o ciudad vecina, en las tierras bajas, y por ese motivo ponemos en marcha un sistema de cupones como apoyo a las familias extensas que acogen a parientes evacuados de las zonas siniestradas de las que han sido desplazados por la destrucción total de sus viviendas. Es decir, que nuestra idea es reasentar a la gente en casa de sus parientes. Esto supone una carga adicional sobre las familias extensas en cuanto a provisión de alimentos, camas y ropa de cama, que es lo que les queremos facilitar. La tercera opción es utilizar instalaciones comunitarias. A veces es posible encontrar edificios de mercados, que son negocios particulares; otras, naves públicas, del pueblo o la ciudad, que se pueden usar. Esto es lo que hicimos en Bosnia con buenos resultados; en particular, para que la gente tenga un albergue donde pasar el invierno, porque estos inviernos son muy crudos. Además, el material del que están hechas las tiendas puede no ser ni siquiera adecuado, sobre todo el de algunas de las tiendas que nos están llegando. Por último, trataremos de reclutar a familias que, sin ser parientes de las personas desplazadas, están dispuestas a acogerlas si se les ofrece algún tipo de aliciente financiero, como cupones, que les permita recibir a familias desplazadas, aun cuando no estén emparentados con ellas. Hemos estado discutiendo esta posibilidad con las ONG y con los donantes y es una solución que creo que funcionará. Otro método que estamos tratando de utilizar, en realidad ya estamos empezando a aplicarlo con las ONG y el Gobierno de Pakistán, es poner a la gente a trabajar de nuevo y dar un salario diario al sostén de la familia que esté en buenas condiciones físicas, para empezar las operaciones de limpieza. Queremos instituir programas de empleo en masa que nos permitan dar comienzo a los trabajos de desecombro, para facilitar el proceso de reconstrucción, pero también, y sobre todo, para incrementar el ingreso de la familia, porque estas familias ahora no tienen trabajo ni fuente de ingreso. Al mismo tiempo, es una especie de intervención terapéutica, porque cuando la gente no trabaja y piensa en lo que ha perdido, cae en la depresión. Y lo que hemos observado en otras emergencias es que mantener activa a la gente contribuye al proceso de recuperación psicológica, porque estas emergencias son sumamente traumáticas. Lo último que estamos haciendo es, en vez de importar artículos de socorro de fuera, vamos a trabajar a través de las ONG comunitarias para dar cupones a la gente que ha perdido su hogar y puedan ir a los mercados de sus comunidades, que estamos tratando de restablecer, y se confeccionarán listas de artículos aprobados, como camas y ropa de cama, cacharros de cocina, hornillos para guisar, cubiertos. La gente podrá comprar estos artículos con los cupones, que los comerciantes canjearán después por el dinero correspondiente en las ONG. Esto lo hemos hecho con éxito en otros dos casos y ha sido una buena solución. Lo que hace es alentar el restablecimiento de los mercados. Fomenta la producción local, la compra local y los sistemas de mercado locales, al tiempo que se vale de medios no oficiales de transporte para llevar las mercaderías, porque muchos de los medios públicos de transporte están ahora destinados exclusivamente a evacuar a la población de zonas remotas y transportar los suministros de donantes internacionales. Lo que estamos tratando de hacer es suplir con mercados y mecanismos no oficiales el sistema de socorro internacional, porque a menos que utilicemos ambos, no podremos alcanzar nuestras metas. Estos son algunos de los procedimientos que estamos usando.
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