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CENTENARIO PEDRO GARCIA CABRERA

PEDRO GARCÍA CABRERA. GOMERO UNIVERSAL

UNA EXISTENCIA POÉTICA ENTREGADA A LA LIBERTAD

(Vallehermoso 19 de agosto de 1905 – S/C de Tenerife 20 marzo de 1981)

Centenario del nacimiento del Poeta El Palmar-Vallehermoso. Lugar de nacimiento de García Cabrera

   TAMBOR DE SEQUÍAS

Se olvidaron los chapines

de que para el agua fresca

no existe vaso mejor

que una hoja de ñamera.

 

Ay como suena de sed

el tambor de La Gomera

Sólo son riscos pelados

la de ayer fuente bermeja.

Los ojos de Santa Clara

manan solamente piedras.

 

Ay como suena de sed

el tambor de La Gomera

Los montes de mi niñez

se están muriendo de pena

porque los Chorros de Epina

ya no suman sino restan.

 

Ay como suena de sed

el tambor de La Gomera

Los silbos se desvanecen

y los guinchos son ausencia.

Adiós guirres, aguelillas,

barbusanos y tederas.

 

 

El poeta en su niñez

Foto de su infancia en Vallehermoso

 

Hace unos días, y a raíz de los diversos actos de conmemoración del centenario del nacimiento de Pedro García Cabrera, escuchamos unos comentarios de alguien vinculado a la administración cultural de Canarias, restándole relevancia al hecho de que el poeta hubiese nacido en Vallehermoso, La Gomera. Pero, después de leer estos hermosos versos de Tambor de Sequías ¿quién  se atrevería a poner en duda los sentimientos gomeros de Pedro García Cabrera? Precisamente su universalidad radica, entre otras cosas, en su vinculación con la tierra que lo vio nacer.

 

PEDRO GARCÍA CABRERA. INFANCIA Y JUVENTUD.

 

Nace Pedro García Cabrera en Vallehermoso, isla de La Gomera, el 19 de agosto de 1905, donde permanece hasta los siete años. En su infancia, en su casa del Palmar Bajo, tuvo nuestro poeta los primeros contactos con la poesía, como este “pie de romance” que escuchaba de niño de labios de su abuela.

"Cae el agua da en la piedra

   rebota y moja la hiedra"

Su madre y sus tías tocaban la guitarra y cantaban cantares, como éste, que tanto habría de marcarle:

 “A la mar fui por naranjas

 cosa que la mar no tiene

 metí la mano en el agua

 la esperanza me mantiene”.

 

Un adolescente García Cabrera

 El joven poeta con sus hermanos

 

Como bien dice Elfidio Alonso en sus “Estudios sobre el folklore canario”. “A ella –la esperanza- se aferró nuestro poeta durante la larga espera del franquismo, en confianza de que alguna vez, como premio a su paciencia y a mantener enhiesta la bandera de la esperanza, la mar dejase en las playas las naranjas democráticas de la libertad y la justicia.

   A los siete años marcha a Sevilla, donde su padre, tinerfeño, va destinado como maestro. Más tarde regresa a Tenerife donde inicia sus estudios de bachillerato, fijando su residencia en esa isla.

   En 1922 comenzó su actividad literaria, apareciendo sus artículos en revistas y diarios locales. Sus primeros poemas serían publicados en el diario ‘Gaceta de Tenerife’ en el año 1925. Durante los años 1926, 1927 y 1928 publicará en la revista ‘Hespérides’, de la que llegaría a formar parte del Consejo de redacción, y donde vería la luz su primera obra de relevancia “Líquenes” (1928). En 1930 junto con un grupo de escritores canarios (Rodríguez Doreste, López Torres y Juan Ismael) funda la revista ‘Cartones’ ya de tendencias vanguardistas, y dirige la publicación gomera ‘Altavoz’.

 

 

Altavoz.  Decenario de la juventud gomera

 García Cabrera en su juventud

Pedro García Cabrera (5-11-1934)

 

PEDRO GARCÍA CABRERA Y ALTAVOZ (1930-1931)

 

Del compromiso del poeta con su isla natal, queda clara constancia en su participación activa en ‘Altavoz’, publicación de carácter decenal (cuando no era secuestrada por las autoridades) que servía de expresión de la ‘Agrupación Juvenil Gomera’. Pedro García Cabrera fue su director y eran alma de su publicación Gabriel Mejías Fragoso, Ulises Herrera y Guillermo Ascanio.

   Como queda reflejado en el libro “Vallehermoso. El Fogueo”: “Fue ‘Altavoz’ un periódico fundamental en la historia política de esta etapa de La Gomera. Desde sus modestas cuatro páginas se abarcaba todos los problemas que aquejaban a la Isla y se denunciaba a sus causantes. El caciquismo era puesto en la picota cada diez días, en la sección ‘Por el ojo de la llave’, en la cual se utilizaba todos los recursos del ingenio gomero para criticar a los responsables caciquiles de la Isla. Fue “ALTAVOZ” un creador de conciencia de los gomeros, catalizador de las propias rebeldías, organizador político y social. Dejó de salir por cuestiones económicas”.

 
 

Vallehermoso primeras décadas del siglo XX

 

PEDRO GARCÍA CABRERA DURANTE LA II REPÚBLICA

 

 En abril de 1931 acude a las elecciones en la listas de la coalición republicana-socialista que derrocaría a la monarquía borbónica.   Será uno de los portavoces del partido socialista en el Ayuntamiento de Santa Cruz y en el Cabildo Insular de Tenerife, además de dirigir la publicación ‘El Socialista’. Fue cofundador de ‘Gaceta de Arte’ (1932-1935) que le edita su segunda obra poética “Transparencias fugadas” (1934). También comienza su tercera “La rodilla en el agua”, aunque ésta última no se publicaría hasta 1981.

   En este año de 1934, por decisión judicial es obligado a irse de Tenerife, exiliándose en Tafira (Gran Canaria). Un año después conoce a André Bretón y Benjamín Peret en la II Exposición Internacional de Surrealismo celebrada en Tenerife, y suscribe un manifiesto de adhesión a este movimiento.

 
 

Primero de mayo en Vallehermoso 1936

 

Correillo Viera y Clavijo. Utilizado para la fuga de Villa Cisneros

 

PEDRO GARCÍA CABRERA Y LA GUERRA CIVIL

 

Por sus ideas socialistas, es detenido, junto a otros políticos republicanos el 18 de julio de 1936, siendo conducido, primeramente a una prisión flotante y luego al campo de concentración de La Isleta (en Gran Canaria). El 19 de agosto es deportado, con treinta y siete compañeros más, en el correillo ‘Viera y Clavijo’ al campo de prisioneros de Villa Cisneros, actual Dakhla (Sáhara). Experiencia que narrará en su “Romancero Cautivo” con el poema ‘Con el alma en un hilo’.

   En marzo de 1937 protagoniza una espectacular fuga, junto con un grupo de presos y de soldados que desertan del bando ‘nacional’, y tomando el correíllo ‘Viera y Clavijo’ ponen rumbo a Dakar (entonces colonia francesa). Entre los evadidos se encontraba Salvador Montesinos, natural de Valle Gran Rey y militante de izquierdas que tiene una participación activa en la fuga.

Se instala durante un tiempo en Dakar hasta que viaja a Marsella, desde donde se traslada a España en ferrocarril. Entonces escribió:

 

Pasar en unas horas de un territorio que está en paz a otro en guerra fue terrible; habíamos dejado atrás un país apacible, y ahora nos encontrábamos con las huellas de la guerra: estaciones bombardeadas, pueblos destruidos, gente con cara de hambre y rabia... Aquello era la noche, la desolación, el caos”.

 

 
 

Se integra en el ejército republicano, en el frente de Andalucía, incorporándose al servicio de inteligencia militar. Una noche, cuando regresa en jeep de una misión desde Andújar a Jaén, el vehículo es arrollado en un paso a nivel por un tren cargado de heridos, accidente en el que mueren cuatro de sus compañeros. Él sufre graves quemaduras en las piernas; es ingresado en el hospital civil de Jaén.

   Trasladado posteriormente a Baza será nuevamente hecho prisionero y condenado a treinta años de prisión, siendo puesto en libertad vigilada en 1946. Tras la cual contrae matrimonio, en 1948, con Matilde Torres, a la que había conocido años atrás durante su convalecencia en el hospital. En el tiempo que duró su encarcelamiento en el Sáhara y en Granada termina varias obras como “Entre la guerra y tú (1936-39), “Romancero cautivo” (1936-1940) “La arena y la intimidad” y “Hombros de ausencia” (1942-1944) “Viaje al interior de tu voz” (1944-46). Estas obras permanecerán inéditas hasta la publicación póstuma de sus “Obras completas” en 1987.

 
 

Primer plano del joven poeta

García Cabrera en los años años 40

A la mar fui por naranjas

 

 
   

DE REGRESO EN CANARIAS

        

De regreso a Tenerife, consigue un empleo burocrático. Se instala en Tacoronte, para pasar más tarde a Santa Cruz, en donde residirá definitivamente. Al fin en 1951 publica “Día de alondras”. En 1959, en Madrid, “La esperanza me mantiene”. Siguen cronológicamente en 1968 “Entre cuatro paredes” y “Vuelta a la isla”; “Hora punta del hombre” en 1970; “Las islas en que vivo”, 1971;“Elegías muertas de hambre”, en 1975,  “Ojos que no ven”, en 1977 y “Hacia la libertad” (1978), ilustrada con aguafuertes de Jesús Ortiz.
    Para el ensayista Nilo Palenzuela, “García Cabrera es quien ha desarrollado una obra más amplia entre los miembros de su generación. Su contacto con varias promociones literarias le han erigido con frecuencia como orientador de los poetas más jóvenes. Con todo no es un poeta conocido (...) En las últimas décadas de su vida, la personalidad de García Cabrera se ve reconocida de manera progresiva. La frontalidad con que se ha opuesto al régimen franquista y su fidelidad a la creación poética, lejos de cualquier claudicación, son datos que afirman este reconocimiento”.

 

   Al final de los años 70 se le diagnostica un cáncer. Los últimos poemas los escribe en Suecia, convaleciente de su enfermedad. El 20 de marzo de 1981, a la edad de 75 años, fallece en S/C de Tenerife, víctima del cáncer.
En 1997 le fue concedida a título póstumo la Medalla de Oro por el Gobierno de Canarias.

 

 

Algunas de sus Antologías

 

 OBRA LITERARIA

 

Líquenes (1928)

Transparencias fugadas (1934)

La rodilla en el agua (1934)

Los senos de tinta (1934)

Dársena con despertadores (1936)

Entre la guerra y tú (1936)

Romancero cautivo (1936)

La arena y la intimidad (1940)

Hombros de ausencia (1942)

Viaje al interior de tu voz (1944)

 

Día de alondras (1951)

La esperanza me mantiene (1959)

Vuelta a la isla (1968)

Entre cuatro paredes. (1968)

Hora punta del hombre (1969)

Las islas en que vivo (1971)

Elegías muertas de hambre (1975)

Ojos que no ven (1977)

Hacia la libertad (1979)

 

 ANTOLOGÍAS:

A la mar fui por naranjas (1979). Edirca.

Obras Completas (1987). Gobierno de Canarias.

Antología (1993). Centro de la Cultura Popular Canaria.

Poemas (2002). Ayuntamiento de Vallehermoso.

Obra completa de Pedro García Cabrera (diez volúmenes). Ediciones Idea. Próxima publicación.

 

Portadas de trabajos musicales que incluyeron poemas del poeta García Cabrera

 

PEDRO GARCÍA CABRERA Y LA MÚSICA

  • Colaboraciones ocasionales con su hermano Diego (fundador de Los Huaracheros).

  • Elfidio Alonso puso música a ‘Tambor de Sequías’. Tema emblemático del repertorio de Los Sabandeños. Aparece en "Seguidillas del Salinero" (1977)

  • En el trabajo colectivo llamado 'Nueva Canción Canaria' (1985), el poema ‘A voz en cuello’ aparece musicado e interpretado por Andrés Molina.

  • Taller Canario.

Ø      En ‘Trapera’ (1986) aparecen: ‘Islas del despertar’ y ‘Parientes ontológicos’ (también musicados por Andrés Molina).

Ø      En ‘Identidad’ (1988) aparece una nueva versión de ‘A voz en cuello’.

Ø      En Castillos de arena (1999). En el tema 'Al mar', Rogelio Botanz pone música a una serie de fragmentos poéticos relacionados con el mar.

  • Mestisay en su trabajo ‘El cantar viene de viejo’ (1992) ponen música a dos poemas de Pedro García Cabrera: ‘Gomera’ y ‘Gran Canaria’

  • El grupo Folklórico Tamendit (de Vallehermoso) en su grabación ‘Chácaras y Tambores’ (1998) hace una versión de ‘Baile del Tamor’ del poema ‘Gomera’ (que en realidad es un romance).

  • El compositor Emilio Coello musicó el poema ‘Isla y mujer’ que en 1999 obtuvo el ‘Primer premio de composición del Centro Canario para la música Iberoamericana’ compuesta para soprano y orquesta, y estrenada el 4 de diciembre del mismo año por la orquesta de cámara Garajonay con la soprano Candelaria González.

  • También algunos poemas de Pedro García Cabrera forman parte del repertorio de Mari Carmen Mulet.

  • Benito Cabrera ha diseñado un espectáculo multimedia que ha llamdo ‘A voz en cuello’ que paseará por las islas en conmemoración  del centenario del nacimiento del poeta. Incluye los poemas: Confidencia de la mar, Gomera, Tocayo de esperanza, Alondra de los dos gatos, El alba urge, Dondequiera, Gran Canaria, Polución, Folías, Juguemos al ping pong, Parientes ontológicos, Erre con erre de la transparencia, Alondra de la escalera rota, Vengo-voy, Tambor de sequías, Un día habrá una isla, Pesadilla, A la mar fui por la paz, La paz de la mar y A voz en cuello

  • El poema ‘Un día habrá una isla’ aparece recitado con acompañamiento musical de Benito Cabrera y Víctor Batista en: ‘Los mejores poemas de ayer y hoy’ (Centro de la Cultura Popular Canaria, 1989)

 

 

Pedro García Cabrera, reconocido genio de la literatura canaria

DESCENDIENTE DE LA MAR

 

No soy de una ciudad.

Pertenezco a la mar.

Cunas de agua,

sonajeros de islas,

peninos de rumores

y compás de gaviotas.

Esto es la herencia

de mi sangre en vilo.

Estoy empadronado en las tormentas

que identifican mi carné de hombre.

Soy un manumitido

de las tierras del llanto

y hasta me reivindican las espumas

ciudadanías de pureza.

Y voy sin llaves.

Aborrezco las puertas y las rejas.

Y aún en medio de los desencantos

ando en mis rebeldías

de volver a nacer en los que amo.

 

Valle Gran Rey, 1-VIII-75

Nodriza de mi voz (1967-1980)

PAISAJE NATIVO

 

Cualquiera de estas piedras

-chácaras del silencio-

puede croar la hoguera de mi infancia,

mirarme desde atrás, desde un barranco

o de una sombra de palmera.

Son cimientos lejanos de otros días,

bultos de la ternura,

dureza que humaniza mis palabras.

Ninguna de estas piedras

sabe herir por si misma.

Pueden su soledad, duermen y velan

su imposible esperanza

de volver a los hombros de las cumbres.

Y sin ellas me siento,

badajos del camino,

resueno como el mar.

 

Vallehermoso, 22-VII-75

El verso que salta (1960-1980)

 

 

GOMERA

 

A mi prima Camila Trujillo Cabrera

 

A cara o cruz he lanzado

a la mar una moneda;

salió cuna y nací yo:

cuna o concha es la Gomera.

Súbete al roque más alto,

silba con todas tus fuerzas

hacia atrás, hacia la infancia,

a ver si el eco recuerda

las bordadas camisillas

que abrigaron mi inocencia.

Sílbame más, mucho más,

que oiga las primeras letras

del alba silabeando

los renglones de mis venas.

Silba, silba sin cesar,

y tráeme la escopeta,

los caballitos de caña

con sus bridas y cernejas,

el croar de los barrancos

y las palmas guaraperas.

Silba, silba sin descanso,

hasta llamar a la puerta

de los que en lucha cayeron

con la rebeldía a cuestas.

Sílbame el Garajonay,

que va siempre sin pareja

bailando el santodomingo

camino de las estrellas.

Sílbame el ritmo de fuego

con que danzan tus hogueras

dando a la noche madura

la juventud doncella.

Sílbame el faro sus luces,

los alfileres que vuelan

a hundirse en el acerico

redondo de las tinieblas.

Sílbame la sal y el agua,

Sílbame el pan y las penas,

y la libertad que amamos

sílbala a diestra y siniestra.

Cierto que no morirás,

mas si algún día murieras

entra en el cielo silbando

y silbando pide cuentas

de por qué te condenaron

a soledades perpetuas.

Y ahora silba más hondo,

silba más alto y sin tregua,

silba una paloma blanca

que dé la vuelta a la tierra.

 

 

 

 

UN DÍA HABRÁ UNA ISLA

 

 A mi sobrina Mª de los Ángeles García Soto

 

 Un día habrá una isla

que no sea silencio amordazado

Que me entierren en ella,

donde mi libertad dé sus rumores

a todos los que pisen sus orillas.

Solo no estoy. Están conmigo siempre

horizontes y manos de esperanza,

aquellos que no cesan

de mirarse la cara en sus heridas,

aquellos que no pierden

el corazón y el rumbo en las tormentas,

los que lloran de rabia

y se tragan el tiempo en carne viva.

Y cuando mis palabras se liberen

del combate en que muero y en que vivo,

la alegría del mar le pido a todos

cuantos partan su pan en esa isla

que no sea silencio amordazado.

 

Las Islas en que vivo (1971)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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