El Grito de Independencia.



Los colonos de la Nueva España, incluyendo a los ricos, criollos, indígenas y latifundistas, ya no deseaban compartir la riqueza del nuevo pueblo con la nación española, éste era el pretexto principal para pensar en la Independencia.

Para 1808, Napoleón ocupa España, ésta última Nación se defiende del invasor. México aprovecha ésta oportunidad y al conocer la noticia de la Invasión francesa, aparecen carteles por todo el país, promoviendo el movimiento de la Independencia.
Napoleón Bonaparte (1769-1821)



Miguel Hidalgo y Costilla
(1753-1811)
Se hicieron varios movimientos y levantamientos, sin embargo fueron retenidos rápidamente. No fue sino hasta la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre y maestro Miguel Hidalgo y Costilla, un viejo acomodado y cura del pueblo de Dolores, puso en la calle a los presos y en la cárcel a las autoridades españolas del lugar, luego llamó a misa, y desde el atrio pidió al pueblo a unírsele en una "causa": derribar al mal gobierno.


Este hecho, denominado oficialmente "Grito de Independencia" es el que se considera el punto culminante de la historia mexicana.

El padre sale de su parroquia con 600 hombres, pero en pocos días logra juntar a cerca de cien mil. Su ejército logró tomar prácticamente sin resistencia, las ciudades de San Miguel, Celaya y Salamanca. Tuvo un sangriento combate en Guanajuato, pero logró tomar la ciudad. Después de Valladolid, se dirige a la ciudad de México, ganando en la batalla del Monte de las Cruces donde pidió una conferencia con el Virrey, sin embargo antes de recibir respuesta, tuvo que emprender la retirada en la derrota de San Jerónimo Aculco.



Levantamientos de Independencia.



En muchos lugares más de la Nueva España hubo levantamientos simultáneos, sobre todo después de conocer las acciones del Cura Hidalgo; en León y Zacatecas, Rafael Iriarte se levantó y los frailes Herrera y Villerías hicieron lo suyo tomando San Luis Potosí. En el Centro, se formaron los grupos de Tomás Ortiz, Benedicto López, Miguel Sánchez y otros.
Imagen de Independencia.


En el Sur se inicia la callada actividad de José María Morelos, cura de Carácuaro. En el Occidente hay tres movimientos principales, el de José María Mercado, haciéndose de Tepic y del Puerto de San Blass; el de José María Morales Hermosillo, quien se adueñó de casi toda Sinaloa, incluyendo Mazatlán. El de José Antonio Torres, quien toma Zamora y el 11 de noviembre de 1810 toma Guadalajara.

Imagen de Independencia. Hidalgo después de la derrota de Aculco, se dirige a Guadalajara, en donde expide decretos sobre uso exclusivo de tierras de comunidad por sus dueños, abolición de la esclavitud, la extinción de los monopolios (sobre todo del tabaco) y la supresión de los tributos que pagaban los indios.


Su ejército se compuso ahora por 30 mil hombres, pero no le fueron suficientes para derrotar al de Calleja en el Puente de Calderón. Después de esta batalla y en la retirada, caen en la trampa que les pone un ex jefe del movimiento libertador de Coahuila. Los cautivos comparecen ante el consejo de guerra e Hidalgo es condenado a muerte, sufriendo la pena el día 30 de julio de 1811.


La Constitución Española de 1811.



Se trata de elegir diputados para el congreso que se reuniría en Cádiz en 1811, a él fueron diecisiete diputados de México, todos criollos menos uno, quienes exigieron igualdad jurídica de españoles e hispanoamericanos, extinción de castas, justicia pareja, apertura de caminos, industrialización, gobierno de México para los mexicanos, escuelas, libertad de imprenta y declaración de que la "soberanía reside originalmente en el pueblo". Algunas de las exigencias lograron triunfar y se incorporaron a la Constitución de Cádiz del año 1812, expedida por aquel congreso.

El virrey Venegas promulga esta Constitución en México en el año de 1813, y procede a darle cumplimiento. Permitió la libre imprenta, hizo elegir democráticamente ayuntamientos, diputados a las cinco diputaciones provinciales que operaban en México y diputados a Cortes. Sin embargo, la Constitución de Cadiz duró muy poco y mal, sólamente estuvo vigente un año y los criollos ricos se opusieron a ella. Imprenta


EL virrey Calleja, sucesor de Venegas abolió la Constitución en 1814, provocando que las filas de los insurgentes engrosaran sobre todo en las filas del cura Morelos. Estos hicieron campañas brillantísimas en 1812 y 1813 al apoderarse de Oaxaca y vencer al jefe supremo del ejército virreinal, el general González Saravia.

José María Morelos y Pavón (1765-1815) Para estos años, la dominación española parecía descender a pasos agigantados. Morelos resolvió entonces crear el Congreso Nacional que le diera una constitución a la nación que nacería. El Congreso de Anahuac se formó con distinguidos intelectuales, criollos de toga y sotana. El Congreso sesionó 4 meses en Chilpancingo. Al inaugurarse en el discurso conocido con el nombre de "Sentimientos de la Nación", el Cura Morelos les pide a los congresistas, las declaraciones de que México es libre e independiente de España, la religión católica la única y verdadera y la soberanía dimana inmediatamente del pueblo y que las leyes moderen la opulencia y la indigencia y alejen la ignorancia, la rapiña, y el hurto. Los congresistas aprueban el 6 de noviembre el acta de Independencia de un manifiesto donde se habla de que no hay ni puede haber paz con los tiranos.


Morelos fue derrotado en Valladolid y los realistas penetraron el Sur. El Congreso tuvo que andar peregrinando por distintos lugares, y cuando llegó a Apatzingán, en octubre de 1814, dio a conocer la Constitución, inspirada en la Francesa de 1793 y la Española de 1812.

La Constitución de Apatzingán jamás estuvo en vigor. Cuando se promulgó, los insurgentes habían sido desalojados de las provincias del Sur. Morelos fue hecho prisionero y fusilado el 22 de diciembre de 1815 en San Cristobal Ecatepec.

Muerto "El Rayo del Sur", la lucha por la independencia se quedó sin jefes famosos pero no sin ánimos.


Francisco Javier Mina, que vino a la Nueva España en 1817 a luchar por la libertad y por los intereses del imperio español, se puso del lado de los Insurgentes, Mina, que traía hombres, armas y dinero de Inglaterra y los Estados Unidos, tras de haber ganado batallas que le permitieron llegar a Guanajuato, cayó preso y fue muerto delante Fuerte de los Remedios. Francisco Javier Mina (1789-1817)


En 1820 una revolución de signo liberal obligó a Fernando VII a restablecer la Constitución de Cadiz. Las cortes, compuestas de liberales exhaltados, dispusieron medidas contra los bienes e inmuebles. El grupo español que sostenía el plan de la Profesa, trató de ponerlo en práctica.

Vicente Guerrero (1783-1831) Apoyado por el alto clero, los españoles, los criollos, mineros y latifundistas, Iturbide, que a la sazón trataba de reducir a Guerrero, pactó con este y lanzó el Plan de Iguala o de Las Tres Garantias: Religión única, unión de todos los grupos sociales e independencia de México con monarquía constitucional y Rey prefabricado en alguna de las casas reinantes de Europa.


A los pocos días, llegó de España, Juan O'Donojú, con el cargo de Virrey, aceptó negociar con Iturbide y puso su firma el 24 de agosto de 1821, en el tratado de Córdoba, que ratificaba en lo escensial el Plan de Iguala. El 27 de septiembre, el ejército trigarante, con Iturbide al frente, hizo su entrada triunfal a México y el 28 se nombró al primer gobierno independiente. Entrada de Iturbide a la Ciudad de México


La consumación de la Independencia produce gran entusiamo. En muchas poblaciones se hacen desfiles, se construyen arcos de triunfo, hay juegos pirotécnicos, se hacen canciones, odas y más. Se habla de la riqueza y variedad económica de México, se dice que por la nueva patria, "por su ubicación, riqueza y feracidad, denota haber sido creada para dar la ley al mundo todo"; se anuncia a los pueblos que "está restablecido el imperio rico del globo".

Angel de la Independencia. Iturbide recibe los epítetos de "Varón de Dios" y "Padre de la Patria". Los intelectuales de clase media hacen proyectos de Constitución Política y buenas leyes; planes para el fomento de la agricultura, la ganadería, la pesca, la minería, el comercio y la hacienda pública.

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