El macizo del Kilimanjaro está situado a unos 300 kilómetros al sur del ecuador, en la frontera septentrional de Tanzania con Kenya. Su situación sobre una llanura abierta cercana al océano Indico y su gran tamaño y altura han influido enormemente en el clima de la zona, y de esta forma, determinado la vegetación, la vida animal y las condiciones de escalada o ascensión. El Kilimanjaro es la montaña más alta del continente africano, la montaña aislada más alta del mundo y uno de los volcanes durmientes más elevados de todo el planeta. Está compuesto por tres volcanes extintos: Kibo (5.895 m), Mawenzi (5.149 m) y Shira (3.962 m). Su mole se eleva 4.800 m por encima de una llanura ondulante, que se encuentra a 1.000 m sobre el nivel del mar. Tiene 60 km de largo en dirección noroeste-sudeste y 40 km de anchura.
El Kilimanjaro es un estratovolcán situado en el parque nacional Kilimanjaro, en Tanzania, y está formado por tres cráteres con nieves perpetuas debido al glaciar que se encuentra en su cima. Durante los últimos años es preocupante la acelerada disminución del grosor y de la superficie de dicho glaciar. Por encontrarse en la margen oriental del valle del Rift, el monte Kilimanjaro, que muestra haber tenido una gran actividad volcánica en el pleistoceno, no se encuentra totalmente aislado en la llanura africana, sino que está acompañado por otros tres conos volcánicos, orientados en un eje este-suroeste: el más antiguo, Shira, al oeste, con una altitud de 3.962 m, Mawenzi al este, con una altitud de 5149 m y, entre ellos, Kibo, que, con una caldera de 2.500 m de diámetro, es el más reciente y muestra aún señales de actividad en forma de fumarolas. Entre el Kibo y el Mawenzi hay una plataforma de cerca de 3.600 ha, llamada la silla (the saddle, en inglés), que conforma la mayor área de tundra de altura en África.
Su nombre sigue siendo un enigma. Puede proceder de las palabras swahilis kilima (pequeña montaña) y njaro (el demonio del frío); o bien del término njaro (caravanas), en referencia a los convoyes de esclavos de los vendedores árabes de Zanzíbar, que hacían antaño un alto en los parajes de la región. Algunos nativos evocan la palabra njare, la fuente del agua. Los masai lo llaman simplemente Ngage Ngai, es decir la casa de Dios. Por su parte, los chaggas nunca le han dado nombre a esta montaña y solamente distinguen el gran volcán blanco, llamado Kibo (esperanza), símbolo de la eternidad y de la suerte, del pico negro Mawenzi al este, asociado a las fuerzas del mal.
Antes del siglo XIX, algunas crónicas extrañas como la del geógrafo egipcio Ptolomeo mencionan la existencia de una montaña blanca al sur de África. En 1845, el geógrafo británico William Cooley, seguro de su existencia, afirma que la montaña más conocida de África del Este, llamada Kirimanjara, está cubierta de rocas rojas. En mayo de 1848, el misionero Joseph Rebmann explora la región chagga y acaba acercándose a la montaña: "Hacia las 10 horas, vi algo blanco en la cumbre de una alta montaña y creí que se trataba de nubes, pero mi guía me dice que era frío, entonces reconocí con satisfacción a esta vieja compañera de los europeos que llamamos nieve". Su descubrimiento fue relatado en abril de 1849 en el Church Missionary Intelligencer, en Londres. Hubo que esperar hasta 1861 para que una expedición, dirigida por el barón alemán Klaus von der Decken y el botánico inglés Richard Thornton, permitiera comprobar que se trataba en efecto de una cima nevada. En 1883, el inglés Joseph Thomson seguido del conde Teleki ascienden la montaña, pero no superan los 5.300 m de altura. Después de dos fracasos, Hans Meyer, el 6 de octubre de 1889 consigue alcanzar la cumbre, acompañado de su amigo Ludwig Purtscheller y del guía chagga Yohana Lauwo. Éste último habría muerto a los 127 años, en 1997, pero no es quizás más que una leyenda, como la historia de la presencia de un cadáver de leopardo congelado, encontrado a 5.500 metros de altitud.
El parque nacional del Kilimanjaro constituye un espacio natural protegido de Tanzania de 75.575 ha de extensión. Fue declarado parque nacional en 1973 y Patrimonio de la Humanidad en 1987, y está formado por el sector más elevado del macizo volcánico del Kilimanjaro. Los mamíferos viven en el bosque húmedo que, en los pisos superiores, da sucesivamente paso a zonas de páramo y de desierto.

La ascensión es técnicamente fácil pero larga y penosa por el frío y la altitud. La ruta más frecuentada es la ruta Marangu, y otras alternativas menos frecuentadas son las vías Machame, Mweka, y Shira. Aproximadamente 20.000 excursionistas intentan todos los años alcanzar la cumbre del macizo Kilimanjaro. Este número se controla por las autoridades de Tanzania. La tasa para acceder al parque con la intención de proceder a la escalada completa del macizo era de 500 $ en 2004.
Algunas de las vías de ascenso mencionadas presentan escasa dificultad, más allá de una imprescindible forma física y de una correcta aclimatación. Aunque la vía más frecuentada es la normal o ruta Marangu, no se trata de la más bonita. El resto se encuentran en la vertiente sur de esta montaña y son algo más rigurosas especialmente por ser más solitarias y estar menos acondicionadas, aunque resultan bastante más espectaculares.

Ruta Machame
Esta vía permite alcanzar en cuatro días la cumbre principal del macizo. Desde el pueblo de Machame arranca un camino de tierra, que sube durante aproximadamente una hora por una pista bastante ancha que se va estrechando poco a poco hasta convertirse en una magnifica senda, que conduce en unas cinco horas al refugio de montaña Machame, desde donde se puede disfrutar de unas magnificas vistas del Kibo. El segundo día la vegetación se hace menos espesa. Se accede poco a poco a una zona de brezo y a continuación se llega a la plataforma del volcán Shira. Aquí también hay un refugio pero conviene llevar tienda. Las vistas desde este punto son también de gran belleza. A la izquierda se observa una gran meseta con el Shira al fondo; a la derecha una subida suave y pelada de vegetación lleva hasta las faldas del Kibo a por donde continúa la vía Machame. El tercer día, hasta Lava Tower, supone unas cinco horas de progresión. Lava Tower constituye una gran mole de piedra bastante característica en cuya base se encuentran los restos de un antiguo refugio a 4.700 metros de altura sobre el nivel del mar. A través de la brecha oeste se llega al borde del cráter en un cuarto día. Es un camino fácil pero puede resultar largo y extenuante. La ruta sube entre dos glaciares y hay que intuir el camino. La niebla puede dificultar la progresión e incluso provocar la desorientación. Con un cordino, piolet y crampones se puede ascender por un nevero que lleva directo a la cumbre. En toda esta ruta no hay problemas de abastecimiento de agua ya que todos los campamentos tienen riachuelos en sus cercanías.