El municipio de Fonelas está situado en la Hoya de Guadix. Cruza su término municipal el cauce del río Fardes y en su casco urbano existen numerosas casas-cueva. Algunas están siendo reformadas como alojamiento turístico, al ser morada fresca en verano y cálida en invierno. De ahí la apuesta por el turismo rural de este municipio. También destaca la necrópolis megalítica correspondiente al Bronce I, formada por unos 70 dólmenes diseminados en varios grupos, y los yacimientos de Cerro del Gallo y la Solana del Zamborino. La huella de la historia, asimismo, queda reflejada en las cuatro torres de vigilancia que se encuentran en Fonelas, utilizadas en la época musulmana para la defensa de estas tierras.
Es un municipio de importante actividad agrícola, sobre todo dedicado al cultivo de olivos, cereales y productos hortofrutícolas. Su entorno, una ribera tachonada por chopos y con contrastes visuales entre sus suelos arcillosos y el verde de su vega, invita al paseo y a practicar senderismo. De su artesanía, el visitante puede contemplar y adquirir las obras confeccionadas con esparto.
La zona que ocupa el término municipal de Fonelas ha sido asentamiento humano desde la prehistoria. Se han encontrado yacimientos arqueológicos del Neolítico, Edad del Bronce y civilización íbera. Todos estos hallazgos han sido estudiados y han brindado importantes objetos para su análisis y para comprender la evolución e historia del hombre. Durante la época romana fue una importante villa dedicada al cultivo de vides y se creó una amplia red de caminos para la explotación agraria. Formaba parte del núcleo de la Acci ibérica, la antigua Guadix, localizado cerca de la Via Augusta.
Del siglo VIII al XV estuvo bajo el domino de los árabes. Se trataba de una alquería que alcanzó gran protagonismo al ser tierra fronteriza, con torres vigía para proteger sus puestos. De estas edificaciones quedan en la actualidad cuatro muestras, que son la Torre de los Moros, la Torre del Cortijo de Cuajar, la Torre de las Cuevas del Pocico y la Torre del Cortijo de Muros. En los últimos tiempos de asentamiento árabe, sufrió las conocidas como cabalgadas o incursiones de las tropas cristianas debido a su localización en tierras fronterizas. Éstas fueron objeto de hostigamientos y saqueos antes del comienzo de la conquista. Con la rendición de Guadix en 1489, Fonelas pasó a los Reyes Católicos, quienes, años más tarde, cedieron la jurisdicción y las rentas del lugar a cristianos poderosos, en este caso a don Álvaro de Bazán. Tiempo después, se incluyó en un señorío cedido a la familia Afán de Ribera. En este período, Fonelas monopolizaba su entorno y tuvo en su poder a los cortijos de los alrededores. Consiguió la jurisdicción de municipio, con ayuntamiento independiente, en el siglo XIX.
Tierra de excelentes huertas donde se cultivan vides, cereales, remolachas, tomates, lechugas, calabacines y sus famosos frutales, entre los que destacan sus melocotones. Con melocotones se prepara este postre típico: melocotones al vino. Su gastronomía también recoge la tradición árabe-andaluza. Una herencia culinaria que se expresa en platos como las gachas, variedades de estofados y las migas. Las carnes se suelen preparar en el horno, como asados de cordero y conejo, y son conocidos también sus escabeches. De su repostería, resaltan los roscos y las tortas.
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