Otro desafío para la justicia chilena

El caso de los jóvenes quemados

Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas Denegri fueron quemados por miembros de una patrulla militar cuando intentaban huir de los uniformados. El joven murió, mientras Carmen Gloria quedó con graves quemaduras.


Rodrigo Rojas

Hijo de madre exiliada, Rodrigo Rojas Denegri vivió en Estados Unidos desde 1977, hasta el momento en que decidió conocer su país. Llevaba tres meses en Chile.

Quilicura impacta otra vez.
Ahora se trata de los quemados. Un nuevo caso para la justicia chilena
Julio 2 de 1986. Carmen Gloria Quintana (19 años, estudiante), abrió la fría reja metálica de su casa, ubicada en fresia 1579, y se fue. Iba con su hermana Mimí, con el pololo de ésta, Luis, y con dos amigos. Faltaba aún para las 8:00 de la mañana. Hacía frío. Carmen Gloria se puso unos pantalones de cotelé celestes, chaleco azul punto inglés, parka morada con franjas rojas y botines café oscuros. Llevaba también sus aros de plata y un anillo.
Caminaron por calle Fernando Yungue, hacia Veteranos del 79. Se encontraron con otro grupo. Al parecer, tres personas. Entre ellos, Rodrigo Rojas Denegri. Caminaron juntos. De pronto, y aquí ya comienza a haber distintas versiones, según la más cercana a ellas, apareció una camioneta muy rápido por Veteranos del 79. Los muchachos arrancaron. Carmen Gloria y Rodrigo corrieron
hacia Hernán Yungue. La camioneta los siguió. Se sintió un frenazo. Las puertas se cerraron estrepitosamente y…


Cerca de las 10:30 sonó el teléfono en casa de Carmen Gloria Quintana. La alcaldesa de Quilicura, Ana María Ried, notificó a la familia que los muchachos fueron encontrados en el camino a Quilicura. Estaban quemados. A la familia de Carmen Gloria se les devolvieron los aros y el anillo que llevaba. Estaban negros. Quemados.
Carmen Gloria permanece en estado grave, con el 62% de su cuerpo quemado, en el Hospital del Trabajador. De 19 años, la estudiante de segundo semestre de Ingeniería Civil Eléctrica de la USACH, y dirigente estudiantil de su curso, deberá permanecer un largo tiempo en el centro asistencial (sí es que se salva), debido a las graves quemaduras que sufrió. Tal vez nunca quede absolutamente restablecida.
Rodrigo Rojas Denegri murió faltando 5 minutos para las cuatro de la tarde del día domingo 6. El cuerpo del joven fue llevado al Instituto Médico legal para practicarle la autopsia de rigor. Después fue enterrado. Rodrigo llevaba tres meses en Chile. Hijo de madre exiliada, desde 1977, vivió en Estados Unidos, hasta el momento en que decidió conocer su país. Tiene otro hermano pequeño en Norteamérica. Para mantenerse económicamente en Chile, ayudaba en un programa de computación en el departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina Norte de la U. De Chile. Además tomaba fotografías. A General Velázquez fue justamente para eso.
Nada más. Otros se preguntan: ¿será eso?; ¿cómo se explica que hayan sido atacados si nada traían? Todo lo que sucedió después de la llegada de la misteriosa camioneta, se está investigando. Fue el Gobierno quien solicitó un Ministro en Visita. La Corte de Apelaciones, por 14 votos contra nueve, designó al magistrado Alberto Echavarría.

Lo que se dice

En casa de la familia Quintana hay un ambiente de tristeza, mezclado con ganas de contar lo que a su hermana le ocurrió. Están con miedo también. La reja se mantiene con candado. El matrimonio y sus 6 hijos -Carmen Gloria es la segunda-, se combinan para estar alternativamente en el hospital y cuidando la casa y a los más chicos. El teléfono suena constantemente. Llaman para preguntar por el estado de la hija. En este ambiente, e interrumpidos por las acotaciones de los demás miembros y la campanilla telefónica, "Qué Pasa" conversó con una de las hermanas de Carmen Gloria. Este es su relato.
"Por calle Veteranos del 79 salió, muy rápido, una camioneta celeste, Chevrolet C-10. Mi hermana se asustó y salieron corriendo. El pololo de mi otra hermana dijo que no corrieran. Le gritaron a Carmen Gloria, pero parece que ella no escucho. Rodrigo dobló por la misma calle. El pololo de mi hermana mayor escuchó el frenazo de la camioneta y los golpes de las puertas que se cerraban. Ellos querían ver lo que sucedía. Dieron la vuelta por Veteranos del 79 hacia General Velázquez y observaron desde esa calle hacia Hernán Yungue. Ahí estaban 6 a 8 militares. La Carmela y Rodrigo en la vereda. Los "milicos" vieron a mi hermana mayor y les gritaron: "¡Vengan para acá…!"; los fueron a buscar y los hicieron cruzar. A los dos los registraron para ver si tenían documentos. A mis hermanas las enfrentaron, pero la mayor dijo que no se conocían. A Mimí (hermana mayor) la echaron de ahí. Ella no hallaba qué hacer; entonces se fue a la Iglesia "La Palma". El pololo todavía estaba con los uniformados. Entre sus documentos tenía el registro de que había hecho el servicio militar. Le quitaron los documentos y lo soltaron. Luis (el pololo), se encontró con mi hermana. Empezaron a recorrer comisarías. "Los uniformados andaban con trajes de combate mimetizados. Luis sabe, porque hizo el servicio".
La hermana de Carmen Gloria continúa con el
relato que tantas veces ha escuchado en su casa. Expresó que había otro testigo justo frente al lugar donde golpeaban a su hermana y Rodrigo. El les contó que "mientras les pegaban los rociaron con una botella de vidrio transparente. Les prendieron fuego. Había uno que mandaba y ordenó ir a buscar unas mantas a la camioneta. Los envolvieron, y los tiraron en la parte de atrás. Entretanto, llegó un camión militar, de esos con carpa. Los militares cerraron la calle entre Fernando Yungue y Hernán Yungue. La camioneta partió. Todos se fueron.". ¿La hora?, 8:15 se calcula.
El abogado de la Vicaría de la Solidaridad, Héctor Salazar, quien representa a las familias de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas denegri, entregó a "Qué Pasa" un relato similar, recalcando que en algunas situaciones hay diferentes versiones. Indica entre otras cosas, que, según testigos "la camioneta y los vehículos que llegaron posteriormente, no poseían patente. Por lo menos no visible. La camioneta tenía una barra antivuelco. No está determinado cuántos vehículos ni de qué tipo eran los que participaron después". Indica también que, según las primeras versiones de testigos: "Los uniformes usados eran verde oliva, con el quepíz mimetizado. Además cuando llegaron los otros vehículos ya había bastante gente entre las calles General Velázquez y Fernando Yungue, mirando hacia Hernán Yungue, donde ocurría todo". Los encuentran en Quilicura. La hora, las versiones, lo que sucede en ese lugar, aún es confuso.

"No lo podía entender"

Un testigo dijo haber ayudado a los muchachos cerca de las 8:30 de la mañana del 2 de julio. No se ha precisado la hora en que llegó Carabineros al sector de Quilicura. Tampoco exactamente dónde dejaron a Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas. Las dudas recién comienzan.
"Qué Pasa" entrevistó a un conductor que los vio en el camino a Quilicura. Su relato: "Tiene que haber sido entre 9:00 y 9:15. Me acuerdo que pasaron solamente uno o dos autos y todos en dirección a Quilicura. Yo iba en sentido contrario. Conducía a unos 80 km/hora y distinguí a la distancia –tiene que haber sido a 100 metros o más-, a dos personas paradas en medio de la vía. Vi a un tipo a la derecha y a la niña a la izquierda. El hacía dedo. Algo raro había. Sus caras estaban negras. Disminuí la velocidad a unos 15 km/hora. No lo podía entender. Vestían con mucha ropa; él parece que con jeans y tenía su ropa como desordenada. Tenían el pelo chamuscado y la cara destrozada. Ella le hablaba, tenían reacciones y movimientos. De hecho él movía el brazo para hacer dedo. El era alto, te diría que una cabeza más que ella. ¿Ella?, parecía muy delgada.
"Pensé que era un accidente, así es que miré, pero no había ningún auto. Tiré el freno para parar, pero ahí reaccioné y me acordé que a la entrada del aeropuerto hay carabineros. Había muchos, como 15. Me pidieron los documentos … yo les dije que estaban quemados y pidiendo ayuda. Me hicieron algunas preguntas. ¿Están pintados?, ¿dónde?, ¿a cuánto?, ¿hay más gente?… A mí me quedó la impresión de que todavía no sabían nada.
"Las manos las tenían descubiertas y muy negras. Lo cierto es que no me pareció que las ropas las tuvieran negras, ni que anduvieran con chales… Creo que él andaba con una especie de chaqueta, o algo así…". (Según el abogado, la parka de Rodrigo [azul] no estaba quemada, porque no es la misma con la que él andaba. Se la habrían puesto después).
Es todo lo que vio. Luego, según el abogado Salazar, "a las 10:30 aún no llegaba ayuda. Los carabineros pararon un auto, o algo así como un utilitario que llevaba garrafas. Ahí se los llevaron". Se fueron hasta la Policlínica de Quilicura, donde recibieron atención. Carmen Gloria Quintana le dio a la alcaldesa su número telefónico y su dirección. Segú la hermana de Carmen Gloria, entrevistada por "Qué Pasa", "Rodrigo dio la dirección de nuestra casa". Nada dijeron acerca del origen de sus quemaduras, aunque se les preguntó en varias oportunidades.

Visitas en el funeral

Dolor, rabia, gritos e incidentes. De todo hubo en el funeral de Rodrigo Rojas Denegri. Mientras se esperaba la salida del ataúd, desde la sede de la Comisión de Derechos Humanos, para comenzar la misa fúnebre en la Basílica del Salvador, cientos de personas comentaban lo sucedido. Otros gritaban. Enarbolaban pancartas. O esperaban en silencio. El PC y el MIR, movimientos de todos los tipos, periodistas extranjeros y nacionales, políticos, pobladores. Todos esperaban. Dentro, la expresión rígida del embajador Barnes, quien junto a su señora -entre otros diplomáticos-, fueron a dar el pésame. Barnes habló poco. Tampoco quiso hacer comentario alguno para los periodistas. Seguramente bastaban la reacción del Departamento de Estado norteamericano y la publicación que se hizo en los diarios de su país. Su propia presencia, su silencio, decían mucho. Porque la reacción en el país del norte fue mucho más fuerte aún que la que se produjo para el caso de los degollados.
Las preguntas recién comienzan: ¿son militares?, ¿un tongo, tal vez?, ¿será posible conocer a los culpables? Algunas fuentes señalan que se está cerca. Pero, la investigación recién comienza y la responsabilidad es del Ministro Echavarría, conjuntamente con la colaboración que se le preste.
Quilicura: Tucapel Jiménez, los degollados, los quemados. Otro caso para la justicia chilena, para el OS-7 (que ha trabajado acertadamente, se dice) y, por supuesto, para el Gobierno.


Nota: Este artículo firmado por la periodista Grace Gibson apareció en la revista Qué Pasa del 17 al 23 de julio de 1986. Nosotros podemos agregar que el proceso que se inició por el "Caso Quemados", como los denominó la prensa, culminó con la condena del capitán Pedro Fernández Dittus a 600 días de presidio como autor del cuasidelito de homicidio en la persona de Rodrigo y cuasidelito de lesiones graves en contra de Carmen Gloria. Permaneció algo más de un año en el penal de Punta Peuco y quedó en libertad en febrero de 1997.
Carmen Gloria, por su parte, debió someterse a más de 40 intervenciones quirúrgicas y posteriormente viajó a Canadá para someterse a un tratamiento especializado.
De vuelta en Chile comenzó a estudiar sicología, se casó con Juan Enrique Campos y tuvo a su hija Fernanda el 11 de noviembre de 1992.
En mayo de 1996 la pareja se fuer a vivir a Viña del Mar y hoy ella ejerce como sicóloga infantil en el Hospital Gustavo Fricke de esa ciudad.
En agosto de 1997, el 28 Juzgado Civil de Santiago condenó al Fisco a pagar $ 240 millones por daños morales y $ 11 millones por daños directos en favor de Carmen Gloria Quintana. El CDE apeló de esta resolución y el caso aún se encuentra en estudio.
Sin embargo el Gobierno, según decreto N° 318 de 1992, le otorgó una pensión por gracia, como se puede apreciar en el documento que entregamos a continuación:

30/04/92 DECRETO 318
1992 MINISTERIO DEL INTERIOR
SUBSECRETARIA DEL INTERIOR
PODER EJECUTIVO
Ministerio del Interior

SUBSECRETARIA DEL INTERIOR CONCEDE PENSION, POR GRACIA, A DOÑA CARMEN GLORIA QUINTANA ARANCIBIA


Carmen Gloria Quintana Santiago, 24 de Marzo de 1992.- Hoy se decretó lo que sigue:
Núm. 318.- Visto: Lo dispuesto en el Art. 32. No. 13, de la Constitución Política de la República de Chile, en la Ley No. 18.056, el Informe favorable emitido en reunión de fecha 12 de Marzo de 1992, de la Comisión Especial, creada por Decreto Supremo No. 1.928, de 1981, de Interior, y
Considerando: Que doña Carmen Gloria Quintana Arancibia, se encuentra en la situación prevista por el Art. 6°, de la Ley No. 18.056, la que ha sido debidamente calificada y en uso de la facultad privativa que la disposición citada me confiere.
Decreto:
Artículo único: Concédese, por Gracia, a doña Carmen Gloria Quintana Arancibia, una pensión equivalente a seis ingresos mínimos mensuales, debiendo considerarse que el monto del ingreso mínimo para estos efectos es aquel a que hace referencia el inciso 1° del artículo 5 de la Ley No. 18.647, que se emplea para fines no remuneracionales.
El gasto que demande el presente Decreto Supremo se imputará al Item "Jubilaciones, Pensiones y Montepíos", del Programa Operaciones Complementarias del Presupuesto vigente del Tesoro Público.
Anótese, tómese razón, comuníquese y publíquese.-

PATRICIO AYLWIN AZOCAR, Presidente de la República.-
Enrique Krauss Rusque, Ministro del Interior.-
Alejandro Foxley Rioseco, Ministro de Hacienda.
Lo que transcribo a Ud.- para su conocimiento.-
Saluda a Ud.- Belisario Velasco Baraona, Subsecretario del Interior.




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