Quilicura
impacta otra vez.
Ahora se trata de los quemados. Un nuevo caso para la justicia chilena
Julio 2 de 1986. Carmen Gloria Quintana (19 años, estudiante),
abrió la fría reja metálica de su casa, ubicada
en fresia 1579, y se fue. Iba con su hermana Mimí, con el pololo
de ésta, Luis, y con dos amigos. Faltaba aún para las
8:00 de la mañana. Hacía frío. Carmen Gloria se
puso unos pantalones de cotelé celestes, chaleco azul punto inglés,
parka morada con franjas rojas y botines café oscuros. Llevaba
también sus aros de plata y un anillo.
Caminaron por calle Fernando Yungue, hacia Veteranos del 79. Se encontraron
con otro grupo. Al parecer, tres personas. Entre ellos, Rodrigo Rojas
Denegri. Caminaron juntos. De pronto, y aquí ya comienza a haber
distintas versiones, según la más cercana a ellas, apareció
una camioneta muy rápido por Veteranos del 79. Los muchachos
arrancaron. Carmen Gloria y Rodrigo corrieron hacia
Hernán Yungue. La camioneta los siguió. Se sintió
un frenazo. Las puertas se cerraron estrepitosamente y
Cerca de las 10:30 sonó el teléfono en casa de Carmen
Gloria Quintana. La alcaldesa de Quilicura, Ana María Ried, notificó
a la familia que los muchachos fueron encontrados en el camino a Quilicura.
Estaban quemados. A la familia de Carmen Gloria se les devolvieron los
aros y el anillo que llevaba. Estaban negros. Quemados.
Carmen Gloria permanece en estado grave, con el 62% de su cuerpo quemado,
en el Hospital del Trabajador. De 19 años, la estudiante de segundo
semestre de Ingeniería Civil Eléctrica de la USACH, y
dirigente estudiantil de su curso, deberá permanecer un largo
tiempo en el centro asistencial (sí es que se salva), debido
a las graves quemaduras que sufrió. Tal vez nunca quede absolutamente
restablecida.
Rodrigo Rojas Denegri murió faltando 5 minutos para las cuatro
de la tarde del día domingo 6. El cuerpo del joven fue llevado
al Instituto Médico legal para practicarle la autopsia de rigor.
Después fue enterrado. Rodrigo llevaba tres meses en Chile. Hijo
de madre exiliada, desde 1977, vivió en Estados Unidos, hasta
el momento en que decidió conocer su país. Tiene otro
hermano pequeño en Norteamérica. Para mantenerse económicamente
en Chile, ayudaba en un programa de computación en el departamento
de Fisiología de la Facultad de Medicina Norte de la U. De Chile.
Además tomaba fotografías. A General Velázquez
fue justamente para eso.
Nada más. Otros se preguntan: ¿será eso?; ¿cómo
se explica que hayan sido atacados si nada traían? Todo lo que
sucedió después de la llegada de la misteriosa camioneta,
se está investigando. Fue el Gobierno quien solicitó un
Ministro en Visita. La Corte de Apelaciones, por 14 votos contra nueve,
designó al magistrado Alberto Echavarría.
Lo
que se dice
En casa
de la familia Quintana hay un ambiente de tristeza, mezclado con ganas
de contar lo que a su hermana le ocurrió. Están con miedo
también. La reja se mantiene con candado. El matrimonio y sus
6 hijos -Carmen Gloria es la segunda-, se combinan para estar alternativamente
en el hospital y cuidando la casa y a los más chicos. El teléfono
suena constantemente. Llaman para preguntar por el estado de la hija.
En este ambiente, e interrumpidos por las acotaciones de los demás
miembros y la campanilla telefónica, "Qué Pasa"
conversó con una de las hermanas de Carmen Gloria. Este es su
relato.
"Por calle Veteranos del 79 salió, muy rápido, una
camioneta celeste, Chevrolet C-10. Mi hermana se asustó y salieron
corriendo. El pololo de mi otra hermana dijo que no corrieran. Le gritaron
a Carmen Gloria, pero parece que ella no escucho. Rodrigo dobló
por la misma calle. El pololo de mi hermana mayor escuchó el
frenazo de la camioneta y los golpes de las puertas que se cerraban.
Ellos querían ver lo que sucedía. Dieron la vuelta por
Veteranos del 79 hacia General Velázquez y observaron desde esa
calle hacia Hernán Yungue. Ahí estaban 6 a 8 militares.
La Carmela y Rodrigo en la vereda. Los "milicos" vieron a
mi hermana mayor y les gritaron: "¡Vengan para acá
!";
los fueron a buscar y los hicieron cruzar. A los dos los registraron
para ver si tenían documentos. A mis hermanas las enfrentaron,
pero la mayor dijo que no se conocían. A Mimí (hermana
mayor) la echaron de ahí. Ella no hallaba qué hacer; entonces
se fue a la Iglesia "La Palma". El pololo todavía estaba
con los uniformados. Entre sus documentos tenía el registro de
que había hecho el servicio militar. Le quitaron los documentos
y lo soltaron. Luis (el pololo), se encontró con mi hermana.
Empezaron a recorrer comisarías. "Los uniformados andaban
con trajes de combate mimetizados. Luis sabe, porque hizo el servicio".
La hermana de Carmen Gloria continúa con el relato
que tantas veces ha escuchado en su casa. Expresó que había
otro testigo justo frente al lugar donde golpeaban a su hermana y Rodrigo.
El les contó que "mientras les pegaban los rociaron con
una botella de vidrio transparente. Les prendieron fuego. Había
uno que mandaba y ordenó ir a buscar unas mantas a la camioneta.
Los envolvieron, y los tiraron en la parte de atrás. Entretanto,
llegó un camión militar, de esos con carpa. Los militares
cerraron la calle entre Fernando Yungue y Hernán Yungue. La camioneta
partió. Todos se fueron.". ¿La hora?, 8:15 se calcula.
El abogado de la Vicaría de la Solidaridad, Héctor Salazar,
quien representa a las familias de Carmen Gloria Quintana y Rodrigo
Rojas denegri, entregó a "Qué Pasa" un relato
similar, recalcando que en algunas situaciones hay diferentes versiones.
Indica entre otras cosas, que, según testigos "la camioneta
y los vehículos que llegaron posteriormente, no poseían
patente. Por lo menos no visible. La camioneta tenía una barra
antivuelco. No está determinado cuántos vehículos
ni de qué tipo eran los que participaron después".
Indica también que, según las primeras versiones de testigos:
"Los uniformes usados eran verde oliva, con el quepíz mimetizado.
Además cuando llegaron los otros vehículos ya había
bastante gente entre las calles General Velázquez y Fernando
Yungue, mirando hacia Hernán Yungue, donde ocurría todo".
Los encuentran en Quilicura. La hora, las versiones, lo que sucede en
ese lugar, aún es confuso.
"No
lo podía entender"
Un testigo
dijo haber ayudado a los muchachos cerca de las 8:30 de la mañana
del 2 de julio. No se ha precisado la hora en que llegó Carabineros
al sector de Quilicura. Tampoco exactamente dónde dejaron a Carmen
Gloria Quintana y Rodrigo Rojas. Las dudas recién comienzan.
"Qué Pasa" entrevistó a un conductor que los
vio en el camino a Quilicura. Su relato: "Tiene que haber sido
entre 9:00 y 9:15. Me acuerdo que pasaron solamente uno o dos autos
y todos en dirección a Quilicura. Yo iba en sentido contrario.
Conducía a unos 80 km/hora y distinguí a la distancia
tiene que haber sido a 100 metros o más-, a dos personas
paradas en medio de la vía. Vi a un tipo a la derecha y a la
niña a la izquierda. El hacía dedo. Algo raro había.
Sus caras estaban negras. Disminuí la velocidad a unos 15 km/hora.
No lo podía entender. Vestían con mucha ropa; él
parece que con jeans y tenía su ropa como desordenada. Tenían
el pelo chamuscado y la cara destrozada. Ella le hablaba, tenían
reacciones y movimientos. De hecho él movía el brazo para
hacer dedo. El era alto, te diría que una cabeza más que
ella. ¿Ella?, parecía muy delgada.
"Pensé que era un accidente, así es que miré,
pero no había ningún auto. Tiré el freno para parar,
pero ahí reaccioné y me acordé que a la entrada
del aeropuerto hay carabineros. Había muchos, como 15. Me pidieron
los documentos
yo les dije que estaban quemados y pidiendo ayuda.
Me hicieron algunas preguntas. ¿Están pintados?, ¿dónde?,
¿a cuánto?, ¿hay más gente?
A mí
me quedó la impresión de que todavía no sabían
nada.
"Las manos las tenían descubiertas y muy negras. Lo cierto
es que no me pareció que las ropas las tuvieran negras, ni que
anduvieran con chales
Creo que él andaba con una especie
de chaqueta, o algo así
". (Según el abogado,
la parka de Rodrigo [azul] no estaba quemada, porque no es la misma
con la que él andaba. Se la habrían puesto después).
Es todo lo que vio. Luego, según el abogado Salazar, "a
las 10:30 aún no llegaba ayuda. Los carabineros pararon un auto,
o algo así como un utilitario que llevaba garrafas. Ahí
se los llevaron". Se fueron hasta la Policlínica de Quilicura,
donde recibieron atención. Carmen Gloria Quintana le dio a la
alcaldesa su número telefónico y su dirección.
Segú la hermana de Carmen Gloria, entrevistada por "Qué
Pasa", "Rodrigo dio la dirección de nuestra casa".
Nada dijeron acerca del origen de sus quemaduras, aunque se les preguntó
en varias oportunidades.
Visitas
en el funeral
Dolor,
rabia, gritos e incidentes. De todo hubo en el funeral de Rodrigo Rojas
Denegri. Mientras se esperaba la salida del ataúd, desde la sede
de la Comisión de Derechos Humanos, para comenzar la misa fúnebre
en la Basílica del Salvador, cientos de personas comentaban lo
sucedido. Otros gritaban. Enarbolaban pancartas. O esperaban en silencio.
El PC y el MIR, movimientos de todos los tipos, periodistas extranjeros
y nacionales, políticos, pobladores. Todos esperaban. Dentro,
la expresión rígida del embajador Barnes, quien junto
a su señora -entre otros diplomáticos-, fueron a dar el
pésame. Barnes habló poco. Tampoco quiso hacer comentario
alguno para los periodistas. Seguramente bastaban la reacción
del Departamento de Estado norteamericano y la publicación que
se hizo en los diarios de su país. Su propia presencia, su silencio,
decían mucho. Porque la reacción en el país del
norte fue mucho más fuerte aún que la que se produjo para
el caso de los degollados.
Las preguntas recién comienzan: ¿son militares?, ¿un
tongo, tal vez?, ¿será posible conocer a los culpables?
Algunas fuentes señalan que se está cerca. Pero, la investigación
recién comienza y la responsabilidad es del Ministro Echavarría,
conjuntamente con la colaboración que se le preste.
Quilicura: Tucapel Jiménez, los degollados, los quemados. Otro
caso para la justicia chilena, para el OS-7 (que ha trabajado acertadamente,
se dice) y, por supuesto, para el Gobierno.
Nota: Este artículo firmado por la periodista
Grace Gibson apareció en la revista Qué Pasa del 17 al
23 de julio de 1986. Nosotros podemos agregar que el proceso que se
inició por el "Caso Quemados", como los denominó
la prensa, culminó con la condena del capitán Pedro Fernández
Dittus a 600 días de presidio como autor del cuasidelito de homicidio
en la persona de Rodrigo y cuasidelito de lesiones graves en contra
de Carmen Gloria. Permaneció algo más de un año
en el penal de Punta Peuco y quedó en libertad en febrero de
1997.
Carmen Gloria, por su parte, debió someterse a más de
40 intervenciones quirúrgicas y posteriormente viajó a
Canadá para someterse a un tratamiento especializado.
De vuelta en Chile comenzó a estudiar sicología, se casó
con Juan Enrique Campos y tuvo a su hija Fernanda el 11 de noviembre
de 1992.
En mayo de 1996 la pareja se fuer a vivir a Viña del Mar y hoy
ella ejerce como sicóloga infantil en el Hospital Gustavo Fricke
de esa ciudad.
En agosto de 1997, el 28 Juzgado Civil de Santiago condenó al
Fisco a pagar $ 240 millones por daños morales y $ 11 millones
por daños directos en favor de Carmen Gloria Quintana. El CDE
apeló de esta resolución y el caso aún se encuentra
en estudio.
Sin embargo el Gobierno, según decreto N° 318 de 1992, le
otorgó una pensión por gracia, como se puede apreciar
en el documento que entregamos a continuación:
30/04/92
DECRETO 318
1992
MINISTERIO DEL INTERIOR
SUBSECRETARIA DEL INTERIOR
PODER EJECUTIVO
Ministerio del Interior
SUBSECRETARIA
DEL INTERIOR CONCEDE PENSION, POR GRACIA, A DOÑA CARMEN GLORIA
QUINTANA ARANCIBIA
Santiago,
24 de Marzo de 1992.- Hoy se decretó lo que sigue:
Núm. 318.- Visto: Lo dispuesto en el Art. 32. No. 13, de la Constitución
Política de la República de Chile, en la Ley No. 18.056,
el Informe favorable emitido en reunión de fecha 12 de Marzo
de 1992, de la Comisión Especial, creada por Decreto Supremo
No. 1.928, de 1981, de Interior, y
Considerando: Que doña Carmen Gloria Quintana Arancibia, se encuentra
en la situación prevista por el Art. 6°, de la Ley No. 18.056,
la que ha sido debidamente calificada y en uso de la facultad privativa
que la disposición citada me confiere.
Decreto:
Artículo único: Concédese, por Gracia, a doña
Carmen Gloria Quintana Arancibia, una pensión equivalente a seis
ingresos mínimos mensuales, debiendo considerarse que el monto
del ingreso mínimo para estos efectos es aquel a que hace referencia
el inciso 1° del artículo 5 de la Ley No. 18.647, que se
emplea para fines no remuneracionales.
El gasto que demande el presente Decreto Supremo se imputará
al Item "Jubilaciones, Pensiones y Montepíos", del
Programa Operaciones Complementarias del Presupuesto vigente del Tesoro
Público.
Anótese, tómese razón, comuníquese y publíquese.-
PATRICIO
AYLWIN AZOCAR, Presidente de la República.-
Enrique
Krauss Rusque, Ministro del Interior.-
Alejandro Foxley Rioseco, Ministro de Hacienda.
Lo que transcribo a Ud.- para su conocimiento.-
Saluda a Ud.- Belisario Velasco Baraona, Subsecretario del Interior.
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