SU VIDA

" Vine al torrente de la vida en Santa Rosa de Osos, en media noche encendida en astros de signos borrosos "

( El Son del Viento ).

En estos versos sintetiza Barba - Jacob el acontecimiento poético de su nacimiento. Ello ocurría en Santa Rosa de Osos, Antioquía, Colombia, el 29 de Julio de 1883. Cincuenta y nueve años más tarde, lejos de su " nutricia Colombia "moría en México " El Príncipe Fatuo de la Rima", como él se calificó en La Divina Tragedia.

Durante sus primeros años de vida en Santa Rosa de Osos, se sabe de la deficiente instrucción que tuvo al lado de sus abuelos paternos ya que " el niño Miguel Angel, tan raro y tan amante, no gustaba del hogar ni de la escuela, y prefería irse por los campos llenos de brisas, aromas y susurros, y de luces armoniosas". .De 1889 a 1895 Miguel Angel hizo sus primeros estudios en las escuelas públicas de Angostura, sobresaliendo entre sus condiscípulos por su desaplicación y falta de compostura. La rebeldía se manifestó en el desde la infancia, una arisca independencia que habría de acentuarse mas tarde con caracteres implacables hasta su día final.

Al terminar 1885, muchacho ya de 12 anos, resolvió viajar a la capital del país, a conocer a sus padres, y realizó aquel viaje, feliz en la esperanza de mejores días. ¡ Que desilusión ¡ De sus dos anos de permanencia en Bogotá tuvo siempre un ingrato recuerdo. Con el espíritu afectado por el desafecto de sus padres, el niño de 14 anos regresó a Antióquia en 1897, a su querida Angostura al lado de sus abuelos. Con ellos vivió unos meses, ya un poco inconforme en la monotonía de aquel ambiente. Sus abuelos decidieron enviarlo a Medellín a casa de sus tíos, donde comenzaría sus estudios en la Escuela Normal y donde escribiría sus primeros versos, sin embargo, a los pocos meses abandonó sus estudios en la Escuela Normal, volvió a Angostura a la casa de sus abuelos, y viajó luego a Bogotá, con el ánimo al parecer resuelto de hacer estudios de Derecho, los cuales abandonaría poco tiempo después.

Miguel Angel, regreso de nuevo a Angostura, y tomó el puesto de ayudante en la escuela del pueblo hasta que estalló la última Guerra Civil de los Colombianos, hacia 1901 fue reclutado y puesto al servicio del Gobierno Conservador., sin presenciar siquiera una sola batalla en la que él se hubiera muerto de miedo, según su propio decir. Terminada la guerra, volvió como maestro a su pueblo, pero su falta de paciencia lo obligó a abandonar su nuevo empleo

En 1906 con su único amor perdido y con su abuela muerta, se traslado a Barranquilla donde permaneció varios meses e ingresó al círculo literario que presidía Leopoldo de la Rosa y otros jóvenes poetas; " en aquel grupo, palpitante de ilusión... leía yo a Darío y a Valencia, a Darío y a Emerson, a Valencia y a Guyau, a Darío y a Renán, a Valencia y a Cervantes, a Darío y a Carlos Marx, a Valencia y a Edgar Quinet...Efluvios de rosas de filosofía, de poesía, de pintura, de astronomía..." (La Divina Tragedia).

Allí, en Barranquilla, adoptó su segundo seudónimo de Ricardo Arenales y escribió sus primeros poemas entre los que destacan Arbol Viejo ( el árbol que sombrea la llanura ), la Parábola del retorno, La Tristeza del Camino, Campiña Florida y otros, donde se advierten ya las tónicas fundamentales de su estilo : su preferencia por el endecasílabo, la musicalidad de sus versos y su atávica melancolía.

Vino después el largo peregrinar por países que al mismo tiempo que le brindaban entusiasta acogida, lo expulsaban de sus territorios. Su vida fue una interminable sucesión de viajes y regresos por todos los países de Centro América, Estados Unidos, Cuba y las Antillas. También estuvo en Perú, y al finalizar los años veinte, de nuevo regresó a Colombia. Sin embargo, fue en México, donde encontró las mejores oportunidades para su actividad periodística y para la creación literaria, por lo que fue en ese país donde más tiempo vivió. Estuvo por primera vez en 1908 y permaneció hasta 1914. En 1918 regresó hasta su expulsión decretada por Plutarco Alías Calles, Ministro de Gobernación, por sus constantes ataques al Gobierno Mexicano desde las páginas de Cronos. Y regresó, para quedarse definitivamente, en 1931.

Su último viaje hacia Colombia, lo realizó el 11 de Enero de 1946, cuatro años después de su muerte, cuando el gobierno de Colombia, reclama sus cenizas, y ellas son entregadas, en ceremonia solemne en la Rotonda de los Hombres Ilustres.

Su vida siempre estuvo llena de inquietudes, de anécdotas y de extravagancias, que fueron informadas por los periódicos de la época ; y de dolor, sufrimiento y ternura expresados en sus poemas. Su existencia compleja se teje con supersticiones y leyendas, pero también, como oprobio y miseria, lo mismo que con mimos y escarnios ; vivió como dice Arqueles Vela, " como un personaje", siempre conturbado por una idea, por una amor o por un verso, " y supo cosas lúgubres, tan hondas y letales, que nunca humana lira jamás esclareció". Fue un hombre siempre lleno de sueños y de ideales, que supo vivir con plenitud y sin amargura esos sueños y esos ideales lo mismo cuando lo llevaron al fracaso y a la desilusión, que cuando lo condujeron a la fama.

El recuerdo, que aún hoy, se tiene de este hombre genial es más anecdótico que fundado en un análisis crítico de su obra. Se le evoca apenas como autor de La Canción de la Vida Profunda, pero más como protagonista de los sucesos del Palacio de la Nunciatura. Y pasan olvidados los versos de Acuarimántima en tanto se sacan a la luz sus dificultades con Leopoldo de la Rosa y con Rafael Arévalo Martínez. Se le considera menos importante como autor de los versos de Lamentación de Octubre que como enfermo incurable y vicioso. Y todavía exalta más el valor de su pluma combativa y doble, que su capacidad de escribir versos llenos de emociones recónditas.

Porfirio Barba Jacob, es el Príncipe Sombrío, el Poeta Maldito, Desorbitado y Trashumante, es el poeta del dolor y de la angustia, el Sacerdote de la Rima, el cual se debe conocer por sus obra misma, no es preciso conocer su vida para comprenderlo, pues en el, Poesía y Vida se unen, se complementan y se confunden en tal forma que una es a la otra, lo que el rostro a la imagen reflejada en un espejo.

Del niño Miguel Angel Osorio, Benitez, no queda ni un recuerdo, Maín Ximenes ya esta muerto, pero seguramente vive en su nebúlea, azulina, Acuarimántima. Ricardo Arenales ya está muerto, pero viril y enhiesto palpita en Churubusco ; Porfirio Barba Jacob, cuyas cenizas están en Colombia, está presente, todavía hoy, diciéndonos sus versos.


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