Extremistas palestinos matan a ministro israelí
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 | Esperanzas de retomar diálogo de paz arrojadas por la borda |
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Un soldado israelí sostiene una fuerte disputa con un joven palestino en el paso hacia la ciudad palestina de Ramala, en la Ribera Occidental. Israel aumentó las medidas de seguidad tras el asesinato del ministro Rehavam Zeevi. |
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Agencias
JERUSALÉN.- El ministro de Turismo israelí, Rehavam Zeevi, fue asesinado el miércoles frente a su habitación de hotel en Jerusalén, y una facción radical palestina se atribuyó el crimen, asegurando que fue en venganza por la matanza de su líder hace dos meses.
Zeevi integraba un sector de línea dura que rompió con el gobierno de coalición liderado por el primer ministro Ariel Sharon.
El asesinato, sin precedentes en este conflicto de más de medio siglo, aniquiló los progresos efectuados en los últimos días hacia una reanudación de las negociaciones que al parecer estaba más cerca que nunca.
La víspera, el propio primer ministro israelí, Ariel Sharon, había confirmado tales avances en un discurso ante el Likud, su partido (derecha nacionalista), en el cual se declaraba favorable, bajo determinadas condiciones, a la creación de un Estado palestino.
El asesinato del Ministro, de 75 años, quien propugnaba la expulsión de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza, amenaza con reanudar el ciclo de violencia que se ha prolongado un año en Tierra Santa.
El Frente Popular para la Liberación de Palestina dijo que el asesinato de Zeevi fue en represalia por la muerte de su líder, Mustafá Zibri, conocido como Abu Alí Mustafá.
La facción divulgó un vídeo que muestra a tres hombres enmascarados, cerca de un gran cartel con la imagen de Zibri. Uno de ellos lee una declaración señalando que “Rehavam Zeevi sólo será el primero’’, lo que sugiere que dos asesinatos más le seguirán.
“Sharon tiene que saber que la sangre palestina no es barata, y que aquellos que toman como blanco a los líderes del pueblo palestino no están a salvo de ser blancos y ser asesinados también’’, según un escrito del frente, enviado a las agencias de noticias.
El ataque fue considerado por Israel como una provocación. El primer ministro israelí Ariel Sharon dijo que llevará “hasta el final la lucha contra los terroristas, quienes los ayudan y quienes los envían’’.
Es de esperarse una represalia. Israel impuso nuevamente, como primera medida, las restricciones de viaje para los palestinos en Cisjordania, que había retirado a principios de esta semana como parte del pacto de tregua del 26 de septiembre, y que parecía fortalecerse en algunas áreas.
El asesinato ocurre en una coyuntura política crítica, cuando empieza a ser evidente el resquebrajamiento de la coalición del gobierno de Sharon en relación con los esfuerzos estadounidenses de reanudar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos.
Ahora, la presión vuelve a orientarse hacia el presidente de la Autonomía Palestina, Yaser Arafat, a quien Israel apremió a detener a los culpables.
Además de la amenaza apenas velada de una acción militar si los asesinos de Zeevi no son detenidos —lo cual Arafat aseguró que haría—, el líder palestino está sometido a enormes presiones, en ese sentido, de parte de los europeos, indicó una fuente diplomática.
Para Arafat, el asesinato, reivindicado por el Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP) significa un desastre político, pues podría anular todos los puntos favorables que había cosechado en las últimas semanas en la escena internacional.
Aprovechando una reducción de la violencia, y sobre todo los esfuerzos norteamericano-británicos para que los países árabes y musulmanes se sumen a su coalición internacional contra el terrorismo, Arafat había logrado retomar la iniciativa y dirigir las presiones internacionales hacia Sharon para que aceptara reanudar las negociaciones.
El retiro de las tropas israelíes de algunos puntos ocupados en la Autonomía Palestina en días pasados, había provocado la renuncia de Rehavam Zeevi y de otro ministro de extrema derecha, Avigdor Lieberman.
LAS CONDICIONES A UN ESTADO PALESTINO
El martes, el primer ministro Sharon dijo que su país aceptaría la fundación de un Estado palestino con condiciones, y que cuando se reanuden las conversaciones con los palestinos sería él quien encabece el equipo negociador israelí. Con el atentado, todo esto queda en un signo de interrogación y disminuyen las esperanzas de nuevos diálogos de paz.
Sharon precisó en un discurso que pronunció ante militantes del partido Likud, que él dirige, que ese Estado palestino deberá cumplir todas las exigencias de Israel en materia de seguridad.
Precisó que, entre esas condiciones, el Estado palestino no podrá tener un Ejército, sino solamente una fuerza policial, que no podrá firmar acuerdos con países enemigos de Israel, y que sus fronteras exteriores seguirán controladas por Israel.
Sharon exigió también que Israel mantenga el derecho a sobrevolar el territorio de dicho Estado, y planteó una serie de limitaciones a un eventual acuerdo con los palestinos.
Entre éstas mencionó “una Jerusalén unificada bajo soberanía israelí, que conservará el Monte del Templo”, que los palestinos conocen como la Explanada de las Mezquitas y que es el corazón de Jerusalén Este, de población mayoritariamente árabe y donde los palestinos aspiran a fundar la capital de su futuro Estado.
Además, Sharon exige que Israel conserve los Altos del Golán, que conquistó a Siria en la “Guerra de los Seis Días”, en 1967, al mismo tiempo que Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. 
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