La Voz de Asturias Deportes

Viernes 28 Septiembre 2007

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Como el tenista que cierra el partido con un ace . Así se despidió ayer la nadadora francesa Laure Manaudou (Villeurbanne, 1986) del Europeo de Budapest tras conseguir sus dos últimas medallas, un oro con récord del mundo incluido en la final de los 400 libres y un bronce en los 4x100 estilos con el cuarteto galo, que le debe el metal y parte de la cinta de esa medalla a su campeona.

Manadou llegó a la última jornada del campeonato con tres oros y dos bronces en el saco. Con ese botín, ella solita se hubiera colocado séptima en el medallero por delante de países como España, Croacia y Grecia. Pero ella quería más. Sobre todo teniendo en cuenta que el calendario había dejado para el final la prueba que más quiere, los 400 metros libres. Su superioridad en la prueba fue aplastante desde las eliminatorias, en las que nadie se acercó a menos de cinco segundos de sus tiempos. En la final, la segunda, la británica Joanna Jackson, quedaría aún más lejos, a seis. La española Arantxa Ramos fue sexta.

PRIMER GIRO EN CABEZA Ella misma ostentaba el récord mundial desde que el pasado 12 de mayo marcó en Tours (Francia) unos impresionantes 4:03.03 minutos. La campeona olímpica y mundial ya había avisado de su intención de batir esa marca, y lo logró con creces. Primera desde el primer giro, nadó siempre por delante de su propio récord, que rebajó en casi un segundo (4:02.13).

Diez minutos después, antes incluso de recoger su último oro, volvía a estar en el agua para nadar el primer relevo, el de espalda, del 4x100 estilos. Un minuto después, la segunda nadadora francesa recogía su relevo en cabeza. Manaudou acababa de completar su posta en un impresionante 1:01.21 que le hubiera bastado unos días antes para ganar el oro en los 100 espaldas. De no ser francesa, Manaudou habría vuelto a estar en lo alto del podio, donde acabó el combinado británico.

Completaba de esa manera un Europeo excepcional, que en días anteriores ya le había cubierto de oro. El jueves ganó en los 200 metros pese a tener en la braza un punto débil. Ese mismo día subió a los más alto del podio en los 100 espalda. Y arrasó un día antes en la final de los 800 por delante de las dos Rebeccas británicas, Adlington y Cooke, que tocaron la pared nueves segundos después de que ella estableciera una nueva plusmarca europea (8:19.29).

Manadou se había marcado la machada de inscribirse en ocho pruebas para el Europeo. Buscaba ocho oros, más que Mark Spitz en los Juegos de Múnich-71, aunque se preveía una gesta imposible. El primer --y único batacazo-- se lo dio en el 400 estilos, en el que quedó eliminada en las rondas eliminares. La polaca Otylia Jedrzejczak, le dejó sin la victoria en los 200 libres, en la que la francesa también se vio superada por la alemana Annika Liebs. Se llevó el bronce, lo mismo que con el relevo francés del 4x200 libres, muy inferior a Alemania, en la que nadanban Liebs y Britta Stteffen.

El resto de la jornada de ayer en damas deparó la victoria de Steffen en los 50 libres, Elena Bogomazova en los 50 braza y Otylia Jedrzejczak en 200 mariposa. En hombres, Bartosz Kizierowski sumó el quinto oro para Polonia, el 4x100 estilos ruso selló el dominio de ese país en el medallero --todas las finales de ayer de saltos se fueron también para allá-- y el húngaro Laszlo Cseh hizo enloquecer a los aficionados reunidos en la piscina de la Isla Margarita, en el centro del cauce del Danubio.

 

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