Bogotá

'El amor...' no da tanta cólera

La crítica y los medios colombianos dividieron su opinión acerca de 'El amor en los tiempos del cólera'. Catalina Sandino estuvo en Bogotá para el lanzamiento.

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Después de tener un fin de semana modestísimo en la taquilla de Estados Unidos (1,92 millones de dólares) y de recibir una descarga de críticas negativas por parte de los medios de ese país, la versión cinematográfica de 'El amor en los tiempos del cólera' fue presentada en Bogotá a críticos y periodistas nacionales.

Las opiniones están divididas, pero hay consenso en que la participación del imponente Javier Bardem ('Mar adentro') y de la experimentada Fernanda Montenegro ('Estación central') fue fundamental para la película, dirigida por el británico Mike Newell.

"Hay actores impresionantes, como Bardem, pero otros espantosos", dice el crítico Mauricio Laurens.

Uno de los más criticados es Unax Ugalde ('Rosario Tijeras'), que interpreta a Florentino Ariza adolescente. Sus parlamentos parecen recitados, lo que hace que el lector difícilmente crea y se apasione en el amor que le profesa a Fermina Daza (Giovanna Mezzogiorno). La emotiva frase sacada textualmente del libro "este es el día más feliz de mi vida", que pronuncia cuando por primera vez intercambia con ella unas palabras y una carta, suena superficial y vacía en sus labios.

"No sé por qué, pero todo lo que en el libro se siente romántico, en la película se ve tonto - dice Ricardo Silva, crítico de la revista 'Semana'- Hay una cantidad de cosas que en la novela funcionan muy bien (como el paso del tiempo), pero en el filme quedan fuera de sitio".

La adaptación recoge muchas de las frases más recordadas del libro, así como escenas memorables: la muerte de Juvenal Urbino cuando intenta atrapar al loro que se había perdido, la primera relación sexual entre Fermina Daza y Juvenal Urbino, la confusión que le produjo el amor a Florentino Ariza y que lo llevó a izar equivocadamente las banderas que avisaban la nacionalidad de los barcos recién atracados en el puerto.

En la primera mitad de la película, el amor no duele ni emociona, mientras que en la segunda, con la entrada definitiva del personaje maduro y anciano, interpretado por Bardem, el filme levanta cabeza.

"De la mitad para adelante, la película se pone interesante. Me gustó esa incongruencia que tiene de poner vallenatos en el siglo XIX", dice Julio Nieto Bernal, periodista radial y cinéfilo. A lo que Enrique Ponce, que cubre cine en RCN Radio, agrega: "La primera parte de la película es muy lenta, pero el final es contundente, conmovedora".

Cartagena, el río Magdalena, la Sierra Nevada de Santa Marta y la topografía andina son retratados con gran belleza en el filme. "Es maravillosa la oportunidad de mostrar los escenarios colombianos en el mundo", dice Carlos Castro, de Caracol Radio.

La estela de comentarios de la que venía precedida sobre el maquillaje y la desacertada escogencia de Mezzogiorno (que parece de la misma edad de su padre, interpretado por John Leguízamo) se confirma. Sin embargo, la proliferación de acentos no resulta tan repelente para los espectadores no anglosajones. Separada de la novela, la cinta se deja ver. Es cierto que la primera parte del filme carece de magia pero luego el amor cobra revancha y termina despertando emociones. 

PAOLA VILLAMARÍN
Redactora de EL TIEMPO

Con reportería de Sofía Gómez
Redactora EL TIEMPO

Publicado el 30 de noviembre de 2007
Redacción de Cultura y Entretenimiento.
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