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lunes, julio 03, 2006

El Buenos Aires de los estudiantes

Desde el miercoles a la noche, hace ya casi seis días, que en el Colegio Nacional de Buenos Aires se respira un aire de absoluta libertad.

Por primera vez en muchísimo tiempo, el colegio es nuestro, de los estudiantes. Nunca antes habíamos podido decir que fuera nuestro hogar. Estos días no sólo lo ocupamos, sino que además, le dimos la función que siempre debió tener: educar. Porque si hubo algo que hicimos durante la toma fue aprender, pero no lo que nos enseñaron siempre, sino algo mucho más importante: a ser protagonistas de nuestras propias vidas.

El colegio enseña, cuando es manejado por las autoridades, a aceptar, a obedecer, a delegar, a someterse, a repetir. El colegio enseña, cuando es manejado por los estudiantes, a cuestionar, a rebelarse, a tomar nuestros asuntos en nuestras manos, a liberarse, a crear.

El colegio impone, cuando es dirigido por las autoridades, que estemos divididos, dispersos, que nos ignoremos. El colegio propone, cuando es autogestionado por los estudiantes, que nos unamos, que nos apoyemos mutuamente, que nos reconzcamos.

El colegio de las autoridades es opresivo, gris, aburrido, formal. El colegio de los estudiantes es liberador, colorido, festivo, informal. En el colegio de las autoridades somos números en una lista, en el de los estudiantes, seres humanos.

No hace falta dar más razones: el colegio está claramente mejor bajo nuestro control que bajo el de las autoridades. Por supuesto que nosotros no podemos manejar las cuestiones pedagógicas y administrativas, pero sin embargo, podemos orientarlo hacia donde querramos, y exigir que las autoridades acaten el modelo que decidamos. Su función debe ser estrictamente la de realizar las tareas para los cuales no tengamos formación o experiencia suficiente.

Es posible que se negocie una resolución para el conflicto que dé por terminada la toma, restaurando la normalidad. Esto es en realidad lo peor que nos podría pasar, porque significaría volver al colegio de las autoridades, el colegio que tan odioso nos resulta, por más que haya una o dos reformas que lo hagan menos intolerable.

La toma no debería terminar nunca, porque el colegio nunca debería dejar de ser nuestro. Sabemos que es muy improbable mantenerla, pero no podemos dejar de proponerlo sin condenar a muerte a nuestros sueños. Y aún si se levantara, siempre está la posibilidad de seguir subvirtiendo el orden cotidianamente, mediante la agitación, el debate, la creación.

Depende exclusivamente de nosotros si nos limitamos a estudiar la historia o nos arrojamos a la aventura de escribirla.

¡Por la autogestión del colegio!
¡Por la apropiación de nuestras vidas!

jueves, junio 29, 2006

Sobre la toma del Nacional Buenos Aires

La grisitud en el Colegio Nacional de Buenos Aires no es sólo un aspecto arquitectónico. Todo en él parece respirar tedio, aburrimiento.

El autoritarismo no es una circunstancia, es el Colegio en sí mismo. La rigidez de las paredes, del modo de enseñanza, de las jerarquías... crean el ambiente normal en el que se desarrolla la vida estudiantil. Hay algo en él, o más bien su totalidad, que absorbe la energía, las ganas de vivir. La iniciativa, la alegría y los colores son condenados simultáneamente a muerte, y enterrados es una fosa común, la de la apatía y el automatismo.

Pero aún así, no ha logrado todavía aniquilar el espíritu del estudiante. La bronca se acumula, y en algunas ocasiones estalla. A veces en pequeños actos de rebeldía individual, a veces de manera generalizada y multitudinaria.

El día 28 de junio de 2006 se dio una de estas revueltas. El detonante fue la desmesurada sanción de un compañero. La reacción estudiantil escaló hasta derivar en la ocupación del establecimiento.

Las tomas de colegio estaban prohibidas por la autoridad. Esto es totalmente coherente, ya que no entra en la lógica del represor permitir que se lo desafíe.

Nada más gratificante, por lo tanto, que hacer pedazos la prohibición, gritándole bien fuerte que no acatamos su legalidad, que nos negamos a ser máquinas de obedecer.

Lamentablemente, los ocupantes del colegio no se plantearon llevar hasta el final su acción insurreccional, lo que hubiera implicado expandir y profundizar la revuelta, declarándole la guerra a la autoridad. Sin embargo, fueron más allá en otros aspectos: convirtieron lo que era una simple toma reivindicativa en una apropiación del espacio que siempre les fue negado, usándolo libremente para divertirse.

Se realizaron partidos de fútbol, de truco, se tocó música, se dibujó y se pintó, se transformó el claustro central (horas antes estandarte del aburrimiento crónico) en una verdadera fiesta.

Estos actos, aparentemente pequeños, son en realidad importantísimos. Tal vez nadie se percate de lo que significa hacer lo que uno quiere, en el mismo lugar donde siempre se hace lo que la autoridad quiere. Pero es en sí mucho más valioso que cualquier tediosa actividad de reclamación.

El sistema nos niega la posibilidad de ser y hacer lo que nos gusta. La recreación es una mercancía más, accesible sólo para el que la puede pagar, además de ser, como toda mercancía, vacía, superficial, engañosa, incapaz de satisfacer nuestros deseos.

La más auténtica fiesta es entonces la fiesta insurreccional, la que se hace a pesar y en contra del estado de las cosas, la que se hace apropiándose de lo que nos prohiben los que mandan.

La toma del Nacional Buenos Aires nos da un buen ejemplo de esto. La ocupación de los espacios en los que transcurre nuestra vida cotidiana y su uso libre, aniquilando la rutina y el aburrimiento estructural, es una de las mejores formas de combatir la enajenación que produce y sostiene al sistema.

¡Por la apropiación de nuestras vidas!
¡Por la fiesta insurreccional y la insurrección festiva!
¡Por la autogestión generalizada!

martes, junio 27, 2006

¿Qué es eso de Sistema?

Se estuvo hablando anteriormente de "el Sistema". ¿A qué se hace referencia?
Esta es la pregunta del millón. No hay ninguna respuesta simple, única, que lo explique sin dejar a alguien insatisfecho. Además, cada cual usa ese término refiriendo a algo distinto.

Se puede decir que el Sistema es el modo de funcionar de la actual sociedad en todo el mundo. Alguno dirá que Cuba no es parte del Sistema, y lo mismo con otros países no capitalistas. Esto es muy discutible.

Podemos definir al Sistema como el modo de relacionarse de las personas a escala social, al menos en los países capitalistas de mercado. En este caso, el concepto de Sistema incluye al de propiedad privada, capital privado, empresa, Estado, pero también muchos más. En especial, si decimos que el Sistema es un conjunto de relaciones, también podemos decir que es un modo de pensar, una forma de ver el mundo, tanto en el sentido económico y político como filosófico y cultural, y que incluye todos los tipos de relaciones, incluídas la amistad, el amor, el intercambio comercial, la militancia, etc. Si analizamos todas estas cosas, en todas podemos observar características que se repiten.

El sistema capitalista de mercado impera actualmente, en buena parte del mundo, en su variante neoliberal. Esto es así desde la reacción defensiva/ofensiva de la clase dominante contra el movimiento revolucionario de los setentas, y atravesó varias fases.

La primera, de reacción propiamente dicha, tuvo como objetivo detener el asalto mundialmente generalizado que el movimiento proletario/estudiantil estaba realizando al estado de las cosas (en el mundo capitalista, ya que en el llamado "comunista" ya había sido derrotado tempranamente). En latinoamérica esto ocurrió mediante los golpes de Estado (en Argentina, el de 1976). En Europa, esto ocurrió principalmente mediante la acción adormecedora de los sindicatos, partidos políticos, medios de comunicación, etc.

La segunda fase fue de auto-revolución de las relaciones sociales, con el doble objetivo de eliminar las condiciones objetivas que originaban la subversión y de aumentar las ganancias de un sector del empresariado.
Se desmanteló de a poco el estado de bienestar, se introdujo mejoras tecnológicas que reemplazaron casi totalmente a la clase obrera industrial -bastión revolucionario por excelencia-, se vertebró la economía alrededor del sistema financiero. En los años ochenta, se dio un nuevo salto cualitativo al proceso, con el hiper-desarrollo de la publicidad, del mundo de las marcas, y la absorción casi total de la cultura por la lógica comercial.

La tercera fase, en los años noventa, comenzó con la mutación del llamado "comunismo soviético"(en realidad capitalismo monopolizado por la burocracia estatal) en capitalismo de mercado (muy coherentemente, fue la ex-burocracia la que se convirtió en empresariado privado).
Consistió en la profundización de todos los procesos mencionados hasta la destrucción total de los estados nacionales, el surgimiento de un empresiado multinacional omnipotente, de organizaciones supra-estatales mundiales (FMI, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio, etc), entre otros cambios muy estudiados y difundidos.

De esta manera se instaló el sistema neoliberal, que es parte del Sistema pero no su totalidad. El Sistema es algo mucho más complejo que la política y la economía, ya que abarca la actitud de las personas ante el mundo, entre otras cosas.

(continuará...)

viernes, junio 23, 2006

El levantamiento de los muertos vivientes

Parece que no estuvieran, pero están. Parece que fueran pocos, pero son muchísimos. En realidad, es díficil entender cuál es su relación con este mundo.

Son los millones de hombres y mujeres que viven pero sin vivir, que existen sobreviviendo, tirando, pero no ya para llegar a fin de mes, sino para no desaparecer de la faz de la tierra.
Es muy fácil reconocerlos: son los que no tienen ropa impecable, celulares brillantes, piel lustrosa. Son los que no tuvieron la oportunidad de tener nada de eso, mejor dicho, los que fueron obligados a no tenerlo.

Cotidianamente los podemos ver pidiendo monedas, revolviendo la basura, juntando cartones, a veces lamentablemente saliendo a robar, a veces también (los que más "suerte" tienen) trabajando ultraexplotados en la construcción, talleres, etc. Podemos observarlos durmiendo en la calle, en las villas miseria, en monoblocks, casas tomadas, conventillos.

El sistema nos dice que son "el 17 por ciento con las necesidades basicas insatisfechas" -segun el censo del INDEC de 2001-, lo cual es una forma muy sútil de decir que son un número, una variable, en definitiva, una abstracción sin importancia, un "daño colateral" de ciertas "políticas económicas", forma a su vez sutil de decir exterminio consciente, planficado, cruel, perverso.

La solución al "problema" -pequeño nombre para semejante realidad- parecería estar "a punto de llegar", cuando la economía "termine de reactivarse", cuando la situación "se estabilice", cuando el Mesías vuelva junto a los Santos a salvar el mundo. Pero sabemos perfectamente que ninguna de esas cosas va a pasar jamás, y que la situación se va a mantener hasta que estalle violentamente, mal que le pese a los que dominan el mundo y a sus "críticos" pacifistas.

¿Y en que consiste ese estallido?
Ya vimos en muchas ocasiones pequeñas muestras, no necesariamente violentas, pero cargadas de esa tensión que se manifiesta en cada batalla de la guerra de clases.
El movimiento piquetero es uno de los casos más claros. Desde los cortes de ruta de 1996, los enfrentamientos con la fuerzas represivas del estado (con su punto más alto el 26 de junio de 2002, con el asesinato a manos de la policía de los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán) hasta la actualidad, es una de las formas que adquiere lo que podríamos llamar el levantamiento de los muertos vivientes.

Los saqueos de diciembre de 2001, por más que hayan sido organizados por un sector de la clase dominante, fueron también estallidos con un claro contenido de clase (pero claro, no en el sentido en que los intelectuales hablan de "la clase dominada" a la cual piden tranquilidad y buen comportamiento).

Hoy salió en la tele la noticia de que los cartoneros estaban realizando un piquete en el puente Alsina y comenzaron a enfrentarse con la policía. Se notaba claramente el odio con el cual los compañeros cartoneros arrojaban objetos contundentes a los servidores del poder. Este es un dato que no se debe despreciar: la bronca se va acumulando, y en algún momento va a estallar.

Que no resulte extraño que los medios de falsificación, los políticos, los empresarios y economistas, la "gente bien", la clase media-mediocre, ataquen con todas sus fuerzas a estas movilizaciones de las clases marginadas, ya sean piqueteras, cartoneras, de vendedores ambulantes (lo cual nos recuerda a la batalla contra el código contravencional macri-ibarrista), etc. Tienen pánico de ese estallido violento, de ese levantamiento casi inevitable al cual lleva este sistema.

Cada cual sabe en qué trinchera de la guerra social está. Queda en nosotros si dispararle al pueblo o a sus opresores.

Aprovecho este medio para difundir que este lunes 26 de junio se cumplen 4 años de la muerte de Darío y Maxi, y se va a realizar un acto en la estación de tren (a las 12 hs) y luego se subirá al Puente Pueyrredón, para leer a las 16 horas un documento consensuado del movimiento piquetero y las organizaciones sociales.

domingo, junio 18, 2006

Los medios de falsificación

Que el mundo de hoy es desastroso, ya a nadie se le ocurre discutirlo. Hasta los mismos dueños del mundo aparentan asquearse de las consecuencias de sus acciones.

Todos los políticos, empresarios, dirigentes, el papa, las estrellas de cine y de la tele, los farsantes de todos los colores, nacionalidades e ideologías, aparentan preocuparse por las guerras, la pobreza, la desocupación, la explotación laboral...

No hay candidato a presidente, gobernador, intendente, etc. que no use como slogan electoral "vamos por el cambio" "por un verdadero cambio" "cambiemos", etc... lo que demuestra que hasta ellos mismos tienen que reconocer que las cosas no andan para nada bien.

Pero esto resulta especialmente payasesco (con perdón a los verdaderos payasos, que son buenas personas y nos hacen divertir sin molestar a nadie) cuando son los medios de comunicación los que pretenden hacerse pasar por preocupados y angustiados. Esto podría parecer circunstancial y de poca importancia, pero en realidad es fundamental en el funcionamiento del sistema.

Los noticieros, diarios, etc. cumplen un rol central en ese funcionamiento. Son los que construyen la visión del mundo que las personas dan como real. La realidad en la que creemos vivir, es por lo tanto una pseudo-realidad, una manipulación, a veces consciente y racional, a veces casual pero útil -para el sistema-, de la realidad social (a la que desconocemos). Pero no sólo construyen esa pseudo-realidad, sino que la legitiman, la defienden, nos hacen creer que es natural, que es lo normal, que es inevitable, y que toda otra alternativa es infantil, caótica, utópica, imposible, etc. etc. etc (además de una sarta de prejuicios con los que inmunizan a la población contra cada idea subversiva en particular)...

Pero los medios de comunicación se encuentran también con una dificultad, que es que les resulta imposible tapar el sol con un dedo. No pueden ocultar la pobreza y la guerra, la desocupación y la explotación laboral, por eso la reconocen, y simulan querer combatirla, mientras que anestecian a la población con la promesa de que ya todo cambiará, cuando gane tal político, cuando tal empresa se decida a invertir en el país, cuando los piqueteros dejen de cortar las calles (¿¿¿¿¿??????).

Al mismo tiempo, se encargan de susituir el sentimiento de bronca que estos hechos causan en la gente (sentimiento que puede volverse subversivo, insurreccional, incontrolable, y por lo tanto extremadamente peligroso para el sistema) por el sentimiendo de lástima, de culpa, de impotencia. De esa manera nos tienen llorando en vez de combatiendo, nos tienen haciendo caridad en vez de revolucionando, al ritmo de los violines y la música lastimera con la que acompañan las imágenes de los niños desnutridos. Este manejo perverso, que disfraza al lobo-empresario de cordero-asistencialista, al victimario-político de víctima-"socialmente comprometida", es el que hace que aceptemos a este mundo como el único posible.

Continuará...

sábado, junio 10, 2006

Para empezar con algo...

Estaba buscando en google cosas sobre la Internacional Situacionista (un grupo que se formó en 1957, del que ya voy a hablar), y encontré algo que me causó una mezcla de gracia, indignación, tristeza y odio. Pertenece a nuestro amado diario La Nación, sección espectáculos, del día 4 de julio de 2005. Lo pego a continuación:

"
El rock recuperó el espíritu de denuncia

Anteayer, el rock salió a reclamar un lugar que considera suyo por derecho propio: el de la denuncia, el de la rebelión, aquel que le dio su razón de ser en los iniciales y revueltos años sesenta. Anteayer, un centenar y medio de bandas y solistas convirtieron al 2 de julio en una marca en la historia y, con la masiva exhortación a los políticos del Grupo de los Ocho de que "tiene que ser posible" un cambio, retomaron el ideario que en los últimos años parecía haberles sido arrebatado por los movimientos globalifóbicos. (...) "

No se si habrán notado lo payasesco, lo malintencionado, lo sádico, lo perverso de esta nota, que se agrava luego cuando dice: "(...)
No es dinero, como entonces, lo que se pide, sino la puesta en movimiento y acción de las conciencias y su poder invisible. Declaración casi situacionista (...)"
el resto de la nota se puede revisar en
http://www.lanacion.com.ar/718288, pero no vale la pena (inclusive se pone peor cuando empieza a citar a Madonna y otros "grandes genios").

La cuestión es la siguiente:
tanto la rebeldía, como la denuncia, en menor medida también "el rock", como tantas otras cosas que brotaron o re-brotaron en los "años sesentas", (en particular en el Mayo francés de 1968, en el cual los situacionistas participaron e influyeron), surgieron como crítica radical a la sociedad conservadora, de clases, jerárquica, enajenada, mercantilizada, represiva, hipócrita, etc, a la que podemos llamar genéricamente sociedad burguesa (y en su versión aparentemente opuesta, la sociedad burocrática llamada "comunista", que también era criticada con energía). Esta crítica radical (es decir, de raíz, profunda) en muchos casos era una declaración de guerra a muerte contra el sistema y sus valores e instituciones, en particular contra los medios de comunicación masivos (diarios, radios, televisión, cine, etc). En el mayo francés, esta crítica devino en acción insurreccional, y diez millones de personas se lanzaron a la huelga general con ocupación de lugares de trabajo, estudio, recreación, etc. con levantamiento de barricadas y enfrentamientos con la policía, entre otros hechos que podemos considerar francamente revolucionarios -por más que no haya habido una propuesta superadora clara, y por más que el sistema se empeñe en vaciarlo de contenido y maquillarlo para que parezca inofensivo y hasta "simpático"-.

Se criticaba a la sociedad burguesa en su conjunto, no para reformarla sino para destruirla, arrasarla desde sus cimientos. Era por lo tanto un enfrentamiento muy claro contra aquellos cuyo lugar ocupan hoy en día "La Nación" "Clarin" "Pagina/12" "Cronica" etc. La Internacional Situacionista era el ala más extremista de este movimiento, proponiendo la huelga general salvaje -es decir, ilegal y sin sindicatos de por medio- que diera lugar a la autogestión generalizada de la sociedad, utilizando la autodefensa armada si fuera necesario -y lo iba a ser duda alguna-.

Por eso resulta repugnante que La Nación, el diario más reaccionario y defensor de la sociedad burguesa siquiera se atreva a nombrar a los Situacionistas, a los sesentas, a la rebeldía, a la denuncia y al rock, y más aún cuando lo hace aparentando simpatía y hasta nostalgia. Los medios de comunicación fueron los que se encargaron de neutralizar a todo el movimiento revolucionario de los sesentas y setentas -complementando la brutal represión física-, de la manera más repulsiva: incorporandolo a la cultura burguesa, dandole lugar, mostrandole simpatía, mercantilizandolo, tergiversandolo, vaciandolo de contenido, conservando solo su estetica.
Aparentando, en definitiva.

El megarecital del Live 8 fue exactamente eso: una megamentira, una farsa comercial, perfectamente integrada al sistema, inofensiva, que apunta a licuar la bronca de la gente convirtiendola en ansias de consumo.

Como dice la banda Todos Tus Muertos: Parodia Farsa y Burla, pilares del sistema...

jueves, junio 08, 2006

Una breve introducción

Habiendo transcurrido 8 días del mes de junio del año 2006, sale de las más remotas profundidades este nuevo engendro, nada original entre tantos, pero queriendo agregar su granito de arena...

Este blog no tiene por ahora un objetivo definido, y probablemente nunca lo tenga, pero por ahora va a servir para difundir algunas alocadas ideas, "alegremente subversivas" como decía un texto del CBC, ideas que se piensan, que se escuchan, que se leen, que aparecen, que saltan desde alguna extraña dimensión surreal para entrarle a uno en la cabeza, que quieren hacerse conocer, que quieren ser discutidas, aunque más no sea para que se las declarare rídiculas e inútiles, infantiles y utópicas, vandálicas y criminales, violentas y soberbias, indeseables e imposibles...

Ideas que se proclaman enemigas a muerte de la Normalidad, de la Formalidad, de la Moralidad... ideas que no buscan causar simpatía, sino más que nada inquietud, tal vez hasta angustia... ideas que permitan, sobre todo, cuestionar, derribar y superar todo lo existente.

Ese es, de momento, el objetivo de este blog.

¡Alegre subversión o amarga sumisión!