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La corrala donde Manolo y Benito pergeñaban sus ñapas ya no es lo que era. Lujosos edificios y modernos comercios han crecido alrededor, y una nueva clase pudiente se instala en el barrio. Han pasado cinco años. Pero los obreros más populares de la tele sobreviven en sus modestos pisos, con una cuadrilla de gañanes a su cargo. Manolo es Ángel de Andrés (Madrid, 1951), la cabeza pensante del tándem. Una cara conocida de las series y secundario de lujo del celuloide, según Alex de la Iglesia. Ahora regresan a Antena 3 con nuevas chapuzas y quiebros sentimentales en la segunda parte de 'Manos a la obra'.

Otra vez oiremos lo de ''Beniiittoooo'! Seguro, es la razón de ser de la serie. Esta fraseología es cosecha propia de Manolo y Benito. No tenemos que pagar derechos de autor.
¿Ha cambiado mucho la corrala en este tiempo? Tanto como el Madrid actual de Gallardón. Han tirado las casas viejas, la plaza ha sido remozada y los nuevos inquilinos son pudientes. Sin embargo, no han podido con mi casa y la de Benito. ¡Somos la resistencia pacífica al constructor sin freno!
¿Y la cuadrilla de obreros? Ahora tenemos una 'corporeision'. Contratamos a varios extranjeros: un ruso, un ucraniano y un marroquí, además de un español que viene del pueblo y es un auténtico chalado.
¿Se portan bien con ellos? Tal como somos. Imagínate: Manolo procura ser honesto pero Benito es un pillo. Un espejo de la España actual.
En este tiempo Benito apenas ha cambiado, pero usted ha adelgazado bastante ¿no? ¡También tuve que engordar primero! Si gordo y adelgazo es porque vivo de esto.
¿No será que echa de menos la chistorra de Adela? Je je, no te creas, ya he hablado de esto con Carlos (Iglesias). Pero mi mujer se ha ido a Cuba y estoy soltero y sin compromiso.
Pero ahora llega Loles León para romperle el corazón. Sí, menudo carácter. Es una de las sorpresas argumentales de la nueva temporada, ya que será mi pareja. La otra es el personaje de un chaval que va diciendo que es el hijo de Benito. Éste al principio lo ignora, pero con el tiempo le acaba cogiendo cariño.
Loles dice que es un actor de raza y que en el plató se respira puro teatro. ¿Lo dice Loles? Será porque soy de la raza calé, que al mundo dicta sus leyes.
¿Se puede decir que 'Manos a la obra' es una serie costumbrista? Era una serie costumbrista en la idea inicial de Vicente Escrivá, pero con el tiempo quedó anticuada y Carlos y yo modernizamos el estilo. En esta segunda etapa, la serie ha dado un salto de realismo gigante.
¿Cree que el espectador les añoraba? Quizá lo sepas tú mejor que yo, aunque creo que la calle echaba de menos a Manolo y Benito.
¿Es consciente de la dura competencia que les espera? Lo soy. Sé que ahora las cadenas están más pendientes de la audiencia inmediata. Que vendes bien un pirulí, te encargan tres más, que no, vete a casa chaval. Así de sencillo.
¿Le da miedo la tiranía de las audiencias? Siempre están ahí. ¿Miedo? ¡Qué va! Cuando trabajas de forma honesta puedes ir con la cabeza bien alta. Confío en el tándem Manolo y Benito, sé que funciona, ahora sí no sé si el espectador se acordará de nosotros.
En esta profesión, ¿hacen lo que quieren o lo que les dejan? Ningún actor hace lo que quiere. Yo, por ejemplo, trabajo en lo que me da de comer. No he llegado a esa situación en la que dices, bueno, ahora voy a hacer lo que me dé la gana.
¿Cuánto mamó de su tío Ángel de Andrés, el cómico? Yo pasé mi infancia en los teatros de revistas, viéndole y riéndome con sus payasadas. Seguramente me aficioné a esto gracias a él... y por las chicas semidesnudas que bailaban allí.