FINAL QUE PUDO SER PROLOGO
Sitges, en tanto, ha crecido no ya en sus primitivos límites, sino de aquellos del progresista siglo XIX. Por la ribera, lo que fueron lares de los toneleros de malvasía, más allá del Subur, se edificaron los primeros chalets -"los chalets de Fernández"- que pronto fueron sobrepasados. Se fundó el "Fomento de Sitges"; los esfuerzos del semanario de los Soler, consiguieron por suscripción popular, la escalinata de la Punta, que le da un falso y gracioso aire de Montecarlo inesperado que alza su templo en vez de un Casino. El Hotel Subur dio un rango a la villa. Se va a fundar el Terramar: la ciudad-jardín, el barrio de las Legaciones como lo llama Sisquella. Está, por supuesto, terminado el famoso Maricel de Charles Deering. Se abren nuevas e importantes fábricas, se emprende una acción industrial de envergadura. Se inaugura el Autódromo, uno de los mejores de España. Crece el barrio del Terramar y se va uniendo a la villa, por la ribera y la carretera, con las torres del sector del Vinyet, donde están los más modernos edificios de Sitges.
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