1. Identidad histórico-cultural del
pueblo boyacense.
Para llegar a un análisis profundo del
Pueblo Boyacense y
las supervivencias folclóricas, debemos delimitar los diversos
elementos raciales y formaciones socio-culturales que lo conforman:
el indígena y el español, localizados en el Altiplano
boyacense de los Andes.
El núcleo primigenio de la conformación étnica es
el
indígena, representado fundamentalmente en la población
CHIBCHA o "Muisca". Este pueblo alcanzó el
grado de desarrollo cultural más importante entre los Aborígenes de
Suramérica septentrional. En su conformación etno-cultural, los
estudios realizados por el antropólogo Silva Célis, han llevado a
la conclusión sobre los caracteres mestizos del pueblo chibcha: por
una parte, descendiente de pueblos asiáticos, como así lo expresan
sus caracteres braquicéfalos; y por otra, presenta los rasgos
paleoamericanos que le dan afinidad con los pueblos melanesios
oceánicos.
Los Chibchas de Boyacá estaban delimitados en tres
confederaciones de cacicatos:
El cacicato de Tunja, propio
del
Zaque, el cual proyectaba su influencia en Quimuinza,
Motavita, Sora, Ramiriquí, Turmequé, Tibaná, Tenza, Garagoa,
Somondoco, Lenguazaque y otras.
El Cacicato de Tundama, con
su influencia en Onzaga, Chicamocha, Soatá, Oicabita, Chitagoto,
Ibacuco, Lupachoque, Sátiva, Tutasá, Cerinza, Susa y Susacón.
El
Cacicato de Sugamuxi o Iraca, con su influencia en Gámeza,
Firavitoba, Busbanzá, Toca, Pesca, Tobazá y otras. Tribus chibchas
independientes fueron las de Tinjacá, Sáchica, Chispatá y Saboyá.
El cacicato de Susa presentaba su influencia hasta Moniquirá,
Chiquinquirá y otras áreas de Cundinamarca.
En la Etnia aborigen boyacense tenemos en cuenta también los
indios
Laches en la región del Cocuy, El Espino, Chita,
Jericó, Guacamayas, Chiscas y en general en los alrededores del
Nevado de Chita o Guicán. Algunos subgrupos fueron los Laches,
Chiscas, Ura, Chita, Cocuy, Pánqueba, Guacamayas, Tequia y
otros.
Hacía el noroeste de Boyacá se localizan los
Tunebos,
únicos sobre -vivientes en el presente siglo XX; entre sus grupos
mencionamos los Tigrías, Sínsigas, Cobarías y Unkasias.
Otros pueblos indígenas, en especial de familia lingüística
caribe, se presentan también en Boyacá. Entre ellos los
Muzos con sus tribus suratenas, babures y motepís que se
localizaron en las cercanías de Chiquinquirá, Simijaca y Susa. En
la hoya de los ríos Opón y Carare (Territorio Vásquez), se localiza
la tribu de los
Carares, aún sobrevivientes en el presente
siglo.
El pueblo aborigen más importante del Altiplano boyacense fué el
CHIBCHA o
MUISCA, considerado en un grado de
desarrollo de
cultura clásica americana y un modo de
producción de
comunidad ampliada. En el momento de la
llegada de los españoles, el pueblo chibcha se encontraba en un
proceso de "unificación", como base para la
constitución de un verdadero reino comunitario. No llegaron a la
plenitud de la confederación política, por el liderazgo que
pretendía hacer el Zaque desde Tunja y el Zipa desde Bacatá, y la
llegada de los españoles.
El adelanto de los chibchas alcanzó notables avances culturales
en las técnicas de la agricultura, orfebrería, cerámica, hilados y
tejidos, explotación de la sal, las esmeraldas, etc. Su adelanto en
el comercio, los llevó a organizar magníficos mercados en Sogamoso,
Turmequé, Sora, Aipe y otros pueblos.
La cerámica chibcha,
con técnicas de Neolítico, supervive aún en el Altiplano boyacense;
dignos de mención son los objetos de cerámica de Ráquira, Tutasá,
Tuaté, Tinjacá, etc., que constituyen un rico venero en el Folclor
de la artesanía nativa boyacense.
En la evolución religiosa, los chibchas ya habían alcanzado un
grado superior al animismo y totemismo, con dioses como Chimichagua
o Dios Creador; Bochica, el dios civilizador, quien según la
tradición enseñó a los chibchas las artes manuales y las normas
jurídicas para la convivencia; Bachué, Chía, Chibchacún, y otros
del panteón chibcha. Hacían manifestaciones religiosas o
peregrinaciones al templo del Sol en Sugamuxi, a Furatena y otros
lugares sagrados.
El grado de adelanto chibcha se manifestó también en las normas
jurídicas, que le asignan un primer puesto en el adelanto jurídico
de América prehispana; dignos de especial mención son los códigos
de Nemequeme, Nomparem y Goranchacha y las sabias normas del gran
legislador Bochica.
En los mediados del siglo XVI penetró en el Altiplano boyacense
el núcleo de
ESPAÑOLES, el segundo grupo en la conformación
etno-cultural boyacense. El grupo comandado por Gonzalo Jiménez de
Quesada viajó desde Santa Marta hasta la Sabana de Bogotá, Tunja y
Sogamoso. El comandado por Nicolás de Federmán con los alemanes,
tomó la vía desde Venezuela, Llanos Orientales, hasta el Valle de
Tenza. Los españoles eran en su mayoría castellanos y andaluces;
posteriormente penetraron los canarios, extremeños y catalanes.
Desde el siglo XVI, Tunja se convirtió en la segunda ciudad y
región de importancia en el Nuevo Reino de Granada; era la región
de la rancia aristocracia española de "hidalgos"
y encomenderos: caballeros de las órdenes militares de Santiago y
Calatrava, marquesado de Surba y Bonza; asimismo familias
encopetadas como los Suárez, Mancipes, Vásquez, Barrera, Holguín,
Beltrán, Gómez, Guevara, Arias, Machado, Alvarez, Mujicas,
Maldonado, Niño, Otálora, Rojas, Ruiz, Tavera y otras.
En los siglos del coloniaje (XVI, XVII y XVIII) el altiplano
boyacense se presenta como la típica zona de estructura colonial:
elevado porcentaje de la población indígena chibcha; encopetada
aristocracia peninsular y criolla en Tunja; y el área
característica de la
Encomienda, el
Resguardo y la
Mita. En esta área se fortaleció la Encomienda en los siglos
XVI y XVII, presentándose en la estratificación social un grupo de
encomenderos y propietarios españoles y criollos y una gran masa de
indígenas encomendados. Desde la última década del siglo XVI surgió
el Resguardo en el cual se estableció un tipo de propiedad comunal,
en la cual se agruparon núcleos de indígenas con cierta autonomía
administrativa y con sus propias autoridades; una forma comunal de
la tenencia de la tierra, que buscaba la protección del indígena
contra los abusos causados por la convivencia con españoles y
criollos. En esta área boyacense se fueron consolidando en los
siglos XVII y XVIII las haciendas familísticas y patrimoniales, que
poco a poco se fueron convirtiendo en el eje de la actividad
social, económica y política con proyecciones en los siglos XIX y
XX.
Durante la Colonia, la
"Provincia de
Tunja" era lo que actualmente es Boyacá (nombre
chibcha que significa "cercado o región de
mantas"). Tunja aparece como
"la ciudad
cultural" más importante del Nuevo Reino de Granada;
tierra de literatos y poetas (Juan de Castellanos, Hernando
Domínguez Camargo, la Madre del Castillo y otros); en sus iglesias,
conventos y residencias particulares de aristócratas, se encuentran
los más variados estilos artísticos y arquitectónicos.
La provincia de Tunja aparece en la Colonia como el
centro
económico más importante en el Nuevo Reino en lo que se
relaciona con la mayor producción de la industria manufacturera de
textiles y en la provisión de trigo, papa y cebada al país y a la
metrópoli española. Su auge económico lo encontramos hasta mediados
del siglo XIX, cuando nuevos ejes económicos surgieron en Occidente
y Norte de Colombia.
En 1821 se creó el DEPARTAMENTO DE BOYACA en lo que era la
antigua Provincia de Tunja, el cual pasó a ser
ESTADO
soberano en 1857, con las provincias de Tunja, Tundama, Casanare y
los cantones de Chiquinquirá y Moniquirá. A fines del siglo XIX,
Boyacá llegó a dividirse en las siguientes provincias: Centro,
Norte, Occidente, Oriente, Tundama, Gutiérrez, Sugamuxi, Valderrama
y Ricaurte; tuvo también las provincias de Neira y Nariño. Desde la
ordenación político-administrativa establecida en 1886 se
estableció el Departamento de Boyacá como hoy lo conocemos, con
algunas variaciones principalmente en lo relacionado con el
territorio de Casanare.
(1)
Una radiografía contemporánea de las formaciones
histórico-culturales del Pueblo boyacense, nos lleva al siguiente
análisis:
La presencia de un gran núcleo de población integrado por
sobrevivientes chibchas, quienes sufrieron el impacto de la
expansión española, la aculturación o contacto de culturas y la
endoculturación o aprendizaje de la cultura occidental cristiana.
Es el grupo que conforma la mayoría del campesinado boyacense
enfrentado en un
problema bicultural: por una parte, su
antiguo acervo cultural, el cual a pesar de haber sido enormemente
reducido, pudo hacer sobrevivir algunos elementos que representan
el modo de ser del campesino boyacense, expresado en las
supervivencias folclóricas indígenas; y por otra parte, la
contribución europea, espiritual y material que se ha hecho vigente
durante cuatro siglos y medio.
Entre los pueblos sobrevivientes de los aborígenes, destacamos
los
Pueblos testimoniales que permanecieron aislados de la
aculturación europea y aun son sobrevivientes en Boyacá:
Los
Tunebos en el Norte boyacense, auncuando es evidente que han
tenido contacto aculturador con las Misiones.
La etnia chibcha sobrevive en el Altiplano boyacense y se
manifiesta en muchas de sus costumbres, tradiciones, creencias y
valores populares.
Otro gran núcleo de la población boyacense es el MESTIZO, el
cual surgió de la mezcla hispano-chibcha en el Altiplano Andino.
Presenta este núcleo una gran integración a la cultura
hispanoamericana, obtenida a través de la españolización
lingüística, la conversión al catolicismo y su incorporación a la
sociedad colombiana, con una verdadera identidad nacional. Pocas
décadas después de la conquista, nacieron en Boyacá, como en las
demás regiones americanas, las nuevas protoetnias raciales y
culturales mestizas.
El otro grupo de la Etnía boyacense es el
"CRIOLLO", descendiente de los españoles.
Conforma el estamento superior del pueblo boyacense y tiene en su
ascendencia, las familias aristocráticas que penetraron en esta
región en los siglos del coloniaje, muchas de las cuales emigraron
a Bogotá y otras regiones del país desde mediados del siglo
XIX.
Indígenas, mestizos y criollos conforman la esencia étnica que
identifica al pueblo boyacense en el panorama nacional. Nuevas
corrientes migratorias en los mediados del siglo XX, procedentes de
diversos lugares de Colombia, y atraídos por la fuerza del
despertar industrial de Boyacá y las facilidades educativas,
completan el mosaico racial en esta región del Altiplano, que es
por esencia "mestiza".
(1)
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Sobre la
Historia de Tunja y Boyacá pueden consultarse las siguientes
obras:
Germán
Colmenares, "LA PROVINCIA DE TUNJA EN EL NUEVO REINO DE
GRANADA" (1539-1800), Bogotá, U. Andes, 1970.
Ulises Rojas,
"CORREGIDORES Y JUSTICIAS MAYORES DE TUNJA"
Tunja, Imprenta Departamental, 1962.
Ramón C.
Correa, "HISTORIA DE TUNJA", Tunja, Imp. Dptal.,
1945.
Ozías Rubio y
Manuel Briceño, "TUNJA DESDE SU FUNDAClON HASTA EL
PRESENTE", Bogotá, Imprenta Eléctrica, 1909.
Ramón C.
Corres, "MONOGRAFIAS" Tunja, Imp. Dptal., 1930, 4
vols.
Gabriel Camargo
Pérez, "DEL BARRO AL ACERO", Tunja, Imp.
Departamental, 1968.
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