El Granada Atlético anunció ayer la desaparición de su primer equipo y de los que componen su estructura de filiales después de no llegar a un acuerdo de filialidad con el Granada CF y reconocer sus responsables que están imposibilitados económicamente para cubrir los gastos que exigen la salida a competición de sus planteles. Tal y como avanzó ayer IDEAL, los directivos de la escuadra verdigrana amagaron con tomar tan drástica medida la noche del pasado miércoles, pero por entonces la intervención del presidente de la gestora rojiblanca Ignacio Cuerva les hizo aplazar su decisión y pensar que era posible la entente.
Al final, el compás de espera sólo supuso un aumento de la agonía. Y es que en la matinal de ayer, el mandatario verdigrana Alberto García reparó en que sería imposible un entendimiento con el club de Recogidas, 35 tras dialogar con su director general Quique Pina, al que se le anunció la posibilidad de la desaparición sin que éste variase sus planteamientos en la negociación. Así las cosas, García dio por zanjado el asunto -«ya estaba cansado y desanimado»- y la orden al director deportivo Miguel Espejo para que trasladase a la plantilla que efectivamente el proyecto moría.
En el Granada Atlético no son explícitos para concretar los puntos que motivaron la ruptura con el histórico, aunque lamentan que «lo negociado con Ignacio Cuerva desde hace unos meses no se plasmara por escrito antes de la asamblea». Según Quique Pina, las bases de este acuerdo inicial de filialidad pasaban por que el Granada CF asumiera los 141.000 euros que había presupuestado su 'vecino', quien se comprometía a ingresar, en concepto de publicidad, 100.000.
Contraoferta
Este planteamiento, no convenció al murciano por «no estar claro que el Atlético iba a traer las empresas que pusieran el dinero» antes referido. Así que Pina contra ofertó las condiciones ya relatadas ayer en este periódico: asumir los sueldos de nueve jugadores del primer equipo verdigrana, mitad de la nómina del coordinador de filiales Manuel Márquez, así como las de la empleada de lavandería y la secretaria, siendo estas últimas cuestiones negociables.
Además el mandatario rojiblanco pedía que el Atlético asumiera su deuda (de entre 50.000 y 70.000 euros, según a quien se pregunte) y que los directivos verdigranas «vendieran publicidad en Los Cármenes, dándonos a nosotros el 80%, por lo que se podían quedar lo restante para cubrir los gastos que les corresponderían en su club». Y todo, encaminado a alcanzar de cara a la Liga 2010/2011 un acuerdo de fusión en el que el nombre Granada Atlético desapareciese como tal por aceptarse un cambio de denominación a Granada B, algo a lo que sí estaban dispuestos los responsables rojiverdes.
Para finalizar, Pina argumentó que «Alberto García me ha dado las gracias por haber sido tan claro». Y subrayó que «no hay marcha atrás. Desde ahora nos centramos en ascender a Segunda al Granada y a Tercera, a nuestro filial con Carlos Ruiz al frente. Los chavales del Atlético no tienen culpa de lo sucedido, por lo que pensamos quedárnoslos».
Dio la cara
IDEAL contactó ayer con los otros aludidos que pudieron, o quisieron, atender el teléfono. En representación del Atlético dio la cara su vicepresidente Rafael Márquez, quien no quiso entrar en los detalles de la negociación.
Eso sí, el empresario explicó que «nosotros estábamos dispuestos a asumir nuestra deuda». Asimismo reconoció que «esperábamos una mayor implicación económica del Granada CF» y también que «hemos llegado a esta situación porque somos personas relacionadas con el mundo de la construcción y la crisis nos ha hecho mucho daño. Ante esto, tenemos que velar por la supervivencia de nuestras propias empresas. Nos vamos con la cabeza caliente y el bolsillo vacío. Lamentamos que la sociedad y los políticos granadinos no hayan sabido comprender que nuestro proyecto estaba al servicio y beneficio de la ciudad. Al contrario de lo que se ha dicho, nunca fuimos contra el Granada CF».
Márquez aseguró que «no habrá un cambio de planteamientos. Ya hemos tomado la decisión y no hay marcha atrás. Es una pena, pero es que no podemos hacer otra cosa». Por otra parte, el dirigente aseguró que están «en negociaciones con el Linares (equipo descendido por impago) para venderle a este club la plaza» en el grupo IX de Tercera División.