Principio y espíritu
En la ceremonia de inauguración de la Escuela Modelo,
llevada a acabo el 15 de septiembre de 1910, el Lic. D. Gonzalo Cámara Zavala,
en su calidad de Presidente de la Liga de Acción Social, leyó un discurso
inaugural de trascendental importancia para el Modelismo, ya que en él esbozó
los enfoques pedagógicos, los objetivos de la Escuela y los fundamentos que la
han sostenido durante casi 100 años. Lo transcribimos íntegramente.
Señoras y Señores:
No ha muchos años todavía, que la costumbre tenía
reservados los asuntos de instrucción, exclusivamente a los maestros y a los
filósofos; pero desde que se llegó a comprender que la escuela no tiene por
único objeto instruir, sino educar al niño, es notable el creciente interés
que de día en día se tiene por los problemas educativos.
A este movimiento no debe ser ni es indiferente el padre de
familia. A él corresponde por derecho natural la educación de los hijos; pero
como no todos los padres pueden personalmente ejercer esta sagrada misión, ya
sea por falta de la instrucción necesaria o de carácter, ya porque la índole
de sus ocupaciones se lo impiden siempre, con muy raras excepciones, delega esta
facultad en quien tenga más conocimientos, mejores aptitudes o mayor tiempo
para hacerlo.
Y esta delegación, si bien se mira, no sólo es conveniente,
sino hasta indispensable. Por una parte, el hombre está destinado a vivir en
sociedad, y, por tanto, debe habituarse al niño a estar en ella. La escuela es
una pequeña representación de la sociedad en que más tarde figurarán sus
educandos, y en ningún otro mejor lugar puede aprenderse a conocer a los
hombres, conocimiento el más difícil que existe. Por otra parte no puede una
familia, sino a costa de grandes erogaciones, proporcionar todos los elementos
indispensables para la educación moderna, pero lo que no puede hacer una sola
familia, lo pueden hacer fácilmente varias, reuniéndose y estudiando la manera
de educar a los hijos en la forma más conveniente a su condición social.
Así como no hay quien se atreva a dejar la administración
de sus bienes en manos de una persona que no sea de su entera confianza, así
tampoco, debe encomendarse la educación de un hijo sino a quien sepamos que
hará de su parte cuanto le sea posible para que resulte esmerada.
La Liga de Acción Social quiso proporcionar a los
padres de familia Yucatecos el medio de reunirse y de fundar una escuela que
viniera a llenar una necesidad actual, como es la de preparar hombres aptos para
la lucha de la vida. Cada día se hace más difícil esta lucha, y todo el que
no posea ciertos conocimientos y facultades, es casi seguro que será vencido en
ella.
Esta escuela es la que se inaugura, y para dirigirnos la
palabra en este acto a nombre de la Liga, vime obligado a aceptar tan honrosa
comisión, a pesar de mi incompetencia, sólo en razón al cargo de Presidente
que en ella desempeño. Merezco, pues, indulgencia y espero que me la
concedereis.
Si la sociedad es un verdadero organismo, como opinan algunos
sociólogos, podría decirse que la Liga de Acción Social trajo al nacer
por atavismo la idea de fundar la escuela que inauguramos. Algunos de sus
componentes fundadores, y mucho tiempo antes de organizarse la Liga tuvimos el
propósito de crear un establecimiento de esta naturaleza, lo que no fue posible
realizar por las condiciones económicas que en aquellos momentos se iniciaron
en el país.
La noche del 1º de febrero de 1909, reunímonos varias
personas con el objeto de fundar una agrupación que trabajara por el
mejoramiento de la sociedad yucateca. Y como la educación de los individuos es
la función esencial de la familia, y ésta el elemento simple de toda sociedad,
natural era que el problema de la Educación ocupara desde los primeros momentos
un lugar importante en nuestros trabajos. Así, al explicar a los concurrentes
aquella noche el motivo por el cual se les invitaba, tuve el gusto de señalar
entre varias necesidades urgentes, la de modificar los métodos de enseñanza en
un sentido más práctico del que ahora tienen. La Liga de Acción Social
fue fundada aquella noche, y en su fundación se esbozó una de sus futuras
obras.
Cuando la Liga quedó completamente organizada fue
necesario proponer un programa de los trabajos que debería emprender. El 13 de
abril del mismo año fue presentado el programa,, insistiéndose en él sobre la
necesidad urgente de dar a la educación de los niños yucatecos distinta
orientación, a fin de hacerla más adaptable a la vida moderna.
Más adelante, expidió la Liga una convocatoria para
que se le presentara algún proyecto que tuviera por objeto celebrar con un
hecho social de alta significación el primer centenario de nuestra
Independencia Patria. Con este motivo, tuve la satisfacción de presentar el
proyecto de la escuela que inauguramos, el cual fue aceptado desde luego por la Liga.
Formado el plan de la escuela, comenzóse activamente la
organización de la sociedad a cuyo cargo quedaría el establecimiento, pues la Liga
sólo debía poner las bases de la obra y organizar la sociedad que debía
administrar la escuela.
Esta sociedad quedó constituida el 18 de mayo del año en
curso, fecha memorable para la ciencia, pues aunque el fenómeno no fue
observado, se dice que la Tierra pasó a través de la cauda del cometa Halley.
Ese día tuvimos los fundadores de esta escuela la doble satisfacción de que
los pronósticos fatídicos acerca del paso del cometa no se realizaran, y de
que se construyera la Sociedad Civil por acciones denominada Escuela Modelo.
Ésta, que es la hija primogénita de la Liga de Acción
Social se desarrolló rápidamente, y la suscripción de su capital nos ha
permitido adquirir en propiedad para la escuela este hermoso edificio y los
terrenos anexos, en los cuales podrá desarrollarse nuestro programa sobre
cultura física y sobre la enseñanza práctica de los elementos de Agricultura.
La Liga dedicó una buena parte de su tiempo a
estudiar los métodos modernos y la manera de adaptarlos a la sociedad yucateca.
He aquí el resultado de dicho estudio.
La Educación es el aprendizaje de la vida. El aprendizaje de
la vida tiene por objeto formar hombres capaces de alcanzar buen éxito en ella,
como el aprendizaje de un oficio tiene por objeto formar artesanos capaces de
sobresalir a él.
La educación consiste en depositar o despertar en el
espíritu del niño ciertas ideas y en hacerle ejecutar ciertos actos que
determinen más tarde en el hombre su inteligencia y su carácter. La primera
para que desarrolle su manera de pensar, el segundo, para que desarrolle su
manera de obrar.
Pero como la "salud es la base de la Educación",
no resultará completa mientras no se ejerciten las facultades físicas, al
mismo tiempo que las intelectuales y las morales. Es decir, que la Educación
debe ser armónica para que pueda llenar los fines que la vida moderna exige.
Si como dice Spencer: "La vida física es el fundamento
de la intelectual", a ellas debemos dedicar primeramente nuestra atención,
y examinar cuáles son los ejercicios físicos más convenientes a los niños y
a los jóvenes.
Gran número de actores; pero con especialidad los notables
higienistas doctores Fernando Lagrange y Mauricio de Fierry, opinan que los
mejores ejercicios son los juegos que se ejecutan al aire libre. El primero de
ellos dice: "Entre las condiciones que debe llenar el ejercicio del niño,
para estar conforme con las leyes de la Higiene, hay dos que denominan a todas
las demás: desde el punto de vista moral, es preciso que el ejercicio sea
recreativo; desde el punto de vista físico, es preciso que active la
respiración. Entre los ejercicios, debe escogerse los que sean capaces de tener
abierta completamente la puerta llamada pulmón por donde penetra el oxígeno,
los que sean capaces de aumentar el campo de la respiración, doblando su
actividad. Y los juegos, ya la hemos demostrado, son los ejercicios más capaces
de activar los movimientos respiratorios. Pero para que el oxígeno pueda llevar
al organismo humano todas sus propiedades vivificantes, debe estar libre de
todas esas impurezas, de todos esos miasmas que corrompen el aire confinado. Y
por esto el aire absolutamente libre será el complemento obligado del
juego". Añade el mismo autor: "Los juegos al aire libre constituyen
la gimnasia que satisface las necesidades de los niños y los jóvenes. Es la
única que debe ser aplicada":
Ambos autores convienen en que se proscriba de las escuelas
los ejercicios hechos en aparatos como anillos, paralelas, barra fija, etc.
Porque exigen un constante esfuerzo de la voluntad y tienen por otra parte el
inconveniente de no desarrollar más que ciertos músculos de los brazos y del
tórax, y de no tener más que una influencia muy escasa sobre la actividad de
la respiración y de la circulación.
La Escuela Modelo podrá seguir las prescripciones de
estos notables higienistas, porque cuenta con terrenos extensos para las
carreras, saltos, juegos de base-ball y lawn-tenis y otros deportes que pueden
desarrollar las facultades físicas de sus educandos, y porque cuenta con un
magnífico estanque para la natación. Sin embargo, aunque estos ejercicios
formarán parte principal de la cultura física, se practicará además la
gimnasia sueca que tiene también sus ventajas para el ejercicio local de los
músculos y para la disciplina escolar.
Siguiendo este sistema de gimnasia se puede asegurar que no
se verían esas largas listas de alumnos que cada año piden al Congreso
dispensa de exámenes en esta asignatura; se puede asegurar que los niños
practicarán gustosos sus ejercicios, porque están de acuerdo con su
naturaleza, y porque son recreativos.
Así como la educación física tiene por objeto desarrollar
las facultades físicas y conservar la salud, la educación intelectual tiene
por objeto desarrollar las facultades de la inteligencia y adquirir
conocimientos. Pero para que éstos puedan ser adquiridos de una manera fija y
con provecho, y aquéllas puedan ampliarse con ventaja, es indispensable cambiar
los métodos por otros más racionales.
Según Gustavo Le Bon: "Toda educación consiste en el
arte de hacer pasar lo consciente a lo inconsciente". Es decir, que a
fuerza de repetir ciertos actos, se habitúe el hombre a ejecutarlos
maquinalmente, y sin esfuerzo de ninguna clase y sólo impedido por la
costumbre.
Pero para adquirir un conocimiento cualquiera, es preciso que
se comprenda, lo que trata de aprenderse, pues la sola memoria nunca será
suficiente para conseguirlo. Así pues, la condición principal para que un
niño pueda sacar provecho de la escuela, es que no se enseñe en ésta sino lo
que esté al alcance de su inteligencia. Todo lo que no pueda comprender es
inútil enseñárselo, porque aunque lo aprenda, muy pronto lo, olvidará
completamente. Como prueba, elíjase al alumno que haya obtenido, la suprema
calificación en sus exámenes y pasados seis meses o un año, hágasele las
mismas preguntas que en los exámenes y se verá que la mayor parte de ellas no
serán contestadas.
Para que el niño sepa hacer bien una cosa es preciso que lo
haga. No basta que se le diga, porque su atención no puede fijarse todavía,
sino en lo que directamente hiere sus sentidos. Vale más, por lo tanto, limitar
el número de sus conocimientos escogiendo cuidadosamente los que pueda asimilar
y arraigar en su cerebro. Por esto la Enseñanza Primaria debe ser esencialmente
experimental.
Y no sólo los niños, aun los hombres olvidan fácilmente lo
que aprenden si no lo practican. A un abogado que acabe de obtener su título,
sin haber hecho en sus estudios práctica verdadera, encárguesele una demanda
sencilla y no podrá hacerla.
Por mucho que uno conozca las reglas de la pintura, de la
música y de la equitación, nunca llegará a ser pintor, pianista o jinete si
no se resuelve a manejar los pinceles, a tocar el piano o a montar caballo. Para
todas las ramas de enseñanza debe seguirse el mismo procedimiento. Por tanto,
debe de desecharse el sistema de hacer aprender al niño las lecciones de
memoria. Por buena que sea ésta, y por bien que se hubiera grabado en ella la
materia estudiada, no se pasará mucho tiempo sin que la olvide por completo,
quedando cuando mucho una idea confusa de cuanto aprendió.
Por el contrario, en la enseñanza experimental, aprende a
ver el alumno y no olvida fácilmente una experiencia hecha, un detalle
observado por él con exactitud.
No falta quien cree que el método experimental sólo puede
aplicarse a las ciencias físicas y naturales y cuando más a las matemáticas;
pero en la pedagogía moderna ha probado que igualmente puede aplicarse a la
enseñanza de la moral, a la de los idiomas y hasta a la de la Historia y
Geografía.
"La experiencia siempre debe preceder a la
teoría", dice Le Bon, y agrega: "Cuando las nociones no pueden
penetrar en el espíritu por el método experimental directo, hace falta
reemplazar los libros por la representación de lo que ellos describen. Un
alumno que haya visto en forma de proyección de fotografía o de la colección
en los museos los restos de las antiguas civilizaciones, tendrá una idea mucho
más clara y más duradera de la historia que la que hubiera adquirido por las
descripciones de los mejores libros.
Conocida es la poca utilidad que obtienen la mayor parte de
los niños en el estudio de la Historia y de la Geografía, porque no encuentran
interés en aprender esas descripciones hechas en forma poco atractiva para
ellos.
Afortunadamente, cada día se va comprendiendo más esta
verdad, y creo que si no en todas, cuando menos en la mayor parte de la escuelas
de Mérida se ha suprimido la enseñanza de la larga lista de gobernantes de
nuestra historia antigua y moderna, que no servía más que para torturar la
memoria de los pobres niños. Es seguro que sabrán mejor la historia cuando
conozcan bien aquellos hechos que han tenido influencia en la marcha y en el
mejoramiento de la humanidad, así como sabrán mejor la Geografía, cuando en
vez de enseñárselas, únicamente los hombres de ciudades, ríos, montañas,
etc., se les enseñe la influencia directa del lugar físico sobre las formas
del trabajo de la propiedad y sobre la raza misma, cuyas aptitudes modifica en
uno u otro sentido.
Todos estos estudios pueden hacerse agradables, valiéndose
de cuadros que representes esos hechos, de retratos de hombres, célebres, de
vistas, de proyecciones, en las que se aprenda a conocer las costumbres de los
países más importantes y las industrias que ejercen mayor influencia en el
comercio.
En cuanto a los idiomas, existe generalmente el error de
creer que sólo en la enseñanza preparatoria deben estudiarse. No hay ninguna
asignatura que prenda con mayor facilidad el niño que ésta.
Dice Le Bon, que desde los niños más inteligentes hasta los
más limitados aprenden la lengua que se habla a su alrededor, sin dificultad y
sin trabajo, con excepción de aquellos individuos atacados de idiotez
congénita completa. En efecto, no hay persona que no aprenda su propia lengua,
cuando menos, y es muy común ver niños de siete u ocho años que hablan dos o
tres idiomas. Y no es que éstos sean más inteligentes que los otros, sino que
aprenden las lenguas extrañas lo mismo que la nativa, de la manera más
natural, hablando, y para enseñar conforme a estos métodos no se necesitan
diplomas de ninguna clase. Sólo se necesita tener voluntad de enseñar, cariño
por el educando. Recuérdese quiénes han sido nuestros maestros: nuestras
propias madres.
En nuestros colegios de segunda enseñanza, no se enseña a
hablar idiomas; se enseña la gramática de ellos, de lo que resulta que la
mayor parte de los estudiantes después de dos años de estudiar el Inglés, no
pueden traducir regularmente cuatro renglones del más corriente lenguaje.
La Liga de Acción Social, al incluir en las bases de
la Escuela Modelo
la enseñanza de idiomas, no sólo tomó en consideración
las razones expresadas, sino también la de que la memoria del niño está en
mejores condiciones para aprender que la del hombre y, por tanto, deben
aprovecharse los primeros años. Pero este aprendizaje será exclusivamente
experimental. La Gramática, pueden aprenderla los niños cuando hablen ya el
idioma. A nadie se le ha ocurrido enseñársela a los niños de tres o cuatro
años, y a esta edad ya tienen un buen caudal de palabras con las cuales pueden
expresarse perfectamente.
La finalidad del estudio de la Aritmética en esta Escuela,
será la de que los alumnos puedan fácilmente plantear de un modo correcto las
operaciones necesarias para resolver los problemas prácticos. Esta enseñanza
deberá ser igualmente experimental, y no se estudiarán los fenómenos en
abstracto, sino hasta después de haberlos entendido en concreto.
Por demás está decir, que las nociones de ciencias físicas
y naturales serán enseñadas conforme a los métodos de experimentación y
observación. Para ello se han pedido y pronto deben llegar todos los aparatos y
útiles necesarios para desarrollar el programa adoptado.
La tendencia de la Escuela Modelo será la de limpiar
más y más cada día los elementos para la enseñanza experimental, la que
según el último autor citado: "Tiene tal poder educativo, que nunca se la
comenzará demasiado pronto. Hay que empezar temprano a dar al niño espíritu
de observación y juicio".
Como se ha visto, no se trata de hacer en la Escuela ni
atletas ni mucho menos sabios: pero sí se desea hacer hombres buenos. El
desarrollo de las facultades físicas o intelectuales en el medio de la
educación, el desarrollo de las morales en su objeto.
El fin de la educación moral es adquirir los buenos
sentimientos y practicar las virtudes. La educación moral, lo mismo que la
intelectual, debe basarse en la experiencia. Es igualmente el arte de hacer
pasar lo consciente a lo inconsciente: es decir, deben formarse hábitos
morales, y conviene inculcarlos desde la infancia, pues todo acto repetido
constantemente tiende a producirse por sí solo y mientras más pequeño sea el
educando más firmemente se arraigará en él la costumbre.
Se ha dividido en cinco grupos los hábitos que deben
inculcarse desde la infancia, a saber: 1º, verdad, en el que están
comprendidas la veracidad, la lealtad, la dignidad, etc., 2º, modestia,
constituyen este grupo, la caridad, la disciplina, la prudencia, la urbanidad,
etc., 3º, trabajo, que comprenden, la constancia, la atención, etc.
4º, ayuda propia, el cual está formado por el ahorro, la independencia
y otros. Por último, y como consecuencia de los cuatro grupos anteriores
resulta el 5º, que es el carácter, constituido por la voluntad, el
tesón, el esfuerzo, la iniciativa, la perseverancia, etc.
Se ha dicho y con harto motivo, que el más bello fin de la
educación es formar el carácter. Para formarlo, según Bunge, el método más
eficaz es: la independencia en el criterio, la buena fe que da el conocimiento
de las propias responsabilidades, la iniciativa que inspira el sentimiento de la
individualidad, de las propias fuerzas, del papel que cada uno está llamado a
asumir para sí mismo, para su familia y para su patria..."
Pero la educación moral, además de inculcar hábitos, debe
inculcar ideales. En épocas anteriores, los pueblos tuvieron un ideal común:
su religión. Pero en la actualidad, en que no hay una sola creencia que una a
todos los hombres de un mismo pueblo, no puede haber más que un ideal común a
todos ellos: la Patria.
La Escuela Modelo desarrollará en sus alumnos el amor
a nuestras tradiciones, a nuestros héroes, a nuestros hombres de ciencias y
letras, a nuestras instituciones, a nuestras leyes, a nuestro suelo, inculcará
a sus educandos el deber que tenemos todos los mexicanos de trabajar por nuestra
iniciativa y con energía y perseverancia para desenvolver la civilización de
nuestro país, para procurar su engrandecimiento. La Escuela Modelo hará
comprender a sus educandos que la Independencia Nacional, cuyo primer centenario
celebramos hoy con la fundación de este establecimiento, es el mayor bien que
la Patria ha podido recibir, y que para honrar a los héroes que nos la dieron
debemos hacernos digno de esa independencia y debemos procurar conservarla. Para
lograrlo no basta estar dispuestos a defenderla con las armas en la mano, es
preciso que cada uno posea las virtudes necesarias; que cada uno conozca bien
sus derechos y sepa ejercerlos; es preciso desarrollar la acción del individuo
y el sentimiento de la propia responsabilidad, hacer ciudadanos fuertes,
inteligentes y buenos, pues sólo así se puede tenerse una patria respetable,
próspera y feliz.
Para concluir, sólo me resta expresar a nombre de la Liga
nuestro agradecimiento a todas las personas que han cooperado a la realización
de la ESCUELA MODELO, a su inteligente DIRECTOR que tanto empeño tomó
en su fundación y aceptó el difícil cargo de dirigirla, y por último, a
todas las damas y caballeros que han honrado este acto con su presencia.
Gonzalo Cámara Zavala.