Zona 1 / Centro Directivo
Recreacional, Conmemorativo
1952
ANÁLISIS DESCRIPTIVO

 

PLAZA DEL RECTORADO

La Plaza Vacía

 

 

 

 

 

Servicios (Estacionamiento)

 

 

 

La Plaza del Rectorado es el espacio abierto más solemne de la Ciudad Universitaria de Caracas, el primer gran recinto al aire libre que se percibe al entrar por la Puerta Tamanaco, principal acceso desde la Plaza Venezuela. Esta plaza no fue concebida tal como se conoce hoy en día, vacía. Era el lugar de acceso vehicular al Rectorado, ideada para el automóvil, que a principios de la década de 1950 reclamaba su ubicación en el lugar. La gran marquesina en voladizo del acceso principal recibía, bajo la sombra, a las autoridades y a los visitantes que descendían de los vehículos, tal y como correspondía en aquellos años en un país tropical. Había también un lugar para el transporte colectivo de los estudiantes, una parada de autobuses adyacente al extremo sudoeste del edificio del Museo Universitario con una interesante estructura en voladizo, derribada posteriormente por el impacto de un vehículo y que ya hoy no existe. La Plaza del Rectorado, imaginada como un ordenado estacionamiento principal y también para el acceso peatonal, llegó a convertirse con el tiempo en tal amasijo de vehículos que fue necesaria su transformación en el espacio vacío de hoy, atravesado por solitarios caminantes, más solemne y conmemorativo que útil.

La sintaxis con la cual se estableció el espacio de esta Plaza es absolutamente moderna, pareciera que el Maestro Villanueva se cuidó de borrar cualquier resto posible de academicismo, como si quisiera dejar atrás, de una manera definitiva y sin reminiscencia alguna, a los paradigmas de la arquitectura decimonónica y asumir los de la modernidad.

No hay criterio único ni paradigma asumido a ultranza para el diseño de los edificios que dan forma a la Plaza del Rectorado. Las circunstancias de cada volumen como parte del conjunto y su entorno es lo que finalmente establece su forma definitiva. El edificio del Museo Universitario es un cuerpo prismático, elevado sobre columnas, con estructura en voladizo y volúmenes independientes en una planta baja libre (deplorablemente hoy ocupada); el Edificio del Rectorado, más comprometido que el anterior con todo el conjunto, también tiene voladizos en ambas fachadas y un vacío central que hace posible la entrada a la Plaza Cubierta; el Edificio de Comunicaciones tiene sus voladizos en el lado opuesto a la Plaza del Rectorado y una estructura manifiesta a la vista que da hacia la Plaza, con columnas que bajan desde la última losa superior hasta el piso.

En esta Plaza los revestimientos, con cerámica gris vitrificada de varios tonos, no cumplen un papel único de protección de la pared, sino que contribuyen con su presencia a intensificar la atmósfera solemne y austera del lugar, mientras que el arte-mural asume un papel de enriquecimiento de la superficies, más que de integración con la arquitectura; esto a diferencia de las actitudes asumidas en el interior de la Plaza Cubierta en donde su relación con la arquitectura va a ser compleja e integrada. Por otra parte, a pesar de la relevancia del problema de la Integración de las Artes, no es posible pensar que ésta representa la única posibilidad aceptable para la arquitectura, ni que sea capaz lograrla en todos los casos; en muchas oportunidades resulta plausible una actitud de valoración estética del lugar mediante obras de arte, por vías más convencionales. 26

Con relación al colorido global tan neutro de esta Plaza, en la cual prevalecen los grises del concreto y los del revestimientos en mosaico vitrificado, vale la pena recordar las reflexiones de Edmund Burke, a mitad del siglo XVIII, acerca de la belleza de los colores cuando estableció algunas reglas que representan la visión tradicional sobre el tema:

Trabajo de Doctorado de Silvia Hernández de Lasala: "EN BUSCA DE LO SUBLIME, Villanueva y la arquitectura de la Ciudad Universitaria de Caracas". Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UCV, Caracas, marzo de 1999.

 

1952-1953

 

2 de Diciembre, 1953
1964

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

"Primero, es preciso que los colores de los cuerpos bellos no sean oscuros, ni turbios sino limpios y claros. Segundo, es menester que no sean de los más subidos. Los que parecen más propios de la belleza son los medios de todos géneros: verdes claros, blancos y azules baxos, colores de rosa y violeta. Tercero, si los colores son fuertes y vivos, siempre están variados de manera que el objeto, nunca es de color subido, y hay casi siempre tantos juntos como en las flores matizadas, que se disminuye considerablemente la viveza y el brillo de cada uno". 27

 

 

 

 

Las reflexiones de Burke contrastan vivamente con el colorido empleado en otros lugares de la Ciudad Universitaria. En la obra de Villanueva de los años cincuenta hay una utilización moderna del color, a pesar de que por momentos puedan detectarse referencias a enfoques más tradicionales. Empero el volumen mantiene su reinado en el lugar.

El colorido neutro de la Plaza del Rectorado, apenas interrumpido por los tres murales de Oswaldo Vigas - ya que el de Armando Barrios parece disolverse en el revestimiento de fondo- debe relacionarse con la solemnidad del uso al cual está destinada y esta actitud implica una reminiscencia a la idea académica sobre el carácter. Villanueva elaboró, durante los años cincuenta, una serie de estudios de policromías con colores primarios, principalmente blancos, negros y grises, aún para ser aplicadas a sus edificaciones diseñadas durante la década anterior.

El espacio de la Plaza del Rectorado es anguloso, tiene bordes precisos, duros y cada uno de ellos mantiene características diferentes. El punto de vista personal del Maestro se expresó en la manera de relacionar los recursos de diseño que se expresan en su concepción del espacio: la relación con el lugar, las grandes dimensiones de los objetos y la utilización del color, al lado de su visión del papel de las estructuras en el diseño arquitectónico. La relación de Villanueva con lo universal se manifiesta en los paradigmas del diseño que pueden leerse más allá de las formas precisas y que marcan la relación de su obra con su tiempo, con lo que pertenece a todos por igual, como la planta libre y la autonomía de los volúmenes entre otros, mientras que su relación con lo local se establece en su original interpretación de la Plaza Mayor de la Colonia.

Pero más allá de cualquier referencia, en este lugar, la máxima autoridad está representada por el silencio, el más sutil de los recursos en esta plaza vacía donde sólo resalta un elemento elevado, el Reloj, emblema sutil y transparente que simboliza la Universidad moderna.

 

26. Paul Damaz en su libro Art In Latin American Architecture, ha elaborado un interesante análisis acerca del arte en la Ciudad Universitaria de Caracas fundamentado, principalmente, en el logro de la integración con la arquitectura, p.140-154.

27. Edmundo Burke, Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y lo bello, p.184.