|
PUBLICIDAD
La ENCICLOPEDIA CATÓLICA no respalda necesariamente a estos anunciantes. Por favor proceda con la discreción adecuada y sírvase notificar cualquier abuso, enviando la dirección web a ec@aciprensa.com
|
|
Primer Gran Inquisidor de España, nacido
en Valladolid en 1420; murió en Ávila el 26 de
Setiembre de 1498. Era sobrino del célebre teólogo y cardenal,
Juan de Torquemada. En su temprana juventud ingresó al monasterio
Dominico en Valladolid, y más tarde fue nombrado prior
del Monasterio de Santa Cruz en Segovia, puesto que desempeñó
durante veintidós años. La Infanta Isabel lo escogió
como su confesor mientras estuvo Segovia, y cuando ella asumió
el trono de Castilla en 1474 él se convirtió en uno de
sus más confiados e influyentes consejeros, pero rechazó
todos los altos nombramientos eclesiales, prefiriendo permanecer como
un simple fraile.
En ese tiempo la pureza de la Fe Católica
en España estaba en gran peligro por los numerosos Marranos y
Moriscos, quienes, por razones materiales, se convirtieron en falsos
convertidos del Judaísmo y Mahometismo al Cristianismo. Los Marranos
cometieron serias atrocidades en contra de la Cristiandad y se propusieron
judaizar toda España. La inquisición, que los soberanos
católicos habían autorizado que establezca Sixto IV en
1478, había, a pesar de las injustificadas crueldades, fallado
en su propósito, principalmente por ausencia de centralización.
En 1483 el papa nombró a Torquemada, quien había sido
un inquisidor asistente desde el 11 de Febrero de 1482, Gran Inquisidor
de Castilla, y el 17 de Octubre le extendió su jurisdicción
hasta Aragón.
Como representante papal y oficial de mayor rango
en la corte inquisitorial, Torquemada dirigió la empresa entera
de la Inquisición en España, fue autorizado a delegar
sus facultades inquisitoriales a otros Inquisidores de su propia elección,
quienes permanecían bajo su responsabilidad, y estableció
las apelaciones a la Santa Sede. Él inmediatamente estableció
tribunales en Valladolid, Sevilla, Jaén, Ávila, Córdoba
y Villa Real, y, en 1484, en Zaragoza para el Reino de Aragón.
También instituyó un Consejo Superior, que consistía
de cinco miembros, cuyo jefe tenía la obligación de ayudarlo
en la escucha de las apelaciones (ver INQUISICIÓN
--La Inquisición en España). Convocó una
asamblea general de inquisidores españoles en Sevilla, el 29
de Noviembre de 1484, y presentó un bosquejo de veintiocho artículos
como guía. A esto añadió varios nuevos estatutos
en 1485, 1488 y 1498 (Reuss, "Sammlungen der Instructionen des spanischen
Inquisitionsgerichts", Hanover, 1788). Los Marranos encontraron poderosas
maneras de evadir los tribunales en los judíos de España,
cuyas riquezas los habían hecho muy influyentes y sobre los que
la Inquisición no tenía jurisdicción. En esta situación
Torquemada pidió a los soberanos que exijan a los judíos
que se conviertan en cristianos o que abandonen España. Para
frustrar esta medida los judíos acordaron pagan al gobierno español
10,000 ducados si los dejaban tranquilos. Existe una tradición
que cuando Fernando estaba a punto de ceder a la tentadora oferta, Torquemada
se le apareció, sosteniendo un crucifijo en lo alto, y exclamando:
"Judas Iscariote vendió a Cristo por 30 monedas de plata; Su
Alteza está a punto de venderlo por 30,000 ducados. Aquí
está Él; tómelo y véndalo." Dejando el crucifijo
en la mesa abandonó la habitación. Principalmente a través
de esta mediación los Judíos fueron expulsados de España
en 1492.
Se ha escrito mucho sobre la inhumana crueldad de
Torquemada. Llorente registra que durante el mando de Torquemada (1483-98)
8800 personas fueron quemadas y 9654 fueron castigados de diferentes formas
(Histoire de l'Inquisition, IV, 252). Estos datos son altamente exagerados,
como ha sido concluyentemente probado por Hefele (Cardenal Giménez,
cap. xviii), Gams (Kirchengeschichte von Spanien, III, II, 68-76), y muchos
otros. Incluso el historiados judío Graetz se satisface sosteniendo
que "bajo el primer Inquisidor Torquemada en el transcurso de catorce
años (1485-1498) por lo menos 2000 judíos fueron quemados
como pecadores impenitentes" ("Historia de los judíos", Filadelfia,
1897, IV, 356). La mayoría de historiadores sostienen con el protestante
Peschel (Das Zeitalter, der Entdeckungen, Atuttgart, 1877, pp. 119 sq.)
que el número de personas quemadas desde 1481 hasta 1504, cuando
Isabel murió, fue cerca de 2000. Si la forma de Torquemada de indagar
y castigar a los herejes era justificable es un asunto que debe ser decido
no sólo comparado con el nivel penal del siglo quince, sino también,
y principalmente, a través de una investigación sobre la
necesidad de preservar el cristianismo en España. El cronista español
contemporáneo, Sebastián de Olmedo (Chronicon magistrorum
generalium Ordinis Prædicatorum, fol. 80-81) llama a Torquemada
"el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su
país, el honor de su orden".
MOLÈNES, Torquemada et l'Inquisition
(París, 1877); BARTHÉLEMY, Erreurs historiques
(París, 1875), 170-204 FITA, La Inquisición de Torquemada
en Boletín Acad. Hist., XXIII (Madrid, 1893), 369-434; TOURON.
Histoire des hommes illustres de l'ordre de Saint Dominique,
III (París, 1746). 543-68; TARRIDA DEL MARMOL, Les Inquisiteurs
d'Espagne (París, 1807); RODRIGO, Historia verdadera de
la Inquisición, II, III (Madrid, 1877); LEA, History of
the Inquisition in Spain (London and New York, 1906-08).
MICHAEL OTT
Transcrito por Wm Stuart French, Jr.
Traducido por Armando Llaza Corrales
The
Catholic Encyclopedia, Volume I
Copyright © 1907 by Robert Appleton Company
Online Edition Copyright © 1999 by Kevin Knight
Enciclopedia Católica Copyright © ACI-PRENSA
Nihil Obstat, March 1, 1907. Remy Lafort, S.T.D., Censor Imprimatur
+John Cardinal Farley, Archbishop of New York
|
PUBLICIDAD
La ENCICLOPEDIA CATÓLICA no respalda necesariamente a estos anunciantes. Por favor proceda con la discreción adecuada y sírvase notificar cualquier abuso, enviando la dirección web a ec@aciprensa.com
| |