Actualizado 6:30 p.m. hora local

Revelador testimonio acerca de la búsqueda
de los restos del Che

FREDDY PÉREZ CABRERA Y ORLANDO ORAMAS LEÓN

Con el testimonio excepcional de la doctora María del Carmen Ariet García, coordinadora científica del Centro de Estudios Che Guevara, comenzó el Taller Científico que tiene lugar en la Escuela de Trabajadores Sociales de Santa Clara en recordación del décimo aniversario del hallazgo de los restos del Che y sus compañeros de la guerrilla

La Dra. Ariet develó detalles sobre el descubrimiento, en la pista del aeropuerto de Valle Grande, de los restos mortales de un grupo de integrantes de la guerrilla y destacó la importancia que tuvo las revelaciones hechas por el General retirado Mario Vargas Salinas, en un testimonio decisivo para el posterior hallazgo, al confirmar de manera oficial antiguas versiones sobre posibles sitios de enterramiento.

La presión internacional llevó al gobierno de Gonzalo Sánchez a autorizar el inicio de las investigaciones en la zona. El primer grupo que llegó a Bolivia para comenzar la búsqueda fue un equipo de antropología forense de Argentina, hecho que se produce el 29 de noviembre del 95. En nuestro país las investigaciones sobre el tema comenzaron desde el mismo 1967, y con ese objetivo, marcha a Bolivia el doctor Jorge González Pérez, entonces director del Instituto de Medicina Legal, explicó la destacada historiadora.

Entre diciembre del 95 y marzo del 96 se encuentran los cuatro primeros restos humanos: de Jaime Arana Campero, Octavio de la Concepción y de la Pedraja, Edelberto Lucio Galván Hidalgo y Francisco Huanca Flores quienes habían caído en el combate de Cajones el 14 de octubre de 1967.

El hallazgo significó un estímulo para continuar la búsqueda de los 36 guerrilleros caídos en la epopeya boliviana, de los cuales 23 estaban enterrados en Valle Grande y 13 en otras zonas. La misión era trabajar para encontrarlos a todos, sin distinción.

Siempre primó el trabajo colectivo y multidisciplinario, expuso Ariet, coordinando las acciones de todas las especialidades con los resultados de las investigaciones histórico-sociales.

En junio de 1997 se creó un momento muy especial de cambio de poder en Bolivia y la asunción de Hugo Bánzer, un militar que participó en el enfrentamiento contra la guerrilla. Razón por la cual se aceleró la búsqueda de los restos de los guerrilleros. El hallazgo decisivo se produce el 28 de ese mes, en una fosa común situada en la pista auxiliar del aeropuerto de Valle Grande, donde se encuentran las osamentas del Che junto con seis cuerpos más: Alberto Fernández Montes de Oca (Pacho), René Martínez Tamayo (Arturo), Orlando Pantoja Tamayo (Olo), Aniceto Reinaga (Aniceto), Simeón Cuba (Willy) y Juan Pablo Chang (El Chino), expuso la Dra Ariet García.

El Che fue el último en desenterrarse. Parte de sus restos estaban cubiertos por la chaqueta y al registrarla fue encontrada, en un bolsillo, la bolsita con picadura de su pipa. Después del análisis físico, realizado por el antropólogo Héctor Soto, se lograron definir los rasgos frontales, que identificaban a Ernesto Guevara de la Serna.

 

 

 

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